Humanismo e Investigación Tecnológica en Venezuela.
Planteamiento:
La relación entre una concepción humanista y un desarrollo tecnológico
lejos de ser antagónicas se manifiesta como parte de una misma realidad si se ahonda en la realidad de la sociedad actual. Se ha querido en parte presentar lo tecnológico y lo que concierne a la esencia del humanismo como contradictorio cuando lo uno sin lo otro no se puede explicar ni justificar. El carácter humanista de la Ciencia y la Tecnología obedece a las demandas sociales existentes, pues no se puede pretender que éstas son neutrales. Un mundo que está marcado por el desarrollismo, el cual a la vez ha creado un fuerte problema ambiental que pone en peligro toda posibilidad de existencia en el planeta, requiere revisar sus postulados para ponerlo completamente en función de la vida y no de la muerte.
Los fines que se le ha dado a la Ciencia y a la Tecnología ha
distorsionado el significado de ambas, poniéndola a servicio de un modelo de desarrollo que ha agotado sus posibilidades y que se enfrenta a su propio dilema de sobrevivencia y con ello al dilema mismo de existencia de la humanidad.
Aunque en este trabajo se va hacer énfasis en la investigación
tecnológica no se le puede considerar separada de la Ciencia, pues las dos están en un mundo en donde muchas veces es difícil separar los linderos que separan a la una de la otra.
Indudablemente que Ciencia y Tecnología no son un mundo aparte el uno
del otro. Cada vez es más evidente que la Tecnología no es simplemente una herramienta, un instrumento del sector productivo y que tiene su propia dinámica, no separándose completamente el mundo de la Ciencia y de la Tecnología.
La esencia misma de la llamada modernidad está gobernada por la
interacción de ambos mundos (Albornoz, ob.cit.), aunque en el caso latinoamericano el impacto de la Ciencia y la Tecnología sobre la Sociedad y el desarrollo económico ha sido considerado poco efectivo a la “luz de la debilidad de que dan cuenta los indicadores disponibles y al bajo impacto que efectivamente tuvieron sobre la actividad productiva y las problemáticas sociales en el conjunto de los países” (Albornoz, ob.cit. Pág. 10).
Otra apreciación importante es sobre el papel de la técnica en el mundo
actual. Al respecto González y Gordillo (ob.cit.) señala lo siguiente “Somos homo sapiens, pero ello es así porque antes fuimos y… nunca hemos dejado de ser, homo faber, seres capaces de hacer cosas, incluso seres que creando cosas han sido capaces de hacerse a sí mismos”. Es decir que la técnica forma parte de nuestra cotidianidad. El hombre nunca ha dejado de usarla como forma y contenido de su sistema de vida. El ser humano ha tenido un desarrollo histórico hasta llegar al actuar proceso de globalización capitalista gracias a que ha tenido igualmente un desarrollo técnico y científico.
El conocimiento es la base del crecimiento individual y colectivo en todo
tipo de sociedad y en esto hay una íntima relación ser humano-técnica “porque si la técnica es el primer producto de lo humano, también los humanos somos el más genuino producto de la técnica”(González y Gordillo, ob.cit.) porque siguiendo a este mismo autor aunque a veces haya sido rechazado “lo cierto es que la técnica forma parte de la esencia de lo humano, y la técnica ha sido uno de los factores que han hecho posible la propia hominización”.
De aquí que vale decir que teniendo su identidad y particularidad el
mundo de la tecnología y de la ciencia están interrelacionados y que sin ciencia no hay técnica, pero sin ésta aquella cae en un vacío irracional e instrumental. Por lo tanto es valido apuntar que hacer una investigación dentro del campo de la educación tecnológica, como en este caso, implica asimismo basarse en los principios epistémicos, teóricos, metodológicos y prácticos de la Ciencia y la Tecnología en general y que es difícil establecer unos limites claros entre ellas, si bien cada una tenga su particularidad, siendo errónea, según Maiztegui y otros, en la obra nombrada, “la concepción dominante que considera a la tecnología como “ciencia aplicada” (Lujan 1989, San Martín 1990, Gardner 1994, Bunge (1997), Acevedo1998, Carvallo y Vannuchi, 1998, Bybee, 2000” justificando así una supuesta sencillez de la tecnología”. Haciendo esta acotación y reflexión sobre la Ciencia y la Tecnología es importante ahondar sobre el significado del humanismo en esta controversia que tiene que ver con de el desarrollo y realidad del mundo actual. Si el hombre está volcado a volver a sus raíces como única posibilidad de rescatar su esencia es porque ha sido arrancado de lo que es por un proceso que lo ha llevado a negarse a sí mismo y a contradecirse, poniéndose igualmente en oposición con la naturaleza. La tecnología, igualmente la ciencia, pueden ser instrumentos para rescatar eso que le es inherente al hombre y que le posibilite su salvación como especie y ser.
