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PREHOSPITALARIA
CORONEL GALO
ENCARNACION ANGIE
ZAPATA KEVIN
DECIMO B
BIOSEGURIDAD EN LA ATENCION DE EMERGENCIA
Posiblemente una de las actividades en donde los profesionales de la salud estamos más expuestos al riesgo de
una infección a consecuencia del contacto con sangre u otros fluidos corporales, es en la atención de
emergencia, sea esta, prehospitalaria u hospitalaria.
La Bioseguridad es la aplicación de métodos, equipo y procedimientos técnicos que tienen como finalidad
evitar la transmisión de enfermedades infecto- contagiosas y la prevención de infecciones.
La práctica de prevención de infecciones no significa aumento en los costos, sino una óptima utilización de
los recursos, garantizando al mismo tiempo un buen nivel de prevención.
Las medidas de bioseguridad deben ser universales en procedimientos en los que hay riesgo de contacto con
sangre, secreciones o fluidos corporales. Cada paciente que se atienda prehospitalariamente o en el hospital
debe ser considerado como portador potencial de una enfermedad transmisible. Así el uso de materiales
protectores debe realizarse en forma obligatoria como parte de las actividades del hospital o servicio
prehospitalario.
Debemos recordar que la propagación de infecciones en los servicios de salud puede prevenirse sólo si se
interrumpe en alguno de sus puntos el ciclo de transmisión de la enfermedad.
Es necesario definir algunos términos que serán de utilidad para la revisión del tema:
CLASES DE EXPOSICIÓN
Clase I
Es la exposición percutánea, de membranas mucosas y de piel no intacta, a sangre u otros líquidos que
contengan sangre visible, líquido cefaloraquídeo, sinovial, pleural, peritoneal, amniótico, semen,
secreciones vaginales, leche materna y tejidos. Es la que conlleva mayor riesgo.
Clase II
Es la exposición percutánea, de membranas mucosas y de piel no intacta a orina, saliva, lágrimas,
vómito, esputo, secreciones nasales, material purulento, sudor y heces, que no contienen sangre visible.
Clase III
Es la exposición de piel intacta a sangre y otros líquidos corporales que contengan sangre visible
Algunos profesionales sanitarios hoy, como en el pasado respecto a otras enfermedades, muestran recelo para
cuidar a los pacientes infectados por el VIH, especialmente en relación con algunos tipos de provisión de
cuidados de cirugía, ortopedia, obstetricia, urgencias y cuidados intensivos. Estas actitudes dificultan las
relaciones habituales pacientes, personal sanitario y exteriorizan la falta de conocimiento de deberes y
derechos, así como la ética profesional, por parte de algunos de estos profesionales sanitarios olvidando que el
beneficio real objetivo se deriva de la adopción de las llamadas precauciones universales.
Hasta 1993 hay constancia de unos 55 casos de infecciones ocupacionales por VIH entre Europa, EE.UU. y
otros países, de estos, 49 (89%) con exposición percutánea ocurren en personal de enfermería que se pinchan
con agujas; en 5 casos (9%) la exposición fue mucocutánea, es decir, la exposición a piel no intacta o a
membranas mucosas, y hay un caso (2%) de exposición de percutánea y mucocutánea a la vez.
Desglosado por profesionales se aprecia un claro predominio de personal de enfermería que representa el
58% de todos los casos seguido por técnicos de laboratorio clínico que representan un 20%.
El riesgo medio asociado a un pinchazo percutáneo o exposición similar con sangre conteniendo VIH se estima
en 0.31%, así, en 14 estudios prospectivos con un total de 2008 exposiciones accidentales se han detectado 6
cero - conversiones.
Mast y Gerberding han diseñado un modelo experimental de pinchazo in Vitro para el estudio de sangre
transferida y han estudiado los factores que condicionan la transferencia de distintos inóculos de sangre entre
el paciente y el personal sanitario que sufre el accidente: tipo de aguja, diámetro, profundidad de penetración
de la aguja y uso o no de guantes. Los volúmenes de sangre transferida durante el pinchazo son proporcionales
al tamaño de la aguja y a la profundidad de penetración de la misma, reduciéndose al menos en un 50% por el
uso de guantes. No obstante, los volúmenes de sangre transferida se mantienen siempre dentro de un orden de
magnitud, independiente del tipo de aguja, pudiéndose observar que en general oscila entre 1 y 5 ul.
