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LA SEXUALIDAD EN LOS ADOLECENTES

El adolescente es una personita en la que predomina la acción sobre


el pensamiento, lo quiere probar todo y se siente absolutamente libre y
desafiante. El grupo lo atrae como un imán. Piensa, siente y actúa en función
del grupo. Es la edad en la que más propensos estamos a que pasen cosas
irreversibles. En el varón el riesgo mayor está puesto sobre su propia vida.
En la mujer el mayor riesgo está en la posibilidad de un embarazo.Veamos
un poco como es en esencia la sexualidad en esta etapa de la vida. El
adolescente pasa por tres períodos: el primero de ellos, el puberal, tiene
como centro el descubrimiento de la actividad masturbadora y hay tendencia
a la ambivalencia hacia el otro sexo: atracción o rechazo y temor. Va de los
11 a los 13 años y las posibilidades de embarazo son menores que en el
segundo período que es el nuclear. El tercero se conoce como juvenil y va
desde los 18 hasta los 85 años.

En el período de la adolescencia nuclear, que comienza a los 14 años,


aparece la atracción hacia el otro sexo con una dosis de concentración sobre
sí mismo y de afecto por el exhibicionismo. Prima la necesidad de fabricar un
escenario donde pueda ser observado y lo importante es el logro de una
hazaña.Si le agregamos a esto que los muchachos y las muchachas buscan
hacerse daño mutuamente, será difícil una relación armónica y amorosa
entre ellos. Además, no hay que olvidar que las relaciones a esta edad son
enormemente inestables, dura más un bizcocho en la puerta de una escuela
que un noviazgo.

Es la época del uso sexual de la niña para hablar mal de ella, algo que
las jovencitas aprenden tarde, con frecuencia a golpes. Luego de haber
padecido el escarnio público se percatan de que todo se comparte y que a
esta edad no hay intimidad. En el caso de un embarazo las jóvenes quedan

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convertidas en un objeto sexual del cual los muchachos creen pueden
abusar fácilmente.En este período la experiencia sexual deja un sabor muy
amargo de algo rápido e insatisfactorio en el muchacho y de denigración y
rechazo en la mujercita. En el varón es más la alharaca de hablar de coito
que lo que se goza, como las gallinas cuando ponen un huevo: es más el
escándalo que arman que el tamaño del huevo.

Alguien sabiamente decía que los adolescentes nucleares, los de 14 a


18 años, no hacen el amor sino que juegan sin calzones. Ahí está el gran
peligro de una sexualidad en manos inevitablemente irresponsables. Pero
qué podemos hacer si está el deseo y la urgencia? Si desde dentro bulle la
pasión? La respuesta es: educación.Los muchachos deben aprender que
todo tiene su tiempo y su lugar. Que la época antes de los 18 años no es
para el ejercicio de la sexualidad. Que no se está preparado y que el riesgo
es muy grande. Sin embargo, la verdad es que la tendencia a las prácticas
sexuales a estas edades existe y debemos afrontarla. En este caso no nos
queda más que enseñarles la anticoncepción y concientizarlos del peligro de
un embarazo.Los adolescentes no están preparados para tener un hijo. Esta
es quizás la condición más exquisita de la adultez. Ser padres requiere de un
aprendizaje duro de la vida. Debería ser enseñado en las universidades, las
cuales, desafortunadamente, solo informan, olvidándose de su enorme
compromiso educativo dirigido a los adolescentes juveniles.

Al no estar la adolescente nuclear preparada síquicamente para recibir


el niño, el riesgo se traslada a los padres quienes necesariamente asumen el
nieto como hijo. Si estamos en esta encrucijada, solo nos toca llenarnos de
valor, de sensatez, de madurez y de amor para poder vivir la felicidad del
advenimiento de un nuevo bebé. Esto, sin embargo, no viene solo. Hay que
estar claros sobre el manejo de los problemas legales.Si la niña no está en
condición de asumir el bebé y los padres lo van a criar, deben ser
conscientes del riesgo de que en poco tiempo puedan ser despojados de una

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criaturita que les hace la vida completa. Si esto se despeja desde el principio,
se ahorrarán dolores innecesarios.

Aun cuando las campañas educativas deben estar dirigidas hacia la


abstinencia y hacia las actividades distractoras de grupo (como el deporte, el
teatro y los grupos musicales), que protejan de una sexualidad inmadura y de
altísimo riesgo, también es cierto que hay culturas que aceptan
complacientes la entrada a la sexualidad heterosexual de los adolescentes
juveniles. Es frecuente ver en estos países como los muchachos al entrar a
la universidad comienzan a tener sexualidad activa con sus parejitas de
enamorados, con la anuencia de los padres y en sus propias casas,
compartiendo con ellos un entrenamiento de pareja que los afianza en la
fidelidad y en una sexualidad no promiscua y peligrosa. Es un modelo que
aún no ha llegado a nuestra comunidad, pero debemos estar preparados
para enfrentarlo.

