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El documento argumenta que el ser humano es capaz de aprender por sí mismo desde una edad temprana a través de la observación y el razonamiento. El aprendizaje comienza en el útero y continúa a lo largo de la vida a través de las interacciones con el ambiente, la familia y la sociedad. El hombre ha desafiado los límites del aprendizaje cotidiano a través de su deseo de superación y empleando el método científico para descubrir verdades y hacer contribuciones duraderas. El aprendizaje del
El documento argumenta que el ser humano es capaz de aprender por sí mismo desde una edad temprana a través de la observación y el razonamiento. El aprendizaje comienza en el útero y continúa a lo largo de la vida a través de las interacciones con el ambiente, la familia y la sociedad. El hombre ha desafiado los límites del aprendizaje cotidiano a través de su deseo de superación y empleando el método científico para descubrir verdades y hacer contribuciones duraderas. El aprendizaje del
El documento argumenta que el ser humano es capaz de aprender por sí mismo desde una edad temprana a través de la observación y el razonamiento. El aprendizaje comienza en el útero y continúa a lo largo de la vida a través de las interacciones con el ambiente, la familia y la sociedad. El hombre ha desafiado los límites del aprendizaje cotidiano a través de su deseo de superación y empleando el método científico para descubrir verdades y hacer contribuciones duraderas. El aprendizaje del
Bien es sabido, que el humano, por naturaleza, es un ser
perfectamente creado; debido a que es capaz de asimilar y dominar conocimientos, conductas y procedimientos, desde lo más simple hasta lo más complejo. Algunos teóricos aseguran que el proceso de aprendizaje del hombre se inicia desde su gestación; si éste es estimulado, puede desarrollar con mayor eficiencia sus sentidos, respecto al que no ha sido incentivado por sus progenitores durante el proceso de formación fetal. No obstante, el mayor aprendizaje es adquirido por el hombre mediante su interacción con el mundo que lo rodea (ambiente, familia, sociedad, escuela). En este sentido, en el devenir del tiempo, las experiencias vividas, le van a permitir su pleno desarrollo humano.
Es por ello, que el humano ha desafiado las
fronteras del aprendizaje cotidiano, debido a sus ansias de superación; situación que lo ha colocado en el sitial que hoy ostenta. Esta manera de actuar, demuestra que el humano no es conformista, y por ende, se ha dedicado a verificar los conocimientos empíricos en busca de la “verdad” de las cosas que lo rodean, empleando el método científico, logrando de esta manera, perdurar en el tiempo, mediante el aporte de dogmas para la posteridad.
En este orden de ideas, se puede inferir que el
hombre aprende por sí mismo. Desde la prehistoria, éste aprendió, de manera progresiva a subsistir en el tiempo, defendiéndose de otras especies y a satisfacer sus necesidades. Todo ello, indica que el ser humano es un investigador innato que emplea la observación desde muy temprana edad, así como el raciocinio para mejorar su calidad de vida y la de sus semejantes.
Desde esta perspectiva, la educación desempeña un rol preponderante en el
aprendizaje del individuo. Sin embargo, la familia representa la base fundamental en la formación en valores del hombre; aporte que va a repercutir desde su niñez hasta su ancianidad. A tal efecto, el ser humano, a través del contacto con sus semejantes adquiere un bagaje de conocimientos culturales que lo identifican con sus raíces, y estos deben ser valorados en el tiempo, debido a que los mismos son transmitidos de una generación a otra.
En conclusión, se puede afirmar que el hombre, dependiendo de los conocimientos
adquiridos durante su desarrollo, es autosuficiente para desenvolverse en su contexto.