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Universidad la Gran Colombia

Ciencias de la Educación
Presentado por: Paola Moreno Mahecha

HERIDAS ABIERTAS

“Emborracharse era maravilloso. Decidí que siempre me emborracharía. Todo lo vulgar de la


vida desaparecía y quizás si te apartabas de ello muy a menudo, no te convertirías en un ser
vulgar”. Éste fragmento hace parte de una de las novelas autobiográficas hechas por Charles
Bukowski, fue publicada en el año 1982 y la forma en que fue titulada ha de ser una buena
manera para describir a su propio autor: “La senda del perdedor”.

Charles Bukowski nace en Alemania en 1920, sin embargo es un escritor y poeta estadounidense,
ya que su familia emigró a Baltimore cuando él tenía tan solo 3 años, se le conoce por ser un
símbolo influyente en el llamado realismo sucio, además de ser para muchos un ícono de la
decadencia, la cual se ve reflejada en su vida y literatura. Vagabundo, entre trabajos temporales y
pensiones baratas, Bukowski se autodefine ante el novelista chileno Poli Délano para una
entrevista en el 87 diciendo: “Me gustan los hombres desesperados, hombres con los dientes
rotos y los destinos rotos. También me gustan las mujeres viles, las perras borrachas, con las
medias caídas y arrugadas y las caras pringosas de maquillaje barato. Me gustan más los
pervertidos que los santos. Me encuentro bien entre marginados porque soy un marginado. No me
gustan las leyes, ni morales, religiones o reglas. No me gusta ser modelado por la sociedad".

Es así, como su estilo auténtico para escribir lo lleva a detallar realidades degradadas, atmósferas
sórdidas por medio de un habla coloquial de características rudas, violentas, sexuales,
denunciantes, directas y humanas. “La senda del perdedor”, marca una diferencia en el resto de
su obra narrativa, ya que le otorga una dosis de generosidad y humanidad a su personaje
principal, donde también permite que el lector se acerque y entienda mejor las raíces de
Bukowski que tanto permean en sus obras.

Dicha obra, es la historia de Henry Chinaski, un niño que crece entre la frustrante vida de una
familia machista y violenta que emigra a Estados Unidos, donde su padre es quien lo hunde en
brutales agresiones, y su madre es una mujer desgraciada, acobardada por una personalidad
sumisa y por los desprecios de su marido; Henry padece en un entorno opresivo en el que nunca
logra encajar y del cual prefiere aislarse, la falta de oportunidades, sentirse reiteradamente
subestimado, alimenta el deseo de vivir en borracheras, aunque con una notable amargura por
perder el sentido de su vida; entre la hipocresía social y las realidades que arrastran a los
personajes, Bukowski describe la invisible vida de Henry, que vive sin vivir y sobrevive a la
crudeza de la sociedad norteamericana que lo rechaza, mientras él rechaza tajantemente vivir una
vida convencional.

Así pues, acercarse a ésta novela es una experiencia vibrante para el lector, ya que permite
conectarse con una idea distinta del sueño americano y con una generación afectada por la
depresión económica del 29, en la que localiza Bukowski a su álter ego Henry Chinaski; Aún
siendo una historia realista, truculenta y descarnada, el autor logra inyectar en sus letras
momentos esperanzadores que hacen de “La senda del perdedor” una trama envolvente.

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