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la Educación

U.E. Colegio “Sagrada Familia”

2do año sección “B”

P.A. #2 “Valorando mi sexualidad aprendo a respetar mi cuerpo y la


vida”

“La sexualidad y los adolescentes”

Profesora: Realizado por:

Maryoviris Martínez Gómez Rosileth #16

Ezequiel Zamora; febrero de 2017

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Introducción

La sexualidad forma parte del desarrollo del adolescente. Desde


lainfancia el niño experimenta sensaciones de placer (al tocarse, al ser
besado oacariciado), además de la observación sobre el comportamiento de
los adultos y susexpresiones de afecto que trata de imitar; desde este punto
el niño desarrollará la actitud quetendrá sobre su sexualidad en la
adolescencia y adultez; Con respecto a todo lo que abarca este tema
debemos tener en consideración que el sexo de un individuo está
determinado por los cromosomas sexuales, hormonassexuales y el
desarrollo de los caracteres sexuales secundarios.

Al iniciarse la pubertad aumenta el interés por todo lo relacionado con


la sexualidad yademás durante la adolescencia estos buscan probar para
saciar entre otras cosas susdudas. Es aquí donde los jóvenes deben
satisfacer su curiosidad y despejar sus temoressiendo informados por las
personas correctas; esto debe realizarse de forma clara, precisa, sin caer en
eldramatismo pero tampoco en el extremo o vanalidad. Eldesarrollo físico es
solo una parte de este proceso, porque los adolescentes afrontan unagama
de requerimientos psicosociales: independencia de los padres, consolidación
de lascualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la
misma edad,incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la
realidad.

El solo hecho que como adolescentes sintonicemos en una sola línea


deorientación y evitando ser influenciados por opiniones, ideas o respuestas
personales quesolo logran que el adolescente aumente sus dudas y
desinformación que pueden marcar ladiferencia en el crecimiento personal y
sano desarrollo sexualy lo más importante lograr que los jóvenes no tengan
temor o recelo de preguntar.

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Conclusión

Frente a todo lo expuesto debemos decir que no solo abarca a los


jóvenes sino que atodos nosotros. La sexualidad debe ser desmitificado y
lograr que el hablar de ello sea parte esencial de la vida, importante como rol
en la preservación de laespecie, pero también acto de gozo y de expresión
de amor; eliminar el concepto de que esalgo inmoral, prohibido, reprimible o
tabú.Por lo demás la adolescencia de por sí es un período maravilloso de
crecimiento,construcción, forjador de metas y sueños; además de apertura al
mundo y a los demás. Lasexualidad como ya se ha dicho suele hacer
explosión en la adolescencia, al iniciarse loscambios hormonales; ahora bien
tanto el o la joven pueden estar listos físicamente y por lotanto ser capaces
de tener relaciones sexuales, pero esto no indica que sicológicamente
yeconómicamente estén preparados para enfrentar las posibles
consecuencias, comoenfermedades de transmisión sexual o embarazo no
deseado por dar algunos ejemplos.

Esto requiere de adultos responsables y veraces, auténticos y


coherentes que les ayude asuperarse, necesitan de una mano firme, pero
esto no quiere decir ni golpes ni gritos; losadolescentes pueden y quieren
entender y entenderse, por lo tanto a su alrededor debenencontrar
formadores y este papel cae con mayor responsabilidad en los
padres.Nuevamente observamos la importancia de la información acerca de
la sexualidaden la educación y aporte al sanodesarrollo en los adolescentes,
disminuyendo el riesgo sin tener quehacer sentir al adolescente invadido en
su “territorio”; No es desconocido que los y las adolescentes creen que tener
relaciones sexuales“de vez en cuando” no las expone al riesgo de embarazo,
así como también todavía estámuy arraigado en las muchachas el
pensamiento de que si usan anticonceptivos y “otros losaben” pensaran o las

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tacharan de “fáciles“ o promiscuas, además de la “presión” de suspares que
si no tienen relaciones sexuales son “ tontas” o “ raras” las lleva a iniciar
actividadsexual precozmente para sentirse parte de un grupo que hable el
mismo lenguaje con sus amigos o grupo (“para ser más hombre”) se lanzan
en una carrera sexual, obviandolos riesgos a que esto conlleva. Asimismo se
les debe enseñar a estos jóvenes que puedendecir que no a las relaciones
sexuales precoces o a las relaciones sexuales ocasionales.

“Es decir la sexualidad debe tomarse con mucha responsabilidad”.

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Bibliografía

Moldenhauer, N. Y Ortega, M. (2004). Adolescencia y sexualidad. Tomado


de:http://medicina.uach.cl/saludpublica/diplomado/contenido/trabajos/1/Puert
o%20Montt%202004/Adolescencia_y_Sexualidad.pdf

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