Relación clásica entre Estado y ciudadanos es relación de intercambio: ciudadanos pagan impuestos a cambio de servicios públicos. Actividad pública tiene una forma especial de producción: la producción no material. El proceso económico del Estado es diferente al de las municipalidades y otros cuerpos que se autogobiernan, los cuales se asemejan más a economía privada. Estructura económica típica del Estado: o Toda actividad estatal está acompañada de gasto. o Todo el cuerpo de la actividad estatal encuentra su expresión económica en gasto estatal. o Ese gasto estatal se puede clasificar en dos categorías: Gastos personalmente identificables: gastos comparables a la economía privada: gastos en servicios que el Estado ejecuta para individuos separados, de tal forma que el Estado necesita un pago o retorno de la parte de la persona puntual. Ejemplos: ferrocarriles y servicios postales, en los cuales hay un intercambio entre el Estado y los individuos separados que reciben el servicio al generarse un cobro por el uso del servicio, cobro que ha de cubrir total o parcialmente los costos tal como sucede con una empresa privada. Gastos colectivamente no identificables: son los gastos característicos de los procesos especiales de la economía estatal. Estos gastos colectivamente no identificables se llaman así porque los medios comunes son usados por una autoridad única para producir servicios de beneficio indiscriminado para toda la población. Se pueden subdividir en tres grupos: Gastos para la administración de la economía nacional y para la protección y asistencia de la economía privada: la administración pública provee las instituciones y oportunidades para la generación de ingresos desde la economía privada. Beneficia, sobre todo, a la clase con los ingresos más altos. Gastos para la administración interna: asistencia y reforma social, cuyo primer propósito no es aumentar el ingreso nacional sino mejorar el bienestar de las masas. Gastos en las necesidades estatales: gastos en el mantenimiento del poder y prestigio interno y externo del Estado y en las fuerzas armadas. o La economía pública, a diferencia de la privada, no sirve principalmente a la inmediata satisfacción de las necesidades sino a su protección y promoción. o La economía pública no crea ingresos productivos por sí sola: a pesar de que ella crea productos y servicios materiales como caminos, ella no recibe un retorno inmediato de estos bienes sino que, a través de ellos, promueve oportunidades de percibir ingresos privados.
2. Valor en la economía pública:
La economía estatal está coaccionada por una dimensión de valor o bienestar social que debe respetar y buscar incrementar. El que el Estado ofrezca algunos bienes y servicios y se los quite a la economía privada tiene como función esencial regular servicios y precios como si se diera un ambiente de competencia perfecta. Por otro lado, algunos de esos servicios que ofrece el Estado se ofrecen hasta a pérdidas porque no buscan el beneficio inmediato sino proveer y generar oportunidades para la economía privada y de allí es que el Estado sí percibe algún retorno. Por tanto, cuando el Estado garantiza tarifas reducidas y hasta funciona a perdidas lo que sucede es que se ve influenciado por una valuación social totalmente ajena al mercado. La administración económica del Estado se enfoca en permitir que las unidades de la economía privada puedan asegurarse los máximos ingresos. Mientras el empleador concibe al trabajador como una persona que ofrece su trabajo a cambio de un salario no mayor a la utilidad marginal del trabajo, el Estado lo concibe como un ser humano cuya dignidad debe ser garantizada desde su nacimiento y como miembro de la sociedad. Por tanto, el Estado terminan auxiliando a los trabajadores en sus demandas hasta a costa del presupuesto público. Según List, y de acuerdo a lo ya referenciado anteriormente, el Estado no debe funcionar en términos de intercambio privado como hace la economía privada, sino que debe preocuparse solamente por la promoción de la capacidad productiva nacional, pues los sacrificios que haga en el intercambio privado inmediato habrán de resarcirse en el futuro. En el origen, Estado y economía privada no funcionan diferente, pues ambos empiezan funcionando a pérdidas. La diferencia radica en que el Estado puede funcionar así por mucho más tiempo que el más rico de los empleadores privados. Una forma de valor de uso público: el valor de uso de, lentamente, madurar fuerzas productivas que, en el momento, carecen de las adiciones complementarias necesarias para su fructífero desarrollo.
3. El principio económico en la economía pública:
El Estado no viola el principio económico de buscar el mayor beneficio neto que se pueda obtener al comparar costos e ingresos. Y no lo viola porque, ocasionalmente, el Estado valora la utilidad social simple al mismo nivel que el valor de intercambio. Y al hacer eso, sigue buscando el mayor beneficio neto. El principio económico perdura a pesar de no poder expresarse en términos contables. El principio económico requiere que el plan económico del Estado provea, a partir de los medios disponibles, para los intereses públicos más importantes en detrimento de los menos importantes. Mientras en la economía privada el gasto se determina a partir del ingreso disponible, en la economía pública el ingreso se determina a la luz del gasto necesario. Contrario a la economía privada, la economía pública, dadas sus funciones protectoras, debe determinar el nivel de su gasto basando muchas veces en hechos sobre los que no tiene control. Dos principios guía de la tributación justa: universalidad y equidad. La teoría clásica estipula que las contribuciones deben ajustarse al ingreso y ser proporcionales al ingreso del que disfrutan los ciudadanos bajo la protección estatal. Mientras tanto, la teoría moderna estipula ciertos elementos clave: la tributación sobre el ingreso de subsistencia es intolerable y se debe hacer una excepción sobre ese ingreso; la distribución del impuesto sin tomar en cuenta el número de niños y otras circunstancias similares es injusta; se debe cobrar más impuestos sobre ingresos no ganados que sobre los ganados; y a los mayores ingresos se les debe ir cobrando más impuestos paulatinamente. La política fiscal moderna, al cobrar impuestos acorde a la capacidad de pago del ciudadano, no corrige la desigualdad del ingreso y el bienestar y no modifica el orden actual de la propiedad, sino que, por el contrario, se basa en ese orden para determinar la distribución del impuesto.