Por otro lado haciendo una referencia al caso venezolano y el significado
de lo que se constituye como investigación y a la vez lo que es la ciencia y la tecnología cabe apuntar las características de lo que significa la investigación en el país y como esto ha estado supeditado al modelo occidental de desarrollo. Es por esto que al considerar una perspectiva humanista dentro de esta concepción tecnológica no queda otra vía sino la propia sin negar los aportes de la cultura y el proceso mundial. Igualmente es fundamental señalar que la investigación está inmersa en el mismo dilema a nivel en general en el país y lo que se observa es que no hay una conexión del proceso investigativo que se hace en uno y otro sector con el proceso productivo. Esto porque este proceso se sigue caracterizando por el fenómeno de la dependencia petrolera y no se ha dado una diversificación real de la economía en cuanto a lo que concierne a la agricultura, comercio e industria como sectores fundamentales de cualquier sistema productivo. Solo se observa un crecimiento en la recaudación de los tributos.
La investigación que se desarrolla en universidades y tecnológicos no tiene
incidencia profunda sobre la vida económica y social en el país y aunque existe una misión ciencia el proyecto de desarrollar a ésta como motor principal de la vida nacional, haciéndola llegar al pueblo masificándola no se ha hecho realidad. Por eso es que esto es lo que se pudiera denominar el primer dilema de la educación superior y de la investigación en Venezuela: la de ser o no ser.
Aunque salgan excelentes profesionales de las instituciones de educación
superior en Venezuela no existe una cultura investigativa en el país con la suficiente fuerza para impulsar el desarrollo nacional. La educación como un proyecto que se concreta en el trabajo como lo señala sus propios postulados no ha sido impulsada anteriormente ni lo está haciendo como si lo hicieron países que pasaron por un proceso de industrialización. El país está inmerso en el fenómeno de la globalización y la renta petrolera es la que está marcando la pauta de ésta. El petróleo no ha sido utilizado como un elemento que contribuya a un desarrollo de la industria como lo han hecho países como Irán, Noruega o hasta la misma Rusia. Venezuela está a tiempo de ser un país modelo en América y el mundo, sólo falta de hacer de la educación y por consiguiente de la investigación verdaderos motores de desarrollo.
Todo proyecto nacional debe impulsarse en la Ciencia y la Tecnología y
por consecuencia en la educación para poder concretarse. Esa ha sido la vía de los llamados países industrializados. Pero es importante recalcar que dentro de una realidad que aleja más al hombre de sí mismo, convirtiéndolo en su propio esclavo y en enemigo de lo que lo rodea (la naturaleza), poniendo en peligro la existencia de toda manifestación de vida, colocar el humanismo como pauta fundamental es una necesidad impostergable. Este humanismo busca rescatar lo que ha sido abandonado por la actual sociedad y que desequilibra enormemente el equilibrio social y la relación sociedad-naturaleza. Los retos de la humanidad tienen que ver con el poder reencontrarse y poder volver a sus raíces.
La escuela (entendiendo como tal todo el aparato escolar) es el
instrumento para promover y fomentar una verdadera relación educación- trabajo, como condición indispensable para un ser con capacidades para construir las bases de una sociedad en armonía y autogestionaria de sus necesidades. El trabajo por si mismo, por su propia definición, convierte al hombre en gestor de su propio destino. Es un factor de explotación cuando básicamente lo mueve es la usura y la plusvalía, pero cuando es una herramienta para satisfacer las necesidades humanas es una condición necesaria que debe distinguir al proceso educativo.