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4) El artículo 869 del código civil, que tendrán preferencia para ser pagados con
los bienes de la masa hereditaria "los gastos de funeral y en su caso los de
incineración". Estimamos que si los bienes de la herencia fueron hipotecados
en garantía de algunas obligaciones, solamente después de que esas
obligaciones hayan sido pagadas podrán atenderse las de funeral o
incineración.
8) El artículo 31 de la ley orgánica del banco agrario del Perú. Decreto Legislativo
n° 201 del 12 de Junio de 19881, disponía que "El crédito del banco es
preferencial a cualquier otra obligación del prestatario en favor de terceros,
con las siguientes excepciones.
El pago por alimentos o por beneficios sociales.
Los pagos en favor de incapaces por concepto de merced conductiva o
por saldo de precio.
Los casos previstos en el artículo 39 del presente D.L.
9) Del mismo modo el Banco Industrial del Perú, gozaba de preferencia para el
pago de sus créditos en el caso de afectación total de activo inscrita en el
registro mercantil", que otorgase un privilegio general sobre todos los bienes
y cuentas del activo prestatario existentes en el momento de realizarse el
cobro de la deuda o de trabarse embargo
CONCORDANCIA:
C.C. arts. 787 incs. 1) Y 5), 793, 973
Por su parte, las deudas son las contraídas por el causante, formando parte de
la masa hereditaria y pasando al heredero por sucesión.
c) Gastos de administración
En cuanto al tercer inciso del artículo a comentar, que alude a los gastos de
administración de la sucesión, éstos deben incluir tanto los inherentes a la
administración en sí (gastos judiciales, cuidado de los bienes, inventario,
honorarios de abogados, etc.), como a la remuneración del administrador
(albacea).
CONCORDANCIA:
C.C. arts. 415, 472 Y ss., 728
Este numeral establece como carga (pasivo de cobro preferente) de la masa
sucesoria la alimentación o cobijo, por un lapso de tres meses, de las
personas que hubiesen sido alimentadas por cuenta del causante o que
hubiesen vivido en su casa.
CONCORDANCIAS:
C.C. arts. 661, 662, 787 inc. 5), 852 Y ss.
C. T. arto 25
1. Deudas. Generalidades
Desde la muerte de una persona, se transmiten a sus sucesores tanto los activos
como los pasivos de su patrimonio, por lo que el heredero no adquiere bienes,
derechos u obligaciones singulares, sino que sucede en una unidad o
conglomerado patrimonial; recibe un patrimonio en el que los activos sin
distinción responden por los pasivos sin distinción (LOHMANN). Si ha aceptado
la herencia pura y simplemente, sin haber invocado el denominado beneficio de
inventario o probado la situación deficitaria de la herencia, responderá
ilimitadamente por el pago de los pasivos.
Existe cierta confusión respecto de los dos momentos señalados por los que
atraviesa la herencia, confusión que tiene origen en un "principio" histórico del
Derecho español que provino de una interpretación inexacta de las Leyes de
Partidas, por lo que hoy es solo un aforismo: "antes es pagar que heredar"
(VALLET DE GOYTISOLO) Según ello, primero se pagan las obligaciones y una
vez saneada la masa, se puede efectuar la repartición entre los herederos, y
entonces recién se puede hablar de herencia (GONZÁLEZ GARCÍA). En
contraposición a esta noción se encuentra el concepto moderno que establece
que desde el momento de la muerte del causante todo aquello que constituye la
herencia (activo y pasivo) se transmite a sus sucesores (LACRUZ BERDEJO y
SANCHO REBULLIDA), por lo que entonces ya se heredó desde ese momento,
antes de la partición, noción que sigue nuestro Código Civil.
Exceptuando los activos que hubiesen sido objeto de garantía específica antes
de la muerte del causante, todos los activos, sin distinción, responden por todos
los pasivos, sin distinción, lo que significa que en caso de controversia judicial o
arbitral el acreedor tendrá que emplazar a todos los copartícipes de la indivisión
(artículos 65 y 93 del CPC).
CONCORDANCIA:
C.C. arts. 661, 787 inc. 5), 875, 984
CONCORDANCIA:
C.C. art.857
El heredero que desee hacer uso de esta facultad debe dirigirse al albacea o
ejecutor testamentario designado por testamento por el causante o, en su
defecto, al apoderado común nombrado por todos los herederos, o al albacea
dativo, quien es nombrado por el juez a petición de los herederos que no se han
puesto de acuerdo entre ellos en cuanto al desempeño del cargo. Si bien en
principio el heredero puede formular su solicitud de cualquier forma
(verbalmente, por escrito, etc.), pues la norma no impone formalidad alguna, lo
conveniente será que lo realice por escrito. De no obtener respuesta expresa ni
tácita, o en caso de discrepancia o conflicto, podrá recurrir al juez.
Si uno de los herederos realiza este pedido en forma individual (como señala el
dispositivo) deberá hacerlo antes de la partición y no cuando este proceso ya
haya empezado. Iniciada la partición, es de aplicación lo dispuesto por el artículo
857, que establece que, si es preciso para asegurar el pago de deudas o
legados, puede suspenderse o deferirse la partición, por acuerdo de todos los
herederos o por resolución judicial.
Que una deuda esté debidamente acreditada importa una cuestión de probanza.
2. Inventarios
Por esta razón, a fin de evitar el encubrimiento de actos jurídicos por otros
distintos a los que se pretende realizar, como lo sería un legado -que puede ser
objeto de reducción (recordemos que todas las liberalidades están sujetas a
posibles reducciones, si exceden la porción de libre disponibilidad del causante)
y que además tiene un orden de prioridad en el pago inferior a las deudas-, lo
conveniente es que este reconocimiento forme parte del cuerpo de probanza que
acredite tal deuda, es decir, que no constituya prueba plena9, considerándosele,
al igual que la norma argentina, un legado (por tratarse de una supuesta
simulación relativa y no absoluta), salvo que el beneficiario pruebe lo contrario.
La figura del reconocimiento de la obligación reviste utilidad práctica cuando se
ha perdido el instrumento original de ella (aquí se repara esta pérdida), o cuando
se esté ya próxima la prescripción (la interrumpe).
1.- Asumiendo uno de los herederos la obligación alimentaria por disposición del
testador o por acuerdo entre ellos. Puede asegurarse su pago mediante hipoteca
u otra garantía.
2.- Calculando el monto de la pensión alimenticia durante el tiempo que falta para
su extinción, y entregando al alimentista o a su representante legal, el capital
representativo de la renta.
CONCORDANCIA:
C.C. arts. 415, 472, 728, 856
Esta disposición tiene como objeto regular el pago de la pensión alimenticia que
corresponde a los hijos alimentistas cuando se produce la muerte del
alimentante.
Esta presunción -más que presunción viene a ser una atribución de obligación-
es una de las más tajantes dentro del Derecho de Familia, Ya que la prueba en
contrario no apunta más que al hecho de la no realización de las relaciones
sexuales durante la época de la concepción. Basta que exista una posibilidad
para que se adquiera la obligación alimentaria, lo que ilustra la lógica del Derecho
de Familia, distinta en sustancia al Derecho Civil Patrimonial. Teniendo como fin
principal la protección de los intereses del menor, se aplica la presunción y el
posible padre debe abonar una pensión alimenticia hasta que el menor deje de
serio, vale decir, hasta que alcance la edad de dieciocho años, convirtiéndose
de esa manera en deudor del alimentista.
El artículo 874 dispone que esta pensión constituye deuda hereditaria que grava
en lo que fuere necesario la porción de libre disponibilidad de la herencia a favor
del alimentista. Debemos señalar que la redacción del dispositivo no es clara y
puede llevar a confusión: ya que pareciera indicar la existencia de una herencia
a favor del alimentista, lo cual es incorrecto debido a que, como hemos
precisado, éste no es heredero, sino mero acreedor del causante. Lo que la
norma establece es que la pensión alimenticia constituye deuda a cargo de la
sucesión, que grava en favor del alimentista lo que fuere necesario de la parte
de libre disposición del causante.
b) Puede calcularse el monto total que falta cubrir de dicha pensión alimenticia
hasta su extinción (ya dijimos, con la mayoría de edad del alimentista, a menos
que sea incapaz y no pueda proveer a su subsistencia), y se entrega esta suma
al propio alimentista o a su representante legal. Esta suma tendrá como tope la
porción de libre disponibilidad del causante. Una vez calculado el monto, si no
existiese dinero efectivo en la herencia (cuenta bancaria, por ejemplo) sino
bienes realizables, puede entregar cada heredero a prorrata una parte del
mismo, o asumir la totalidad uno o más de ellos, con cargo a recuperar de la
porción de libre disponibilidad.