Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
ÚTIL
E-mail. direccion@efectoutil.org
Web. https://efectoutil.org
MONITOREO DE OPDH
1
EFECTO ÚTIL
E-mail. direccion@efectoutil.org
Web. https://efectoutil.org
MONITOREO DE OPDH
exigirlos, dado que incluso instituciones que tienen prestigio, como es la CDHDF,
terminan por realizar actuaciones deficitarias.1
3. En este caso, posteriormente a la emisión de la Recomendación 07/2013 se ha
encontrado que en la misma se generó una calificación subestándar de los hechos, al
identificarlos como a) uso desproporcionado de la fuerza o b) tratos crueles,
inhumanos o degradantes en lugar de tortura; con lo cual se ratificó una vez más lo
referido por el Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez:
32. […] El número de recomendaciones por tortura y malos tratos de la CNDH
y de las comisiones estatales también dista significativamente del número de
quejas recibidas por estos organismos.
33. A nivel estatal impera similar impunidad. En el D.F. […] entre 2011 y
febrero de 2014, la Comisión de Derechos Humanos del D.F. reportó
386 quejas de tortura, y emitió 12 recomendaciones.
34. Existen fallas estructurales, repetidas a nivel federal y estatal, que
potencian esta impunidad. […] hay una tendencia por parte de los ministerios
públicos, jueces y comisiones de derechos humanos a calificar conductas
constitutivas de tortura con tipos penales de menor gravedad [as less serious
offences], como abuso de autoridad, lesiones o ejercicio indebido de servicio
público.2
4. La CDHDF en lugar de señalar los hechos como tortura calificó algunos como
uso desproporcionado de la fuerza y otros como tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes (en adelante tratos). La CDHDF específicamente refirió que no sólo había
esos dos niveles de afectación al derecho a la integridad (tortura y tratos), sino que
había más, como era el uso desproporcionado. Con ello, dejó de usar tortura e incluso
tratos:
Ahora bien, como se mencionó anteriormente, el derecho a la integridad
personal no sólo implica la prohibición de actos de tortura, sino también otros
actos que pueden ser considerados como tratos crueles inhumanos y
degradantes. Sin embargo, limitar las violaciones a este derecho en estas dos
categorías, equivale a desconocer que existen muchos otros actos que las
autoridades pueden cometer, vulnerando el mismo. Es el caso del uso
indebido y desproporcionado de la fuerza. (Recomendación 07/2013, p. 59)
1 Una posible razón que además contribuye a esto se debe a que al frente de las instituciones de
derechos humanos se han designado personas que no cumplen los requisitos objetivos, razonables y
apropiados a las necesidades institucionales. Es necesario que las designaciones públicas se regulen
debidamente.
2 Salvo que se indique lo contrario, los subrayados son propios.
2
EFECTO ÚTIL
E-mail. direccion@efectoutil.org
Web. https://efectoutil.org
MONITOREO DE OPDH
3
EFECTO ÚTIL
E-mail. direccion@efectoutil.org
Web. https://efectoutil.org
MONITOREO DE OPDH
4
EFECTO ÚTIL
E-mail. direccion@efectoutil.org
Web. https://efectoutil.org
MONITOREO DE OPDH
5
EFECTO ÚTIL
E-mail. direccion@efectoutil.org
Web. https://efectoutil.org
MONITOREO DE OPDH
35. […] Los actos que no responden cabalmente a esta definición [de tortura
contenida en el artículo 1 de la Convención contra la Tortura], en particular
los actos que carezcan de los elementos de intencionalidad o que no hayan
sido cometidos con los fines especificados, pueden constituir tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes con arreglo al artículo 16 de la Convención.
Los actos encaminados a humillar a la víctima constituyen un trato o pena
degradante aun cuando no se hayan infligido dolores graves.
(E/CN.4/2006/6)
En estos términos, de acuerdo a lo que se documentó en la Recomendación 07/2013
(págs. 67 a 69), es posible indicar que había intencionalidad de cometer las vejaciones,
en función de fines prohibidos por el artículo 1 de la Convención contra la Tortura, con
lo cual no podrían ser considerados como tratos sino como tortura. El criterio de
gravedad, al menos en este caso, no era necesario para determinar la procedencia de
calificar por tortura.
7. De acuerdo con lo anterior, en lugar de que la CDHDF señalara que hubo sólo 6
casos de tortura, en realidad debió haber referido que existieron 88 casos
documentados de diferentes tipos de tortura. La calificación subestándar o
subcalificación de las violaciones graves de derechos humanos es una política que,
como ha mostrado el Informe Previo Efecto Útil sobre la CNDH, no es exclusiva de la
CDHDF sino que afecta a buena parte del sistema ombudsman mexicano.
Por ello, lo referido por el entonces Relator Especial Juan E. Méndez, sobre la
subcalificación es una realidad que este caso una vez más demuestra y que es
necesario atender para eliminar las políticas institucionalizadas que usan la tortura
como mecanismo ordinario de gobierno, y que en lugar de combatirse se mantienen
latentes, gracias a la impunidad.