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Burradas de un profesor:

Huerta de Soto sigue a Bohm-Bawerk en sus aventuras oníricas.

Sí, este economista se embarca en un viaje quijotesco contra los molinos de viento de
lo que llama “teoría de la explotación”, cuya realidad, como en el libro cervantino, es
completamente distinta a la que el héroe se imagina. Debe ser todo un amante de la
literatura, este señor, pues ha decidido honrar al Quijote, parodia de las entonces
caducas historias de caballerías, con la tarea ardua de encarnar él mismo otra
parodia; esta vez la burla se hará a costa de las caducas historias “de economías”,
aquellas que nos dicen que vivimos en el mejor de los mundos posibles.
Bueno, si me preguntan, la intención no está mal, pero la ejecución ha resultado en un
acto bastante deslucido, y a decir verdad, demasiado sobreactuado. ¿Quién se va a
creer que este personaje estudió economía?
Pues bien, si alguien se lo cree, este post tiene precisamente el objetivo de separar la
ficción de la realidad. Presento el video para que todos lo disfruten, pero no garantizo
que esto sea posible:

Abajo paso en limpio lo que sostiene el video, prácticamente en forma


literal.

-El Gran Objetivo de este video: refutar la Teoría de la Explotación, o demolerla, que
suena mucho “más mejor”. Mediante esta hazaña, el autor se propone salvar al mundo, pues
la T.E. sería la fuente de las peores calamidades, para no decir de TODAS.

-Características de la T.E. según el video: todos los bienes económicos serían fruto
exclusivo del trabajo humano, pero los trabajadores no perciben el fruto íntegro de su
trabajo, pues son explotados por los capitalistas que se apropian de una parte de dicho
trabajo.

-Origen de la T.E según el video: Los clásicos ingleses, liberales que supuestamente
debían defender el orden burgués, resultaron unos apologistas decepcionantes, pues
elaboraron una teoría objetiva según la cual el trabajo es la fuente del valor, lo que tenía
que llevar a la pregunta de porqué los trabajadores no reciben la totalidad de lo que
producen.

Ahora el autor pasa a enumerar algunos puntos de la teoría laboral de Rodbertus…


¿quién? eh… Rodbertus…
Aquí vemos como se lleva el ridículo a su punto máximo cuando el personaje justifica
esta presentación diciendo que la teoría de Rodbertus es la base de la teoría de Marx.
A pesar de este momento hilarante, a partir de aquí la obra nunca saldrá de una
estable mediocridad. Veamos:

-Teoría Laboral del Valor de Rodbertus (otra vez, me limito a reproducir casi
literalmente):
*Todos los bienes económicos son producto exclusivo del trabajo humano.
*Los obreros no perciben, como deberían, el valor íntegro de lo que producen.
*Los capitalistas obtienen sus rentas coaccionando a los trabajadores, por medio de
instituciones como la propiedad privada y el contrato de trabajo por cuenta ajena…
*El precio de los bienes es (igual a) el valor del coste del trabajo que llevan incorporados.

-Críticas del autor a la teoría de Rodbertus:

1a-Los bienes de la naturaleza son bienes económicos aún sin incorporar previamente
trabajo alguno (ej. diamante).
1b-Hay bienes que incorporan la misma cantidad de trabajo, y sin embargo tienen valores
distintos (ej. vino añejo).

2-El trabajador es libre de esperar a que termine el proceso de producción para cobrar la
totalidad de su salario sin sustracciones… si quiere cobrar antes, se le extrae un interés por
el crédito que le estaría otorgando el capitalista, un interés que recae sobre su productividad
marginal, que sería el aporte del trabajador al proceso productivo.
Esto sería incomprendido por el desconocimiento del hecho de que los procesos
productivos llevan tiempo: “La inmensa mayoría de nosotros NO QUEREMOS esperar ese
período de tiempo, no queremos asumir todas las incertidumbres y riesgos del proceso
productivo…”

3-Si no hay demanda no hay valor, por esto el valor sería subjetivo.
La ganancia del empresario proviene de estimar un precio de venta y comprar los insumos a
un precio menor, con lo que la ganancia se produciría en el mundo de la circulación.

Adam Smith encontró un fantasmagórico precio de equilibrio a largo plazo. A largo plazo
los precios y los costes coinciden, de donde hay solo un paso para decir que los costes
determinan los precios.

4-Razonamiento circular: “si el trabajo determina el valor de los bienes económicos y


aquél, a su vez, se encuentra determinado en lo que a su valoración se refiere por el valor de
los bienes económicos necesarios para reproducirlo y mantener la capacidad reproductiva
del trabajador, resulta que se termina razonando circularmente sin que se llegue nunca a
explicar qué es lo que determina, en última instancia, el valor.”

Bien, el personaje terminó de jugar con la teoría de un señor ignoto, ahora pasamos a
lo que importa: se propone enumerar seis puntos, o eso dice, de la teoría de la
explotación de Marx, los únicos que la diferenciarían de la TLV anterior.

-T.L.V. de Marx:
*Metodología dialéctica.
*Las mercancías estarían definidas como aquello producido por el trabajo, con lo que
sería caer en un razonamiento circular el afirmar que el valor está determinado por la
cantidad de trabajo.
*Deduce un común denominador como necesidad del intercambio, y lo encuentra en la
cantidad de trabajo incorporado. Podría haber utilizado otro, como el peso, o el valor
subjetivo.
*La plusvalía se obtiene extrayendo trabajo impago.
*Polilogismo: todo el que me critique es burgués…
*No hay que pensar cómo funcionaría el socialismo… porque es inevitable.
*Tendencia a la centralización y concentración. Esto sería lo que llevaría a la revolución.

Críticas del autor a la teoría de Marx:


0-La dialéctica no le gusta. No la explica ni la critica, pero debe tener algo malo que olvida
decirnos.
1-Lo dicho, se supone lo que se quiere demostrar.(?)
2-Sólo si hay una desigualdad de valoraciones subjetivas se realiza el intercambio, con lo
que no podría haber equivalencia alguna (gesticulación con los brazos).
3-No le gusta la definición, suponemos que confía en la crítica que le hizo a Rodbertus,
pero en ese caso no se entiende para qué incluyó esta característica como algo distinto a la
teoría del “precursor”.
4-Podía haber usado otro común denominador: rareza, escasez, peso.
5-Las clases no determinan la conciencia y no hay ideología burguesa, no hay ideas
apologéticas.
6 y 7-El estado centralizado no puede calcular eficientemente. Tampoco las empresas
integradas verticalmente.

Finalmente, entra en el tema de la transformación de precios directamente


proporcionales a los valores a precios de mercado, y dice: “Marx reconoce que los
bienes no se intercambian en función del trabajo incorporado en el mercado” pero las
desviaciones se compensan unas con otras de modo que el valor total coincide con la
suma de los precios totales.
Esto no le gusta… porque podría usarse cualquier otro común denominador con la
misma legitimidad (?).

En el finale dramático el protagonista le reclama al universo, mientras trata de


contener los lagrimones: “Sólo en esta universidad se demuele esta teoría, ¿porqué?”
El video no llega a la parte en que estallan los aplausos.

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Muy bien. Por fin llegamos a la parte en que, como dijimos, vamos a separar la ficción
de la realidad.

Primero volvamos al primer giro humorístico que señalamos, que consiste en empezar
a hablar de un tal Rodbertus, cuando el objetivo transparente de este video es atacar,
en cambio, la obra de Marx. Si suponemos un mínimo de coherencia en este video,
tendríamos que admitir que la mayoría de las odiadas reivindicaciones del
movimiento obrero, las revoluciones, etc., se han hecho acompañadas por las
herramientas teóricas de Marx, y ninguna ha rescatado el nombre de Rodbertus, ni de
ninguno de los otros teóricos iguales o mejores que Rodbertus, que defendían alguna
versión de la TLV.
Sobre este punto, hay que resaltar que en el prefacio del Tomo 2 de El Capital, Engels
se encarga de refutar las pretensiones de este mismo Rodbertus de haber dicho
esencialmente lo mismo que Marx. Y además de señalar sus ineptitudes, demuestra
que la teoría de este señor no es más que una copia de autores anteriores, que Marx
había leído y cuyos aportes había reseñado, para luego criticarlos en lo que fuesen
insuficientes.
Entonces nos preguntamos ¿cómo responde esta maniobra de dilación al objetivo de
atacar a Marx?
La respuesta se hace obvia: como se demostrará aquí, esta maniobra es hija de la
impotencia, por eso ante la imposibilidad de criticar las verdaderas ideas de Marx,
tiene que crearse (o encontrar) un monigote ante el que poder cantar victoria, para
luego atribuirse este triunfo como si se hubiera logrado contra la teoría más compleja.

En consecuencia, y para no perder tiempo con las críticas a la teoría de Rodbertus,


vamos a ver primero si lo que se dice aquí de la teoría del monigote, es aplicable
realmente a la teoría de Marx.

Punto 1: *Todos los bienes económicos son producto exclusivo del trabajo humano.

Como el mismo “economista” admite enseguida, la teoría de Marx no dice eso, por lo que
es sorprendente que pretenda que no veamos esta contradicción tan evidente en la
presentación.

Primero digamos rápidamente que Marx reconoce como fuente de la riqueza social a dos
cosas: el trabajo y la naturaleza, esto está en la primera sección de El Capital, por lo que
podemos suponer que esta gente no llegó a leer ni el primer capítulo. Es lo mismo que
había dicho ya en 1844, siguiendo a los clásicos:

“El trabajador no puede crear nada sin la naturaleza, sin el mundo exterior sensible. Esta es
la materia en que su trabajo se realiza, en la que obra, en la que y con la que produce.”
(Manuscritos económicos y filosóficos, 1844)

Dicho esto, queda claro que la crítica 1a es irrelevante. Pero además hay que aclarar que
Marx no busca investigar el valor de la generalidad de los bienes económicos (al menos no
en primera instancia), sino de aquellos cuyo valor no se vea distorsionado por factores
contingentes como la escasez y el monopolio, condición de lo cual es que puedan ser
reproducidos indefinidamente. Sólo con esta condición se puede intentar encontrar una
causa científica del nivel de los valores, ya que sólo entonces se puede igualar la oferta y
la demanda, lo que exige buscar un determinante del valor de cambio que no dependa del
desequilibrio entre la oferta y la demanda. Estos bienes reproducibles son las mercancías,
el objeto de la teoría del valor-trabajo de Marx (1).
Hacia el final, nos encontramos con la admisión de este mismo “economista”, de que la
crítica 1b es también irrelevante, pues Marx tampoco dice en este caso lo que se le quiere
hacer decir (en cambio, para Marx los precios de mercado no son idénticos a los precios
proporcionales a los valores, con los que trabaja en el Tomo 1 de El Capital). Luego
veremos este tema cuando se hable directamente de Marx.

Punto 2: *Los obreros no perciben, como deberían, el valor íntegro de lo que producen.
En este caso hay coincidencia. Luego veremos la crítica correspondiente al hablar de Marx.

Punto 3: *Los capitalistas obtienen sus rentas coaccionando a los trabajadores, por medio
de instituciones como la propiedad privada y el contrato de trabajo por cuenta ajena…

También hay coincidencia en este punto, aunque el autor confunda (como buen austríaco) a
la renta con el beneficio.

Punto 4: *El precio de los bienes es (igual a) el valor del coste del trabajo que llevan
incorporados.

Curiosamente, si uno tuvo la mínima honestidad intelectual de LEER EL CAPITAL, tiene


que haberse encontrado, en el Capítulo XVII (el número cambia según la edición) del Tomo
1 http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/17.htm#fn0, ¡con la refutación del
mismísimo Marx de esta obtusa presentación del valor! Veamos:

“En la superficie de la sociedad burguesa, el salario del obrero se pone de manifiesto


como precio del trabajo, como determinada cantidad de dinero que se paga por
determinada cantidad de trabajo. Se habla aquí del valor del trabajo, y a la expresión
dineraria de ese valor se la denomina precio necesario o natural del trabajo. Se habla, por
otra parte, de los precios de mercado del trabajo, esto es, de precios que oscilan por
encima o por debajo de su precio necesario.
¿Pero qué es el valor de una mercancía? La forma objetiva del trabajo social gastado en
la producción de la misma. ¿Y cómo medimos la magnitud de su valor? Por la magnitud
del trabajo que contiene. ¿Cómo se determinaría, pues, el valor de una jornada laboral de
12 horas? Por las 12 horas de trabajo contenidas en una jornada laboral de 12 horas, lo
que es una huera tautología [1]“

Y veamos la correspondiente nota:

[1] 21 “El señor Ricardo es suficientemente ingenioso para eludir una dificultad que
amenaza, a primera vista, con poner en aprieto a su teoría: que el valor depende de la
cantidad de trabajo empleada en la producción. Si nos adherimos rígidamente a este
principio de él se desprende que el valor del trabajo depende de la cantidad de trabajo
empleada en producirlo, lo que evidentemente es absurdo. Por eso el señor Ricardo,
mediante un diestro viraje, hace que el valor del trabajo dependa de la cantidad de trabajo
requerida para producir los salarios; o, para permitirle que se exprese con su propio
lenguaje, sostiene que el valor del trabajo debe estimarse por la cantidad de trabajo
requerida para producir los salarios, y entiende por esto la cantidad de trabajo requerida
para producir el dinero o las mercancías dadas al trabajador. Esto es como decir que el
valor del paño se estima, no según la cantidad de trabajo empleada en su producción, sino
según la cantidad de trabajo empleada en la producción de la plata que se da a cambio del
paño.” ([S. Bailey,] “A Critical Dissertation…” , pp. 50, 51.)

Vemos así que los señores Bohm-Bawerk y Huerta de Choto pueden alegremente plagiar
una crítica esgrimida por Marx contra teorías del valor más rudimentarias, ¡para usarla
como una crítica hacia el propio Marx! La ignorancia y la caradurez no tienen límites.
Si seguimos leyendo el capítulo, cosa que les recomiendo muchísimo para entender este
punto, veremos que Marx critica la confusión de los clásicos entre el concepto de valor del
trabajo y valor de la fuerza de trabajo, que es el valor de los medios de subsistencia del
obrero. El trabajo por sí mismo no vale nada, sino que sólo en cuanto es puesto a producir y
en relación con el mercado, puede PRODUCIR VALOR. Para Marx no es verdad y es
ilógico que El precio de los bienes es (igual a) el valor del coste del trabajo que llevan
incorporados. En cambio, el precio está determinado por la cantidad de trabajo socialmente
necesario incorporado en la mercancía. Y no es el trabajo, sino la fuerza de trabajo aquella
cuyo valor está determinado por los medios de subsistencia necesarios para mantener al
obrero, medios de subsistencia que se pueden descomponer a su vez en cantidad de trabajo
objetivado. Como vemos, la confusión maliciosa entre el concepto de trabajo y el de fuerza
de trabajo es la base de este intento de refutación.
Más aún, si uno está mínimamente interiorizado con la teoría marxista, tiene que detectar
enseguida que ES JUSTAMENTE ESTA DISTINCIÓN entre trabajo y fuerza de trabajo
lo que posibilita el descubrimiento de la plusvalía a partir del trabajo excedente. Es decir
que la mentada frase es incompatible con la teoría de Marx.

Entonces, como el punto 4 no le es imputable a Marx, la crítica 4 resulta también ser


irrelevante.

Como conclusión de esta sección, hemos visto que dos de los puntos no tienen nada
que ver con la TLV de Marx, con lo que ya descubrimos cuáles eran las intenciones
mistificadoras del sujeto del video.

————————————————–

Finalmente terminamos esta sección vergonzosa en la que nos vimos obligados a


diferenciar entre la TLV rudimentaria y la TLV de Marx. Ahora nos dedicaremos a
abordar el tema en el punto en el que debería haber empezado: la crítica directa a
Marx. Veremos los dos puntos que sí tienen en común la TLV de Marx y la versión
anterior, y los puntos que enumera luego el mercachifle del video.

Volvemos al punto 2 de la TLV de Rodbertus, que es compatible con Marx: *Los


obreros no perciben, como deberían, el valor íntegro de lo que producen.

Es notable que en el video nunca se exponen ni se atacan los argumentos detrás de esta
afirmación. ¿Porqué puede afirmar Marx que existe una apropiación de sobretrabajo? La
explicación que pueden leer en el capítulo V y el XVII sobre el salario, nos muestra que lo
que se paga no es “el trabajo” sino meramente el valor de la “fuerza de trabajo”, que es
inferior al valor de lo que producen los obreros con su trabajo. De esta manera una parte del
tiempo de trabajo no se remunera, y de este sobretrabajo sale la ganancia del empresario
(2). Y de aquí el antagonismo permanente entre el capital y el trabajo.
¿Porqué es esto posible? Por el hecho, evidente para cualquiera, de que los capitalistas
tienen el monopolio de los medios de producción (las herramientas y máquinas en general,
los recursos naturales), con lo que el resto de la humanidad no tiene con qué producir sus
medios de subsistencia. En estas condiciones no hay más que un posible desarrollo de la
situación, una sola forma de que se establezcan las relaciones de producción: los
capitalistas van a emplear a los proletarios desposeídos, con lo que estos podrán sobrevivir,
a cambio, claro está, de que trabajen más del tiempo necesario para reproducirse a sí
mismos, pues en estas condiciones tendrán que trabajar además un período extra, cada día,
para reproducir la vida del empresario y para generarle una ganancia. A partir de un punto
de partida inequitativo, se genera una forma social inequitativa, un modo de producción con
extracción del excedente en favor de una clase, una economía basada en la explotación. Los
economistas burgueses, en cambio, pretenden afirmar que a partir de este punto de partida
inequitativo, se ha generado un sistema equitativo, se permiten suponer que los capitalistas
han elegido no sacar provecho de su monopolio de los medios de producción.
Pero aquí no vamos a intentar un resumen de la teoría de Marx, cosa que sí se puede
encontrar en otros posts, sino que preferimos limitarnos a “demoler” las críticas del
presente video.
Y la desestimación de la “crítica” al punto que nos ocupa (ver arriba) es realmente muy
simple: sencillamente el trabajador no es libre de esperar a que termine el proceso
productivo para cobrar, y no es “porque quiere” ni porque “elige” hacerlo así, ni que
“decide” cobrar su salario antes de que pase un año. En este punto sabrá juzagar el lector
con qué clase de primates estamos lidiando, que hay que aclarar que si el trabajador no
cobra cada una semana o cada un mes, SE MUERE.
He ahí la libertad de que nos hablan: el trabajador es libre de optar por aceptar un trabajo en
el que le paguen un salario con el que sobrevivir, o no aceptarlo, y morir. ¡Es perfectamente
libre! A eso le llaman pensar los señores economistas. Pero no nos confundamos: esperar
hasta que termine el ciclo productivo no es nunca una opción, mientras no nos imaginemos
a obreros que vivan del aire, o que tengan millones de dólares acumulados en algún rincón
de sus casas en los barrios obreros, casas que, ya que estamos, podemos imaginarnos como
mansiones.

Ahora volvemos al punto 3 de la TLV de Rodbertus, también compatible con Marx:


*Los capitalistas obtienen sus rentas coaccionando a los trabajadores, por medio de
instituciones como la propiedad privada y el contrato de trabajo por cuenta ajena…

El señor hortelano dice primero que si no hay demanda no hay valor, y que por esto el
valor sería subjetivo. Pero esto no tiene ninguna necesidad lógica, pues lo único que se
puede derivar de la afirmación en cursiva es lo siguiente: la demanda es precondición o
condición necesaria de la existencia de valor. PUNTO. Nada más. Nada sabemos con esta
afirmación obvia sobre qué es lo que determina al valor de cambio, qué determina la
proporción a la que se intercambian las mercancías. Entonces que el valor es subjetivo es
una mera suposición que cae del cielo.
Si vamos al primer capítulo de El Capital, vemos que Marx dice exactamente lo mismo
(con otras palabras): “si no hay demanda no hay valor”, pues para que un objeto sea una
mercancía y tenga valor, primero debe ser un objeto útil para la sociedad. Debe ser lo que
se llama un “valor de uso”, algo útil y deseado. Pero el tal valor de uso es un asunto
particular de los gustos y las necesidades de cada uno, y las diversas utilidades que tengan
las mercancías no nos interesan cuando nuestro objetivo es en cambio, qué determina el
valor de cambio. Es que tales gustos individuales no se pueden comparar entre sí, y mucho
menos se pueden medir para saber a qué proporciones se cambian las mercancías, es decir
que no pueden decirnos absolutamente nada acerca del otro problema, del valor de cambio.
Es entonces que viene la pregunta obligada: ¿qué determina el valor? La única respuesta
que es cuantificable, que es común a todas las mercancías y que tiene una explicación
histórico-social, es la cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario (por ejemplo el
peso no es común a todas las mercancías, pues no se trata sólo de cosas materiales, sino que
se incluyen servicios). Esto está explicado en los tres primeros capítulos de El Capital.

Bien, el primer disparate (del punto de H. de S.) era necesario para que enseguida se
pudiera decir lo siguiente: la ganancia del empresario proviene de estimar un precio de
venta y comprar los insumos a un precio menor, con lo que la ganancia se produciría en el
mundo de la circulación.
Como corregir simplezas es muy aburrido, me voy a permitir copiar la crítica que ya hice
(que le copié a otros mejores) a la idea de que la ganancia global se puede producir en el
mundo de la circulación, en lugar de en la producción:

Ya los fisiócratas, economistas franceses del siglo XVIII, habían rechazado la idea
mercantilista de que la riqueza se realizaba en el mundo de la circulación (el
comercio), ya que, razonaban estos fisiócratas, lo que gana uno en un intercambio
aislado puede serle beneficioso en ese momento, pero aunque le sume una ganancia, al
mismo tiempo le resta un ingreso al otro participante. De esta manera vemos que el
juego de las ganancias y las pérdidas en el comercio, es un juego de suma cero, en el
que lo que unos ganan se anula con lo que otros pierden, y por lo tanto, no puede
explicarse el excedente de toda la economía como algo global (aquí vemos, como en el
post anterior, que el error se genera por partir del individualismo metodológico). En
cambio resulta que el excedente, concepto introducido por los fisiócratas a partir de la
determinación de un valor fijo para la fuerza de trabajo y de su sustracción de la
producción total de riqueza, como parece lógico, debe explicarse como surgido a
partir de la producción, como un aumento de riqueza producida a partir de insumos
que dan un producto superior a los medios con que se produjo.

He aquí el post completo:


http://divulgacionmarxista.wordpress.com/2011/09/07/cretinismo-economico-ii/

Para terminar con este punto, diremos brevemente que lo que encontraron los clásicos
(incluyendo a Adam Smith) fue el hecho comprobable de que las desviaciones en los
precios, hacia arriba o hacia abajo, tienden a anularse entre sí, con lo que la demanda no
podía explicar qué determinaba el nivel normal de las mercancías, al que llamaron “precio
natural”. De aquí las preguntas subsiguientes sobre el valor, y de aquí la necesidad de
encontrar una determinación que fuera cuantificable, pues existe una proporción regular.

Pasamos a la sección en que se abordan los puntos que exclusivamente le pertenecerían a


Marx:

*Metodología dialéctica.

Parece que la filosofía no es el fuerte de este muchacho, ya que se abstiene de explicar qué
es la dialéctica, y prudentemente se abstiene de elaborar una crítica. Debería extender esta
prudencia a otros campos.
*Las mercancías estarían definidas como aquello producido por el trabajo, con lo que
sería caer en un razonamiento circular el afirmar que el valor está determinado por la
cantidad de trabajo.

Hay tantos errores acumulados en esta simple frase, que es difícil decidir por dónde
empezar.
Primero, la definición de mercancía no refiere exactamente a aquello que es producido por
el trabajo, sino a aquel objeto socialmente útil que puede ser reproducido sin límites
apreciables, para su intercambio en el mercado. Esto está explicado en el Capítulo 1 de El
Capital, en el que se desarrolla la contradicción entre valor de uso y valor de cambio. La
condición de ser reproducible (que ya vimos en la cita de Ricardo (1)) es absolutamente
necesaria si nos interesa descubrir el valor subyacente a los cambios contingentes de los
precios, puesto que si una mercancía es reproducible, a la larga su cantidad se ajustará
a la demanda, con lo que su valor no se verá afectado, en el largo plazo, por
distorsiones debidas a la escasez. De esta manera, la reproducibilidad de la mercancía es
condición indispensable de la investigación científica del valor y de la determinación de sus
causas y de su magnitud. Y sucede que para que las mercancías se puedan reproducir, es
necesario que intervenga el trabajo como condición fundamental (aunque no única).
Aquí pasamos a ver la ineptitud del supuesto descubrimiento de una circularidad en el
razonamiento: sabemos que las mercancías requieren trabajo, y por una serie de
razonamientos, sabemos que es la cantidad de trabajo la que determina la magnitud del
valor de una mercancía… pues bien, trabajo no es lo mismo que cantidad de trabajo, y no
es lo mismo el ser un requerimiento, que el ser lo que determina la magnitud del valor. Un
razonamiento circular parte de una premisa que es igual a su conclusión. Para ello,
deberíamos encontrar que Marx parte de que una mercancía es algo cuyo valor está
determinado por la cantidad de trabajo, para concluir que una mercancía es algo cuyo valor
está determinado por la cantidad de trabajo… esto no está en ningún lado.
La confusión del “profe” se explica, otra vez, por sus vagas nociones de lógica. Es que no
entiende que para que podamos afirmar que la magnitud de algo A está determinada por la
cantidad de una cosa B que contiene, es una condición necesaria que esa cosa B esté
contenida en A. Sólo si la mercancía contiene trabajo puede la cantidad de trabajo
determinar la magnitud del valor. Y esto vale para cualquier razonamiento similar, aún para
los que no acepten al trabajo como determinante del valor. Por ejemplo, este señor profesor,
que es partidario de la utilidad marginal como determinante del valor, no puede menos que
admitir que para que el valor de un bien esté determinado por la cantidad de utilidad
marginal (que obtienen las partes en el intercambio comercial), primero hay que suponer
que ese bien tiene una utilidad marginal para las partes. Es decir, que usando el mismo
remedo de razonamiento del video, tendríamos que concluir que Mr. Huerta de Soto ha
refutado definitivamente (o demolido) la “teoría” de la utilidad marginal, pues parte del
supuesto de que los bienes tienen una utilidad marginal, para luego concluir que la
magnitud del valor de estos bienes está determinado por la cantidad de utilidad marginal
que ganan las partes en el intercambio.
Como se hace evidente, no hay circularidad alguna tampoco en este caso, lo que hay es
otros defectos, por ejemplo el hecho de que la cantidad de utilidad (marginal o no) no se
puede medir, con lo que hay que sacar el concepto de “cantidad” del razonamiento, y con
ello hay que abandonar toda pretensión de construir una teoría del valor.
*Deduce un común denominador como necesidad del intercambio, y lo encuentra en la
cantidad de trabajo incorporado. Podría haber utilizado otro, como el peso, o el valor
subjetivo.

Sin proponérnoslo, ya hemos visto las refutaciones a la postulación del peso, cosa que no
tiene sentido histórico y no tiene universalidad puesto que los servicios pueden generar
mercancías y valor, sin tener peso, además de ser empíricamente evidente que las cosas más
pesadas no son las más valiosas; y hemos visto la refutación a la pretensión de la utilidad
marginal (el valor subjetivo), por no tener tampoco sentido histórico, por no ser
cuantificable, y por no ser universal, dado que no es verdad que las dos partes en un
intercambio de mercancía por dinero (en una economía capitalista), le asignen una utilidad
al objeto (además de no poder explicar el valor del dinero, nada menos).
Ver: http://divulgacionmarxista.wordpress.com/2011/09/06/cretinismo-economico-i/ y
http://divulgacionmarxista.wordpress.com/2011/09/10/cretinismo-economico-vi/
Pero también dice el simpático video, que “sólo si hay una desigualdad de valoraciones
subjetivas se realiza el intercambio, con lo que no podría haber equivalencia alguna.” (no
cito al video sino al resumen de la idea), a lo que voy a contestar rápidamente (sabrán
comprender que uno pierde la paciencia) diciendo que Marx sí reconoció la necesidad de
que las partes en el intercambio necesiten lo que van a adquirir, y no necesiten (en absoluto
o en igual medida) aquello de lo que se van a desprender, pero claro, para saber esto hay
que haberse leído las primeras páginas del Capítulo 1 de El Capital y haber entendido qué
cosa es el valor de uso, que está explicado en los primeros párrafos… demasiado difícil.
Habiendo dicho esto, hay que repetir que esto no nos dice nada sobre el valor de cambio:
una vez que reconocimos que las mercancías deben tener una utilidad, tenemos que pasar al
problema distinto de cuál es su valor de cambio y qué lo determina, para lo cual lo anterior
no nos sirve de nada. Entonces hay que encontrar aquello que a pesar de las diferencias, no
negándolas, tienen en común todas las mercancías, y que eso sea algo cuantificable y
universal y con sentido histórico para que no sea una mera abstracción.
El toque histriónico de la gesticulación con los brazos nos sirve para comprobar que otro de
los campos de la ignorancia de este tipo es la anatomía. Cualquiera puede observar la
disposición de las venas de sus brazos y comprobar que son disímiles, y cualquiera sabe
que si se arranca un brazo y se lo pone en el zócalo del otro, no encaja, y si lo hiciera,
quedaría con el pulgar en sentido inverso… y cualquiera sabe que todos tenemos más
fuerza en un brazo que en el otro. Lo que no sabe este señor es que nuestra anatomía es
simétrica, esto no significa que nuestras partes sean idénticas. Nuestras partes son iguales
sólo en un sentido, y son distintas en otros sentidos.
De un modo parecido, grupos de cosas de nuestro mundo pueden ser iguales en un sentido
y disímiles en otro (ej. las frutas son distintas pero comparables según la cantidad de
vitaminas)… y es por esto tan difícil de entender para algunos, que nos atrevemos a decir
que un grupo de cosas, las mercancías, son distintas en muchos sentidos, pero son también
equivalentes en un sentido particular. Esta equivalencia se hace evidente en el intercambio,
pues allí todas las mercancías se igualan, si las tomamos en las proporciones adecuadas. Por
ejemplo una bicicleta vale lo mismo que dos kilos de vacío, o que 5 unidades de X o de 0,1
unidades de Y. La constancia temporal de estas equivalencias nos demuestra que existe una
proporción subyacente entre las mercancías. De aquí surge la necesidad científica de
preguntarse qué determina esta proporción. Y puesto que se trata de una proporción, es
necesario que esté determinada por algo cuantificable.
*La plusvalía se obtiene extrayendo trabajo impago.

Ya lo vimos.

*Polilogismo: todo el que me critique es burgués…

Una pavada. En cambio, después de desarmar las críticas, como en este post, sí podemos
pensar en si el tipejo es burgués o si es un socialista utópico, o si simplemente está
equivocado. Repito: después de demostrar el error del contrincante, que es lo que importa.
Como espero que hayamos demostrado aquí, no tiene ninguna importancia cómo
consideremos al payaso que da estas clases, ya que en cambio nos hemos propuesto
exponer sus errores.
Sobre la determinación de la conciencia por la pertenencia de clase, es un hecho histórico
comprobable, ¿acaso los señores feudales y los curas no se justificaban a sí mismos
mediante una ideología que los idealizaba en tanto guerreros y en tanto mediadores con
Dios, y que los avalaba para seguir explotando al campesinado? ¿Y con qué problema se
encontraron los modernos equivalentes de los señores feudales, los dueños de los medios de
producción que no necesitan trabajar y que viven de lo que producen los demás? Pues con
el mismo problema de justificarse ante aquellos que son explotados, y aquí interviene la
secta de los economistas, que como modernos curas, vienen a decirnos que vivimos en el
mejor de los mundos posibles.
Esto no significa que cada individuo esté condenado a pensar de una manera (3), pero sí
existe una determinación probabilística de la que la mayoría no puede escapar.
Ahora, después de todos los errores garrafales que hemos visto, y todas las tergiversaciones
de la materia en cuestión, ¿qué otra posibilidad cabe que la de que este individuo nos esté
mintiendo a conciencia? ¿Acaso se podría ser tan honestamente estúpido? ¿Es
humanamente posible? ¿Tenemos que suponer que en las universidades hay una selección
por default, según la cual los más mentecatos son reclutados como peones de la ideología
austríaca, neoclásica o neokeynesiana? Es cuestión de probabilidades. Hay quien dirá que
pueden ser ciertas ambas posibilidades.

*No hay que pensar cómo funcionaría el socialismo… porque es inevitable.

Es que no se trata de hacer futurología, como dicen algunos vivillos como Popper, sino de
estudiar el modo de producción real capitalista, en función de un objetivo revolucionario.
Hay que señalar que la revolución es una creación de los hombres, y como tal necesita de
su organización en formas concretas que no pueden preveerse, y su momento tampoco
puede simplemente derivarse de la maduración de las condiciones objetivas.
Como esta gente no sabe qué es el socialismo, han elaborado una crítica que parte de dos
confusiones: una, es el no entender la teoría del valor-trabajo, como hemos visto aquí, y
otra es suponer que en el socialismo la economía es necesariamente planificada desde un
centro burocrático, al estilo URSS.
Sin embargo, hay que aclarar que en el socialismo la producción debe ser descentralizada y
debe estar bajo el control directo y efectivo de los trabajadores. En el socialismo la
democracia no es sólo política, sino también económica (o mejor dicho, la democracia
política no es una farsa, gracias a que existe la democracia económica)
*Tendencia a la centralización y concentración. Esto sería lo que llevaría a la revolución.

Parece que esta gente no sólo no parte de la realidad, sino que no recurre nunca a ella para
contrastar lo que dicen. Es de común conocimiento que la concentración de riqueza y la
desigualdad son cada vez mayores, tal como lo previó Marx. Las cifras más citadas y
confiables a nivel mundial son las del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo):

“En 1960, el 20% más rico de la población mundial registraba ingresos 30 veces más
elevados que los del 20% más pobre En 1990, el 20% más rico estaba recibiendo 60 veces
más.” Esta comparación se basa en la distribución entre los ingresos per cápita promedio de
países ricos y pobres. (PNUD 1992, 1) La cifra más reciente pone la comparación entre
esos “veinte por ciento” extremos en 82 veces para 1995. (PNUD 1998, 29)

http://oala.villanova.edu/historia/deuda_semana-soc1.html
Recomiendo explorar la página del PNUD con sus informes anuales, aquí el de 1992:
http://hdr.undp.org/es/informes/mundial/idh1992/
También es notable el éxito de las multinacionales y de empresas como Boeing y Airbus,
que se reparten el mercado mundial, sin verse afectadas por la “imposibilidad del cálculo
económico”. Cada vez las listas de los mayores millonarios incluyen acumulaciones
mayores de dinero, mientras los pobres son miles de millones. Esto es algo que hasta los
medios norteamericanos deben admitir, aunque no profundicen sobre sus causas.

También recomiendo el siguiente artículo de R. Astarita, que presenta datos y una


perspectiva teórica enriquecedora para entender el problema de la globalización y la
desigualdad: http://rolandoastarita.wordpress.com/2011/04/19/distintos-enfoques-sobre-la-
globalizacion-2/

Para terminar, nuestro desinformado amigo no tiene reparos en admitir que “Marx
reconoce que los bienes no se intercambian en función del trabajo incorporado en el
mercado”, lo que contradice la falacia anterior que él mismo dijo, a saber, que los precios
serían iguales a los valores.
Por supuesto, la determinación de los precios por los valores continúa en pie, o la teoría no
tendría mucha utilidad, pero ocurre algo explicado en el tomo 3 de El capital (volumen
cuya publicación tomó por sorpresa a Bohm-Bawerk), ocurre algo que media entre los
precios proporcionales a los valores y el precio de mercado. Ese algo es la tendencia a la
igualación de la tasa de ganancia. En el video no se ataca este mecanismo, y básicamente la
crítica se limita a gestos y gritos de impotencia. “¡Cómo puede ser que la teoría de Marx,
tomada en su totalidad, del Volumen 1 al 3, no pueda ser refutada tan fácilmente como
creíamos haberlo hecho basándonos sólo en el Volumen 1! ¡Qué decepción!” Y ahí se
quedaron, “afirmando”, como consuelo, que el tomo 3 era inconsistente con el tomo 1: “¡El
tomo 3 no vale!” Pero… ¿y la demostración de esto? ¿y la refutación de la teoría laboral del
valor?
En estos posts sobre el llamado problema de la transformación pueden ver qué es la
tendencia a la igualación de la tasa de ganancia, y cómo se resuelve el mecanismo:
http://www.taringa.net/posts/economia-negocios/6759692/El-problema-del-valor-y-el-
precio-en-Marx-I.html
http://www.taringa.net/posts/economia-negocios/7692136/El-problema-del-valor-y-el-
precio-en-Marx-II.html
http://rolandoastarita.wordpress.com/2011/07/07/valor-trabajo-el-problema-de-la-
transformacion-y-critica-sraffiana

http://rolandoastarita.wordpress.com/2011/11/15/respuesta-a-una-critica-a-la-teoria-del-
valor-de-marx/
Habiendo leído lo anterior, queda claro que el ejemplo favorito de los austríacos, el del vino
añejo, no tiene ninguna relevancia, pues el precio superior del vino añejo sobre el joven se
explica sobre la base de que en la producción del primero interviene una mayor proporción
de capital constante (por el tiempo de añejamiento en una bodega) en la totalidad del ciclo,
que en la producción de vino joven, al que no se le agrega capital constante. Por lo tanto la
tendencia a la igualación de la tasa de ganancia (4) hace que el producto hecho con más
proporción de trabajo vivo y que por lo tanto produciría, en primera instancia, más
plusvalor, en realidad se venda a un precio menor a aquel proporcional a los valores, y que
suceda lo inverso con el producto hecho con mayor proporción de capital constante (el vino
añejo). Así, el vino añejo se vende a un precio superior a aquel proporcional a su valor. Sin
embargo los valores se mantienen como “centros de gravedad” de estos precios, que son
llamados precios de producción. Y como ya ha sido admitido y como se desprende de este
mecanismo, a pesar de estas variaciones, la totalidad de los valores es igual a la totalidad de
los precios, pues lo que sucede es una especie de redistribución de valor desde las empresas
menos productivas hacia las más productivas (mayor proporción de capital constante), lo
que se conecta con el intercambio desigual a nivel internacional (e intranacional).

Por ahora (aparte futuras correcciones) hemos terminado.


Sólo me queda recordar el final del video (antes de la parte de los aplausos y las
ofrendas de ropa interior femenina, que aparentemente ha sido censurada), en donde
Huerta de Soto se pregunta “¡¿Porqué?! ¿Porqué esto sólo se enseña en esta
universidad?“
Muy bien, a pesar de lo que puedan emocionarnos esas palabras (amigo lector, no
contenga las lágrimas, que los hombres también lloran; señorita, aquí un pañuelo), yo
pregunto, por el contrario, ¿qué clase de universidad es ésa en la que se enseñan
simples mentiras? ¿Importa allí el rigor intelectual, la mínima honestidad? ¿Porqué
meros administradores de empresas, mercaderes de carne humana, tienen un lugar en
la educación pública, pagada con el esfuerzo de los trabajadores, para calumniar sin
fundamento alguno, y sin cosa alguna parecida a la ciencia que los respalde?

————————

(1) “Existen ciertos bienes cuyo valor está determinado tan sólo por su escasez. Ningún
trabajo puede aumentar la cantidad de dichos bienes y, por tanto, su valor no puede ser
reducido por una mayor oferta de los mismos. Ciertas estatuas y cuadros raros, libros y
monedas escasos, vinos de calidad peculiar, que sólo pueden elaborarse con uvas
cosechadas en un determinado suelo, del cual existe una cantidad muy limitada, todos ellos
pertenecen a este grupo. Su valor es totalmente independiente de la cantidad de trabajo
originariamente necesaria para producirlos, y varía con la diversa riqueza y las distintas
inclinaciones de quienes desean poseerlos.
Sin embargo, estos bienes constituyen tan sólo una pequeña parte de todo el conjunto de
bienes que diariamente se intercambian en el mercado. La mayoría de los bienes que son
objetos de deseo se procuran mediante el trabajo, y pueden ser multiplicados, no solamente
en una nación, sino en muchas, casi sin ningún límite determinable, si estamos dispuestos a
dedicar el trabajo necesario para obtenerlos.
Por tanto, al hablar de los bienes, de su valor en cambio y de las leyes que rigen sus precios
relativos, siempre hacemos alusión a aquellos bienes que pueden producirse en mayor
cantidad, mediante el ejercicio de la actividad humana, y en cuya producción opera la
competencia sin restricción alguna.”

http://books.google.com.ar/books?id=EyFzJ-
Zl24IC&pg=PR17&lpg=PR17&dq=david+ricardo+Principios+de+econom%C3%ADa+pol
%C3%ADtica+y+tributaci%C3%B3n&source=bl&ots=5Acyox6eC-
&sig=BZEtOOg6zxbO6f_sLIEFNSMBVyo&hl=es&ei=429VTrezHMyztwet9omQAg&sa=
X&oi=book_result&ct=result&resnum=4&ved=0CDMQ6AEwAw#v=onepage&q&f=false

(2) Resumiendo el argumento: el valor de la mercancía no es igual al valor del salario


(capital variable, igual al valor de los medios de subsistencia del obrero) más el valor de los
medios de producción utilizados (capital constante, igual al valor del desgaste total o
parcial de esos medios de producción). De esta diferencia entre lo invertido y el valor final,
surge la ganancia, entonces hay que preguntarse si ésta surge en la venta (es decir en
circulación) o en la producción misma. La respuesta es simple y está en los primeros
capítulos de El Capital y en el siguiente post: http://www.taringa.net/posts/economia-
negocios/11596033/Cretinismo-economico-II.html
De aquí sólo queda deducir en qué parte de la producción se produce el excedente de donde
sale la ganancia, y si es con el trabajo vivo (CV) o con el trabajo muerto (CC). Resulta que
la fuerza de trabajo (CV) tiene como valor de uso, justamente, el de producir más valor que
el que es necesario para reproducir esa fuerza de trabajo. Mediante el sobretrabajo, el
obrero trabaja un tiempo mayor al que sería necesario para producir su propia subsistencia.
Ese tiempo excedente de trabajo se transforma en la ganancia, que como vemos, surge de
no pagarle al trabajador por su trabajo, sino por su fuerza de trabajo, por su capacidad de
trabajar. En la relación salarial se produce la ganancia y en la misma relación anida el
antagonismo permanente de la sociedad capitalista.

(3) Ver la tercer tesis sobre Feuerbach: “[III] La teoría materialista de que los hombres son
producto de las circunstancias y de la educación, y de que por tanto, los hombres
modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada,
olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las
circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues,
forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad
(así, por ej., en Robert Owen).

La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo


puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria.”

http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm
(4) La tendencia a la igualación de la tasa de ganancia es una consecuencia de la libre
competencia y de la libre movilidad de capitales, propias de la economía capitalista. Así
sucede que en las empresas en que las ganancias son más elevadas (como sucedería con las
empresas con mayor proporción de capital variable sobre capital constante, ergo más
plusvalor surgido de trabajo excedente) ocurre un flujo de inversiones desde otros rubros
menos rentables (a priori los más capital-intensivos), con lo que aumenta la producción
hasta hacer caer los precios a un nivel que equipare la tasa de ganancia de esa empresa con
la del resto de la economía. Lo inverso sucede con las empresas más productivas, que a
priori producirían menos plusvalor, por su composición orgánica entre CC y CV, pero la
fuga de capitales haría que su producción se vuelva relativamente escasa, hasta el punto en
que iguale a la tasa general de ganancia.
De este modo cada unidad de las empresas más productivas se vendería a un precio mayor
al proporcional a su valor, con el agregado de que en estas empresas se producen más
unidades por unidad de trabajo-tiempo, que en las otras empresas menos productivas.

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