Inventario y valoración de los efectos económicos de la
producción y venta de drogas ilícitas en Colombia
UNISCI Discussion Papers, 2004 Acercarse al problema del narcotráfico en Colombia es complejo por al menos por los siguientes motivos: a) los múltiples impactos de naturaleza económica, política y social que afectan al país b) que tales impactos pueden ser a veces positivos, a veces negativos o neutros c) que la intensidad de tales impactos puede acentuarse o diluirse a lo largo del tiempo d) que no es un fenómeno estrictamente nacional: la existencia de una demanda externa posibilita tal mercado desde hace más de 30 años e) que se trata de un problema, de una industria y de unos efectos sumamente relevantes para Colombia, " El propósito de este documento es utilizar la última información disponible para estimar una serie anual de ingresos-término que se precisa a continuación-percibidos por Colombia por concepto de la exportación de drogas ilegales". En posterior etapa a la investigación los estimativo serán utilizados, entre otros propósitos, para determinar el impacto cambiario del narcotráfico y para redefinir el balance macroeconómico de Colombia, de manera que queden incorporados los efectos directos de la exportación de drogas ilegales. Este pico histórico en el comercio de cocaína en Colombia ha correspondido con la realidad de las diversas regiones del país. Además, este hecho planteará obstáculos para la construcción de la paz en un momento en que el país entra en una nueva fase de su largo conflicto armado. El año pasado, en el departamento con mayor producción de coca en Colombia, Nariño, se presentó una batalla sin cuartel por los valiosos territorios de producción de droga. Además de sus abundantes cultivos de coca, la intrincada red de ríos de la región, los cientos de laboratorios de producción de drogas y su extenso litoral sobre el Pacífico contribuyen a su papel como una plataforma para el envío de drogas hacia Estados Unidos. Estos factores han hecho de Nariño un territorio apetecido por los grupos criminales que buscan expandir su influencia y sus ganancias. Aunque esta zona y sus economías criminales estuvieron durante años bajo el estricto control de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la retirada de los guerrilleros tras la firma de un histórico acuerdo de paz con el gobierno colombiano ha dejado disponible una gran parte de este estratégico territorio. Poderosas organizaciones a nivel nacional, al igual que nuevos grupos —algunos de los cuales han desertado de las FARC—, están aprovechando la desmovilización de la guerrilla para apoderarse de estos territorios. Uno de los factores que promueven la producción de coca en lugares como Nariño y su vecino, Cauca, es que los actores criminales han estado presionando a los cocaleros para que aumenten los cultivos. En el caso de las FARC, se ha especulado que la guerrilla ha promovido el aumento en los cultivos con el fin de acumular fondos, previendo su eventual desmovilización. Una aguda disminución en la erradicación manual y aérea en todo el país —de un pico de 230.000 hectáreas en 2008 a menos de 18.000 hectáreas en 2016— también ha reducido los riesgos percibidos por los agricultores, lo que ha aumentado sus incentivos para cultivar la planta. Otro asunto crucial que facilita la proliferación de la droga en lugares como Nariño y Cauca es el hecho de que una gran cantidad de cultivos se ubican en territorios protegidos por encontrarse en reservas indígenas. En dichos lugares la erradicación forzosa es más difícil, pues las autoridades enfrentan un mayor número de obstáculos en sus operaciones. Una región que tiene muchas características atractivas para el narcotráfico, pero donde sorprendentemente no se han presentado aumentos en la producción de coca como en otros departamentos, es el Valle del Cauca. También ubicado en el Pacífico, este departamento tiene cualidades similares a las de Nariño y es uno de los puertos más activos del país. El hecho de que en el Valle no se haya presentado un auge de la coca se podría explicar, al menos en parte, porque el área donde se concentra la mayor parte de los cultivos, el municipio de Buenaventura, no ha recibido prioridad dentro de los proyectos de desarrollo de “posconflicto”, los cuales pretenden crear nuevas oportunidades económicas en lugares históricamente afectados por el conflicto. Se ha especulado que los grupos armados han alentado a los campesinos a cultivar más coca para recibir dichos beneficios. Sin embargo, en ausencia de tales promesas, es menos probable que éste sea un factor. En el departamento de Chocó, el control de los actores armados en las comunidades rurales quizás ha tenido un efecto más inhibitorio sobre la industria de la coca, y las estimaciones de cultivo disminuyeron levemente en el año 2016, después de un aumento del 44 por ciento el año anterior. Hay partes de este departamento donde existe un fuerte enfrentamiento entre grupos ilegales que buscan expandirse. Ello probablemente ha llevado a desestabilizar el tráfico de drogas a tal punto que ha impedido el crecimiento en los cultivos, cuyas semillas suelen ser proporcionadas por los propios actores armados locales.