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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación y Lenguaje - Departamento de Comunicación


Procesos Sociales Contemporáneos- 2016 - Prof. Carlos Barreneche

En el amanecer de la era de Big Data


la datificación de todo está alterando los mercados y de paso las sociedades en formas que apenas
empezamos a entender.
La captura y procesamiento de datos masivos sobre la población se está convirtiendo en un factor
económico central para las nuevas industrias de la información, así como para el funcionamiento
eficiente del aparato burocrático del nuevo “Estado Vigilante”.

Los invito a responder estos interrogantes considerando entre otros los problemas de privacidad,
control, discriminación, clasificación social, resistencia, agenciamiento político, nuevas formas de
trabajo, economía política de los datos, y otros problemas que hemos identificado en el curso.

¿Qué transformaciones del poder están en juego cuando los datos son empleados por
corporaciones privadas y agencias de seguridad para monitorear las poblaciones, acumular
conocimiento sobre las mismas y capitalizarlo?

Las nuevas tecnologías de comunicación son a su vez tecnologías de control. Estas son usadas
cada vez por más personas. Por ejemplo, la persona que telefonea olvida que su celular le permite
geolocalizarlo; la que utiliza su tarjeta de crédito no sabe nada sobre los futuros usos de las
informaciones que proporciona; el internauta es rastreado permanentemente en todas sus
prácticas de línea. Por lo tanto, hoy se pueden convertir en datos aspectos de la realidad que
nunca habían sido cuantificados antes. Actualmente los datos son automáticamente recogidos y
depositadas gracias a una variedad de tecnologías, como sensores aéreos, ubicuos aparatos
móviles, y lectores de identificación por radiofrecuencia. Estos datos son tomados de la
navegación por el ciberespacio, ya que nuestras actividades dejan huellas o trazos de lo que
hacemos.

Esta digitalización global de datos ubica a todos los ciudadanos en el papel de espiados tanto por
los estados que dicen luchar contra el terrorismo como por las corporaciones que buscan más
consumidores. Las numerosas aplicaciones de las tecnologías digitales permiten disponer de un
número importante de informaciones sobre las personas, a la vez que un número creciente de
procedimientos para utilizarlos

Con la redes sociales se difumina la frontera entre la vida privada y la publica, sin que esto parezca plantear
un problema alguno a quienes la utilizan.

Las asociaciones de varias tecnologías permite ofrecer nuevos servicios en los que también se hace caso
omiso del derecha a la vida privada.
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El interanauta, geolocalizado a través de su móvil, podrá recibir anuncios en función del lugar en el que se
encuentre.

El pasajero aéreo retrasdo, localizado por un chip insertado en la tarjeta de embarque y seguido por una
cámara de video panorámica mientras deambula, podrá ser reconducido a la puerta de emabrque.

La videovigilancia vinculada a una base de datos permite un análisis informatico de los comportamientos.

La miniaturización y la desmaterialización de los soportes de información incrementan la invisibilidad de la


vigilancia.

La desmaterializacón de este mundo se incrementará con el internet de los objetos (que las computadores
se hablen entre ellas) y con las nanotecnología imperceptibles y omniprentes.

En las sociedades disciplinarías la eficacia de su dispositivo de control radicaba en su visibilidad, en


cambio en las sociedades de control la eficacia de la tecnología de control depende de su
invisibilidad. Es así como los estados modernos, a través de la autodisciplina y el autocontrol, han
logrado alcanzar la pacificación de las costumbres y la previsibilidad de los comportamientos.

Según Foucault son los dispositivos panópticos y disciplinarios los que fabrican al individuo
conforme. Este último se vuelve dócil y útil gracias al confinamiento en los lugares cerrados
(hospital, prisión, escuela, orfanato, cuartel, fábrica) y al amaestramiento del cuerpo. En cambio,
en la sociedad de control de Gilles Deleuze, la forma de organizar la las relaciones sociales no
funciona mediante el encerramiento sino mediante el control continuo y comunicación
instantánea, aquí el individuo no es alterado o reprimido por el orden social, sino que forma parte
de la máquina disciplinaria, está sometido a una video vigilancia.

Sin embargo, con el desarrollo de las tecnologías digitales, estamos ante una nueva forma de
control, donde no se ven las cámaras de video vigilancia, pues no se dan información de la
existencia de las misas o están cuidadosamente camufladas. Así, la persona vigilada ignora
absolutamente todo sobre los procedimientos y sobre las manipulaciones efectuadas

La invisibilidad de las tecnologías deja libre, en apariencia, al individuo que se encuentra vigilado
permanentemente.

Estas neuvas tecnologías prologan el control displinar, por ejemplo, brazalete electrónico, es un
aparato de geolocalización. La videoviglancia, la relación ser visto sin jamás ver, reservadas hasta
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ahora a los espacios cerrados, va ser aplicado a espacio abiertos frecuentado por los individuos
cada vez más móviles .

