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RESEÑAS

ANT R O P OLOG IA

diálogos y negociaciones a futur o este mestizaj e re flej a una integra- que ha consol idado e l dominio de
que pueden llevar a acue rdos e n los ció n pacífica de las diversas " razas " los gra ndes terrate nie ntes e n los úl -
que el principio de la in/se guridad y clases sociales, lo que muestra el timos decenios.
no permanezca incólume. carácte r abie rto d e la sociedad cos- Para develar esta turbia historia.
teña. e n la cual no habrían habido José Antonio Figue roa, un literato
SIL V IA MONROY Á L V A R E Z contradicciones so ciales insalvables y antropólogo colo mbiano que vive
Antropóloga. Doctoranda en Antropo- y por ello las re laciones han sido más e n Ecuador, ha escrito un nota ble
logía Social, Universidade de Brasí1ia bie n de compadrazgo que de con- libro , cuya riqueza analítica con di-
(U nB). frontació n y lucha. ficultad puede sintetiza rse e n unas
c uantas p áginas , p o r e l riesgo de
pe rde r gran parte de sus contribu-
ciones p'olíticas e intelectuales. Em-
¡Ay hombe!, ¡pero pe ro , es necesario inte ntar un ace r-
qué violencia, con camie nto a tan impo rtante obra.
En el libro se parte primero de un
parranda vallenata a náli sis d e Cien años de soledad
incluida! ( 1967), un texto sobre el c ual se han
escrito miles de libros y artíc ulos, e n
los cuales se examin an diversos tó-
Realismo mágico, vallenato y violencia p icos literarios, histó ricos y c ultura-
política en el Caribe colombiano les. Podría pe nsarse que este es uno
José Antonio Figueroa más de esos, a veces aburridos, aná-
Instituto Colombiano de Antropología lisis literarios y textuales de García
e Historia, Bogotá. 2009, 274 págs. Márquez. Pe ro al ade ntrarse e n la
lectura de l libro d e J osé Antonio
Figue ro a se evide ncia que nos e n-
Entre los brutales cambios que se Ade m ás , se añade que cie rtos contramos ante una o bra d e otra
han prese ntado en la sociedad co- pe rsonajes e mble má ticos po r sus índole , que pre te nde , e n primera
lombiana en los últimos tres decenios acciones políticas, literarias, pe rio- instancia, resaltar el sentido crítico
sobresale que se haya impuesto el dísticas y/o cu lturales o todas a la de esa novela con re lació n a la so-
vallenato como principal expresión vez, se han conve rtido en los pro- ciedad de la costa Caribe del país.
musical de este país, hasta e l punto pulsores de l vallenato, entre quie- Para demostrar que esta no es una
que se le ha asignado un pre mio nes se recuerda siempre a Alfonso inve nción purame nt e lite raria d e
Grammy, que se entrega en Miami, López Michelse n (el " pollo valle - G arcía Márquez - po rque aunque
y los niños vallenatos cantan e n di- nato ") , Gabri e l García Márquez sea una obra de ficció n está relacio-
versos lugares del mundo, como en (de quie n se dice que escribió un nada con un entramado histórico y
la Casa Blanca de Washington . Se vallenato de c uatrocie ntas páginas social concreto, al que de nuncia de
podría pensar que esto es un resul- llamado Cien años de soledad ), manera crítica, po r supuesto acu-
tado de la calidad intrínseca a este Enrique Sa ntos Calderón, antiguo die ndo a todos los recursos de la li-
tipo de música y que tie ne que ver director d e E l Tie mpo y defensor a teratura-, Figueroa incorpora aígu-
con una cuestión puramente cultu- ultranza d e la parranda valle nata, nos análisis etnográficos que sobre
ral y folclórica, que engrandece a Co- y Cons ue lo Ar a újo Nog ue ra (la la estructura familiar de la costa se
lombia e indica la diversidad mesti- Cacica ). P a r a in corporar a es ta escribie ron en la década de rg6o. A
za del país. Se sostiene, de acue rdo tetralogía de inte lectuales al pan- partir del análisis de dos tipos de tex-
con la lógica mediática de los pode- teón del valle nato se ha realizado tos, e l literario y el e tnográfico , el
res corporativos de la información una labor de e ndio samiento que ha autor re laciona " los ele me ntos cons-
(El Tiempo, Caracol y RCN), que el corrido por c ue nta de ellos mismos, titutivos de las formas tradicionales
vallenato es la expresión de lo mes- dados sus variados poderes mediá- de organización social del Caribe co-
tizo porque allí confluyen e l acor- ticos, económicos, políticos y sim - lombiano con las grandes asimetrías
deón, proveniente de los " blancos" bólico s, o por las clases dominan- económicas, de géne ro y de raza, y
de Europa; la caja, propia de los ne- tes de la costa y las del inte rior de l con la violencia po lítica que actual-
gros traídos de África, y la guacha- país, e n especial de Bogotá. Esta vi- me nte se ha gene rado e n la región ''
raca de los pueblos indígenas. Se ar- sión oficial y he roica de l asunto , (pág. 2 2 ). Su pro pós ito principal
guye que no hay mejor expresión que se ha hecho dominante , sólo apunta a explorar '' la me táfora de l
cultural del carácter mestizo y tiene un proble ma: es falsa. Y no incesto y la viole ncia como recursos
tri étnico de la sociedad colombiana, sólo falsa, porque eso sería lo de útiles para describir los mode los de
que la pretendidament e representa- menos, sino que esconde una te rri - relaciones sociales endogámicas de
da en el vallenato. Se agrega que ble historia de viol encia y muerte, tipo matrilocal, que re mite n a una