Gaughwin y Cols han estudiado el mismo fenómeno en el caso de usuarios de drogas inyectables, observando
que al reutilizar entre ellos las agujas y jeringas, el volumen de sangre transferida es generalmente más grande
(del orden de los 30 a los 40 ul), y que puede ser considerablemente mayor si las jeringas utilizadas son de 2
ml que si usan de 1 ml. El mayor volumen de sangre transferida en los casos de usuarios de drogas inyectables
que reutilizan agujas y jeringas, así como la mayor repetibilidad y un fenómeno de estímulo continuado
explicaría la gran transmisibilidad del virus del SIDA entre estas personas en comparación con las bajas tasas
de infección post exposición accidental que se encuentran tras los accidentes en personal sanitario
Las manos deben lavarse antes y después del contacto con un paciente, inmediatamente si se
contaminan con sangre u otros líquidos corporales y después de quitarse los guantes.
Evitar el contacto directo con heces, orina, sangre y fluidos corporales;
Usar guantes de látex cuando haya posibilidad de contacto con sangre y otros líquidos corporales.
Usar mascarilla y lentes de protección cuando se prevea la posibilidad de salpicaduras por sangre
o líquidos corporales.
Debe usarse bata cuando haya posibilidad de contacto de la piel no intacta o de las ropas con sangre o
líquidos corporales.
El equipo reutilizable contaminado debe ser limpiado de material orgánico visible, colocado en un
contenedor impermeable y enviado al área de descontaminación o desinfección.
Las agujas contaminadas y otros objetos agudos desechables deben ser manejados cuidadosamente y
colocados en contenedores resistentes diseña-dos para este propósito.
Los trabajadores de la salud, con lesiones abiertas, dermatitis, etc., deben evitar el contacto directo con
el paciente y la manipulación directa de equipo contaminado.
Usar para la RCP, mascarilla con válvula que impida el retorno.
USO DE GUANTES
Los guantes constituyen una barrera entre usted y los microorganismos que se encuentran en la sangre y en
otros fluidos corporales. Utilice guantes siempre que vaya a estar en contacto, o piense que lo estará, con sangre
o fluidos corporales de cualquier origen. Recuerde que usar guantes disminuye hasta en un 50% el volumen
de sangre transferida en un pinchazo.
Todo material que pueda causar accidentes por pinchazo o cortadura es denominado como objeto corto-
punzante. Su mayor riesgo es inocular microorganismos, por lo que son parte de los desechos infecciosos.
Existe, con estos materiales, el riesgo de contagio de gérmenes como:
3. Tapar la aguja con la técnica de una sola mano, si no podemos depositarlas inmediatamente en el
recipiente (8). Recuerde que el recolocar la capucha de la aguja después de usarla es la causa más frecuente de
pinchazos en el personal de salud.
DESINFECCIÓN
La desinfección tiene como finalidad proteger del contagio de enfermedades graves al personal que maneja los
artículos que han estado en contacto con sangre o fluidos corporales. Puede ser de varios tipos, entre los
principales están:
Desinfección química: Colocar los artículos en hipoclorito de sodio al 10% y mantenerlo en contacto por 30
minutos.
Autoclave: Es el método más efectivo. Introducir el recipiente en el autoclave y mantenerlo durante 20 minutos
a 120 grados centígrados.
ELIMINACIÓN DE DESECHOS
El manejo apropiado de los artículos de desecho minimiza la propagación de la infección al personal de salud
y a la comunidad local. Los desechos de las instituciones de salud pueden ser de dos tipos: no contaminados y
contaminados. Los no contaminados no representan ningún riesgo de infección para las personas que los
manejan, pe. papeles, cajas, botellas, plásticos, etc. Los desechos contaminados pueden tener grandes
cantidades de microorganismos, que de no eliminarse de forma apropiada, son potencialmente infecciosos para
las personas que entran en contacto o manejan los desechos y para la comunidad en general, pe. sangre, pus,
orina, heces y otros fluidos corporales, así como elementos que entran en contacto con ellos como gasas (1).
Según el artículo 28 del reglamento de manejo desechos del Ministerio de Salud Pública del Ecuador los
recipientes y fundas de desechos deben tener los siguientes colores:
Referencias: