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INSTRUMENTOS Y TÉCNICAS DEL PROCESO DIAGNÓSTICO

Rapport:
El rapport es cuando dos o más personas sienten que están en “sintonía”
psicológica y emocional (simpatía), porque se sienten similares o se relacionan
bien entre sí. La teoría del rapport incluye tres componentes conductuales:
Atención mutua,
Positividad mutua y Sintonía psicológica
Coordinación.
La palabra se deriva del antiguo verbo francés rapporter que literalmente significa
llevar algo a cambio; en el sentido de cómo las personas se relacionan entre sí
significa que lo que una persona envía la otra lo devuelve.
Por ejemplo:
Pueden darse cuenta de que comparten los mismos valores, creencias,
conocimientos y conductas en torno al deporte, la política o cualquier temática.
El rapport se establece comúnmente en la introducción terapéutica o en cierta
situación social que amerite un estímulo y a la vez un intercambio de información,
en ello se establece su base psicológica.
La programación neurolingüística cuenta con una técnica llamada Rapport que
tiene por objeto crear un ambiente de confianza y cooperación mutua para entablar
una comunicación donde no haya juicios, distorsiones o malos entendidos, sino
una escucha sana. Con esta técnica puedes concentrarte, sin distracciones, en lo
que la otra persona trata de comunicarte y a su vez hace que tú comuniques justo
lo que quieres sin que suene a regaño, juicio, crítica o mala intención. Logras que
tú mensaje sea escuchado tal y como quieres, y a la vez te metes en los zapatos del
otro para entenderlo. Con esta herramienta o técnica no hay manipulación,
justamente se trata de respetar al otro. La otra persona y tú son libres de decidir si
aceptan o no los puntos de vista del otro, pero lo más importante es que cada uno
escuche y entienda al otro.
A este tipo de comunicación se le llama “comunicación de centro a centro”, ya que
es de inconsciente a inconsciente. Esta comunicación se da muy fácilmente,
incluso sin darnos cuenta, con personas afines a nosotros, como con los amigos
con los que fluimos muy bien. Si observas en un lugar público, como en un
restaurante, a las personas que tienes alrededor, aunque no las escuches, puedes
ver que en una mesa la están pasando muy bien, mientras en otra no. Unos parecen
que están danzando al mismo ritmo y los otros parece que tienen un muro entre
ellos. El lenguaje corporal es más fuerte y fidedigno que el verbal.
¿Cómo hacer para manejar una buena relación con las personas con las que tienes
problemas?
¿Cómo manejar una entrevista con alguien difícil?
¿Cómo hacer para que te escuchen y te entiendan? Y también, qué debes hacer tú
para entender sin juzgar primero y ser asertivo.

El Rapport es la técnica para que mantengas buenas relaciones con las personas
que te importan o que necesitas en un momento dado. Es comunicarte con todo lo
que eres, no sólo con tus palabras. Es el manejo de tu lenguaje corporal junto con
el verbal.
En la comunicación, el lenguaje verbal solo tiene el 7% de impacto, mientras que
el lenguaje corporal el 55% y el tono de voz el 38%. No es tanto lo que digamos,
sino cómo lo digamos. La comunicación asertiva es un arte que pocos tienen.
Imagínate poder comunicar al 100% con los demás. Todo lo que aprenderías y por
supuesto, el mundo sería otro. Podrías crear un clima de trabajo o familiar
agradable y participativo sin envidias, juicios y mal entendidos.
Empatía
La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones,
intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo.
La palabra empatía es de origen griego “empátheia” que significa “emocionado”.
La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente
relacionada con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la
capacidad de ayudar. Cuando un individuo consigue sentir el dolor o el sufrimiento
de los demás poniéndose en su lugar, despierta el deseo de ayudar y actuar
siguiendo los principios morales.
La persona empática se caracteriza por tener afinidades e identificarse con otra
persona. Es saber escuchar a los demás, entender sus problemas y emociones.
Cuando alguien dice "hubo una empatía inmediata entre nosotros", quiere decir
que hubo una gran conexión, una identificación inmediata.
La empatía es lo opuesto de antipatía ya que el contacto con la otra persona genera
placer, alegría y satisfacción. La empatía es una actitud positiva que permite
establecer relaciones saludables, generando una mejor convivencia entre los
individuos.
Empatía en psicología
Según la psicología, la empatía es la capacidad psicológica o cognitiva de sentir o
percibir lo que otra persona sentiría si estuviera en la misma situación vivida por
esa persona.
Empatía afectiva, también llamada: empatía emotiva: la capacidad de responder
con un sentimiento adecuado a los estados mentales de otro. Se supone que nuestra
capacidad de empatía emotiva se basa en el: 'contagio emotivo', la afectación por
el estado emotivo o de excitación del otro.
Empatía cognitiva: la capacidad de comprender el punto de vista o estado mental
de otro/a. A menudo se usan como sinónimos los términos empatía cognitiva y
teoría de la mente, /supuestos-suposiciones mentales/, pero como no hay estudios
que comparen la: 'teoría de la mente' con tipos de empatía, no estaría claro si son
equivalentes. Aunque la ciencia no ha llegado a un consenso sobre la definición
exacta de estos conceptos, sí que lo hay sobre su distinción.

La empatía afectiva podría subdividirse en los niveles siguientes:


Preocupación empática: compasión por otros como reacción a su sufrir.
Aflicción propia: sensaciones propias de incomodidad y ansiedad como respuesta
al sufrimiento ajeno. No hay acuerdo sobre si la aflicción personal es un tipo básico
de empatía, o por el contrario, no es empatía. En esta subdivisión puede haber
elementos relacionados con el crecimiento/desarrollo. Los niños responden a la
tensión de otros poniéndose ellos mismos en tensión; solo a los dos años de edad
empiezan a responder de otras formas, finalistas, intentando ayudar, consolar y
participar.
La empatía cognitiva puede subdividirse en los grados siguientes:
Asunción de perspectiva: la tendencia a adoptar espontáneamente los puntos de
vista del otro/a.
Fantasía: la tendencia -proyectiva- a identificarse con personajes imaginarios.
Técnicas verbales para obtener información: directivas y no directivas
Las técnicas que permiten a un entrevistador intervenir verbalmente, durante una
entrevista terapéutica. Son muy diversas. Sin embargo, es característico de todas
ellas el hecho de que cada una se diferencia de las demás por el objetivo que
permite alcanzar, así como por el tipo de estructura enunciativa que requiere.

Por otra parte, cada una de estas técnicas puede clasificarse de acuerdo con la
categoría directiva/no directiva. Las técnicas no directivas empleadas más
frecuentemente son: Clarificación, Paráfrasis, Reflejo, Resumen, Autorevelación
e Inmediatez. Paralelamente, entre las técnicas directivas destacan las siguientes:
Sondeo, Afirmación de la capacidad, Confrontación, Interpretación, Instrucciones,
Encuadre e Información.

Técnicas no directivas
Clarificación Consiste en una pregunta que el terapeuta dirige al cliente con la
intención de conseguir dos objetivos:

a) Promover la elaboración que ha de realizar el cliente sobre los contenidos


de lo que estaba hablando inmediatamente ante de la intervención del
terapeuta.
b) Comprobar que se han comprendido correctamente las palabras del cliente.

La forma enunciativa es una pregunta del tipo "¿Quieres decir que...?" o "Lo
que tratas de decirme es que..."