Una segunda forma de videovigilancia, en nuevo control no hay posibilidades de ver la cámara
que se encuentran cuidadosamente camufladas y no se da información de la existencia del
sistema. La persona vigilada ignora absolutamente todo sobre los procedimientos y sobre las
manipulaciones efectuadas y manipulaciones efectuadas sin que ella lo sepan.

Estado informacional, es decir, los gobiernos que, deliberada, explicita y conscientemente


controlan la generación, proceso y canalización de la información, y lo usan para ejercer su poder,
en otras palabras, hay un cambio en la naturaleza del poder y su ejercicio a través de la política de
la información.

El Estado informacional cada vez más se apoyan en entidades del sector privado como agentes
reguladores, usando centros de poder privado para propósitos estatales. Estos actores
corporativos están detrás de un internet con cada vez más aplicaciones que terminan poniendo en
peligro su capacidad de encontrar espacios fuera del control del gobierno al nivel de usuario, a
través de la vigilancia online. De modo que el acceso a los datos es poder, pues se ha convertido
en una moneda de cambio cada vez más importante en la política contemporánea. Sin embargo,
esta misma tecnología ofrece a la ciudadanía la posibilidad de enfocar y atacar los sistemas
digitales y los datos de gobierno y empresas. El medio para espiar en el ciberespacio se ha
expandido por el cambio en la infraestructura de comunicación y los hábitos en las redes sociales.

Stenfania Milan

Son Big data todas aquellas bases de datos generadas por agencias gubernamentales; la
extraordinaria cantidad de documentos en video y audio, textos, enlaces y etiquetas que resultan
de la distribución y el almacenamiento online, la información generada por la interacción humana
en las plataformas de las redes sociales, los procesos de indexación de las actividades en internet y
los metadatos resultantes de la vigilancia digital de los gobiernos.
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“datificación”, es decir, convertir en datos muchos aspectos de la realidad que nunca habían sido
cuantificado antes.

Cuáles son las oportunidades y amenazas para el activismo social en la era de las redes sociales y
big data?

Hoy se tiene acceso a una cantidad de datos, que en el pasado nunca se habría podido acceder.
Además, la ciudadanía se ha dado cuenta del potencial de los datos para promover el cambio
social. Por lo cual a partir de esta nueva conciencia surgen nuevas prácticas sociales que adoptan
una actitud crítica hacia los Big Data, son los llamados “activismos de datos. Este activismo emerge
y tiene su antecedente en el activismo de base y el compromiso cívico.

Stefania Milan habla de activismo de dato reactivo y activismo de datos proactivo. El reactivo
incluye las prácticas de resistencia ante las amenazas contra los derechos humanos y civiles que
representa la intrusión gubernamental y corporativa. El proactivo implica a aquellos individuos y
organizaciones de la sociedad civil que se aprovechan de las posibilidades que ofrecen los big data
para el cambio social y el compromiso cívico.

Un ejemplo emblemático de activismo de datos proactivo sería el caso de Wikileaks, cuando


mostró la importancia de su contribución publicando, en 2010, documentos confidenciales,
pirateados o infiltrados por fuentes anónimas sobre el ejército norteamericano en la guerra de
Afganistan y de Iraq, así como comunicaciones de embajadas norteamericanas de todo el mundo.
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, considera que una mayor transparencia de los gobiernos
tiene efectos benéficos para todos y que organizar la revelación de documentos incrementa, de
manera natural, más justicia. Otro caso, son los documentos de Edwards J. Snowd que destaparon
las estrategias de acopio de datos masivo que efectúan las Agencia de Seguridad Nacional.

Otro referente de esto es la sociedad civil organizada que recurre al evocativo poder de los
números y las estadísticas para provocar el compromiso cívico y la protesta. Por ejemplo, “Occupy
Wall Street” (somos el 99%). Estos movimientos se posicionan como intérpretes de datos y
facilitadores en la esfera pública contemporánea. Es lo que se llama la “esfera pública reticular”:
individuos y grupos que comparten su experiencia en desarrollo de software y análisis de datos
para crear o hacer accesibles a otras herramientas de análisis y plataformas de datos. Los activistas
usan las tecnologías de la comunicación electrónica para comunicar, hacer incidencia política,
construir comunicadas, organizarse y coordinar acciones.

Como analizan Matellard y Vitalis (2015 p.206) estos hackers se caracterizan por su competencia
técnica y por sus ideas libertarias, éstos se encuentran en la vanguardia de la crítica y la protesta.
Su movilización contra todo aquello que pueda comprometer la libre expresión en la red los
convierte en personas sensibles ante los abusos de poder y los desvíos liberticidas. Ellos
distribuyen herramientas informáticas para burlar los sistemas de control de los Estados
autoritarios y revelan informaciones que pueden molestar a los regímenes democráticos.

Distintos actos de resistencia tienen lugar como la saturación de un sitio web, multiplicar prácticas
de desconexión a un sitio web, e incluso practicas más radicales como la no utilización de sitios
incriminados.
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Debido a los intereses gubernamentales y los de las empresas, la protección de datos no saldrá
como ley. Los individuos que posean una competencia técnica suficiente siempre pueden
defenderse con herramientas que preserven el anonimato y de encriptado, o bien utilizar
tecnologías que no identifican a sus usuarios. El respeto de la confidencialidad puede ser buscado
por otros medios, como las prácticas de desconexión que se multiplica, o incluso y más radical, la
elección de la no utilización de los sitios incriminados por los refractarios.

Tal magnitud y complejidad de la información ha cambiado la naturaleza del Estado Nación y su


relación con la ciudadanía.

Es decir, el mapeo colectivo y la georreferenciación de mensajes de víctimas de desastres para


facilitar las operaciones humanitarias o la elaboración de datos abiertos para hacer campaña o
incidencia política, también las tácticas de resistencia a la instrucción y recolección masiva de
datos a cargo de empresas masivas y privadas.

Los datos son la materia prima para una variedad de sistemas de negocio socioeconómicos, tanto
es así, que espera que el mercado de los servicios de big data crezca exponencialmente en el
20016.

Ante nuevos retos y oportunidades, pues hoy tenemos acceso a datos a los que nunca habríamos
accedido en el pasado.

. Tal magnitud y complejidad de la información ha cambiado la naturaleza del Estado Nación y su


relación con la ciudadanía.

Desde los movimientos sociales:

Existen muchas similitudes entre los activistas de datos y el activismo radical de internet, grupos
que explotan la infraestructura técnica de la red en favor del cambio social. Para ambos, la
tecnología es, simultáneamente la forma de provocar cambios en la sociedad y un lugar de lucha
por su propio derecho, en reconocimiento de las relaciones políticas y de poder que son inherente
al software.

Desde las relaciones internacionales: el renovado interés de las organizaciones multilaterales y


gobiernos por los datos y la estadística influirá sobre las estrategias de campaña de las
organizaciones de la sociedad civil, que se alejarán de los argumentos morales para usar pruebas
estadísticas en sus esfuerzos a favor de sus causas. Las redes de campañas tansnacionales (TAN)
nos permite prestar atención a la manera como el advenimiento de los big data altera las
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dinámicas de poder dentro de la sociedad civil transnacional. Estas normalmente representan


altos principios asociados con el cambio institucional y político, tienden a ser excluido de los
círculos de decisión política tradicionales.

El activismo de datos proactivo combina prácticas de comunicación y elementos sociales de la


organización colectiva. Sus tácticas van desde el desarrollo de proyecto tecnológicos y plataformas
para la manipulación de datos a la visualización de tendencias en los datos con el objetivo de
hacer campaña. Cuando el big data se encuentra con los medios ciudadanos ponen en su centro el
empoderamiento a través de la relación activa con los medios. Cuando el activismo de une a las
prácticas y valores de los periodistas observamos la aparición del periodismo de campaña, pero
cuando se cruza con el periodismo de investigación, tenemos periodismo de datos. Cuando el
periodismo de campaña y el periodismo de investigación se cruzan sus caminos con el dato el
software, aparece el periodismo de datos de campaña, que combina los valores tradicionales del
periodismo con el análisis de datos y la ética del cambio social. En el entrecruce de estas cuatro
esferas encontramos el activismo de dato proactivo.

El activismo de datos una manifestación de los medios ciudadanos con una perspectiva crítica con
respecto a los big data. Esto tiene que ver con la política de lo cercano, ya que altera la relación
cotidiana entre la ciudadanía y la recolección automatizada de datos. Los proactivos trabajan por
un cambio a largo plazo: luchan por el “control social de las principales tendencias culturales”.
Esto probablemente cambiará la forma como la ciudadanía se aproximará a la política
computacional y al estado informacional en el futuro, y al mismo tiempo, la forma en la que vamos
practicando el cambio social.

BIBLIOGRAFÍA

Bauman Zygmunt y David Lyon (2013) Vigilancia líquida, Bacelona: Paidós


Armand Mattelart y André Vitalis(2015) De Orwell al cibercontrol,Barcelona: Gedisa
Castells, Manuel(2013) Cambiar el mundo en la sociedad Red. En: redes de indignación y
esperanza, Madrid: Alianza
Milan Stefania(2014)Medios ciudadanos y big data: la emergencia de activismo de datos.

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