Vous êtes sur la page 1sur 80

Ciénaga

Nº1
EQUIPO
CIÉNAGA

DIRECTORES COLABORADORES
Martín Aldana López Sofía Hansen
Santiago Escobar Urrejola Sebastián Irarrázaval
Francisco López Capote Álvaro Araya
Ignacia Rodríguez Labarca Manuel Alejandro Cardona Torres
Iván Vial Pérez Emilio Moreno
Felipe Harvez
Sharon Matte
Dalay Purto H.
2 DISEÑO Bubisola
Elisa Díaz Ibáñez Drago Yurac
Camila González Alonso de Linaje
Juan Espinoza Ale
Augusto Rodríguez - Paniagua
AGRADECIMIENTOS Diego Cárcamo Rojo
Josefina Contín Sebastián Sorensen
Martín Vilaplana Marina Corssen
Isabela Herrera
Pontificia Universidad Católica de Chile

CONTACTO
revistacienaga@gmail.com

IMPRESIÓN
A July Impresiones.
En papel Cocoon 100gr
distribuído por Antalis
3
LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO

EDITORIAL «¿Qué es un mundo?» es una pregunta que nos pone


en problemas, puesto que conlleva el artificio de
tomar la palabra «mundo» y recortarla del hábitat
del lenguaje corriente; desafortunadamente, queda
ella desnuda. Cuando la usamos en la conversación
cotidiana no hay problemas. Si decimos por ejemplo,
“el mundo se está yendo a la mierda”, ese mundo se
desglosa fácil en nosotros. Pero cuando analizamos
la palabra sola nos inundamos de incertidumbre, de
blancura psíquica: la que se tejía fluidamente en el
habla es ahora palabra muda. Tampoco «un mundo»
puede ser inquirido: no le podemos preguntar al
mundo «qué eres». Por eso, sin otra brújula que la
experiencia, buscaremos un mundo desde nosotros,
vistiendo sus distintos atuendos e investiduras, sus
juegos y apariciones.

Al partir caemos en cuenta de que nuestro


4 proceder analítico construye «un mundo» como
un conjunto de objetos y relaciones. Objetos que
comparten el estar delimitados por algún tipo de
restricción, ya sea racional o imaginaria. En un
mundo así construido, no es posible que tales objetos
escapen de los límites de su encierro, porque tan lejos
como pueden llegar es el tamaño de ese mundo.

El proceso analítico por sí solo nos engaña.


Nos permite pensar «un mundo», «dos mundos»,
hasta «mundos posibles» sin jamás tropezarnos con
la piedra transparente que es la experiencia pre-
reflexiva del mundo. Piedra que nos permite habitar
el mundo antes de embarcarnos en constelaciones
reflexivas, analíticas. La experiencia pre-reflexiva del
mundo hizo posible toda conjetura analítica. Además,
es una forma de experiencia que hace las veces de
tejido, atmósfera o trasfondo de la vida cotidiana.
Usualmente vivimos el mundo de otra manera que
cuando conjeturamos «un mundo»; tal conjetura es
a la vivencia del mundo como “la geografía es en
relación al paisaje, en donde aprendimos de antemano lo que un bosque, una pradera o un
río es.” (Merleau-Ponty, 1945)

Las experiencias analíticas, afectivas, éticas, estéticas o pre-reflexivas -más bien


todas las experiencias posibles-, suceden mezcladas en un cuerpo. Un cuerpo que mora en
el mundo de la vida. Es ahí donde queremos, odiamos y también donde nos damos igual.
El mundo de la vida nos excede. Está en constante génesis, por lo que cada límite que el
humano traza sobre él se borra o se desfigura. Observándolo es que toda reflexión sobre la
construcción de «un mundo» debe empezar.

Desde Ciénaga, en el mundo de la vida actual, vemos una tendencia hacia la


especificidad. El caso del mundo del conocimiento lo muestra claramente: se ha convertido
en una eterna subdivisión de subtemas, las disciplinas ya no dialogan, solo conocen más
desde sí. La creación en general se ha atomizado, parcelado, su mundo aparece fragmentado.
Es por eso que, inspirados en el holismo, buscamos recuperar el mundo en el sentido de
que es él un todo. Por eso las piezas de la revista fueron unidas, sin reparo a su disímil
naturaleza. Así se las puede relacionar libremente, y al hacerlo su imaginario comienza a
crecer: eran registros latentes en hojas desperdigadas y cúmulos de bytes que ahora dejan
rastros al danzar con el lector, rastros que trazan un nuevo dibujo de mundo.

Este número propone imaginar cómo sería para un humano vivir un nuevo mundo: 5
la ciénaga. Sus piezas se ordenan como un devenir de experiencias, desde la perplejidad
hasta lo inasible, que permiten al lector construir la ciénaga. La ciénaga es en parte mundo-
cosa, puesto que se construye a partir de una materialidad: la revista física. Ahora bien,
se hace Ciénaga en el acto de leerla, otorgándole así su carácter de mundo como ejercicio.
Cabe decir que es éste un ejercicio hipotético: un mundo puede construirse tomando otra
temporalidad y otras formas de experiencia.

La ciénaga es también una ética. Visualizamos que el mundo de la vida contemporánea


exhibe un mundo natural y social permeado por la tecnología digital; que la tecnología digital
es un vehículo de comunicación instantánea, es un recorte ansioso del mundo natural. La
tierra y la piedra, la carne y los huesos se atomizan en burbujas que en sincronía envían y
reciben señales satelitales. Hasta cierto punto la vida va más rápido que nosotros: el tecleo
se adelanta, cual autómata, a la elaboración del alma. La ciénaga es una ética que invita al
encuentro entre lectores y creadores de carne y hueso. Es también una invitación a meter los
pies en el barro, a ahogarse y maravillarse desde la quietud, a masticar con hálito pausado el
mundo de la vida.

Equipo Ciénaga
Redactado por Ignacia e Iván.
PERPLEJIDAD

6
7
8
Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis
pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas
las calles. Mis pisadas huecas, repitiendo su sonido en el eco
de las paredes teñidas por el sol del atardecer.
JUAN RULFO, Pedro Páramo
9

Ahora su atención se detiene en un objeto pálido, al cabo de un


rato advierte que es un cuadrado que empieza a fragmentarse.
Lo que antes reconoció como pantalla se transforma en marea
blanca,palabras blancas, vidrios que finalizan su transparencia
en una blancura ciega y permanente.
ROBERTO BOLAÑO, Amberes

I shut my eyes and all the world drops dead;


I lift my eyes and all is born again.
SYLVIA PLATH, La Campana de Cristal
TROMPO

Un trompo pedía
lisa superficie
y mi palma, que tensé
perforó girando

Igual jugamos
como niño achinaba
los ojos - hechizo
Se borraron del suelo
las acículas de pino

