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Filosofía Humanista

Lic. Juan Carlos Baena

Calificación Integradora
La visión del hombre en las culturas prehispánicas
(Recopilación de textos)
1.Textos sobre las culturas mesoamericanas! 2

a) El hombre en las culturas mesoamericanas! 2

b) Orígenes del hombre en diversas culturas! 4

2. Textos Mayas! 4

a) Extracto del Popol Vuh! 4

3. Textos Aztecas! 8

a) LOS SOLES O EDADES QUE HAN EXISTIDO! 8

b) RESTAURACIÓN DE LOS SERES HUMANOS ! 9

c) DOLOR Y AMISTAD! 12

d) AMISTAD EN LA TIERRA! 13

e)¿HE DE IRME...?! 14

f) CANTOS DE ANGUSTIA, PRIMERA SERIE! 14

g) ¿HAY ALGO MÁS ALLÁ DE LA MUERTE?! 16

h) LA MUERTE COMO ESPERANZA! 16

i)¿A DÓNDE IREMOS?! 17

j) EL ENIGMA DE VIVIR! 17

k) MISTERIO DE LA MUERTE! 18

l) MUY CIERTO ES! 19

m)¿A DÓNDE IREMOS?! 19

4. Preguntas para la elaboración de la calificación integradora! 20

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1.Textos sobre las culturas mesoamericanas

a) El hombre en las culturas mesoamericanas1

3.2 El hombre: rostro y corazón

Sin lugar a dudas en donde se pone a prueba la búsqueda constante de lo


perfectible es en la comprensión de la antropogénesis de las culturas precolombinas.
Nunca aparece en el primer acto de la divinidad, el mundo perfecto o el hombre
perfecto; siempre es necesario volver a hacerlo, creándolo de nuevo. Aun así, en los
mitos queda claro que fue más "fácil" crear al "mundo", que al hombre. Las creaciones
sucesivas del hombre abundan, las del mundo no tanto.

Para los incas, Wiracocha tuvo que anular la primera creación del hombre, para
proceder en una segunda etapa, en un "tiempo de luminosidad" a crear una generación
de hombres que fueran capaces de ver, saber, señalar y reflexionar.

En el Popol Vuh los maya‑quiché cuentan que los constructores hicieron varios
intentos para crear al hombre. Entre ellos, el hombre de "tierra", pero vieron que
aquello no estaba bien, sino que se caía, se amontonaba, la cabeza no se movía; el
rostro estaba a un solo lado y lo destruyeron. Un intento más, los de "madera", pero "no
tenían ni ingenio, ni sabiduría, ningún recuerdo de sus constructores, de sus creadores,
andaban, caminaban sin objeto, (fue) solamente un ensayo, solamente una tentativa de
humanidad", fueron inundados, sobre ellos vino un gran diluvio. El último intento fueron
los hombres de "maíz", quienes al ser creados contestaron: "Nacimos, tuvimos una
boca, tuvimos una cara, hablamos, oímos, meditamos, nos movemos: bien sabemos,
conocemos, lejos, cerca. Vemos lo grande, lo pequeño, en el cielo, en la tierra. Gracias
(damos) a vosotros!". Pero los "constructores", consideraron que habían exagerado y
que era necesario colocarles sus propios límites y "los veló como el aliento sobre faz de
un espejo y no vieron más que lo próximo, esto sólo fue claro".

Significativo es el concepto de hombre en el mundo "muisca". Desde la


significación del vocablo se autodefinen como hombres, personas: "muexca" significa
"hombre". Esto implica un alto nivel de autoconciencia, que les permitió un significativo
desarrollo de su cultura.

Pero, sin duda, uno de los conceptos más elaborados sobre el hombre en todas
las culturas precolombinas es la de los náhuatl. "Rostro" y "corazón" son los grandes
símbolos que los definen. En este caso y tal como lo dijimos al comentar la
comprensión propia de la realidad que tienen estas culturas, más que preocuparles lo
que las cosas son en sí, la esencia, se preocupan por la manera de manifestarse las
cosas, por la forma como existen. Al hablar del hombre, los náhuatl lo describen como

1Tomado de: Suárez Alarcón, José Antonio. La Sabiduría Amerindia, en: A.A.V.V. La Filosofía en América
Latina: Historia de las Ideas. Ed. El Buho, Santafé de Bogota, Colombia, 1993, pp. 31-35
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el "dueño de un rostro y un corazón" y al mencionar a la mujer agregan: "en su corazón


y en su rostro debe brillar la feminidad".

El rostro (ixtli) parece connotar la fisonomía moral del ser humano y el corazón
(yólotl) significa su movilidad, el núcleo dinámico propio de los seres humanos. Por eso
al nacer, el niño no tiene definido ni su rostro ni su corazón. Por eso se dice del
maestro que él es "quien hace adquirir un rostro", "quien hace desarrollarlo". Se dice
igualmente que es él quien da a los corazones una raíz firme como la piedra o como el
tronco de un árbol.

El hombre maduro:
corazón firme como la piedra,
corazón resistente como el tronco de un árbol;
rostro sabio, dueño de un rostro,
dueño de un corazón,
hábil y comprensivo.

Pero la firmeza del corazón y la sabiduría del rostro se pueden perder, razón por la
cual siempre hay que estar en guardia.

¿Dónde andaba tu corazón?


Así das tu corazón a cada cosa,
sin rumbo lo llevas vas destruyendo tu corazón.
¿Sobre la tierra, acaso puedes ir en pos de algo?