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RESE ÑAS

<..l éh il co nstrucción de lo públic o y a munic ación y la impos ibilid ad de nieron en una serie de eleme ntos
una <..l é hil construcció n de la esfe ra const ruir una esfera públic a. que serían encom iados por m edio
mone tari a e n e l Carib e colom biano ·· El otro ele me nto desta cado en de una esencia/ización de la cul-
(ptíg.. 28). Esto lo conduce a utiliza r Cien años de soleda d es el de la vio- tura region al caribei1a. En este
la cat egoría de econo mía moral para lencia . que atravi esa la nove la de proce so, el espac io rural de la
ca racte rizar una socied ad signa da ~
princi pio a fin. aunqu e su manifesta- costa fue imagi nado como un lu-
por relacio nes de pare nt esco. ción extre ma esté relaci onada con la gar de mesti zaje carac teriza do
repres ión de los trabaj adores de las por el sensu alismo , el tradiciona-
banan e ras. en la que se manif iesta lismo . la ingen uidad, la relaja-
una acción represiva ligada al capi- ción ante la sexua lidad, la tradi-
tal transnacional del enclav e agríco - ción o ral, la pasiv idad y una
la. Adem ás. la violen cia está acom- acritu d despr eocup ada ante la
pañad a de la amne sia y el olvido . vida. [págs. IOI-I0 2]
porqu e nadie recue rda la masac re de
los trabaj adores del banan o. Adem ás, se e nfatiz aba de mane ra
El tipo de socied ades que se ana- reiter ada que la costa e ra la región
liza n e n la novel a de Garcí a Már- más pacífica del país, puest o que la
quez y en los estud ios e tnográ ficos Viole ncia políti ca de la décad a de
sobre la costa, funcio nan a partir de 1950 no se sintió en la regió n de
lógicas client elares , en las cuale s no mane ra direct a. Este conju nto de
existe lo públic o, sino favor es y con- imáge nes exótic as, y supuestame n-
trafav ores, lealta des y traici ones, te incon tamin adas, sobre la costa
lógica s de exclu sión e into leranc ia Atlán tica colom biana fue constr ui-
para el que no forma parte o no com- do como parte de un proye cto inte-
pa rte esos víncu los client elares . Im- lectua l de gran alcan ce en el que
peran los domin ios caudil lescos y no partic iparon , aunqu e no fuera una
El escen ario e n el que discur re la hay cabid a p ara las dema ndas popu- idea comp artida por todos , Alfonso
tra ma de Cien años de soled ad es la lares. Quien prote ste es perse guido Lópe z Miche lsen, Gabri el Garcí a
casa de los Bue ndía que opera , al y asesin ado y el Estad o interv iene Márq uez, Enriq ue Santos Calde rón
mism o tiemp o , como sede de una para mante ner el pode r de las elites y e l soció logo Orlan do Fals Borda .
famili a ampli ada y como una unida d region ales, recurr iendo a la violen - Fue un proyecto cultur al que, ade-
domé stica. porqu e coexi sten la fun- cia , algo enten dible porqu e se im- más de la visión estere otipad a del
ción habita ciona l y la eco nóm ica, y pone una " domin ación sin hege mo- realis mo mágic o, estuv o acom paña-
esta última corre a cargo de las mu- nía". Todos los aspec tos e nunci ados da d e la prom oción d e la músic a
jeres. Es tambi én una famili a matri- son los que se critica n en la princi - vallen ata y de la creac ión del depar-
local y e ndogá mica con relaci ones pal novel a de Garcí a Márq uez, pu- tamen to del Cesar, en 1967, cuyo
sexua les e ntre parien tes, y la unid ad blicad a e n 1967. prime r gober nador fue, lo cual no
fa mili ar se va ampliando alred edor Ahor a bien, este re perto rio críti- resultó casua l, López Miche lsen .
de las mujer es , por la polian dria. En co fue dome sticad o en los decen ios
estas socie dades las mujer es están siguie ntes, y se convi rtió en un me-
dentro de la casa, su espac io queda ca nismo de co nstru cció n d e una
red ucido al ámbi to priva do y los ident idad tr opica lista , basad a e n
únicos que partic ipan e n la vida pú- cie rtos estere otipos sobre la cultu-
b lica son los homb res. Muje r que ra carib eña co lomb iana . Segú n
intent e transg redir esta divisi ón es Figue roa, este proye cto fue impul -
consi derad a como una " mujer de la sado recur riend o a la "exal tación
ca lle ", " una mujer públi ca", pa ra mistif icada de los e lemen tos cultu-
usar una termi nolog ía mojig ata. Los ra les que había n sido descr itos
homb res tienen varias mujer es, in- crític amen te, ta nto e n la nove la
cluye ndo a la " legal" , con la que ha
contr aído matri monio . Es en este
Cien años de soled ad, como en el
conju nto de etnog ráfica s regio na-
o
conte xto real que se e ntiende n las les". En conse cuenc ia,
razon es por las cuale s la metáf ora
del inces to, que empl e a Garc ía nocio nes como el desinterés por
Márq uez, tiene una persp ectiva crí- el mund o mater ial y el dinero, la
tica porqu e apunt a a mostr ar como poligi nia, la probl emáti ca cons-
las relaci ones incest uosas supon e n trucci ón de patro nes de género, la Para analiz ar este proce so de do-
la negac ión de cualq uie r tipo de co- prima cía de lo local, etc., devi- mesti cació n de la crític a de Cien

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años de soledad, e l autor le dedica ilustrativos a l respecto. Por ejemplo, to había criticado. La vida de Esca-
la segunda parte d el libro, e n la que se dice q u e e l va llenato se bai la lo na ha sido p resen tada con un tono
se r esalt a e l pa pel d e l m es tizaje como el vals en España. es decir. en apologético po r Consue lo Araújo
como narrativa de integració n na- pareja. nunca sue lto ni en rueda. Nogue ra. e n su li b ro Escalona, el
cional. E l esfuerzo por consolidar la para e nfat izar q ue es un ba ile acom- hombre y el mito ( 1998). e n donde
imagen de Colom bia como un ex i- pasado y no como esos encuentros la regió n es p in tada como un espa-
toso proyecto nacional mestizo es- de montoneras, luj uri a y dese nfre- cio natura l, exótico, incontaminado
tuvo acompañado de la p romoción no sexual. como los pinta Consuelo y •·tos códigos de honor sirven para
de l va lle n ato, hasta la década d e A raújo Noguera. q ue serían la cum - contro la r la artificialidad inherente
1960 un género musical excl usiva- b ia y e l mapalé. De la misma mane- a la modernidad y permite anhelar
mente regiona l, lo q ue llevó a la or- ra, se reivindica u na p r áct ica ta n formas de relación social sust itutivas
ganizació n del Festival Vallenato en detestable y propia de un a d iscrimi- a la circulació n dineraria". Por e llo,
1968, el certa me n de música más nació n sex ual de clase, raza y gé ne- ·'las elites construye n un proyecto
importante del país, en cu anto a fi- ro, como son las llamadas "colit as··, cultural en e l que se privilegia la ló-
nanciació n económica y cobe rt:.1ra no mbre que se le da a las ce remo- gica del honor y el clie ntelismo. el
mediática se refiere. Al mismo tiem- nias que se hacen en los apose ntos localismo y e l machismo por med io
po, se empezó a hacer literatu ra y de la se rvidumbre, a donde se des- de una estrategia que ... naturaliza
periodism o sobre e l vallenato, con plaza el pat ró n luego de hacer un a relaciones q ue son artificiales y per-
la participación decisiva de intelec- fi esta e n su casa. En esas colitas se mite q ue las lógicas del pode r local
tuales regio nales y n acionales. exalta la confratern id ad de los pa- aparezcan como espontáneas mani -
t ro nos y s us d e pend ie ntes como festaciones de la cult ura regional "
m uestra de las relaciones "cord ia- (pág. 144). Por todo eso, Escalona
les" q ue existen en la costa, pero no ha sido el canto r de los pode res lo-
se d ice que esa es una vu lgar forma cales y luego se convirtió en el nexo
de explotación sexual de las m uje- clientelista y canto r de los poderes
--.,._
res pobres y cam pesin as y la reivin- nacionales, como se aprecia en las
dicación del derecho de pernada po r letras de sus composiciones, e n las
parte de los terratenien tes. Y a eso, cuales de manera con tinua hace alu-