Pero extinto el día


creído hombre
me ofreció su cuerda
en O, vago collar

Alcé mi pelo

10 Y oh se hizo insecto
gigante convulso
La piel de mi espina
colapsó a pálpitos
mandándola lejos

Lo escuché pulular:
maldita muñeca rara

Yo tenía el cráneo abierto


aun, y llovido de ojos
que abandonados
se revientan dentro.
Ignacia Rodríguez Labarca
Sofía Hansen
11
12
Sofía Hansen
13
El día que nació el sol
Evento privado. Había quienes esperaban hace un buen rato.
Su llegada tuvo efectos inmediatos. Se le quiso como se quiere a
quien cura el cáncer o quien restaura el espíritu de una familia:
trascendencia. Su transformación fue rápida, una maduración lenta.
La cara que puso el primer día fue la de un cachorro que cualquier
mamífero hubiera entregado su vida por cuidar: transhumano.
Luego su piel durazno peludo se transformó en pelaje felino: traje
del rey. Mientras se mantuvo ingenuo al lenguaje, el amor de su
alrededor le entro por su piel, hasta los huesos, la respiración, los
ritmos: transpersonal. Cuando internalizo a su madre, que resulta
14 ser su lengua, abre ventanas y descubre el mundo: en palabras.
Alcanzó la madurez suficiente para expresar su ser, que era uno,
presente puro, puro impulso: abrirse a todo. La conciencia de si-
mismo lo hizo callar, observar, con amor, con calma. Peligrosa paz
(a)dorada. Después fue niño. Disfruta de lo pequeño desde lo suyo.
Distingue lo importante, lo que tiene en común con otros: juego
amistad amor (simétrica intercambiable posición). Hasta la venida
del eclipse de la crítica. Hostigosa, como nada de lo que come. Puntos
sensibles: su apertura, su oscilación, su forma de entrega, su realidad,
todo en forma de ingenuidad. Fisura imborrable que lo consume.
Su cualidad de habitar medios distintos sublima el sufrimiento. En
Sebastián Irarrázaval

tierra: hasta hoy reverberan sus ondas, con epicentro propio. En


agua: turbulencia, y búsqueda de una quietud imposible para lo
cíclico de su cualidad. En aire: respiración, disolución, atmosfera.
En humano: búsqueda amor total intensidad (posición simétrica
intercambiable, ahora con cuatro eh!). Un día tras otro, un mundo
tras otro. Ideas. Personas. Lugares. Si-mismo. Finalmente se
extingue en autocombustión. Los hoyos negros también son astros.
ACAU

Álvaro Araya
15
PERCEPCIÓN

16
17
18
Mirar un objeto es venir a habitarlo, y desde ahí asir todas las cosas según
la cara que vuelvan hacia él. Pero, en la medida en que yo también las
veo, las cosas siguen siendo moradas abiertas a mi mirada, y virtualmente
situado en ellas, ya advierto bajo ángulos diferentes el objeto central de 19
mi visión actual. Así, cada objeto es el espejo de todos los demás.
MAURICE MERLEAU-PONTY, Pedro Páramo

Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;


miro crecer la niebla como el agonizante,
y por no enloquecer no encuentro los instantes,
porque la noche larga ahora tan solo empieza.

Miro el llano extasiado y recojo su duelo,


que viene para ver los paisajes mortales.
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales:
¡siempre será su albura bajando de los cielos!

GABRIELA MISTRAL, Desolación


20
Manuel Alejandro Cardona Torres

PULSACIONES INTERIORES
SANTIAGO INVIERNO

Frío en el pavimento y en los postes de luz;


en los cables que arman como cordeles figuras que se ven desde lo alto,
tal y como las pudieran ver los pájaros
antes de estrellarse en las telarañas del tendido eléctrico.

Por allí pasan bichos que en la noche recolectan sus presas.


Se pasean por el alumbrado con sus patas peludas y sus varios pares de ojos;
respirando un vapor helado que deja un rastro blanquecino en el oscuro.

Es el santiago de invierno.
Pegajoso.
El de los chicles en los pies, 21
el de los vehículos adheridos al alquitrán.

Es el santiago de invierno.
El que se respira con cautela por unos pulmones nerviosos.
El que combina el frío con el humo y con lo pastoso de la niebla
para que los santiaguinos crean que siguen soñando cuando crucen sus puertas de madrugada hacia el callejón.

Es el santiago de invierno.
El del aire artificial,
alérgico y acondicionado
el aire de invierno que golpea la cara de los oficinistas.
Emilio Moreno
Sobre los candados que
retiraron del puente Pio Nono
No me referiré tanto a la policía de como tienen que ser las relaciones como a los amantes. Los primeros
que se jodan, los segundos que vivan.
Una vez un profesor de literatura citó un verso de Quevedo que para él era muy hermoso “Polvo
serán, más polvo enamorado”. No me parecía nada especial en ese entonces, no entendía que hacía
que Quevedo fuera Quevedo ni mucho menos que significaba ser parte del siglo de oro español,
periodo histórico de gran florecimiento para el arte y la literatura en España que es considerado por
los estudiosos como fundante para nuestra lengua, así de importante. Sigo aprendiendo a leer, si hay
algo que me gustaría sacar en limpio de la universidad es haber aprendido a leer un poquito mejor, de
Heidegger aprendí una cuestión aparentemente muy sencilla que me ha servido mucho, él decía que
la filosofía consistía en “quedarse en las palabras” y ese estándar sirve para todo, para entrenar el ojo,
para entender a las personas, para profundizar en un poema o en una obra. El mismo Heidegger decía
que la mejor forma de hablar del ser era la poesía y cuánta razón tenía. El ser es una cuestión bien
extraña, somos nosotros mismos, las cosas que nos pasan todos los días, necesitamos profundizar ese
ser para conocernos, para entender a los otros, para no sentirse tan miserablemente solos, la poesía y
la belleza son razones tremendas para dilatar el suicidio. Así de simple. Saber que de todas las cosas
22 que nos pasan se pueden profundizar y complejizar de una manera tan hermosa es invaluable. Le
agradezco a los poetas aportar tanta belleza a este mundo.
“Su cuerpo dejarán/ no su cuidado; / serán ceniza, más tendrá sentido. / Polvo serán, más polvo
enamorado”. No sabemos nada de la vida. No sabemos por qué estamos acá. No sabemos qué significa
ese inconmensurable haz de luz que hay entre la vida y la muerte. Apenas intuimos un poco de lo que
pasa ahí. Lo único cierto decía Tellier es que “respiramos y dejamos de respirar” eso es lo único, del
resto todo puede ser, tenemos muy pocas certezas, no sabemos si la dirección que estamos tomando
como mundo es la correcta. Convivimos con castillos a diario y no nos inmutan. Lo cierto es la muerte,
pero esa muerte en los versos de Quevedo es una muerte de a dos, que dura hasta que los cuerpos se
hagan polvos, para que pase eso tienen que pasar cientos de años, esos cuerpos se degradarán juntos,
los gusanos se comerán sus cuerpos, “más polvo enamorado”, se transformarán de lo orgánico a lo
inorgánico y aun así se seguirán amando, serán tierra pero tierra enamorada y aún después de todo
eso seguirán dando vida porque la tierra es vida. Porque dos personas que se aman dan de comer al
mundo entero.
Este poema de Cocteau cae como anillo
“Graba tu nombre en un árbol
que se extienda hasta el nadir.
Felipe Harvez

