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Es curioso, no se le da la suficiente importancia a la lubricación y sin embargo es la principal causa

de las averías mecánicas se suelen producir por diversos problemas de lubricación:

 Falta de lubricación que puede provocar un desgaste de las piezas en contacto.


 Exceso de lubricación que provocar un exceso de temperatura de funcionamiento.
 Contaminación en el fluido lubricante.
 Utilización de un lubricante inadecuado.

Falta de lubricación
Puede darse por una frecuencia de engrase inadecuada o por una cantidad de grasa inferior a la
necesaria. Puede que no se haya calculado correctamente la cantidad de lubricante o la frecuencia,
o bien puede ser que no se haya tenido en cuenta las condiciones de funcionamiento reales del
equipo.
Una cantidad inadecuada de grasa o aceite, bien sea por poca cantidad o por excesivo tiempo entre
engrases, provoca una deficiente capa de lubricación, provoca fricción entre las piezas móviles,
lo que puede generar un desgaste excesivo de las piezas o una disminución de la capacidad
lubricante.
Exceso de lubricación
En este caso nos encontraríamos en el caso opuesto, el sobreengrase, bien por un exceso de
cantidad de lubricante o bien por un tiempo demasiado próximo entre engrases. En este caso
tendríamos un sobrecalentamiento del equipo debido a una elevada temperatura de
funcionamiento, lo que puede provocar un desgaste prematuro o un mal funcionamiento.
Una causa del sobreengrase puede ser de nuevo un cálculo erróneo del periodo de engrase o de
la cantidad de lubricante a utilizar. Otra causa del sobreengrase suele ser el “echa más grasa, que
no falte, más vale que sobre”.
Contaminación
La contaminación puede darse por una manipulación inadecuada del lubricante, por una mala
prácticaen el propio engrase o por un mal sellado del equipo ante unas condiciones ambientales
adversas(polvo, calor, frío, …). La contaminación puede por ser agua o un fluido de proceso,
por partículas o por otro lubricante. En cualquier caso, con la contaminación se ven afectadas
las propiedades del lubricante.
 El agua puede generar óxido o dificultar la capacidad de lubricación.
 Las partículas pueden provocar desgaste en la superficie de los materiales en contacto.
 Otro lubricante o fluido diferente puede provocar incompatibilidad que genere reacciones que
afecten a la lubricación o a los materiales del equipo.
Lubricante inadecuado
Aunque a veces existe la creencia de que “cualquier grasa vale para todo”, esto no es así. Existen
distintos lubricantes para las diversas aplicaciones y condiciones existentes.
Por ejemplo, en el caso de un rodamiento sometido a altas cargas de funcionamiento y bajas rpm,
las propiedades de la grasa deben soportar dichas cargas. La cantidad tabién influye a la hora del
engrase, por lo que en eeste caso estaríamos hablando de rellenar el soporte de rodamientos al 70%
de su capacidad.
Sin embargo, si el rodamiento es de un ventilador de alta velocidad, la grasa dedebría ser bastante
fluida y tener un factor de velocidad elevado, se comportaría casi como un aceite. En este caso el
soporte se podría rellenar a un 30% de su capacidad.

En todos estos casos las consecuencias son desgaste de piezas en los equipos y averías, en
algunos casos irreversibles y que pueden generar grandes pérdidas, no solo por el coste de la
sustitución del equipo, sino por las producidas por la pérdida de producción debido al elevado
tiempo de reparación de la avería.
Pero si realizamos una lubricación adecuada podemos evitar esos costes e incluso podemos
lograr grandes beneficios al disminuir el índice de averías aumentando así la disponibilidad para
poder aumentar la producción. La formación ayudará a tomar conciencia y realizar buenas
prácticas a la hora de realizar el engrase. También podemos aprovechar las posibilidades que nos
ofrece la lubricación para poder realizar tareas de mantenimiento predictivo.

Mantenimiento predictivo
También podemos utilizar la lubricación para conocer el estado de los equipos y anticiparnos así
a posibles averías. Con los análisis de aceite podemos mantener controlados los parámetros que
nos muestran tanto el estado del lubricante como el posible desgaste de los equipos. Algunos de
estos parámetros son: oxidación (envejecimiento), acidez, cantidad de aditivos, cantidad de agua
(ppm), cantidad de partículas (ISO o NAS).
Desde mi experiencia es una práctica que reporta grandes beneficios, por una parte ahorrando
cambios innecesarios de lubricante cuando su estado es óptimo y por otra ayudando a detectar
averías. Los equipos que se pueden controlar con análisis son principalmente centrales de
lubricación e hidráulica y grandes reductores, dependiendo de su criticidad en el proceso.
La frecuencia de la toma de muestras depende de los equipos y de su funcionamiento, en mi caso
las frecuencias oscilaban entre 2, 3 o 6 meses para las tomas de muestras.
Con el análisis de grasas vamos a ver las propiedades de la grasa y su desgaste. En mi caso, este
tipo de análisis apenas no los realizaba, aunque si que pueden servir tras una avería para identificar
sus causas.

En definitiva, las malas prácticas de lubricación pueden generar un coste que es evitable. Por otra
parte es necesaria la concienciación de la importancia de la lubricación, tanto en su incidencia
en el funcionamiento de los equipos como en su función predictiva para el control de los equipos y
la disminución de las averías. Por tanto es imprescindible invertir, tanto en formación como
en lubricantes adecuados, así como en equipos.

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