En este reflexionar sobre el rostro y el corazón los náhuati introducen todo un


complejo sistema ético en donde se puede asegurar que proponen un verdadero
desarrollo integral del hombre. Propicia el desarrollo de la persona un corazón
dialogante (nonotzani), un corazón endiosado (yoltéotl), capaz de la reflexión, de
recurrir a su interior, un corazón firme, valiente. Por el contrario, puede perder al
hombre "un corazón amortajado" un "corazón que gira y da vueltas en vano". Sólo el
hombre sabe lo que le conviene, lo que es recto, lo que conduce al camino justo.

Del Códice Matritense vamos a extractar los fragmentos de un huehuetlatolli,


dirigido al hijo de un rey, que describe un ideal de vida.

Favor de oírme:ved de qué modo hay que vivir en la tierra y cómo se hace uno
digno de la divina piedad del que domina el mundo entero: Se requiere un hombre que
llore, que eleve al dios su emoción, que suspire, dé culto al numen y sea diligente, sin
dejarse dominar jamás por la pereza. (...)
Atended al cultivo de las artes: el arte de la pluma, del labrado de la madera, que
éste es el remedio de la pobreza y de la indigencia; eso defiende y ampara a la gente.
De allí se saca para comer y beber. Atended muy principalmente al surco y al caño de
riego. En la sementera sembrad y labrad: ¿no va acrecer por obra tuya y a medrar el
maíz que tú haz de comer? (...)

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Si te das exclusivamente a la pobreza y no das atención al surco y al caño para el


riego, ¿qué darás de comer a los demás? Qué comerás tú mismo?

¿Dónde he visto yo que se cene y almuerce con nobleza? (...)


El sustento es nuestra carne y nuestro hueso; nuestra vida y nuestro ser. (...)
Vive con los demás en paz y quietud; no seas un obcecado, no seas un levantisco. A
nadie desprecies y a nadie te opongas. Ya dirá el dios la palabra final. No te exhibas
como un sabelotodo y que digan lo que digan(...)
Y aun estando apunto de perecer, no des el mismo pago a los que en ese estado te
pusieron.

De las pocas líneas que hemos transcrito puede concluirse el profundo


conocimiento que tenían de la naturaleza del hombre. Es un ser que actúa, que busca
encontrar el sentido constante de su vida. El texto mencionado es apenas una pequeña
muestra de las muchas exhortaciones que existen en el Códice Florentino y en las
colecciones de "huehuetiatolli", que son discursos o pláticas de los viejos con la
intención de sembrar en los niños y en la juventud los ideales desde los cuales sea
posible forjar "los rostros sabios y los corazones firmes".

b) Orígenes del hombre en diversas culturas

En cambio, hay mitos, como el del origen de los seres humanos, que se presenta de
formas distintas en diferentes lugares de Mesoamérica. En el caso de los nahuas, fue
Quetzalcóatl quien, tras rescatar los huesos de generaciones anteriores conservados
en el Mictlan, la región de los muertos, les comunicó la vida en Tamoanchan
sangrándose el pene. En cambio, entre los mixtecos, los humanos proceden del árbol
de Apoala. A su vez, entre los maya- quichés, los dioses dieron forma a los hombres en
la presente edad cósmica con masa de maíz. Más allá de las diferencias subyace, sin
embargo, una cierta unidad en los procesos. De ello da testimonio, por ejemplo, el que
en náhuatl se llame al maíz tonacáyotl, vocablo que se deriva de to-naca, “nuestra
carne”. (León-Portilla, Miguel, Mitos de los Orígenes en Mesoamérica, en: Antropología
Mexicana, p. 2)

2. Textos Mayas

a) Extracto del Popol Vuh


(Sobre el origen del hombre)
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En seguida fecundaron a los animales de las montañas, guardianes de todas las
selvas, los seres de las montañas: venados, pájaros, pumas, jaguares, serpientes,
víboras, [serpientes] ganti, guardianes de los bejucos. Entonces los Procreadores, los
Engendradores, dijeron: “¿No habrá más que silencio, inmovilidad, al pie de los
árboles, de los bejucos? Bueno es, pues, que haya guardianes”; así dijeron,
fecundando, hablando. Al instante nacieron los venados, los pájaros. Entonces dieron
sus moradas a los venados, a los pájaros. “Tú, venado, sobre el camino de los arroyos,
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en las barrancas, dormirás; aquí vivirás, en las hierbas, en las malezas; en las selvas,
fecundarás; sobre cuatro pies irás, vivirás”. Fue hecho como fue dicho. Entonces fueron
también [dadas] las moradas de los pajarillos, de los grandes pájaros. “Pájaros,
anidaréis sobre los árboles, sobre los bejucos moraréis; engendraréis, os multiplicaréis
sobre las ramas de los árboles, sobre las ramas de los bejucos”. Así fue dicho a los
venados, a los pájaros, para que hiciesen lo que debían hacer; todos tomaron sus
dormitorios, sus moradas. Así los Procreadores, los Engendradores, dieron sus casas a
los animales de la tierra. Estando pues todos terminados, venados, pájaros, les fue
dicho a los venados, a los pájaros, por los Constructores, los Formadores, los
Procreadores, los Engendradores: “Hablad, gritad; podéis gorjear, gritar. Que cada uno
haga oír su lenguaje según su clan, según su manera”. Así fue dicho a los venados,
pájaros, pumas, jaguares, serpientes. “En adelante decid nuestros nombres,
alabadnos, a nosotros vuestras madres, a nosotros vuestros padres. En adelante
llamad a Maestro Gigante [Relámpago], Huella del Relámpago, Esplendor del
relámpago, Espíritus del Cielo, Espíritus de la Tierra, Constructores. Formadores,
Procreadores. Engendradores. Habladnos, invocadnos, adoradnos”, se les dijo. Pero
no pudieron hablar como hombres: solamente cacarearon, solamente mugieron,
solamente graznaron; no se manifestó [ninguna] forma de lenguaje, hablando cada uno
diferentemente. Cuando los Constructores, los Formadores, oyeron sus palabras
impotentes, se dijeron unos a otros: “No han podido decir nuestros nombres, de
nosotros los Constructores, los Formadores”. “No está bien”, se respondieron unos a
otros los Procreadores, los Engendradores, y dijeron: “He aquí que seréis cambiados
porque no habéis podido hablar. Cambiaremos nuestra Palabra. Vuestro sustento,
vuestra alimentación, vuestros dormitorios, vuestras moradas, los tendréis: serán las
barrancas, las selvas. Nuestra adoración es imperfecta si vosotros no nos invocáis.
¿Habrá, podrá haber adoración, obediencia, en los [seres] que haremos? Vosotros
recibiréis vuestro fardo: vuestra carne será molida entre los dientes; que así sea, que
tal sea vuestro fardo”. Así les fue entonces dicho, ordenado, a los animalitos, a los
grandes animales de la superficie de la tierra; pero éstos quisieron probar su suerte,
quisieron tentar la prueba, quisieron probar la adoración, mas no entendiendo de
ningún modo el lenguaje unos de otros, no se comprendieron, no pudieron hacer nada.
Tal fue, pues, el fardo de su carne; así el fardo de ser comidos, de ser matados, fue
[impuesto] aquí sobre todos los animales de la superficie de la tierra. En seguida fueron
ensayados seres construidos, seres formados, por los Constructores, los Formadores,
los Procreadores, los Engendradores. “Que se pruebe todavía. Ya se acerca la
germinación, el alba. Hagamos a nuestros sostenes, a nuestros nutridores. ¿Cómo ser
invocados, conmemorados, en la superficie de la tierra? [Ya] hemos ensayado con
nuestra primera construcción, nuestra formación, sin que por ella pueda hacerse
nuestra adoración, nuestra manifestación. Probemos, pues, a hacer obedientes,
respetuosos sostenes, nutridores”, dijeron. Entonces fue la construcción, la formación.
De fierra hicieron la carne. Vieron que aquello no estaba bien, sino que se caía, se
amontonaba, se ablandaba, se mojaba, se cambiaba en tierra, se fundía; la cabeza no
se movía; el rostro [quedábase vuelto] a un solo lado; la vista estaba velada; no podían
mirar detrás de ellos; al principio hablaron, pero sin sensatez. En seguida, aquello se
licuó, no se sostuvo en pie. Entonces los Constructores, los Formadores, dijeron otra
vez: “Mientras más se trabaja, menos puede él andar y engendrar”. “Que se celebre,
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pues, consejo sobre eso”, dijeron. Al instante deshicieron, destruyeron una vez más, su
construcción, su formación, y después dijeron: “¿Cómo haremos para que nos nazcan
adoradores, invocadores?” Celebrando consejo de nuevo, dijeron entonces: “Digamos
a Antiguo Secreto, Antigua Ocultadora, Maestro Mago del Alba, Maestro Mago del Día:
«Probad de nuevo la suerte, su formación»“. Así se dijeron unos a otros los
Constructores, los Formadores, y hablaron a Antiguo Secreto, Antigua Ocultadora. En
seguida, el discurso dicho a aquellos augures, a la Abuela del Día, a la Abuela del Alba
por los Constructores, los Formadores; he aquí sus nombres: Antiguo Secreto, Antigua
Ocultadora. Y los Maestros Gigantes hablaron, así como los Dominadores, los
Poderosos del Cielo. Dijeron entonces a Los de la Suerte, los de [su] Formación, a los
augures: “Es tiempo de concertarse de nuevo sobre los signos de nuestro hombre
construido, de nuestro hombre formado, como nuestro sostén, nuestro nutridor, nuestro
invocador, nuestro conmemorador. Comenzad, pues, las Palabras [Mágicas], Abuela,
Abuelo, nuestra abuela, nuestro abuelo, Antiguo Secreto, Antigua Ocultadora. Haced
pues que haya germinación, que haya alba, que seamos invocados, que seamos
adorados, que seamos conmemorados, por el hombre construido, el hombre formado,
el hombre maniquí, el hombre moldeado. Haced que así sea. Declarad vuestros
nombres: Maestro Mago del Alba, Maestro Mago del Día, Pareja Procreadora, Pareja
Engendradora, Gran Cerdo del Alba, Gran Tapir del Alba. Los de las Esmeraldas. Los
de las Gemas, Los del Punzón, Los de las Tablas, Los de la Verde Jadeita, Los de la
Verde Copa, Los de la Resina, Los de los Trabajos Artísticos, Abuela del Día, Abuela
del Alba. Sed llamados así por nuestros construidos, nuestros formados. Haced
vuestros encantamientos por vuestro maíz, por vuestro tzité. ¿Se hará, acontecerá, que
esculpamos en madera su boca, su rostro?” Así fue dicho a los de la Suerte. Entonces
[se efectuó] el lanzamiento [de los granos], la predicción del encantamiento por el maíz,
el tzité. “Suerte, fórmate”, dijeron entonces una abuela, un abuelo. Ahora bien, este
abuelo era El del Tzité, llamado Antiguo Secreto; esta abuela era La de la Suerte, la de
[su] formación, llamada Antigua Ocultadora con Gigante Abertura. Cuando se decidió la
suerte, se habló así: “Tiempo es de concertarse. Hablad; que oigamos y que hablemos,
digamos, si es preciso que la madera sea labrada, sea esculpida por Los de la
Construcción, Los de la Formación, si ella será el sostén, el nutridor, cuando se haga la
germinación, el alba”. “Oh maíz, oh tzité, oh suerte, oh [su] formación, asios, ajustaos”,
fue dicho al maíz, al tzité, a la suerte, a [su] formación. “Venid a picar ahí, oh Espíritus
del Cielo. No hagáis bajar la boca, la faz de los Dominadores, de los Poderosos del
Cielo”, dijeron. Entonces dijeron la cosa recta: “Que así sean, así, vuestros maniquíes,
los [muñecos] construidos de madera, hablando, charlando en la superficie de la tierra”.
—”Que así sea”, se respondió a sus palabras. Al instante fueron hechos los maniquíes,
los [muñecos] construidos de madera; los hombres se produjeron, los hombres
hablaron; existió la humanidad en la superficie de la tierra. Vivieron, engendraron,
hicieron hijas, hicieron hijos, aquellos maniquíes, aquellos [muñecos] construidos de
madera. No tenían ni ingenio ni sabiduría, ningún recuerdo de sus Constructores, de
sus Formadores; andaban, caminaban sin objeto. No se acordaban de los Espíritus del
Cielo; por eso decayeron. Solamente un ensayo, solamente una tentativa de
humanidad. Al principio hablaron, pero sus rostros se desecaron; sus pies, sus manos,
[eran] sin consistencia; ni sangre, ni humores, ni humedad, ni grasa; mejillas desecadas
[eran] sus rostros; secos sus pies, sus manos; comprimida su carne. Por tanto [no
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había] ninguna sabiduría en sus cabezas, ante sus Constructores, sus Formadores, sus
Procreadores, sus Animadores. Éstos fueron los primeros hombres que existieron en la
superficie de la tierra.
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En seguida [llegó] el fin, la pérdida, la destrucción, la muerte de aquellos maniquíes,
[muñecos] construidos de madera. Entonces fue hinchada la inundación por los
Espíritus del Cielo, una «gran inundación fue hecha: llegó por encima de las cabezas
de aquellos maniquíes, [muñecos] construidos de madera. El tzité [fue la] carne del
hombre: pero cuando por los Constructores, los Formadores?, fue labrada la mujer, el
sasafrás [fue la] carne de la mujer. Esto entró en ellos por la voluntad de los
Constructores de los Formadores. Pero no pensaban, no hablaban ante los de la
Construcción. Los de la Formación, sus Hacedores, sus Vivificadores. Y su muerte fue
esto: fueron sumergidos; vino la inundación, vino del cielo una abundante resina. El
llamado Cavador de Rostros vino a arrancarles los ojos: Murciélago de la Muerte, vino
a cortarles la cabeza: Brujo-Pavo vino a comer su carne: Brujo-Búho vino a triturar, a
romper sus huesos, sus nervios: fueron triturados, fueron pulverizados, en castigo de
sus rostros, porque no habían pensado ante sus Madres, ante sus Padres, los Espíritus
del Cielo llamados Maestros Gigantes. A causa de esto se oscureció la faz de la tierra,
comenzó la lluvia tenebrosa, lluvia de día, lluvia de noche. Los animales pequeños, los
animales grandes, llegaron: la madera, la piedra, manifestaron sus rostros. Sus piedras
de moler [metales], sus vajillas de barro, sus escudillas, sus ollas, sus perros, sus
pavos, todos hablaron; todos, tantos cuantos había, manifestaron sus rostros. “Nos
hicisteis daño, nos comisteis; os toca el turno; seréis sacrificados”, les dijeron sus
perros, sus pavos. Y he aquí [lo que les dijeron] sus piedras de moler: “Teníamos
cotidianamente queja de vosotros; cotidianamente, por la noche, al alba, siempre:
«Descorteza, descorteza, rasga, rasga» sobre nuestras faces, por vosotros. He aquí,
para comenzar, nuestro cargo a vuestra faz. Ahora que habéis cesado de ser hombres,
probaréis nuestras fuerzas: amasaremos, morderemos, vuestra carne”, les dijeron sus
piedras de moler, Y he aquí que hablando a su vez, sus perros les dijeron: “¿Por qué no
nos dabais nuestro alimento? Desde que éramos visto?, nos perseguíais, nos echabais
fuera: vuestro instrumento para golpearnos estaba listo mientras comíais. Entonces
vosotros hablabais bien, nosotros no hablábamos. Sin ello no os mataríamos ahora.
¿Cómo no razonabais? ¿Cómo no pensabais en vosotros mismos? Somos nosotros
quienes os borraremos [de la haz de la tierra] ; ahora sufriréis los huesos de nuestras
bocas, os comeremos”: [así] les dijeron sus perros, mostrando “sus rostros. Y he aquí
que a su vez sus ollas, sus vajillas de barro, les hablaron: “Daño, dolor, nos hicisteis,
carbonizando nuestras bocas, carbonizando nuestras faces, poniéndonos siempre ante
el fuego. Nos quemabais sin que nosotros pensáramos mal; vosotros lo sufriréis a
vuestro turno, os quemaremos”, dijeron todas las ollas, manifestando sus faces. De
igual manera las piedras del hogar encendieron fuertemente el fuego puesto cerca de
sus cabezas, les hicieron daño. Empujándose [los hombres] corrieron, llenos de
desesperación. Quisieron subir a sus mansiones, pero cayéndose, sus mansiones les
hicieron caer. Quisieron subir a los árboles; los árboles los sacudieron a lo lejos.
Quisieron entrar en los agujeros, pero los agujeros despreciaron a sus rostros. Tal fue
la ruina de aquellos hombres construidos, de aquellos hombres formados, hombres
para ser destruidos, hombres para ser aniquilados; sus bocas, sus rostros, fueron todos
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destruidos, aniquilados. Se dice que su posteridad [son] esos monos que viven
actualmente en las selvas; éstos fueron su posteridad porque sólo madera había sido
puesta en su carne por los Constructores, los Formadores. Por eso se parece al
hombre ese mono, posteridad de una generación de hombres construidos, de hombres
formados, pero [que sólo eran] maniquíes, [muñecos] construidos de madera.

3. Textos Aztecas

a) LOS SOLES O EDADES QUE HAN EXISTIDO

Se refería, se decía
que así hubo ya antes cuatro vidas,
y que ésta era la quinta edad.
Como lo sabían los viejos,
en el año 1-Conejo
se cimentó la tierra y el cielo.
Y así lo sabían,
que cuando se cimentó la tierra y el cielo,
habían existido ya cuatro clases de hombres,
cuatro clases de vidas.
Sabían igualmente que cada una de ellas
había existido en un Sol (una edad).
Y decían que a los primeros hombres
su dios los hizo, los forjó de ceniza.
Esto lo atribuían a Quetzalcóatl,
cuyo signo es 7-Viento,
él los hizo, él los inventó.
El primer Sol (edad) que fue cimentado,
su signo fue 4-Agua,
se llamó Sol de Agua.
En él sucedió
que todo se lo llevó el agua.
Las gentes se convirtieron en peces.
Se cimentó luego el segundo Sol (edad).
Su signo era 4-Tigre.
Se llamaba Sol de Tigre.
En él sucedió
que se oprimió el cielo,
el Sol no seguía su camino.
Al llegar el Sol al mediodía,
luego se hacía de noche
y cuando ya se oscurecía,
los tigres se comían a las gentes.
Y en este Sol vivían los gigantes.
Decían los viejos,
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que los gigantes así se saludaban:


"no se caiga usted", porque quien se caía,
se caía para siempre.
Se cimentó luego el tercer Sol.
Su signo era 4-Lluvia.
Se decía Sol de Lluvia (de fuego).
Sucedió que durante él llovió fuego,
los que en él vivían se quemaron.
Y durante él llovió también arena.
Y decían que en él
llovieron las piedrezuelas que vemos,
que hirvió la piedra tezontle
y que entonces se enrojecieron los peñascos.
Su signo era 4-Viento,
se cimentó luego el cuarto Sol.
Se decía Sol de Viento.
Durante él todo fue llevado por el viento.
Todos se volvieron monos.
Por los montes se esparcieron,
se fueron a vivir los hombres-monos.
El quinto Sol:
4-Movimiento su signo.
Se llama Sol de Movimiento,
porque se mueve, sigue su camino.
Y como andan diciendo los viejos,
en él habrá movimientos de tierra,
habrá hambre
y así pereceremos.
En el año 13-Caña,
se dice que vino a existir,
nació el Sol que ahora existe.
Entonces fue cuando iluminó,
cuando amaneció,
el Sol de movimiento que ahora existe.
4-Movimiento es su signo.
Es éste el quinto Sol que se cimentó,
en él habrá movimientos de tierra,
en él habrá hambres.

b) RESTAURACIÓN DE LOS SERES HUMANOS


(Sobre el origen de los hombres)

Y en seguida se convocaron los dioses


Dijeron: --"¿Quién vivirá en la tierra?
porque ha sido ya cimentado el cielo,
y ha sido cimentada la tierra.
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¿Quién habitará en la tierra, oh dioses?"


Estaban afligidos
Citlalinicue, Citlaltónac,
Apantecuchtili, Tepanquizqui,
Quetzalcóatl y Tezcatlipoca.
Y luego fue Quetzalcóatl al Mictlan,
se acerco a Mictlantecuhtli y a Mictlancíhuatl
y en seguida les dijo:
--"Vengo en busca de los huesos preciosos
que tú guardas,
vengo a tomarlos".
Y le dijo Mictlantecuhtli:
--"¿Qué harás con ellos, Quetzalcóatl?
Y una vez más dijo (Quetzalcóatl):
--"Los dioses se preocupan porque alguien viva en la tierra".
Y respondió Mictlantecuhtli:
--"Está bien, haz sonar mi caracol
y da vueltas cuatro veces
alrededor de mi círculo precioso".
Pero su caracol no tiene agujeros;
llama entonces (Quetzalcóatl) a los gusanos;
estos le hicieron los agujeros
y luego entran allí los abejones y las abejas
y lo hacen sonar.
Al oírlo Mictlantecuhtli, dice de nuevo:
--"Está bien, toma los huesos".
Pero dice Mictlantecuhtli a sus servidores:
--"¡Gente del Mictlan!
Dioses, decid a Quetzalcóatl
que los tiene que dejar".
Quetzalcóatl repuso:
--"Pues no, de una vez me apodero de ellos".
Y dijo a su nahual:
--"Ve a decirles que vendré a dejarlos".
Y éste dijo a voces:
--"Vendré a dejarlos".
Pero, luego subió,
cogió los huesos preciosos.
Estaban juntos de un lado los huesos de hombre
y juntos de otro lado los de mujer
y los tomó
e hizo con ellos un ato Quetzalcóatl.
Y una vez más Mictlantecuhtli dijo a sus servidores:
--"Dioses, ¿de veras se lleva Quetzacóatl los huesos preciosos?
--"Dioses, id a hacer un hoyo".
Luego fueron a hacerlo
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y Quetzalcóatl se cayó en el hoyo,


