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Tradición, cofradías y música en la

Semana Santa alicantina del


último tercio del siglo XIX

Ana María FLORI LÓPEZ


Conservatorio Superior de Música
de Alicante

I. Introducción.

II. La procesión del Santo Entierro.

2.1. Cofradías penitenciales.

III. La música en la Semana Santa.

IV. Bibliografía.

Religiosidad popular: Cofradías de penitencia,


San Lorenzo del Escorial 2017, pp. 1037-1054. ISBN: 978-84-697-5400-9
I. INTRODUCCIÓN

El origen de la Semana Santa alicantina se remonta a principios del siglo XV.


Se conoce por los cronistas de la época que a finales del siglo XVIII había dos
procesiones, que tenían lugar el Jueves y el Viernes Santo y salían después
de la celebración del Oficio de Tinieblas, con tres cofradías: la Purísima Sangre de
Cristo, San Jaime y San Andrés y San Pedro Apóstol. Entre las imágenes que
podrían haber desfilado destacó la del Cristo de la Buena Muerte1.

En 1783, la supresión de los gremios y el Decreto general de extinción de


cofradías terminó con las procesiones hasta el año 1819, en el que los fieles
de la iglesia de Santa María consiguieron que saliera la del Santo Entierro el
Viernes Santo. El cabildo municipal comunicó que presidiría dicha procesión y
pidió que se celebrara con la mayor solemnidad y decoro posibles: “para evitar
los excesos que suelen cometerse en estos días, doy el dictamen de prohibir
en el acto de la procesión toda clase de comestibles y particularmente a los
muchachos que venden avellanas”2. Era tradicional que el clero de la iglesia
de Santa María enviara un oficio al municipal para invitarle a asistir. Durante
el transcurso del siglo XIX fue aumentando el número de cofradías hasta
llegar a participar, según Sellers, 18 pasos3.

Entre las costumbres establecidas estaba la del lavatorio de los pies a 13


pobres al finalizar los oficios del Jueves Santo en San Nicolás, invitándoles
después a comer. Además, todas las iglesias se engalanaban y permanecían
abiertas hasta las 12 de la noche. No se permitía circular ningún carruaje ni
caballos por la ciudad y tampoco se podía disparar armas de fuego o petardos
desde las 9 del Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria; la gente arrojaba desde

1 Esta imagen, anónima, de los siglos XVI-XVII, es atribuida por algunos a Nicolás de Bussy.

Se encuentra en la iglesia de San Nicolás y es sacada en procesión la noche del Jueves Santo por las
calles de Alicante junto a La Virgen de las Angustias (1762), del imaginero Salzillo.
22 Archivo Municipal de Alicante (A.M.A.), Fiestas, caja 1, carpeta 36. Escrito del alcalde

al cabildo de la iglesia de Santa María autorizando la procesión del Santo Entierro.


3 SELLERS, R., “La Semana Santa alicantina en la prensa histórica”. 1869-1942, en

Semana Santa, 14 (2011) 62.


TRADICIÓN, COFRADÍAS Y MÚSICA EN LA SEMANA SANTA ALICANTINA… 1039

las ventanas de las casas toda clase de desperdicios, cenizas, papeles y tierra,
lo que provocó algunos disturbios graves; por ello, era necesario el control
del orden, cuestión de la que se hacía cargo la autoridad y hasta publicaba la
prensa:

Creemos que la autoridad local habrá tomado sus medidas como en los
años anteriores para que no haya abusos al toque de Gloria, arrojando
tiestos y papeles llenos de tierra y otras cosas repugnantes impropias
de una capital culta. Que se vijile [sic] este acto por los ajentes [sic] de
la autoridad, y el que contravenga lo mandado, multa con él4.

En cuanto a la música sacra de la Semana Santa, era tradicional y de


obligado cumplimiento para la capilla de música de San Nicolás, interpretar
un Miserere en el Oficio de Tinieblas del Miércoles Santo, destacando el que
compuso Miguel Crevea5 que se cantó con bastante asiduidad hasta finales
de siglo, incluso el Jueves y Viernes Santo.

II. LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO

Esta procesión partía de la iglesia de Santa María el Viernes Santo, después


del Oficio de Tinieblas, con los pasos que el día anterior se iban congregando en la
plaza y en el interior del templo y que procedían de distintas iglesias de la ciudad y
de casas particulares. La salida se organizaba según un orden tradicionalmente
establecido, que solía comenzar por la Samaritana y concluía con la Virgen
de la Soledad.

4 El Eco de Alicante, 8-4-1871.


5 Miguel Francisco Crevea y Cortés (Cocentaina, 1837- Alicante, 1862) ejerció como
maestro de la capilla de música de la colegial de San Nicolás entre 1857 y 1862. Estrenó su
Miserere en Do menor en el año 1860 obteniendo un gran éxito, lo que supuso su
consagración como compositor y su firme reconocimiento como director y organista de la
capilla. Su prematuro fallecimiento fue muy sentido, tal y como se desprende de este párrafo
extraído de Sánchez Palacios: “Nos atreveríamos a indicar que se coleccionasen y publicasen
todas las obras del malogrado Crevea, si es que no se ha pensado ya en honrar su memoria
con sus propias creaciones. Si su vida en la tierra ha sido tan corta, justo es que viva en sus
inspiradas obras la larga vida del genio” (Una Nube de Verano, 14-9-1862).
En 1951, la Coral Polifónica Santa Cecilia, bajo la dirección de Antonio Rubio, repuso el
Miserere para la Semana Santa alicantina en la iglesia de San Antonio, aunque en la
concatedral de San Nicolás solo se escuchó en 1956. El musicólogo alicantino, José María
Vives, reconstruyó el Miserere entre los años 1994 y 1995y se reestrenó en la iglesia de Santa
María de Cocentaina en 1995 para volver a reponerse en San Nicolás durante el Miércoles
Santo del año siguiente y ejecutarse sin interrupción hasta 2002.
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Las circunstancias políticas por las que atravesó el país durante el Sexenio
Revolucionario (1868-1874), dieron lugar a la supresión de las subvenciones
religiosas, por lo que el cabildo municipal no quiso participar oficialmente
en la procesión, debido a la libertad de culto impuesta por el gobierno, aunque
dejó a sus concejales el derecho para asistir, si era el caso. En este período la
corporación municipal no acudió a la procesión, pero se ocupó del orden
público de la misma. En 1871 solo salieron tres pasos:
A las seis de la tarde del próximo viernes saldrá de la iglesia parroquial de
Santa María la procesión del Santo Entierro, limitándose a tres el número
de las santas efigies, que serán las que representan a San Juan Evangelista,
el Sepulcro y la Soledad de la Virgen.
Al acto asistirá un piquete de las tropas, que guarnecen la plaza con la
música del regimiento. Y para dar mayor lucimiento a la procesión los
Sres. Curas han invitado a las autoridades civiles militares y a los jefes
y empleados de las diferentes dependencias del Estado en esta capital6.
A partir de 1875, la clase alta de la sociedad se ocupó de que las procesiones
volvieran a brillar y de que resurgieran las viejas costumbres y protocolos
abandonados en años anteriores. Sirva como ejemplo este escrito del cabildo
municipal, en el que además de anunciar su participación en la procesión del
Viernes Santo, confirmaba su asistencia a los oficios en la colegial de San
Nicolás:
El Excmo. Ayuntamiento se servirá concurrir a las nueve y cuarto del
día de mañana y a las ocho y tres cuartos también de la mañana del
siguiente día, al Aula Capitular de San Nicolás para asistir a las solemnes
funciones religiosas de Jueves y Viernes Santos.
Así mismo se servirá asistir a la procesión del Santo Entierro, que
saldrá a las seis en punto del expresado viernes de la Iglesia Parroquial
de Santa María.
Traje
Jueves- Frac, corbata y guante blanco, fajín y medalla.
Viernes- Frac, corbata y guante negro, fajín y medalla7.

Abría la procesión un destacamento militar con un cabo a caballo y el


estandarte de la iglesia de Santa María con la Bocina, que era transportada
en un carro adornado de flores: “la función no era otra que la de convocar a

6 Eco de Alicante, 6-4-1871.


7 Escrito fechado el 21-3-1884. A.M.A., Fiestas, 12, carpeta 7.
TRADICIÓN, COFRADÍAS Y MÚSICA EN LA SEMANA SANTA ALICANTINA… 1041

los cofrades y fieles al comienzo de la estación de penitencia al tiempo que


servía como elemento de orden para las paradas de la procesión general”8. A
continuación iban las distintas cofradías, acompañadas de nazarenos con cirios o
hachones, los devotos y los músicos que entonaban motetes y piezas fúnebres,
aunque pronto se empezaron a sustituir por músicas procesionales al incorporarse
las bandas de música9, algunas de ellas contratadas particularmente por las
cofradías, y las bandas militares.

Cada año variaba el número de pasos. Según Sellers, en 1878 el orden era
el siguiente: La Samaritana, La Oración en el Huerto, Santa Cena, Jesús atado a
la Columna (Flagelación), Ecce-Homo, La Sentencia, Jesús Nazareno, Ntra.
Sra. De la Caída, La Verónica y La Dolorosa. Finalizaba la procesión con el Santo
Sepulcro, escoltado por el ejército, y la Virgen de la Soledad, que desfilaba
con las autoridades, el alcalde, el gobernador, el clero y los maceros10. Las
imágenes eran llevadas por portadores a hombros, aunque disponían de horquetas
para poder sujetar los tronos en las paradas. Esta reseña de prensa de El
Liberal recoge la crónica de una de las procesiones:

Anteayer tuvo efecto la procesión del Santo Entierro, que revistió


grandísima solemnidad y brillantez. Las imágenes preciosas que se
sacaron lucían iluminaciones de muy buen efecto y alhajas de gran valor.

A dicha ceremonia asistió un grandísimo número de fieles con luces,


todas las cofradías, el clero y el ayuntamiento presidido por el alcalde
primero, Sr. Ugarte.

8 IBORRA, J., “Música, arte y cultura. La recuperación de la Bocina Oficial en la Semana

Santa de Alicante”, en Pasión, 19 (2016)116.


Hay que hacer constar que la Bocina fue recuperada para la Semana Santa de Alicante en el
año 2015 gracias a la labor de los cofrades de Nuestra Señora de la Soledad, que encargaron
su restauración, según el boceto original, al orfebre Juan Lillo. El diario La Verdad, de 13-3-
2015 decía: “La obra que se trata es un carro bocina labrado en metal plateado y dorado, y
decorado con escudos y medallones iconográficos. Se trata de la bocina de mayores proporciones
que se ha realizado hasta la fecha con un tubo troncocónico de cuatro con quince metros de
largo por setenta centímetros de diámetro en su parte más ancha. Todo el cuerpo de la bocina
está decorado por orlas y roleos vegetales que jalonan los escudos de España, el Ayuntamiento de
Alicante y la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad”.
9 La banda musical La Lira fue fundada en 1873 por Pablo Gorgé y estaba integrada por

profesores de música de la ciudad, algunos de los cuales pertenecían a la orquesta del Teatro
Principal, y actuaba frecuentemente en las fiestas y verbenas, por lo que adquirió mucha
popularidad. En 1879 el ayuntamiento redactó un contrato por espacio de seis años para darle el
carácter de municipal, en el que hacía constar la obligación de tocar en todos los actos públicos y
fiestas a los que asistiera el Ayuntamiento. Por este motivo, durante los años que duró su contrato
participó en la procesión del Santo Entierro.
10 Esta información está recogida de: SELLERS, R., “La Semana Santa alicantina en la

prensa histórica”. 1869-1942, en Semana Santa, 14 (2011) 62.


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Una muchedumbre inmensa acudió a ver ese acto. Luciendo nuestras


paisanas su proverbial y magnífica belleza11.

La hora de salida oscilaba entre las cinco y media y las siete de la tarde y
el recorrido discurría por el centro histórico de la ciudad. El diario El Liberal
lo indicaba para información de la población: “Villavieja, plaza de Ramiro,
Jorge Juan, Lonja de Caballeros, plaza y calle de las Monjas, Montengán, Virgen
de Belén, Santos Médicos, plaza de San Cristóbal, Labradores, Ángeles, Méndez
Núñez y Mayor”12.

2.1. Cofradías penitenciales

La Cofradía de la Samaritana abría la procesión del Santo Entierro, aunque


no se sabe con exactitud el año de su creación. La de la Purísima Sangre de
Cristo, actualmente llamada Cristo del Divino Amor y Virgen de la Soledad
“La Marinera”, es probablemente una de las primeras conocidas, pues existe
en el convento de las Monjas de la Sangre un documento de 1606 donde ya se
menciona, pero su origen podría remontarse al siglo XV. La talla de la virgen,
del año 1710, es de Juan Bautista Vera, aunque solo se conserva la cabeza, pues
la imagen fue quemada durante la Segunda República.

De 1775 se conoce la fundación de la Hermandad de la Santa Cena en el


barrio de San Antón por varios gremios, que adquirieron el paso de la Cena,
conjunto del que todavía existen bastantes dudas de su autoría, pues algunos
lo atribuyen a Nicolás Salzillo, otros a Francisco Salzillo e incluso a Antonio
Riudavest. Cinco años después, al desaparecer la cofradía13, el conjunto escultórico
fue vendido a Elche. La Hermandad desfila en la actualidad con una talla del
Santísimo Cristo Esperanza de los Jóvenes, anónima del siglo XVIII.14 De esa
misma época, indica Sellers: “existen documentos que acreditan la existencia
de la Cofradía del Ecce-Homo en el siglo XVIII, e incluso pudiera datarse
como mínimo un siglo antes, pues la devoción al Ecce-Homo en nuestra
ciudad siempre ha estado ligada a la veneración de la Soledad, una de las
más antiguas advocaciones”15.

11 El Liberal, 25-4-1886.
12 El Liberal, 22-4-1886.
13 Esta hermandad fue refundada por antiguos alumnos salesianos en el año 1962 y, actualmente,

sale en la procesión del Jueves Santo.


14 Desde 1974 a 1994 la hermandad poseía la talla del Cristo de la Caída, procedente del

convento de las Capuchinas, obra atribuida a Francisco Salzillo o a algún discípulo. A partir
de 1994 la imagen fue sustituida por otra del escultor José A. Hernández Navarro.
15 SELLERS, R., “Historia”, http://www.semanasanta-alicante.com/Paginas/historia-I59.html.

(Consultado el 12-12-2016).
TRADICIÓN, COFRADÍAS Y MÚSICA EN LA SEMANA SANTA ALICANTINA… 1043

Los orígenes de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder se


remontan al año 1840 cuando Víctor Cristobal Salvetti, cónsul de Florencia,
trajo a Alicante una imagen de la Virgen Dolorosa perteneciente a un autor
anónimo del siglo XVIII de la escuela florentina y que fue depositada en una
capilla particular en el convento de San Francisco, donde era custodiada por
un guardián para que fuera venerada por los fieles. La devoción a la imagen
propició que Arturo Salvetti, hijo del cónsul, fundara la cofradía en 1860, cuyos
gastos eran sufragados por los propios cofrades y la imagen se conocía,
según Miguel Iborra, como la Virgen Dolorosa, la Virgen de la Corona de
Espinas o la Virgen de Salvetti16. Esta cofradía tenía su propia procesión, que
salía desde el convento el Miércoles Santo (aunque la imagen de La Dolorosa lo
hacía también en la procesión general del Santo Entierro) para recorrer diversas
calles de Alicante y contaba con la participación de las autoridades, el clero
de la iglesia y muchas mujeres.

Acompañaban a la imagen de la Virgen de la Corona de Espinas un


gran número de devotos que vestían túnica de color blanco con peto
de remates de color morado y se tocaban con un capirote desarmado y
colgante por la espalda, dejando el rostro al descubierto. El escudo era
un corazón sangrante traspasado por un puñal grabado sobre metal
dorado que se llevaba colgado del cuello por medio de un cordón. La
imagen era portada a hombros por devotos y la escoltaban los pescadores
y marineros de la barriada17.

La Cofradía de Jesús atado a la columna en su santa flagelación fue fundada


en 1885 y tenía la sede en la iglesia de Santa María. El Santo Entierro y la
Virgen de la Soledad cerraban la procesión del Viernes Santo. Esta última se
encontraba ubicada en la iglesia de Santa María y su fundación se remonta al
siglo XVII. Un siglo después, los cofrades se reunían en la capilla del Baptisterio
hasta que la imagen de la Virgen, de autor anónimo, pasó al altar mayor.

III. LA MUSICA EN LA SEMANA SANTA

La capilla de música de la colegial de San Nicolás, cuyas raíces surgieron


a principios del siglo XVII, fue el principal exponente de la música religiosa
en Alicante. El cabildo municipal la sufragó hasta octubre de 1868, año en el

16 IBORRA, M., “Historia de la muy ilustre y santa Hermandad de Nuestro Padre Jesús
del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza”, en Semana Santa 2001, p. 65.
17 IBORRA, M., o.c., p. 66.
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que acordó su supresión debida a las graves dificultades económicas por las
que atravesaba el ayuntamiento. Con ello se dio fin a más de 250 años de
sostenimiento municipal de la agrupación musical más antigua de la ciudad,
dentro de la cual se formaron importantes músicos que, durante ese tiempo,
obtuvieron un reconocimiento dentro y fuera de Alicante. Por esta circunstancia,
las actuaciones posteriores se redujeron y se limitaron casi exclusivamente a
las grandes solemnidades, especialmente las de Semana Santa. El repertorio
de la capilla comprendía música religiosa del género vocal-instrumental y
polifónico para ser interpretada por la plantilla que tenía esta agrupación.
Muchas de las obras fueron compuestas por los propios maestros de capilla,
aunque destacaron los misereres, que tuvieron especial relevancia el Miércoles,
Jueves y Viernes Santo. Además, era corriente escuchar en esos días, misas,
pasiones, lamentaciones, motetes y otras obras sacras, que no solo se interpretaban
en la colegial, sino que se hacían extensibles a otras iglesias de la población.

Durante el último tercio del siglo XIX, ejercieron el magisterio de capilla


de San Nicolás los siguientes músicos: Francisco Villar Modonés, Francisco
Senante, Domingo Gisbert, Ramón Gorgé, Rafael Pastor Marco y Ernesto Villar
Miralles18. Todos ellos se ocuparon de que las funciones de Semana Santa se
celebraran con el mayor esplendor, por lo que contaron con un número
elevado de músicos para reforzar la capilla, procedentes de las entidades de
carácter artístico-recreativo y otras agrupaciones que proliferaban en la ciudad.

En 1871, Francisco Villar19 dirigió su Miserere en Do Menor para la Semana


Santa. En él colaboraron el violinista Ernesto Villar, sobrino del maestro, y
el flautista Francisco Fons, a los que se unieron otros músicos pertenecientes a la
orquesta del Teatro, que dirigía Francisco Villar, así como varios aficionados.
La obra mereció grandes elogios por parte de la prensa:
Con una inmensa concurrencia se cantó anoche en la Colejiata [sic]
magistralmente el que estaba anunciado, una de las obras sacro-relijiosas
[sic] de más importancia que tiene compuesta el maestro D. Francisco
de P. Villar y Modonés.
La severidad de esta composición unida a sus melodías de puro
sentimiento, brillantes en los solos de algunos instrumentos, armónicos

18 Francisco Villar dirigió la capilla desde 1863 a 1872 y de 1875 a 1880: Francisco

Senante, de 1872 a 1875 y de 1893 a 1896; Domingo Gisbert y Ramón Gorge, entre 1880 y
1889: Rafael Pastor, desde 1890 a 1892 y Ernesto Villar, de 1896 a 1904.
19 Francisco de Paula Villar Modonés (Cartagena, 1819- Alicante, 1880) fue nombrado

primer violín de la capilla de música de San Nicolás en 1848 y en 1855 accedió al cargo de
maestro de capilla. Dirigió la orquesta y la empresa del Teatro Principal durante más de treinta
años. Como compositor, dejó un amplio catálogo de obras de todos los géneros.
TRADICIÓN, COFRADÍAS Y MÚSICA EN LA SEMANA SANTA ALICANTINA… 1045

desenbueltos [sic] dentro de los preceptos del contrapunto, fugas, cuadros


de armonías a voces solas y grandeza en la instrumentación, justamente
con la esmerada ejecución de la obra, causó muy buen efecto en el
auditorio y llamó justamente la atención de los intelijentes [sic]20.

Francisco Senante21 ocupó el magisterio de capilla en el año 1872, pues


era conocido en el ámbito musical de la ciudad por su participación en diversos
actos, además de gozar del beneplácito del cabildo eclesiástico, especialmente,
del abad Francisco Penalva, de quien se decía, no mantenía muy buenas
relaciones con Francisco Villar. Los actos religiosos de la Semana Santa resultaron
muy brillantes, ya que el 27 de marzo se repuso el Miserere de Miguel Crevea,
que reunió a 40 músicos, entre los componentes de la capilla y aficionados.
La Tertulia calificó esta obra como “filosófico-religioso-artística, en que se
reproducen las harmonias [sic] del harpa [sic] de David y las patéticas
melodías de la lira del profeta que lloró la ruina de Jerusalem”22. Además,
como era habitual, fueron cantadas las Lamentaciones del maestro Agustín
Iranzo. Ese mismo día pudo escucharse en la iglesia de la Beneficencia, el
Miserere del maestro Sancho, del cual, Ernesto Villar había compuesto tres
versos; la dirección corrió a cargo de José Charques23 y colaboraron con la
orquesta algunos aficionados.

Para completar las funciones religiosas de la Semana Santa, un grupo de


jóvenes interpretaba en la iglesia de San Francisco fragmentos de un miserere y
algunas lamentaciones con acompañamiento de piano y también se cantaba
otro miserere en la iglesia de Santa María. Como puede observarse, a pesar
de los recortes para funciones religiosas y la dificultad que entrañaba la puesta en
marcha de algunas obras, por el número elevado de músicos que necesitaban,
la tradición de los misereres de Semana Santa no sólo perduró, sino que, incluso,
llegaron a interpretarse hasta cuatro en el mismo día.

En 1875, Francisco Senante dirigió su Miserere en la colegial, obra que se


distinguía por una esmerada instrumentación. También se ocupó de las funciones
de Semana Santa del año 1877, dando a conocer el Miserere compuesto por

20 El Eco de Alicante, 6-4-1871.


21 Francisco Senante Llaudés dirigió la capilla de música de San Nicolás en dos etapas: de
1872 a 1875 y de 1893 a 1896. Compuso varias obras del género religioso, así como un cuarteto
para cuerda y dos zarzuelas.
22 La Tertulia, 31-3-1872.
23 José Charques (1823-1902) adquirió por oposición las plazas de oboe y requinto de la

banda de música militar y desde 1857 fue oboe de la capilla de música. Ese mismo año fue
nombrado director de la banda de música de Alicante. En 1866 creó el Instituto Musical de
Alicante.
1046 ANA MARÍA FLORI LÓPEZ

los músicos Ramón Gorgé y Rafael Pastor24, que necesitó la contratación de


varios cantantes y músicos para actuar con la capilla.

Miserere. El que se cantó anoche en la Colegiata de San Nicolás, está


compuesto por los jóvenes profesores señores Gorgé y Pastor, D. Rafael;
y se ejecutó perfectamente bajo la dirección del Sr. Senante, por los
profesores de la capilla, y por la orquesta de la Colegiata, tomando
también parte en él, los aficionados al canto, señores Asín, Carbonell
y Lloret y los instrumentistas señores Clavel, Mingot, don Mariano,
Segura y Parreño.

Esta noche volverá a cantarse el mismo Miserere25.

Los actos religiosos de la Semana Santa de 1879 contaron con la capilla


de música, dirigida por Francisco Villar, que interpretó un miserere cuyos
versos estaban extraídos de otros de Miguel Crevea, Ramón Gorgé y del propio
Villar, por lo que quedó de la forma siguiente: Miserere, Amplius, Tibi soli,
Ecce enim, Quoniam y Tunc imponent, de Miguel Crevea; Cor mundum y Libera
me, de Ramón Gorgé; Auditui meo, Redde mihi y Benigne fac, de Francisco
Villar. Además, se cantó el motete Christus factus est, del mismo Villar. Éste
dirigió su último Miserere en 1880 con la participación de 42 intérpretes.

A partir del fallecimiento de Francisco Villar y hasta el año 1893, se abrió


una etapa en la cual la capilla tuvo como directores a los músicos Domingo
Gisbert, Ramón Gorgé y Rafael Pastor. Durante la Semana Santa de 1882 se

24 Ramón Gorgé (Alicante,1853-Elda,1925) pertenecía a una extensa familia de músicos

muy conocida de la ciudad. Compuso la zarzuela, La mejor tierra del mundo, en colaboración
con su hermano Pablo, estrenada en el Teatro Circo el 15 de septiembre de 1890. Otras obras
líricas de su producción fueron: Ensomiant (Ruiz de Alarcón, 17-4-1883), El tesoro de la
sultana (Teatro Circo, 14-9-1890), Rosalía y El Campanero. A lo largo de su vida destacó por
su ingenio en la construcción de instrumentos, que fueron dados a conocer al público en diversos
actos. El Copólogo, estaba compuesto por 25 copas de vidrio en el que su autor tocaba fragmentos
de ópera. El Palófono era un instrumento en forma de salterio con teclas de madera, de manera
que, con dos macillos y unos cuantos listones tensados, por su longitud y grosor producía el
sonido. Otra invención suya fue una especie de guitarra, construida con madera de palo santo,
de dimensión mayor que el violín, cuyo hueco central de la caja tenía forma de ese y con la
misma disposición de trastes que la guitarra, pero con una leve inclinación para permitir un
mejor asentamiento de los dedos sobre las cuerdas.
Rafael Pastor Marco (Alicante, 1860-La Habana, 1947) fue alumno de Francisco Villar y de
Domingo Gisbert. Después se trasladó a Madrid, donde estudió con Cosme de Benito y Napoleón
Verger, además de ocupar la plaza de bajo en la Capilla Real. En 1896 se fue a La Habana y
dirigió el Conservatorio Pastor. Fundó la Academia de Artes y Letras de Cuba y ejerció la crítica
musical.
25 El Constitucional, 29-3-1877.
TRADICIÓN, COFRADÍAS Y MÚSICA EN LA SEMANA SANTA ALICANTINA… 1047

presentó un miserere recopilado por el músico de la capilla, Mariano Ochando,


de los correspondientes a los maestros Vasco, Iranzo y Pérez: de José Vasco
(Miserere, Ecce enim, Cor mundum y Quoniam); de Agustín Iranzo (Amplius,
Tibi soli, Auditui y Tunc imponent); de Francisco Pérez Guarner (Redde mihi,
Libera me y Benigne fac). Ramón Gorgé estrenó su propio Miserere en el
año 1887:

Damos nuestra cordial enhorabuena a nuestro paisano y aventajado


maestro compositor, D. Ramón Gorjé [sic] y Soler, por los merecidos
elogios que han prodigado los inteligentes a su nuevo Miserere cantado
en nuestra insigne colegiata en las tardes de miércoles y jueves Santo.

El señor Gorjé [sic], cuya modestia es proverbial, ha demostrado, en


más de una ocasión sus excelentes condiciones como director de orquesta,
y nosotros, que nos honramos con su amistad, sentimos una verdadera
satisfacción al hacernos eco de sus triunfos26.

Rafael Pastor Marco ocupó el magisterio de capilla entre 1890 y 1893 y


repuso el Miserere de Miguel Crevea. Le sustituyó Francisco Senante, aunque
en los tres años que estuvo al frente de la capilla esta formación participó en
muy pocas solemnidades religiosas; sin embargo, las que pudieron realizarse
lo hicieron con grandes medios y lucimiento. Tuvieron especial importancia las
de Semana Santa, en las que colaboraron muchos aficionados y profesores junto
a la capilla. En 1893, la orquesta contó con los Sres. Clavel, Agustín y Francisco
Lloret, Agustín Bas, Antonio García, Pascual Asensi y otros. El jueves fue cantada
a gran orquesta la Misa en Re mayor sobre el himno Pange lingua, de Iranzo; por
la tarde, el Oficio de Tinieblas con lamentaciones de Iranzo, Pérez Guarner y
Cosme de Benito, para terminar con el Miserere de Crevea. Entre los cantantes se
encontraban los Sres. Ravello, Asín, Baeza y el niño Juan Garrigós, que
entonó el Cor mundum. A las nueve de la noche, tuvo lugar la interpretación de
Las Siete Palabras, de Haydn, por el cuarteto formado por los Sres. Clavel,
Rubio, Barrera y Gil. El viernes se cantaron las Turbas y Pasillos a cuatro y
ocho voces con orquesta, de José Vasco. El sábado, la Misa a cuatro y ocho
voces con órgano, del mismo autor, y el domingo fue estrenada la Sequentia
con orquesta del maestro Senante.

El año siguiente, Senante repuso su Miserere compuesto en 1874, obra a


la que la prensa atribuyó un elevado sentimiento religioso y un estilo parecido al
Miserere de Crevea. Miguel Soler, célebre cantante alicantino, asistió expresamente
desde Madrid para tomar parte en la ejecución de la obra.

26 El Liberal, 14-4-1887.
1048 ANA MARÍA FLORI LÓPEZ

La introducción de esta obra inmortal es solemne; las primeras notas


de ese poema del sentimiento religioso hieren al alma en lo más hondo
y los primeros clamores del “Miserere” que toda la masa coral repite
con matices variados y sentidísimos nos despiertan como de profundo
letargo, presentando a vista de la perturbada conciencia todas nuestras
iniquidades juntas. Así se prepara el ánimo para el rezo y meditación
de este salmo penitente que a tantos grandes hombres extraviados volvió
al gran camino.

Felicitamos al maestro Senante y a los profesores que han tomado parte en


estas solemnidades religiosas y especialmente a los reputados artistas
Sr. Asin y Soler27.

En 1895 pudo escucharse por primera vez en la colegial el motete Christus


factus est, escrito por Ernesto Villar28 para la Semana Santa, además de las
lamentaciones y otras obras habituales en esta época, que fueron dirigidas por
Senante. El Miserere interpretado fue el de Francisco Villar, composición
que no se había ejecutado desde 1879. La prensa dijo:

El maestro Villar Miralles, que dirigía la orquesta, estuvo admirable


atendiendo a todo y a todos, instrumentistas y cantores; dando las entradas,
cuidando de la afinación, sacando todos los efectos a la partitura y con
los acompasados movimientos de su hábil batuta dando cuerpo y vida,
realce y colorido a aquel armonioso conjunto de notas inspiradas que
dejará grabadas en el pentagrama, legándonos una perfecta y hermosa
creación musical, el inolvidable maestro de la capilla Sr. Villar Modonés
que supo colocar a ésta a una altura envidiable29.

Francisco Senante volvió a dirigir el Miserere de Miguel Crevea y las


funciones de Semana Santa del año 1896. Unos meses después, se hizo cargo
de la capilla Ernesto Villar Miralles. Durante la Semana Santa de 1897 estrenó
su Miserere, obra que supuso un acontecimiento para los amantes de la música

27 El Alicantino, 28-3-1894.
28 Ernesto Villar Miralles (Alicante, 1849- Novelda, 1916) fue violinista, compositor,
director y escritor. Su tío, Francisco Villar, le inició en los estudios de violín y obtuvo la plaza de
concertino en la orquesta del Teatro Principal a los catorce años. De 1876 a 1880 permaneció en
Zumaya, donde organizó y dirigió una banda y una capilla de música. En 1871 fijó su residencia en
Madrid para ejercer como Perito de Aduanas. Entre 1879 y 1892 estuvo en Zumaya, Mazarrón y
Vinaroz, dirigiendo bandas y capillas de música hasta su vuelta a Alicante en 1892. En 1899 fue
nombrado profesor especial de música de la Escuela Normal de Magisterio. Durante los años
que permaneció como maestro de capilla de San Nicolás compuso muchas obras del género
religioso. Además de escribir varios libros sobre música, colaboró con diversos artículos periodísticos.
29 El Nuevo Alicantino, 14-4-1895.
TRADICIÓN, COFRADÍAS Y MÚSICA EN LA SEMANA SANTA ALICANTINA… 1049

religiosa, pues en los ensayos realizados había llamado la atención por su


majestuosidad y riqueza vocal e instrumental, participando 30 voces y 32
profesores de orquesta, entre los que se encontraban los señores Rizo, Rameta,
Carratalá, Rubio, Francisco Fons y Francisco Gorgé. Un extenso artículo acerca
de este miserere, publicado por Hermenegildo Giner de los Ríos, decía:

La obra del Maestro de Capilla de San Nicolás presenta gran novedad


en su estructura [sic], de carácter majestuoso y amplio: suma originalidad
en las combinaciones de la instrumentación y extraordinaria variedad
de combinaciones armónicas, salvando las dificultades de la monotonía
tan frecuente en el género sagrado, y por último ofrece la innovación
en la masa de sonidos de la introducción del clarinete bajo y el empleo del
cornetín con sordina, de mucho efecto ambos instrumentos en momentos
determinados.

Cuanto dijéramos sería pálido para alabar la maravillosa ejecución de la


orquesta y la no menos admirable de las voces. Con dificultad encontrará
el Sr. Villar nunca más fieles encargados de dar vida y realce a su obra
y con dificultad se podrá escuchar en Alicante una capilla superior a la
de este año, obedeciendo a la admirable batuta del ilustre profesor30.

A pesar del éxito de la obra, un grupo de fieles católicos, contrarios a las


ideas políticas del maestro, elevaron un escrito al abad de San Nicolás, cuya
copia también fue enviada al obispo y a la prensa católica, en términos muy
duros:

La presente tiene por objeto manifestarle a V. el disgusto que entre los


fieles de Nuestra Santa Madre Iglesia han causado los dos escándalos
que bajo el supuesto nombre de Misereres, se han cantado en la Colegiata
la pasada semana Santa. Una colección de cavatinas italianas del gusto
dominante hace cincuenta años, han resultado los once números de
dichos Misereres.

Como fervientes católicos somos de opinión que no debían consentirse se


ejecutara en las funciones religiosas música profana a dichos actos.

Además V. no debe ignorar que los católicos Romanos somos enemigos


irreconciliavles [sic] de la masonería y nos llama la atención que hoy
la Capilla de la Colegiata, la compongan individuos masones, contrarios
en Nuestra Santa Iglesia.

30 GINER, H., “El Miserere de D. Ernesto Villar Miralles”, El Ateneo, 30-4-1897.


1050 ANA MARÍA FLORI LÓPEZ

En gran manera nos extraña que el digno y muy Ilustre Cabildo de


esa Colegiata, haya admitido sin protesta en el seno de la Casa del
Señor, como Maestro de Capilla al Sr. Villar (D. Ernesto) republicano
fogoso según la prensa...

Además del Sr. Villar cuenta la Capilla de la Colegiata con los hermanos
de compas y triángulo, entre durmientes y no durmientes son los
siguientes. D. Antonio Huertas, idem Francisco Fons (grado 18, triángulo
en el relog [sic]) Francisco Rameta, José Rizo y D. Francisco Gorgé.

Los datos anteriores resultan exactos de toda exactitud...31.

Terminaba el escrito suplicando al abad que pusiera los medios necesarios


para acabar con la situación. A pesar de estos incidentes, el Miserere se volvió a
interpretar en la Semana Santa del año siguiente. En 1899, además del Miserere
de Crevea, pudieron escucharse otras obras compuestas por Ernesto Villar: Passio
Domini nostri Jesu Christe secundum Joannem (Viernes Santo), Laudate Dominum
(Sábado Santo) y Victima Paschali (Domingo de Pascua).

Para concluir, es necesario hacer constar la relevancia religiosa, popular,


política y social que tuvieron las cofradías de la Semana Santa durante el siglo
XIX, pues fue notoria la participación del pueblo y de personalidades de las
diferentes entidades, que hacían posible la consecución de las celebraciones
para que se llevaran a cabo con el mayor esplendor, sin olvidar la parte musical
como copartícipe de todos los actos religiosos. Sin duda, esta simbiosis de
circunstancias dio a la Semana Santa alicantina la importancia que se ha ido
acrecentando a través del tiempo, hasta nuestros días.

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31 B.C.A.M. (Fondo Ernesto Villar Miralles, carpeta 1, nº 62).


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1. Invitación del clero de Santa María al alcalde para asistir a la procesión


del Santo Entierro (A.M.A. Fiestas, caja 8, carpeta 1).
1054 ANA MARÍA FLORI LÓPEZ

2. Virgen de la Soledad de Santa María.

3. Parte de tenor del Miserere de Miguel Crevea


(Archivo Concatedral de San Nicolás).

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