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-Dos tesis filosóficas contrarias se completan, pero sólo dios sabe cómo.
-La mayor astucia del mal es su mudanza en dios doméstico y discreto, cuya hogareña presencia
reconforta.
-La sabiduría se reduce a no enseñarle a dios cómo se deben hacer las cosas.
-Algo divino aflora en el momento que precede el triunfo y en el que sigue el fracaso.
-Gracias al orgullo llegó a la santidad: dios le pareció el único espectador que valía la pena
entretener.
-Que dios sea una voluntad absoluta es la verdad que germina sobre las colinas de judea.
-El hombre no crea sus dioses a su imagen y semejanza, sino que concibe a la imagen y
semejanza de los dioses en que cree.
- Hoy no basta una apologética del cristianismo. Ni siquiera una apologética de la religión.
Requerimos hoy una introducción metódica a esa visión del mundo fuera del cual el vocabulario
religioso carece de sentido.
No hablemos de dios a quienes nos juzgan plausible que se hable de los dioses.
-La muerte de dios es noticia dada por el diablo que sabe sumamente bien que la noticia es falsa.
-Ser capaces de amar algo distinto de dios demuestra nuestra mediocridad indeleble.
- No hablo de dios para convertir a nadie, sino porque es el único tema del cual vale la pena
hablar.
-Lejos de garantizar a dios, la ética no tiene suficiente autonomía para garantizarse a sí misma.
-No debemos concluir que todo es permitido, si dios no existe, sino que nada importa.
Los permisos resultan irrisorios cuando los significados se anulan.
-El máximo error moderno no es anunciar que dios murió, sino creer que el diablo ha muerto.
I
-Para desafiar a dios el hombre infla su vacío.
-El historiador de las religiones debe aprender que los dioses no se parecen a las fuerzas de la
naturaleza sino la fuerza de la naturaleza a los dioses.
-En las tinieblas del mal la inteligencia es el postrer reflejo de dios, el reflejo que nos persigue
por porfía, el reflejo que no se extingue sino en la última frontera.
-Si equivocadamente suponemos que el siglo XVIII entregó al XIX un cristianismo intacto, la
literatura de los siglos XIX y XX parece movida por un ánimo satánico de agresión contra dios.
Pero el rumbo de la agresión varía si corregimos nuestra errónea premisa. El telón de fondo
de la literatura moderna es una cristiana moribunda. La secularización del mundo culmina con
la generación que precede a la primer generación romántica. La literatura moderna no es, así,
una insurrección contra el cristianismo, sino contra los que usurparon su herdad.
Para una visión histórica rectificada, la afirmación más fugaz de un valor autónomo, como la
rebeldía más blasfematoria en nombre de un valor cualquiera, inician un proceso de apologética
existencial. Desde el romanticismo la literatura no es post- cristiana, sino pre-cristiana. Su punto
de partida no es el cristianismo, sino una negación. Ni Blake, ni Hölderlin, no Vigny, escriben
contra el cristianismo, sino contra un mundo que la ausencia del cristianismo define.
Los grandes poetas modernos, de Goethe a Yeats, no son hijos de Prometeo, sino vástagos de las
Sibilas proféticas.
-Muerto dios, a los pobres titanes no les queda sino emprender la urbanización de la tierra.
-El orgullo frente al mundo nos salva del orgullo frente a dios.
-Amar es comprender la razón que tuvo dios para crear a lo que amamos.
-La historia es el relato de lo que acontece cuando demonios o dioses se adueñan de una carne
mortal y manchan el suelo con sangre.
Pueblos enteros, épocas enteras, se agitan, habla, luchan, debajo de la historia. Lo humano tiene
la significación de la pululación de insectos cuando es meramente humano.
Todo grito es simple ruido, si el dolor no lo arranca a una garganta divina.
II
-Quien divinice la historia diviniza, tarde o temprano, a su adversario.
-Contra el infortunio quizá basten el humor, el ingenio, el carácter -pero cómo consolarnos, sin
dios, de la insuficiencia de nuestras dichas?
-Con el cristianismos los ricos escudan su riqueza y los pobres reclaman la ajena.
Para explotarlo los ricos destacan la resignación que aconseja, los pobres la caridad que predica.
El cristianismo sólo es infalsificable ante dios.
-Aunque presuma ser un dios a lomo sobre el mundo, el historiador actual es meramente un
universitario de extracción humilde.
-Un pensamiento católico no descansa, mientras no ordene el coro de los héroes y los dioses en
torno a Cristo.
-El libro que no tenga a dios, o a su ausencia, por protagonista clandestino, carece de interés.
-Los grandes escritores, desde el romanticismo, son prisioneros que sacuden frenéticamente los
barrotes de la jaula en que se convirtió el mundo sin dios.
-El que reputa al mundo pensamiento de dios le concede la mayor realidad concebible.
El idealismo de Berkeley es el más extremo realismo de la historia.
-La vida, como la libertad, sólo tienen el valor de la ocupación que nos permiten, del dios por el
cual nos dejan morir.
-El profeta bíblico no es augur del futuro, sino testigo de la presencia de dios en la historia.
-En ciertos instantes colmados dios desborda en el mundo, como una fuente repentina en la paz
del mediodía.
-No importa que el mito perezca si reconstruimos ese universo que lo tiene por idioma.
Que mueran los dioses, pero no ese temblor de las hojas donde nacen.
III
-La obra de Mallarmé esta donde ignora la explicación órfica de la tierra, la de Valéry en los
versos de los dioses que dan, la de surrealismo en los trozos indemnes de espontaneidad
onírica.
El arte moderno se plasma en las pausas de sus intemperancias doctrinarias.
-Las pruebas de la existencia de dios son la ideología del sentimiento de su presencia en el alma.
-Adosémonos al peñasco de la divinidad, mientras fluyen valle ayuso los fangos de este siglo.
-Ni quien describe la condición humana necesita aludir a dios, ni quien la interpreta puede
omitirlo.
-El pasado no es suma de lo que el hombre se propuso, sino de lo que dios concedió.
El futuro apasiona a quienes creen en la eficacia de la voluntad, mientras que el pasado fascina a
los que conocen la impotencia de los propósitos humanos.
Lo que el hombre se propone es siempre tedioso, pero lo que obtiene nos asombra a veces.
-Las disciplinas axiológicas obedecen todas a la siguiente regla: ningún valor es función
constante de acontecimientos operacionalmente definibles.
Ninguna serie axiológica, entre otros términos, coincide unívocamente con una serie ontológica.
Los dioses recorren el mundo, a veces con harapos, a veces coronados.
-El diablo elige, en cada siglo, un demonio distinto para tentar la Iglesia. El actual es
singularmente sutil.
La angustia de la Iglesia ante la miseria de las muchedumbres oscurecen su conciencia de dios.
La iglesia cae en la más astuciosa de las tentaciones: la tentación de la caridad.
-De los existentes empíricos sólo podemos deducir existencias análogas. Sólo la aprehensión
axiológica proyecta sombras trascendentes.
Alma es lo que escapa a la observación psicológica, dios es lo elude toda prueba.
IV
-Solamente porque ordenó amar a los hombres, el clero moderno se resigna a creer en la
divinidad de Jesús; cuando, en verdad, es sólo porque creemos en la divinidad de Cristo que
nos resignamos a amarlos.
-El que cree en Cristo, porque admira sus palabras o sus obras, no es cristiano.
El cristiano no cree en Cristo porque Cristo predique valores previamente admirados, llama
valores, al contrario, lo que Cristo predica, porque cree en Cristo.
El cristianismo no aplica un criterio a Cristo, sino aplica a Cristo como criterio.
El cristianismo es un método específico de fundar el valor.
-Muchos aman al hombre sólo para olvidar a dios con la conciencia tranquila.
-El dios de ciertos teólogos católicos es apenas un heredero opulento del demiurgo platónico.
Aunque implícitamente profesen la creación del exnihilo, estos teólogos reintroducen en su
esquema cosmológico una materia primitiva, pues someten a pautas extrínsecas al alfarero
divino, afirmando que dios quiere porque es bien, en lugar de enseñar que el bien es bien
porque dios lo quiere.
Estos teólogos erigen una estructura de razones, de valores, de principios, frente a un dios
sojuzgado. Para una teología semejante al creador es un demiurgo servil.
Ese dios obediente a normas éticas, como un moralista agnóstico, no es el dios de la retama
israelita, ni de la teología trinitaria.
Tanto la metáforas bíblicas como los conceptos patrísticos sólo tratan de expresar la
omnipotencia de dios. El motivo que acumula allí la intervenciones caprichosas es el mismo que
aquí erige la economía trinitaria.
El dios insondable es el que absorbe en sí mismo la razón que ordena y obra, el soplo que
verifica y sustenta.
Cuando logos y pneuma se integran en la trascendencia inefable, el Yahweh judaico articula su
omnipotencia en el dogma cristiano.
-Los dioses no castigan la búsqueda de la felicidad, sino la ambición de forjarla con nuestras
propias manos.
Solo es lícito el anhelo de lo gratuito, de lo que no depende en anda de nosotros. Simple huella
de un ángel que se posa un instante sobre el polvo de nuestro corazón.
-Hay una secreta simpatía entre todos lo que niegan la divinidad del hombre, aunque algunos
de ellos no crean en dios.
-Cuando el oficiante profesa que la liturgia no pretende actuar sobre los dioses sino sobre los
fieles, el culto pierde todo significado religioso y se convierte en terapéutica colectiva.
-El individuo se caracteriza menos por los dioses que invoca que por el incienso que no quema.
-La futura burguesía de las sociedades comunistas prepara festines de hilaridad a los dioses
infernales.
-El historiador inteligente recorre los eriales de la historia para acechar las sombras que la
cruzan con gestos de terror, de belleza, de magnificencia, o de ignominia.
El tema de la historia no son las triviales rutinas de la especie sino las epifanías fugaces de un
demonio o de un dios.
Historia es el estudio de los tiempos donde se manifiesta una esencia.
-El universo periclita cuando creemos percibir en lo concreto las ficciones científicas.
V
Los dioses solares se extinguen si nuestra mirada se convierten es espectroscopio cerebral.
-No es tanto que la mentalidad moderna niegue la existencia de dios como que no logra dar
sentido al vocablo.
-Así como no hay tragedia entre príncipes y entre dioses, así no hay arquitectura sino para
dioses y para príncipes.
La arquitectura moderna es un melodrama burgués.
-La historia contemporánea demuestra que un modesto salario recluta ejecutantes para los
peores crímenes y agentes de las más humanitarias faenas.
El dinero logra en este siglo lo que parecía necesitar la colaboración del diablo o de dios.
-Dignidad humana es lo que se adquiere al luchar contra sí mismo en nombre de una norma.
Lo que no provenga de un conflicto es bestial o divino.
-Casualidad es un nombre que damos a dios, tanto por respeto humano como respeto divino.
-La "teología radical" es una teoría del jardín de los olivos que no termina en resignación a la
voluntad de dios, sino a la voluntad del hombre.
- Para aligerar la nave cristiana, que zozobra en aguas modernas, la teología liberal se
desembarazó ayer de la divinidad de cristo, la teología radical se desembaraza hoy de la
existencia de dios.
- Cuando aprende que las pruebas de la existencia de dios son inválidas, el tonto
automáticamente cree que las de la existencia del mundo son válidas.
- La vida religiosa comienza cuando descubrimos que dios no es postulado de la ética, sino la
única aventura en que vale la pena arriesgarnos.
- Buscar a dios en la historia es tan pueril como creer que allí no está.
- Como el dios cristiano no es razón abstracta, sino voluntad personal, el; cristiano no atribuye a
la historia una estructura lógica, sino providencial.
Una filosofía cristiana de la historia no puede ser sistema especulativo, sino intelección y
enjuiciamiento del hecho histórico concreto por una inteligencia cristiana.
VI
- El verdadero dios respira más auténticamente en la plebe divina de los Indigitamente que en
ese espectro de la teología moderna que no es más que el perfil de las colinas éticas
destacándose sobre un horizonte desierto.
- "Necesidad histórica" es el hombre del último avatar del más sanguinario dios azteca.
- No valía la pena negar granos de incienso a los altares de Augusto, que al fin y al cabo algo
tenía de dios, para acabar celebrando con ditirambos blasfematorios a la muchedumbre, que
nada tiene de divino.
- El canónigo corpulento y lujurioso que cree en dios es mas indiscutiblemente cristiano que el
pastor austero y macilento que cree en el hombre.
- La literatura no usurpó las funciones religiosas que,m desde hace rato, ejerce.
Al colocar la religión al servicio del hombre, fué preciso que alguien se pusiese al servicio de
dios.
- Las teodiceas son alegatos de presuntos abogados de dios ante el grotesco tribunal de la
inteligencia humana.
- Afirmar que las épocas están todas a igual distancia de dios no es enseñar que todas se salvan,
sino que todas pueden salvarse.
Ranke no resbala un rasero sobre la historia, sino condena la aberración progresista.
- Los que protestan si afirmamos que el bien se convierte en mal, o el mal en bien, si dios lo
quiere, que el mismo acto podría ser, por lo tanto, malo o bueno alternativamente, no entienden
que el ser voluntad de dios cambia la esencia, no meramente la nomenclatura, de las cosas.
- Cuando el historiador descubre que en un santo cristiano se escondió un dios pagano, todos
dejan de creer en el santo.
Yo comienzo a creer en el dios.
- Si el cristiano pudiese ser demócrata todos los venablos de Nietzsche lo hubiesen traspasado.
Pero la democracia proclama la soberanía del hombre, el cristiano la de dios.
- Tan grande es la distancia entre dios y la inteligencia humana que sólo una teología infantil no
es pueril.
VII
- Dejemos a dios la compasión con las penas morales del tonto.
Sólo su dolor físico debe modificar nuestros propósitos.
- El que cree en dios no necesita someter a una coherencia arbitraria el caos del mundo.
El orden mora detrás de nuestras evidencias discrepantes.
- Para dudar de la existencia de dios bastaría que existieran pruebas de que existe.
Un dios implicado por el universo no sería el dios en que creemos.
La trascendencia no puede ser corolario de ninguna inmanencia.
Sino vertical irrupción de lo divino.
- Los dioses no habitan sino las comarcas, los aposentos, las almas, donde a historia, la humilde
historia, acumula piadosamente sus trastos.
La maldición de las obras modernas es que no puedan fundarse sino sobre el suelo limpio.
Sobre la roca estéril.
- Los fervientes del ecumenismo olvidan que ser cristiano no consiste sólo en tener fé en dios,
sino en tener fe en el dios en que se debe tener fe.
- El predicador del reino de dios, cuando no es Cristo el que predica, acaba predicando el reino
del hombre.
- No es a abrazar toda verdad a lo que el hombre debe alistarse, sino a morir con sus dioses.
Adaptarse envilece.
- No es imposible que en los batallones clericales al servicio del hombre todavía se infiltren
algunos quintacolumnistas de dios.
- El mejor paliativo de la angustia es la convicción de que dios tiene sentido del humor.
- No apelar a dios, sino a su justicia, nos lleva fatalmente a emplazarlo ante el tribunal de
nuestros prejuicios.
- Jesucristo no lograría hoy que lo escucharan, predicando como hijo de dios, sino como hijo de
carpintero.
VIII
El personaje les pareció a todos tan extraño, que aquellos, al tropezar con él en un texto, negaron
su existencia, y éstos, al conocerlo en carne y hueso, proclamaron su divinidad.
- Cuando el hombre se niega a que lo disciplinen los dioses, los demonios lo disciplinan.
- dios no está en el mundo como una roca en un paisaje tangible, sino como la nostalgia en un
paisaje pintado.
-El católico progresista decretó que el ateísmo consiste en dudar de la divinidad del hombre.
-El ateismo de una filosofía consiste menos en negar a dios que en no hallarle puesto.
-Las soluciones que el pueblo encuentra resultan siempre menos interesantes que los problemas.
Las únicas soluciones interesantes son las que dios se reserva.
-En qué dios habrán creído los que dejan de creer en él?
-Los que profesan la noción de derecho natural jubilan a dios en la conserjería de un vago
ministerio de justicia.
-El método supremo sería el que nos permitiera descubrir al dios bajo el harapo.
-Creer en la divinidad del hombre es la raíz del error, así como confundir a la humanidad con
Cristo es la raíz de la herejía.
-Los dioses son campesinos que no acompañan al hombre sino hasta las puertas de las grandes
urbes.
-Nada más bufo que aducir nombres de creyentes ilustres como certificados de existencia de
dios.
IX
- El hombre es criatura o dios.
La disyuntiva es abrupta y la opción forzosa.
Todo lo que pensemos cae bajo una de las dos categorías.
-Llámese como se quiera, el modo como dios me es, es el modo como me soy a mi mismo.
-La invasión de la técnica no mató a los dioses menores, pero los espantó.
-Los demás me deben lo que me hayan prometido, no lo que opino que deban prometerme.
Sobre el cadáver de esta perogrullada, inmolada como cíctima propiciatoria a los dioses
infernales, se levantan los cimientos del pensamiento de izquierda.
-La historia moderna es el diálogo entre dos hombres: uno que cree en dios, otro que se cree
dios.
-A los dioses paganos sólo se logra consagrar altares auténticos en la cripta de la catedral
romana.
-Más de un presunto "problema teológico" proviene sólo del poco respeto con que dios trata
nuestros prejuicios.
-El estado moderno realizará su esencia cuando la policía, como dios, presencie todos los actos
del hombre.
X
-Nunca sabemos si un nuevo dios es auténtico.
Pero nunca es pecado morir adosados a un viejo altar derruido.
-La noción de creatura mantiene la distancia entre el hombre y dios sin abolir el contacto o,
alternativamente, el contacto sin abolir la distancia.
-Sólo creyendo en dios no tenemos que escoger, al mirar el mundo, entre temblar o mentirnos.
-En el necesario comercio del alma con los dioses subterráneos guardémonos de dar paso a la
irrupción de las potencias infernales.
-Más amargo que el infortunio del joven que el dios desdeña es el del mancebo que el águila
roza pero no rapta.
-El católico progresista habla de "dimensión histórica" del cristianismo, a fin de pervertir la
historicidad de su origen en terrenismo de las metas.
"Reino de dios", en el léxico progresista, es el sinónimo eclesiástico de reino del hombre.
-Toda ética termina en pelagianismo, todo pelagianismo en deísmo, todo deísmo en sepelio de
dios.
-Porque sabemos que el individuo le importa a dios, no olvidemos que la humanidad parece
importarle poco.
-Todo deber cumplido tiene igual perfección ética, pero no todos tiene igual rango.
Aun a la muerte heroica le fija rango el dios por quien se muera.
-Si pudiéramos demostrar la existencia de dios, todo se habría sometido al fin a la soberanía del
hombre.
-La conciencia de la culpa es el misericordioso llamamiento del dios befado al ser caído.
-Al artista a veces lo rescata la miseria de su gloria el dios que entrelaza al laurel un vástago de
espinas.
-Como quiera que depender de dios es el ser del ser, la emancipación del ser es abdicación del
ser a su ser mismo.
En la contradicción interna del pecado se disuelve la sustancia.
Más que castigo, la muerte es realización del pecado.
El ser que el pecado emancipó de su esclavitud divina fluye en torrente de pus hacia la nada.
XI
-Los dioses subalternos son ecos de los pasos divinos.
-La pasividad de las cosas nos engaña: nada manipulamos con descaro sin herir a un dios.
-La existencia de dios es indemostrable, porque con una persona tan sólo podemos tropezar.
-La historia del cristianismo sería sospechosamente humana, si no fuese aventura de un dios
encarnado.
El cristianismo asume la miseria de la historia, como Cristo la del hombre.
-Los hombres no se proclaman iguales porque se creen hijos de dios, sino cuando se creen
partícipes de la divinidad.
-El profeta no es confidente de dios, sino harapo sacudido por borrascas sagradas.
-El único atributo que se puede sin vacilación denegarle al hombre es la divinidad.
Pero esa pretensión sacrílega, sin embargo, es el fermento de su historia, de su destino, de su
esencia.
-Religión que abortó finalmente, porque sus adeptos no entendieron que el arte no era dios, sino
profeta.
Pero, no confundamos, sin embargo, la teología de los padres de la Iglesia estética con la
prédica mercantil de los seminaristas agnósticos del arte contemporáneo.
-Como quiera que la materia de un conocimiento que se pretende inmediato es más importante
que su forma, debemos distinguir de la mística teísta la mística naturalista y la mística
personalista: de la experiencia de la realidad de dios la experiencia de la incorrupción del
mundo y la experiencia de la eternidad del yo.
XII
La mística teísta es incorruptible; pero la mística naturalista se pervierte en panteísmo, cuando
la conciencia extática identifica el esplendor de la creación intacta con el esplendor mismo del
creador; y la mística personalista se pervierte en gnosticismo, cuando la conciencia ensimismada
identifica la eternidad del alma con la eternidad de dios.
Las actitudes panteístas son menos culpables que las gnósticas, porque la soberbia humana se
consume allí en la conflagración divina de las cosas; pero la interpretación errónea de la
experiencia mística reitera el sacrilegio primigenio.
-La restricción de la inmortalidad del alma a participación en el intelecto agente fue el primer
intento moderno de divinización del hombre.
Negar la inmortalidad personal, en efecto, es manera sutil de devolver el alma al pleroma
divino.
-El poderío del hombre no le permite competir con dios, pero le basta para reemplazar al diablo.
-La magnificencia de la catedral gótica busca honrar a dios; la pompa del barroco jesuita, atraer
al público.
-Quien se atreve a pedir que el instante se detenga, y que el tiempo suspenda su vuelo se rinde a
dios, quien celebra futuras armonías se vende el diablo.
-El solo conocimiento no puede salvar siendo acto de un sujeto que se conoce a sí mismo como
esencia salvada.
Gnosis es divinización, tautológicamente.
-La voz de dios no repercute hoy entre peñascos, truena en los porcentajes de las encuestas
sobre opinión pública.
XIII
-La divinidad del hombre no es conclusión a que el igualitarismo llegue, en la convicción sobre
la cual se funda.
-A un dios sólo lo encadena la ignorancia. Un dios permanece caído sólo mientras ignore ser
dios.
Aufklarung es la traducción circunspecta de Gnosis.
-El moderno se ingenia con astucia para no presentar su teología directamente, sino mediante
nociones profanas que la impliquen.
Evita enunciarle al hombre su divinidad, pero le propone metas que sólo un dios alcanzaría o
bien proclama que la esencia humana tiene derechos que la suponen divina.
-Cuando el teólogo explica el porqué de algún acto de dios, el oyente oscila entre indignación e
hilaridad.
-El hombre sólo tiene importancia si dios le habla y mientras dios le hable.
-Ser de "derecho divino" limitaba al monarca; el "mandatario del pueblo" es el representante del
Aboslutismo absoluto.
-Como ni el mal mismo es puro en la tierra, cada una de las tres olas democráticas le aportó una
más clara noción al hombre, la primera del alma, la segunda del dios trascendente. la tercera de
la historia.
Platonismo, teología alejandrina, romanticismo.
-No aceptemos que rinda homenaje a nuestros dioses el que no cree en ellos.
-El tonto le atribuye al linaje animal del hombre la inhumanidad que hereda de sus pretensiones
a un linaje divino.
-La autonomía que el aristotelismo atribuye al mundo separa el aristotelismo del cristianismo; la
autonomía que el cristianismo atribuye a dios separa al cristianismo del neoplatonismo.
-El corazón no se rebela contra la voluntad de dios, sino contra los "porqués" que se atreven a
atribuirle.
XIV
La "voluntad general" es la voluntad de dios.
-El pelagianismo tiene por raíz una definición gnóstica del alma.
-El dogma de la natural bondad del hombre formula en términos éticos las experiencia central
del gnóstico.
El hombre es naturalmente bueno porque es naturalmente dios.
-Es más fácil creer en los dioses del Olimpo o de los Indigitamenta que en la inexistencia de dios.
-No debemos creer en el dios del teólogo sino cuando se parece al dios de la angustia.
-Más vale divinizar al mundo, o diabolizarlo, que disecarlo asépticamente, como lo hace el
moderno.
-La virtud que no es simple obediencia a mandato divino camina con tolerancia de solterona
rica.
-Serenidad perfecta del instante en que parece que nos ligara a dios una complicidad
incomprensible.
-Hay que creer en dios para poderes atribuir importancia a las cosas.
-La serenidad es el estado de ánimo del que encargó a dios, una vez por todas, de todas las
cosas.
-Las diversas "pruebas" de la existencia de dios gana fuerza a medida que pierden rigor.
-La impertinente tentativa de justificar the ways of God to man transforma a dios en una
pedagogo consternado que inventa trucos didácticos, a la vez crueles y pueriles.
-Cuando dios se ausenta encerrándonos en el mundo, el arte es el último postigo que obtura.
XV
-El peligro del individualismo no es la anarquía.
Es ese culto de sí mismo que se expande en veneración del hombre y culmina en sumisión al
más falso de los dioses.
-La soledad que hiela no es la carente de vecinos, sino la desertada por dios.
-El hombre puede mantener la página limpia, pero sólo dios puede escribir en ella.
-Humanizar nuevamente a la humanidad no será tarea fácil después de esta larga borrachera de
divinidad.
-Abundan los que se creen enemigos de dios y sólo alcanzan a serlo del sacristán.
-El subjetivismo es la garantía que el hombre se inventa cuando deja de creer en dios.
-Los dos polos son el indivíduo y dios: los dos antagonístas son dios y el Hombre.
-El que no busca a dios en el fondo de su alma, no encuentra allí sino fango.
-No es porque dios sabe todo por lo que debemos tener confianza, sino porque es
misericordioso.
-El pensamiento puede eludir la idea de dios mientras se limite a meditar problemas
subalternos.
-El hombre solamente es importante si es verdad que un dios ha muerto por él.
-Si el ser depende, como lo enseña el cristianismo, de un acto libre de dios, una filosofía cristiana
debe ser una filosofía que constata, no una filosofía que explica.
-No viviría ni una fracción de segundo si dejara de sentir el amparo de la existencia de dios.
-Dios no muere, pero desgraciadamente para el hombre los dioses subalternos como el pudor,
el honor, la dignidad, la decencia, han perecido.
XVI
-La prueba ontológica no demuestra que dios exista, sino que tenemos necesariamente que
afirmar la existencia de dios.
-Basta negar la divinidad de Cristo para convertir el cristianismo en cabeza de todos los errores
modernos.
-El clero moderno resolvió rectificar el orden de los mandamientos evangélicos, así: omitiendo a
dios, ordena amar al prójimo sobre todas las cosas.
-Los acontecimientos históricos dejan de ser interesantes a medida que sus participantes se
acostumbran a juzgar todo con categorías puramente laicas.
Sin la intervención de dioses todo se vuelve aburrido.
-El clero moderno cree poder acercar mejor al hombre a Cristo, insistiendo sobre la humanidad
de Jesús.
Olvidando así que no confiamos en Cristo porque es hombre, sino porque es dios.
-Para refutar la prueba ontológica todos recurren a algún ejemplo cuando el argumento sólo es
válido aplicado al ejemplo de dios.
-Lo importante no es que el hombre crea en la existencia de dios, lo importante es que dios
exista.
-El rival de dios no es nunca la criatura concreta que amamos. Lo que termina en apostasía es la
veneración del hombre, el culto de la humanidad.
-Lo único que el yo pueda probar es que exista, lo único que puede refutar es que sea dios.
Cogito ergo sum
Cogito ergo nom sum Deus.
Sé que soy, y si no sé que soy, sé que no soy.
En la segunda de las únicas verdades irrefutables el mundo moderno tropieza contra una
refutación letal.
-Colocar al "prójimo" en el lugr de dios ha sido el propósito del protestantismo liberal del siglo
pasado y del progresismo católico post-conciliar.
-Ra, Anu, Baal, Zeus, no son rivales del dios supremo, sino dioses subalternos.
Tán sólo el hombre pretende ser el anti-Dios.
-Dios nace donde un mito etiológico se combine con una experiencia sagrada.
XVII
El autor sagrado no transmite un discurso divino, sus palabras expresan una experiencia
otorgada.
- Enemigo del rey-Dios, como del demos-Dios, el cristianismo no debe celebrar ni la apoteosis
del cesar ni la apoteosis de la plebe.
-Dios no manifiesta su voluntad con la derrota o con el triunfo, sino en la calidad del triunfo o
de la derrota.
XVIII
-Dios es lo infinitamente cercano y lo infinitamente lejano; de él no debe hablarse como si
estuviera a mediana distancia.
-Dios no muere, pero desgraciadamente para el hombre los dioses subalternos como el pudor,
el honor, la dignidad, la decencia, han perecido.
XIX