para comple tar. lo consideran com o siones a terrate nientes, gamo nales y
una expresió n d e ''d emocracia ra- preside ntes de la República, de quie-
- . ;:.::::: cial " que dese mboca en e l mestiza- nes siempre hizo apología sin impor-
- --- je. En síntesis, el mestizaje que se
promocionó d esde la década de 1970
tar su co lor político, d esd e R ojas
Pinilla, pasando por el conservador
configura un Guillermo León Valencia y e l libera l
López Michelsen. Po rque Esca lona
patrón de dominación racial y de siempre fue incondicional al poder de
¿Cuál es la idea de mestizaje que género, recubierto de un lengua- tumo. Esto quie re decir que la difu-
subyace a ese proyecto? Aunque se je moral, y cómo las élites provie- sión nacional del vallenato, de la q ue
diga que el vallenato es la síntesis nen unas imágenes sobre sí mis- Escalona fue su principal vehículo , no
perfecta d e tipo r acial e n el país, m as y sobre los subalternos en las es un proceso cultural y musical por
porque allí se manifiestan eleme n- que se naturalizan las subordina- sí mismo , sino la expresió n de articu-
tos de blancos, negros e indígenas, ciones de género, raza y clase. En lacio nes clie ntelistas entre poderes
e n r ealidad esta im agen es fa lsa, este proceso, los elementos de la regio nales y nacionales.
porque el m estizaje que se ha im- cultu ra radicalmente criticados L uego d e ana lizar e l papel que
puesto es blancuzco, p or decirlo d e por G arcia Márquez en Cie n desempe ñan los inte lectua les " t ra -
manera sintética. Lo es, po rque los años de soledad se con virtieron dicion a les" d e l vall e n a to, como
diversos e lem entos que resaltan los en atributos positivos de la iden- Ló pez Miche lse n, E nrique Sa ntos
"intelectuales d e l va lle n a to" son tidad regional. [pág. 129] C alde ró n y Cons uelo Ara újo No-
profundame nte discriminatorios y guera, el autor le dedica un apa rta-
racistas con relació n a negros e in - Tanto las clases do minantes loca les do especia l a Orlando Fals Borda, y
dígenas, a los que se les considera como las de l interio r, e n especial las lo hace porque e n la obra de este
como subordinados con respecto a de Bogotá, construyero n, a partir de auto r se comb ina política y acade-
los grandes terratenientes y gam o- la biografía d e R afae l Esca lo na mia y es uno de los iconos de la ide n-
nales " blancos", los que le d an un - ligado a los círculos te rrate nie n- tidad regional de l Caribe colombia-
toque de "grandeza" al mestizaje. tes y ganaderos de la regió n- , un no. A Figueroa le inte resa resa ltar
Varios aspectos, que no son ni mu- modelo de los valo res supuestamen- la concep ció n q ue construye Fals
cho menos anecd óticos y que se ci- te p ositivos de la cultura caribeña, Borda sobre el campesino y la ide n-
tan en el libro que comentamos, son los mismos que García Márquez tan- tidad regio nal. que inscrita e n una

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RESEÑ AS

perspe ctiva de izquier da se asem~ja espacio alte rnativo a las deficie ncias que se negó a incorp orar sus deman -
a la constru cción que han hecho los de la mode rnidad . mistifica la tradj- das al abando nar cualqu ier proyec -
intelec tuales libera les. ligados a los ción e inhibe la posibil idad de la crí- to real de reform a agraria - que se
podere s domin ant es a escala regio- tica y la transfo rma ción cultura l. En rubricó a comien zos de 1972 con el
nal,. nacion al. En su visión de l ca m- estas imágen es se niega a los subal- Pacto de Chicoral, a favor de los terra-
pesina do de la región. el soció logo te rnos la posibil idad de imagin ar un tenient es- , como de las clases do-
costeñ o lo describ e como un sujeto modelo de relacio nes política s dis- minan tes a escala local. Esta re-
inclina d o a compo rtamie ntos colec- tinto al de la tradició n y la costum - presió n. que se e n cadena con la
ti vos opuest os al individ ualism o que bre .. (pág. r 62 ). e mergencia del narcotr áfico y la con-
caracte riza a los campes inos de otras solidac ión del parami litarism o, ha
regione s de l país. Esto tiene como sido terroríf ica y ha hecho añicos la
~-- -----------~
consec uencia que la cu ltura regiona l imagen de la costa Atlánt ica como
sea vista como "una materi a prísti- ( 1 un empor io d e paz y frat e rnidad
na caract erizad a por el igualit a- e ntre las clases, que tanto se predi-
rismo. el pacifismo. la solidar idad, el 1 1
caba e n la década de 1970.
comun itarism o.la familia amplia da. '1
El autor analiza con cierto detalle
e l privileg io de lo local e n contra del 1 las contrad iccione s de la izquier da,
centra lismo. el rechaz o a la acumu - 1 que no llegó a entend er el proyec to
lación. e tc.: es decir. una serie de
compo nentes que formar ía n la base
i de la ANUC y de los campes inos, por
1 su lectura centrad a sólo en el proce-
de una resiste ncia al capital ismo y 1 so de proleta rizació n y no en las rei-
un a identid ad regi onal dife re ncia- 1 .•
.....~••• vindica ciones de los campesinos por
da·· (pág. 156). Con evide ncias e m-
píricas . extraíd as con cu idado y en ...._
-
__ ___.___
·' _j_ -- -. '-·- ··
mejora r sus condic iones de existen -
cia. Figuer oa, distanc iándos e en for-
forma meticu losa de diverso s escri- ma tajante de la Vulgat a posmo dema
tos de Fals Borda. e n especi al de su En el te rcer capítu lo del libro , (es decir, de sus lugares comun es so-
Historia doble de la Costa (vol. 1. Figuer oa e xamina e l papel que de- bre el carácter opresiv o de la moder-
1979. vol. 2. r 981. vol. 3, 1984, vol. sempe ñaron la ANUC y las luchas nidad, su crítica al human ismo, su rei-
4. 1986). Figuer oa de muestr a las se- del campe sinado costeñ o e n la dé- vindic ación de lo micro y de lo
mejanz as e ntre la concep ción que cada de 1970 y las consec uencia s que tradicio nal, su culto a la oralida d, su
de fe ndió el sociólo go con las de los se deriva ron de su derrota . Este ca- abando no de las luchas materi ales y
intelec tuales liberal es. En concre to, pítulo tie ne un nexo directo con la económ icas por el rescate de las ac-
eso se eviden cia con nocion es como temáti ca de los dos capítul os ante- cio nes puram ente cultu rales, su
mestiz aje y de mocrac ia racial. y la riores, porque se trata de indaga r en cultura lismo estrech o...). plantea que
forma positiva de consid erar la fa- el hecho, a primer a vista paradó ji- en las luchas de los campe sinos de la
milia amplia da y la parent ela. ya que co, que mie ntras las e lites y sus inte- costa no se propon ía como una de-
" la poligam ia, el concub inato abie r- lectual es constru ían una imagen de manda central la defens a de la tradi-
to y el compa drazgo contrib uye ron mestiz aje y de integra ción racial, en ción cultura l, porque eso chocab a
a constru i r una socied ad solida ria la practic a imped ía la integra ción con sus reclam os de modern ización .
socia l y racialm e nte" (pág. r 58). económ ica y polític a de los campe - Por esa razón, en la polític a prácti-
Algo similar ocurre con la maner a sinos a la nación colomb iana, con el ca, los campe sinos estaba n hacien -
como Fals Borda analiza unas su- pretex to de manten er la tradici ón y do suya la crítica de Cien años de
puesta s alia nzas históri cas entre las la identid ad region al , que los llevó soleda d a la socied ad costeña. En
elites domin antes locales y el resto a organi zarse y luchar en la década esta lucha práctic a, " los sector es
de la poblac ión contra el poder des- de 1970. Este proces o contra sta con subalte rnos intenta ron constr uir un
pótico. extern o, del Estado ce ntral. las imágen es constru idas por los in- tipo de esfera públic a plebey a, me-
Según Figue roa, Fals Borda esen- telectu ales de la elite y por Orland o diante el uso de ciertas conven cio-
cializa al campe sino porque supone Fals Borda , como la máxim a expre- nes del quehacer polític o moder-
que el tradici onalism o, como carac- sión intelec tual de la izquier da de la no" , entre ellas reivind icar el bien
terístic a region al, es una expres ión época, en la que se reivind ica el tra- público contra el predom inio de
de resiste ncia al capital ismo, lo cual diciona lismo y el apego a lo local y podere s locales , que benefi ciaban
deja de lado las relacio nes que se lo region al , mientr as que los campe - de maner a exclus iva a las elites re-
estable cen entre el tradici onalism o sinos de la costa son activos , delibe- gional es; deman das de moder niza-
y las condic iones neoco loniale s, rantes e inte resado s en lo nacion al ción moneta ria , que se oponía n a la
como justam ente lo había denunc ia- y e n lo estatal . Como la lucha de los exclus ión de los benefic ios econó-
do Cien años de soledad. En conclu - campe sinos de la costa fue masiva y micos a que han sido someti dos los
sión, " Fals Borda , en su deseo de radical , recibió como respue sta la campesinos y los pobres ; deman das
encont rar en la costum bre local un represi ón tanto del Estado centra l, de inclusión política, que apunta ban

