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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

CARRERA DE SOCIOLOGÍA – UBA


PSICOLOGIA SOCIAL

CÁTEDRA: VOLOSCHIN

1 Información de los Alumnos

1.1 Apellido y Nombres de los Alumnos:

Apellido Nombres
Caballero Luana
Ribeiro Abril
Salazar Francisco
Villani Martín

1.2 Comisión de Trabajos Prácticos:


Lunes 21hs – Gabriela Armani

1.3 Dirección electrónica de contacto:


luanadesireecaballero@gmail.com
abril_ribeiro@hotmail.com
fjsalazar55@gmail.com
villani88@hotmail.com

2. Título del proyecto: “Representaciones sociales en los medios; Caracterización,


descripción y alcance de estructuras de sentido con respecto a las relaciones de género y su
impacto en los medios.”
3. El Informe

3.1 Problema a investigar y Marco Conceptual:

El problema de investigación que motiva este trabajo consiste en indagar y caracterizar las
representaciones sociales y construcciones conceptuales vinculadas a las relaciones de género, y
como las mismas son percibidas por determinados grupos. Principalmente la idea es poder vincular
rasgos y características de dichas representaciones por parte de la población con determinados
factores vinculados a la violencia de género.

En este marco, nos interesa tomar a las mujeres, específicamente a las mujeres jóvenes, como
audiencia para poder indagar en las formas que impacta lo visualizado en los medios, centrándonos
en este caso en los medios de comunicación audiovisual, en las representaciones sociales de las
mujeres con respecto al género.

Los medios de comunicación masiva operan como constructores de realidad, como productores y
reproductores de sentido común y legitimadores de formas de dominación. De esta forma, se
constituyen como un agente central en el proceso de configuración de representaciones sociales
hegemónicas.

El lenguaje propio de los medios de comunicación, y el periodístico en particular, es utilizado en


muchas ocasiones para representar a varones y mujeres de manera diferente y asimétrica y, en
determinadas ocasiones, discriminatoria.

Existe un punto de vista hegemónico en los medios de comunicación. Este opera a través de
presentarle a su audiencia reconstrucciones ideológicas en las que la concentración del poder se
determina fálicamente; presenta un modelo masculino y occidental, donde lo masculino aparece
saturado, frente a un subprotagonismo de lo femenino que en muchas ocasiones se convierte en
objeto denigrado y en fetiche de consumo (Plaza y Delgado, 2007).

Las representaciones sociales son una construcción cognitiva, que refieren a creencias compartidas
socialmente. El concepto de representación social tiene sus orígenes en el concepto de
representación colectiva de Durkheim y fue adaptado por Moscovici (Parales Quenza y Gutiérrez,
2007).

La teoría de las representaciones sociales se ha conformado en una encrucijada de disciplinas que


van desde la historia, pasando por la sociología, hasta la antropología y la psicología del desarrollo
(Moscovici, 2001). Esto significa que no es un término unívoco.

Siguiendo la perspectiva de Castorina y Barreiro (2006) retomamos el concepto de representaciones


sociales pensándolo de acuerdo a su paralelismo, convergencia y diferencias respecto del concepto
de ideología.

Consideraremos a la ideología desde una perspectiva crítica, esto es, como un sistemas de creencias
o de concepciones del mundo pero haciendo foco en que tales producciones imaginarias sirven para
sustentar y ocultar el orden social dominante (Castorina y Barreiro, 2006).
Tanto las representaciones sociales como la ideología se imponen a los individuos por fuera de su
conciencia. Para algunas perspectivas sobre la ideología estas se transmiten a partir de mecanismos
institucionales explícitos. Otros autores se apartan de esta perspectiva. Por ejemplo en Bourdieu, la
dominación simbólica no es una inculcación discursiva producida institucionalmente, sino que sucede
en “la oscuridad” de los hábitos corporales. Por el contrario, Gramsci propone una inculcación
explícita de las concepciones del mundo que expresan la hegemonía de un sector social, que se
hacen implícitas en la vida cotidiana de las masas populares. (Castorina y Barreiro, 2006).

