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POLÍTICA PÚBLICA NACIONAL DE EDUCACIÓN AMBIENTAL, UN ANÁLISIS

REFLEXIVO A LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

DIEGO ALEXANDER BARRERA ROJAS


CESAR DAVID BERNAL VANEGAS
FABIAN CAMILO RINCON MANCILLA
ANDRES FELIPE LOPEZ NAVAS

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA Y TECNOLOGICA DE COLOMBIA


LICENCIATURA EN CIENCIAS NATURALES Y EDUCACIÓN AMBIENTAL
CIENCIAS DE LA EDUCACION
GESTIÓN Y EDUCACIÓN AMBIENTAL
TUNJA-BOYACÁ
POLÍTICA PÚBLICA NACIONAL DE EDUCACIÓN AMBIENTAL, UN ANÁLISIS
REFLEXIVO A LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

DIEGO ALEXANDER BARRERA ROJAS


Cód.201620405
CESAR DAVID BERNAL VANEGAS
Cód.201620655
FABIAN CAMILO RINCON MANCILLA
Cód.201620465
ANDRES FELIPE LOPEZ NAVAS
Cód. 201520411

PRESENTADO AL DOCENTE:
RICARDO MOLANO CARRERA

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA Y TECNOLOGICA DE COLOMBIA


LICENCIATURA EN CIENCIAS NATURALES Y EDUCACIÓN AMBIENTAL
CIENCIAS DE LA EDUCACION
GESTIÓN Y EDUCACIÓN AMBIENTAL
TUNJA-BOYACÁ
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Proporcionar un marco conceptual y metodológico básico, que desde la visión
sistémica del ambiente y la formación integral del ser humano, oriente las acciones
que en materia de educación ambiental se adelanten en el país, en los sectores
formal, no formal e informal. Esto, en el marco de los propósitos del sector
ambiental, del sector educativo y en general de la dinámica del SINA, buscando el
fortalecimiento de los procesos participativos, la instalación de capacidades
técnicas y la consolidación de la institucionalización y de la proyección de la
educación ambiental, hacia horizontes de construcción de región y de una cultura
ética y responsable en el manejo sostenible del ambiente.

