Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
LEYES BÁSICAS
Principio de Pareto. Pareto estableció que “los elementos esenciales de cualquier
conjunto constituyen, por lo general, sólo una minoría”. Este principio es más conocido
como regla del 80/20. Se sabe que aproximadamente el 20% de los clientes generan el
80% de los beneficios. De igual modo, el 20% del tiempo de trabajo contribuye al 80%
de los resultados.
La ley de Parkinson. Esta ley explica por qué las cosas llevan más tiempo del que
deberían: “Todo trabajo se tarda indefinidamente hasta ocupar todo el tiempo disponible
para su completa realización”. Trabajar sin plazos, sin tener en cuenta la existencia de
otras tareas que también hay que realizar, supone un elevado riesgo. El reto es asignar
tiempo suficiente, pero no excesivo, a cada actividad.
Las leyes de Murphy La primera ley de Murphy dice: “Nada es tan sencillo como
parece al principio”. De aquí se desprende la segunda ley que afirma: “Todo lleva más
tiempo de lo que se pensaba al principio”. Por tanto, asignar a una tarea un tiempo
escaso resulta claramente inconveniente, tanto a la hora de programarla como a la de
ejecutarla. La tercera ley de Murphy es la que ha conseguido más amplia difusión: “Si
algo puede ir mal, irá mal”. La relación entre las tareas realizadas y el tiempo que
invertimos en ellas está condicionada no sólo por la naturaleza de las tareas, sino
también por comportamientos muy profundos y complejos, que son consecuencia de un
largo proceso de educación y entrenamiento desde nuestra infancia.
EFICIENCIA Y EFICACIA
La eficiencia consiste en hacer bien lo que se hace y al menor costo posible. Es
positiva, pero no garantiza resultados. La persona eficiente se limita a hacer bien lo que
hace. La persona eficaz, ante todo, hace lo que debe hacer. Tiene en mente los
resultados que desea alcanzar y hace todo lo necesario para acercarse a ellos.
Tenemos la impresión objetiva de que unas personas resultan más eficaces que otras, y
de que nosotros mismos somos más eficaces en un tipo de tareas que en otro. La
mayor dificultad al mejorar el uso del tiempo es precisamente que detrás de ese uso
inadecuado se esconden ciertos hábitos personales. Cambiar estos hábitos es una
tarea difícil y requiere un proceso más lento de lo que parece a primera vista.
Es fácil acostumbrarse a la rutina. Buena parte de nuestro tiempo se emplea según
pautas de comportamiento adquiridas o desarrolladas hasta que se convierten en
hábito. Esto es bueno en sí, porque permite automatizar la conducta, lo que supone una
importante economía de esfuerzo; pero implica un riesgo cuando los hábitos adquiridos
no son los idóneos.
De esta forma, es fácil caer en modelos de conducta de reacción a los acontecimientos,
en lugar de actuar en función de los propios objetivos. Y hay que tener presente que las
actividades que no están orientadas a los objetivos conducen, con mucha frecuencia, a
la pérdida de tiempo.
Cuadrante II
El foco esencial de la cuarta generación de la administración puede captarse en la
matriz de administración del tiempo esquematizada a continuación. Básicamente,
dedicamos nuestro tiempo a uno de los cuatro bloques de actividades siguientes:
Como puede verse, los dos factores que definen una actividad son urgente e
importante. Urgente significa que se necesita una atención inmediata, «¡ahora!». Las
cosas urgentes actúan sobre nosotros. El timbre del teléfono es urgente. La mayoría de
las personas no soportan ni siquiera el pensamiento de dejar que suene.
Uno puede pasar horas preparando materiales, vestirse y trasladarse a la oficina de
alguien para examinar una cuestión determinada, pero si mientras estamos allí suena el
teléfono, tendrá preferencia sobre nuestra visita personal. Cuando es uno quien llama,
por lo general no nos contestan «Voya colgar y le llamo en quince minutos». Pero son
esas mismas personas, que por teléfono nos atienden de inmediato, las que pueden
dejarnos esperando en una oficina, por lo menos durante ese mismo lapso, mientras
terminan una conversación telefónica con algún otro.
Las materias urgentes son por lo general muy visibles. Nos presionan; reclaman acción.
A menudo complacen a otros. Por lo general las tenemos ante nuestras propias narices.
Y suelen ser agradables, fáciles, divertidas. ¡Pero con la misma frecuencia carecen de
importancia!
La importancia, por otra parte, tiene que ver con los resultados. Si algo es importante,
realiza una aportación a nuestra misión, a nuestros valores, a nuestras metas de alta
prioridad.
Ante las materias urgentes, reaccionamos. Las cuestiones importantes que no son
urgentes requieren más iniciativa, más proactivi dad. Tenemos que actuar para no dejar
pasar la oportunidad, para hacer que las cosas ocurran. Si no practicamos el segundo
hábito, si no tenemos una idea clara de lo que es importante, de los resultados que
deseamos obtener en nuestras vidas, con facilidad nos veremos desviados hacia la
respuesta ante lo urgente. Examinemos por un momento los cuatro cuadrantes de la
matriz de la administración del tiempo. El cuadrante I es urgente e importante. Tiene
que ver con resultados significativos que reclaman atención inmediata. A las actividades
del cuadrante I, por lo general, las denominamos crisis o problemas.
CONCLUSIONES
El tiempo como bien se ha dicho es un elemento del que nadie se escapa, es equitativo
e irrepetible, puede ser un enemigo a vencer o un aliado si hacemos el mejor uso de el,
aprovecharlo al máximo es nuestra única alternativa, hacer el mejor uso del tiempo no
es hacer muchas actividades a la vez, si no realizarlas cada una en el momento
adecuado y de la mejor manera posible y esta es una de las mejores habilidades de un
líder.
Sí tenemos un control de nuestro tiempo podemos evitar el estrés y tensiones que solo
son negativas en nuestra vida. Es necesario enfocarnos y concentrarnos en lo más
urgente e importante para logar nuestros principales objetivos y de igual manera es
importante decir no a las distracciones externas y vencer a nuestros enemigos
internos. Ya que si no podemos con nosotros mismos como sería posible dirigir a otras
personas en un contexto laboral.
La administración del tiempo es un esfuerzo que requiere la coordinación de actividades
para alcanzar los resultados esperados sólo basta con proponerselo uno mismo.
FUENTES DE INFORMACIÓN: