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Universidad de Chile Profesor: Ricardo Reveco U.

Escuela de Derecho
Departamento de Derecho Privado
Derecho Civil III

OBLIGACIONES CAUSADAS Y ABSTRACTAS1

I. Generalidades.

1. La presente clasificación gira entorno a uno de los elementos de la esencia del acto
jurídico, cual es la causa, definida en el inciso segundo del Artículo 1463 del Código
Civil2 como: “… el motivo que induce al acto o contrato; y por causa ilícita la
prohibida por ley, o contraria a las buenas costumbres o al orden público”.

2. Tanto en la doctrina en general como en nuestro derecho, la noción y alcances de la


causa han sido y siguen siendo objeto de constantes discusiones y análisis.

3. Con todo, debe tenerse claro que toda obligación requiere siempre jurídicamente de
una causa. Así lo exige nuestro Código tanto en el Art. 1445, en relación al acto,
como en el Art. 1467, en relación a las obligaciones. Lo anteriormente dicho ha dado
lugar a que parte de la doctrina discuta en qué ámbito del Derecho debe estudiarse la
causa y consecuentemente los actos u obligaciones abstractas, esto es, en la Teoría
General del Acto Jurídico, o bien en la Teoría General de las Obligaciones. La
solución de la cuestión recién planteada escapa a los objetivos del presente material,
por lo que por el momento nos limitaremos con consignar el hecho de que son las
obligaciones las que confieren el carácter abstracto del acto, por lo que carece de
importancia por ahora dar un tratamiento distinto a los actos y obligaciones
abstractas.

II. Conceptos3.

2.1 Obligación Causada: es aquella en la cual la causa tiene influencia en su eficacia.

2.2 Obligación Abstracta: es aquella para cuya eficacia se prescinde de la causa. Debe
tenerla, pero es eficaz con prescindencia de su existencia y licitud.

Por tanto es incorrecto, como suele expresarse, que las obligaciones abstractas
carecen de causa, cuando en rigor lo que acontece es que en el acto causado la causa
integra el negocio, forma parte de él, por lo que su validez queda subordinada a ella
(como a los demás elementos). En los abstractos, por el contrario, la causa no está
incorporada al negocio, por lo que debe de buscarse fuera de éste. Este otro acto en que

1
 Mal llamadas por algunos “incausadas”, cuando en rigor , en virtud del causalismo, toda obligación 
siempre ha de tener jurídicamente una causa.
2
 En adelante indistintamente “El Código” o “CC”, así como deberá entenderse pertenecer a éste todo 
artículo del cual no se señale el cuerpo normativo al que pertenece.
3
 PEÑAILILLO, ARÉVALO: Obligaciones, Teoría General y Clasificaciones, La Resolución por 
Incumplimiento. Chile, Editorial Jurídica de Chile, año 2003. Pág. 240.
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existe la causa, al relacionarse con el acto abstracto da origen a lo que se ha denominado


“convenio causal” o “relación fundamental”; relación que resulta de esencial importancia
por dos aspectos: i) revela que en todo acto existe una causa (sin perjuicio de haber sido
desplazada por la abstracción); y ii) permite ante una falta o ilicitud de la causa, que se
reestablezca el equilibrio patrimonial en virtud de la institución del “enriquecimiento sin
causa”, o más propiamente dicho “enriquecimiento injustificado”.

III. Fundamentación práctica de las Obligaciones Abstractas

3.1 La abstracción ha sido creada para satisfacer una necesidad social, cual es, la de
dotar a la comunidad de instrumentos seguros y confiables para los que resulten
acreedores y, por lo mismo, estén más proclives a aceptarlos, de forma de facilitar
el intercambio permitiendo una mayor agilidad del tráfico jurídico y
consecuentemente de la asignación de los recursos.