OBJETIVOS ESPECIFICOS
 Propiciar la concertación, la planeación, la ejecución y la evaluación -
intersectorial e interinstitucional,- de las acciones de educación ambiental
que se generen desde el SINA, y particularmente, coordinar acciones con
los Sistemas Nacionales de Prevención y Atención de Desastres y de
Ciencia y Tecnología, que propenden, por la reducción de la vulnerabilidad
socio-cultural, frente a los riesgos de origen natural y antrópico y por la
sostenibilidad ambiental del desarrollo. Lo anterior, reconociendo las
particularidades de los diversos contextos ambientales y adecuándolas a la
dinámica del desarrollo, desde los propósitos de descentralización y
autonomía regional y en el marco de la pertinencia y la calidad de la
educación.
 Promover el proceso de institucionalización de la educación ambiental y su
incorporación en el desarrollo local, regional y nacional, desde los diversos
contextos ambientales del país, desde sus realidades y dinámicas
particulares de participación y gestión, y a partir de un trabajo coordinado
entre las diferentes entidades y grupos de población, con competencias y
responsabilidades en la problemática particular. Proceso que tiene como
fin, el de ganar el consenso y la legitimidad necesarias no sólo al interior del
Estado, sino también de la sociedad civil, los gremios y el sector privado;
para lo cual, el fortalecimiento de los Comités Técnicos Interinstitucionales
de Educación Ambiental (CIDEA), como estrategia de descentralización y
autonomía, es fundamental.
 Propiciar la inclusión de la Educación Ambiental como eje transversal, en
todos los escenarios y niveles de la educación, atendiendo a las
problemáticas ambientales de contexto, incluidas las de Prevención de
Desastres y Gestión del Riesgo. Esto, en los currículos de la educación
básica y media, a través de los Proyectos Ambientales Escolares (PRAE),
fundamentales para el desarrollo de la dimensión ambiental en los
Proyectos Educativos Institucionales (PEI); en la educación superior, a
través de las estrategias que se generen desde los procesos de formación
ambiental; y en la educación no formal, a través de los Proyectos
Ciudadanos de Educación Ambiental (PROCEDA).
 Generar procesos de investigación en educación ambiental, en todos los
niveles de los sectores formal, no formal e informal de la educación, que
permitan una reflexión crítica y su proyección en la comprensión de
problemas ambientales locales, regionales y nacionales, con el
acompañamiento de los diferentes actores del SINA. En este contexto y con
el apoyo de las diversas organizaciones y redes nacionales, por ejemplo las
de jardines botánicos y zoológicos, propiciar la inclusión de estrategias y
acciones educativas, tendientes al conocimiento profundo de problemáticas
específicas, tales como: manejo y conservación del sistema de áreas
naturales protegidas, biodiversidad, cambio climático, humedales,
ecosistemas estratégicos, bioseguridad y generación de riesgos, entre
otros.
 Propiciar la participación de los gremios y del sector privado en actividades
de educación ambiental relacionadas no sólo con la producción limpia, sino
también con la construcción de una cultura ciudadana ética y responsable
en el manejo sostenible del ambiente (en beneficio de sus trabajadores,
usuarios y comunidad en general). Para el logro de este objetivo y los
impactos esperados, es indispensable abrir los espacios necesarios para la
concertación y cooperación horizontal de los sectores privado,
gubernamental y no gubernamental.
 Fomentar en el SINA el impulso y fortalecimiento a programas de
comunicación y educación ambiental y a la realización de campañas, con el
apoyo de los medios masivos de comunicación. En este mismo sentido,
generar mecanismos para la difusión y socialización de los resultados y
procesos investigativos, (significativos para el campo ambiental y el de la
educación ambiental), de las normas constitucionales y legales nacionales,
y de los acuerdos internacionales, relacionados con asuntos ambientales,
suscritos por el Estado colombiano.
 Fortalecer la dimensión ambiental de los proyectos de etnoeducación que
vienen adelantando las comunidades indígenas, afrocolombianas y raizales,
en diferentes regiones del país, reconociendo los conocimientos y
tradiciones presentes en sus cosmovisiones particulares. Este aspecto
requiere del aporte de instrumentos que permitan abrir espacios de
reflexión-acción, sobre la necesidad de avanzar hacia modelos de
desarrollo que incorporen un concepto de sostenibilidad no solamente
natural, sino también social, y que ubiquen como fortaleza nuestra
diversidad cultural, para avanzar hacia la transformación adecuada de
nuestras realidades ambientales.
INTRODUCCIÓN
En una sociedad capitalista donde el ambiente es fragmentado y determinado
como una fuente de recursos materiales destinados a la satisfacción humana, es
preciso crear una consciencia en las personas sobre el deterioro imparable del
ambiente, causado por uso excesivo e irracional del mismo. Esto se convierte en
una problemática ambiental en la cual se encuentran intrínsecos un sinnúmero de
problemas, sociales, culturales y naturales, en vista a esta esta situación se
propuso un mecanismo de respuesta. Sin duda alguna las políticas públicas son
una parte muy importante para una sociedad debido al propósito de las mismas, el
cual busca mitigar o crear una serie de guías o pasos que conduzcan a una
progresiva solución de problemáticas. La política pública de educación ambiental
no es la excepción.
“Esta Política recoge los desarrollos conceptuales, metodológicos y de proyección,
y los procesos llevados a cabo en materia de Educación Ambiental en el país, y
plasma un diseño estratégico que corresponde a los propósitos de transformación
de la problemática local, regional y nacional, detectada a través de la
implementación de proyectos, programas y actividades educativo-ambientales por
parte de ambos ministerios, desde la intención de incluir la dimensión ambiental en
todos los ámbitos y niveles de la educación básica y media del área rural y urbana
del país”. [1]
El objetivo de este trabajo es presentar un análisis sobre la misma y sus
principales ítems, haciendo hincapié en el panorama inicial con el que se empezó
el diseño de la política pública en nudos conceptual, metodológico y proyectivo.
Así mismo evidenciar si los objetivos planteados para resolver los nudos
identificados son oportunos.
En este trabajo se puede observar un análisis crítico con respecto a la relación
entre nudos críticos (conceptuales, contextuales y argumentativos) Y los
respectivos objetivos específicos propuestos en la política nacional de educación
ambiental. Esto con el fin de apropiarnos, conocer la política, evidenciar si dicha
relación mencionada se ejecuta de una manera adecuada, de acuerdo con las
necesidades y problemáticas nacionales para finalmente desde un punto de vista
argumentativo contribuir con la solución de las dificultades planteadas en el
documento.
ARGUMENTACIÓN
EN CUANTO A LA CONCEPTUALIZACIÓN
Se sabe que esta ha sido la base fundamental para la construcción de la política
pública de educación, el Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y
de Protección del Medio Ambiente, los cuales fueron el primer antecedente del
tema. Luego vino el “el Decreto 1337 de 1978 y aunque significaron un avance en
la normatividad, “tuvieron limitaciones de orden conceptual, por cuanto insistieron
solamente en la implementación de la educación ambiental a través de la inclusión
de cursos de ecología, de conservación de recursos naturales, de preservación
medio ambiental y del impulso a campañas y jornadas ecológicas en los planteles
educativos. Esto llevó a que el tratamiento y la comprensión de lo ambiental, se
redujera al estudio de la ecología, ignorando los aspectos socioculturales que le
son inherentes” [1] siendo este un causante de una serie de nudos, siendo el
primero:
NUDO: “Tendencia a trabajar el tema ambiental, casi exclusivamente, desde los
problemas (vistos como crisis agudas e insalvables de los sistemas naturales),
situación que ha permitido que se promueva una visión catastrófica del futuro del
país y del planeta. Rara vez se han trabajado las potencialidades de los recursos
existentes en las regiones.”
Posiblemente una respuesta a este nudo se plantea el siguiente objetivo
específico:

“Fortalecer la dimensión ambiental de los proyectos de etnoeducación que vienen


adelantando las comunidades indígenas, afrocolombianas y raizales, en diferentes
regiones del país, reconociendo los conocimientos y tradiciones presentes en sus
cosmovisiones particulares.”
Se resalta el hecho de que a pesar de sus falencias fue el inicio del camino hacia
la educación ambiental, abriendo nuevas posibilidades. En 1995 se crea el
documento “Cultura para la Paz, hacia una política de Educación Ambiental”, el
cual quería promover el diálogo multicultural y contextualizado fortaleciendo así el
SINA. Teniendo como antecedentes las fases de exploración entre 1992 y 1993 en
la que se detectaron diversos proyectos, propuestas y actividades en educación
ambiental. Actualmente se siguen presentando errores con la interpretación que le
damos a la educación ambiental; puesto que se siguen pensando al ambiente
como un medio ajeno al hombre y cuyo cambio es apocalíptico e inevitable. El
cambio inicia observando con otra visión al mundo, un punto de vista que
realmente sea contemplativo y crítico, es decir, que sea capaz de identificar las
potencias naturales que su entorno le ofrezca, cultive ese pensamiento y en
conjunto con otras personas hagan un mejor manejo de la vida. Recordando que
todos tenemos un papel ecológico para con la naturaleza y debemos cumplirlo
para tener un ambiente apto y agradable para la autoperpetuación de las especies
NUDO: “Problemas en la apropiación social del conocimiento y la información,
derivados de estudios e investigaciones ambientales. Esto se debe en parte a la
escasa difusión que hacen las instituciones u organismos responsables de la
producción de los mismos, lo que se traduce en ausencia de un lenguaje
pedagógico–didáctico, que permita el acceso de los individuos y de los colectivos
a este conocimiento e información, (indispensables para cualificar los procesos de
comprensión de la realidad ambiental).”
Posiblemente una respuesta a este nudo el planeta el siguiente objetivo
específico:
“Promover el proceso de institucionalización de la educación ambiental y su
incorporación en el desarrollo local, regional y nacional, desde los diversos
contextos ambientales del país, desde sus realidades y dinámicas particulares de
participación y gestión, y a partir de un trabajo coordinado entre las diferentes
entidades y grupos de población, con competencias y responsabilidades en la
problemática particular. “
Para intentar solucionar este problema se empezó a fortalecer procesos de
formación docente, llamados docentes ambientalistas y se incorporó entonces una
serie de herramientas para que estos actores pudieran tener escenarios para la
ejecución de los proyectos planteados, mediante los PEI. No obstante ese no fue
el único mecanismo de difusión utilizado, también se incorporaron estrategias no
formales e informales. Estos mecanismos se organizaron a nivel nacional gracias
al CIDEA.
Evidentemente este objetivo se ha cumplido puesto que actualmente los CIDEA,
que “Según el Ministerio de Educación Nacional los Comités Técnicos
Interinstitucionales de Educación Ambiental (CIDEA) son espacios intersectoriales
para aunar esfuerzos técnicos, financieros y de proyección, en pro de una cultura
ética en el manejo sostenible del ambiente. Su principal preocupación es la
definición y gestión de planes de educación ambiental, para contextualizar la
Política Nacional de Educación Ambiental y adecuarla a las necesidades de
mejoramiento de los perfiles ambientales, regionales y locales.”[2]. Basándonos en
lo anterior podemos que de este objetivo se desprenden mecanismos que son los
eslabones siguientes en cuanto a la conceptualización regional se hace de los
lineamientos generales, tales como los PRAE, PROCEDA y los PEI. Cada
proyecto tiene que hacer una conceptualización apropiada en cuanto a educación
ambiental se refiere y así lograr hacer una contextualización acertada de la política
de educación ambiental.
Otro objetivo que responde estas problemáticas es:

“Propiciar la inclusión de la Educación Ambiental como eje transversal, en todos


los escenarios y niveles de la educación, atendiendo a las problemáticas
ambientales de contexto, incluidas las de Prevención de Desastres y Gestión del
Riesgo”.
Esto, en los currículos de la educación básica y media, a través de los Proyectos
Ambientales Escolares (PRAE), fundamentales para el desarrollo de la dimensión
ambiental en los Proyectos Educativos Institucionales (PEI); en la educación
superior, a través de las estrategias que se generen desde los procesos de
formación ambiental; y en la educación no formal, a través de los Proyectos
Ciudadanos de Educación Ambiental (PROCEDA).
Hace falta mucha difusión de estos proyectos, ya que muchos quedan como
“proyectos de vitrina” enmarcados y colgados en paredes de premiación por su
aparente calidad pero no se masifica la estrategia usada para una posible
apropiación y solución a un determinado problema que necesite un mecanismo
para tratar una problemática local. Esto se podría solucionar con la divulgación en
medios de comunicación para que las personas se enteraran de lo que otros están
haciendo por el ambiente sectorialmente.

EN CUANTO A LA CONTEXTUALIZACIÓN
NUDO: “Debilidad al explicitar la relación entre la problemática ambiental y las
actividades productivas nacionales, regionales o locales, lo cual ha llevado a no
considerar las conexiones entre ambiente y desarrollo, fundamentales para la
comprensión de las propuestas de sostenibilidad ambiental a nivel educativo.”
Posiblemente una respuesta a este nudo se plantea el siguiente objetivo
específico:
“Propiciar la participación de los gremios y del sector privado en actividades de
educación ambiental relacionadas no sólo con la producción limpia, sino también
con la construcción de una cultura ciudadana ética y responsable en el manejo
sostenible del ambiente (en beneficio de sus trabajadores, usuarios y comunidad
en general). “
Argumentación: El propósito de contribuir a la formación de ciudadanos y
ciudadanas responsables y éticos para relacionarse en forma adecuada con el
ambiente, teniendo en cuenta las necesidades ambientales y educativas actuales
y, los marcos contextuales que pueden y deben servir de base para la
construcción del concepto de sostenibilidad. que según Wilches G. y otros (1998):
“comprende una dimensión ideológica y cultural, de la cual depende el sentido o
significado que cada comunidad le otorga al desarrollo, al concepto de ‘éxito’ y, en
general, al papel y a la responsabilidad que le corresponde asumir al ser humano
en el devenir universal. Así mismo, el concepto de sostenibilidad comprende una
dimensión política de la cual forman parte integral los conceptos de democracia,
de tolerancia, de concertación, de gobernabilidad, de respeto a la diferencia y
valoración activa de la diversidad, de descentralización y de participación, sin los
cuales no resulta concebible dicha sostenibilidad.” [1] Por esto mismo los sectores
productivos nacionales deben generar planteamientos de proyectos que consigan
generar una conexión entre ambiente y desarrollo. En consecuencia desarrollo no
es sinónimo de crecimiento económico aunque popularmente la sociedad lo cree
así, debido a esto surge la dicotomía con la conexión entre ambiente y desarrollo.
Para poder desarrollar este objetivo es necesaria la siguiente estrategia:
Fortalecimiento de los Comités Técnicos Interinstitucionales de Educación
Ambiental. En este sentido, la política se propone el siguiente reto:
“generar espacios de concertación y de trabajo conjunto (en materia de educación
ambiental) de las instituciones gubernamentales entre sí y con las organizaciones
de la sociedad civil, de los gremios y del sector privado, a nivel nacional, regional o
local.”
Argumentación:
Para el fortalecimiento de los comités técnicos interinstitucionales en educación
ambiental es necesario la formulación de los lineamientos y mecanismos que
deben orientar las relaciones intersectoriales e interinstitucionales en materia de
educación ambiental, es necesario tener en cuenta una conceptualización al
respecto, planteada en esta propuesta de Política Nacional de Educación
Ambiental. Además de estos criterios fundamentales y, teniendo en cuenta que
para la consecución de los objetivos de dicha Política es necesario contar con
diferentes recursos que permitan logros consistentes con la propuesta, se plantea
como esquema de trabajo la asociación y la cogestión.
Por asociación y cogestión se entiende aquí la realización de trabajos conjuntos
que pueden ser de distinta índole, en los que los diferentes socios tienen objetivos
y agendas comunes y en cuyo logro o desarrollo cada cual aporta recursos
propios que pueden ser de carácter tangible o intangible. Este esquema de trabajo
está mediado por la concertación y el acuerdo entre las partes y se aplica a las
relaciones del sector y las instituciones educativas con otros sectores o
instituciones, gubernamentales o no gubernamentales, que tengan que ver con el
trabajo en lo ambiental y, particularmente, con la educación ambiental [6].

Otro objetivo que responde estas problemáticas es:

“Promover el proceso de institucionalización de la educación ambiental y su


incorporación en el desarrollo local, regional y nacional, desde los diversos
contextos ambientales del país, desde sus realidades y dinámicas particulares de
participación y gestión, y a partir de un trabajo coordinado entre las diferentes
entidades y grupos de población, con competencias y responsabilidades en la
problemática particular. Proceso que tiene como fin, el de ganar el consenso y la
legitimidad necesarias no sólo al interior del Estado, sino también de la sociedad
civil, los gremios y el sector privado; para lo cual, el fortalecimiento de los Comités
Técnicos Interinstitucionales de Educación Ambiental (CIDEA), como estrategia de
descentralización y autonomía, es fundamental.”

Argumentación: Según el Ministerio de Educación Nacional los Comités Técnicos


Interinstitucionales de Educación Ambiental (CIDEA) son espacios intersectoriales
para aunar esfuerzos técnicos, financieros y de proyección, en pro de una cultura
ética en el manejo sostenible del ambiente. Su principal preocupación es la
definición y gestión de planes de educación ambiental, para contextualizar la
Política Nacional de Educación Ambiental y adecuarla a las necesidades de
mejoramiento de los perfiles ambientales, regionales y locales.

Los CIDEA facilitan la participación y acompañan a las instituciones y


organizaciones ambientales y educativas locales en la concertación de actividades
y estrategias de formación, para mejorar la calidad de los impactos de las
acciones de las comunidades sobre el ambiente. Inicialmente se crearon los
CIDEA departamentales y actualmente se trabaja en la organización de los
municipales. [2]

(CIDEA) deben desarrollar competencias y responsabilidades no solo en cuanto a


la elaboración de planes de Educación Ambiental, sino también a la gestión para
la incorporación de dicho plan en los correspondientes planes de desarrollo
departamentales y municipales; con el fin de contribuir en la sostenibilidad de las
propuestas de educación ambiental y de apoyar un trabajo sistemático y
secuencial por parte de todas las instituciones, alrededor de propósitos comunes
para la formación de niños, niñas, jóvenes y, en general, comunidades. Esto con el
objeto de contribuir en la cualificación de sus interacciones ambientales.

Para poder desarrollar este objetivo es necesaria la siguiente estrategia:


Fortalecimiento de los Comités Técnicos Interinstitucionales de Educación
Ambiental. En este sentido, la política se propone el siguiente reto:
“generar espacios de concertación y de trabajo conjunto (en materia de educación
ambiental) de las instituciones gubernamentales entre sí y con las organizaciones
de la sociedad civil, de los gremios y del sector privado, a nivel nacional, regional o
local.”
Implementar y promover los Comités Técnicos Interinstitucionales de Educación
Ambiental (del orden nacional, departamental y municipal), señalados desde las
funciones del Consejo Nacional Ambiental, de los Consejos Ambientales de las
Entidades Territoriales y previstos en el Decreto 1743 de 1994.
ARGUMENTACION: según el capitulo 3 del decreto 1743 de 1994 con respecto a
las relaciones interinstitucionales e intersectoriales se plantea en el articulo 9° la
participación en el sistema nacional ambiental, donde el ministerio de educación
ambiental participara conjuntamente con las demás instituciones gubernamentales
no gubernamentales y privadas que hacen parte del sistema, en la puesta en
marcha de todas las actividades que tengan que ver con la educación ambiental
en los términos que estipula la política pública nacional de educación ambiental.
También el concejo nacional ambiental creará y organizara un comité técnico
interinstitucional de educación ambiental, integrado por funcionarios especialistas
en educación ambiental, representantes de las mismas instituciones y organismos
que hacen parte del consejo, que tendrá como función generar la coordinación y el
seguimiento a los proyectos específicos en educación ambiental.
NUDO: “Poco trabajo educativo sobre la realidad ambiental urbana y excesivo
énfasis en la relación ambiente - entorno rural, en las diferentes acciones,
propuestas, proyectos y otras actividades que tienen que ver con la educación
ambiental.”
Posiblemente una respuesta a este nudo se plantea el siguiente objetivo
específico:
“Generar procesos de investigación en educación ambiental, en todos los niveles
de los sectores formal, no formal e informal de la educación, que permitan una
reflexión crítica y su proyección en la comprensión de problemas ambientales
locales, regionales y nacionales, con el acompañamiento de los diferentes actores
del SINA. En este contexto y con el apoyo de las diversas organizaciones y redes
nacionales, por ejemplo las de jardines botánicos y zoológicos, propiciar la
inclusión de estrategias y acciones educativas, tendientes al conocimiento
profundo de problemáticas específicas, tales como: manejo y conservación del
sistema de áreas naturales protegidas, biodiversidad, cambio climático,
humedales, ecosistemas estratégicos, bioseguridad y generación de riesgos, entre
otros. En este contexto y con el apoyo de las diversas organizaciones y redes
nacionales, por ejemplo las de jardines botánicos y zoológicos, propiciar
la inclusión de estrategias y acciones educativas, tendientes al conocimiento
profundo de problemáticas específicas, tales como: manejo y conservación del
sistema de áreas naturales protegidas, biodiversidad, cambio climático,
humedales, ecosistemas estratégicos, bioseguridad y generación de riesgos, entre
otros.”

Argumentación: El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible a través del


SINA tiene entre sus metas la inclusión de la educación ambiental tanto en lo
formal como en lo informal y no formal, como un aporte al desarrollo sostenible y
al mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos, conservando sus
riquezas naturales y recuperando ecosistemas, por el bien de la próximas
generaciones.
Es por eso que la Oficina de Educación y Participación del Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial, en equipo con el sector educativo, las
corporaciones autónomas regionales, corporaciones de desarrollo sostenible y las
autoridades ambientales, trabaja por la implementación y el fortalecimiento de las
estrategias de la Política Nacional de Educación Ambiental tales como Proyectos
Ambientales Escolares- PRAE, los Comité Interinstitucionales de Educación
Ambiental-CIDEA, los Proyectos Ciudadanos de Educación ambiental-PROCEDA,
la Formación de Dinamizadores Ambientales a través del Programa Nacional de
Promotora Ambiental Comunitaria, la Educación Ambiental para la Gestión del
Riesgo y los Proyectos Ambientales Universitarios PRAU en todo el país.[3]
Los procesos educativo-ambientales promueven la aplicación del conocimiento
para la comprensión y transformación de las realidades de los estudiantes y
contribuyen al fortalecimiento de las competencias científicas y ciudadanas, lo que
favorece la pertinencia de los Proyectos Educativos Institucionales y, por ende, la
calidad de la educación. Los PRAE son una herramienta pedagógica que
promueven generar hábitos de conservación, de reflexión, generación de
conceptos y argumentaciones teóricas y así mismo promueve estrategias de
investigación para fortalecer, evaluar y dar calidad a los proyectos que se
planteen.
El apoyo y trabajo conjunto con organizaciones ambientales, entidades
ambientales y afines permiten contribuir por medio del proceso de educación
ambiental a aumentar la conciencia ambiental en la población estudiantil y
comunidad en general, donde se puede resaltar la importancia de la valoración
natural, social y científica, de las áreas protegidas en nuestro país y de su
relevancia ecosistemita. También es importante proporcionar fundamentación
teórica para interpretar y explicar el funcionamiento de los ecosistemas, las
relaciones entre los recursos naturales y la importancia de su conservación.
Para poder desarrollar este objetivo es necesaria la siguiente estrategia:
Formación de educadores y dinamizadores ambientales y en este mismo
sentido la política nacional propone el siguiente reto:
Implementar estrategias de capacitación–formación de dinamizadores
ambientales, involucrados en PRAE, PROCEDA y en general en los diferentes
grupos relacionados con la problemática educativo–ambiental. Esto con el
acompañamiento de las universidades e instituciones responsables de la
formación docente a nivel nacional, regional o local y según las particularidades de
los contextos ambientales.
Argumentación: Es importante poner de presente que los procesos de formación,
actualización y perfeccionamiento de educadores ambientales, deben hacer
especial énfasis en el desarrollo del sentido de pertenencia a una nación, a una
región, a una localidad y a una comunidad con características específicas. Así
mismo, dado que la gestión es inherente al manejo adecuado del entorno, el
educador ambiental debe entrar en contacto con los organismos o instituciones
encargados de la gestión ambiental. Esto implica que construya criterios de
relación, de acción y de proyección.
Teniendo en cuenta el objetivo se hace propicio la siguiente estrategia para
desarrollarlo: Diseño, implementación, apoyo y promoción de planes y
acciones de comunicación y divulgación, y en este mismo sentido la política
nacional propone el siguiente reto:
Fortalecer las unidades de comunicación en las entidades y organizaciones que
trabajan en ambiente y en educación ambiental. Promover una forma de
comunicación institucional con una clara intención pedagógica, y que reconozca
las diferencias culturales, regionales y étnicas
Argumentación: para fortalecer las unidades de comunicación en las entidades y
organizaciones que trabajan en ambiente y en educación ambiental y así mismo
promover una forma de comunicación institucional con una clara intención
pedagógica, reconociendo las diferencias culturales regionales y étnicas que
enriquecen y que se ven a lo largo de nuestro país, se debe aplicar una noción de
comunicación participativa y su aplicación en la educación ambiental como un
contexto múltiple de comunicación, divulgación, dialogo y participación, de
desarrollo de sociedades responsables , de construcción social y cultural de la
cuestión ambiental y el desarrollo participativo.
Esto orientado por supuesto, al fortalecimiento de la conciencia ambiental de las
comunidades y su participación en las transformaciones sociales que requiere el
país, para su tránsito hacia modelos de desarrollo que incorporen la equidad y el
respeto por las autonomías, desde el reconocimiento de la diversidad natural y
sociocultural como principios fundamentales de sostenibilidad ambiental.
Puesto que la educación ambiental implica un trabajo interdisciplinario, derivado
del carácter sistémico del ambiente y de la necesidad de aportar los instrumentos
de razonamiento, de contenido y de acción (desde las diversas disciplinas, las
diversas áreas del conocimiento y las diversas perspectivas), la formación de
educadores ambientales debe responder a esta concepción.
Es importante fortalecer la formación de educadores ambientales que entrar en
contacto con organismos o instituciones encargadas de la gestión ambiental para
construir criterios de relación, de acción y de proyección.

ENCUANTO A LOS PROYECTRIVOS


Cuando se quiere hablar de una serie de dificultades existentes a el tipo de
metodología estratégica que se está tomando no solo la educación formal,
informal o no formal en cuanto a la educación ambiental en diversos espacios de
formación con respecto a una visión proyectiva, se requiere entonces definir una
serie de propósitos u objetivos para poder moldear un tipo de solución a estos,
iniciando por tener claridad primero que todo que el tipo de educación que con el
tiempo nos ha caracterizado, dicha educación disciplinaria, vertical, tradicional que
lo único que genera es precisamente una limitación y especificación en cosas que
a fin de cuentas resultan siendo lo más transversales posibles, como es el caso de
la educación ambiental, propuesta por la mayoría de PRAE como un carácter
íntimamente natural. A continuación se muestran una serie de problemáticas
(nudos críticos) que la política pública de educación ambiental a identificado, estas
cuentan con sus debidos y posibles objetivos implementados como estrategias
para mejorar dichos nudos críticos.
NUDO: “A pesar de que los Lineamientos para una Política Nacional de Educación
Ambiental (1994) han hecho posible el desarrollo de los Proyectos Ambientales
Escolares (PRAE), en las instituciones educativas del país, todavía no logran
posicionarse de manera clara en su estructura curricular. En ocasiones, a través
de estos proyectos se propicia el desarrollo de actividades ambientales en
educación formal, por fuera de la escuela y en el contexto de las llamadas
actividades extracurriculares. En este sentido, se nota una falta de claridad en la
ubicación de los procesos pedagógico-didácticos, como factores clave en el
campo axiológico de la educación ambiental y en la transformación de la dinámica
educativa del país.”
Posiblemente una respuesta a este nudo se plantea el siguiente objetivo
específico:
“Propiciar la inclusión de la Educación Ambiental como eje transversal, en todos
los escenarios y niveles de la educación, atendiendo a las problemáticas
ambientales de contexto, incluidas las de Prevención de Desastres y Gestión del
Riesgo. Esto, en los currículos de la educación básica y media, a través de los
Proyectos Ambientales Escolares (PRAE), fundamentales para el desarrollo de la
dimensión ambiental en los Proyectos Educativos Institucionales (PEI); en la
educación superior, a través de las estrategias que se generen desde los procesos
de formación ambiental; y en la educación no formal, a través de los Proyectos
Ciudadanos de Educación Ambiental (PROCEDA).”
Argumentación: Para nadie es un secreto que hoy en día en la mayoría de
instituciones académicas a la hora de pretender desarrollar un PRAE, no poseen
la debida conceptualización apropiada sobre inicialmente el tema de ambiente,
debido a que este sencillamente es tomado como un aspecto netamente natural,
dichos proyectos son dedicados netamente a el embellecimiento natural, pero en
ningún momento logran acercar los caracteres socio-culturales que este mismo
concierne, no existe una reflexión crítica, que a fin de cuentas resulta ser el
verdadero fin de este tipo de proyectos. Para lo cual la política pública nos propicia
un objetivo muy claro y asertivo con respecto a lo mencionado anteriormente, el
mismo nos indica que la educación ambiental está muy desligada del ámbito
educativo, por lo cual se debe hacer un reacomodo en el currículo para así
empezar hacer transversalidad de este concepto desde todos y cada uno de los
niveles académicos.
Otro objetivo que responde estas problemáticas es:

“Generar procesos de investigación en educación ambiental, en todos los niveles


de los sectores formal, no formal e informal de la educación, que permitan una
reflexión crítica y su proyección en la comprensión de problemas ambientales
locales, regionales y nacionales, con el acompañamiento de los diferentes actores
del SINA. En este contexto y con el apoyo de las diversas organizaciones y redes
nacionales, por ejemplo las de jardines botánicos y zoológicos, propiciar la
inclusión de estrategias y acciones educativas, tendientes al conocimiento
profundo de problemáticas específicas, tales como: manejo y conservación del
sistema de áreas naturales protegidas, biodiversidad, cambio climático,
humedales, ecosistemas estratégicos, bioseguridad y generación de riesgos, entre
otros.”
Argumentación: Como se mencionó anteriormente el fin al que realmente quiere
llegar la educación ambiental es, que mediante la transversalidad de los
proyectos que la concierne, la sociedad posea consigo una reflexión crítica,
interdisciplinaria y de concientización al ambiente, puesto que así se podrán
desarrollar actividades que realmente concuerden con lo planeado, esto planteado
desde la política pública mediante la generación de procesos de investigación que
desde un primer plano toque a la educación ambiental, pero esto no solo en el
sector académico formal, sino que por el contrario se expanda a lo no formal e
informal con el acompañamiento de entidades como el SINA, jardines botánicos,
zoológicos, entre otros ya que estos nos brindan lo requerido para ejercerlo de la
manera más sensata posible.
NUDO: “Poco resultado en las acciones de capacitación que ha emprendido la
universidad para incorporar la dimensión ambiental, desde la transversalidad de la
temática, en sus procesos de formación, investigación y extensión (ejes
fundamentales de su quehacer) y particularmente en aquellos aspectos
relacionados con los procesos de formación de docentes. Esto, por supuesto,
afecta el desarrollo que requiere la educación ambiental entendida como
formación integral.”
Posiblemente una respuesta a este nudo se plantea el siguiente objetivo
específico:
Promover el proceso de institucionalización de la educación ambiental y su
incorporación en el desarrollo local, regional y nacional, desde los diversos
contextos ambientales del país, desde sus realidades y dinámicas particulares de
participación y gestión, y a partir de un trabajo coordinado entre las diferentes
entidades y grupos de población, con competencias y responsabilidades en la
problemática particular. Proceso que tiene como fin, el de ganar el consenso y la
legitimidad necesarias no sólo al interior del Estado, sino también de la sociedad
civil, los gremios y el sector privado; para lo cual, el fortalecimiento de los Comités
Técnicos Interinstitucionales de Educación Ambiental (CIDEA), como estrategia de
descentralización y autonomía, es fundamental.
Argumentación: Cuando nos referimos al contexto de educación superior cabe
resaltar que en la realidad universitaria, cada programa posee un currículo, dicho
currículo se ensaña sencillamente en el ámbito disciplinar y humanístico, que
sencillamente el sistema de ambiente se incorpora en programas donde su
currículo disciplinario lo exija, obviamente esto es un error de gran magnitud, ya
que como se sabe según algunos autores como Gonzales, F; nos definen el
ambiente como una serie de interacciones de factores sociales, culturales y
naturales, es decir que aunque muchos no lo sepan el sistema ambiente nos toca
a la sociedad día tras día para realizar cualquier tipo de cosa, nosotros hacemos
parte de este sistema, por lo cual un objetivo planteado desde la política pública es
precisamente eso promover la incorporación del ambiente como eje transversal e
indispensable en la educación superior.
Otro objetivo que responde estas problemáticas es:
“Generar procesos de investigación en educación ambiental, en todos los niveles
de los sectores formal, no formal e informal de la educación, que permitan una
reflexión crítica y su proyección en la comprensión de problemas ambientales
locales, regionales y nacionales, con el acompañamiento de los diferentes actores
del SINA. En este contexto y con el apoyo de las diversas organizaciones y redes
nacionales, por ejemplo las de jardines botánicos y zoológicos, propiciar la
inclusión de estrategias y acciones educativas, tendientes al conocimiento
profundo de problemáticas específicas, tales como: manejo y conservación del
sistema de áreas naturales protegidas, biodiversidad, cambio climático,
humedales, ecosistemas estratégicos, bioseguridad y generación de riesgos, entre
otros.”
Argumentación: El pensamiento crítico reflexivo en no solo los estudiantes de
educación superior sino en la sociedad en general (independientemente como lo
generen) es de vital importancia a la hora que querer ejercer su labor en el
ambiente, pero para esto debe existir de antemano un proceso de investigación
participativa en cuanto al sistema ambiental se refiere, dichas circunstancias
pueden ir acompañadas de actores como el SINA, jardines botánicos, zoológicos
entre otros, lo anterior puede ser solución a la dificultad por la que pasa la
educación superior en cuanto a la falta de transversalidad en actividades de la
educación ambiental, según lo planeado por la política pública de educación
ambiental.

BIBLIOGRAFÍA
[1]Ministerio de educación nacional (2002). Política nacional de educación
ambiental sina. Bogotá, Colombia.
PÁGINAS WEB CONSULTADAS
[2]CIDEA: http://www.corporinoquia.gov.co/cidea/index.php/pages/2015-02-02-15-
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[3]TELLEZ SOLÍS, E. y WILCHES CHAUX, G. Educación para un futuro sostenible
en América Latina y el Caribe. OEA – OAS, Washington, D.C., U.S.A. 1999.
[4] tomado de: https://www.cortolima.gov.co/cidea Ministerio de educación
nacional.
[5] tomado de: https://www.mineducacion.gov.co/1621/article-90893.html.
ALTABLERO, Ministerio de educación nacional.
[6] COLOMBIA, Ministerio de Educación Nacional. Lineamientos generales para
una política nacional de educación ambiental. Serie documentos de trabajo,
Bogotá D.C., Colombia, 1995.

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