La adquisición de las representaciones sociales es en buena medida implícita, esto es, que se lleva a
cabo por fuera de dispositivos instruccionales y sin que los sujetos sean conscientes de dicha
adquisición. Sin embargo, hay formas de transmisión explícita de creencias sociales, como las de
género en el medio educativo, por ejemplo. Entonces, se puede diferenciar a la ideología de las
representaciones en los términos de una inculcación institucional explícita o no. Por otro lado, las
representaciones sociales y la ideología se asemejan por ser producciones colectivas. Sin embargo,
se distinguen por la amplitud de dicha producción. Mientras que las ideologías constituyen
cosmovisiones, una versión global de la realidad social asumida por los individuos, las
representaciones sociales siempre refieren a objetos específicos. De este modo, puede decirse que
la ideología constituye el trasfondo de las representaciones sociales, en el sentido de ser una
interpretación del mundo sobre la que se recortan significados referidos a objetos específicos
(Castorina y Barreiro, 2006).

Existen diversos trabajos y publicaciones que logran plasmar estas problemáticas, pero suelen ser
publicaciones principalmente de académicos españoles que se ocupan de responder determinadas
inquietudes puntuales, tales como ´´Los medios y la representación de género: algunas propuestas
para avanzar´´; Revista RUA; Pilar López Diez; junio 2008

Dada la singular situación en que se encuentra España, en donde se están desarrollando avanzadas
políticas públicas en pro de la igualdad entre mujeres y hombres, este artículo mira al camino
recorrido en cuanto a la representación de género en los medios de comunicación.

Estos conceptos también son abordados en “La representación positiva de la imagen de las mujeres
en los medios”; Nuria García Muñoz, Luisa del Carmen Martínez García¸ Comunicar: Revista científica
iberoamericana de comunicación y educación, Nº 32, 2009, págs. 209-214.

Este trabajo tiene como objetivo describir las valoraciones positivas realizadas por la ciudadanía a
través del servicio del Instituto Catalán de las Mujeres (ICD) sobre los discursos mediáticos que
contienen representaciones de género. Es una forma de ilustrar cómo los productos de las industrias
culturales forman parte del imaginario social de la audiencia y cómo ésta es capaz de identificar,
valorar, las representaciones constructivas de género. Los medios de comunicación y la audiencia
como agentes sociales de cambio sugieren vías pedagógicas sobre cuestiones de género.

Para remontarse al origen embrionaria del concepto de género es necesario partir desde siglo XVIII,
donde los pensadores de la ilustración discutían, debate ya presente en el siglo XVII, acerca de si los
comportamientos y características de hombres y mujeres eran debidos a causas biológicas o si
respondían al aprendizaje y al condicionamiento cultural (Plaza y Delgado, 2007).
La utilización del término gender se debe al médico norteamericano John Money. “En un artículo de
1955 Money habló por primera vez de rol de género para referirse a los modos de comportamiento,
forma de expresarse y moverse, preferencia de los temas de conversación y juego, etc., que
caracterizaban la identidad masculina y femenina (…) El carácter original de sus investigaciones
radicó en que se señaló la importancia del medio en los casos genitalmente dudosos una hembra
genética, gonadal y hormonal se experimentará a sí misma como varón si sus padres la visten, peinan
y educan de acuerdo a los estándares de masculinidad de su cultura” (Plaza y Delgado, 2007:16).

Durante los años 60, las ciencias sociales comenzaron a adoptar el término gender y es en este
período que dicho concepto comienza a ser desarrollado en su dimensión política. Esto es, comienza
a ser pensado como producto de las relaciones sociales de desigualdad entre hombres y mujeres,
alejándose así de perspectivas más psicológicas.

En este punto nos interesa retomar el concepto de violencia simbólica de Pierre Bourdieu (1998). El
mismo, en este caso, refiere a la dominación estructural implícita de los varones sobre las mujeres en
sociedades complejas. Así, de maneras sutiles, se perpetuán los esquemas mentales de omnipotencia
masculina y complacencia femenina arraigados con fuerza en el imaginario colectivo. El concepto
ilustra como en las sociedades complejas las relaciones de dominación se dan de forma tal que el
dominador ejerce una violencia indirecta y no físicamente directa en contra de los dominados.

“ es más sorprendente todavía como (…)el orden establecido, con sus relaciones de dominación, sus
derechos y sus atropellos, sus privilegios y sus injusticias, se perpetúe, en definitiva, con tanta
facilidad, dejando a un lado algunos incidentes históricos, y las condiciones de existencia más
intolerables puedan aparecer tan a menudo como aceptables por no decir naturales. Y siempre he
visto en la dominación masculina, y en la manera como se ha impuesto y soportado, el mejor ejemplo
de aquella sumisión paradójica, consecuencia de lo que llamo la violencia simbólica, violencia
amortiguada, insensible, e invisible para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de
los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del conocimiento o, más exactamente, del
desconocimiento, del reconocimiento o, en último término, del sentimiento” (Bourdieu, 1998:11-12).

Bourdieu desarrolla su análisis sobre la dominación masculina partiendo de como la arbitrariedad


cultural se convierte en lo natural:

“La división entre los sexos parece estar «en el orden de las cosas», como se dice a veces para
referirse a lo que es normal y natural, hasta el punto de ser inevitable.se presenta a un tiempo, en su
estado objetivo, tanto en las cosas (en la casa por ejemplo, con todas sus partes «sexuadas»), como
en el mundo social y, en estado incorporado, en .los cuerpos y en los hábitos de sus agentes, que
funcionan como sistemas de esquemas de percepciones, tanto de pensamiento como de acción”
(Bourdieu, 1998: 20).

En´´Genero y Comunicación´´; Plaza y Delgado Eds. Editorial Fundamentos, Colección Ciencia; 2007.
Puede verse como este libro tiene como hilo conductor las relaciones entre el género, como
constructo cultural y medios de comunicación de masas y las representaciones sociales en los media,
analizadas desde una perspectiva de género.
3.2 Objetivos de la investigación

Objetivo general

- Indagar en las representaciones de género de las mujeres jóvenes y describir como


intervienen los medios de comunicación audiovisual en la conformación de sus
imaginarios respecto del género.

Objetivos específicos

- Caracterizar los aspectos principales de la relación de las mujeres jóvenes con los
medios de comunicación audiovisual.

- Describir la autopercepción de género que tienen las entrevistadas

- Reconstruir las opiniones de la población elegida sobre las imágenes de genero


construidas por los medios de comunicación.

3.3 Metodología

Para dar cuenta de nuestros objetivos se escogió una estrategia de investigación cualitativa
fundada en base a la aplicación de una serie de entrevistas semi-estructuradas sobre 5 (cinco)
casos seleccionados metodológicamente de mujeres de 18 a 30 años.
El segmento etario elegido para la muestra se justifica en el hecho de la voluntad de
representar a las generaciones nuevas y su relación con los conflictos de género, atravesado
por la exposición a los medios audiovisuales.
Como elemento de control, se aplicara la herramienta de investigación en algún caso que no
responda a los criterios de la muestra con el fin de enriquecer la información del trabajo.

3.4 Análisis de los resultados más relevantes

3.5 Conclusiones
3.6 Bibliografía

Parales Quenza, C. J., & Vizcaíno Gutierrez, M. (2007). Las relaciones entre actitudes y
representaciones sociales: elementos para una integración conceptual. Revista
Latinoamericana de Psicología, 39(2).

Castorina, J.A y Barreiro, A.V (2006). Las representaciones sociales y su horizonte ideológico.
Una relación problemática. Boletín de piscología, 86, 7-22.

Plaza, J.F y Delgado, C. (2007). Género y comunicación. Editorial Fundamentos, Caracas.

Bourdieu, P. (1998). La dominación masculina. Editorial Anagrama, Barcelona.

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