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El sabio rey Salomón dijo: “Herencia de Jehová son los hijos” (Salmos 127:3).
Los adventistas del séptimo día están de acuerdo con esto, por lo que crean un
ambiente que favorece el desarrollo de los niños, por medio de clubes de
jóvenes, campamentos de verano y eventos al aire libre, encuentros
internacionales de jóvenes, programas semanales de Escuela Sabática, viajes
misioneros, Escuelas Bíblicas de Vacaciones, y un sistema educativo de calidad
desde el nivel primario hasta el universitario.
Los niños son un don que debe ser devuelto a Dios. Como lo expresó Elena
White, una de las fundadoras de la iglesia: “Los padres y las madres deben
considerar a sus hijos como miembros más jóvenes de la familia del Señor, a
ellos confiados para que los eduquen para el cielo” (El Deseado de todas las
gentes, p. 474).
La tecnología es una herramienta maravillosa, siempre y cuando se use bien, con
moderación y cautela. Los niños en formación son los más influe nciados por las
experiencias que tengan con los dispositivos inteligentes y los juegos tecnológicos.
Por ello, los padres debemos tomar precauciones para asegurarnos de que nuestros niños
no caigan en las garras de personas mal-intencionadas o de información pornográfica,
que no podrán manejar y puede afectarlos de manera negativa.
Hay muchas maneras para proteger a nuestros hijos y, asimismo, es necesario tener
conversaciones claras con ellos sobre lo bueno y lo malo de la tecnología.
Miremos diferentes cosas que los padres pueden hacer para que sus niños y adolescentes
tengan un buen manejo de la tecnología.
Quiero que los papás sepan que siempre se puede decir no a algo de la tecnología. Si
siente que su hijo no puede manejar de manera correcta un celular, no se lo dé.
A los 13 años, más o menos, están listos para ello, pero necesitan
supervisión; seguramente su hijo lo va a presionar para que le dé un celular a los once
años, pero no es lo indicado. No caiga en la trampa de la tecnología precoz e inadecuada
para los niños.
Esperemos que los padres reflexionen y tomen cartas en este asunto de la tecnología,
pues es adictiva. Esto lo deben saber tanto padres como hijos. Haga un análisis de cómo
utiliza usted la tecnología y qué tipo de ejemplo está dándole a su hijo. Hoy en día, esto
es de suma importancia, ya que la tecnología es parte esencial de nuestras vidas, pero es
importante tener límites claros sobre ella.
Abuso de la tecnología puede generar depresión y aislamiento en niños
Cómo saber si un niño está listo para tener un teléfono inteligente
El celular antes de los 14 es, sobre todo, un gran debate de familia
ANNIE DE ACEVEDO
Psicóloga y educadora
La importancia de la disciplina en la vida
de un niño
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Dobson completa:
sentido:
humana y divina.[7]
posible”.[12]
resultado la ruina.[13]
mal.[14]
Disciplina y autonomía
Sabemos que el autocontrol tiene que ver con la autonomía,
falso.[21]
libertad.
tener cuidado con “la libertad ilimitada permitida a los hijos hoy
del Séptimo Día; ella fue una prolífica escritora, que trató
llamado La educación.
1991, p. 10.
[5] DOBSON, James. Ouse Disciplinar [atrévase a
[6] Ibid.
[10] Ibid.
la autonomía], p. 34.
113.
Education, p. 63.
La madre logró ocultar al niño durante tres meses. Entonces viendo que ya no podía esconderlo con
seguridad, preparó una arquilla de juncos, la impermeabilizó con pez y betún, y colocando al niño en ella,
la depositó en un carrizal de la orilla del río. No se atrevió a permanecer allí para cuidarla ella misma, por
temor a que se perdiera tanto la vida del niño como la suya, pero María, la hermana del niño, quedó allí
cerca, aparentando indiferencia, pero vigilando ansiosamente para ver qué sería de su hermanito. Y había
otros observadores. Las fervorosas oraciones de la madre habían confiado a su hijo al cuidado de Dios; e
invisibles ángeles vigilaban la humilde cuna. Ellos dirigieron a la hija de Faraón hacia aquel sitio. La
arquilla llamó su atención, y cuando vió al hermoso niño una sola mirada le bastó para leer su historia.
Las lágrimas del pequeño despertaron su compasión, y sus simpatías se conmovieron al pensar en la
madre desconocida que había apelado a este medio para preservar la vida de su precioso hijo. Decidió
salvarlo adoptándole como hijo suyo. PP54 248.2
María había estado observando secretamente todos los movimientos; así que viendo que trataban al
niño tiernamente, se aventuró a acercarse y por último preguntó a la princesa: “¿Iré a llamarte un ama de
las Hebreas, para que te críe este niño?” Se le autorizó a que lo hiciera.
La hermana se apresuró a llevar a su madre la feliz noticia, y sin tardanza se presentó con ella ante la
hija de Faraón. “Lleva este niño, y críamelo, y yo te lo pagaré,” dijo la princesa. PP54 249.1
Dios había oído las oraciones de la madre; su fe fué premiada. Con profunda gratitud emprendió su
tarea, que ahora no entrañaba peligro. Aprovechó fielmente la oportunidad de educar a su hijo para Dios.
Estaba segura de que había sido preservado para una gran obra, y sabía que pronto debería entregarlo a
su madre adoptiva, y se vería rodeado de influencias que tenderían a apartarlo de Dios. Todo esto la hizo
más diligente y cuidadosa en su instrucción que en la de sus otros hijos. Trató de inculcarle la reverencia
a Dios y el amor a la verdad y a la justicia, y oró fervorosamente que fuese preservado de toda influencia
corruptora. Le mostró la insensatez y el pecado de la idolatría, y desde muy temprana edad le enseñó a
postrarse y orar al Dios viviente, el único que podía oírle y ayudarle en toda emergencia. PP54 249.2
La madre retuvo a Moisés tanto tiempo como pudo, pero se vió obligada a entregarlo cuando tenía
como doce años de edad. De su humilde cabaña fué llevado al palacio real, y la hija de Faraón lo prohijó.
Pero en Moisés no se borraron las impresiones que había recibido en su niñez. No podía olvidar las
lecciones que aprendió junto a su madre. Le fueron un escudo contra el orgullo, la incredulidad y los vicios
que florecían en medio del esplendor de la corte.
¡Cuán extensa en sus resultados fué la influencia de aquella sola mujer hebrea, a pesar de ser una
esclava desterrada! Toda la vida de Moisés y la gran misión que cumplió como caudillo de Israel dan fe de
la importancia de la obra de una madre piadosa. Ninguna otra tarea se puede igualar a ésta. En un grado
sumo, la madre modela con sus manos el destino de sus hijos. Influye en las mentes y los caracteres, y
obra no sólo para el presente sino también para la eternidad. Siembra la semilla que germinará y dará
fruto, ya sea para bien o para mal. La madre no tiene que pintar una forma bella sobre un lienzo, ni
cincelarla en un mármol, sino que tiene que grabar la imagen divina en el alma humana. Muy
especialmente durante los años tiernos de los hijos, descansa sobre ella la responsabilidad de formar su
carácter. Las impresiones que en ese tiempo se hacen sobre sus mentes que están en proceso de
desarrollo, permanecerán a través de toda su vida. Los padres debieran dirigir la instrucción y la
educación de sus hijos mientras son niños, con el propósito de que sean piadosos. Son puestos bajo
nuestro cuidado para que los eduquemos, no como herederos del trono de un imperio terrenal, sino como
reyes para Dios, que han de reinar al través de las edades sempiternas. PP54 249.4
Comprenda toda madre que su tiempo no tiene precio; su obra ha de probarse en el solemne día de la
rendición de cuentas. Entonces se hallará que muchos fracasos y crímenes de los hombres y mujeres
fueron resultado de la ignorancia y negligencia de quienes debieron haber guiado sus pies infantiles por el
camino recto. Entonces se hallará que muchos de los que beneficiaron al mundo con la luz del genio, la
verdad y santidad, recibieron de una madre cristiana y piadosa los principios que fueron la fuente de su
influencia y éxito.
Los padres que han descuidado las responsabilidades que Dios
les dio, deben hacer frente a ese descuido en el juicio. Entonces
preguntará el Señor: “¿Dónde están los hijos que te di para que los
prepararas para mí? ¿Por qué no están a mi diestra?” Muchos
padres verán entonces que un amor necio les cegó los ojos para
que no vieran las faltas de sus hijos y dejó que esos hijos
desarrollaran caracteres deformados inaptos para el cielo. Otros
verán que no concedieron a sus hijos tiempo y atención, amor y
ternura; su descuido del deber hizo de sus hijos lo que son.—
Testimonies for the Church 4:424. CN 531.1
Padres, si perdéis vuestra oportunidad, Dios tenga piedad de
vosotros, pues en el día del juicio el Señor preguntará: “¿Dónde
está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?” . . . CN 531.2
Supongamos que llegarais al cielo y ninguno de vuestros hijos
estuviera allí. ¿Cómo podríais decir a Dios: “Heme aquí, Señor, y
los hijos que tú me diste”? El cielo toma nota del descuido de los
padres. Se registra en los libros del cielo.
A los padres que han comenzado mal su enseñanza les digo: no desesperéis. Necesitáis convertiros
cabalmente a Dios. Necesitáis el verdadero espíritu de obediencia a la Palabra de Dios. Debéis hacer
reformas decididas en vuestras propias costumbres y prácticas, conformando vuestra vida a los principios
salvadores de la ley de Dios. Cuando hagáis esto, tendréis la justicia de Cristo que llena la ley de Dios,
porque amáis a Dios y reconocéis su ley como una copia de su carácter. La verdadera fe en los méritos
de Cristo no es una fantasía. Es de la mayor importancia que pongáis los atributos de Cristo en vuestra
propia vida y carácter, y que eduquéis y forméis a vuestros hijos con esfuerzos perseverantes para que
sean obedientes a los mandamientos de Dios. Un “así dice Jehová” debería guiaros en todos vuestros
planes de educación. . . .