El árbol es mejor que el mármol,


pues en él los nombres crecen.”
La piedra fija los nombres, como una etiqueta, pero en los árboles crecen.
Yo nunca he puesto un candado en un puente, y por ahora el único candado que me gustaría tener es el
de castidad, para un trabajo sobre bdsm de la universidad, claro. Pero si en algún momento la vida me
lleva a eso lo aceptaré con mucho cariño y cuidado. Un candado es una protección difícil de romper,
que puede oxidarse, pero difícilmente romperse y si dos personas en algún momento se les ocurrió que
sería lindo un candado ¿Por qué no? El amor es elevar a una persona entre miles de millones al centro
del universo de una manera azarosa y arbitraria. También el amor es cualquier weá: un montón de
pichí y caca. Armando Uribe dice que en toda su vida su mayor aproximación al amor era decir que es
“una adhesión brutal a ciegas” donde lo brutal viene de lo corporal, de la animalidad.
“Si estás en el séptimo cielo y un caminante te pide un vaso de agua, desciende del séptimo cielo para
dárselo. Si eres un santo asceta y una mujer te pide un beso, desciende de tu santidad para dárselo”. Es
María Magdalena hablándole a Jesús en La última tentación de Nikos Katzanzakis. Hay una eternidad
estremecedora que se gana en la tierra, un anhelo que nos hace desear creer en una prolongación de
la vida sólo porque algunos instantes de esa vida tienen vocación de infinito: el encuentro, el abrazo, el
aliento del rostro que se quiere pegado al de uno. La intimidad de caminar con la persona que quieres
por Santiago, aunque sea por las laderas de un río de dudosa reputación, la intimidad de colocar un
candado, por cualquier razón y recordar esa escena cuando seas viejo y te estés quedando dormido
en una biblioteca pública, a la que vas a dormir la siesta hace meses mientras se te cae el diario de
las manos y pienses que algo viviste, que algunas cosas valieron la pena. Que algunas cosas tuvieron
mucho sentido en su momento.
Yo nunca escribí tus iniciales
en ninguna parte,
ni en los árboles, ni en los baños, ni en la arena,
a lo mucho, escribí mi nombre en tu seno
y lo borré con mi propia lengua 23
como si fueras una lejana madre.
(Harry Vollmer)

Francisco López Capote


24
Manuel Alejandro Cardona Torres
VISITA CONSTRUIDA DE SUEÑOS
Ignacia Rodríguez Labarca

25
26

RECOGERSE
27
28
29
The force that through the green fuse drives the flower
Drives my green age; that blasts the roots of trees
Is my destroyer.
And I am dumb to tell the crooked rose
My youth is bent by the same wintry fever
DYLAN THOMAS, 18 Poemas

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como


cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
Vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

CÉSAR VALLEJO, Los Heraldos Negros

Debería casarme con ella, aunque no sea Marilyn Monroe ni mi mamá.


RODRIGO LIRA, Proyecto de obras completas
TODO
LO LLEVO
CONMIGO
Es decir, todo lo que tengo lo llevo conmigo. Incluso lo que se ha roto, incluso lo que ya
no sirve, lápices secos, una agenda incompleta que acaba en octubre, chicles ocultos entre
boletas de metro, tenedores sin mango, el botón de una chaqueta perdida, envoltorios, un
reloj sin correa, una pasta de dientes vacía, uñas mordidas, muelas picadas, un zapato sin
lengua, los tobillos torcidos, el coxis quebrado, el recuerdo intermitente de un sábado.

30 Todo lo que tengo se ha roto y lo llevo conmigo.

Mis cosas y yo nos arrastramos por Santiago. A veces me abandonan. A veces deciden quedarse.
Es así como nos vamos desarmando, la tinta de mis lápices se gastó en las mesas de sus
edificios, el verano de mi agenda decidió quedarse con otro, no sé con quién se fueron mi viajes
en el metro, tuve ropa que me dejó en sus casas. Las uñas y los gestos de mis manos, mis pies,
mis muelas, mi saliva, todas nos fuimos desmembrando. Repartiéndonos en esta ciudad y su
gente. Cuando mi vida te haga falta, tómala, dije. Y Santiago se fue quedando con nosotras.
Encontré un recuerdo este domingo, tirado en la combinación de los Héroes a San Pablo.

No me importa que se quede mis pedazos, me duele que nos olvide y nos pierda.
Sharon Matt
HUELMO

Martín Aldana López


31
MADRE
déjame llorando en la cuna,
vomitando miedos en las sábanas,
orinando infiernos mientras rezo a la virgen,
escondida bajo mi cama de polvos oscuros y secos
mirando el reloj moverse como tú no te mueves
fingiendo la muerte
esperando enajenada
que descubras esta gruta
y seas mi madre.

32
HUÉRFANA

Está llorando esta niña descompuesta


En la penumbra que forman estas cuatro rejillas plásticas
Destinadas a proteger mi frágil cabeza, pesada y perforada.

Esta huérfana que busca el seno


Desesperanzada e infranqueable,
Determinada a caer en el abismo de tu lecho 33
Construye un castillo de ébano
Y no sabe como son los castillos.
Dalay Purto H.
34
Martín Aldana L.
Tragedia de la
muerte del padre
Los ojos secos de tu mirada directos sobre la mía
preguntando qué es lo que sucede
Los huesos de tu cara casi arrancándose del cuerpo
Sin espacio para respuestas
Tu dolor y angustia golpea profundamente
Ensombrece y quema la existencia
Nuestras existencias.

Tus brazos parecen aletas de peces fuera del agua


Se mueven con desesperación
Buscando respuestas y palabras que conjuren esta maldita alucinación
Aunque apenas ocupas espacio bajo las colchas 35
Aún quedan en tus manos rastros del incansable hombre que fuiste
Como un volcán que se empieza a apagar pero su forma no desparece
Con surcos cargados de piedras
Dejando huellas del fuego que consumiste.

Ya casi no hablas
Apenas un aliento desgastado recorre tu cuerpo
Y la sangre seca se estanca en tus venas
Tan solo miras un vacío frente a ti
Ay padre, es cierto entonces
Ya no volveré a palpitar tus llegadas al anochecer
Ya no sentiré tu piel espesa besando mi rostro
Ni la emoción de la sorpresa cuando abrías tu maleta.
Martín Parra Olave

En tus ojos sellados


Se esconde para siempre parte de la vida que me diste
Y en mi cuerpo helado
Tieso y sobrecogido
Encalla el dolor de mi vida más triste.
RECORDATORIO
Inundaron cada pliegue de esperanza con su furia
Apuñalaron mi cordialidad con su deseo efímero
Dejaron la luna hecha cenizas
Orbitando sola e iluminando patética
La oscuridad que la solicite.

