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den tio del cual se desarrollan. Este objetivo com ún se ha traducido en la acen
Político
C apítulo I: M eta-análisis 63
d en tro del ám bito del análisis de las políticas públicas. Éste necesita, por fuerza,
m an ten er u n enfoque nutrido de m últiples marcos analíticos. Q u ien se dedique
a estudiar cualquier política pública o problem a público deberá, ante todo, ser
consciente de los diferentes m arcos de análisis u ópticas que pueden influir en
la interpretación de la inform ación y los datos.
j• Les interesan los “problemas públicos” y su relación con las políticas públicas.
Les interesa el contenido de las políticas públicas.
Les interesa lo que los tom adores de decisiones y diseñadores de políticas
hagan o dejen de hacer. Les interesan los insum os y el proceso de determ i-
' nada área de las políticas públicas.
f Les interesan las consecuencias de las políticas públicas en cuestión de los
í resultados y los im pactos.
Los últim os tres h an surgido com o “tipos” dom inantes entre los analistas de
políticas públicas. Los aspeólos psicológicos/psicoanalíticos y experimentalistas
o “prototípicos” del análisis de las políticas públicas se han desarrollado en una
escala m ucho m enor (véanse las secciones 3.7 y 4 .5 .2 ).
64 W ayne P arsons
U nidades internas de políticas públicas: analistas responsables de la inves
tigación Y la inteligencia en el gobierno, las agencias gubernam entales y las
entidades públicas.
• G rupos de presión y lobbies-, grupos de interés que buscan influir en las polí
ticas publicas; participan en el seguim iento de las políticas y en el desarrollo
de ideas y propuestas alternativas.
tienen d ep artam entos/unidades o grupos dedicados a la
investigación y form ulación de políticas públicas para apoyar las actividades
e intereses de los partidos.
• Consultorios independientes: personas que hacen investigación por contrato
y c o b r a n d e te r m in a d o s h o n o ra r io s .
A unque tienen intereses com partidos y pueden pertenecer a una red o com u-
m dad de pohticas públicas (véase la sección 2 . 10), el perfil profesional de los
analistas p u e d e variar bastante. Los que se desem p eñ an en el ám b ito de las
políticas publicas pertenecen a un gran abanico de esferas académicas: economía,
derecho, ciencias políticas, sociología, geografía, ciencias ambientales, estudio de
transportes, etcétera.
Las políticas públicas conform an un cam po que suele definirse por áreas o
sedoies de pohticas publicas. Es, en gran m edida, dentro de esa m odalidad que
tiene lugar la interacción in terdisciplinaria e in terin stitu cio n al. A dem ás los
seótores proporcio n an el contexto para los estudios com parados. Las siguiemes
son algunas areas clave de las políticas públicas: ..................
• Salud.
• Transporte.
• Educación.
• M edioam biente.
• Política social.
• Vivienda.
!
Política económ ica.
Temas raciales.
Planeación urbana.
C apítulo I: M eta-análisi.s 65
1.4.5/ ¿ E n qué fases del proceso de las p o líticas p iih licas concentran sus
an á lisis ?
❖ Usar "marcos"
!• La econom ía de bienestar.
‘• La elección pública.
• La estructura social.
• El procesam iento de la inform ación.
• La filosofía política.
66 W ayne P arsons
H Z r m b i ' " ¡ " « lig e n d , a „ ¡f ic ,a l,, h, d e n c i,
interés que incluye tan to a la fijosofñ n ■ ‘implia categoría de
m eto d o lo g í, p ro p i., »"■ » í * a , „ d e ,„ ¿ d e „„„
r d Z r d e t / , ™ '; : ': : r : “ í
.mofleo se aborda con mayor detalle en la sección"] “ l ""
zar acerca de estos marcos es que no s o n n ■ necesario enfati-
del to d o /E l análisis de las políticas p ú b l i c r í ™ " w' ° independientes
« ’lo m a rc o , t.e n d e a te c o r.'^ rlo s d e r ' ^^f- ra d o a un
hecho, algunas de las aportaciones más nutrirse de e l l o s / ) e
públicas provienen de aquellos que se han políticas
con diversos m arcos a la vez. C om o señala W il'í* ''
públicas requiere tanto de arte com o de nfi ' “ m políticas
plica “ejercicios e x p e rim e n ta s d e t n Í ,; ? : : : - ' “ - ^ g ' '- - i ó n ” e ,m-
16-17). Brian H o g w o o d (1984 2 5 ) T " " f '^ '^ a d (W ildavsky 1979:
plantearse com o objetivo ser un “a ^ ^ d g ^
1978
Capitulo I: iVleta-anáiisis 67
El análisis de las políticas públicas com o una form a de “técnica racional”
derivada de los postulados de la econom ía de bienestar se aborda en las seccio
nes 3.8, 3.9, 4.5 y 4.7.
E ntre los exponentes clave de este m arco de análisis citados en este libro se
encu en tran los siguientes:
68 Wayne Parsons
La a p o rta c ió n de la sociología al análisis de los p roblem as sociales es de
especial im p o rtan ci/(v éase la sección 2.2.1-3). E ntre los textos clave sobre este
aspeólo destacan los siguientes;
R .C. Fuller y R.R. Myers, “The N atural H istory o f a Social Problem ”, 1941.
C .W . M ills, Tile Sociological Im agin a tio n , 1959'^.
H .S. Becker, Outsiders, 1 9 6 3 ’'^
H . Blumer, “Social Problem s as Collective B ehaviour”, 1971.
M . S p e c to ry J .L Kitsuse, C onstructing Social Problems, 1977.
R.L. H enshel, 'Thinking A b o u t Social Problems, 1990.
• La psicología cognitiva.
• La psicología social.
• La ciencia de las decisiones.
• La ciencia de la inform ación.
• La inteligencia artificial.
• El co m p o rtam ien to organizacional.
E n tre los textos clave sobre este m arco de análisis destacan los siguientes;
20 Las ediciones en castellan o son P arsons. T.. La estru ctu ra de ta a cció n so c ia l ( 1 9 6 8 ) P arsons. T.. FJ sistem a
social n 9 8 4 ). resp ectivam ente.
Este m arco de análisis se revisa más detalladam ente en la sección 3.7 y apa
rece tam bién en otras secciones (por ejem plo, 3.4 y 4 .6 .4 ).
21 l.a edición en castellano es Sim ón. I l,A „ A cim inisiración de em presas en la era eleciró n ica ( 196?),
22 La edición en castellano es M arch. ,I,G., y H,A. Sim ón. Teoría de ¡a organización ( 1969).
23 La ed ició n en castellan o es C yert, R.M . y ,I,G. M arch. Teoría de ¡as d e c isio n e s eco n ó m ic a s en la empresa
(1965). ‘ '
70 W ayne P arsons
El ideal de la política de la prevención es obviar el conflicto mediante la reducción rotun-
d del nivel de tensión en la sociedad [...] Alcanzar el Ideal de la política preventiva de-
que de la mejoría de los métodos
tií J Z T r '“ ^A^'^'nistradores sociales y los científicos sociales. La política preven-
D s ir o li? r 'ntimamente vinculada a la medicina general, la psicopatologia la
psicología fisiologica y otras disciplinas relacionadas
{Lasswell, 1930:203)
5r S ~ - “ =
c tres etapas: pre-decisión, decisión y post-decisión (M a n n l 9 6 9 -
C apítulo L M eta-análisis 71
en la que las ideas gerenciales (com o la planeación corporativa) ejercieron gran
in flu en cia en el g o b iern o estad o u n idense y en otros países del m u n d o . Así,
d u ran te la década de 1970 surgió la noción de que la adm inistración pública
ev o lu cio n ab a ráp id a m e n te a u n a form a de “gestión” pública. Se publicaron
num erosos textos que p retendían aplicar enfoques gerenciales al estudio de la
ad m inistración pública y se usaron com o críticas a las deficiencias de la bu ro
cracia. H a c ia fines de la d écada de 1970 y p rin cip io s de la de 1980, en un
en to rn o de creciente presión sobre las finanzas públicas, el desarrollo del enfo
q u e gerencial se aceleró, tan to en la teoría com o en la práólica, y ofreció una
alternativa a la larga tradición de la adm inistración pública (Rainey, 1990). El
fin del paradigm a de la adm inistración pública y el auge de las políticas públi
cas com o gestión pública se precipitaron en las décadas de 1980 y 1990 (Metcalfe
y R ichards, 1992^^ Lañe, 1993; FIynn, 1990; O C D E , 1990, 1991, 1992;
O sb o rn e y Gaebler, 1992^'’ y H ughes, 1994).
El enfoque gerencial se concentra en m ejorar la eficacia y la econom ía del
se¿lor público a través de técnicas antes consideradas puram ente adecuadas para
el seótor p riv a d o /lu c ra tiv o . Los orígenes de este m arco de análisis son algo
eclédicos y abrevan en diversas disciplinas, com o los enfoques de adm inistración
científica, la economía, la psicología social y ocupacional, la contabilidad gerencial
y la a u d ito ría gerencial. El a u to r cuyo trabajo ha sido m ás influyente en este
viraje hacia un .marco gerencial es Peter D rucker, a quien se conoce por haber
desarrollado la adm inistración por objetivos (A PO , por sus iniciales en inglés).
O tro texto clave, al que podríam os considerar la biblia de este m arco de análi
sis en la década de 1980, es el estudio realizado por Peters y W aterm an (1982),
en el que se hace un análisis de las principales em presas “excelentes” {sic). El
estudio incluye una lista de verificación de las caraderísticas de la excelencia que
los reform adores seguirían al pie de la letra, p articularm ente los “de derecha”
que estaban convencidos de la crítica hecha desde el m arco de análisis de la
elección pública en contra de las jerarquías adm inistrativas (que velan por sus
propios intereses). Estos h ab ían resultado del supuesto “interés p ú b lico ” de
W eber y se m ostraban a favor del viraje hacia una “gestión” más orientada al
m ercado (véase C apítulo IV, passim Y^.
Las críticas al gerencialism o, ya sea com o herram ien ta de control o como
ideología (Massey, 1993 y Politt, 1990), desafían la idea de que los conceptos
y los m étodos para la gestión del se£tor privado sean adecuados para la adm i
nistración del seéfor público en una sociedad dem ocrática liberal. N o obstante,
esos argum entos académ icos no restan m érito al atra£fivo de este m arco para
los diseñadores de políticas públicas que trabajan con presupuestos públicos
cada vez más constreñidos. El im p a d o de este m arco de análisis ha sido expan-
25 La edición en castellano es M etcalfe. L. y ,S. R ichards, L a m o d ern iza ció n de la g estió n p ú b lic a (1989),
72 W ayne Parsons
™ (O C D E , 1991 y 1992) y aSualm ente debe considerarse com o el marco do
m inante en la pradrca, si no es que en la teoría, del se d o r piiblico m oderno“
gerencialism o ha tenido un gran im p a d o . El tem a aparece a lo largo de
este libro, sobre todo en las secciones 4 .3.5 y 4 .5 .3 .
A lgunos de los textos clave de este m arco de análisis son los siguientes:
R D rucker, The Practice o f M anagement, 1954,
------- , M anaging fo r Results, 1964.
, The Age o f Discontinuity, 1969.
T. Peters y H . W aterm an, In Search ofExcellence, 1982"’
J.L. Perry y K.L. K raem er (editores), Public M anagement, 1983,
D. O sb o rn e y T . Gaebler, Reinventing Government, 1992,
C, ^oW m, Managerialism a n d the Public Sector, 1990,
N , Flynn, Public Sector M anagement, 1990,
L, M etcalfe y S. R ichards, Im proving Public M anagement, 1992.
A. Massey, M anaging the Public Sector, 1993.
™ “ T ,° o 7 >-3’
• E r q u e s Se concentran en el p o der y su distribución
entre los grupos y elites (triángulos de hierro), en la form a en que definen
a forrnulacion de políticas (p or ejem plo, D ahl, 1961; L indblom , 1977-
L indblom y W oodhouse, 1993;Shattschneider, 1960»; C o b b y Eider 1972-
Las políticas públicas com paradas son, com o señala Feldman (1 978), un mé
todo para el estudio de las políticas públicas m ediante la adopción de un enfo
que com parativo del proceso de las políticas públicas, así com o de sus resultados
e im p ad o . C o m o lo sustenta uno de los principales textos con esta perspediva:
“Las políticas públicas com paradas se refieren al estudio de cóm o, por qué y
para qué los diferentes gobiernos to m an d eterm inada m edida, incluida la de
no hacer nada” (H eidenheim er etal., 1990: 3). Los marcos de análisis recurren a
diversos enfoques ante el planteam iento de esas preguntas, enfoques que pueden
presentarse en diversas vertientes (véase Ibid.: 7-9). Por supuesto, dichos enfo
ques no son exclusivos de las políticas públicas com paradas ni excluyentes entre
sí. En este libro se m encionan algunos de ellos a p artir de los siguientes textos
clave:
74 W ayne Parsons
Enfoques del partido en el gobierno-, estudian la com petencia en el partido y
el control de sus m iem bros sobre lo que el gobierno “considera im p o rtan te”
en políticas públicas (Castles, 1982).
Enfoques de la lucha de clases-, explican las políticas públicas sobre la base
(Offe países capitalistas
El enfoque com parativo tiende a em plear tres m étodos (véase H arrop [edi-
políticas públicas en un país (Parsons,
1988), anahsis estadísticos de diversos estudios de casos y países Casdes fedi-
C0 .I, 1989. W ¡le „ .k ,, ,9 7 5 ; H d d e „ h .„ „ e , ,9 9 0 ) o" -I,
mas concreta de un tem a o se d o r de políticas públicas entre un seledo núm ero
de países com parables (por ejem plo: política de salud, p o lítica industrial, el
o iden publico entre países del G 5) (véase H arro p [editor], 1992).
Este h b ro ta m b ié n em plea el en fo q u e de política co m p arad a de m anera
especihca en las secciones 2 . 11, 3 .6.4 y 4 .7 .
C apítulo 1: M eta-análisis 75
1.6 . 1/ Maquiavelo y Bacon
M aquiavelo estaba fascinado por el poder y sus efectos para lograr cualquier
objetivo de quienes lo d etentaran. C reía haber descubierto las fuerzas funda
m entales que daban form a a las políticas públicas y a la política en un m undo
sujeto al cam bio constante. Sobre todo, le preocupaba la relación entre los fines
y los m edios, y su contexto en procesos de cam bio que rebasan el control racio
nal de las personas: \z fortuna. El político (príncipe) efedivo es aquel capaz de
aprovechar al m áxim o los tiem pos y las circunstancias. M aquiavelo creía que
existía un tipo de conocim iento que podía facilitar la gobernanza erudita.
E l príncipe conserva un toque m oderno. El análisis de las políticas y el aná
lisis de las pohticas públicas en el siglo x x surgieron p o r razones igualm ente
maquiavélicas: el deseo de com prender lo que realm ente sucede en el gobierno
y hasta qué grado el desem peño gubernam ental está a la altura de sus promesas.
El éxito, el desem peño, la obtención de resultados son finalm ente los criterios
con los que hemos llegado a juzgar a las personas que se encuentran en el gobierno.
Las políticas públicas son estrategias para el logro de las metas. El hecho de que
la política en cuestión sea acertada o equivocada es irrelevante; al f in a l/o que im
p o n a es el objetivo para el que están diseñadas las políticas públicas. A hí radica
la única fuente real de legitim idad en tanto efedividad.
76 W ayne Parsons
❖ James Burnham, The Machiavellians: Defenders of Freedom, 1943
No debe imaginarse que incluso los procedimientos científicos más exhaustivos de parte
de una clase en el poder serán capaces de "resolver" todos los problemas de la sociedad
[...] Las medidas científicas podrían [...] marcar una diferencia únicamente dentro del
marco de los patrones generales. Es muy probable que muchos problemas sociales im
portantes [,..] carezcan de solución. En general, [...] resulta extremadamente difícil para
los hombres ser científicos o lógicos acerca de los problemas sociales y políticos [...] Hay
un dilema que atraviesa todo fragmento de la élite que trata de actuar científicamente.
La vida política de las masas y la cohesión de la sociedad exigen la aceptación de mitos. La
adopción de una actitud científica ante la sociedad no permite creer en la verdad que en
cierran los mitos. Pero los líderes deben profesar, de hecho fomentar, la creencia en los
mitos; de no hacerlo, el tejido social se desgarraría y los líderes serían depuestos. En resu
men, los líderes, si son científicos, deberán mentir. Es difícil mentir todo el tiempo en pú
blico y mantener una mirada objetiva sobre la verdad en privado [...] Los programas que
profesan, así como aquellos que ponen en práctica, están vacíos de realidad...
cuando se estudia la teoría de la administración empresarial a la par que la teoría política [...]
uno se da cuenta de que está estudiando dos vertientes muy parecidas delwismo tema.
Fue Maquiavelo quien, según Jay, le hizo llegar esa revelación. En su libro, Jay aplica el méto
do de Maquiavelo al estudio de cuestiones y problemas de administración con cierto grado de
efectividad: "En realidad, Maquiavelo está rebosante de consejos urgentes y observaciones agü
itas para todos los altos ejecutivos de las empresas..."(pp. 15-16)
Debe considerarse que no hay nada más difícil de realizar, nada cuyo éxito sea más dudo
so, ni más peligroso de manejar que poner en práctica un nuevo orden de cosas.
[Metcalfe y Richards, 1992:211)*
78 W ayne Parsons
❖ Francis Bacon
Bacon fue hijo de Sir Nicholas Bacon, Canciller de la Reina Isabel. Estudió en el Trinity College
en Cambridge, recibió el título de abogado y fue Miembro del Parlamento. Fue condecorado ca
ballero en 1603 y en 1612 fue Notario General. En 1616 fue Consejero Privado de la Corona y en
1617 Canciller del Sello de la Puridad. En 1621 se lo acusó de aceptar sobornos y cayó de la gra
cia de la corona. A partir de entonces se dedicó a escribir.
Bacon fue uno de los grandes políticos de su tiempo y abrigó ambiciones considerables que,
al final, pudo realizar sólo parcialmente. Buscó impulsar su carrera política y llegó a creer que la
forma de gobierno y el orden político exitoso serían aquellos en los que el gobierno estuviera
informado gracias al aprendizaje. Al igual que Maquiavelo, cuya obra admiró enormemente e in
fluyó en su propio pensamiento, Bacon tenía un plan para su país. El plan de Maquiavelo era la
Italia unificada, con un gobierno efectivo y una moral política distinta y separada de la ética or
dinaria. El plan de Bacon era la fusión del conocimiento y el poder en un nuevo orden político.
Maquiavelo se dirigía al Príncipe de los Medid; Bacon dedicó sus textos a los hombres poderosos
de su época; el Rey Jaime I y el Duque de Buckingham. Según Johnson:
Habiendo fallado aparentemente al tratar de obtener las preferencias a las que aspiraba
en su carrera política, Bacon esperaba atraer al rey gracias a sus planes de regenerar el
mundo de la educación. No sugiere que el aprendizaje debería ser la ocupación de unos
cuantos hombres retirados de los asuntos más activos, sino que los hombres responsables
de los asuntos de Estado deberían pensar en el aprendizaje como el más alto y más prác
tico de sus objetivos. Bacon desea una sociedad buena, gobernada, ordenada, religiosa,
casta, valiente y rica, y cree que solamente una sociedad que ve el aprendizaje como me
ta es capaz de alcanzar esos objetivos.
{Bacon, 197¥‘‘, pág. x)
En su libro titulado New Atlantis, Bacon describe una isla utópica fundada por un tal Rey Salomón,
cuya filosofía es que el conocimiento es la base de una buena sociedad. El rey crea un espacio
para la investigación científica (la Casa Salomón) y una de sus tareas es obtener conocimientos
de todo el mundo. Esta casa de estudios se convierte en los cimientos de la paz y la prosperidad de
la isla y el sostén para que el rey mantenga su poder y autoridad. Radical en su visión del progre
so y los descubrimientos científicos, Bacon era sumamente conservador en política. Creía que el
conocimiento estaba destinado a ser el pilar del orden político racional. La isla New Atlantis es un
lugar ordenado en el que cada persona sabe qué sitio le corresponde en la jerarquía social; por
su parte, el conocimiento, aunque propicia el bienestar de todos, finalmente tiene una función
política en cuanto a la preservación del poder del Estado. La visión de Bacon era la de una nueva
Gran Bretaña en la que el poder del conocimiento estuviera enlazado al poder del Estado. New
Atlantis es el lugar donde las políticas públicas están informadas por el conocimiento, la verdad,
la razón, los hechos, y no por lo que el propio autor denomina en otra obra {Novum Organum,
1620) los "ídolos de la mente": ídolos de la tribu, de la cueva, del mercado y del teatro. Las ideas
de Bacon motivaron el desarrollo de las universidades y las sociedades doctas a partir del siglo
XVII, y fueron fuen' e de inspiración para los enciclopedistas franceses. ♦
80 W ayne P arsons
de ap rendizaje sobre la base de la p rueba y el erro r (Dewey, 1927, 1 9 6 3 '“).
D ewey en ten d ía la dem ocracia com o una aótividad de investigación en la que
se intercam biaban ideas y en la que la sociedad resolvía los problem as m ediante
el aprendizaje y el ensayo. Era un entusiasta defensor del desarrollo de nuevas
“tecnologías políticas”, capaces de construir un enfoque más científico para los
m étodos de resolución de problem as de la dem ocracia. Lasswell afirm a que;
La ciencia de las políticas públicas es una ad ap tació n c o n te m p o rá n e a del enfoque
general an te las políticas públicas recom endado p o r Jo h n D ew ey y sus co lab o rad o
res en el desarrollo del pragm atism o estadounidense.
{Lasswell, 1971: xiv)
41 l^as ed iciones en castellano son Popper, K„ L a m iseria d e l h istoricism o (1996) v B ú sq u ed a sin tc fm u n y una
au to h io g ra fu i in telectu a l (2002). respectivam ente.
82 W ayne Parsons
❖ ¿Qué fue primero?
Las im plicaciones de este argum ento son inconm ensurables para las ciencias
sociales em píricas (y para las ciencias naturales). Las teorías científicas eran
aquellas que podían ser “desaprobadas”, lo que dejaba a las ciencias sociales con
un tip o de estatus científico cuestionable. El m arxism o fue p articu larm en te
elegicio corno objeto de críticas en este tenor, porque propugnaba una teoría de la
historia que no podía establecer aquellas condiciones en las que sería posible
probar su falsedad. Según Popper, las teorías generales de ese tipo eran peligro
sas para una sociedad abierta en tanto pretendían haber alcanzado una \-erdad
o un co nocim iento absoluto. N o obstante, para Popper el conocim iento nunca
era absoluto; todas las teorías son tentativas y la propia naturaleza del conoci
m iento es conjetural. El conocim iento evoluciona m ediante un proceso que da
paso a las teorías tentativas, sujetas a pruebas de posibilidad de ser declaradas
falsas, a partir de lo cual surgen nuevos problem as.
P, ^ E E - ^ P,
42 La edición en castellano es Popper, K., Conjeturas y refutaciones: el desarrollo del conocimiento científico ( 1994).
El c o n o c im ic n to de la sociedad
es in ad ecu ad o , im p e r f e to ,
ten tativ o
i
Im p o sib le conocer las consecuencias
El consenso es m e n o r c u an to
m ás exhaustivo es el
esquem a/la política/el plan
A p ren d er de
errores peq u eñ o s
84 W ayne P arsons
del keynesianismo (Skidelsky, 1977"'“’)- En ese período, Hayek se convirtió (junto
con Nozick) en una de las principales fuentes, si no la principal fuente de ideas
para el surgim iento de la “nueva derecha” (Levitas, 1986; Sm ith, 1979). O tra
im portatite aportacióti de H ayek al ám bito de las políticas públicas fue su apre
ciación de la política de las ideas y la im portancia de prom over ideas a través
de las organizaciones. Fue el fundador de uno de los prim eros think-tanks (M ont
Pelerin Society, 1947) e inspiró la creación de diversos e influyentes think-tanks,
com o el m uy notable Iníiitute o f Economic Ajfairs.
Al igual que en el caso de Popper, el m arco de análisis de H ayek se deriva
de trabajos anteriores sobre el conocim iento. H ayek rechazaba el positivism o
lógico de su V iena natal y se m ostraba crítico ante la idea de la existencia del “ob
jetivo” em pírico del conocim iento o de que éste fuera la base para la deducción
de leyes o la planificación “científica” de la sociedad. H ayek afirmaba que el cono
cim iento h u m an o era tnuy lim itado y fragmentado. En consecuencia, la creencia
en la habilidad del Estado, el gobierno o la burocracia para sum ar o coordinar
la infinita infortnación necesaria a la hora de tom ar decisiones sociales o decisio
nes que interfirieran con el libre funcionam iento de la elección individual y los
m ercados estaba equivocada y era peligrosa. La sociedad, según Hayek, no es
p ro d u fto del diseiio h u tn an o , sino resultado de un orden espontáneo. Por lo
tatito, la idea de que es posible, por la aplicación o itnposición gubernam ental
de una teoría o política, “m ejorar” ese orden o hacerlo más eficaz o más justo, no
sólo es u n error epistetnológico, sino una equivocación desde el p u n to de vista
moral. En su form a extrem a, la creencia en la capacidad del gobierno de adqui
rir los cotiocim ientos suficientes para gobernar a la sociedad y dirigir la econom ía
se puso de m anifiesto en los horrores y la ineficacia tiel fascismo y del co m u
nism o (H ayek, 1944). Sin em bargo, los países dem ocráticos tam bién hteron
presa fácil de la creencia en la capacidad de las instituciones públicas para dise
ñar planes y resolver problem as. H ayek pro n o sticó que, al trabajar desde la
ilusión de que los individuos y los m ercados son incapaces de regular y coordi
nar la to m a de decisiones hum anas, la dem ocracia liberal enfrentaría un pros-
pe£l:o de inestabilidad y posterior destrucción. C o n la aparición de la creciente
inflación y el desem pleo, y con los gastos estatales aparentem ente descontrola
dos de la década de 1970, todo estaba listo para que las teorías de H ayek des-
etnpeñatan u n papel protagónico en la definición de “nuevas” políticas y en la
redefinición de “viejos” problem as.
Q uizás la im plicacióti más im p o rta n te del m arco de atiálisis de políticas
públicas de H ayek sea la noción de que el gobierno o los diseñadores cié políti
cas no pueden “resolver” problemas ni m ejorar lo que espotitáneam ente resulte
de la interacción entre los individuos libres y el libre mercado. Por lo tanto, se per
cibe que la función de las políticas públicas es lim itada cuando se trata de ase
gurar que el orden espontáneo en la sociedad y la econom ía deban perm itirse
sin n in g ú n tipo cié interferencia ni reducción de la libre com petencia.
46 l.a edición en castellan o es Skidelsky. R., E l fi n de la ei-a keynesiana: en sa yo s sobre ¡a clesinlegraciún ele la
economía p o lítica keyn e sia n a (1982).
Si las décadas de 1960 y 1970 vieron el auge y la caída del m arco de análisis
de políticas públicas de Rawls, que incluye la preocupación por la imparcialidad de
los resultados, y la década de 1980 vio el triunfo del individualism o y el mer
cado de H ayek, el últim o m arco de análisis que ha pasado al proscenio en la
década de 1990 es el llam ado “com unitarism o”. E ntre los principales exponen-
tes de esta filosofía destacan Walzer (1983)"% Sandel (editor) (1984) yTaylor
(1985). E n la década de 1990 los argum entos de estos teóricos a favor de la
renovación de la idea de com u n id ad representó el origen de una alternativa al
individualism o de la década anterior. En relación con el surgim iento de esta
idea, Seurnas M ilne ap u n ta lo siguiente:
47
-a eclieion en castellano es W ai/er, M„ ¡.as esjeras de ¡ajusticia: una defensa d el piuraÜsmo y ¡a igiuddad (m:-,).
86 W ayne Parsons
E stá claro q u e la idea de la “c o m u n id a d ” com o respuesta al centralism o
estatal y al individualism o del libre m ercado no es nueva. C om o señala Plant
(1991: .325), se le ha invocado en más de una ocasión com o crítica al libera
lismo. T .H . C reen, B osanquet,T aw ney y R aym ond W illiam s, por ejem plo, han
subrayado el papel de la “co m u nidad” para contrarrestar los efeftos de lo que
alguna vez T aw ney (1921*'*) d en o m in ó la “sociedad adquisitiva”. D e hecho,
N isbet (1974) arg u m en ta que es posible hacer una le ftu ra del desarrollo del
p ensam iento político y social desde la era de los griegos y los rom anos com o
una preocupación acerca de la “búsqueda de una com unidad. Por lo tanto, el
concepto no es, en m odo alguno, propiedad de la “izquierda” o la “derecha .
En u n a época en la que las fortnas de gobierno industrializadas enfrentan el
p ro b le m a de ericotitrar nuevas form as de ejercicio g u b ern am e tita l para sus
sociedades “p o stm o d ern as” más cotiiplejas, no resulta del to d o sorprendente
que los diseñadores de políticas hayan recurrido a la “nueva” retórica “co m u n i
taria”. H ay una rica variedad de teorías que ofrecen la posibilidad de convertirse
en m inas de ideas para los responsables de establecer la agenda en la década de
1990.
A la vanguardia de la defensa del com unitarism o com o enfoque de políticas
públicas se encuentra A m itai Etzioni (1968, 1993a, 1993b, 1994), cuya con
trib u ció n al desarrollo del enfoque de políticas públicas se abordará con más
detalle en o tra parte de este libro (véanse las secciones 3 .4 .4 , 3.1 0 .2 , 4.4.3 y
4.4.8). Su articulación del com unitarism o com o un tnarco para la form ulación
de políticas públicas ha ejercido una itifluencia itn p ortante en el pensam iento
estadounidense y en el europeo. Su atraélivo radica en señalar un p u n to medio
entre los excesos de la regulación y el control del E stado p o r una parte, y la
d e p e n d e n c ia p u ra d e las fuerzas del m e rc ad o p o r la o tra . E n sus p ro p ias
palabras:
E n la pcrspcóiiva de los co m u n itaristas, debe m an ten erse u n E stado de bienestar
fuerte pero no d o m in an te. O tra s tareas aélu alm en te asum idas p o r el Estado debe
rán trasladarse a los individuos, las fitmilias y las co m u n id ad es. El su sten to tìlosó-
fieo de este cam bio requiere el desarrollo de u n nuevo sen tid o de responsabilidad,
ta n to in d iv id u a l co m o m u tu a . Pero, ¿cóm o d ecid ir q u é aétividades debe asum ir
q u e nivel de la sociedad? A plicando el prin cip io de la su b sidiaridad, según el cual
la responsabilidad de toda situación pertenece, p riin ero , a aquellos que están más
cerca del p ro b lem a. Sólo en el caso de q u e el in d iv id u o no p u ed a e n c o n tra r una
solu ció n la responsabilidad pasará a la fam ilia. Solo en el caso de q u e la familia no
p u ed a resolver la situación participará la co m u n id ad . Sólo en el caso de que el p ro
b lem a rebase a la co m u n id ad deberá p articip ar el Estado.
{Etzioni, 1994)
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para la práólica de las políticas públicas. En el nivel teórico, sugieren la necesi
dad de prestar más atención al lenguaje, al discurso y al argum ento. En el nivel
práflico, las teorías de H aberm as (com o la “situación del discurso ideal”) han
detonado la búsqueda de nuevos m étodos de análisis y procesos institucionales
que p o d rían servir para prom over un enfoque intercom unicativo para la for
m ulación y la ejecución de las políticas públicas (véanse Fischer y Forester, 1993;
D ryzek, 1987, 1990, 1993 y las secciones 1.9, 2 .7 .3 , 2 .9 .2 , 3 .10.5 y 4.5.4).
Para e stu d ia r el im paéfo de H aberm as en la ad m in istració n p ú b lica y en la
teoría organizacional, véanse D en h ard t (1981a, 1981b), D e n h a rd t y D en h ard t
(1979) y D egeling y C olebatch (1984), así com o la sección 4.5.3 sobre la d o m i
nación d en tro de las organizaciones.
El “d escubrim iento” de H aberm as por parte de los estudiantes de las polí
ticas públicas debería (eso deseamos) despertar un renovado interés en la obra
de H aro ld Lasswell, cuyas ideas acerca de la función de la ciencia de las políti
cas públicas co m parten bastantes elem entos con las teorías de H aberm as (véase
Bobrow y D ryzek, 1987; 172-174).
E j' 1 análisis tiene diferentes objetivos y relaciones con el proceso de las políti
cas públicas. Por ejem plo, Etzione, antes m en cionado, ha buscado (y ha
logrado) influir en el proceso de form ulación de las políticas públicas a través
de la investigación y los argum entos que p ro pugnan un análisis no sólo de los
“problem as”, sino adem ás de las opciones de políticas públicas (o “soluciones”).
Es posible pensar en tipos de análisis de las políticas públicas com o parte de
u n a gam a de aéfividades en u n espeólro de conocim iento d e n tro del proceso
de las políticas públicas, conocim iento para el proceso de las políticas públicas
y c o n o cim ien to acerca del proceso de las m ismas. Las variedades claram ente
definidas a lo largo de ese c o n tin tio se e n c u e n tra n en C o rd o n et al. (1977)
(diagram a 1.5).
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F u e n te , t o m a d o y a d a p t a d o d e G o r d o n et a l . ( 1 9 7 7 )