3.2 La ventaja de la abstracción es que se gana en seguridad, toda vez que al


desplazarse la causa, el acreedor pueda evitarse la eventual discusión que pueda
darse en relación a la validez del acto por carecer de causa (nulidad absoluta) o
ser ésta ilícita (nulidad absoluta o inexistencia, si se acepta ésta como sanción a la
falta de los elementos esenciales del acto). Así es que consecuentemente, ha sido
en el ámbito mercantil donde mayormente se han desarrollado y aplicado éstos
conceptos, dando lugar a la aparición de los títulos de crédito (letras de cambio,
pagarés, cheques, y recientemente, la cuarta cuota cesible de las facturas, entre
muchos otros).

3.3 Para facilitar el análisis, a continuación damos cuenta de un ejemplo: Ignacio


compra insumos para su negocio a una importante y tradicional librería del centro.
Al momento de la compró no tiene dinero, pero como a la librería le interesaba la
venta, le ofrece que documente el pago mediante la aceptación de una letra de
cambio, lo cual éste acepta. Al llegar a su negocio, Ignacio se da cuenta que los
productos que compro ya no provienen de partidas europeas, sino que son todos
de origen chino y viene completamente defectuosos. En el intertanto, la librería
paga a uno de sus proveedores, Tintas B&S, mediante el endoso en dominio de la
letra que le había aceptado Ignacio. Al día siguiente concurre un representante de
la empresa B&S al domicilio de Ignacio a cobrarle la letra. Éste lógicamente no
querrá pagar, sin perjuicio de que va a tener que hacerlo, toda vez que a B&S le
son inoponibles las excepciones personales que tenga Ignacio con la librería, en
virtud del principio de inoponibilidad de las excepciones. ¿Qué puede hacer
Ignacio?. Ignacio deberá invocar sus excepciones personales contra la librería,
pudiendo sólo oponer contra B&S las excepciones reales del propio documento
(en caso de que existan), las cuales pueden oponerse tanto a B&S, como a todo
otro endosatario del documento.
Del ejemplo puede notarse como la abstracción surge sólo al circular el
instrumento, pues son los terceros a los que se pretende atender, facilitando así el
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comercio, y es a ellos a quién se justifica librarlos del problema. Por tanto, entre
las partes el acto permanece siempre causado.
Al respecto ha sido clara y conteste la jurisprudencia de nuestros tribunales
superiores de justicia, los que en reiteradas ocasiones han establecido
conclusiones como la que a continuación se reproduce:

“Vígésimo: Que en relación con el carácter causado o, por el contrario,


independiente y abstracto del pagaré, es útil señalar que los principios que
definen uno u otro de esos caracteres, fluyen de lo que preceptúan los artículos
12 , 28 y 79 de la Ley 18.092 sobre Letras de Cambio y Pagaré, de los que
aparece que el pagaré es un documento abstracto e independiente, solo respecto
a los terceros o personas ajenas a la relación fundamental o negocio que le dio
origen, con lo cuál se garantiza su expedita circulación y la seguridad de su
tráfico jurídico, sin consideración de la parte que lo suscribe, estableciéndose
además, el denominado principio cambiario de inoponibilidad, desde que el
demandado de una obligación de esta naturaleza, no puede oponer al
demandante, excepciones fundadas en relaciones personales suyas con
anteriores portadores del respectivo instrumento. Al contrario de lo recién
expuesto, entre las partes que celebraron el negocio jurídico que generó el acto
cambiario, pagaré en el caso de autos, éste no reviste el carácter de abstracto o
independiente, por cuanto entre ellos dicho acto resulta directamente relacionado
o vinculado al negocio causal, al extremo que, en esta situación, el demandado
por acciones cambiarias, puede oponer las excepciones reales que consten del
instrumento y las personales suyas que pueda hacer valer en contra del
acreedor.”4

IV. Fuentes de Obligaciones Abstractas

4 ¿Pueden los particulares crear actos abstractos en nuestro derecho, darle el


carácter de abstracto a uno que por su naturaleza no lo tiene?

