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ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA ESPECIE HUMANA

Desde la publicación de la obra de Darwin El origen del hombre, en 1871, se han ido
produciendo sucesivos hallazgos de restos –tanto biológicos, como de su actividad- de
los antepasados del hombre, como el fruto del creciente interés por nuestros orígenes
que aquella obra despertó. La antropología en sus diversas vertientes – física, cultural,
genética, etc.-, se ocupa, por su parte del estudio comparado de los diversos grupos
humanos, pasados y presentes. En la actualidad, las técnicas cada vez más sofisticadas
permiten obtener más y mejor información, si bien también ponen de manifiesto que la
tarea está todavía lejos de completarse.

El término “antropología” fue utilizado por primera vez, por el naturalista francés Jean L.
A. de Quatrefages, en 1885, para designar el estudio de “la historia natural del hombre
llevado a cabo con normas zoológicas”. Sin embargo, desde sus orígenes, la
antropología fue el fruto de la hibridación entre la tradición de la historia natural, por un
lado, y la especulación teórico-social, por el otro.

En aquel periodo, la investigación giraba todavía en torno al estudio de las razas


humanas, mientras que la cuestión central de discusión se planteaba en función del
origen único del género humano –monogenismo (o monofiletismo)- o múltiple, una
perspectiva que desde el punto de vista religioso resultaba más heterodoxa y que recibió
el nombre de poligenismo o polifiletismo.

No obstante, durante muchas décadas el estudio de la evolución humana descansó


fundamentalmente sobre la búsqueda y el estudio de fósiles. El interés por el darwinismo
y la polémica suscitada por las explicaciones evolutivas, pusieron de moda ya a finales
del siglo XIX la cuestión del eslabón perdido entre los simios y el hombre. En realidad,
mientras que –a la vista de los modernos descubrimientos- el origen animal de la especie
humana resulta incontrovertible, el registro geológico conocido sigue siendo parco en
testimonios óseos, en especial por lo que respecta a los orígenes de nuestro linaje.
Ningún primate fácil conocido permite establecer una transición entre la cepa
antropomorfa ancestral y los primates homínidos claramente reconocibles como tales, los
australopitecos. Sin embargo, los hallazgos se suceden y –aunque por su naturaleza
necesariamente sujetas a constante revisión- las hipótesis, cada vez más
fundamentadas, también.

Los fósiles incontestables más antiguos que se conocen de los antropoides del Viejo
Mundo fueron encontrados en Fayum (Egipto), a unos 100 kilómetros al sudoeste de El
Cairo. Durante más de 2 décadas de excavaciones, el paleontólogo de la universidad de
Duke, Elwyn Simons, y sus colegas han recuperado allí restos del cráneo de primates
con una gama de pesos corporales que va desde los 0.3 kg del más pequeño a los 6
kilogramos del mayor. En su mayor parte, estos primitivos primates parecen haber sido
frugívoros.

CRONOLOGÍA Y DATACIÓN

Como es fácil suponer, la aplicación de métodos fiables de datación tiene un peso


fundamental en la interpretación de las relaciones evolutivas, de la misma manera que
una datación incierta puede conducir al error. Los métodos actuales permiten cubrir, en
su conjunto, desde los 1000 años hasta miles de millones de años, aunque se mantienen
algunos lapsos. En principio existen 2 opciones: métodos directos y métodos indirectos.

Los métodos directos permiten aplicar las técnicas de datación a los objetos mismos.
Aunque pueda parecer preferible, esta aproximación plantea 2 tipos de problemas. En
primer lugar, porque, para la mayoría de los materiales de interés, no se dispone, por el
momento, de métodos de estimación directa. Así, los fósiles antiguos y la mayoría de
herramientas de piedra siguen siendo inaccesibles para los métodos de datación directa,
si bien métodos como el carbono 14 y la resonancia electrónica pueden aplicarse
directamente a los dientes o fósiles recientes y por su puesto a los pigmentos de las
pinturas de abrigos y cuevas. Por su parte, la datación por termoluminiscencia puede
aplicarse a la cerámica antigua y al pedernal. Con todo, las técnicas actuales son todavía
muy limitadas con respecto a la posibilidad de datación directa.