Como la clarificación trata de hacer completamente explícito el mensaje del


cliente, con objeto de confirmar hasta qué punto ha sido adecuadamente
comprendido, su empleo se aconseja siempre que no estemos seguros de
haber captado el sentido del mensaje del cliente y siempre que deseemos
evitar el riesgo de formular hipótesis basadas en presuposiciones o
conclusiones erróneas. El uso de esta técnica se aconseja, en general,
durante las primeras entrevistas del proceso terapéutico y, en particular,
siempre que sea necesario identificar un problema.
Paráfrasis: consiste en un enunciado que repite, con palabras del terapeuta, el
contenido cognitivo del mensaje del cliente. Puesto que con muchísima frecuencia
los mensajes del cliente expresan, al mismo tiempo, ya sea directa o
indirectamente, aspectos cognitivos y emocionales, para construir una paráfrasis el
terapeuta debe deslindar estos aspectos previamente. Los contenidos cognitivos de
un mensaje se identifican con facilidad porque hacen referencia a situaciones,
sucesos, personas, objetos o ideas.
Los objetivos promovidos en la paráfrasis son:
a) Ayudar al cliente a centrar su atención en el contenido conceptual de su
mensaje.
b) Destacar los contenidos cognitivos del mensaje, cuando se considera
prematura o inadecuada la atención directa sobre los sentimientos.
El empleo de esta técnica es aconsejable siempre que el terapeuta desee
evitar que el cliente se vea desbordado por la expresión de sus sentimientos.
También es conveniente su uso cuando el cliente elude problemas
específicos recurriendo a un amplio despliegue emocional. Este es el caso
de los clientes "llorones" que una y otra vez cuentan lo desgraciado que se
sienten, autocompadeciéndose continuamente. Por último, la paráfrasis
suele ser una técnica efectiva cuando el entrevistador desea ayudar al cliente
a pensar con claridad sobre un problema etc.

Reflejo: Se denomina reflejo a aquellas intervenciones en las que el terapeuta


recoge la parte afectiva del mensaje del cliente, incluyendo el tono emocional
empleado por este durante la emisión.
Antes es necesario deslindar los contenidos cognitivos de los emocionales. Hay
que tener en cuenta que los sentimientos y el tono emocional de un mensaje suelen
ser vehiculizados por términos específicos, tales como alegría, desilusión, deseo,
etc. Y por las características de la comunicación no verbal, durante la emisión del
mensaje al que se refiere el reflejo.
Animar al paciente para que exprese sus sentimientos. Es decir, el reflejo a)
refuerza la expresión emocional, b) intensifica la experiencia del paciente respecto
a sus propios sentimientos, c) favorecer la toma de conciencia del cliente, en
relación con la naturaleza de los sentimientos que le denominan o son más
frecuentes en él.
Las funciones del reflejo son términos con connotaciones emocionales de uso
frecuente en la entrevista:
ALEGRIA: relajado, contento, de buen humor, optimista, satisfecho, alegre, feliz,
encantado, emocionad, excitado.
TRISTEZA: desanimado, decepcionado, desesperanzado, desilusionado,
pesimista, deprimido, solitario, infeliz.
MIEDO: preocupado, intranquilo, nervioso, tenso, a la defensiva, asustado,
atemorizado.
INCERTIDUMBRE: confuso, vacilante, desorientado, preocupado, inseguro,
desconfiado.
COLERA: molesto, frustrado, enfadado, ofendido, enojado, irritado, furioso,
resentido, rabioso.

Resumen: Consiste en elaborar y transmitir al paciente dos o más paráfrasis y/o


reflejos, en los que se condensen algunos de sus mensajes. Un resumen puede
referirse tanto a lo cognitivo como a lo emocional, y sus contenidos pueden tener
como objeto toda una entrevista, algunos momentos de ella o incluso una serie de
entrevistas. Los contenidos recogidos por un resumen pueden sintetizar la
información transmitida por el paciente a través de los canales verbales y no
verbales.

Autorevelación: consiste en un enunciado o grupo de enunciados, oscila de lo


personal, pero no íntimo, a lo más privado y de los aspectos más positivos a los
más negativos.
Los objetivos que pretende alcanzar la autorevelación son:
a) facilitar el establecimiento de un clima de interacción relajado, abierto y
propicio para la colaboración.
b) favorecer el hecho de que el paciente perciba al terapeuta como un ser
humano, reduciendo de esta forma la distancia que conlleva el rol de experto
c) incrementar el nivel de autorevelación del paciente, empleando la técnica
como un modelado
d) influir sobre las posibilidades de cambio conductual del cliente
Según cormier y cormier (1979) la autorevelación debe emplearse teniendo en
cuenta las siguientes restricciones
1. Debe ser moderada.
2. No debe ser excesivamente larga ni excesivamente corta.
3. El grado de intimidad de las auto revelaciones del entrevistador nunca debe
de exceder, ni en el contenido conceptual ni en carga emocional a los
contenidos o emociones expresados por el paciente.
4. Solo debe hacerse cuando el terapeuta puede explicar de forma precisa, la
manera en que esa intervención concreta puede ayudar al paciente.

Inmediatez: Consiste en la descripción de las observaciones y/o sentimientos


concretos que experimente el terapeuta en relación consigo mismo, en relación con
el paciente y/o problemas significativos de la relación entre ambos, tal como se
presentan en el momento de realizar la intervención.
Esta técnica puede emplearse cuando se pretende alcanzar alguno de los siguientes
objetivos:
a) Discutir con el paciente, de manera abierta, los sentimientos o problemas
relativos a la interacción, que hasta ese momento habían permanecido
implícitos.
b) Proporcionar al paciente un feedback inmediato sobre un momento concreto
de la entrevista.
Cormier y cormier (1979), ofrecen las siguientes recomendaciones para el
empleo de esta técnica:
1. Debe limitarse al aquí – ahora.
2. No debe de convertirse en el origen de una discusión sobre lo que está
sucediendo.
3. Debe realizarse en presente de indicativo y explicitando el sujeto (yo, el
terapeuta).
4. Antes de formular una inmediatez es preciso evaluar hasta qué punto el
paciente está capacitado para afrontar el contenido enunciado.
Técnicas directivas
Son estrategias que permiten ejercer una influencia directa sobre el entrevistado,
empleando respuestas activas que parten de las hipótesis del entrevistador, y por
tanto, están centradas en su propio punto de vista o marco de referencia. Se
recomienda no introducirlas hasta que el rapport esté establecido.

Sondeo: Pregunta que se refiere directamente a los problemas del paciente. Suele
contener la partícula qué, cómo, cuándo, dónde o quién.

Adopta la modalidad abierta: ofrece al paciente la posibilidad de responder de


acuerdo con sus categorías y valores.

Objetivos:

1. Comenzar la entrevista.
2. Animar al paciente a revelar o elaborar información.
3. Demandar la expresión de los sentimientos u opiniones del paciente.
4. Promover ejemplos concretos sobre la conducta, las ideas o los sentimientos
del paciente, explicitando así las condiciones que inciden sobre el problema.

Es la técnica privilegiada por el análisis funcional de la conducta, pero su empleo


se recomienda siempre que el objetivo fundamental sea identificar en qué consiste
el problema.

Restricción importante:

Evitar la pregunta ¿Por qué?: Suele hacer que el paciente se ponga a la defensiva.
Sustituirla por la partícula qué.

Afirmación de la capacidad: El entrevistador pone de manifiesto, a través de un


enunciado verbal, la capacidad habitual del paciente para realizar una actividad
concreta.

Objetivos:

1. Animar al paciente a realizar algo en los casos en los que carece de confianza
o iniciativa.
2. Ampliar la conciencia del paciente respecto a sus capacidades o habilidades.
3. Poner en primer plano la acción potencialmente beneficiosa para el paciente.
Restricciones:

a) Sólo debe realizarse después de que el paciente haya manifestado


expresamente su deseo y su decisión de pasar a la acción.
b) Sólo debe emplearse cuando el terapeuta haya observado o evaluado
hechos de los que pueda inferir, que el paciente tiene la capacidad que él
le atribuye (sinceridad).
c) Contraindicada cuando los pacientes tienen una imagen de sí mismos, tan
negativa, que descuentan el feedback positivo.

Confrontación: Intervención verbal, mediante la que el terapeuta describe algunas


discrepancias o distorsiones que aparecen en los mensajes y/o conductas del
paciente, mediante la descripción de la contradicción o incongruencia.

Objetivos:

1. Identificar las descalificaciones que emite el paciente de manera habitual.


2. Explorar otras formas en que el paciente puede percibir una situación o
concepción de sí mismo.

Las incongruencias se pueden clasificar en 4 categorías:

1. Entre la conducta verbal y la no verbal.


2. Entra la conducta y su descripción verbal.
3. Entre 2 mensajes verbales.
4. Entre 2 mensajes no verbales.

Forma enunciativa de la confrontación de las descalificaciones: "Dices


que…pero,…".

La confron6tación de un mensaje o conducta distorsionados se realiza describiendo


el proceso de distorsión o indicando alternativas para que el paciente reconsidere
la situación.

Restricciones:

1. Debe describir y no juzgar o evaluar los mensajes o conductas del paciente.


2. Nunca debe ser formulada como una inferencia vaga, sino que, conviene que
incluya una conducta concreta.
3. El momento para realizarla debe ser elegido cuidadosamente, teniendo en
cuenta, el nivel de atención, de ansiedad, de deseo de cambio y de habilidad
para escuchar del paciente, así como la confianza que demuestra tener en el
terapeuta (cuanto mayor sea, más receptivo estará): La confrontación está
contraindicada cuando no existe un buen rapport.
4. El momento adecuado es aquel en el que el paciente demuestra tener la
capacidad necesaria para actuar efectivamente en relación con los contenidos
confrontados.
5. Cuando la confrontación se refiere a hechos muy complejos, debe enunciarse
de forma escalonada.

Posibles reacciones de un paciente ante una confrontación:

a) Negación o rechazo de la incongruencia a la que se enfrenta: verbalmente,


desacreditando al terapeuta, etc…
b) Confusión: Si la confusión es auténtica, indica que la confrontación ha sido
realizada de forma incorrecta (especificación insuficiente).
c) Falsa aceptación: Revela que el cliente no estaba suficientemente
preparado.
d) Aceptación auténtica: El paciente responde a la confrontación con un
verdadero deseo de examinar y modificar su conducta.

Especialmente si la aceptación no ha sido auténtica, se recomienda emplear


técnicas no directivas (paráfrasis o reflejo), para potenciar la toma de conciencia
del cliente respecto a su reacción.

Interpretación: Emisión verbal en la que el terapeuta ofrece al cliente una forma


distinta de concebir el problema o una explicación de sus conductas y actitudes.

Se diferencia de otras técnicas de la entrevista en que recoge los aspectos implícitos


de los mensajes o conductas del paciente.

Objetivos:

1. Identificar y mostrar las relaciones implícitas entre los mensajes y la


conducta.
2. Ofrecer una explicación alternativa de la conducta del paciente.
3. Ampliar la autocomprensión del paciente cuando ésta le va a ayudar a superar
las dificultades.
Consideraciones:

1. Momento en que se ofrece: Nunca antes de que el cliente haya adquirido


cierto grado de conciencia y comprensión sobre el tema a interpretar, o,
cuando existan indicios de que le puede causar ansiedad o dolor.
2. Resulta más útil cuando se ofrece en la fase intermedia de la entrevista, pues
así, el paciente tiene la oportunidad de reaccionar. Además, el conoci9miento
de esa reacción, resulta muy valioso para el terapeuta.
3. Siempre debe basarse en los mensajes emitidos por el paciente. Los datos en
los que se apoya deben ser suficientes y representativos.
4. El enunciado debe adoptar la forma de una tentativa o posibilidad: "Me
pregunto si…Es posible que…Quizá…Pudiera ser que…".
5. Después de una interpretación se aconseja comprobar qué piensa y siente el
paciente sobre la nueva perspectiva que se le ha ofrecido (la clarificación es
altamente recomendable en esa circunstancia).
Las reacciones de los pacientes pueden oscilar desde la aceptación al más violento
rechazo.

Recordar que :

 El hecho de que un paciente proteste ante una interpretación, no significa,


necesariamente, que la interpretación sea errónea.
 En caso de que el cliente proteste, es útil emplear un reflejo y reiterar la
interpretación (siempre que el entrevistador esté seguro de su adecuación).
Pero, conviene reconsiderar su formulación y la validez de los hechos en los
que se apoya.
 En ocasiones, la aceptación de la interpretación puede no ser auténtica (el
paciente asiente sólo para no desagradar al terapeuta).
 La aceptación auténtica se reconoce por el hecho de que el paciente muestra
que ha asumido, integrado o aprendido algo sobre lo interpretado, mediante
algún cambio o indicio.

