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La prevención es la clave. Según cifras de la Unicef, uno de cada tres niños va a sufrir
algún tipo de abuso sexual antes de llegar a la pubertad, las estadísticas son alarmantes.
En una hora cerca de 224 niños han sido abusados sexualmente, la cifra corresponde
solo a Latinoamérica.
La Verdad
Laura Acosta, coordinadora de sanidad del grupo Soy Un Guardián fundación sin fines
de lucro que busca prevenir el abuso sexual infantil, aseguró que a pesar de que
Venezuela no cuenta con cifras oficiales sobre violaciones, manejan que de cada 98
casos solo uno se denuncia.
“Creemos que educar sexualmente a nuestros niños es una manera de protegerlos del
abuso sexual infantil, fomentamos campañas y programas que sensibilicen a la sociedad
sobre este flagelo, es tarea de todos porque todos tenemos niños que nos pueden
importar. Al pensar en tres niños, que uno quieras bien sean en sobrinos, primos, hijos
en el vecino, si eligen a uno de esos tres a uno le va a tocar un abuso sexual, son las
estadísticas”.
LaPatilla.com » Nacionales
Protección infantil contra la violencia, la explotación y el abuso
© UNICEF/NYHQ2010-
1160/Riccardo Gangale
Todos los niños tienen derecho a recibir protección contra la violencia, la explotación y
el abuso. Sin embargo, en todo el mundo, millones de niños de todos los estratos
socioeconómicos y de todas las edades, religiones y culturas sufren actos de violencia,
explotación y abuso todos los días. Millones más corren el riesgo de ser víctimas de la
violencia.
Algunas niñas y niños son particularmente vulnerables debido a su género, raza, origen
étnico o estatus socioeconómico. Los niveles más altos de vulnerabilidad están a
menudo relacionados con los niños con discapacidad o que se han quedado huérfanos,
los indígenas, los que proceden de minorías étnicas y otros grupos marginados. Otros
riesgos para los niños son vivir y trabajar en las calles, vivir en instituciones y centros
de detención, y vivir en comunidades donde impera la desigualdad, el desempleo y la
pobreza. Los desastres naturales, los conflictos armados y el desplazamiento pueden
exponer a los niños a otros riesgos. Los niños refugiados, los niños internamente
desplazados y los niños migrantes no acompañados son también las poblaciones que
despiertan preocupación. La vulnerabilidad también está asociada con la edad, ya que
los niños más pequeños corren un mayor riesgo de sufrir ciertos tipos de violencia y los
riesgos difieren a medida que se hacen mayores.
La violencia, la explotación y los abusos se producen en los hogares, las familias, las
escuelas, los sistemas de atención y de justicia, los lugares de trabajo y las comunidades
en todos los contextos, incluyendo los que se derivan de los conflictos y los desastres
naturales. Muchos niños están expuestos a diversas formas de violencia, explotación y
abuso, incluido el abuso y la explotación sexuales, la violencia armada, la trata, el
trabajo infantil, la violencia de género, el acoso (véase Too often in silence, UNICEF,
2010), el acoso cibernético, la violencia de las pandillas, la mutilación/ablación
genital femenina, el matrimonio infantil, la disciplina infantil física y emocional, y otras
prácticas nocivas.
Hay pruebas importantes que indican que la violencia, la explotación y el abuso podrían
afectar la salud física y mental del niño a corto y largo plazo, influyendo en su
capacidad para aprender y socializar, e influir en su transición hacia la edad adulta con
consecuencias adversas en la vida.
De acuerdo a los datos más reciente de UNICEF, “más de la mitad de las niñas, niños y
adolescentes de la región, son víctimas de maltrato físico, emocional, trato negligente o
abuso sexual… 40 millones de menores de 15 años sufren violencia, abusos y abandono
en la familia, la escuela y la comunidad”. Según la organización internacional “la
violencia se da principalmente en el interior de las familias, por medio del castigo físico
como forma de disciplina, el abandono, la explotación económica y el abuso sexual”.
Entre tanto, en la región latinoamericana “más del 50 por ciento de los adultos, mujeres
y hombres, piensan que es normal el maltrato contra los menores de edad, como forma
de educar o castigar”.
Ante este preocupante contexto, Freyre explicó que el MMI-LAC después de contactar
con los estados, organismos internacionales de la región y organizaciones civiles,
analizaron los marcos legislativos, políticas públicas, sistema de monitoreo y prácticas
llevadas a cabo por cada estado, con el fin de construir una línea base común en la
región. Posteriormente, lograron realizar encuentros subregionales en los que se
formularon recomendaciones adaptadas a la realidad de cada país y se hicieron
declaraciones de compromisos por parte de los Estados.
Por otra parte, en el panel se valoró positivamente que las agendas internacionales,
regionales y nacionales reconozcan cada vez más la importancia de la protección
infantil frente a toda forma de violencia y que los Estados actúen para salvaguardar la
integridad de las niñas y niños. En la actualidad, muchos países han introducido leyes
que atienden a formas específicas de violencia, incluyendo el abuso sexual, la
explotación y la trata. Pese a ello, “el progreso está siendo demasiado lento, desigual y
fragmentado para hacer un verdadero avance… y disminuir la violencia que sufren entre
500 millones y 1.5 billones de niños al año” según UNICEF.