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misioneros.3 la misión del Dios uno y trino que registra las escrituras es la reconciliación de
la entera creación con su creador. En los primeros once capítulos de génesis encontramos
el origen de la historia de la humanidad y especialmente el propósito de Dios para esa
humanidad. Luego en el capítulo 12 subraya la iniciativa en la salvación y propósito
universal de la elección divina: “vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la
tierra que yo te mostrare” (Génesis 12:1). Yahwé es el sujeto de la primera palabra que
desencadena una acción, al comienzo mismo de la frase primera y por ende de toda la
subsiguiente historia de la salvación4.” Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”
(Génesis 12:3).todo esto quiere decir que, aunque Israel es el pueblo de Dios, tal elección no
es una marca de favoritismo, sino que es más bien una señal de obligación, el resultado de
un pueblo que vive en pacto o alianza con Dios. El plan salvífico de Yahwé atribuye a
Abrahán un papel de mediador de la bendición para “para todas familias de la tierra”. El
alcance de la promesa abarca al desgraciado mundo de las naciones en toda su amplitud5
Es John R.W. Stott quien nos muestra con una sutileza la presencia del Dios trino
misionero cuando desarrolla el tema de la Gran Comisión en Juan 20:19-23 para el
Congreso Mundial de Evangelización en Berlín en octubre de 1966. La misión de la iglesia
queda modelada por el envió del Hijo del Padre y por el derramamiento que el Hijo hace del
Espíritu Santo6. Estos versículos nos muestran en acción al Dios trino, el padre envió a su
hijo de la siguiente manera: Primero al nacer en el mundo Cristo tomo realmente nuestra
naturaleza. Segundo al vivir en el mundo se expuso a la tentación, al sufrimiento, a la
soledad, a la oposición, al escarnio hasta llego a tener el nombre de amigo de publicanos y
pecadores. Tercero al morir en el mudo no solamente tomo nuestra naturaleza y nuestra
existencia sino que murió nuestra muerte y venciéndola al resucitar. Y el Hijo envía al
Espíritu Santo que es derramado en su iglesia. El libro de los hechos de los apóstoles narra
sobre todo en el pasaje de Pentecostés la acción misionera del Espíritu de Dios se
manifiesta cuando presenta el mensaje de los discípulos en las diversas lenguas de los
oyentes. “El Espíritu no hace que todos adopten la lengua y la cultura de los apóstoles sino
que, al contrario, hace que los oyentes escuchen lo que se les dice en términos de su propia
lengua y cultura. Dicho de otro modo, la acción del Espíritu no es Centrípeta, atrayendo a
los demás hacia el centro que son los discípulos originales, sino que es Centrifuga,
difundiendo el mensaje evangélico en una multitud de lengua y cultura”.7 por lo cual nos
hace entender que la misión, más que nuestra o de la iglesia, es del espíritu santo de Dios
De tal manera si el estudiante evangélico es un misionero lo es porque el Dios Trino a quien
sirve es también un misionero.
Un misionero integral
Porque está llamado a la proclamación, en palabra y acción de un evangelio integral, que
contempla la satisfacción de todas las necesidades humanas, y anuncia en Cristo una
salvación que alcanza a todas las esferas de la vida y las relaciones humanas11. Samuel
Cueva afirma que: “ya no se trata de impulsar solamente el aspecto expansivo de la misión,
sino impulsar la misión de Dios para la humanidad desde una integridad misional practicada
por la iglesia, es decir, tiene que darse una misión de adoración, evangelismo, misiones,
servicio y discipulado, incluyendo la totalidad del hombre desde lo espiritual hasta lo
material”12.
responder a los desafíos Ideológicos, religiosos, políticos, sociales, etc., desde una
perspectiva evangélica sustentada en las escrituras y en diálogos con el contexto
(personas)”20. Por otro lado cada estudiante es llamado a ser y hacer discípulos,
como su estilo de vida. Esto debe llevarnos al anuncio del Cristo encarnado,
crucificado y resucitado sin ambages ni disculpas de ninguna clase, pues el evangelio
es poder de Dios para salvación de los que creen21.
Lo prioritario de la misión
“Resulta ociosa la discusión de si debemos evangelizar o promover la acción social.
Ambas cosas van unidas. Son inseparables una sin la otra son nuestra de defecto en
la vida cristiana”.22 La practica misionera de la evangelización y el servicio (la
acción social en la universidad) son las dimensiones del evangelio que con prioridad
debe ser manifestadas en el entorno universitario. Pero se deben entender con
claridad qué tipo de relación tienen estas dos. John Stott es uno de los siervos de
Dios que ha trabajado este tema como mayor claridad en su libro “la misión cristiana
hoy”, el cual es una recolección de los tema de conferencia dadas en el Congreso
Internacional sobre Evangelización Mundial, Lausana 1974. En capítulo dedicado a la
misión Stott manifiesta tres tipos de relaciones: primero, la acción social como
medio para la evangelización. La evangelización y la obtención de conversos
constituyen los objetivos principales, pero la acción social es un elemento preliminar
útil, un medio efectivo para llegar a los objetivos propuestos.23 En segundo lugar, la
acción social como una manifestación de la evangelización. El servicio sea una
subdivisión de la evangelización, un aspecto de la proclamación, la acción social se
transforma en el sacramento de la evangelización, porque hace posible en forma
significativa el mensaje.24. Por último, la acción social es compañera de la
evangelización. Dónde cada cual existe por sí misma, y con todos sus derechos, a la
par de la otra. Ninguna de las dos es un medio para llegar a la otra, ni tampoco u na
manifestación de la otra. Cada cual constituye un fin en sí misma. Ambas son
expresión de un amor no fingido.25 En la segunda epístola a los corintios el apóstol
Pablo muestra la actitud correcta para poner en desarrollo nuestra misión al
manifestar que “no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como
Señor y a nosotros como siervos de ustedes por Jesús” (2 corintios 4:5). Lo que
debe hacer el estudiante misionero es proclamar y servir, ser heraldo y siervo, como
heraldo debe proclamar es decir : el énfasis se pone en el acto de la proclamación,
el contenido no es en modo alguno secundario. Si la palabra pone en acción lo que
proclama, el contenido es ciertamente de suprema importancia. Lo que está en
acción aquí no es solamente el contenido de la proclamación, sino Dios mismo, por
esta razón, es poder de Dios, no permite adulteración, y debe ser proclamado a
Definiendo Nuestra Comprensión de la Misión
Notas
1
Samuel Escobar: Como comprender la misión, Certeza unida, Buenos Aires, 2008, p.11.
2
Ibíd., p.114.
3
Ibíd., p.110.
4
Gerhard van Rad, El libro del génesis, Sígueme, Salamanca, 1982, p.192.
5
Ibíd., p.194.
6
John Stott, la evangelización y la biblia, p.24.
7
Justo L. González: “La misión en Hechos”, en C. Rene Padilla y Harold Segura, Ed.: Ser, Decir y
Hacer bases bíblicas de la misión integral, Kairos, Buenos Aires, 2006, p.303.
8
Pedro Arana Quiroz: “la misión integral en el entramado de gracia, mundo e iglesia”, en C.
Rene Padilla y Tetsunao Yamamori, Ed.: La iglesia Local como agente de transformación Una
eclesiología para la misión integral, Kairos, Buenos Aires,
9
Samuel Escobar: “La naturaleza comunitaria de la iglesia” , en C. Rene Padilla y Tetsunao
Yamamori, Ed.: La iglesia Local como agente de transformación Una eclesiología para la misión
integral, Kairos, Buenos Aires,p.88.
10
Pablo Alberto Deiros, Diccionario hispano-americano de la misión, UNILIT, 2006, p.204.
11
Ibíd., p.207.
12
Samuel Cueva, Misión transcultural, Clie, 1995, p.98.
13
Israel Ortiz, Ponencia 1: la universidad y la obra estudiantil, CLADEIII “Todo el evangelio para
todos los pueblos desde América Latina”, FLT, QUITO, 1992, p.465.
14
Ibíd., pp.465-466.
Definiendo Nuestra Comprensión de la Misión
15
Ibíd., pp.467-468.
16
Ibíd., p.469.
17
Ibíd., pp.469-470.
18
C.Rene Padilla, Misión Integral, nueva creación, Buenos Aires, 1986, p.89.
19
Israel Ortiz, Ponencia 1: la universidad y la obra estudiantil, 1992, p.464.
20
Ibíd., p.474.
21
Ibíd., p.475.
22
Samuel Escobar, ponencia teológica Responsabilidad social de la iglesia, Congreso
latinoamericano de evangelización Bogotá 1969.
23
John Stott, La misión cristiana hoy, Certeza unida, Buenos Aires, 1977, p.31.
24
Ibíd., p.33.
25
Ibíd., p.34.
26
Israel Ortiz, Ponencia 1: la universidad y la obra estudiantil, 1992, p.475.
27
John Stott, La misión cristiana hoy, Certeza unida, Buenos Aires, 1977, p.35.