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INCORPORACIÓN AL JUICIO DE PRUEBA MATERIAL Y DOCUMENTAL

Mauricio Decap Fernández


I- Introducción:
Nos ha parecido central poder precisar cuáles son las reglas que deben regir la
rendición, desahogo, producción o incorporación de la prueba documental o material en un
juicio oral, para los efectos que sean valorados por el tribunal del juicio sin posibilidad de
que sean desechados de ser considerados por adolecer de problemas de fiabilidad o
credibilidad de que dichos instrumentos probatorios son aquello que se indica de ellos que
son. Esto es, claramente nos situamos en la audiencia de juicio oral, etapa del proceso en el
que los medios de prueba que, por regla general, fueron ofrecidos y admitidos para ser
llevados a juicio en la etapa intermedia, son desahogados ahora en la audiencia de debate, en
el juicio mismo.
Una vez establecido, en nuestro concepto, cuáles son las reglas que permiten asegurar
que la incorporación al juicio de la información que emana de ellos pueda ser valorada
positiva e íntegramente por los sentenciadores, nos avocaremos a precisar cuáles son las
directrices que emanan de las normas jurídicas contempladas en el Código Procesal Penal de
Chile y en el Código Nacional de Procedimientos Penales de México con ese objeto, así como
en las Reglas de Evidencia de Puerto Rico de 2009, deteniéndonos en este último caso en
algunas recomendaciones especiales en relación a la denominada evidencia electrónica.
II- Reglas comunes para asegurar la incorporación al juicio de la información que
proviene de la prueba documental y material.
El gran problema del cual es necesario hacerse cargo al momento de ofrecer prueba
documental y material para ser llevada a juicio, es que resulta imprescindible legitimar o
acreditar suficientemente ante los juzgadores que lo que el letrado respectivo dice que es
aquello que ofrece presentar en el juicio, efectivamente el tribunal del juicio pueda tener la
certidumbre de que lo es.
Y ello es así por cuanto ni la prueba documental ni la prueba material hablan por sí
mismas, sin compartir para nada las expresiones vertidas en el número 17, año II, de la
Revista INMEXIUS, mayo de 2018, en su página editorial, cuando señala: “Porque una foto,
un video, un plano, un croquis, etc., hablan por si mismos, refieren lo que expresan, informan
lo que contienen”; de manera que ni la una ni la otra van a indicar los fundamentos a través
de los cuales el tribunal debiera creer que son lo que el abogado respectivo dice que son.
Piénsese en cualquier documento u objeto, por cierto aquellas que se indican a modo ejemplar
en el editorial de la revista criticada, se trata de piezas inanimadas, inertes, exánimes, que
nada pueden señalar oralmente por si mismas al tribunal. Por más intentos que se quieran
realizar por las partes para esos efectos, es claro que no se logrará sacarle palabra al
documento o al objeto de que se trate. Y ello tendrá importancia para los efectos de elegir,
como regla general, alguien que hable por el documento o el objeto, sobre lo que luego se
insistirá.
1. Y claro está, lo primero que deberá observarse es que estamos pensando en que a través
de esas pruebas hay un objetivo pertinente que permite acreditar una determinada
proposición fáctica que, a su vez, por sí sola o en conjunto con otras logra satisfacer un
determinado elemento de la teoría jurídica relacionada con aquello que se disputa.
Recordemos, a este respecto, que en la causa Rol N° 4639-2013, de la Corte Suprema
de Chile, en el considerando décimo tercero se indica que “la pertinencia está referida a la
relación del medio concreto con el hecho a probar, esto es, a su vinculación con el objeto
del proceso”.
Y que será una cuestión que deba debatirse, normalmente, en la etapa intermedia,
concretamente a propósito de la oferta de prueba que efectúe la parte correspondiente,
durante la cual el litigante debe tener todos los antecedentes y argumentos necesarios para
justificar precisamente esta determinada relación o vinculación.
De tal manera que, una vez superada esta cuestión relativa al necesario vínculo entre
aquello que se necesita probar, comúnmente llamado el tema de prueba o thema probandum
–esto es, aquello que es el objeto de la actividad probatoria en cada proceso penal en concreto,
lo que en cada proceso debe ser materia del despliegue de acreditación respectivo por cada
uno de los litigantes; las afirmaciones de los hechos sobre los cuales versa el debate y que
deben probarse por constituir el presupuesto de los efectos jurídicos perseguidos por ellas,
sin cuyo conocimiento el juez no puede decidir. Dicho en palabras de Hernando Devís
Echandía (Compendio de la Prueba Judicial, tomo I, Rubinzal-Culzoni Editores, pp.73) “Por
necesidad o tema de la prueba (thema probandum) se entiende lo que en cada proceso debe
ser materia de la actividad probatoria, esto es, los hechos sobre los cuales versa el debate o
la cuestión voluntaria planteada y que deben probarse por constituir el presupuesto de los
efectos jurídicos perseguidos por las partes, sin cuyo conocimiento el juez no puede decidir;
es también una noción objetiva, porque no se contempla en ella la persona o parte que debe
suministrar la prueba de esos hechos, en general el panorama probatorio del proceso; pero
concreta, porque recae sobre hechos determinados que deben ser probados allí”- con el
medio de prueba documental o material de que se trata, en lo que aquí interesa, resultará
necesario determinar a través de qué otro medio de prueba vivo puede resultar idóneo -que
será necesario también ofrecer para declarar en el juicio- hacer hablar al de que se trate para
que el tribunal del juicio pueda adquirir la convicción de que es precisamente aquello que se
dice de él que es y, de esa manera, poder asignarle la fuerza probatoria que los sentenciadores
determinen.
1.2. Decimos idóneo, en el sentido que reúne todas las condiciones necesarias para un
servicio o función, que tiene aptitud para alguna cosa, que es adecuado o conveniente para
un fin determinado; en este caso, que puede producir el efecto que se espera de él, esto es,
que el tribunal del juicio adquiera la convicción que ese elemento probatorio que se lleva a
juicio es aquello que quien lo ofrece como prueba dice que es, de manera que sortee con éxito
el natural problema de credibilidad que surge con cualquier medio de prueba y que permite
que el decisor confíe en la información que surge de él normalmente para los efectos
epistemológicos de establecer algunos de los hechos disputados en la causa.
En definitiva, será preciso ubicar cuál es el testigo (incluida la víctima y el imputado)
que podrá satisfacer todas las inquietudes que puedan surgir en los juzgadores para arribar a
la convicción de tratarse la prueba de que se trate de aquello que el proponente dice que es.
Puede ser que se estime, dado el caso, que será necesario identificar la eficacia de utilizar
más de uno con dicha finalidad, de manera que se refuerce la credibilidad o se complemente,
para que no surjan dudas razonables en el tribunal acerca de esta cuestión. Puede suceder,
también, que atendida la confiabilidad de los mecanismos utilizados en el surgimiento del
medio de prueba documental, en concreto, no sea indispensable la utilización de este testigo
idóneo, sobre lo cual tendremos ocasión de volver.
1.3. Una vez que el o los testimonios idóneos permiten legitimar o acreditar suficientemente
que la prueba de la que se trata efectivamente es aquello que se dice que es, en abstracto, será
necesario que se le exhiba el medio de prueba a ese que testimonia para que señale en base
a qué características concretas, visibles, de las que se dé noticia al tribunal, puede afirmar
que aquello que se le exhibe es aquello que se dice que es. De la manera en que queda dicho,
podrá avanzarse hacia la explicación en palabras de quien declara, teniendo frente a sí el
medio de prueba de que se trata, acerca de los elementos que permiten concluir en la necesaria
credibilidad externa del mismo, en términos de resultar confiable para el tribunal para
apreciar toda la información que fluye de éste y, por lo mismo, poder usarlo en la fase de
selección de instrumentos utilizados en el juicio por las partes para esclarecer los hechos
debatidos y elegir del mismo aquello que resulte eficaz para dar por probados los mismos en
el sentido que denota el medio de prueba.
1.4. Después de exhibido al deponente y expresadas por éste todas las explicaciones que
permiten dotar al medio de prueba de la credibilidad externa de que se habla en el numeral
anterior, surgirá la necesidad de profundizar ahora en la información que contiene el medio
de prueba, de manera de hacerla coherente con el resto de información que proviene de los
demás medios de prueba y, por ende, será el momento en que quien testimonia indique cuál
es la importancia que el instrumento probatorio tiene para la determinación de los hechos en
disputa, o de qué manera éstos pueden ser ilustrados por ellos y qué elementos concretos
pueden ser usados en esa labor. Es lo que podríamos denominar credibilidad interna.
De esta manera, podemos sistematizar las etapas que pueden ser distinguidas en este
proceso de incorporación de la prueba documental y material, diferenciando entre:
(1) la pertinencia del medio de prueba de que se trate, que será abordada en la etapa
de admisibilidad de la prueba, normalmente materializada en la fase intermedia, durante la
audiencia en que se prepara el juicio oral;
(2) aquellas que permiten al tribunal, ya en el juicio, confiar en la información que
surge de ellas al momento de incorporarlas al debate a través de su rendición, desahogo o
producción, en lo que se ha denominado la autenticación de la prueba o la acreditación de la
misma, esto es, lo que hemos denominado credibilidad externa, que incluiría la (2.1)
exhibición y la (2.2) explicación de la prueba que efectúe el testigo; y
(3) las que se encuentran referidas a la valoración individual del medio de prueba
desahogado que resulta suficientemente confiable y la coherencia con la demás información
que surge del resto de los medios de prueba aportados al juicio, que permiten al tribunal del
juicio –ahora en la fase de valoración conjunta de la prueba- usar ese instrumento para la
determinación de los hechos controvertidos, seleccionando las porciones de información que
concretamente serán volcadas en dicha labor, en lo que hemos denominado la credibilidad
interna.
III- Regulación normativa en el Código Procesal Penal de Chile acerca de la
incorporación al juicio de la prueba documental y material.
En el derecho procesal penal chileno, tal como se encuentra hoy regulado en el Código
Procesal Penal, no existe claridad respecto a las distintas fases que es posible distinguir en
cuanto a los medios de prueba documental y material. Y ello fundamentalmente porque, al
contrario de lo que ocurre con la prueba testimonial y pericial, no existe una regulación
sistemática de estos medios probatorios.
Así, los profesores María Inés Horvitz y Julián López Masle (Derecho Procesal Penal
Chileno, tomo II, 2008, Editorial Jurídica de Chile, pp. 305) señalan: “El Código Procesal
Penal no realiza un tratamiento autónomo de los documentos y objetos en tanto medios de
prueba, sino que se limita a regular la forma de su introducción al debate en el Párrafo 9º
del Título III del Libro II sobre "Desarrollo del juicio oral".”
Pese a lo anterior, es posible encontrar desperdigadas una serie de disposiciones que
se refieren a los distintos momentos procesales -más allá de lo que ocurre en el juicio- en que
puede tener importancia lo que ocurra con los documentos y objetos que puedan convertirse
en medios de prueba que puedan ser usados por el tribunal para los efectos de establecer los
hechos en disputa.
Así, podemos distinguir:
1° En la etapa de la investigación: el artículo 187 del CPP chileno se refiere específicamente
a esta materia, sin perjuicio de existir algunas otras normas que también deberán ser tomadas
en cuenta para algunas cuestiones específicas.
Este prescribe:
 “Artículo 187.- Objetos, documentos e instrumentos. Los objetos, documentos e
instrumentos de cualquier clase que parecieren haber servido o haber estado
destinados a la comisión del hecho investigado, o los que de él provinieren, o los que
pudieren servir como medios de prueba, así como los que se encontraren en el sitio
del suceso a que se refiere la letra c) del artículo 83, serán recogidos, identificados
y conservados bajo sello. En todo caso, se levantará un registro de la diligencia, de
acuerdo con las normas generales.
Si los objetos, documentos e instrumentos se encontraren en poder del imputado o de
otra persona, se procederá a su incautación, de conformidad a lo dispuesto en este
Título. Con todo, tratándose de objetos, documentos e instrumentos que fueren
hallados en poder del imputado respecto de quien se practicare detención en ejercicio
de la facultad prevista en el artículo 83 letra b) o se encontraren en el sitio del suceso,
se podrá proceder a su incautación en forma inmediata.”
Lo primero que debemos decir es que la referencia que se efectúa en esta norma es a
aquellos objetos, documentos e instrumentos que son encontrados durante la etapa de
indagación respectiva, que se estiman prima facie como vinculados de una u otra forma con
el hecho investigado y/o con la participación del imputado en el mismo, esto es, gozan de
relevancia para la persecución criminal y se dispone a su respecto que ellos deberán ser
recogidos, identificados y conservados bajo sello, esto es, se dispone aquello que podría
llamarse sin dificultad como el inicio de la cadena de custodia, que permita que en el futuro
del proceso aquello que se haga en este momento y a lo largo del mismo permita otorgarle
un alto grado de confiabilidad para indicar en su momento que se trata de aquellos que (a)
parecieren haber servido o haber estado destinados a la comisión del hecho investigado, o
(b) los que de él provinieren, o (c) que se encontraren en el sitio del suceso a que se refiere
la letra c) del artículo 83 o (d) que se encontraren en poder del imputado o de otra persona.
2° En la etapa intermedia: al respecto, parece necesario referirse a varias disposiciones, para
los efectos de explicar qué es lo que se hace respecto de la prueba documental y material en
esta fase, donde se verifica la oferta de prueba de las partes para ser llevada a juicio y el
juez de garantía, luego de debatido el punto, decide acerca de la admisibilidad de la prueba
para esos efectos. Esto significa, entonces, que a más tardar durante la denominada audiencia
de preparación de juicio oral, (1) las partes realizan sus alegaciones destinadas a señalarle a
la contraria y al tribunal cuál es aquella prueba que pretenden incorporar al juicio para
acreditar sus proposiciones fácticas, por resultar pertinente o relevante en relación a su teoría
del caso. (2) De aquella oferta probatoria, el juez otorga a la o las contraria (s) la posibilidad
de debatir acerca de la pertinencia, necesidad y legalidad de la ofrecida. Y (3) luego de ello,
el juez de garantía resuelve acerca de cuál es la prueba que admite para ser llevada a juicio.
Veamos qué disposiciones debemos tener presente en relación a la prueba documental
y material que aquí nos interesa:
(1) Oferta de medios de prueba por los intervinientes:
 “Artículo 295.- Libertad de prueba. Todos los hechos y circunstancias pertinentes
para la adecuada solución del caso sometido a enjuiciamiento podrán ser probados
por cualquier medio producido e incorporado en conformidad a la ley.”