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RE SEÑAS
ANTROPO LO(j{A

al reconocimi ento de sus organiza- Ló pez Michelsen muestra, en senti- una serie novelada en homenaje a
ciones y a la presencia activa de l Es- do contrario "a las tesis posmodern as Rafael Esca lona. En otros términos.
tad o. E n pocas palabras, "la A NUC que de finen la de fensa de la tradi- así como la costa se vinculaba al mer-
de manera intenciona l se p ropuso la ció n cultural y de lo local como refu- cado mundial a través de la agroex-
cre ación de un código lin güíst ico gio de la resistencia ". que fue ··el portació n, legal e ilegal, el vallenato
nuevo que [... ] se opo nía punto por Estado el que evitó la oficializació n se internacionalizaba, si po r ello se
punto a las acciones cotidianas que de la represe ntación campesina, e l e ntiende que llegaba a Miami. Así.
se dan en el campo de la cultura re- que eliminó evidencias escritas. con-
gional dominante " (pág. 178). denando a los cam pesinos a la me- el proyecTo por el cual habían Tra-
moria o ra l, y e l que ma nt uvo los bajado con Tanto ahínco desde los
conflictos entre éli tes y campesino s años setenta, entre otros, Alfonso
en la instancia local, en contra del in- Lópéz M ichelsen, los Araújo y
terés campesino de exponerlos en la Enrique Santos Calderón, logró fa
esfera nacio nal" (pág. 198). conquista del mercado nacional
Tampoco por azar e l consentido en los años noventa, mediante fas
cu ltura l de l cuatrie nio de Ló pez exper imen taciones 'Tecnoma-
Michelse n fu e el vallenato y Rafael condianas' realizada por el hijo de
Escalo na, ese personaje clientelista las élices del M agdalena Carlos
que canta loas a la corrupció n, a la Vives, y luego por la insTauración
politique ría y a los ganaderos y terra- del Premio Grammy al valfenaro
te nie ntes. fu e e nsalzado com o e l en el 2007. La ratificación simbó-
e mbajador cu ltural del régimen. lica del lobby que durante años
El libro termina con un breve epí- hicieron fas éfites latifundista s y
logo en e l q ue se examina en forma paramilitares en la promoción del
somera la consolidación del parami- vallenato en Los Estados Unidos
La respuesta represiva de l E sta- litarismo y cómo en una de las re- se evidencia en la creación del pre-
do central y de las clases domin an- giones que las clases dominante s pre- mio y en la entrega de su primera
tes n acionales y regionales supuso la sentaban como remanso de paz, se edición a los hermanos Zulera. los
consolidac ión del mo delo agrícola puso en práctica uno de los mecanis- controverti dos cantantes que di-
neoliberal, basado en la exportació n, mos m ás sanguinarios de viole ncia y cen sin ambages, en uno de sus
que combina lo más desarrollis ta del terror contra Jos campesino s y los temas: ' N o jod a , viva la tie rra
capitalismo con las formas tradicio- pobres que se hayan vivido en la his- pa ram ilita r, vivan los paracos'.
na les de producció n. E sto quiere to ria de Colombia, como lo han sido [pág. 233. resaltado nuestro]
decir, en concre to , que en la costa las m asacr es re a lizadas por los
se dispuso la pro ducción de algodón paracos. Y lo significativo radica en
y la cría de ganado para e l mercado que esas masacres viene n acompa- ¡------ - - - -·
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mundial, lo cual se sustentaba e n las ñ a da s d e la infalta bl e pa rra nda
peores formas de explotació n de los vallenata. "Al amenizar las masacres
trabajadores agrícolas y en acentuar con las parrandas vallenatas, los ac-
la concentració n territo rial en pocas tores rurales recuerdan q ue está en
manos. En esa perspectiva , no resul- juego un o rde n simbó lico regional
tó, extraño que el vocero por exce- que se acata o se muere . La parran-
le ncia de ese proyecto neoliberal y da vallenata en medio de la muerte
te rrat eniente h aya sido el " p o llo tien e un sign ificado específico: los
vallenato" desde la presidencia de ca mpes inos ti e n en q u e ace pta r
la R epública e n e l pe riodo 1974- gustosame nte e l o rde n mor al im-
1978. En efecto, López Michelsen, el puesto po r el proyecto regionalista
mismo cultor del vallenato y primer y abandonar la política" (pág. 222).
gobernado r del Cesar, nombró como Al un ísono con este cortejo d e - ---- 1
--- - -l
ministro de A gricultura a un te rra- terror en los campos y ciudades del
teniente costeño que se encargó de país, y en especial en la costa Atlán-
expulsar a la ANUC de ese ministe- tica, el vallenato fue impulsado más Figueroa indica. a pa rtir de Edward
rio y de apropiarse de sus archivos, allá de las fronteras colombi anas por Said , la importanc ia d e criticar la
mientras bandas armadas, organiza- los mismos que financiaban y orga- pro pi a cultura, noción a la que co n-
das por ganaderos y terrate nientes, nizaban las masacres y posaban como cibe com o u n ca mpo e n d isp ut a.
perseguían y asesinaban a los líde- galanes de televisión y conq uistaron Esta aclaración es importante para
res campes inos. El significado sim- el mercado nacio nal con la escenifi- aborda r un con texto del que provie-
bólico de la política anticampesina de cación, a través de la televisió n, de ne e l autor.

