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Durante mucho tiempo quise escribirle, no es que no encontrara las palabras, si no que me

lastimó tanto la ruptura, que después de haber experimentado tristeza, depresión y


ansiedad, sólo quedó en mí un sentimiento pesado, parecido al odio. Por primera vez, sentí
realmente rencor. Un sentimiento terrible que me costó trabajo eliminar.

No voy a mentir, ahora no me cae bien, pero tampoco mal. Ya no le amo, y menos le
quiero, pero tampoco le odio. No le deseo mal y sí, le deseo que tenga una buena vida.

¿Por qué?

Porque para mí y por mí, no es sano mantener un sentimiento negativo hacia alguien a
quien quise tanto. No es coherente y me aleja de la persona que soy, de quien quiero
ser.

No le odio porque odiarle es interesarme en su persona, no le odio porque es agregar


un valor que se ha perdido y por último, no le odio porque odiarle, es amarle. Y ya no le
amo.

Cuando nos enamoramos, amamos intensamente, nos vemos unidos a la otra persona por
el resto de nuestras vidas, imaginamos un futuro a su lado, cómo sería, qué pasaría. Todo
es perfecto.

Todos nos enamoramos de la persona equivocada, todos deseamos que sea la correcta, y
de igual manera, idealizamos un futuro prometedor con aquella persona que nosotros
creemos que nos hace felices.

A él le agradezco haberme hecho creer en un imposible, en un para siempre y en un futuro.


Agradezco las peleas, los malos ratos y todas las veces en que mi corazón se partía. No
cambiaría absolutamente nada.

Volvería a vivir el sufrimiento de un corazón roto, porque sin él, sin todo lo que viví a su
lado, no sería quién soy ahora.
Sin aprendizaje, autovaloración y amor propio, no podría agradecer nada por lo que
el día de hoy doy gracias.

Si no hubiera vivido esa relación, ahora no podría apreciar el hoy, lo que tengo, con quién
estoy. Sin aprendizaje no hay ganancia.

Gracias porque fui feliz, gracias porque fui triste. Gracias por el aprendizaje.

Quiero que seas feliz, exitoso y pleno.

Amar a la persona equivocada es lo mejor que puede pasarte, porque sabes que la
persona correcta superará el sentimiento.

Y en este momento, yo soy mi persona correcta, aprendí a amarme como no sabía que
podía amar. Aprendí a ser feliz sin depender de alguien, y sólo así, puedo compartir la
felicidad.

Aceptando quién soy, lo que conlleva, con defectos y virtudes, absolutamente todo.

Pasado el tiempo, me doy cuenta de que ya no le amo, pero tampoco le odio. No le


escribo, me escribo a mí, soy feliz. Y quiero que él lo sea.

Sin sufrir, no se valora.

Sin valorar, no se ama.

Mi vida no sería igual sin haberlo conocido, aprendí a ser mejor persona. Ninguna
experiencia vale si no has crecido con ello. De lo bueno, y sobretodo de aquellas
desagradables.

El que no cae, no se levanta.

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