 “Artículo 259.- Contenido de la acusación. La acusación deberá contener en forma


clara y precisa:
f) El señalamiento de los medios de prueba de que el ministerio público pensare
valerse en el juicio”.
 “Artículo 261.- Actuación del querellante. Hasta quince días antes de la fecha
fijada para la realización de la audiencia de preparación del juicio oral, el
querellante, por escrito, podrá:
c) Ofrecer la prueba que estimare necesaria para sustentar su acusación, lo que
deberá hacerse en los mismos términos previstos en el artículo 259”
 “Artículo 263.- Facultades del acusado. Hasta la víspera del inicio de la audiencia
de preparación del juicio oral, por escrito, o al inicio de dicha audiencia, en forma
verbal, el acusado podrá:
c) Exponer los argumentos de defensa que considere necesarios y señalar los medios
de prueba cuyo examen en el juicio oral solicitare, en los mismos términos previstos
en el artículo 259.”
(2) Debate entre las partes acerca de las pruebas ofrecidas por la contraria:
 “Artículo 272.- Debate acerca de las pruebas ofrecidas por las partes. Durante la
audiencia de preparación del juicio oral cada parte podrá formular las solicitudes,
observaciones y planteamientos que estimare relevantes con relación a las pruebas
ofrecidas por las demás, para los fines previstos en los incisos segundo y tercero del
artículo 276.”
(3) Decisión judicial acerca de la admisibilidad de la prueba ofrecida por las partes:
 “Artículo 276.- Exclusión de pruebas para el juicio oral. El juez de garantía, luego
de examinar las pruebas ofrecidas y escuchar a los intervinientes que hubieren
comparecido a la audiencia, ordenará fundadamente que se excluyan de ser rendidas
en el juicio oral aquellas que fueren manifiestamente impertinentes y las que
tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios.
Si estimare que la aprobación en los mismos términos en que hubieren sido
ofrecidas las pruebas testimonial y documental produciría efectos puramente
dilatorios en el juicio oral, dispondrá también que el respectivo interviniente reduzca
el número de testigos o de documentos, cuando mediante ellos deseare acreditar unos
mismos hechos o circunstancias que no guardaren pertinencia sustancial con la
materia que se someterá a conocimiento del tribunal de juicio oral en lo penal.
Del mismo modo, el juez excluirá las pruebas que provinieren de actuaciones
o diligencias que hubieren sido declaradas nulas y aquellas que hubieren sido
obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales.
Las demás pruebas que se hubieren ofrecido serán admitidas por el juez de
garantía al dictar el auto de apertura del juicio oral.”
“Artículo 323.- Medios de prueba no regulados expresamente. Podrán admitirse
como pruebas películas cinematográficas, fotografías, fonografías,
videograbaciones y otros sistemas de reproducción de la imagen o del sonido,
versiones taquigráficas y, en general, cualquier medio apto para producir fe.
El tribunal determinará la forma de su incorporación al procedimiento,
adecuándola, en lo posible, al medio de prueba más análogo.”
3° En la etapa de juicio: al respecto, la precariedad de su regulación es manifiesta, pues
solamente encontramos una norma que se refiere a la forma en que la prueba documental y
material es introducida al juicio.
 “Artículo 333.- Lectura o exhibición de documentos, objetos y otros medios. Los
(1) documentos serán leídos y exhibidos en el debate, con indicación de su origen.
(2) Los objetos que constituyeren evidencia deberán ser exhibidos y podrán ser
examinados por las partes. Las grabaciones, los elementos de prueba audiovisuales,
computacionales o cualquier otro de carácter electrónico apto para producir fe, se
reproducirán en la audiencia por cualquier medio idóneo para su percepción por
los asistentes. El tribunal podrá autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura o
reproducción parcial o resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello
pareciere conveniente y se asegurare el conocimiento de su contenido. Todos estos
medios podrán ser exhibidos al acusado, a los peritos o testigos durante sus
declaraciones, para que los reconocieren o se refirieren a su conocimiento de
ellos.”
De lo transcrito, puede señalarse que dentro de la regulación legal chilena, parecen
ignorarse aquellos pasos o etapas que resulta necesario recorrer para lograr introducir al juicio
información confiable que pueda ser usada por el tribunal para su tarea de valoración positiva
de la prueba que sea rendida en el juicio. Al punto que al final del precepto antes transcrito
se plantea como facultativo que las partes exhiban los documentos u objetos al acusado, a
los peritos o testigos durante sus declaraciones, para que los reconocieren o se refirieren
a su conocimiento de ellos, pese a que al principio del precepto se establece la obligatoriedad
de dicha exhibición (Los documentos serán leídos y exhibidos (…) Los objetos (…) deberán
ser exhibidos.)
Sin embargo, también debe indicarse que de modo genérico se alude a la capacidad para
generar convicción en el tribunal, al indicar que la reproducción de cualquier medio de
prueba, tales como (a) grabaciones, (b) los elementos de prueba audiovisuales, (c)
computacionales o (d) cualquier otro de carácter electrónico apto para producir fe se
efectuará por cualquier medio idóneo para su percepción por los asistentes. Esto es, se está
refiriendo aquí a que el instrumento elegido para incorporar la información que portan estos
medios de prueba aludidos en la norma, debe tratarse de uno que permita efectivamente que
ella sea percibida por los asistentes, esto es, que permita que el cerebro –fundamentalmente
de los jueces- detecte las sensaciones que recibe a través de los sentidos para formar una
impresión consciente de la realidad física de su entorno, de modo que se produzca el conjunto
de procesos mentales mediante el cual una persona selecciona, organiza e interpreta la
información, a partir normalmente en este caso de las máximas de experiencia judicial, de
manera lógica o significativa.
Ello es lo que nos permite, junto con la idea esencial de que de lo que se trata en un juicio
es lograr introducir al mismo información de la máxima calidad posible para que el tribunal
decida en forma justa los hechos debatidos, señalar que existirá siempre el requisito de
producir información confiable a través de los medios de prueba precisamente para que los
decisores puedan realizar la labor a la que están llamados por el ordenamiento jurídico y
puedan dar por establecidos los hechos que consideren probados y adjudicar el derecho.
Y ello se traducirá, entonces, en que respecto de la prueba documental y material resulta
coherente con lo señalado el procurar garantizar la confiabilidad de la información que
portan dichos instrumentos probatorios, para que de esa manera los jueces al decidir puedan
apoyarse sin dificultad en los mismos y los utilicen en su labor de establecimiento de los
hechos.
Y desde luego las fases antes señaladas, que tienen precisamente esa virtud, servirán al
objetivo y les otorgarán entonces la confiabilidad que los juzgadores requieren para realizar
la labor antes señalada.
De allí que, sin que se encuentren expresamente contemplados como pasos
normativamente exigidos por las reglas legales chilenas para los efectos de ser valorados por
el tribunal (en ningún caso se plantean como causales de admisibilidad de esta prueba),
estamos en condiciones de sostener que aquellos indicados relativos a la llamada:
(1) credibilidad externa, requiere que:
(1.1) el medio de prueba sea pertinente, lo que deberá ser especialmente abordado en la
oferta, debate y admisibilidad de la prueba que tiene lugar durante la etapa intermedia, como
se dijo;
(1.2) se elija, ya en el juicio, un declarante idóneo para hablar del mismo,
(1.3) a quien se le exhiba el instrumento probatorio de que se trate;
(1.4) el medio de prueba vivo que haya sido elegido para introducir el documento o el
objeto de que se trate explique suficientemente:
 (1.4.1) de qué manera lo conoce,
 (1.4.2) cómo es que lo reconoce, y
 (1.4.3) qué es.
(2) Por su parte, la credibilidad interna requerirá:
(2.1) que el testigo idóneo exprese cuál es la importancia que el medio de prueba de que
se trate tiene para el establecimiento de los hechos debatidos en el juicio.
Con dicha declaración, (3) el tribunal estará en condiciones de efectuar una adecuada
ponderación del medio de prueba de que se trate, de manera de establecer, en primer lugar,
la fuerza probatoria que puede ser atribuido al mismo en forma individual y, en segundo
lugar, analice la coherencia que la información que fluye de los mismos tiene en relación a
la que emana del resto de los medios de prueba rendidos en el juicio y decidir, de esta manera,
usarlo para su tarea de establecimiento de los hechos que estimará probados, esto es,
seleccionar las porciones de información que surjan de esta prueba, que el tribunal considere
que son aptas para dar por establecidas determinadas proposiciones fácticas.
Ahora bien, es necesario tener en cuenta algunas distinciones adicionales para los
efectos de comprender de mejor manera las peculiaridades de estos medios de prueba en el
ordenamiento jurídico chileno.
La primera de ellas dice relación con la necesaria precisión acerca de que se trata de
dos medios de prueba que estamos abordando aquí, esto es:
1. Prueba documental.
2. Prueba material.
Y ello tiene importancia esencialmente porque respecto de los primeros la manera
normal de introducirlos al juicio será a través de la lectura, aun resumida. Al respecto, los
profesores María Inés Horvitz y Julián López Masle (ídem, pp. 306) señalan, a partir de lo
prescrito en el artículo 333 citado, que “los documentos serán leídos y exhibidos en el debate,
con indicación de su origen. Sólo una vez que se han realizado estas operaciones, puede
solicitarse al tribunal que tenga por incorporado el respectivo documento al debate. En
consecuencia, no cabe "acompañar" los documentos y ponerlos a disposición del tribunal.
Tal actuación vulneraría los principios de oralidad, inmediación y contradicción del juicio
oral. Lo que ingresa al debate es el contenido ideológico del documento, no su materialidad.”
Hay un tema de efectivo control por las partes de la prueba que ingresa al juicio, de respeto
íntegro al principio de contradictoriedad en su versión fuerte, de manera que la valoración de
la información por el tribunal se efectúe sobre aquello que efectivamente se leyó en el juicio
y no de porciones de la misma que hayan estado contenidos en los documentos y que, sin
embargo, no fueron materialmente incorporados como prueba al debate. En otras palabras,
lo que se ingresa al juicio respecto de la prueba documental es aquella información concreta
que se porta en el documento y que es leída en la audiencia del juicio, de modo que a través
de esta forma aquella puede ser efectivamente controlada por la parte contraria de la que
incorpora al juicio esta prueba.
Por otro lado, históricamente se suele distinguir entre los (1) instrumentos públicos
y los (2) instrumentos privados, lo que hace necesario en relación al proceso penal señalar
que ello se vincula con la confiabilidad que pueden tener unos u otros, atendido a que en los
primeros normalmente no será necesario realizar la labor de autenticación o acreditación, en
atención a que por su propia naturaleza referidas a ciertos resguardos adoptados en el proceso
de generación del mismo, resultan fiables en cuanto a lo que hemos llamado su credibilidad
externa, de manera que puede obviarse a su respecto todo ese proceso relativo a la selección
del testigo de acreditación y la exhibición del mismo, así como la explicación que éste debe
realizar para los efectos que el tribunal asuma que está frente al medio de prueba que la parte
ha ofrecido.
En este sentido, entendemos que la regulación contenida en el artículo 333 antes
citado, no establece como un requisito absoluto su acreditación o autenticación, sino que lo
señala solamente como una posibilidad, que podemos asociar con la confiabilidad antes
indicada para los efectos de la asignación del valor probatorio respectivo. Recordemos que
dicho precepto habla que los documentos o instrumentos podrán ser exhibidos al acusado,
a los peritos o testigos durante sus declaraciones, para que los reconocieren o se refirieren
a su conocimiento de ellos. Y ello resultará comprensible en relación normalmente (sin
perjuicio que ello no siempre operará de esta forma) a la distinción efectuada sobre los
documentos en públicos y privados, entendiendo que solamente respecto de estos últimos por
regla general será necesario efectuar la autenticación para permitir otorgarle a los mismos la
credibilidad externa de la que hemos hablado. En la doctrina, Andrés Baytelman y Mauricio
Duce, en su texto Litigación Penal y Juicio Oral (Editorial Diego Portales, Santiago-Chile,
2004, pp. 167), señalan: “hay objetos y documentos cuya naturaleza o autenticidad es tan
evidente que sus exigencias de acreditación disminuyen ostensiblemente o desaparecen.”
Atendiendo para ello a la lógica del sentido común.
En cambio, respecto de los objetos siempre será necesario efectuar esta acreditación
para los efectos que el tribunal del juicio de hecho pueda considerar positivamente la
información que proviene de los mismos.
Respecto de esta acreditación, en el texto citado acerca de la Litigación Penal y Juicio
Oral (pp. 164-165), Andrés Baytelman y Mauricio Duce sostienen: “La principal
consecuencia de la lógica de la desconfianza es la exigencia de que los objetos y documentos
deban en general ser “acreditados” (o cualquiera otra denominación que se adopte para
esta idea); esto es, que alguien declare que efectivamente aquel objeto corresponde a aquello
que la parte pretende que es. Esto implica que los objetos y documentos deben ser ingresados
por lo general a través de testimonio (en sentido amplio, comprendiendo tanto testigos como
peritos).”
Luego (pp. 165), agregan: “Desde el punto de vista de las reglas de la prueba, la
acreditación es una exigencia de admisibilidad.” Aunque nosotros, para evitar confusiones
que en el caso de las legislaciones procesales como la chilena en que se distingue de manera
clara entre la fase de admisibilidad de la prueba, que se efectúa en la etapa intermedia y la
fase de producción, desahogo o rendición de la prueba, que tiene lugar en la etapa de juicio,
preferimos hablar que la acreditación tiene la capacidad de establecer la credibilidad externa
del medio de prueba de que se trate.
Para los efectos de esta acreditación o autenticación de objetos, estos autores
distinguen (pp. 170) los siguientes pasos:
“1º paso: Elijo a un testigo idóneo para reconocer el objeto o documento.
Generalmente esto coincidirá con la necesidad de utilizar el objeto o documento para el
examen o contraexamen del testigo que lo reconocerá, aunque no hay necesidad de que sea
así. Es posible también que un mismo objeto o documento pueda ser acreditado por más de
un testigo.
• 2º paso: Le exhibo el objeto o documento al testigo, preguntándole si lo reconoce.
Ejemplo: “Le voy a mostrar lo que ha sido previamente marcado como el objeto Nº X de la
parte que represento (fiscalía o defensa). ¿Lo reconoce? ¿Podría decirnos qué es?”.
• 3° paso: Le pido al testigo razones de su reconocimiento. “¿Cómo lo reconoce?”
(“¿cómo sabe que es el arma encontrada en la escena del crimen, considerando que hay miles
de armas iguales a esta?”; “¿cómo sabe que es la ropa que llevaba puesta el imputado al
momento de la detención…?”).
• 4° paso: Lo ofrezco en la prueba. La petición es realizada al presidente, quien
debería preguntar por objeciones a las demás partes. Si no hay objeción, o si ellas son
rechazadas por el tribunal, el objeto se declara ingresado en la prueba, y puede ser utilizado
de ahí en adelante por todos los intervinientes, tanto en el resto de la presentación de la prueba
como en los alegatos, y no requiere ser reconocido nuevamente (sin perjuicio de las
cuestiones de credibilidad).
• 5º paso: Utilizo el objeto o documento (hago que el testigo fije las posiciones en el
diagrama, le pido que lea y explique los asientos de libro de contabilidad, le pido al perito
que muestre en qué posición fue hallada la huella digital en el arma, le pido al imputado que
vista la chaqueta del modo que la llevaba ese día, etc.). En suma, inserto el objeto o
documento en el relato.”
Cabe señalar que el ofrecimiento del que se habla en este texto en el cuarto paso es
aquel que se efectúa en la audiencia de juicio misma y no se corresponde propiamente con la
oferta probatoria que debe efectuarse, como se vio, en la etapa intermedia.
A su turno, en el texto sobre Litigación Estratégica en el Proceso Penal, de los autores
Blanco, Decap, Moreno y Rojas (Lexis Nexis, 2005, Santiago de Chile, pp. 225 y siguientes),
respecto de la acreditación de los objetos indican que pueden sistematizarse en los siguientes:
Paso 1. Selección de un testigo idóneo.
Paso 2. Relato de los hechos asociados al medio de prueba y descripción
particularizada del testigo o perito.
Paso 3. Permiso para exhibir el objeto.
Paso 4. Exhibición del objeto a las otras partes.
Paso 5. Exhibición del objeto al testigo preguntándole si lo reconoce.
Paso 6. Eventualmente, se solicita al testigo que utilice el objeto para describir o
explicar ciertos hechos o para que demuestre la forma exacta en que éstos habrían ocurrido.
Paso 7. Finalmente, no siendo condición de validez para su valoración por el tribunal,
se recomienda solicitar tener por incorporado como prueba el respectivo objeto.
Agregando luego, a propósito de los documentos (pp. 229): estos “… deben ser leídos
y exhibidos en el debate, con indicación de su origen (art. 333). El tribunal podrá autorizar,
con acuerdo de las partes, la lectura o reproducción parcial o resumida de los medios de
prueba mencionados, cuando ello pareciere conveniente y se asegurare el conocimiento de
su contenido. Estos medios podrán ser exhibidos al acusado, a los peritos o testigos durante
sus declaraciones, para que los reconozcan o se refieran a su conocimiento de ellos.
“El procedimiento para su introducción es casi idéntico al utilizado para los objetos,
con la salvedad que los documentos además deben ser leídos, aunque no necesariamente en
su integridad (art. 333).”
Entonces, resulta sugerente distinguir, en el caso de la regulación chilena, conforme
ha sido además reconocido por la jurisprudencia, según señalaremos, los requisitos para los
efectos de su incorporación –también llamado para efectos de autenticación o acreditación-
a juicio de los medios de prueba:

1° Documentales: exhibición y lectura, aun parcial.


2° Material o de objetos: exhibición y examinación.
En este sentido, si bien es cierto no encontramos sentencias de la Corte Suprema
chilena que refieran con detalle la manera en que se introducen a juicio estos medios de
prueba, si las hay que indican aunque sea de manera escueta la manera en que se entiende
cumplido el requisito legal, como por ejemplo se señala en la causa Rol N° 2025-2013, en el
considerando séptimo, en que se señala: “no hay duda alguna de que el documento
denominado formulario de toma de datos en accidentes de tránsito fue incorporado al juicio
a través de la exhibición que se hace de éste al funcionario de Carabineros Claudio Antonio
Álvarez Moya, Sargento Segundo, quien en primer término hace referencia a las
circunstancias en que se verificó el procedimiento por accidente de tránsito, y luego al
exhibírsele el documento lo reconoce.” Si bien es cierto se puede apreciar aquí que no se
hace referencia a la lectura, lo que se dice expresamente en la causa Rol N° 7331-2013,
considerando noveno, en términos que se entiende debe ser “incorporada de la manera que
prescribe el artículo 333 del Código adjetivo, esto es, mediante su lectura”.
A nivel de Cortes de Apelaciones, es posible citar algunos fallos en los cuales se
señala la forma en que los documentos deben ser incorporados a juicio, por ejemplo en la
causa Rol N° 1206-2010 de la Corte de Apelaciones de Santiago, en que se indica en su
considerando siete que éstos deben ser “leídos y exhibidos en el debate, con indicación de su
origen y permitiendo a sus intervinientes examinar la prueba incorporada por la parte
contraria”. También en el considerando noveno de la causa Rol N°1412-2010, esa misma
Corte expresa que “el artículo 333 hace una referencia expresa a la lectura o exhibición de
documentos, objetos y otros medios, ordenando que los primeros sean leídos y exhibidos en
el debate, con indicación de su origen.”
En los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal se suele hacer referencia a la
incorporación de la evidencia material en forma bastante escueta. Así, por ejemplo, en la
causa sobre Tráfico ilícito de drogas reiterado, Cohecho reiterado y Tráfico de Armas, del 4°
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, RUC: 1600653683-6, RIT: 623-2017, en el
considerando primero a propósito de la prueba de cargo rendida, se menciona respecto de la
prueba material: “Reconoce la evidencia material Nº 10 como el teléfono personal de
Bustamante incautado en su detención. Reconoce la evidencia Nº 11 como el reloj marca
Diesel que portaba el funcionario Bustamante al momento de su detención. Reconoce la
evidencia Nº 13 como el padrón de identificación de arma de fuego a nombre del funcionario
Bustamante, que éste portaba al momento de su detención. Reconoce la evidencia Nº 14
como el teléfono celular, cargador y manos libres, marca Samsung que portaba el
funcionario Bustamante al momento de su detención y que estaba adosado al globo de hule
de color azul que contenía la sustancia vegetal. Reconoce las evidencias Nº 15, 16 y 17 como
el envoltorio en que se encontraba la droga, el bolso deportivo en donde se encontraban las
demás pertenencias y la documentación en donde consta el número de teléfono del “Pelao
chico”, respectivamente, que portaba el funcionario Bustamante al momento de su
detención. El funcionario accedió al allanamiento de su domicilio, por lo que concurrimos
al lugar en donde el propio sujeto señaló que el arma no la tenía ahí, que la había entregado
a una amiga. En un closet encontramos ocultos en un gorro la suma de ciento cincuenta mil
pesos. También había una caja en donde estaba empaquetada la pistola que había adquirido,
en su interior había accesorios como una baqueta y un cargador, además de toda la
documentación reglamentaria. Reconoce la evidencia Nº 21 como la caja en la que se
resguarda el arma policial adquirida en la tienda Ad Market de calle Bulnes. Reconoce la
evidencia Nº 23 como la factura correspondiente a la compra del armamento levantada
desde el armario del domicilio del imputado. Reconoce la evidencia Nº 24 como la
documentación encontrada y necesaria para la adquisición del arma.”
En otra causa del mismo tribunal, respecto de un presunto delito de desacato, se indica
sobre la prueba documental en causa RUC: 1700964267-6, RIT: 200-2018: “Reconoce el
documento exhibido como el papel que enseñó a los carabineros ese día.” Y respecto de
prueba material “4. CD respaldo digital del audio de la audiencia efectuada con fecha
11/06/2017 celebrada en el RUC 1600807755-3 del 12° Juzgado de Garantía de Santiago,
en la cual se decretó respecto del acusado la prohibición de acercarse a la víctima. bloque
03 am ordenes-20170611-00-04- ACD_4083 SENTPS .mp3. 5. Copia de sentencia
condenatoria en causa RUC 1600807755-3 por el 12° Juzgado de Garantía de Santiago de
fecha 11 de junio de 2017.”
Como puede verse, en el caso chileno los “requisitos” para que estos medios de
prueba ingresen al juicio son paupérrimos, de manera que lo que hemos llamado credibilidad
externa resulta satisfecho de manera bastante simple, solamente a través del reconocimiento
que efectúa un testigo al declarar en el juicio y todo el énfasis entonces se pone en cuanto a
lo que hemos llamado la credibilidad interna, para los efectos de la consideración que para
efectos probatorios le es otorgada finalmente a dichos medios de prueba y que normalmente
se vinculan con la coherencia que guarden con las demás probanzas rendidas en el juicio oral,
en una valoración conjunta de los medios de prueba, desapareciendo normalmente la
posibilidad de ponderar su valor probatorio individual.
IV- Regulación normativa relativa a las pruebas documentales en el Código Nacional
de Procedimientos Penales de México.
Este cuerpo de normas, de relativa nueva data (fue aprobado este código único el 5
de marzo de 2014), contiene diversas regulaciones sobre estos antecedentes que pueden
constituirse en medios de prueba que se presenten para ser desahogados en el juicio, luego
de recorrer distintas etapas, que como en la legislación antes citada, permite distinguir sin
dificultad las tres etapas clásicas en que se divide el proceso penal: investigación, intermedia
y juicio. En la nomenclatura mexicana, primero se habla de datos de prueba que luego pueden
llegar a ser medios de prueba.
De allí que parezca interesante repasar las diversas fases antes indicadas, para indagar
en las diversas regulaciones que es posible encontrar en este cuerpo de normas:
1. Etapa de investigación
Como es sabido, esta etapa inicial del proceso penal es aquella en la que el ministerio
público, en su condición de director de la investigación y titular de la acción penal, forma
una carpeta de investigación, con apoyo en policías, peritos y analistas para la paulatina
construcción y consolidación de su teoría del caso, realizando diversos actos de investigación
para el esclarecimiento de hechos con apariencia de delito, recorriendo un camino procesal
que avanza, agotando grados del conocimiento que estarán normalmente vinculados a los
distintos estándares aplicables en las diversas audiencias que tienen lugar en esta etapa,
distinguiéndose fundamentalmente la audiencia de discusión de medidas cautelares y la de
vinculación a proceso. Como lógica consecuencia del carácter adversarial del proceso, la
defensa también puede y debe construir su propia teoría del caso y entonces realizar su propio
esquema de investigación, en donde la información que recopile también debe expresarse en
datos de prueba que pueda legítimamente utilizar en las diversas audiencias que se realicen
en esta etapa.
Del capítulo I, Título III: Disposiciones comunes a la investigación, destacamos el
artículo 213, que define el objeto de la investigación, señalando: “La investigación tiene por
objeto que el Ministerio Público reúna indicios para el esclarecimiento de los hechos y, en
su caso, los datos de prueba para sustentar el ejercicio de la acción penal, la acusación
contra el imputado y la reparación del daño.”
También el artículo 214, que establece los diversos principios que rigen a las
autoridades de la investigación, indicando al respecto: “Las autoridades encargadas de
desarrollar la investigación de los delitos se regirán por los principios de legalidad,
objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez, lealtad y respeto a los derechos humanos
reconocidos en la Constitución y en los Tratados.”
De las normas transcritas se desprende una serie de expresiones y nociones
específicas y aplicables a la teoría de la prueba, atendibles para la etapa de investigación:
indicio, evidencia, dato de prueba, las que son definidas por Laura Alejandra Londoño
Jaramillo, J.A., en su artículo La Evidencia Digital y el Documento Electrónico en las Etapas
del Proceso Penal Acusatorio; tecnología, litigación y pruebas, Praxis Legal No. 19,
noviembre 2017, Bosch, México, de la manera siguiente:
 “Indicio: es el elemento que puede o no tener relación con los hechos materia de
investigación.” Por nuestra parte, preferimos adherirnos a las nociones tradicionales
de esta expresión y que, por lo demás se recoge en el primer significado que recoge
el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, como fenómeno que
permite conocer o inferir la existencia de otro no percibido, sin perjuicio que
atendido el contexto del uso de la expresión en el CNPP de México, pareciera hacerla
sinónimo de la idea de signo, huella, vestigio o rastro dejado durante la actividad
delictual.
 “Evidencia: es el elemento que, de modo más particular se puede establecer durante
la investigación, puede tener relación directa o indirecta con los hechos y que será
en todo tiempo y mientras dure el proceso o tenga la vida este elemento; deberá
tenerse en las mejores condiciones de preservación para mantener sus calidades y
naturaleza en términos de capacidad de demostración de hechos y circunstancias.”
Nosotros lo entenderemos como el indicio en el sentido antes anotado, que es
recogido e incorporado de alguna forma a la carpeta de investigación y que sirve para
construir la noción de dato de prueba.
 “Dato de prueba: es el contenido o información derivada de las evidencias que han
sido sometidas a través del esquema de procesamiento que les corresponde, a
análisis, estudios e interpretaciones de peritos en las materias a que haya lugar. La
noción de datos de prueba, y atendiendo un grado de probabilidad, es suficiente para
los extremos procesales desenvolverse durante la etapa de investigación,
específicamente durante la audiencia inicial en la fase complementaria.”
Agreguemos que son los antecedentes que aportan las partes durante las diversas
audiencias de la etapa de investigación para los efectos de acreditar, con los
estándares de probabilidad respectivos, los asertos que cada una plantea.
Una de las técnicas utilizadas en esta etapa de la investigación, que suele ser usada como
base para el procesamiento de las evidencias, es la cadena de custodia, que debiera permitir
establecer la identidad e inalterabilidad del elemento en un tiempo y unos espacios físicos,
así como la continuidad e identidad de quienes entran en contacto con el elemento.
El CNPP de México regula expresamente esta institución en el capítulo III, Título III,
relativo a las técnicas de investigación, en el artículo 227, indicando: “La cadena de custodia
es el sistema de control y registro que se aplica al indicio, evidencia, objeto, instrumento o
producto del hecho delictivo, desde su localización, descubrimiento o aportación, en el lugar
de los hechos o del hallazgo, hasta que la autoridad competente ordene su conclusión.
Con el fin de corroborar los elementos materiales probatorios y la evidencia física, la
cadena de custodia se aplicará teniendo en cuenta los siguientes factores: identidad, estado
original, condiciones de recolección, preservación, empaque y traslado; lugares y fechas de
permanencia y los cambios que en cada custodia se hayan realizado; igualmente se
registrará el nombre y la identificación de todas las personas que hayan estado en contacto
con esos elementos.”
Luego, el artículo 228 señala cuáles son los responsables de la cadena de custodia,
expresando: “La aplicación de la cadena de custodia es responsabilidad de quienes, en
cumplimiento de las funciones propias de su encargo o actividad, en los términos de ley,
tengan contacto con los indicios, vestigios, evidencias, objetos, instrumentos o productos
del hecho delictivo.
Cuando durante el procedimiento de cadena de custodia los indicios, huellas o vestigios
del hecho delictivo, así como los instrumentos, objetos o productos del delito se alteren, no
perderán su valor probatorio, a menos que la autoridad competente verifique que han sido
modificados de tal forma que hayan perdido su eficacia para acreditar el hecho o
circunstancia de que se trate. Los indicios, huellas o vestigios del hecho delictivo, así como
los instrumentos, objetos o productos del delito deberán concatenarse con otros medios
probatorios para tal fin.
Lo anterior, con independencia de la responsabilidad en que pudieran incurrir los
servidores públicos por la inobservancia de este procedimiento”.
Como se puede observar en la disposición anterior, parece hacerse sinónimos las
expresiones de indicios, huellas o vestigios del hecho delictivo, con el significado antes
anotado, lo que se diferencia de los instrumentos, objetos o productos del delito, que se
encuentran ya vinculados a la idea de artefacto mecánico fabricado por el hombre que ha sido
usado en la comisión del delito o fue obtenido en él.
La autora antes mencionada, Londoño Jaramillo, razona acerca de que tratándose de la
evidencia electrónica, la manera de acreditar la conservación de la información para ser
llevada a juicio, es a través de la cadena de custodia, que es lo que en esta etapa debiere
interesarnos -luego veremos el problema de la selección de un perito para los efectos de
incorporar al juicio esa información-. “Debe estarse atento a controlar los efectos negativos
de las características de este tipo de evidencia: volatilidad, posibilidad de duplicación y
copiado, la posibilidad de modificación, alteración y manipulación en sus contenidos, lo que
incluye fechas y horas, por ejemplo, de elaboración de un texto, envío de un mensaje; esto
en lo técnico, así como otros aspectos relevantes en lo sustantivo de los contenidos, ya que
esta evidencia puede también ser desechada o destruida, y en algunos casos puede ser
anónima con dificultad de identificación de fuentes humanas de producción, porque nos
enfrentamos a usuarios virtuales e inmateriales por establecer.”
El artículo 229 precisamente apunta a la necesidad de operar de esta manera, pues nos
indica que resulta necesario el aseguramiento de bienes, instrumentos, objetos o productos
del delito, prescribiendo: “Los instrumentos, objetos o productos del delito, así como los
bienes en que existan huellas o pudieran tener relación con éste, siempre que guarden
relación directa con el lugar de los hechos o del hallazgo, serán asegurados durante el
desarrollo de la investigación, a fin de que no se alteren, destruyan o desaparezcan. Para
tales efectos se establecerán controles específicos para su resguardo, que atenderán como
mínimo a la naturaleza del bien y a la peligrosidad de su conservación.”
De este modo, durante la etapa de investigación y con la aplicación de técnicas en materia
de “cómputo forense”, los peritos en esta materia y demás intervinientes que entran en
contacto con evidencias digitales y documentos electrónicos, nos señala la autora citada que
deben generar las condiciones de: (1) autenticidad, (2) confiabilidad, (3) suficiencia e (4)
idoneidad, “con apego a normas contenidas en protocolos y estándares internacionales, de
tal modo que el filtro de la etapa intermedia sea favorable al determinar la admisión del
medio de prueba por la calidad, tanto de la evidencia misma como de sus respectivos
registros, donde se establezca que desde la recolección del elemento hasta su destino final
se ha actuado con el propósito de un verdadero control de permanencia en condiciones de
pertinencia y utilidad para probar hechos y circunstancias en juicio.”
Recomienda a los litigantes un adecuado aprendizaje de las competencias técnicas en
buenas prácticas de cómputo forense para el registro y resguardo de evidencia digital y
documento electrónico, de modo tal de generar las bases de admisibilidad necesarias,
dependiendo del tipo de evidencia de que se trate, para su posterior desahogo en juicio.
“El código o algoritmo puede tener muchos caracteres, mientras mayor es su número,
menos factible resulta su alteración y mayor la calidad en cuanto a la seguridad de los
contenidos”.
Y especifica algunas de las técnicas que recomienda tratándose de los correos
electrónicos, indicando que en el área de cómputo forense en este tema, “el perito orienta su
trabajo en la búsqueda de los siguientes datos:
1) Encabezado (desde donde es enviado un correo, las direcciones electrónicas de correos);
2) Quien lo envía;
3) Fechas y horas (el globo terráqueo está dividido por zonas horarias, esta identificación
permite ir cercando geográficamente la fuente emisora del correo);
4) Los protocolos de internet ( IP ) a efecto de identificar físicamente el equipo de donde sale
el correo.”
Entregando información actualizada de lo que ocurre en estos temas en México, nos
indica que “desde el año 2012, se cuenta con un Protocolo de Investigación Aplicable al
Manejo de la Evidencia Digital, documento (…) elaborado por la Procuraduría General de
la República (PGR), que establece reglas, congruentes a estándares internacionales, que
promueven buenas prácticas para la metodología de recolección, preservación y análisis
que deben ser atendidos; no obstante, se advierte que en la actualidad se realiza una revisión
general y específica de todo el material consistente en protocolos de actuación a nivel
institucional, con el propósito de hacer de todo este soporte un conjunto de información
actualizada más acorde a las cuestiones técnicas para el proceso penal dentro del sistema
acusatorio y adversarial.
Además (…) se cuenta con un soporte ilustrativo para nociones, denominado: Guía
de especialidades periciales federales, documento emitido por la PGR, del que me permito
citar algunos aspectos que deben ser resaltados en el trabajo que adelantan las autoridades
encargadas de la etapa de investigación en México, el esquema de intervención de los peritos
en cómputo forense y telecomunicaciones, que no obstante ser dos áreas diversas trabajan
en ocasiones de manera conjunta. La Guía destaca aspectos en:

✓ En informática.

✓ Identificación de acceso y/o uso no autorizado a equipos de cómputo.


✓ Falsificación de documentos mediante equipos de cómputo.
✓ Identificación de fraudes financieros a través de una red informática.
✓ Ataques informáticos a servidores.
✓ Robo de programas de cómputo.

✓ Identificación de correos electrónicos.


✓ Recuperación de información de dispositivos digitales de almacenamiento.
✓ Ataques a redes informáticas de cómputo.
✓ Rastreo de servidores.

✓ Análisis de licitaciones y/o contrato en sistemas y equipos de cómputo.


✓ En comunicaciones y electrónica.
✓ Identificación de dispositivos y/o equipos de telecomunicaciones.
2. Etapa intermedia
Esta fase, que va desde el cierre de la investigación hasta la dictación del auto de
apertura del juicio oral en la audiencia intermedia, en lo relacionado con nuestro objeto de
estudio, se encuentra regulada en el título VII, de la Etapa intermedia, Capítulo I: Objeto, en
donde nos encontramos el artículo 334, que expresa: “La etapa intermedia tiene por objeto
el ofrecimiento y admisión de los medios de prueba, así como la depuración de los hechos
controvertidos que serán materia del juicio.
Esta etapa se compondrá de dos fases, una escrita y otra oral. La fase escrita iniciará
con el escrito de acusación que formule el Ministerio Público y comprenderá todos los actos
previos a la celebración de la audiencia intermedia. La segunda fase dará inicio con la
celebración de la audiencia intermedia y culminará con el dictado del auto de apertura a
juicio.”
Es en esta etapa intermedia, cuando los adversarios procesales representados por el
ministerio público, el asesor jurídico de víctimas y ofendidos, en su caso y la defensa del
inculpado promueven, ante el juez de control, un ejercicio amplio de depuración procesal y
probatoria, debiendo éste decidir precisamente cuál será el objeto del juicio y cuáles serán
los medios de prueba que serán desahogados en el mismo.
El artículo 344 del CNPP nos indica cómo es que se desarrolla esta audiencia
intermedia, señalando: “Al inicio de la audiencia el Ministerio Público realizará una
exposición resumida de su acusación, seguida de las exposiciones de la víctima u ofendido
y el acusado por sí o por conducto de su Defensor; acto seguido las partes podrán deducir
cualquier incidencia que consideren relevante presentar. Asimismo, la Defensa promoverá
las excepciones que procedan conforme a lo que se establece en este Código.
Desahogados los puntos anteriores y posterior al establecimiento en su caso de
acuerdos probatorios, el Juez se cerciorará de que se ha cumplido con el descubrimiento
probatorio a cargo de las partes y, en caso de controversia abrirá debate entre las mismas
y resolverá lo procedente.
Si es el caso que el Ministerio Público o la víctima u ofendido ocultaron una prueba
favorable a la defensa, el Juez en el caso del Ministerio Público procederá a dar vista a su
superior para los efectos conducentes. De igual forma impondrá una corrección
disciplinaria a la víctima u ofendido.”
Pero resulta útil transcribir también algunas otras normas que dicen relación
concretamente con los medios de prueba de los que estamos aquí hablando, cuales son los
que hemos llamado medios de prueba documental y material. Y ello particularmente dado
que en el caso mexicano, la definición legal que se efectúa de lo que debe entenderse por
documento, amplía considerablemente su común entendimiento como aquellos instrumentos
escritos y extiende su significado a todo soporte material que contenga información relevante
para esclarecer los hechos litigiosos, de manera que la clasificación que hemos efectuado
pierde su razón de ser.
En efecto, el artículo 380 nos entrega un concepto de documento, señalando: “Se
considerará documento a todo soporte material que contenga información sobre algún
hecho.” Esto significa que, pese a que en el título de la Sección V del Capítulo IV sobre
disposiciones generales de la prueba, dentro del Título VIII sobre la etapa de juicio, se
denomina Prueba Documental y Material, en función del concepto legal antes transcrito
ambos medios de prueba debieran ser incorporados dentro de la noción de documento, lo que
deberá tenerse presente a la hora de ofrecer la prueba que resulte pertinente o relevante, que
conduzca a acreditar efectivamente las proposiciones fácticas específicas que hayan sido
definidas por el litigante respectivo y resulte útil para esos efectos, amén de legal, por cierto.
En cualquier caso, teniendo dichas prevenciones presentes, es necesario que los
abogados conozcan las condiciones argumentativas de oferta y descubrimiento de medios de
prueba, con las peculiaridades señaladas, de manera que allí se sostengan los debates
respectivos acerca de las circunstancias de exclusión que pueden impactar los medios de
prueba a fin de desembocar decisiones de no admisión probatoria en el auto de apertura a
juicio, conforme lo dispuesto como parámetros de admisión de medios de prueba en el
artículo 346 del CNPP, que establece: “Exclusión de medios de prueba para la audiencia
del debate. Una vez examinados los medios de prueba ofrecidos y de haber escuchado a las
partes, el Juez de control ordenará fundadamente que se excluyan de ser rendidos en la
audiencia de juicio, aquellos medios de prueba que no se refieran directa o indirectamente
al objeto de la investigación y sean útiles para el esclarecimiento de los hechos, así como
aquellos en los que se actualice alguno de los siguientes supuestos:
I. Cuando el medio de prueba se ofrezca para generar efectos dilatorios, en virtud de
ser:
a) Sobreabundante: por referirse a diversos medios de prueba del mismo tipo,
testimonial o documental, que acrediten lo mismo, ya superado, en reiteradas ocasiones;
b) Impertinentes: por no referirse a los hechos controvertidos, o
c) Innecesarias: por referirse a hechos públicos, notorios o incontrovertidos;
II. Por haberse obtenido con violación a derechos fundamentales;
III. Por haber sido declaradas nulas, o
IV. Por ser aquellas que contravengan las disposiciones señaladas en este Código
para su desahogo.
En el caso de que el Juez estime que el medio de prueba sea sobreabundante,
dispondrá que la parte que la ofrezca reduzca el número de testigos o de documentos, cuando
mediante ellos desee acreditar los mismos hechos o circunstancias con la materia que se
someterá a juicio.
Asimismo, en los casos de delitos contra la libertad y seguridad sexuales y el normal
desarrollo psicosexual, el Juez excluirá la prueba que pretenda rendirse sobre la conducta
sexual anterior o posterior de la víctima.
La decisión del Juez de control de exclusión de medios de prueba es apelable.”
El abogado oferente de medios de prueba deberá, ciertamente, ser convincente en la
argumentación referida a justificar las condiciones de pertinencia, conducencia y utilidad,
así como de la legalidad y licitud en el tratamiento y procesamiento de la evidencia
examinada cuya incorporación pretende efectuar en el desahogo de pruebas en la etapa de
juicio.
Así, teniendo en vista la evidencia electrónica, la autora varias veces citada, Londoño
Jaramillo, nos indica que el abogado oferente deberá establecer una serie de aspectos de
mucha utilidad, de manera de proyectar que el desahogo de su prueba sea valorado
favorablemente para sus pretensiones conforme a lo que ha construido en su teoría del caso,
mencionando:

✓ Conocimientos, entrenamiento y habilidades del perito, no sólo en el área informática sino


en su expresión y argumentos para defender su trabajo.
✓ Confiabilidad del dictamen pericial elaborado por el perito.

✓ ¿Procedimientos y técnicas usados por el perito son los correctos para el procesamiento
del elemento, en términos de control y preservación para garantizar que es aquello que se
dice que es?

✓ Revisión de calidad y actualización de equipos y demás condiciones necesarias para el


estudio en laboratorios de informática forense
3. Etapa de juicio
Se regula, en lo que interesa, en el Título VIII; Etapa de juicio, Capítulo I, que trata
de las disposiciones previas. Así, en el artículo 348, acerca del juicio, señala: “El juicio es
la etapa de decisión de las cuestiones esenciales del proceso. Se realizará sobre la base de
la acusación en el que se deberá asegurar la efectiva vigencia de los principios de
inmediación, publicidad, concentración, igualdad, contradicción y continuidad.”
Como dice la disposición legal, esta es la etapa decisoria del proceso penal, donde
será resuelto de modo sustantivo el conflicto que se ha suscitado, a partir de la puesta en
escena y verificación probatoria de las proposiciones fácticas de las historias de cada uno de
los litigantes en contienda, en el despliegue de sus respectivas teorías del caso.
La autora antes citada, Laura Alejandra Londoño Jaramillo, señala que la reforma
incluye dentro de los “cambios en lo que respecta a la actividad probatoria que se
desenvuelve durante la etapa de juicio en el proceso penal de corte acusatorio y adversarial
para México, (…) dos aspectos relevantes para el desahogo de pruebas que operaban en el
sistema tradicional de justicia:
1) El juez no realiza pruebas de oficio, las preguntas que pueda realizar a testigos y a peritos
son únicamente de naturaleza aclaratoria, no de ningún modo para esclarecer hechos o
circunstancias fácticas sustantivas al objeto de juzgamiento;
2) No existe la figura de la junta de peritos, cada uno de los litigantes en sus extremos
procesales puede llevar a sus peritos en las áreas del saber que consideren pertinentes y
conducentes, y a su vez hacer presencia en juicio, acompañados de consultores a fin de
apoyarse científica y técnicamente.”
El primero de los aspectos que destaca esta profesora, debe enfatizarse, pues ello
significa que desaparece la potestad indagatoria propia de los jueces en un sistema
inquisitivo, que oficiosamente recaban pruebas, entendiendo su función en la perspectiva de
ser responsables de averiguar-investigar los hechos litigiosos, en circunstancias que en el
nuevo sistema se enfatiza la imparcialidad de la que habla Perfecto Andrés Ibáñez en su texto
Tercero en Discordia (Editorial Trotta, Madrid, 2015) y que el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española define como Falta de designio anticipado o de prevención
en favor o en contra de alguien o algo, que permite juzgar o proceder con rectitud, esto es,
entendiendo que el proceso supone adversarios normalmente constituidos por el ministerio
público y la defensa, en donde el juez es una especie de árbitro que cautela que el juicio se
desarrolle en óptimas condiciones para que los litigantes puedan desahogar todas sus pruebas
e ingrese, de esa manera, toda la información posible y de la mejor calidad, en el contexto de
la inmediación y la contradicción, para que se decida de manera justa el conflicto penal que
es llevado al conocimiento del tribunal; esto es, resulta claro que debemos entender que en
un contexto de un modelo adversarial, éste no puede sino comprenderse como un proceso de
partes que se enfrentan en audiencias judiciales frente al juez, quien debe actuar como tercero
independiente e imparcial.
Aunque parece no existir duda respecto de existir un arduo debate en cuanto a la forma
en que estos medios de prueba pueden ser desahogados en el juicio.
Debe señalarse, de partida, que éste es el momento en que deben incorporarse al juicio
los documentos, no cabe confundir el tema desde la perspectiva de lo que constituye la oferta
del medio de prueba, que se realiza en la etapa intermedia; con el desahogo, producción,
rendición o incorporación al juicio de la información que porte el mismo, que necesariamente
se realiza en el juicio.
Ahora bien, en lo que existe algún debate producido por la redacción aparentemente
contradictoria de algunas normas del CNPP, es en lo que dice relación con la autenticación.
Pero si ello es así, debe tenerse presente que el párrafo que sigue a la definición de documento
que señalamos conforme a lo prescrito en el artículo 380 del CNPP, decide esta cuestión de
suyo importante, esto es, plantear el problema de la autenticación o acreditación como trámite
indispensable para desahogar esta prueba, como sostienen algunos, o si acaso puede
entenderse dicha regla, que se contiene expresamente en el artículo 383 inciso segundo, que
indica que sólo se podrá incorporar a juicio como prueba material o documental aquella
que haya sido previamente acreditada, morigerada tratándose preferentemente de los
documentos públicos y de todos aquellos que gozan de entrada de cierta confiabilidad. En
efecto, se indica en la disposición citada que quien “cuestione la autenticidad del documento
tendrá la carga de demostrar sus afirmaciones.” Ello sitúa, a nuestro juicio, el tema de la
autenticidad en su lógica dimensión, esto es, en todos aquellos casos en que la sola
incorporación o desahogo a juicio de la prueba material y documental no permita a los jueces
del juicio creer acerca de lo en ellos se ha sostenido o que aparece expuesto, esto es, en que
durante su desahogo se vea disminuida la confiabilidad o fiabilidad de los mismos o en que
no aparezcan como plausibles al ser cuestionados eb cuanto a su autenticidad, será
imprescindible elegir el testigo idóneo a través del cual deberá efectuarse la correspondiente
autenticación o acreditación.
Pero si ello no es necesario, porque normalmente el documento escrito aparece dotado
de cierta confiabilidad, que no es cuestionada, resultaría en nuestro concepto un exceso exigir
también en estos casos que previo a su desahogo se efectúe una autenticación a través de un
testigo de acreditación. Esto es lo que ocurrirá normalmente con los que se conocen como
instrumentos públicos, es decir los que han sido expedidos o autorizados por funcionario
público competente con las solemnidades requeridas por la ley, que en virtud de ello tienen
una confiabilidad que normalmente no requerirá de ningún testigo de acreditación; pero ello
ocurrirá también con algunos instrumentos privados, como la fotocopia de un artículo en la
Revista del Instituto de la Justicia Federal o del diario Excelsior, que si no son controvertidos,
creemos que bastará con que el abogado que lo ha ofrecido lea aquello que quiere introducir
al juicio sin dificultad, recurriendo a la potestad jurisdiccional para solamente leer o
reproducir parcialmente el documento o la grabación en la parte conducente.
V- Prescripciones establecidas en las Reglas de Evidencia de Puerto Rico de 2009.
Debe señalarse que, al contrario de lo que acaba de revisarse a propósito de la
regulación chilena y mexicana, en lo referido a la etapa de juicio en que se produce la
incorporación de la prueba documental y material, las Reglas de Evidencia de Puerto Rico,
de 2009, contienen una exhaustiva regulación, incorporándose reglas bastantes detalladas
acerca de la manera en que dichos instrumentos probatorios deben ser introducidos al juicio
para los efectos de hacer de ellos medios confiables que el tribunal pueda usar, si así lo
estima, para su tarea de establecimiento de los hechos, diferenciando aquella indispensable
forma de incorporación de los documentos y objetos, como regla general, de aquellos casos
en que la confiabilidad del medio de prueba documental se entiende autenticado prima facie.
Como es sabido, prima facie es una locución latina en ablativo absoluto que significa "A
primera vista (de otras subsiguientes que puedan ocurrir y hacer cambiar de opinión o
parecer)", que se agrega en el discurso antes de una opinión o comentario para aclarar
implícitamente que no se quiere arriesgar una conclusión definitiva. Esto es, en principio se
entienden confiables, sin perjuicio que surja a su respecto una “legítima controversia”.
En este sentido, con la salvedad anotada, destaca toda aquella regulación referida a la
llamada autenticación, en donde se señala de forma bastante pormenorizada los distintos
mecanismos a través de los cuales se puede establecer aquello que hemos llamado
credibilidad externa, que permita a su turno la credibilidad interna.
Pero, antes de entrar a revisar específicamente lo que establecen dichas reglas, resulta
conveniente clarificar la manera en que se suelen entender las técnicas que resulta necesario
utilizar por los litigantes para los efectos de trabajar con estos medios de prueba en el proceso
penal puertorriqueño, para lo que recurriremos fundamentalmente, sin perjuicio de efectuar
otras breves referencias dogmáticas, al texto del Decano Julio Fontanet Maldonado, sobre
Principios y Técnicas de la Práctica Forense (Jurídica Editores, San Juan de Puerto Rico,
2010, pp. 106), que señala que en relación a estos medios de prueba, en Puerto Rico suelen
distinguirse “la documental, la demostrativa real, la demostrativa ilustrativa…”, respecto de
las cuales para poder admitirlas como pruebas en el juicio “se exigirán determinadas bases
evidenciarias”.
Distingue como cuestiones centrales en estas materias, aquellas relativas a la:
(1) pertinencia, en el sentido que la Regla 401 señala: “Evidencia pertinente es
aquella que tiende a hacer la existencia de un hecho, que tiene consecuencias para la
adjudicación de la acción, más probable o menos probable de lo que sería sin tal evidencia”.
(2) a la idea de testigos instrumentales, puesto que como norma general la evidencia
tangible requerirá de un testigo que pueda establecer las bases necesarias para su
admisibilidad y
(3) a las bases probatorias o evidenciarias, que dirán relación con la pertinencia o
con la competencia, dependiendo si son de la incumbencia del jurado o del juez.
Y específicamente, a propósito de la presentación de la evidencia, señala que
identifica seis pasos fundamentales:
PRIMER PASO: Marcar como identificación el objeto o documento.
SEGUNDO PASO: Mostrar el objeto o documento marcado como identificación a
la otra parte.
TERCER PASO: Mostrar la identificación al testigo.
CUARTO PASO: Establecer las bases probatorias o evidenciarias.
QUINTO PASO: Ofrecer en evidencia la identificación y que se marque como
“exhibit”.
SEXTO PASO: Darle publicidad y/o utilización.
De estos pasos, aquel de mayor complejidad será el cuarto, (ídem, pp. 113) “que
consiste en utilizar la declaración de ese testigo para establecer aquellas bases evidenciarias
necesarias para la admisibilidad de la prueba” (recordemos que en este trabajo hemos
preferido hablar a propósito de la autenticación de credibilidad externa para no confundir las
etapas de la prueba, pero atendido que en el proceso penal puertorriqueño no existen diversas
audiencias en donde se revise una y otra, no habrá dificultad entonces en hablar propiamente
de admisibilidad. Lo central que sirve, en cualquier caso, para retener la idea central que
subyace en este sistema, es que será imprescindible acreditar que el documento o el objeto
efectivamente es aquello que el proponente sostiene que es, de manera que asentar la
confiabilidad del instrumento respectivo aparece como esencial en esta etapa).
Por su parte, la autora Vivian I. Neptune Rivera, en el texto sobre La Evidencia
Electrónica (Ediciones SITUM, 2017, Puerto Rico, pp. 13), refiere en términos bastante más
sencillos que la “autenticación aplica a evidencia no testimonial: es decir, documentos u
objetos. Para autenticar un documento o un objeto, el proponente tiene que cumplir con los
siguientes pasos:
 Presentar el documento e identificarlo;
 Presentar un testigo para establecer los elementos de autenticidad;
 La otra parte puede argumentar en contra de la autenticación; y
 Esperar la decisión del juez.”
En abierta consonancia con lo que señala Ernesto Chiesa Aponte en sus Reglas de
Evidencia Comentadas (Ediciones SITUM, 2016, Puerto Rico, pp.345), indica la autora más
arriba citada (ídem, pp. 30) que para lograr la autenticación es necesario presentar evidencia
suficiente para sostener una determinación de que la materia en cuestión es lo mismo que el
proponente sostiene que es; en otras palabras, se requiere establecer la “mismidad”.
Ahora, el Decano Fontanet, en relación a (1) la evidencia demostrativa real, esto es,
(ídem, pp. 116) “aquel objeto que está directamente vinculado con la controversia del caso”,
que este autor también denomina como “evidencia física”, sostiene que el establecimiento de
las bases probatorias se efectuará normalmente en la autenticación, que consistirá en que “el
testigo establezca que la evidencia es, lo que el proponente alega que es”.
Sobre esta particular evidencia, el Decano en el texto citado (pp. 117) indica que las
bases evidenciarias requeridas para que ella pueda ser admisible son:
1. Que el testigo acredite que observó o conocía el objeto previamente.
2. Que el testigo establezca que puede describirlo y reconocerlo si lo vuelve a
ver.
3. Que el testigo acredite que el objeto marcado como identificación es el mismo
que observó previamente.
4. Que el testigo acredita que el objeto marcado como identificación está en la
misma condición que lo había observado previamente.
Una situación particular de evidencia demostrativa real nos indica que está
constituida por aquella que, al ser fungible, (ídem, pp. 120) “puede ser adulterada o
modificada con facilidad o que debido a su composición no puede ser identificada o
distinguida de otras similares. Ejemplos de este tipo de evidencia son: los líquidos, los polvos
y minerales entre otros. En vista de la importancia de que está revestida la evidencia real en
un caso, se exigen ciertas medidas cautelares para establecer la autenticidad de dicha
evidencia. Estas medidas se conocen como la cadena de custodia.”
En estos casos, además de las bases evidenciarias antes señaladas, será necesario
agregar las siguientes:
5. Presentar todos los eslabones de la cadena de custodia.
6. Indicar la fecha y el lugar en que el testigo recibe y entrega la prueba.
7. El testigo deberá describir la forma y manera en que la custodió.
La profesora Neptune, en el texto ya citado, a propósito de la evidencia electrónica,
(ídem, pp. 17) señala que es “indispensable que los agentes del orden público que intervienen
con una escena en la que está presente la evidencia electrónica cumplan con los siguientes
pasos:
1) Preparar un inventario detallado del equipo, manuales, notas y todo documento
relacionado a ocuparse;
2) Fotografiar la escena antes y después de ocupar el equipo; y
3) Completar la documentación para la cadena de custodia.
Si lo que se incauta es lo que está dentro de los equipos –como archivos o programas-
es importante preservar los archivos electrónicos y los documentos u otra colección de
información almacenada en un medio e identificada como una unidad.”
Aborda el Decano Fontanet luego la (2) evidencia demostrativa ilustrativa, que
define como (ídem, pp. 123) “aquella que ilustra o “demuestra” la prueba testifical. La
misma difiere de la evidencia real, porque no tiene ningún rol o papel directo en los hechos.
La pertinencia de la evidencia ilustrativa surge al ser utilizada para recrear parte del
testimonio. Una fotografía del lugar de los hechos no es pertinente como tal, lo que resulta
pertinente es lo que refleja la fotografía.”
Al respecto, nos advierte (ídem, pp. 124) que esta evidencia ilustrativa tiene cuatro
bases evidenciarias fundamentales:
1. El testigo conoce el objeto o la escena.
2. El testigo explica las bases de su conocimiento.
3. El testigo reconoce el objeto o la escena reflejada en la evidencia
demostrativa.
4. El testigo acredita que el objeto o la escena reflejada en la evidencia
ilustrativa compara de manera fiel y exacta con la conocida.
La profesora Neptune (ídem, pp. 19) nos aclara que la “evidencia ilustrativa que
corrobora el hecho base es un factor que ayuda en la valoración de credibilidad mas no es
decisivo”.
Desarrolla el Decano Fontanet posteriormente la (3) evidencia documental. Sobre la
misma (ídem, pp. 127) nos refiere que ella enfrenta tres problemas que debe abordar:
1° Autenticación.
2° Prueba de referencia.
3° La regla de la mejor evidencia.
“Las consideraciones de prueba de referencia y de la normativa del escrito original
(mejor evidencia) son de gran relevancia en la evidencia documental. Como norma general,
constituye prueba de referencia toda declaración o aseveración que se hace
extrajudicialmente, que se presenta para establecer la verdad de lo aseverado y que al
momento de hacerse, no estuvo sujeta a contrainterrogatorio. Para que el documento sea
admisible será necesario identificar una de las excepciones a la prueba de referencia
plasmadas en las Reglas de Evidencia. Cada excepción tendrá unos requisitos que el
documento deberá satisfacer. (…) La Regla del Escrito Original (mejor evidencia) es
aplicable en aquellos casos donde el testigo hace aseveraciones durante su testimonio,
basadas en la lectura de un documento. Es decir, el declarante no tiene conocimiento
personal de lo aseverado, sino que obtuvo ese conocimiento leyendo un documento. De ser
ese el caso, la Regla del Escrito Original exige que el documento sea presentado en
evidencia. (…) En ocasiones suele confundirse este concepto con la exigencia de que
solamente documentos originales sean admisibles en evidencia, entendiéndose que
duplicados no lo son. La regla de la mejor evidencia no impide que un duplicado sea
admisible en la evidencia, salvo que haya una genuina controversia en torno a su
autenticidad” (ídem, pp. 127-128).
Y dentro de la evidencia documental distingue entre documentos públicos y privados,
sosteniendo que las reglas de autenticación resultan mayormente aplicables tratándose de los
documentos privados, indicando que ellos normalmente pueden ser autenticados por
cualquiera de los medios siguientes:
1. Un testigo que observó la preparación del documento.
2. Un testigo que conoce la escritura o firma de las personas que participaron en
la preparación del documento.
3. Peritos.
4. Estipulación de las partes.
Y a propósito de lo que denomina récord de negocios, que podríamos traducir como
registro de actividades que se realizan con regularidad, establece que una vez seleccionado
el testigo idóneo, se procederá a establecer las bases evidenciarias que todo documento
privado requiere, que respecto de este tipo en particular señala serían las siguientes:
1. El testigo reconoce el procedimiento de preparación del documento.
2. El testigo conoce el récord o registro o documento en controversia por haberlo
retirado de los archivos.
3. El testigo reconoce la identificación mostrada como aquel récord, registro o
documento removido de los archivos.
4. El testigo explica las bases por las cuales reconoce la identificación.
En cualquier caso, no puede olvidarse que resultará necesario, además, identificar y
satisfacer aquellas exigencias relacionadas a la excepción a la prueba de referencia que
justifica su admisibilidad, para lo que en la pp. 131 señala cuáles bases resultarán necesarias:
1. El récord o registro se hizo durante el curso regular del negocio.
2. Fue hecho próximo al momento del acto, condición o suceso a que se refiere
el récord o registro.
3. El custodio del récord o registro –o algún otro testigo- declara sobre la
identidad del mismo y acerca de su método de preparación.
4. Las fuentes de información, métodos y momento de la preparación del récord
o registro indican su confiabilidad.
A continuación, afirma en su texto (pp. 132) el Decano Fontanet que los documentos
públicos normalmente no necesitarán de un testigo instrumental para su autenticación,
los que atendida su confiabilidad generalmente patente, se entenderán autenticados prima
facie conforme a la Regla 902, donde se establecen las siguientes exigencias:
1. El documento es una copia original.
2. El documento debe contener una certificación de que “es una copia fiel y
exacta del original”.
3. El certificado tiene que estar suscrito por el custodio del récord o persona
autorizada.
4. El documento debe tener el sello de la entidad gubernamental que la emite.
En estos casos, no es que no exista en estricto rigor autenticación, sino que ella se
hace por el proponente de la evidencia, por el abogado de que se trate, el que deberá asimismo
establecer las bases propias de la prueba de referencia, que en este caso exigirán aquellas que
se indican en las Reglas 805 H o L.
Algunas reflexiones efectúa sobre las grabaciones, si bien es cierto no constituyen
un medio de prueba autónomo de la prueba testifical, no es menos cierto que perpetúan un
determinado instante, por lo que dada su importancia, parece necesario revisar también las
bases evidenciarias específicas que el Decano Fontanet propone (ídem, pp. 137), en base a
la jurisprudencia, señala para que una grabación sea admisible:
1. La grabadora es capaz de producir testimonio.
2. El operador de la máquina es capaz de tomar testimonio.
3. La grabación es auténtica y correcta.
4. La grabación no ha sufrido cambios.
5. El testigo instrumental testifica sobre la forma en que ha sido conservada.
6. Este testigo identifica las personas que hablan en la grabación.
7. El testimonio se produjo libre y voluntariamente.
Nos interesa centrarnos ahora en el desarrollo que efectúa de la (4) la evidencia
electrónica, que incorpora a las comunicaciones personales y comerciales que se realizan de
manera electrónica, debido a que a través de este medio de crean, envían y archivan
documentos e información de distinta naturaleza. A su respecto el Decano Fontanet nos
advierte (ídem, pp. 139) que toda información que se transmita electrónicamente y que
contenga aseveraciones y datos, “enfrentará los problemas usuales de prueba de referencia,
autenticación y mejor evidencia.”
Y aborda lo que ocurre con (a) los correos electrónicos, (b) los facsímiles y (c) los
mensajes de texto, indicando en todo caso que “muchas de estas comunicaciones son
autenticadas mediante la normativa previamente existente para documentos tradicionales”,
tales como:
1. Testigo con conocimiento (Regla 901 B 1).
2. Evidencia de la letra (Regla 901 B 2).
3. Escritos en contestación (Regla 901 B 6).
4. Contenido de escritos (Regla B 7).
5. Mediante admisión (Regla 901 B 8).
6. Características distintivas (Regla 901 B 10).
(a) Los correos electrónicos: sobre esta modalidad tan usual de evidencia electrónica,
las Reglas de Evidencia de 2009 establecen unos requisitos particulares, que conforme a la
síntesis que efectúa (ídem, pp. 140) consisten “en establecer la “integridad del sistema”
utilizado para la transmisión de la información, como requisito previo para la admisibilidad
del documento”. Las Reglas aplicables son la 901 B 13 y 14 sobre récord electrónico y correo
electrónico. Del análisis de dichas reglas y la naturaleza de este tipo de comunicación, el
Decano Fontanet (ídem, pp. 140-141) identifica las bases evidenciarias que a su juicio
contemplan elementos en común que sistematiza en las siguientes:
1. La persona conoce y tiene acceso al sistema utilizado (sea una red o internet).
2. La persona explica el conocimiento o acceso al sistema.
3. La persona establece que el sistema estaba trabajando al momento de recibir,
almacenar o transmitir la información.
4. La persona establece que el sistema estaba funcionando adecuadamente al
momento de imprimir el documento.
5. La persona establece que el documento impreso fue el que se transmitió,
recibió o envió.
Por su parte, la profesora Neptune (ídem, pp. 34-35) nos señala a propósito de la
autenticación de correos electrónicos, que uno de los pasos más importantes para los efectos
de determinar la prueba que se presenta en el juicio “comienza en el descubrimiento de
prueba y consiste en determinar qué tipo de evidencia es la que se va a solicitar a la otra
parte.” Agrega que si “no se especifica que se solicita acceso a los servidores o copia exacta
de los archivos donde se conservan los correos, las partes imprimirán y entregarán los
correos en papel (…) En caso de que los correos sean entregados en papel o en archivos
convertidos en formato PDF, se autenticarán como prueba documental. En la eventualidad
que se tenga acceso al servidor o se copien los archivos tal cual almacenados, los correos
se autenticarán tomando en cuenta la metadata, o información oculta de los propios archivos
electrónicos.”
Más adelante clarifica que mientras “más sofisticada sea la controversia, y en la
medida en que los correos sean utilizados para probar el contenido, será necesario aplicar
el best evidence rule, conocida (…) como la regla de la mejor evidencia. Esta regla requiere
que para probar el contenido de un escrito, grabación o fotografía, se presente el original.
En dichos casos será necesario utilizar maneras más sofisticadas de autenticación para
presentar el original o un duplicado sobre el cual no exista controversia genuina.” Esto para
el caso que el correo constituya en si mismo una evidencia real. Sin embargo, cuando el
correo meramente sea una evidencia ilustrativa, Neptune nos señala (ídem, pp. 37) que “no
se aplica la regla de la mejor evidencia, por lo que bastaría con autenticarlo y cumplir con
el requisito de pertinencia.”
En relación al quantum de prueba, al margen del tipo de evidencia que constituya el
correo electrónico, esta autora (ídem, pp. 37) nos indica que será la misma que se requiere
para autenticar un documento en papel: “evidencia suficiente para sustentar que lo que se
presenta es lo que el proponente alega que es.”
(b) Los facsímiles, que pueden ser definidos como una copia o reproducción casi
idéntica de un documento o de una firma. Y que en el texto del Decano Fontanet (ídem, pp.
144) se sostiene que mediante él se permite “transmitir electrónicamente un documento en
su totalidad y el sistema certifica si el mismo pudo ser transmitido y recibido (…) A los fines
de autenticar ambos documentos, es necesario establecer las siguientes bases evidenciarias:
1. La persona conoce y tiene acceso al facsímil utilizado.
2. La persona establece que conoce como opera el facsímil utilizado.
3. La persona establece que el facsímil estaba funcionando adecuadamente al
momento de enviarlo.
4. La máquina de facsímil imprimió el número de donde se originó la llamada,
el número al cual fue enviado, el número de páginas enviadas, la hora y fecha
del recibo.
5. La persona establece que el documento mostrado fue el que se envió vía
facsímil.
6. El testigo establece que la página mostrada fue la que imprimió el facsímil
luego del envío del documento. ”
(c) Los mensajes de texto transmitidos a través de teléfonos celulares constituyen
una forma muy habitual de comunicación. El Decano Fontanet (ídem, pp. 148) aclara que
este tipo de mensajes se utiliza “tanto en comunicaciones personales como laborales. Las
bases evidenciarias de los mensajes de texto dependerán del documento que se pretenda
autenticar. (…) lo usual es que se le muestre al testigo el mensaje recibido o enviado por el
celular donde quedó plasmado el mensaje. En dicha modalidad será necesario establecer
las siguientes bases evidenciarias:
1. La persona tiene acceso al celular con determinada compañía.
2. Su contrato provee para mensajes de texto.
3. La persona explica el conocimiento o acceso al sistema.
4. El sistema estaba trabajando al momento de recibir, almacenar o transmitir
la información.
5. El sistema indica el número de teléfono del cual se envió y el número de
teléfono que lo recibió.
6. El documento impreso o plasmado en el celular fue el que se envió o recibió.
7. La persona reconoce el mensaje de texto como el que recibió o envió.”
La profesora Neptune (ídem, pp. 70) señala que el estándar que se utiliza para
autenticar un mensaje de texto es el mismo de la prueba documental, que ya se indicara junto
a Chiesa como el principio de mismidad. De manera que normalmente la evidencia suficiente
será aquella que acredita que el mensaje de texto “pertenece o fue creado por la parte que se
alega”.
Finalmente, el Decano Fontanet sistematiza lo que, en su concepto, constituyen otras
evidencias vinculadas a las anteriores, pero que tienen ciertas especificidades que resulta
conveniente revisar.
1ª Recreaciones en programas de computación: normalmente se utilizan para los
efectos de (a) ilustrar un punto o (b) recrear algunos de los hechos en controversia. Si se
trata del primero (a) de los propósitos, (ídem, pp.151) “sólo será necesario satisfacer las
bases evidenciarias requeridas para la evidencia demostrativa”.
Si, en cambio, la finalidad de su introducción al juicio es (b) porque se pretende
demostrar, virtualmente, cómo acontecieron los hechos según la teoría de una de las partes,
las bases evidenciarias serán más exigentes, puesto que su impacto en el juzgador es
evidente y se pretende con ellas recrear de modo sustancialmente similar los hechos que
habrían ocurrido en la realidad, debiendo ofrecer suficientes garantías de confiabilidad. Por
ello, el testigo idóneo será aquel que, a lo menos, sea capaz de establecer (ídem, pp. 152):
1. Que el programa computacional puede producir simulaciones basadas en
ecuaciones y principios científicos confiables.
2. La data o información introducida al programa está basada en los hechos y
circunstancias que pretenden ser similares a aquellos que habrían ocurrido en
la realidad.
3. El programa puede convertir la data o información en una recreación
sustancialmente similar a lo que habría ocurrido en la realidad.
4. El operador del programa está cualificado para su manejo.
2ª Películas y videos: las bases evidenciarias requeridas a los fines de lograr su
admisibilidad serán las siguientes (ídem, pp. 154):
1. El operador del equipo estaba cualificado para su manejo.
2. El equipo fue verificado antes de usarse y operaba normalmente.
3. El testigo vio el evento que estaba siendo grabado.
4. Después de la grabación del evento, el testigo verificó la cinta y es capaz de
señalar que esta refleja fiel y exactamente el hecho grabado.
5. El testigo certifica que la cinta está en la misma condición que al momento de
la grabación.
3ª Rayos X y Análisis de Laboratorio: para el Decano Fontanet, normalmente las
radiografías presentan obstáculos evidenciarios particulares en relación con la autenticación,
la calificación del perito que muchas veces será necesario utilizar y la confiabilidad que se
pueda establecer con ellos, señalando que para que sean admisibles será necesario establecer
las bases evidenciarias siguientes:
1. El testigo está capacitado para manejar el equipo.
2. Existe un proceso que regula la toma de rayos X o los exámenes pertinentes.
3. El testigo condujo personalmente o supervisó al operador que realizó las
pruebas o tomó los rayos.
4. El equipo utilizado estaba operando normalmente.
5. El testigo puede reconocer o identificar los resultados de las pruebas o de los
rayos X.
6. El resultado de las pruebas o de los rayos X están en la misma condición del
día en que fueron completados.
4ª Gráficas e imágenes de computadoras: sobre el particular, (ídem, pp. 157), nos
indica que las bases evidenciarias normalmente requeridas son las siguientes:
1. La data utilizada por el experto, que fue introducida en el programa de la
computadora, fue exacta.
2. La data no ha sido modificada ni adulterada.
3. La data fue transferida a una computadora que operaba adecuadamente.
4. El programa de la computadora es uno válido y con una metodología científica
aceptada.
5. La gráfica o imagen creada por la computadora refleja con exactitud el evento
o dato creado.
5ª Cartas: este particular documento privado normalmente debe ser autenticado como
cualquier otro que no tiene una confiabilidad que pueda ser establecida prima facie, pero
además pueden ser autenticadas bajo la doctrina de la carta contestada, en cuyo caso las bases
evidenciarias específicas serían (ídem, pp. 158) las siguientes:
1. El testigo preparó la primera carta.
2. El testigo puso la carta en el sobre y le puso el sello correspondiente.
3. El testigo envió la carta a la dirección del destinatario.
4. El testigo recibió la carta.
5. La carta fue recibida a través del correo.
6. La carta recibida fue en respuesta o se refería a la primera carta.
7. La carta recibida tiene el nombre del destinatario original.
8. El testigo reconoce la carta como la que recibió del destinatario.
9. El testigo especifica las bases por las cuales reconoce la carta.
Parece ser indispensable, para finalizar, referir aunque sea tangencialmente lo
establecido, siquiera de manera sintética, en el Informe de las Reglas de Derecho Probatorio
elaborado por el Tribunal Supremo de Puerto Rico en el año 2006 respecto de la evidencia
documental y material, pues este resulta ser un instrumento bastante sustancial para los
efectos de comprender a cabalidad la génesis de estas reglas y comprender su real sentido y
alcance, sin perjuicio de transcribir algunas Reglas de Evidencia en los términos vigentes a
partir del 2009.
Así, debemos señalar que el Comité Asesor Permanente de Reglas de Evidencia del
Tribunal Supremo de Puerto Rico decidió invertir el orden de los Capítulos IX y X de las
Reglas de Evidencia de 1979, para colocar las reglas de autenticación antes del capítulo que
cubre el contenido de escritos, grabaciones y fotografías, puesto que entienden que el escollo
de autenticación generalmente se atiende antes de determinar si el escrito, grabación o
fotografía es el original. De esta manera, en concepto de ellos, se facilita además la
investigación jurídica al coincidir los números de las reglas de autenticación y de la mejor
evidencia con las Reglas Federales de Evidencia, que se habrían utilizado como modelo.
REGLA 901 – REQUISITO DE AUTENTICACIÓN O IDENTIFICACIÓN:
En el referido Informe se señala que la Regla 901 fusiona el requisito de autenticación
e identificación establecido en la Regla 75 de 1979 y los ejemplos de autenticación e
identificación reconocidos en la Regla 76 de 1979.
El inciso (A) de la Regla establece el estándar para autenticar o identificar toda
evidencia que no sea testimonial ofrecida en un juicio, indicando que el “requisito de
autenticación o identificación como una condición previa de admisibilidad se satisface con
la presentación de evidencia suficiente para sostener una determinación de que la materia
en cuestión es lo que la persona proponente sostiene.”.
El inciso (B) desarrolla los medios de autenticación que el proponente de la prueba
puede utilizar para satisfacer la exigencia general establecida en el inciso (A). Estos medios
son una ilustración, a manera de ejemplo, que permite al proponente elegir entre alguno de
ellos. El Comité propuso añadir al inciso (B) de la Regla seis ejemplos más de autenticación
y modificar algunos ya dispuestos en la Regla de 1979, para que aludan directamente al uso
de información digital y ajustar la Regla a las tendencias modernas en la tecnología e
informática.
El subinciso (13), referido por el Decano Fontanet a propósito de la autenticación de
los correos electrónicos, establece un modo para autenticar el récord electrónico mediante
evidencia de la integridad del sistema en el cual o por el cual los datos fueron grabados o
almacenados.
El subinciso (14) establece específicamente que un correo electrónico podrá
autenticarse mediante evidencia de la integridad del sistema en el cual o por el cual fue
creado, enviado o recibido. Lo que pretendió el Comité con este nuevo inciso fue trasladar
los principios expuestos en el inciso anterior (récord electrónico) hacia el correo electrónico.
REGLA 902 – AUTENTICACIÓN PRIMA FACIE:
La Regla 902 establece una serie de presunciones de autenticación para evidencia
cuya autenticidad es aparente y que estará normalmente vinculado a documentos públicos o
que resulten suficientemente confiables. Se trata, generalmente, de documentos que por su
naturaleza son difíciles de alterar o falsificar. Por ello, se indica en el Informe que el
proponente no tendrá la obligación de presentar evidencia extrínseca de autenticación para
que se admita la evidencia.
Se incluyen dentro de estos medios de autenticación prima facie dos presunciones
referidas a los expedientes electrónicos en su letra l, que son del siguiente tenor: “Inciso (L):
Récord electrónico. Se establece la autenticación prima facie para documentos electrónicos
si mediante declaración jurada se establece que (1) "fue grabado o almacenado por una
parte adversa al proponente" o (2) "fue grabado o almacenado en el curso usual y ordinario
de negocios por una persona que no es parte en los procedimientos y quien no lo ha grabado
o almacenado bajo el control del proponente"”.
En el Informe (ídem, pp. 664) se indica que “es importante recalcar que todas las
instancias que se establecen en los incisos de la Regla 902 son maneras de satisfacer el
escollo de autenticación. Aún así, se debe cumplir con las demás reglas aplicables, como
por ejemplo, prueba de referencia y la regla de la mejor evidencia para que la prueba
ofrecida sea admisible en evidencia.”
REGLA 903 – TESTIGOS INSTRUMENTALES:
El Comité no propuso cambios a la Regla 77 de 1979 que dispone que, como regla
general, no será necesario el testimonio de un testigo instrumental para autenticar un escrito.
Los testigos instrumentales son aquéllos que participaron en la preparación del documento y
lo suscribieron junto a los comparecientes u otorgantes. El proponente puede optar por
autenticar dicho escrito mediante el testigo instrumental, pero puede también autenticarlo de
cualquier otra manera, por ejemplo, valiéndose de alguna de las ilustraciones de la Regla 902.
Bajo el inciso (B) de la Regla se permite presentar cualquier otro tipo de prueba para
autenticar un escrito que no sea mediante los testigos instrumentales, a menos que un estatuto
disponga lo contrario. Si una ley requiere que el testigo instrumental testifique y éste se niega
o no recuerda el otorgamiento del escrito, la Regla permite que se pueda autenticar el mismo
mediante otra evidencia. La intención detrás de esta Regla es no dejar al proponente de la
evidencia a merced del testigo instrumental.
Todavía parece necesario indicar algunas últimas reglas que se vinculan directamente
con los temas abordados, relativos a la autenticación, a los conceptos de escritos, grabaciones,
fotografías, original, duplicado y una regla sobre la prueba demostrativa.
REGLA 1001. DEFINICIONES:
Se explica en el Informe que los cambios propuestos responden a la necesidad de
adaptar las definiciones de la Regla a los cambios y avances tecnológicos surgidos en los
últimos años, para que incluyan y hagan mención expresa a lo que en su día podría ser
ofrecido en los tribunales como evidencia.
Para propósitos de este capítulo, se indica, los siguientes términos tendrán el
significado que a continuación se señala:
(a) Escritos o grabaciones. - Consiste en letras, palabras, números, sonidos o sus
equivalentes, por medio de escritura manual, maquinilla, en computadora, grabación
mecánica o electrónica, micrografía, microfilmación, impresión, fotocopia, fotografía o
impulso magnético, u otra forma de compilación de datos.
(b) Fotografías. - Incluye la reproducción mediante fotografías, películas de rayos X,
películas cinematográficas, videomagnetofónicas, digitales u otras técnicas de reproducción
de imágenes.
(c) Original. - Original de un escrito o grabación es el escrito o grabación mismo o
cualquier contraparte de éstos, siempre que la intención de la persona que los ejecuta o emita
sea que éstos tengan el mismo efecto que aquellos. El original de una fotografía incluye su
negativo o archivo digital, y cualquier ejemplar positivo obtenido de éste. Es también un
original, el impreso legible que refleja con precisión la información que haya sido
almacenada o acumulada o producida en computadora o artefacto similar.
(d) Duplicado. - Copia o imagen producida por la misma impresión que el original,
o por la misma matriz o por medio de fotografía, incluyendo ampliaciones y miniaturas, o
por regrabaciones mecánicas, electrónicas o digitales o por reproducciones químicas,
digitales o por otras técnicas equivalentes que reproduzcan adecuadamente el original.
Regla 1002. REGLA SOBRE EL CONTENIDO DE UN ESCRITO, GRABACIÓN O
FOTOGRAFÍA:
Respecto de estos medios de prueba tangibles, se indica en el Informe que esta Regla
preserva la doctrina vigente sobre la llamada regla de la mejor evidencia. El fundamento de
esta norma se sostiene que es dar confiabilidad al proceso de establecer el contenido de los
escritos, grabaciones o fotografías. Al exigir la presentación del original, se evita la
manipulación, fabricación u omisión del contenido de éstos.
De allí que se diga simplemente que para probar el contenido de un escrito, grabación
o fotografía se requiere la presentación del original de éstos.
REGLA 1003. DUPLICADO:
La Regla 1003 establece que un escrito, grabación o fotografía que cumpla con la
definición de "duplicado" de la Regla 1001 será tan admisible como un "original". Ello será
así a menos que surja una controversia genuina sobre la autenticidad del original o si bajo las
circunstancias del caso sería injusto admitir el duplicado en lugar del original. La razón de
ser de esta regla se entiende mejor al considerar los adelantos tecnológicos que permiten la
reproducción exacta de escritos, grabaciones y fotografías. El alcance expansivo de
"duplicado" bajo la definición que provee la Regla 1001 responde al objetivo mismo de la
norma de la mejor evidencia: evitar error y fraude.
Por ello se expresa que un duplicado es tan admisible como el original a no ser que
surja una genuina controversia sobre la autenticidad del original o que, bajo las circunstancias
del caso, sea injusto admitir el duplicado en lugar del original.
REGLA 1004. REGLA DE EVIDENCIA SECUNDARIA:
La Regla 1004 establece, como excepciones a la regla de la mejor evidencia, cuatro
situaciones en las cuales se permitirá presentar evidencia secundaria para probar el contenido
de un escrito, grabación o fotografía. Bajo las circunstancias esbozadas en los incisos (A),
(B), (C) y (D), en consecuencia no será necesario presentar el "original" según exige la Regla
1002.
Se señala entonces que será admisible otra evidencia del contenido de un escrito,
grabación o fotografía que no sea el original mismo cuando:
(a) El original y el duplicado, si existiera, se han extraviado o destruido, a menos que
quien lo propone los haya perdido o destruido de mala fe.
(b) El original y el duplicado, si existiera, no pudieron obtenerse por ningún
procedimiento judicial disponible ni de ninguna otra manera.
(c) El original está en poder de la parte contra quien se ofrece y ésta no lo produce en
la vista a pesar de haber sido previamente advertida de que se necesitaría producirlo en la
vista.
(d) El original no está íntimamente relacionado con las controversias esenciales y
resultare inconveniente requerir su presentación.
REGLA 1005. RÉCORDS Y DOCUMENTOS PÚBLICOS:
La Regla 1005 establece una excepción a la regla de la mejor evidencia en
situaciones en que se quiera probar el contenido de: (1) un récord público, (2) un
documento autorizado para ser registrado o archivado en una oficina pública, y que en
efecto haya sido registrado o archivado, y (3) un documento unido al protocolo de un
notario o una notaría. En el Informe se señala que esta Regla tiene su fundamento en
razones de conveniencia, además de confiabilidad, ya que "[r]esultaría muy inconveniente
retirar los originales del lugar en que están archivados bajo la custodia del funcionario
público [sic]". Lo que se persigue con la regla es permitir el acceso público a los originales
que se hallan en las oficinas correspondientes, evitar la pérdida de tiempo al custodio del
original y evitar que el original se deteriore o se extravíe.
Esta Regla, por ende, señala que el contenido de un récord público, u otro documento
bajo la custodia de una entidad u oficina pública, o un documento unido al protocolo de una
notaría o un notario, puede ser probado mediante copia certificada del original expedida
por funcionaria o funcionario autorizado, o mediante copia declarada como correcta o fiel
por una persona testigo que la haya comparado con el original. Si ello no es posible, a
pesar del ejercicio de diligencias razonables por parte de la persona proponente, otra
evidencia secundaria del contenido del original será admisible.
REGLA 1006. ORIGINALES VOLUMINOSOS:
La Regla 1006 permite presentar esquemas, resúmenes, cómputos o cualquier otra
evidencia similar sobre escritos, grabaciones, fotografías, archivos y programas de
computadoras originales, que por su naturaleza o volumen sea impráctico manejar en el
juicio. Esta Regla se plantea en el Informe que se fundamenta en la conveniencia, economía
procesal y en consideraciones prácticas a la luz del propósito mismo de la regla de la mejor
evidencia.
Por ello se indica en la Regla que el contenido de escritos, grabaciones o fotografías,
que por su gran volumen o tamaño no pueden examinarse convenientemente en el tribunal,
podrá ser presentado mediante esquemas, resúmenes o cómputos, o cualquier otra evidencia
similar. Los originales o duplicados, así como los resúmenes o evidencia similar, deben
ponerse a la disposición de las otras partes para ser examinados o copiados, en tiempo y lugar
razonables.
El tribunal podrá ordenar que se produzcan los originales o duplicados.
REGLA 1007. TESTIMONIO O ADMISION DE PARTE:
La Regla 1007 permite probar el contenido de un escrito, grabación o fotografía
mediante la admisión escrita de la parte contra quien se ofrece o mediante su testimonio o
deposición. Ello, con relación a cuál es el contenido del escrito, fotografía o grabación. El
objetivo de la Regla señala el Informe que es la economía procesal, por ser innecesaria la
presentación del original cuando no existe controversia sobre el contenido del mismo.
De allí se establece que el contenido de escritos, grabaciones o fotografías puede
probarse por el testimonio o deposición de la parte contra quien se ofrece o por su admisión
escrita, sin necesidad de producir el original.
REGLA 1008. FUNCIONES DE LA JUEZA O DEL JUEZ Y DEL JURADO
En el Informe se clarifica que la Regla de Evidencia 1008 atiende y distribuye las
funciones del Juez y Jurado con relación a planteamientos vinculados a la regla de la mejor
evidencia.
En este sentido, aclara esta nueva Regla que será el Jurado quien adjudicará la
controversia si hay conflicto en cuanto a: (1) si el escrito original alguna vez existió, (2) si
otro escrito, grabación o fotografía producida en el juicio es el original, o (3) si otra evidencia
de contenido refleja correctamente el mismo.
Por otro lado, siempre corresponderá al Juez determinar, bajo la Regla 109(A), de
determinaciones preliminares a la admisibilidad de la evidencia, en que el tribunal no queda
obligado por las Reglas de Derecho Probatorio, lo siguiente:
(1) Si el original se extravió o destruyó sin mala fe del proponente de evidencia
secundaria bajo la Regla 1004(A).
(2) Si el original no es obtenible bajo la Regla 1004(B).
(3) Si se trata de materia colateral bajo la Regla 1004(D).
(4) Si determinada evidencia ofrecida es un duplicado de acuerdo con la Regla 1003,
según definido en la Regla 1001(D).
(5) Si determinado original voluminoso es de tal naturaleza que se permite un resumen
bajo la Regla 1006.
(6) Si es aplicable la Regla 1005 en cuanto a prescindir del "original".
Por ello se establece en esta Regla que cuando la admisibilidad de evidencia
secundaria del contenido de un escrito, grabación o fotografía dependa de que se satisfaga
una condición de hecho, la determinación de si fue satisfecha tal condición la hará el tribunal
bajo la Regla 109(a) de este apéndice. Sin embargo, será la juzgadora o el juzgador de hechos
quien resolverá lo relativo a:
(a) Si el escrito, grabación o fotografía existió o no, cuando está en controversia su
existencia;
(b) si otro escrito, grabación o fotografía producida en el juicio es el original, o
(c) si otra evidencia del contenido refleja correctamente el mismo.

CAPÍTULO XI. EVIDENCIA DEMOSTRATIVA


La evidencia demostrativa es prueba de naturaleza tangible, visible o audible que
transmite al juzgador de hechos una impresión de primera mano. Por eso, al hablar de
evidencia demostrativa nos estamos refiriendo a evidencia perceptible por los sentidos.
En el Informe se recuerda cómo algunos autores clasifican la evidencia demostrativa
como evidencia directa e indirecta o evidencia real e ilustrativa a base del propósito para el
cual se presenta. La evidencia es directa cuando se presenta para que el juzgador perciba de
primera mano una cualidad específica en controversia. La evidencia indirecta, también
denominada evidencia circunstancial, se presenta con el propósito de que el juzgador realice
inferencias de la percepción del objeto.
Se encarga el Informe de precisar las diferencias de una y otra. Así, sostiene que la
evidencia demostrativa real se ofrece para exhibir directamente el objeto pertinente por estar
su existencia, naturaleza o condición en controversia. Es decir, señala que la evidencia
demostrativa real juega un papel central y directo en el asunto en controversia. En
comparación, establece que la evidencia ilustrativa es la que se ofrece para ayudar al juzgador
de los hechos a entender mejor la prueba o hacer otra evidencia admitida más comprensible.
La admisibilidad de evidencia demostrativa se rige por las reglas de pertinencia, la
exigencia de autenticación o identificación y la discreción del Tribunal para excluir evidencia
pertinente a pesar de no haber regla de exclusión específica aplicable.
REGLA 1101. OBJETOS PERCEPTIBLES POR LOS SENTIDOS:
Se establece en esta Regla que siempre que un objeto perceptible a los sentidos
resultare pertinente de conformidad a lo dispuesto en la Regla 401 ya abordada, dicho objeto,
previa identificación o autenticación, es admisible como prueba, sujeto ello a la discreción
del tribunal de conformidad con los factores o criterios establecidos en la Regla 403 de estas
normas sobre la prueba.
VI- Conclusiones:
De la revisión efectuada, resulta patente la enorme diferencia establecida entre los
diversos ordenamientos jurídicos, profundizada entre aquellos provenientes de sistemas
continentales y aquél que proviene del sistema anglosajón, muy probablemente vinculado a
la antiguedad de cada uno, el de Puerto Rico con una antigua historia ligada a los sistemas
anglosajones, mientras que los de Chile y México recién cumpliendo casi dos décadas y ni
siquiera una década, respectivamente, de puesta en práctica, todavía con variadas discusiones
que ni siquiera aparecen en el imaginario de sus operadores.
En cualquier caso, nos parece relevante establecer algunos temas dogmáticos que,
más allá de las regulaciones existentes en cada uno de los países, aparecen como
indispensables para los efectos de un adecuado entendimiento de los elementos que se
requiere siempre tener presente para los efectos de lograr que el tribunal del juicio de hecho
adopte la decisión con la información de la máxima calidad posible y, en esa dirección,
rescatamos como una positiva contribución, aquella sistematización que se efectuara al inicio
de estas páginas, entendiendo que la gran dificultad muchas veces estará dada por la clara
diferenciación entre lo que en Chile y México se denomina la etapa intermedia, con su
audiencia intermedia o de preparación de juicio oral, instancia donde entre otros aspectos se
debate todo aquello que dice relación con la prueba que cada uno de los intervinientes ofrece
para llevar a juicio, produciéndose luego de la contradicción que resulta esencial, la decisión
judicial acerca de aquella evidencia que es admitida para ser llevada a juicio.
Desde luego, ello entraña una enorme diferencia con el proceso en el que dicha
discusión acerca de la admisibilidad de la prueba se realiza, por regla general, en el juicio
mismo. Quizá esa sea la razón por la cual existe una intensa preocupación en el sistema
puertorriqueño con lo que denominan autenticación, respecto de la que, como se ha visto,
existe una profusa discusión dogmática y una enorme cantidad de jurisprudencia que va
distinguiendo cada uno de los distintos elementos de prueba que sirven para acreditar las
proposiciones fácticas que le otorguen sustento a los elementos de la teoría jurídica que cada
parte enarbola, a propósito de la evidencia documental y material.
Asumiendo que estas páginas se escriben desde Chile, hemos optado por hablar de
credibilidad externa e interna, a fin de hacer la diferencia respecto de la admisibilidad
propiamente tal. De este modo, tomando en cuenta que para los efectos de entender estas
distinciones desde la realidad procesal chilena, podremos señalar que en la Audiencia
Intermedia o de Preparación del Juicio Oral se discutirá la admisibilidad de la prueba
ofrecida, para lo cual tendremos en cuenta esencialmente la cuestión relativa a la pertinencia
o relevancia, entendida como la relación del medio concreto de prueba ofrecido con el hecho
a probar, esto es, en donde será necesario vincular el ofrecimiento de prueba material o
documental que se efectúa con la o las proposiciones fácticas que se pretende acreditar con
el mismo, en cuanto ellas permiten sustentar algún elemento de la teoría jurídica planteada
por la parte respectiva. Sin perjuicio que se trate de evidencia real o de credibilidad.
Como una cuestión que entrará dentro de la estrategia asumida por el litigante,
tratándose de la prueba ofrecida, deberá éste tener en cuenta la necesidad, por regla general,
de incorporar a juicio el medio respectivo con la perspectiva de ser usado positivamente por
el tribunal para los efectos del establecimiento de los hechos en disputa, lo que significará
tener fundamentalmente en cuenta el grado de confianza que tenga la evidencia de que se
trate, de manera de ser muy rigurosos en elegir, cuando corresponda, un testigo idóneo que
se encuentre en condiciones de poder explicarle de buena manera al tribunal, de modo
suficiente, que el elemento de prueba que se ingresa al juicio efectivamente es lo que el
proponente dice que es, aquello que se ha definido como el principio de mismidad, de manera
de producir la credibilidad externa de la que hemos hablado, que en la práctica significará
que los juzgadores le atribuyen un alto grado de confiabilidad a la prueba material o
documental de que se trate.
Y ello se emparentará de manera bastante estrecha con la valoración individual de esa
evidencia, ya que en la medida en que el tribunal del juicio de hecho le asigne un alto grado
de confiabilidad a la prueba documental y/o material, la considerará dentro de aquella que
permite ser usada para los efectos del establecimiento de los hechos.
Pero, luego de efectuar esa valoración individual de la evidencia de que se trate, nos
insertaremos en el proceso mental de valoración conjunta de la prueba rendida, en la que la
coherencia que resulte de la información que porta la evidencia en cuestión con la que
proviene de los demás elementos de prueba, permitirá finalmente establecer lo que hemos
llamado la credibilidad interna de la misma y, en consecuencia, servir en concreto a la
acreditación de las proposiciones fácticas que se determinen por el tribunal como probadas
en el juicio, de modo de configurar la premisa fáctica, que haga posible el proceso de
subsunción que conducirá al tribunal a la adjudicación de la premisa jurídica y con ello, a la
decisión judicial propia de toda sentencia.

Santiago de Chile, 06 de noviembre de 2018.

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