IOLETIN CU LTURAL Y .IULIOOaÁPICO . VOL. 46. N Ú M . 1!1, 2011 r0s 1


Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1 o 1. e 1 o H RESEÑ AS

Para ir concluye ndo. puede decir- do lugar. a unque mencio na en el que bie n podría supone rse una de las
~e que en la elabor ación de este tex- e pílogo la cuestió n de los nexos que manifestacion es más visibles del es-
to se ha realiza do una e ncomia ble se han e nt ablado e ntre terrate nien- píritu moder no, se consid eró duran-
lahor transdisciplin aria en el se nti- tes. ga nade ros. polític os loca les, te largos siglos. y sigue sié ndo lo aún ,
do pleno de la palabra . más allá de narcotr aficant es y parami litares con como una condic ión inexcusable del
las modas cultura listas que tanto in- e l va lle nato, este asunto tambié n conoci m ie nto riguros o. Progre sar,
voca n esta palabra . Es un esfue rzo hubie ra me recido un tratam iento avanza r e n el proces o de conoci -
inte lectual notable e n donde se re- más amplio. miento y contro l de la realida d na-
lacio nan crítica cultura L antrop olo- En genera l. esta aguda investi- tural y human a, sólo fue pe nsable en
gía. sociolo gía. historia. economía. gación social es un a porte notabl e la m edida de la adecu ada clasi-
análisis lit e rario al tiempo q ue se al conocimie nto de la socied ad co- ficación y compa rtimen tación, y del
utilizan de manera abiert a diversa s lombia na co nte mpo rá nea. El últi- riguros o respeto de los lindero s es-
tradici ones teórica s. en las que apa- mo párrafo del libro es el cierre per- tablecidos. La verdad , que se perse-
rece n autore s como Edwar d Said. fecto para esta gran obra y tambié n guía con fervor y cuya posesió n fue
R anahit Guha. Claude Lévi-S tra uss, para esta reseña: " La consolidación estima da el fin último de la aventu ra
Émile D urkh eim y Ca rlos Marx. de l proyec to parami litar en Colom - human a , irradia ba sobre cualqu ier
bia y en la costa Ca ribe ejempl ifica otra dimens ión y se pensab a alcan-
de mane ra vívida el lado perver so zable median te el juicios o ordena -
del sueño posmo derno y neolib eral: miento de un cuerpo de proced i-
una tie rra sin E stado , ampar ada en mientos, dentro del cual el sitio de
lo ' glocal' , en la tradici ón y la cos- mayor e nve rgadur a lo ocupab a, pre-
tumbre , sin partido s polític os -que cisame nte, la obedie ncia a la delimi-
es lo mismo que con partido s polí- tación . Así las cosas, la aventu ra
ticos tradicionales- , y export adora científica y existen cial, de alguien
d e ganado , coca, algodó n y cultu- que como el doctor Víctor Manue l
ra " (pág. 234). Sencil lament e, ¡que Patiño Rodríg uez ( 1912-2001) irra-
traged ia tan espant osa, ay hombe ! dió su avidez por el conoci miento a
lo largo y ancho de vastos territo -
R ENÁN V EG A CANT OR rios en aparien cia inconc iliables , es
determ inante.

Dos hechos que el a utor me ncio-


na de paso, ha brían me recido un tra-
Cantos
tamien to más detalla do. En primer a la naturaleza
lugar, el papel de García Márqu ez
como do mestic ador del sentido crí-
Mis amores son del monte. Coplas de
tico de su propia obra, Cien años de
la costa colombiana del Pacífico
soledad, y como correa de articul a- Víctor Manuel Patiño Rodríguez
ción e ntre los podere s polític os re- Program a Editorial de la Universidad
gionale s y nacion ales, por sus víncu- del Valle, Cali, Colección Clásicos
los económ icos y polític os con elites regionales, 2006, 165 págs.
nacion ales y con person ajes, como
E nrique Santos Calder ón y otros
in telectu ales de l valle nato. E s decir, No obstan te que en nuestro medio
q ue hubier a sido interes ante amplia r podem os señala r antece dentes de Ocupa do en un princip iO en
el análisi s sobre los giros polític os, e trabajos cie ntíficos que enfre ntan el asunto s de natura leza botáni ca y fo-
incluso lite rarios, de García Már- objeto de su conoci miento con una restal, el doctor Patiño extend ió sus
quez y la mane ra como han incidid o mirada amplia y liberad ora, la acti- interes es hasta e l ámbito de la an-
en la co nsolid ación de la imagen tud más gene ralizad a es la del espe- tropolo gía cultura l, el folclor , la lin-
tropica lista de la costa Atlánt ica y cialista que se enfrasc a dentro de los güístic a, la poesía popula r y la et-
su exaltac ión de todo el cortejo de muy estricto s límites de su porció n nograf ía. Tratán dose de su trabajo
miseria s sexual es, raciale s y de cla- de mundo y reduce la experie ncia de podría mos traer a colació n el aserto
se, que son propia s de la región , vida, que se rehúsa a la compa r- de Pascal , quien frente a la imposi -
como se manifi esta e n Memoria de timent ación, a la de un territo rio más bilidad human a de conoce r todo lo
mis putas tristes (2004) , una vulgar o menos maneja ble, pero por com- posible en torno a un solo asunto ,
apolog ía de la pedofilia. En segun- pleto artificial. La especia lizació n, recom endaba saber un poco acerca

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