se tropezó y lo espantaron las codornices.
Cayó muerto
y se esparcieron allí los huesos preciosos,
que mordieron y royeron las codornices.
Resucita después Quetzalcóatl,
se aflige y dice a su nahual:
--"¿Qué haré, nahual mío?"
Y éste le respondió:
--"Puesto que la cosa salió mal,
que resulte como sea".
Los recoge, los junta,
hace un lío con ellos,
que luego llevó a Tamoanchan.
Y tan pronto llegó,
la que se llama Quilaztli,
que es Cihuacóatl,
los molió
y los puso después en un barreño precioso.
Quetzalcóatl sobre él se sangró su miembro.
Y en seguida hicieron penitencia los dioses
que se han nombrado:
Apantecuhtli, Huictolinqui, Tepanquizqui,
Tlallamánac, Tzontémoc
y el sexto de ellos Quetzalcóatl.
Y dijeron:
--"Han nacido, oh dioses,
los macehuales (los merecidos por la penitencia).
Porque, por nosotros
hicieron penitencia (los dioses)".
Así pues de nuevo dijeron (los dioses):
--"¿Qué comerán (los hombres), oh dioses?,
¡que descienda el maíz, nuestro sustento!"
Pero entonces la hormiga va a coger
el maíz desgranado, dentro del Monte de nuestro sustento
Quetzalcóatl se encuentra a la hormiga,
le dice:
--"¿Dónde fuiste a tomar el maíz?
dímelo".
Mas la hormiga no quiere decírselo.
Quetzalcóatl con insistencia le hace preguntas.
Al cabo dice la hormiga:
--"En verdad allí".
Entonces guía a Quetzalcóatl,
éste se transforma en seguida en hormiga negra.
La hormiga roja lo guía,
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lo introduce luego al Monte de nuestro sustento.


Entonces ambos sacan y sacan maíz.
Dizque la hormiga roja
guió a Quetzalcóatl
hasta la orilla del monte,
donde estuvieron colocando el maíz desgranado.
Luego Quetzalcóatl lo llevó a cuestas a Tomoanchan.
Allí abundantemente comieron los dioses,
después en nuestros labios puso maíz Quetzalcóatl,
para que nos hiciéramos fuertes.
Y luego dijeron los dioses:
--"¿Qué haremos con el Monte de nuestro sustento?"
Mas el monte allí quiere quedarse,
Quetzalcóatl lo ata,
pero no puede jalarlo.
Entre tanto echaba suertes Oxomoco,
y también echaba suertes Cipactónal,
la mujer de Oxomoco,
porque era mujer Cipactónal.
Luego dijeron Oxomoco y Cipactónal:
--"Tan sólo si lanza un rayo Nanáhuatl,
quedará abierto el Monte de nuestro sustento".
Entonces bajaron los tlaloques (dioses de la lluvia),
los tlaloques azules,
los tlaloques blancos,
los tlaloques amarillos,
los tlaloques rojos.
Nanáhuatl lanzó enseguida un rayo,
entonces tuvo lugar el robo
del maíz, nuestro sustento,
por parte de los tlaloques.
El maíz blanco, el oscuro, el amarillo,
el maíz rojo, los frijoles,
la chía, los bledos,
los bledos de pez,
nuestro sustento,
fueron robados para nosotros.

c) DOLOR Y AMISTAD
(Sobre la situación del hombre en la tierra)

No hago más que buscar,


no hago más que recordar a nuestros amigos.
¿Vendrán otra vez aquí?,
¿han de volver a vivir?
¡Una sola vez nos perdemos,
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una sola vez estamos en la tierra!


No por eso se entristezca el corazón de alguno:
al lado del que está dando la vida.
Pero yo con esto lloro,
me pongo triste; he quedado huérfano en la tierra.
¿Qué dispone tu corazón, autor de la vida?
¡Que se vaya la amargura de tu pecho,
que se vaya el hastío del desamparo!
¡Que se puede alcanzar gloria a tu lado,
oh dios... pero tú quieres darme muerte!
Puede ser que no vivamos alegres en la tierra,
pero tus amigos con eso tenemos gozo en la tierra.
Y todos de igual modo padecemos
y todos andamos con angustia unidos aquí.
Dentro del cielo tú forjas tu designio.
Lo decretarás: ¿acaso te hastíes
y aquí nos escondas tu fama y tu gloria
en la tierra?
¿Qué es lo que decretas?
¡Nadie es amigo del que da la vida,
oh amigos míos, Águilas y Tigres!
¿A dónde iremos por fin
los que aquí estamos sufriendo, oh príncipes?
Que no haya infortunio:
Él nos atormenta, él es quien nos mata:
Sed esforzados: todos nos iremos
al Lugar del Misterio.
Que no te desdeñe
aunque ande doliente ante el Dador de la vida:
él nos va quitando, él nos va arrebatando
su fama y su gloria en la tierra.
Tenedlo entendido:
tendré que dejaros, oh amigos, oh príncipes.
Nadie vale nada ante el Dador de la vida,
él nos va quitando, etcétera (como arriba).
Lo has oído, corazón mío,
tú que estás sufriendo:
atiende a nosotros, míranos bien:
Así vivimos aquí ante el Dador de vida.
No por eso mueras, antes vive siempre en la tierra

d) AMISTAD EN LA TIERRA
(Sobre la trascendencia del hombre)

¡Que haya ahora amigos aquí!


