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La teoría de la “aguja hipodérmica” nació con base en la necesidad de estudiar los efectos de
la propaganda durante los años 20’ y los años 30’. Ésta teoría se desarrolla entre la primera y
segunda guerra mundial. Las tragedias de dichas guerras dieron lugar a la necesidad de
estudiar los efectos que las propagandas generaban en ésa época.
Goebbels fue el responsable de propagar y popularizar las ideas del partido nazi, inclusive
antes de que llegara al poder. En 1933 los nazis llegaron al poder y Goebbels fue nombrado
Ministro de Instrucción para el Público y Propaganda. De esta forma se convirtió en jefe de la
prensa, radio, cine, teatro y virtualmente todas las actividades culturales y científicas. Utilizó
prácticamente todos los medios a su alcance para darle credibilidad al movimiento nazi, midió
consecuencias, tamizó información y teorizó sobre el fenómeno de la comunicación de masas
al definir los puntos básicos de la misma: ventajas y desventajas de la información, público,
opinión, canal, mensaje, respuesta, etcétera.
La teoría hipodérmica es una teoría post hoc ya que se define después de la I Guerra Mundial,
después de ver los efectos que tuvo la propaganda en este conflicto. La Primera Guerra
Mundial supuso un gran despliegue de armas, de dinero, etc. y fue una gran pérdida social. En
ese momento, Gran Bretaña y EE. UU. no habían sufrido una guerra en mucho tiempo. Otra
particularidad de esta guerra es que se dio muy cerca de la población civil, por lo que se hizo
necesario darle una importancia a la guerra que en realidad no tenía. Para ello se utilizó la
propaganda en una sociedad en la que los vínculos eran cada vez más difíciles, para
convencer a la gente de que diese su vida en un conflicto mundial que, finalmente, sólo sería
beneficioso para unos pocos.
Al finalizar la guerra, en Gran Bretaña, EE.UU. y Alemania se empieza a reflexionar sobre este
bombardeo enorme de propaganda, como medio para manipular a la gente, por parte de los
gobiernos y de los medios de comunicación, y se inicia así la crítica y la formulación de la
teoría.
TEORÍA DEL FUNCIONALISMO
La crisis capitalista de la década de 1930 fue uno de los contextos determinantes para la tesis
de la teoría de la dependencia, según la cual el Estado debía asumir el papel principal de
regular al Mercado; mientras que en el mundo desarrollado la respuesta a esa crisis se
expresó mediante el keynesianismo. En los años 40, el argentino Raúl Prebisch fue quien
instaló el debate en la intelectualidad latinoamericana con su idea de centro-periferia que
buscaba explicar la modernidad periférica. La CEPAL, ubicada en Santiago de Chile, fue la
sede de la teoría al albergar a los intelectuales más destacados de esa época en América
Latina.
La irrupción de intelectuales como Theotonio Dos Santos, Andre Gunder Frank, Ruy Mauro
Marini, Celso Furtado, entre otros, le dio un dinamismo profundo a la teoría de la dependencia,
marcando claramente la estrategia estatal (Industrialización por sustitución de
importaciones o ISI) de los países más industrializados del sub-continente
(Argentina, México y Brasil) en la que estos países cerraron sus mercados (fomentando el
mercado interno y aplicando altas tasas a las importaciones) y promovieron la construcción de
una burocracia que pudiera interactuar con las élites decimonónicas que de paso contribuía a
la construcción de una clase media de peso que pudiera fomentar el dinamismo del mismo
mercado interno.67
La inspiración teórica de esta corriente económica-social estaba en las tesis
marxistas [cita requerida] en diálogo con los postulados de Max Weber, cuyo pensamiento influyó
notablemente en la estructura de este "pensamiento cepalino". Posteriormente, a fines de los
60 un nuevo impulso redefinió las primeras ideas sobre la dependencia, responsabilizando a
las propias élites latinoamericanas por el atraso de estos países. Así entonces, habría un
factor interno y otro externo que producirían la situación de subdesarrollo. La solución
nuevamente estaba en el énfasis del rol del Estado, quien debía tomar el control total de las
políticas nacionales; entre éstas el control del dinamismo estacionario del capital, creación de
empresas estratégicas con dirección y capital estatal y regulación bancaria. Esto último, a
través de varios años, produjo una hiperinflación [cita requerida] que devino la mayoría de los
casos en desorden civil y golpes de Estado.8
El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile produjo un quiebre de corto y
mediano plazo en el pensamiento de la CEPAL, quiebre que marcaría la progresiva
marginación y pérdida de influencia del proyecto, a corto plazo, por la imposibilidad de seguir
contribuyendo a políticas de Estado frente a la cadena de dictaduras latinoamericanas y las
operaciones combinadas de la CIA y la política norteamericana; y, a mediano plazo, por un
contexto de agotamiento de la estrategia de mercados internos y del mismo proyecto industrial
(Industrialización) conocido desde el siglo XVII y ampliado por el fordismo. [cita requerida]