Para responder adecuadamente a ésta interrogante lo más prudente parece ser


analizar aquellas disposiciones de nuestro ordenamiento jurídico que se refieren a la
causa como elemento de la esencia de los actos y las obligaciones:

i) El Artículo 1444 señala que ha de entenderse por elementos de la esencia, y cual


es el efecto de su ausencia: “Se distinguen en cada contrato las cosas que son de
su esencia, las que son de su naturaleza, y las puramente accidentales. Son de la
esencia de un contrato aquellas cosas sin las cuales o no produce efecto alguno,
o degenera en otro contrato diferente; son de la naturaleza de un contrato las

 Rol Nº 291­04, Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Jorge 
4

Rodríguez A., Adalis Oyarzún M. y Sergio Muñoz G. y Abogados Integrantes Sres. Hernán Álvarez G. y 
Oscar Carrasco A. Autorizado por el Secretario Carlos A. Meneses Pizarro, en autos caratulados Arriagada 
Guerrero Arturo Hans con García Peña Marta. 
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que no siendo esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin necesidad de una


cláusula especial; y son accidentales a un contrato aquellas que ni esencial ni
naturalmente le pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas
especiales”.

ii) El Artículo 1445 señala cuales son los elementos de la esencia del acto jurídico,
y en su número 4 señala expresamente a la causa lícita: “Para que una persona se
obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario: 1º que sea
legalmente capaz; 2º que consienta en dicho acto o declaración y su
consentimiento no adolezca de vicio; 3º que recaiga sobre un objeto lícito; 4º que
tenga una causa lícita”.

iii) El Artículo 1467 señala la causa como requisito de la esencia de la obligación:


“No puede haber obligación sin una causa real y lícita; pero no es necesario
expresarla. La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente”.

iv) De las disposiciones reproducidas más arriba se desprende que todo acto u
obligación carente de causa lícita tendrá como efecto la nulidad absoluta, sin
perjuicio de que en caso de ausencia manifiesta de causa, pueda llegarse incluso a
afirmar por parte de la doctrina que estaríamos frente a un caso de inexistencia del
acto u obligación.

v) Por tanto, conforme al mérito de lo anterior, y siguiendo al profesor Daniel


Peñailillo5, puede afirmarse que no tiene cabida en nuestro derecho la creación de
actos abstractos, los que son meras excepciones establecidas especialmente en la
ley (de forma expresa o que se desprenda de su naturaleza, como en el caso
de la fianza), en atención a que parece ser que la causa en los actos voluntarios es
de orden público.

IV. La Fianza (Art. 2335 y sgts.)

La fianza es el típico ejemplo de un acto que, no obstante no señalar la ley


expresamente su carácter de abstracto, se logra desprender éste de su naturaleza y
función, a saber:

La fianza es una caución personal, que obliga al fiador a pagar en caso de que el
deudor principal no pague al acreedor, y que vale con prescindencia de la causa del
incumplimiento del fiador (la razón, esto es la causa del pago del fiador al acreedor,
existe, pero se encuentra fuera de su relación; ¿donde?, en la relación entre el fiador y
deudor). Lo anterior lo hace una caución aceptable y operativa, ya que de lo contrario los
acreedores probablemente no la considerarían y pedirían siempre otra caución en su
lugar, o además de ella (en la práctica los acreedores con gran poder de negociación

5
 Ob. Cit. Pág. 243.
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exigen además de la fianza, la constitución de terceros en codeudores solidarios, así como


que el fiador renuncie a sus beneficios de división y excusión).

V. Bibliografía

1. ABELIUK, René:  Las  Obligaciones. Chile,  Editorial Jurídica  de Chile, Cuarta


Edición, año 2001.

2. PEÑAILILLO, ARÉVALO: Obligaciones, Teoría General y Clasificaciones, La
Resolución por Incumplimiento. Chile, Editorial Jurídica de Chile, año 2003.

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