Es tiempo de conocer nuestros rostros.
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Lic. Juan Carlos Baena

Tan sólo con flores


se elevará nuestro canto.
Nos habremos ido a su casa,
pero nuestra palabra
vivirá aquí en la tierra.
Iremos dejando
nuestra pena: nuestro canto.
Por esto será conocido,
resultará verdadero el canto.
Nos habremos ido a su casa,
pero nuestra palabra
vivirá aquí en la tierra.

e)¿HE DE IRME...?
(Sobre la muerte y la trascendencia del hombre)

¿He de irme como las flores que perecieron?


¿Nada quedará de mi nombre?
¿Nada de mi fama aquí en la tierra?
¡Al menos mis flores, al menos mis cantos!
Aquí en la tierra es la región del momento fugaz.
¿También es así en el lugar
donde de algún modo se vive?
¿Hay allá alegría, hay amistad?
¿O sólo aquí en la tierra
hemos venido a conocer nuestros rostros?

f) CANTOS DE ANGUSTIA, PRIMERA SERIE


(Sobre la situación del hombre en el mundo)

Doy placer a tu corazón, oh, tú, por quien se vive:


ofrezco flores para ti, elevo cantos a ti.
Que aún por breve tiempo te dé yo placer,
te hastiarás algún día.
Cuando tú me destruyas,
cuando yo he de morir.
¿Habrá de retractarse tu corazón, oh tú por quien se vive?
ofrezco flores para ti, elevo cantos a ti.
Que aún por breve tiempo te dé yo placer,
te hastiarás algún día.
Cuando tú me destruyas
cuando yo he de morir.
Tú desordenas lo ordenado,
tú no recoges lo esparcido, oh Dador de vida:
al que vive y se alegra, al que vive feliz en esta tierra:
Por eso yo lloro, por eso yo me aflijo.
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Eso mi corazón dice, todo en eso pienso:


No eres tú dichoso, no tienes felicidad:
Por eso lloro, por eso me aflijo.
¿Es que se realiza la palabra del dios en la tierra?
¿Puede vivirse allí? Somos desdichados,
tú nos atormentas.
¡Sufrid, no hay más!
Doquier es buscado,
doquier invocado, a él doquier se aclama:
se busca su palabra.
¿Puede vivirse allí? Somos desdichados.
Tú nos atormentas.
¡Sufrid, no hay más!
¿Cómo lo dispones, tú por quien hay vida?
¿Junto a ti un día seré desdichado?
¿Y que acaso aun así no sufro?
Y aun en mi tiempo, cuando sea mi muerte,
habrá flores de primavera,
y aun en mi tiempo brotarán las flores olorosas,
¡las doradas flores de mil pétalos...!
La perfumada flor de Tamoanchan
la roja flor elevo en Tamoanchan.
Es el libro de tu corazón,
es tu canto, oh dios.
Tú bien sabes cómo se eleva y con él se dice;
se pinta y se amonesta aquí al hombre.
Tu corazón es tu canto y tu libro.
Nuestra tristeza se enlaza a algo precioso:
es tu canto, oh dios.
¿Vamos a dejar destruido el placer,
cuando nos hayamos ido de aquí?,
¿será amiga la alegría de nuestras flores?
¡Gocemos ahora!
Ahora estén alegres nuestros corazones,
oh amigos, tenemos que irnos:
¡Gocemos ahora!
¿Quién sabe esto ahora?
Mañana o pasado tenemos que irnos,
y aunque eso suceda, tengamos presente:
¿Es que acaso en verdad hemos venido a vivir?
Oh tú, que estás cerca, o tú que estás junto,
tú eres nuestro amigo:
y tú te hastiarás de tener placer,
te hastiarás en la tierra:
donde te elevamos el canto,
¿no lo piensan nuestros corazones?
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El Dador de la vida se cansará, se sentirá hastiado,


y nos ha de destruir:
¿no lo piensan vuestros corazones?
Sólo hemos venido a hacer cantos en la tierra,
a conocernos unos a otros en el sitio de los tambores,
¡tú eres nuestro amigo:
y nada tendrá su éxito,
y nada ha de perecer en la tierra!

g) ¿HAY ALGO MÁS ALLÁ DE LA MUERTE?


(Sobre la muerte del hombre)

Abandonados con la tristeza,


quedamos aquí en la tierra,
¿En dónde está el camino
que lleva a la región de los muertos,
al lugar de nuestro descanso,
al país de los descarnados?
¿Acaso en verdad se vive,
allí a donde todos vamos?
¿Acaso lo cree tu corazón?
Él nos esconde
en un arca, en un cofre,
el Dador de la Vida,
el que amortaja a la gente.
¿Acaso allí podré contemplar,
podré ver el rostro
de mi madre, de mi padre?
¿Se me darán en préstamo allí
algunos cantos, algunas palabras?
Allí tendré que bajar,
nada es lo que espero:
nos dejaron,
acompañados con la tristeza

h) LA MUERTE COMO ESPERANZA


(Sobre la muerte y la trascendencia del hombre)

En verdad lo digo:
ciertamente no es lugar de felicidad
aquí en la tierra.
Ciertamente hay que ir a otra parte:
allá la felicidad sí existe.
¿O es que sólo en vano venimos a la tierra?
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Otro es el sitio de la vida.


Allá quiero ir,
allá en verdad cantaré
con las más bellas aves.
Allá disfrutaré
de las genuinas flores,
de las flores que alegran,
las que apaciguan al corazón,
las únicas que dan paz a los hombres,
las que los embriagan con alegría...

i)¿A DÓNDE IREMOS?


(Sobre la vida del hombre y la situación después de ella)

¿A dónde iremos?
Sólo a nacer venimos.
Que allá es nuestra casa:
Donde es el lugar de los descarnados.
Sufro: nunca llegó a mí alegría, dicha.
¿Aquí he venido sólo a obrar en vano?
No es ésta la región donde se hacen las cosas.
Ciertamente nada verdea aquí:
abre sus flores la desdicha.

j) EL ENIGMA DE VIVIR
(Sobre la vida del hombre)

Lloro, me aflijo, cuando recuerdo


que dejaremos las bellas flores, los bellos cantos.
¡Ahora gocemos, ahora cantemos,
del todo nos vamos y desaparecemos en su casa!
¿Quién de vosotros, amigos, no lo sabe?
Mi corazón sufre, se llena de enojo:
¡No dos veces se nace, no dos veces es uno hombre:
sólo una vez pasamos por la tierra!
Si aún por breve tiempo
estuviera con ellos y a su lado...
¡Nunca será, o nunca tendré placer, nunca gozaré!
¿Dónde es el sitio de vivir de mi corazón?
¿Dónde está mi casa, dónde está mi hogar durable?
Aquí en la tierra solamente sufro.
¿Sufres, corazón mío?
¡No te angusties en esta tierra:
ése es mi destino: tenlo por sabido!
¿Dónde merecí yo venir a la vida,
dónde merecí ser hecho hombre?
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¡Acción suya fue!


Allá se hacen las cosas ondulando
donde vida no hay.
Es lo que dice mi corazón.
¿Y el dios, qué dice?
--No en verdad vivimos aquí,
no hemos venido a durar en la tierra.
Oh, tengo que dejar el bello canto, la bella flor,
y tengo que ir en busca del lugar del Misterio.
Él pronto habrá de hastiarse:
prestado tenemos sólo su bello canto.

k) MISTERIO DE LA MUERTE
(Sobre el enigma de la muerte para el hombre)

¿En qué estáis pensando, en qué meditáis,


oh amigos míos?
¡Ya no meditéis: junto a nosotros
nacen las bellas flores!
Así da deleite el autor de la vida.
Todos meditamos, todos recordamos,
nos entristecemos aquí en la tierra.
Es el modo con que son forjados
los príncipes todos: con dolor y angustia.
Ven acá, mi amigo:
¿qué es lo que piensas, qué es lo que meditas?
Por siempre en la tierra somos solitarios.
No te pongas triste, yo el dolor conozco:
con dolor y angustia vivimos siempre en la tierra.
Llegó acá el enojo, la amargura
del que da la vida: dentro de él vivimos.
¡No haya llanto por los Águilas y Tigres:
todos iremos desapareciendo: nadie quedará!
Pensadlo, vosotros príncipes huexotzincas,
podrán ser oro,
podrán ser jade: todos se irán, al dominio del Misterio.
Nadie quedará.
Lloro y aún me aflijo
al recordar los jades y joyas
que tú, oh dios, ocultaste y envolviste.
¿Con qué puede aquietarse nuestro corazón?
¿Con qué puede acabar nuestra tristeza?
Solamente he sufrido, aunque bellas son vuestras flores,
aunque bellos son vuestros cantos.
¿Es posible que vuelva Ayocuatzin?

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¿Habré de verlo una vez más?


¿Habré de hablar con él aquí junto a los tambores?

l) MUY CIERTO ES
(Sobre la situación del hombre en el mundo)

"Muy cierto es: de verdad nos vamos, de verdad nos vamos;


dejamos las flores y los cantos y la tierra.
¡Es verdad que nos vamos, es verdad que nos vamos!
¿A dónde vamos, ay, a dónde vamos?
¿Estamos allá muertos, o vivimos aún?
¿otra vez viene allí el existir?
¿otra vez el gozar del Dador de la vida?"

m)¿A DÓNDE IREMOS?


(Sobre la muerte y la trascendencia)

¿A dónde iremos
donde la muerte no existe?
Mas, ¿por esto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
Aquí nadie vivirá para siempre.
Aun los príncipes a morir vinieron,
los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.
(Nezahualcoyotl)

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4. Preguntas para la elaboración de la calificación integradora

a) ¿Cómo es el origen del hombre dentro de la cultura maya?


b) ¿Cómo es el origen del hombre dentro de la cultura azteca o nahuatl?
c) Compara cada una de las culturas (maya y nahuatl) en su concepción del origen del
hombre
d) ¿Qué consecuencias tiene para la concepción del hombre los mitos sobre el origen
del hombre en cada una de las culturas?
e) ¿Cuál es la concepción del hombre en la cultura maya?
f) ¿Cuál es la concepción del hombre en la cultura nahuatl?
g) ¿Cómo se concibe la vida para la cultura nahuatl?
h) ¿Cómo se concibe la muerte para la cultura nahuatl?
i) ¿Cuál es el sentido de la vida y la muerte para la cultura nahuatl?

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