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A. Clínicas de memoria
La Clínica de la Memoria ofrece tratamiento para ayudar a las personas que presentan dificultades de memoria y
otros problemas cognitivos: atención, capacidad para planificar, tomar decisiones debido a una lesión o
enfermedad cerebral.
La lesión cerebral puede dar lugar a déficits cognitivos, conductuales y emocionales, que se manifiestan como
dificultades en las siguientes áreas:
Estos problemas pueden aparecer en mayor o menor grado y afectar la capacidad del paciente para realizar las
actividades cotidianas. Un problema de atención puede traducirse en dificultades para concentrarse, seguir una
conversación o realizar dos tareas simultáneamente. Una alteración de memoria puede afectar la capacidad para
recordar hechos pasados y también las tareas por hacer. La dificultad para tomar de decisiones le hará
dependiente de otras personas o tendrá dificultades para adaptarse a los cambios.
Todos los profesionales de la clínica se reúnen semanalmente para discutir casos de pacientes y conductas a
seguir. Esto facilita el abordaje interdisciplinario de estas patologías para abarcar múltiples estrategias médicas
—rehabilitación cognitiva, psicoterapia, terapia ocupacional, tratamiento médico-farmacológico— que han
demostrado ser útiles en el tratamiento de procesos demenciales.
Si bien se emplean los métodos diagnósticos más avanzados tanto desde el punto de vista clínico-
neuropsicológico como de los estudios complementarios y de imágenes, cabe destacar que ningún estudio
reemplaza la evaluación médica, de allí la importancia del equipo de profesionales.
La terapia de orientación a la realidad (TOR) es un conjunto de técnicas mediante las cuales la persona toma
conciencia de su situación en el tiempo (orientación temporal), en el espacio (orientación espacial) y respecto a
su propia persona (orientación personal). Proporciona a la persona una mayor comprensión de aquello que le
rodea, y produce un aumento en la sensación de control y en la autoestima.
Surge en EEUU durante los años 60, ofreciendo a los pacientes con deterioro cognitivo instrucciones verbales
encargadas de proporcionar elementos de orientación (en tiempo, lugar, persona y situación) tanto en diferentes
momentos del día de manera informal, como en sesiones grupales de manera formal, desarrollándose sesiones
dirigidas por un terapeuta especializado, con unas actividades programadas y empleando materiales y
referencias externas que ayudan a ese fin. En nuestros días es una terapia imprescindible. Los efectos positivos
de la TOR son conductuales y cognitivos (Spector et al, 2004), se reduce la confusión y se evita la desconexión
del entorno.
Dentro de la TOR, podemos incluir el taller de «Prensa y Actualidad», donde se pretende conservar el máximo
tiempo posible las capacidades de orientación a la realidad y conexión con el presente y la actualidad. Las
sesiones tienen un enfoque cognitivo, comenzando por la orientación temporal, y siguiendo por la discusión de
eventos, generalmente del entorno próximo a los usuarios. Se trabajan componentes de reminiscencia para
activar el pasado personal del usuario. Se interviene recordando los aspectos sucedidos en el pasado personal,
para relacionar los acontecimientos vividos con la situación presente. Tiene como objetivos:
Mantener el vínculo con la realidad a través de la actualidad relacionada con acontecimientos, sucesos y
otros eventos presentes que a su vez puedan relacionar con su vida pasada.
Fomentar y desarrollar la lectura y escritura reflexiva a través del análisis de una noticia de actualidad.
Posibilitar un clima de interacción y fomento de habilidades sociales y de comunicación como la
participación, la escucha y el respeto hacia las ideas e intereses de otros usuarios, así como a exponer
oralmente ante el grupo sus propias opiniones.
Evitar la desconexión del paciente con su entorno y fortalecer las relaciones sociales.
C. Terapia de reminiscencia
La Terapia de Reminiscencia ayuda a recordar, de manera natural, experiencias pasadas para estimular la
capacidad de autorreconocimiento y mantenimiento de la identidad. Ana Belén Martín nos comenta en este
interesante artículo en qué consiste esta terapia y sus distintas herramientas, por ejemplo la caja de recuerdos o
el libro de memoria.
Tal y como se abordó en el último artículo sobre estimulación cognitiva, existen diversidad de programas que
pueden servirnos como base para el trabajo de las capacidades cognitivas de las personas mayores. Hoy, nos
vamos a centrar en uno de los que ya se mencionaron, la Terapia de Reminiscencia.
Esta terapia proviene de los primeros trabajos de Butler en 1963 acerca de la “Revisión de la Vida”(que involucra
la evaluación de la memoria personal con un terapeuta como oyente) y que la describe como un proceso mental
que ocurre de manera natural, en el cual se traen a la conciencia las experiencias pasadas.
1. Primero, se enseña al paciente un material (fotografía o relato de un suceso) vinculado con su propia
experiencia o con los acontecimientos de su generación.
2. A partir de dicho material, el paciente evocará una serie de recuerdos asociados y hará comentarios
personales.
Se pretende potenciar la memoria episódica autobiográfica (los recuerdos personales) y la memoria semántica
(que contiene los conocimientos sobre datos históricos relevantes), así como que se rememoren los sucesos
personales y hechos históricos con toda la claridad que sea posible, experimentando las emociones vinculadas a
esos recuerdos.
Esta terapia puede realizarse en sesiones individuales pero, frecuentemente, incluye reuniones de grupo, por lo
menos una vez a la semana, con pacientes que tienen aproximadamente la misma edad (por las vivencias
generacionales similares). Entre los materiales que habitualmente se utilizan en las sesiones de reminiscencia,
podemos encontrar los siguientes:
a) Caja de recuerdos. En ella se recopilan objetos personales de un paciente o bien materiales que
resulten comunes a un grupo de pacientes de la misma generación. Pueden incluirse fotografías, música,
ropas, documentación, etc.
b) Libro autobiográfico o Libro de la Memoria. Se suele utilizar con la ayuda del terapeuta y,
habitualmente, también de un familiar que conozca muy de cerca la vida del paciente. Un buen ejemplo
de ello es el Libro de la Memoria (Historia de Vida) del programa “Activemos la Mente” de la Fundación
La Caixa.
c) Datos socio históricos y/o culturales. Consiste en recopilar información sobre los sucesos históricos,
sociales y culturales más importantes de la generación de / de los paciente/s para, tras ello, leer uno a
uno en distintas sesiones estas informaciones y que ocasione comentarios sobre sus vivencias de tal
acontecimiento.
Es importante conocer las diferencias individuales en el momento de aplicar estas técnicas e, incluso, prever las
posibles reacciones de las personas. Conocer el pasado supone poder entender alguna de las reacciones que
pueden presentar. Según Laborda (2002), lo que se busca alcanzar a través de la reminiscencia es favorecer y
dar oportunidad de expresión de vivencias pasadas con el fin de potenciar la identidad de la persona.
Entre los estudios realizados sobre la reminiscencia, se han comprobado aspectos tales como que el recuerdo
sobre los acontecimientos en los años medios de la vida está más empobrecido que el recuerdo sobre la
infancia, adolescencia y primera etapa de la vida adulta. También se han demostrado los efectos positivos de
esta técnica sobre la participación y la socialización de los pacientes, así como se concluye que aumenta la
sensación de bienestar de la persona. No obstante, no existen evidencias claras sobre el efecto de la
reminiscencia en la función cognitiva, por lo que debería ser objeto de más estudios.
Ésta es una técnica muy completa ya que utiliza la estimulación, la comunicación, la socialización y el
entretenimiento, todo ello para tratar de mantener el pasado personal y de perpetuar la identidad de la persona.
Además ha resultado ser muy efectiva en personas con deterioro cognitivo o demencia, incluso con aquellas que
sufren pérdida de memoria debido a enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Aplicando esta terapia en personas mayores nos permite reforzar su identidad y su autoestima, favorecer su
integridad y sobre todo, ayudarles a mantener la memoria colectiva. Para ello, habitualmente se suele seguir dos
pasos: un primero en el que se se enseña al anciano una fotografía o un relato relacionado con su propia
experiencia o la de su generación y un segundo, en el que, a partir de este material, evocará una serie de
recuerdos asociados y hará comentarios personales sobre ello. El primer recuerdo, el primer amor, su afición
favorita, una experiencia importante de su vida o el momento que más miedo pasó, pueden volver a la mente de
los participantes, gracias a esa fotografía o relato.
Trabajar con este tipo de terapias es una labor muy importante dentro de las actividades orientadas a preservar
la salud de las personas mayores en las residencias geriátricas. Por eso, cada semana o cada quince días se
deberían celebrar actividades de reminiscencia, en sesiones de una hora de duración aproximadamente,
organizando grupos homogéneos, según el nivel cognitivo de los residentes. Así, podríamos dividirlos en dos
grupos:
En cada sesión se deberán seguir una serie de pasos. En primer lugar se presentará el tema de la sesión:
Posteriormente procederemos a la presentación de los estímulos elicitadores en forma de música, objetos,
imágenes o relatos. En un tercer paso, se producirá la evocación de reminiscencias en los componentes del
grupo y en una cuarta etapa, la conexión de los recuerdos con el momento presente.
D. Terapia de validación
E. Terapia de resolución
La terapia ocupacional utiliza las actividades de manera terapéutica para prevenir, mantener y desarrollar las
habilidades y destrezas que se requieren para ejecutar las tareas que comprenden el desempeño ocupacional de
las personas.
Las intervenciones de terapia ocupacional en personas que padecen de Alzheimer se realizan en las tres etapas
de la enfermedad, con el objetivo de maximizar la independencia funcional y mejorar la calidad de vida del
paciente, su familia y cuidador.
El Terapeuta Ocupacional realiza un tratamiento no farmacológico. Para ello utiliza la actividad con propósito y el
entorno para ayudar a la persona a adquirir el conocimiento, las destrezas y actitudes necesarias para desarrollar
las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración. Para ello realizan una serie
de técnicas, estrategias y actividades en su trabajo con pacientes con EA en función de su grado de afectación, y
son:
Programa de estimulación cognitiva: se utilizan técnicas de orientación a la realidad, reminiscencia y
entrenamiento en capacidades cognitivas específicas con ayuda de Tableros de Psicoestimulación,
Fundación La Caixa, Volver a Empezar y cuadernos de repaso.
AVD (actividades de la vida diaria) manejo de dinero, realización de compras, recetas de cocina,
movilidad en transporte público, etc.
Psicomotricidad. Aspectos a trabajar: control postural, esquema corporal, lateralidad, organización
espacio temporal, relajación, praxias, comunicación y pensamiento abstracto. Musicoterapia: trabajan
aspectos emocionales, sociales, cognitivos; funciones físicas, etc.
Actividad física: ejercicios en sedestación en bipedestación.
Nuevas interacciones ( programas interactivos con ordenadores) como el Programa Gradior (Fundación
Intras) (www.intras.es/index.php?id=675 y el Smartbrain (Fundación ACE).