Instrucciones: Uno o más enunciados a través de los cuales el terapeuta pretende


instruir, dirigir o indicar al paciente, cómo debe de hacer algo.

Las instrucciones pueden estar dirigidas a algo que el paciente puede realizar
durante la entrevista o fuera de ella.

Su contenido puede referirse a las ideas, los sentimientos o a las conductas


observadas.
Es conveniente enunciar las instrucciones manteniendo la siguiente estructura:

 Especificación del objetivo a alcanzar.


 Exposición de los pasos que permitirán alcanzar esos objetivos.
 Especificar lo que se debe de hacer y lo que se debe evitar durante la
ejecución.

Objetivos:

1. Influir o ayudar al paciente para que se comporte de una manera determinada.


2. Proporcionarle la información necesaria para que le sea posible adquirir,
mantener o eliminar una conducta concreta.

Importante: Comprobar que el paciente ha entendido las instrucciones. Se le puede


preguntar de manera directa o pidiéndole que las repita.

Tener en cuenta:

1. Los pacientes siguen mejor las instrucciones cuando se hayan asociadas a


consecuencias positivas (refuerzos). Los refuerzos utilizados son
movimientos de cabeza en sentido afirmativo, sonrisa, etc.
2. Las instrucciones son más efectivas si se enuncian como una sugerencia y no
como una orden "Me gustaría que…".
3. Las instrucciones se comprenden mejor si antes de enunciarlas el
entrevistador solicita explícitamente su atención, con fórmulas del tipo
"Ahora voy a decirle algo que me gustaría que hiciera. Por favor, preste
mucha atención…".

Encuadre: Intervención con la que el entrevistador trata de predisponer al paciente


para que considere una situación o suceso desde una perspectiva determinada.

En la práctica los contenidos se restringen a la noción de psicoterapia y a las etapas


del proceso terapéutico.

Su tono ha de ser moderadamente optimista, pues se trata de expresar ideas


positivas respecto al cambio, a las posibilidades concretas que tiene el paciente de
cambiar o a la forma en que puede lograrlo.
Objetivos:

1. Motivar al paciente para que permanezca en la situación de entrevista o en el


tratamiento.
2. Ayudarle para que comprenda los objetivos generales y específicos del
tratamiento.

La motivación del paciente, su grado de compromiso y la evitación de los


sentimientos negativos durante la psicoterapia, dependen de sus expectativas.
Su colaboración aumenta cuando se especifican las características y objetivos del
tratamiento, sobre todo durante la fase inicial.

El terapeuta debe comprobar que el paciente ha comprendido su mensaje: puede


pedirle que describa sus expectativas en función del contenido del encuadre.

Información: Consiste en transmitir al paciente datos referidos a hechos,


experiencias, sucesos, alternativas o personas con objeto de:

1. Identificar alternativas.
2. Evaluar alternativas.
3. Disipar mitos.

La importancia de ésta técnica es mayor cuando se trata de niños perturbados,


pacientes que han permanecido mucho tiempo hospitalizados, etc., pues, muchas
de sus deficiencias provienen de la carencia de información.

Tener en cuenta que:

1. La información debe ser considerada como un instrumento terapéutico, no


como un fin en sí mismo (solo cuando es relevante).
2. Debe ofrecerse sólo en el caso de que el paciente no posea los datos precisos.
3. Ha de ser enunciada de forma comprensible, para que el paciente la pueda
asimilar y aplicar (evitar redundancias que aburrirán al paciente y sobrecarga
informativa que le abrumará). La información ha de ser enunciada
organizadamente y de forma secuencial.
4. Solo se empleará en caso de que el paciente sea receptivo a sus contenidos.
5. Debe ofrecerse de manera objetiva, sin ocultar aspectos desagradables o
comprometedores.
6. Cuando la información ofrecida suponga al paciente sobrecarga emocional,
conviene que explore sus sentimientos o actitudes.
7. Nunca se debe ofrecer información de la que no esté completamente seguro
(remitir al paciente a otra fuente).
8. Nunca debe dar más información que la estrictamente necesaria (la
combinación de unas información pertinente con otra que no lo es puede
paralizar a un paciente que estaba preparado para la acción).

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