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La logística integral abarca y coordina todos los procesos necesarios para el flujo de materiales
de una compañía. Y lo hace desde una visión global. Es decir, sabe cómo las diferentes partes
(departamentos, personas, procesos…) que la componen han de estar dirigidas armónicamente
hacia un fin común y entienden la importancia que todo esto tiene para la marcha de la
organización.
La logística integral sabe que va mucho más allá del mero movimiento de un material del punto
A al punto B. Da un paso para atrás para poder comprender mejor qué hace, por qué lo hace y
para qué lo hace; con el objetivo de encontrar la mejor manera de hacerlo. Pero, ¿cuáles son los
elementos que han de integrarse para lograr ese funcionamiento de conjunto?
Integración funcional
Integración empresarial
Integración espacial
Cómo de cerca queremos estar de ellos o cómo de lejos nos podemos permitir ubicarnos son
puntos fundamentales para definir nuestra logística.
Integración estratégica
Ser capaces de integrar instalaciones, empresas, departamentos y trabajadores es vital. Sin
embargo, no seremos capaces de lograrlo sino contamos con una guía de cómo hacerlo, de una
estrategia para el total de nuestras acciones. Es decir, necesitamos saber qué cadena de
suministro queremos ser. Cómo queremos que nuestra logística contribuya en el tipo de
empresa que somos.
No montaremos la misma infraestructura ni contaremos con los mismos proveedores si, por
ejemplo, queremos competir por la rapidez de nuestro servicio que si queremos hacerlo por su
coste. Incluso es probable que no usemos los mismos tipos de palets. La forma en que la
logística ayuda a definir los productos de las compañías se ha hecho cada vez más evidente, de
tal forma que varios de los gigantes empresariales del mundo basan parte de su propuesta de
valor en sus cualidades logísticas.
Situarnos en este nivel de planificación empresarial nos ayuda a entender cómo de lejos queda
la idea de que la logística consiste en simplemente mover mercancía de un punto a otro. Y esto
no es algo que solo afecte a multinacionales. Las empresas de cualquier tamaño deben
asegurase de trazar un plan logístico para poder definir la manera en la que quieren atender a
sus clientes y, luego, asegurase de poder cumplir ese compromiso.
Ser capaz de reaccionar con mayor rapidez antes las nuevas necesidades de los clientes
al tener un mayor control y conocimiento de lo que sucede en nuestra cadena de
suministro. Esto también permite mejorar la respuesta ante posibles incidencias y
problemas.
Mejorar la relación con clientes y proveedores. Tanto por el efecto de un trabajo más
cercano como por la mejora en el servicio ofrecido.
Reducir costes. Conocer mejor nuestras necesidades, los tiempos de nuestra cadena y
contar con mejores previsiones nos deberá permitir eliminar stock innecesario
y mejorar nuestros costes de transporte sin que esto empeore el servicio.
Ser capaces de obtener e interpretar, de una forma sencilla, datos fiables y relevantes
sobre nuestros procesos para ayudar en la toma de decisiones estratégicas.
Fue en gran medida, la falta de coordinación entre las ventas y la producción, la que dieron lugar
a la aparición de la logística en las empresas, como medio de resolver el conflicto entre dichas
actividades, sirviendo la misma de nexo necesario entre la demanda del mercado y las
actividades de producción de la empresa.