Un segundo problema –de orden práctico, pero no menor- es que a menudo los fósiles y
los objetos son demasiados preciosos como para arriesgarse a destruir cualquier parte de
ellos en el proceso de datación directa.

Así, en la práctica, la utilización de métodos de datación indirectos constituye el


procedimiento usual. En este caso, la antigüedad de un fósil o de un objeto se obtiene
datando algo que se halla asociado a él (quizá por medio de la datación directa de algún
diente fósil no humano que se haya encontrado en el mismo piso estratigráfico, por medio
de la resonancia electrónica, o, por ejemplo, por datación mediante la termoluminiscencia
de los pedernales asociados a los fósiles humanos.

ATAPUERCA

Juan Luis Arsuaga, del Departamento de Paleontología de la Universidad Complutense


de Madrid, dijo lo siguiente: “hace 5000 años existían 3 especies humanas sobre la faz de
la Tierra. En Europa, Oriente Próximo y Asia Central vivían los neandertales, en Java los
últimos representantes de Homo erectus y en África, seres humanos como nosotros, es
decir, de la especie Homo sapiens. Sin embargo, hace 20000 años solo quedaban ya
humanos modernos.

¿Cómo clasificar las formas antiguas? Para ellas se ha recurrido a la antigua


denominación Homo heidelbergensis, que para algunos sería el antepasado común de
los neandertales y los humanos modernos, mientras que para otros englobaría
únicamente a los antecesores de los neandertales. Ahí es donde cobra especial
importancia la abundancia de materiales encontrados en Atapuerca.

A partir de ellos, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell,
codirectores de las excavaciones de este importante yacimiento burgalés, han propuesto
la existencia de una nueva especie: Homo antecesor.

Concretamente, la denominada Sima de los Huesos y la Gran Dolina han proporcionado


una extraordinaria muestra de la presencia humana en la zona. En la misma Sima de los
Huesos se han encontrado centenares de huesos humanos pertenecientes a más de 30
individuos –de ambos sexos y edades diversas, aunque con predominio de adolescente-
de una misma población biológica. Las dataciones realizadas les otorgan una antigüedad
de unos 300000 años.

Se trata de formas humanas con un esplacnocráneo muy parecido al del hombre


moderno, de elevada estatura, complexión fuerte y una capacidad craneana próxima a
los 1000 cm³. En cualquier caso y más allá de cómo se interprete su posicón en el árbol
evolutivo humano, se trata de los restos fósiles m´sa antiguos del genero Homo hallados
hasta el momento en Europa.

LAS APORTACIONES DE LA ANTROPOLOGIA FÍSICA

La antropología física es una ciencia nacida en el siglo XIX como una escisión en el
amplio campo de la antropología. Centra su estudio en la evolución, la adaptación al
medio y las formas de vida del ser humano a lo largo de su historia,ussando para ellos
métodos propios de las ciencias naturales como de la biología. El estudio sistemático de
los restos oseos y esqueletos de hompinidos y humanos permite a los antropólogos
estrablecer no solo las caracteristicas del individuo analizado (sexo, altura, edad,etc.)
sino tambien su tipod e alimentación, las patologías y enfermedades que padeció en vida,
el trabajo físico realizado por el individuo (a partir de las huellas dejadas en sus huesos) o
incluso su código genético. El campo de estudio de esta ciencia abarca multiples
aspectos, lo que favorece la investigación multidisciplinaria y la existencia de diferentes
especialidades. Así, la antropología física o antropobiologia comprende la antropobiología
general y la antropobiología sistemática.

LOS ORÍGENES DEL ARTE

Cúal es el origen del arte, por qué el hombre sintió la necesidad, si fue así, de producir
obras artísticas, es una de las preguntas claves en el estudio de la prehistoria.
Seguramente podriamos responder mejor a ala pregunta si supiéramos cúal es el
significado del arte prehistórico, pero a pesar de que se han elaborado un buen número
de hipótesis al respecto, todavía estamos lejos de comprenderlo.

Aunque existen algunos precedentes, se suele considerar que los inicios de la actividad
artística ocurrió en el paleolítico superior. Un periodo que comienza más o menos hace
entre 38000 y 35000 años, y que coincide con la difución, en Europa, del Homo sapiens
moderno.

Respecto a la distribución geográfica del arte prehistórico, es cierto que la mayoría de los
yacimientos se encuentran en el continente europeo. Por este motivo, tradicionalmente se
consideraba que era Europa el lugar de origen de la actividad artística humana; hoy en
día la cuestión parece menos clara, puesto que se han localizado restos muy antiguos en
un área geográfica bastante más amplia, que incluye los continentes africano, asiático y
americano.

El principal soporte del arte paleolítico es la piedra, sobre la que se realizaban las
pinturas murales y la mayoría de los grabados y esculturas. Además de la piedra,
también se utilizaban en ocasiones los huesos o los cuernos de los animales, y si existió,
como no parece improbable, un arte realizado en otros materiales, éste no ha llegado
hasta nosotros.

Podemos clasificar las obras según estén realizadas directamente sobre las paredes de
las cuevas, o bien formen parte del denominado arte mueble o moviliar, es decir que
puede ser trasportado

Pinturas y grabados rupestres, que a menudo aparecen combinados, pertenecen a la


primera categoría. Dentro de la segunda destacan las pequeñas esculturas conocidas
como venus, aunque también los motivos grabados sobre pequeñas placas de piedra o
de algún otro material, como las encontradas en la cueva valenciana del Parpalló.
Solemos considerar el arte prehistórico como un arte primitivo. En cierto modo lo es, en
efecto, puesto que fue realizado por hombres que no vivían en una sociedad socialmente
no tan compleja como la nuestra. Sin embargo, no por ese motivo de trata de un arte
menos bueno. En absoluto. El arte del paleolítico sigue sus determinadas normas, tiene
temas, unas formas y unos estilos propios, algunos de los cuales son de tendencia muy
naturalistas y otros profundamente muy abstractos. Su calidad es independiente de su
época: no por ser primitivo ha de ser necesariamente bueno (o malo), sino que como en
cualquier otro momento habrá obras mejores y otras de ejecución menos hábil.

LOS PROBLEMAS LINGUISTICOS DE LOS ORIGENES

Algo que se lamenta hoy es el desconocimiento de la lengua de los seres que se estudia.
Por su índole, la palabra hablada desaparece tan pronto se ha emitido si no es recogida
por un oído que la trasmita a los órganos que puedan interpretar el sonido captado. Se
nos escapa, pues, irremisiblemente.

Una primera y larga etapa sería la del paso de un rudimentario lenguaje inarticulado, que
los animales poseen en mayor o menor grado. Sin duda, este paso podemos imaginarlo
en los estadios de los australopitécidos a de los pitecantrópidos. No existe base cierta
que permita imaginar un sistema lingüístico fundamentado en onomatopeyas que
constituyeran el sustrato de nuestro sistema babélico de lenguajes. Ha habido teorizantes
que han imaginado que ciertos sonidos simbolizarían ciertos seres o acciones; así, por
ejemplo, la m estaría ligada a la idea de agua o líquido. Pero esta hipótesis no ha
permitido ir muy allá en el cambio de la comprensión del fenómeno lingüístico.

No es posible explicarse la historia del lenguaje con argumentos sencillos y pensando en


una evolución lineal de lo simple a lo complejo. Las cosas han sucedido con mucha más
complicaión. Incluso las grandes tendencias de las lenguas modernas afines entre si
pueden divergir por completo. Inglés y alemán son lenguas íntimamente relacionadas y,
sin embargo, en el inglés hay una innegable tendencia al monosilabismo y a la falta de
declinación y en el alemán un frecuente proceso de aglutinación y poli sintetismo.

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