En el libro “Pulgarcita” de Michel Serres, enfoca su atención en los jóvenes, la manera en la
cual viven y se relacionan con su entorno. Por un lado, viven en un entorno multicultural, por esta razón entienden la historia y su entorno de manera diferente a las generaciones anteriores. Por otro lado, el mundo virtual y su vertiginosa manera de evolucionar dieron pie al fenómeno del aprendizaje instantáneo, debido a que toda la información está situada en internet la memoria queda a un lado y los padres acostumbraron a los jóvenes a ver imágenes instantáneas y a aprender de este modo. Esta manera de aprendizaje le quitó la capacidad de atención a los jóvenes, ya que lo que antes era el mundo del espectáculo se transformo en el mundo del aprendizaje. Las formas de pedagogía cambiaron de manera radical con la llegada de la tecnología, se abrió el mundo del aprendizaje a muchas fuentes informativas y puntos de vista que reemplazaron la atención de los jóvenes a los antiguos métodos de cátedra y enseñanza que consistían en una sola fuente de información. Con esto, la manera de aprender se volvió más dinámica, pero así mismo el proceso de enseñanza se trasladó de los salones a los medios tecnológicos. Pero ¿Trasladar el rol de enseñanza a la tecnología es la solución? En principio se puede pensar que es un paso lógico, ya que los cambios en el modo de hacer las cosas hacen parte de la evolución del hombre; sin embargo al analizar más a fondo el impacto que tiene la facilidad de acceso a la información gracias a la tecnología sobre la manera en que aprenden los jóvenes, se puede ver que a pesar de que ganen nuevas capacidades de búsqueda de la información, también pierden capacidades de atención y capacidades de comunicación asertiva en su vida cotidiana. En consecuencia, a lo anterior, los jovenes tienen dificultades para desarrollarse dentro de ámbitos más avanzados que la educación escolar como la universidad y en el campo laboral. Al transferir la enseñanza a los medios tecnológicos, se creó una generación “mediocre” que depende de sus aparatos para ejercer cualquier tipo de actividad; además es una generación que busca hacer las cosas de la manera más rápida y con la menor cantidad de esfuerzo a pesar de vivir en una época sumamente competitiva en todos los aspectos. Los jovenes siguen conformándose con hacer lo mínimo necesario y como consecuencia se enfrentan a una realidad laboral en donde son rechazados por no contar con lo necesario para desempeñarse de manera adecuada, este hecho se puede ver en la crisis laboral que sufren todas las áreas profesionales en Colombia. Finalmente es importante cuestionar el rol de la tecnología en la manera de enseñar y sobre todo si esta debe ser la protagonista en los nuevos métodos de pedagogía.
Bibliografía: - Serres, M. (2014). Pulgarcita. Barcelona: Editorial Gedisa.