Sin duda, el término “vulnerabilidad” tiene una larga tradición en el campo del
análisis de riesgos naturales, generalmente utilizado como evaluación de la
susceptibilidad a sufrir un evento catastrófico se produzca, o como expresión de los daños potenciales que pueden incluir, expresado en pérdidas de bienes o vidas humanas, Calvo (1997) define: “Vulnerabilidad es el grado de eficacia de un grupo social determinado para adecuar su organización frente a aquellos cambios en el medio natural que incorporan riesgo”. La vulnerabilidad aumenta en relación directa con la incapacidad del grupo humano para adaptarse al cambio, y determina la intensidad de los daños que puede producir.
El concepto de vulnerabilidad es, por tanto, estrictamente de carácter social. La
vulnerabilidad se manifiesta como un conjunto de factores de interacción que convergen en un grupo humano particular. Tiene como resultado diversos grados de incapacidad para responder ante la presencia de un riesgo determinado y sus causas son tanto internas como externas al grupo. El concepto de vulnerabilidad es concebido como un factor interno que especifica las condiciones que una región posee para enfrentar una amenaza.