Queda el gusto metálico en la boca


El ardor visceral
El sobrepeso occipital
36
Que me recuerdan lánguida
Que jamás seré digna de amar en vano
Y menos ellos a este solitario cuerpo extraño.
Dalay Purto H.
Elisa Díaz Ibáñez
37
SE ACOMODA
LA CHAQUETA
DE JEANS:
38
para llevársela a donde nadie
para tragársela, esperando
por un gesto pequeño
atenuante
una suerte de soprano, o tiple
aullado por pronunciarse
frunciendo el goteo
de un caer de plomo
que da de asfixia
que da de ensueño.
Para sacarse de a poquito el viento que lo empuja 39
a tragar ese paracetamol vencido
que se estanca entonces en su garganta enmohecida
haciendo chillar la luz
atosigada
del día que iba a ser mañana.
Para usarte como complemento adicional del ahorro
y así
resguardarse de la extinción probable
de un desamparo como secuela
o de una incidencia próxima.
Para abrirse, partirse, como cáscara de pintura seca,
mojado por el orgasmo frenético
de un corte
de un follar hueco desafiado en la distancia
coagulante como una inyección
que no zanja en un grito.
Bubisola
GROSERO
herida narcisista pero no te lo dije,
que di vuelta para no olvidar que amo claro que no te lo dije
nada era mucho amor quizás
cae pensaba:
perfecto “tanto que yo
no
sutiles palabras irrespetuosas lo
no concuerdan con la neutralidad apoteósica merezco”
que uno debe tener
al luego no quise amar
escribir preferí rellenar
poemas mi cuerpo de dolor
mi cuerpo de palabras que no conocía
aquí uno grosero: mi cuerpo de poemas que no entendía
mi cuerpo de víctimas mártires
feos; que prometían no saber amar;
nos veíamos feos
40 sin acertijos y era verdad, tanto lo amaba que
sin sinónimos lo di vuelta todo:
sin espacios todo de vacíos,
entre de dolor
la de mentiras.
coma
herida narcisista
no aguantaba ya ver tu cara para olvidar que amo
otro día más nada
cae
y aún así te aparecías perfecto
haciendo en un poema
que te ame horrible
otra
vez es mejor una cita de sartre.

sí,
hacías que te ame
hacías amarnos
porque,
Bubisola

aunque horrendos
aún así
jugábamos
Elisa Díaz Ibáñez
41
ANALÍTICO

42
43
44
Alma mía, no aspires a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible. 45
PÍNDARO, Píticas III

La certeza es como si hubiera un tono de voz en el cual uno declarase cómo


son las cosas, pero uno no infiere del tono de voz que uno está justificado.

LUDWIG WITTGENSTEIN, Sobre la certeza

Somos criaturas a la deriva. Lanzados hacia las mareas de la historia, tenemos


que aferrarnos a cosas, esperando que de alguna manera la fricción de nuestro
contacto sea suficiente como para contrarrestar las corrientes que, de otra
forma, nos arrastrarían hacia el olvido.
TIM INGOLD, La vida de las líneas
BÚSQUEDA DE LO INMACULADO

46
Francisco López Capote
47
PARA UN HUMANO
EL TIEMPO
Lo cierto es que tesoros maculados por la sal.
para este humano el tiempo En cierto punto el tiempo,
es otro tiempo que el tiempo se convierte en un pegamento
de diccionario o de cronómetro en el que las cosas se atraen, se inscriben
– Bergson lo llamaba y sobre todo, se tuercen.
durée, traducido duración
o inner time, inner flux [in paper slang]-. El tiempo es hilo viscoso
pisoteado en la penumbra
Es como si en los pasadizos olvidados
48
quienes me acogieron o quebraron Es también fluir acompasado
quienes de mi sed fueron mordedura de caminatas conversaciones
o sangre de mi sangre de la intimidad, recorriendo
o quienes como fotografías o reflejos atisbos de luz en cualquier lado
se repiten en la calle -y en los sueños… ya desconocido ya repetido.

Quienes de una u otra forma Y se quedará, se quedará


se internaron en el campo de mi cuerpo, aterido, eterno mientras vivo
permaneciesen. cual telaraña gigante de pegamento.

Y se alojasen en algo así como una gran playa,


que fuese el basurero del tiempo:
algunos como rocas enormes,
Iván Vial Pérez

otros más bien piedras o granos de arena


algunos como restos marítimos –Petróleo;
bolsas de Lays gris oxidado,
TRAZOS DE TIERRA

Iván Vial Pérez


#28 Conciencia(s)
El problema de la conciencia es lejano en sentido histórico. Se define del latín, conscientia que
intenta significar “conocimiento compartido”. Me detengo en aquello, ya que comúnmente
se podría entender como una conciencia personal, a través de cómo percibo y simulo el
mundo a través de mí, o incluso conciencia moral, de saber qué está bien y qué está mal.
Su sentido de conocimiento compartido ha perdido terreno. Si antes se hablaba de la
interioridad como una suerte de “Alma” o “Ánima” en ámbitos religiosos o en la filosofía
antigua, luego del giro cartesiano que dividió alma y cuerpo, fue difundiéndose esa división
50 como mente y cuerpo, sobretodo en la psicología del siglo XIX que usó empíricamente la
terminología de la Mente, lo mental como algo interno, los procesos de pensamiento interno
que incluso podían investigarse bajo el método introspectivo. El psicoanálisis dividió esta
facultad del “yo” mental, entre lo consciente e inconsciente. La lingüística estructural incluso
llevó a definir que somos un “sujeto” del discurso, que el lenguaje como estructura nos da
esa voz interna que creemos ser nosotros como unidad mental, el que habla internamente
no sería más que una función del lenguaje. El marxismo definió al no consciente como el
alienado por sus condiciones materiales de existencia, en este sentido, la conciencia, más
que conocimiento compartido, es más bien una condición de identificación de la estructura
social y la consecuente emancipación de esta. El conductismo incluso llevó a decir que esa
mente-conciencia no importa, la suspende, ya que no podemos saber de ella (“la caja negra”),
entonces el estudio debe fijarse en las conductas observables que llevan a condicionarnos a
ciertas formas de actuar (más que formas de pensarse). El cognitivismo, entonces, llevó de
la concepción vilipendiada de la Mente hacia la terminología de la Conciencia, más definida
y dialogante con los nuevos descubrimientos de la neurociencia. Esta última, incluso,
quiso buscar una zona del cerebro en donde ubicar la Conciencia, sin embargo, fracasó
su búsqueda: más que una zona donde alojaríamos esa suerte de Alma que nos hace ser,
la Conciencia es una simulación coordinada de ciertas estructuras cerebrales y corporales
que generan una “experiencia” del individuo consciente. No hay un lugar, sino miles de
lugares actuando al mismo tiempo, sufriendo cambios, por lo tanto, los científicos no pueden
definir exactamente qué tipo de conciencia corresponde con cierto estado mental del
pensamiento, por ejemplo. Imaginar un plátano brillante, como así pensar en cómo escribir
este texto, pueden tener manifestaciones físicas-cerebrales similares, sin embargo, no se
sabe qué contenido hay en esas manifestaciones, qué tipo de conciencia del fenómeno tiene
el pensante. Si volvemos a la idea de conocimiento compartido, pensar la conciencia tiene
otras repercusiones. Al intentar buscar una máxima individualidad de cada uno, la ciencia
llegó a la plena dispersión, por lo tanto, el yo consciente de alguna forma se liga hacia la
experiencia compartida, los intercambios económicos, de lenguaje, de sustancias que
impactan desde y hacia el cuerpo, desde y hacia el cuerpo social. La conciencia no preexiste
en sí misma sino viene siendo modulada a través de lxs demás en tiempo real, esto es, el 51
trabajo de la conciencia es un trabajo compartido, concierne a la comunidad, es político.
De hecho, es un ámbito político que trabaja desde lo íntimo, desde el secreto: al saber que
nadie puede leer exactamente lo que estoy pensando –aunque en algunos casos pueden
adivinarme–, unx puede esconder ideas, que se esconden para todxs. La transindividualidad
de la conciencia establece sus mecanismos de producción a través del bluf: del juego que
se establece entre lo que escondo en mi cuerpo y lo que manifiesto de mi conciencia por la
expresión –la expresividad–, del mismo cuerpo. Incluso hay aspectos inconscientes que
transmito: desde ahí se puede pensar desde la inversión, es decir, de un posible conocimiento
no compartido. No hay manifestación sin que se esconda algo, el desnudo nunca es total,
el erotismo se juega en el desocultamiento y el ocultamiento. La conciencia sufre esta
paradoja erótica, donde además lo que se expresa puede ser distinto a lo que se piensa, la
diferencia radical en el espejo, por eso podemos mentir y blufear. Si el bluf es erótico, lo
es también la conciencia. El conocimiento compartido se juega en el esconderse, entre el
tímido y el extravertido, entre el débil que se esconde y el fuerte que se muestra, en aquella
lucha velada. Desde ahí la conciencia individual no puede ser una, se juega en múltiples
piezas donde se esconden cosas y se muestran otras incluso para el mismo percipiente.
Además los cuerpos sufren incapacidad expresiva, uno no puede comunicar eficazmente
en todos los juegos el lenguaje. Nunca podré compartir satisfactoriamente el conocimiento
consciente –es decir, mi experiencia– para lo común. Estamos abocados al secreto, más
Drago Yurac

bien, al no-saber(se) necesariamente en común. Un bluf radical sacude nuestras conciencias.


52
Camila González Alonso de Linaje
ECO
En el maíz que tengo enfrente
están las venas de quien lo cocinó
la espalda dolorida
del que hizo la cosecha
tengo enfrente al vasallo que golpea
corta que amordaza cada brote
y a quien plantó con esperanza rutinaria
una por una las esquivas estaciones
tengo un arado con herrumbre que se pierde
entre químicos que dan falso esplendor
a cuanto es sucio, escurridizo
brillante en su negrura vegetal
y a pesar de todo en el maíz 53
que tengo enfrente
veo todavía indemne ese fantasma
aquella primera cicatriz
en la coronta que algo hambriento
algo parecido a mí
arrancó a mordiscos de esta tierra
donde el espacio oculta al tiempo
y a la que todos vamos a nutrir.
Juan Espinoza Ale
CADENAS DE
PRODUCCIÓN
Alguien debió ser explotado
alguien recibir azotes en muñecas o en la espalda
alguien humillado debía llegar tarde
a llenar una pieza en soledad
alguien tenía que sentarse a calentar la mano en la ampolleta
y escribir alguien debió leer más de la cuenta
y creer que estaba bien que era algo bueno
54 pasar hambre
alguien tuvo que pagar los platos rotos
porque a veces, sólo a veces el dolor
tiene el mismo precio
que el dinero que te cobran y por eso
alguien debe conversar con un sostén vacío
para que tú botes comida o frotes despacito el lomo de tu amante
cumpliendo con tus sueños
alguien tuvo que vivir en pesadillas
alguien con nombre y apellido
y con hijos hambrientos de vergüenza
alguien sin saberlo se debió sacrificar
por tu tranquilidad limpieza tu libido
alguien debió perder toda su fe
para que agradezcas al Señor todos los días.
Juan Espinoza Ale
Camila González Alonso de Linaje
55
LO QUE CANTA LA POESÍA
Todos los impulsos y las luchas del alma que están detrás de nuestros planes, de las acciones
meditadas y de las espontáneas en nuestro diario convivir, emergen del choque de grandes
fuerzas contradictorias que nos exceden ampliamente, y que se despliegan en nosotros, sin
pausa, y en vano tratando de anularse unas a otras: en vano, porque no es que esas fuerzas
sean entes externos, “inoculadas” a lo humano, en el sentido de que pueden extraerse o
ser aplacadas, sino que, de manera más profunda, nos constituyen como individuos, y lo
hacen necesariamente, porque, en esencia, somos esas fuerzas. Es algo consabido pensar
que el poeta, cuando canta, sépalo y quiéralo o no, siente y busca mediar esas fuerzas,
hacerlas inteligibles, dándonos fundido en la palabra eso que sentimos pero no podemos
decir o transparentar acerca de la existencia antes de dicho encuentro. Alumbra eso que
alumbra, pero entre nieblas, en una modulación particular, la de la Poesía –que es también
un mundo–distinta a la que dan otros de los mil accesos a esas fuerzas, transmitiéndolas así
con perspicacia, en grandeza, inmersas en las escrituras y en las bellezas de propuestas y
pasiones que son los estilos. Esto, sí, pero sin nunca poder llegar a ser las palabras más que
una preciosa indicación. Es decir, sin llegarse jamás al concepto mismo a través del canto1. Es
precisamente en esta impotencia, y en la conciencia de ella, donde yace el reino de la Poesía:
difusas y enormes permanecen las fuerzas entonces, en este, su pequeño alumbramiento de
relámpago, como un fantasma amorfo bajo una sábana. ¿Qué es entonces lo que canta la poesía?
56
Al contrario de cómo es para el sentido común, la ineludible metafísica de estas fuerzas no
está para la poesía en el reino de la Naturaleza, con su extensión y densidad casi sin fin, con su
aparentemente absoluta determinación sobre el alma2. La intuición de que es el alma misma lo
que está detrás del movimiento y de las tensiones internas que animan a las cosas naturales,
de que el alma llega a sentirse y reconocerse a sí misma en la experiencia de la materialidad,
ha estado siempre lúcidamente presente, de manera latente o consciente, en la poesía. Ella
ha tenido la sutileza para vislumbrar que la naturaleza de las cosas parece superada por
su función social y por su circulación colmada de sentido en el mundo de las relaciones
humanas. No solamente lo anterior muestra que dichas fuerzas no son determinaciones
naturales para la poesía. La mismísima Poesía, como arte, es el mejor símbolo de ello. Ni
el teatro, ni la danza, ni el cine, ni la pintura, ni la música tienen la pureza de ella. No
podrían tenerla. Los movimientos corporales, las imágenes, los colores, los sonidos, son
precisamente la manera específica en que la subjetividad se expresa y se realiza en dichas
artes, y por eso ellas no son posibles sin ese soporte material respectivo, en el que está
justamente su particular puente con el Espíritu Humano. En la poesía se da otra relación.
3
Su vehículo material es tan mínimo , tan insignificante, que pasa inmediatamente a segundo
plano, y es como si ella fuera entonces la idea en sí misma, el puro Espíritu, directamente. A

1. He aquí, a mi parecer, la gran diferencia entre la Poesía – Arte – y la Filosofía.

2. Para la tradición filosófica moderna clásica, aún hegemónica, un individuo humano estaría formado por algo así como un
cuerpo y un alma. El cuerpo sería el espacio natural del ser humano, y estaría, por ende, sometido a las leyes de la naturaleza,
a la determinación absoluta de ellas. Allí se radicaron tradicionalmente las pasiones humanas y allí adquirieron su sentido
peyorativo. En el alma yacería el intelecto, la razón, la libertad, todas concebidas como facultades de un individuo. La creencia
actual, a pesar de las demoledoras y contundentes críticas del romanticismo alemán, es que, en mayor o menor medida, la
naturaleza humana siempre termina imponiéndose a la libertad y a la razón.
esto mismo llegamos si nos detenemos un momento a pensar más hondamente el lenguaje,
que es su materia prima. No se puede nombrar lo singular: esta hoja de papel, esta piedra,
la que tengo frente a mí y no otra. Las particularidades de esta hoja o piedra en relación
a otras hojas y piedras son infinitas, y no podría jamás terminar de notarlas, menos de
verbalizarlas, lo que no es muy grave, pues no es realmente necesario para convivir, pues nos
bastará decir: “qué hermosa esta piedra”, y apoyarnos en la claridad del indicar, apuntando
con el dedo a esta piedra. Sin embargo, interesa percatarse de que se dice “piedra”, “hoja”,
“aquí”, “ahora”, e independientemente de la voluntad de referir algo específico y exterior,
estoy nombrando a todas las piedras, a todas las hojas, todos los aquis, a todos los ahoras,
inevitablemente. La conclusión es sencilla y rotunda: el lenguaje, y la palabra por derivación,
solo puede decir o referir lo universal, lo que es real sin ser sólo materia. Así, la materialidad
de la poesía no pasa a segundo plano solo porque esté en la precaria tinta del lápiz con
que escribimos las palabras, sino que también porque la palabra, a diferencia del color o
del sonido, expresa no una cosa, sino una significación, directamente y de manera diversa.
La palabras no valen por sí mismas, sino por la idea que expresan, la que, a su vez, solo
puede ser pensada o expresada por otras palabras. Creo que esto es lo que llevó al gran
Octavio Paz a decir que, en el uso poético, la referencia de una palabra, o su objeto, no es
exterior, sino que es otra palabra, y que por eso la referencia de un poema nunca es exterior,
siempre es hacia sí mismo, hacia los mil posibles sentidos contenidos en las palabras: 57
tenemos fundido en las palabras todo el patrimonio del sentido humano acumulado en el
tiempo. La subjetividad es libre, lo más libre que puede ser en el arte, dentro de la poesía.

Aunque las experimentemos enajenadamente como la determinación insoslayable, como


naturaleza, para la poesía, sea conscientemente o no, esas fuerzas son entonces históricas:
son el resultado real de las verdades que la misma humanidad se ha ido naciendo y matando
en el devenir de la Historia toda, de la construcción de la vida, de la insondable formación
que este camino ha dejado a su paso: la colosal Cultura Humana. No hay nada en la Historia
que no haya sido puesto por la vida de las sociedades y los pueblos, y por ende, así como
han sido puestas, todas las causas de nuestros sufrimientos, toda la violencia excedente y
las trabas históricas a una vida plena, pueden ser sacadas, por más imposible que parezca.
Y hable de lo que hable, esto es lo que siempre en el fondo intuye y canta la poesía: que
la total soberanía de la humanidad sobre sí misma es una verdad en construcción; que es
posible la verdadera unión en la belleza de las diferencias. Canta la profunda complejidad
de construir la Libertad Humana, pero, a la vez, la alta confianza en la realidad de su
Mauricio Videla Artés

posibilidad. Es la poesía el símbolo mismo de esta verdad, pues en ella se expresa, como
en ningún otro ámbito, el dominio más amplio del ser humano sobre sus creaciones.

3. La tinta del lápiz con que escribimos las palabras.


KENDRICK L
LA CONSTITUCIÓN
DIALÓGICA DE LO
SINGULAR
En “Hacia una metodología de las ciencias humanas” Bajtin (1974) señala como el acto y
el pensamiento tienden hacia dos limites, dos actitudes distintas. Pueden tender tanto a la
cosificación como a la personalización. En la cosificación lo que hay es trato con la cosa, pura
58 y muerta que puede ser definida de manera completa.. La personalización por su lado tiene
que ver con el yo en su relación con el otro; permeado por el principio de dialogicidad, de
apertura infinita a la creación, de conversión de lo ajeno en lo ajeno propio. Lo que buscaré
afirmar es que el momento de singularidad solo puede ser entendido haciendo referencia a
la relación conjunta del límite de personalización con el de cosificación. No debemos creer
que esta relación conjunta lleve a algo así como a una síntesis de dos tendencias distintas,
sino más bien esta relación llevaría a una profundización de esta oposición que resuelve
algunas tensiones y genera otras.
La personalización se da en virtud de una variedad de influencias intra y extra-
textuales a las que se les responde no en base a cierto principio objetivo (pues eso sería
cosificar) sino un orden que permite ampliar el sentido de lo enunciados. La noción de
enunciado implica que lo fundamental del lenguaje tiene que ver con la estructura responsiva
de este, un enunciado se constituye solo en la medida que responde a otro y puede ser
Augusto Rodríguez-Paniagua

respondido. En este sentido la construcción del enunciado requiere la anticipación de la


posición esperada de ese a quien se dirige. Habría que preguntarse entonces en función de
qué es posible anticipar.
Aquí la noción de “arquitectura” es de utilidad. En “Hacia una filosofía del acto”
(1919-1921) lo arquitectónico aparece vinculado con la preocupación ética del ser-como-
evento, como el plano concreto donde la relaciones del yo con el otro, el otro conmigo y yo
conmigo dan lugar a un acto unitario y singular que es a la vez ético y estético.
Esta unidad ético-estética, es lo que Bajtin denomina una imagen que no es “ni noción, ni
palabra, ni representación visual, sino una formación estética original (…) que no coincide
en ningún momento con el material”. La especificidad de esta unidad ético-estética hace
referencia a las formas de posicionamiento frente al mundo que pueden ser realizadas a
través de distintos formas; pero que implican la orientación por un horizonte común
entre hablantes.
AMAR:
Por ende ese plano de encuentro entre yo y el otro (y el otro conmigo, y yo conmigo) está siempre por realizar.
Un plano donde “yo” como encargado de afirmarlo no aparezco aislado, dado que esta singularidad no está
dada en el individuo sino en una forma de oposición (y relación) entre yo y el otro. La personalización es un
momento, un acontecimiento de posicionamiento en relación a la imagen y no algo que le trascienda.
Veamos algo de esto con Kendrick Lamar.
En la canción “Sing about me, I’m dying of thirst” (SAM,IDT) la hermana de una mujer de quien Kendrick
escribió una canción (Keisha’s song) le reclama el trato que hizo el cantante de su hermana precisamente
trazando un paralelo con su propia situación actual:
(SAM,IDT): [2:21]- [3:31]
Observemos como el discurso de la hablante está articulado al problema de ser mujer en un contexto
de pobreza e institucionalización constante. En ese sentido el fragmento leído aparece no solo como una
defensa de las decisiones tomadas (la prostitución) sino como un desafío a la posición de lástima de Kendrick.
El posicionamiento de la hablante tiene que ver con la aparente resignación de una realidad que imposibilita
cualquier modificación de esta. Estamos en el polo de la cosificación, de una verdad sobre la cual solo se
puede operar de manera adaptativa y que por ende solo permite una apropiación de esta que la termina
reproduciendo. Por su lado, la respuesta de Kendrick no busca ser una refutación del polo cosificado, ni a
ignorar la realidad concreta que esta puede incluir, sino que implica la aparición de una profundización de lo
que la situación de vulnerabilidad de vida en el ghetto significa.
(SAM,IDT): [5:01] -[5:59] 59
¿Pero cuál es la imagen que permite esta personalización? Observamos que parte de la operación
sobre este polo cosificado tiene que ver con poder hablar de él desde una posición distinta a la de un solo
receptor. Esta posición nueva (la de un relator) aparece como consecuencia de las formas particulares en
que el estar rodeado por la muerte lo interrogan en su relación con el resto. ¿Pero vía que imagen se logra
estructurar de esta manera el pensamiento? Precisamente la segunda parte de la canción introduce la pregunta
por el “calmar la sed” como principio arquitectónico (religioso en este caso) de las respuestas en torno a las
cuales Kendrick en el verso anterior se enfrentaba a las experiencias en el ghetto.
SAM,IDT): [7:36] -[8:53]
La personalización introducida en el segundo verso, no es una respuesta directa y sin mediación a
la mujer. El enunciado que sirve de respuesta está cruzado por una multiplicidad de otros enunciados que se
orientan en base a horizontes a veces comunes, a veces distintos. Esto es polifonía. Aparece una imagen de
cansancio frente al presente, a la vez de una pregunta orientada al futuro que reformula esa experiencia de
cansancio. De ahí que el personaje que aparece en el segundo verso sea la de un comunicador de la experiencia
de los otros; posición que solo puede ser entendida como cierto esfuerzo de calmar la sed. Es significativo que
el segundo verso termine preguntando por la validez del esfuerzo realizado; pues muestra la imposibilidad de
tener claridad sobre la efectividad de los esfuerzos por “calmar la sed”.
Por lo mismo, el trabajo de las imágenes implica un tensionamiento que en determinados momentos
resuelve algo y en otros genera un nuevo problema a resolver. La pregunta por la singularidad debe estar
basada también en una consideración de las transformaciones posibles en torno a una pregunta que siempre
genera nuevas preguntas, y no solamente en la respuesta que se les da. Al hablar de subjetivización (es decir,
de producción de ese respondiente) nos preguntamos entonces por una acción que puede ser definida como
producción de problemas. No hay entonces un ser esencial que anteceda esta acción, sino que precisamente
la configuración de este muestra la imposibilidad de delimitar al ser en tanto su aparición siempre tiene el
estatuto de creación.
La misma melancolía de siempre
Crítica a Hail to the Thief,
Radiohead
La vida pública de Radiohead está marcada por
la intermitencia. Posterior a Ok Computer, su
célebre tercer disco, la banda estaba lista para
su primera retirada de las luces. El rock de
estudio que propuso dicho disco los posicionó
como una banda de fuste en la temporada de
festivales musicales, como también logró permear
estilísticamente dentro del mainstream de su
época y de los tempranos dosmil.

La historia sigue como muchas otras del pop: a la


60
excesiva exposición le sigue un marcado rechazo
de la misma. Radiohead pasó por esto previo a la
grabación de su cuarto y quinto disco, KID A y
Amnesiac, ambos grabados en las mismas sesiones.
Este será el giro más contraintuitivo en la historia
de la banda. KID A es un disco que permite abrir
el nuevo milenio con la confusión necesaria que
desencadenan los buenos cambios: las guitarras
robotizadas de antaño serán reemplazadas por
verdaderos robots, computadoras al servicio de
la armonía. Electrónica ambiental, minimalista, y
la misma melancolía de siempre. Los de Oxford
nunca sonarán tan europeos, tan Kraut, como en
esos dos discos.

De todas formas, el mensaje es el mismo: la idea


de que el mundo se está poniendo tan tecnológico,
que nos empezamos a parecer a las máquinas que
creamos. En el fondo, el miedo a ser un autómata,
un burócrata, a perder la libertad. Esta vez la
metáfora del hombre/androide será más radical
aún. Si en OK Computer la voz tecnologizada
se escuchaba espeluznante y paranoica (Fitter
Happier como el manifiesto de esto mismo), en KID A (la canción) el androide se escucha
sereno y anodino. Es ahora la voz humana de Thom Yorke, pero producida al punto de que
no se entienda la letra y que parezca que el idioma hablado es uno propio de las maquinas.
La racionalidad electrónica del sonido alemán será el acompañante perfecto, de un hablante
tranquilo en su sumisión ante la máquina.

Esta columna trata sobre lo que viene justo después. Lo que sigue es un proceso de relativa
reapertura. Hail to the thief, publicado en 2003, es su disco más político a la fecha, como
también una reconciliación con formas musicales más directas y menos rebuscadas. Aquí
hay menos ceso y mas estómago, menos secuenciadores y más error.

La música es rock y arte a la vez. 2+2=5 es punk a la Radiohead, guitarreado y acusatorio.


De la misma forma, Myxomatosis es progresiva y britpop a la vez. El bajo endemoniado de
Colin Greenwood se engarza de maneras siempre impredecibles con el músculo rítmico de
la batería de Selway. Por su parte, Thom Yorke, en un pequeño descanso instrumental del
corte, balbucea con pachorra propia de un Gallagher:

“But now,I don’t know why I feel so tongue tied”.

Hay algo, todavía en el ámbito de lo musical, que la banda introduce en este LP, que pasa
como colado, pero que tendrá un impacto irreversible en su sonido. Por muy sofisticado
que sea el rock europeo de Amnesiac, su blanco sonido hace difícil un contacto con sonidos 61
africanos que en Hail to the Thief si se dará. Hay algo catártico, tribal y percusivo que
ocurre en estas canciones, una cadencia de ritmos inquietos, de potencia discontinua. Es el
uso de beats electrónicos en Sit Down Stand up, siempre coordinado con el ritmo circular
delineado por el piano de Yorke. Esa percusión sintética es ahora un latido terrestre, y la
voz, también de Yorke, es cada vez más un alarido de guerra enjaulado con dificultad por
efectos de consola. Un hálito de vida atrofiando las entrañas enmarañadas de las mesas de
sonido.

Siempre he creído que este recurso es algo que quizás no inventó Bjork, pero que ella ha
sabido materializar mejor que nadie. Recuerdo Joga y su verso:

“Emotional landscapes, they puzzle me”

La música misma de la islandesa se siente siempre como un paisaje: es terrestre y aéreo, son
placas tectónicas y es fuego, justamente como un paisaje emocional. En Hail to the Thief
surge algo similar de la mezcla entre los elementos electrónicos de su periodo alemán, con la
rítmica africana que introducen en esta oportunidad. Estructuras sintéticas que emulan a la
naturaleza, expresivas en sus imperfecciones de cristal, ondulantes en su rítmica golpeada.
Creo que Bjork ha sido una inspiración constante para los cinco de Oxford.

Y las letras son políticas, pero tampoco para tanto. Abundan las segundas personas, el tono
de denuncia. Nunca hacía algo muy claro, pero de todas formas nunca será más claro que
esto. 2+2=5 puede ser hasta demasiado obvio:

“Are you such a dreamer/To put the world to rights”,

Indica un Thom Yorke desconfiado, consciente de la dominación cultural en el capitalismo


tardío y de la crisis ambiental, crítico de Tony Blair y de George Bush en plena guerra de
Irak. Es una canción que representa cierta orientación política propia de la crispación de su
momento. Wolf at the Door es maestra en su mixtura de oscuridad depresiva y comentario
social:

“I keep the wolf from the door/But he calls me up/ Calls me on the phone/ Tells me
all the ways that he’s gonna mess me up/ Steal all my children if I don’t pay the ransom/ And
I’ll never see them again if I squeal to the cops”.

Hay aquí una bella metáfora de la subjetividad individual dentro del capitalismo actual,
entendiendo este como uno de riesgo. Una vida social que el mercado estructura de manera
que sea el individuo el que, a base de su esfuerzo individual y decisiones personales, se
haga camino dentro de una sociedad desigual en cargas y recompensas. De ahí el crédito, el
endeudamiento, la precarización. De ahí la paranoia y nunca el descanso. Cómo vivir con
un lobo acechando la puerta.

62 Más allá de todo, las canciones de Radiohead en Hail to the Thief siguen siendo lo que han
sido desde un principio: un comentario sobre la depresión. El estado depresivo como uno de
disociación: del resto, de las cosas, de la gente. El que hace que la vida cotidiana, la rutina, se
sienta como soñando despierto. Acá las dosis de litio convierten la vida en un suave soplido
de melancolía, tenue, hasta desaparecer completamente.

Y ahí esta Where I end you begin, a mi juicio, la mejor del disco. En una entrevista le
preguntaron al frontman inglés si el titulo hacía referencia a la unión que se da en una
pareja, en el fondo, si era esta una canción de amor. Yo también lo sentí siempre así y por
lo mismo me sorprendió mucho cuando me di cuenta que no lo era tanto. Ante la pregunta,
Thom Yorke argumentó que el título se refería más bien a lo contrario. Al estado del que
hablábamos hace un par de párrafos: el sentirse espectador de la propia vida, la que se ve a
través del vidrio empañado de los antidepresivos. A fin de cuentas, la misma melancolía de
siempre.
Diego Cárcamo Rojo
Ignacia Rodriguez Labarca
63
64
Camila González Alonso de Linaje
65
INASIBLE
67
68
Si yo pudiera sacar mi corazón y ponerle ante los ojos de vuestra grandeza,
aquí, sobre esta mesa y en un plato, quitara el trabajo a mi lengua de decir
lo que apenas se puede pensar.
MIGUEL DE CERVANTES, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

El artificio de nuestra percepción, al igual que el de nuestra inteligencia o el


de nuestro lenguaje, consiste en extraer de aquí la representación única del
devenir en general, devenir indeterminado, simple abstracción que por sí
misma no dice nada y en la cual incluso es raro que pensemos.
69
HENRI BERGSON, La evolución creadora

Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido


No fuera más que aquello que nunca pudo ser,
No fuera más que algo vedado y reprimido
De familia en familia, de mujer en mujer.
ALFONSINA STORNI, Irremediablemente
2
no hay manera de volver
a cero a nacer
andar
a tientas gateando
por las aceras
de un montón,
de disciplinas del montón
nunca
si se puede decir
nunca
si caminar
es tan tan difícil,
no hay manera de volver
a cero, con las personas que de un día
a noche,
dejaste de ver
poco a poco
de escuchar, de oler un poquito
una frase que motive
al menos,
que nos devuelva
poco a poco
por un segundo se avecina
la utopía, morder el paisaje,
ser vecinas de nuevo, amiga, vecinos,
morderse el pelo, amarrárselo
arrancar la piel
arrancar
por un segundo no hay manera
al menos,
de poder devorar, arrancar, dejar de ver
siempre
si se puede decir siempre
pero hoy no,
la abeja se cayó al jugo de naranja
no hay manera
de salir y puede
aún así
Marina Corssen

volar
Sofía Hansen
71
72
Sofía Hansen
73
BAJO EL CELEMÍN
Sebastián Sorensen

74
Ahora que los días
se van sucediendo
Ahora que los días se van sucediendo, tan fríamente,
con la frialdad de los días que se van sucediendo,
me doy cuenta de dos cosas:

1.- El corazón no tiene por qué ser órgano inerte,


bomba eléctrica tetracameral que eyecta sangre por la aorta
para suplir las necesidades metabólicas de tejidos moribundos.

Takotsubo existe y no puedo reducir todo


a sarcómeros, nodos y adenosin trifosfato;
dilucidaciones estériles
del método científico
de científicos estériles
que no pensaron
que un día podrían llegar a descubrir que efectivamente
se puede morir de algo así como el amor.
75
2.- Que el instinto no se agota en hundir
mi víscera erecta en tu víscera hueca, envuelta
en un plástico áspero que se saca
con un beso en la mejilla.

Que tengo que creer que el clímax puede no ser


tan vacío, que el coito no termina con el lento letargo
de mi miembro entre tus piernas y el caer melancólico
de tus pezones en sus areolas.

Si 1 y 2 se relacionan. Si uno y dos tienen un algo


es un asunto que aún debo resolver.

Porque la sucesión de días gélidos micro


tras metro tras micro
Santiago Escobar Urrejola

entrega parcialidades aisladas


que se encierran,
cada una
en su tiempo cíclico;
que no prueban
-de manera terminante-
que existe algo como sexo
que se une catartícamente
a eso que nos da por llamar amor
76
77

Manuel Alejandro Cardona Torres


78
79

Vous aimerez peut-être aussi