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Alonso, A. (1964). Formando Hombres Nuevos. Bogotá: Ediciones Paulinas.
conocimientos que desarrollan. Es importante que los docentes pierdan el miedo a
equivocarse porque quedarían mal parados ante sus estudiantes, ese miedo al error ha
llevado a grandes equivocaciones en el campo educativo.
La curiosidad del estudiante es una de las fuentes que más infunde hacia una
pedagogía, la curiosidad a veces, puede conmover la certeza del profesor. Freire (s.f.), en
el texto “Hacia la pedagogía de la pregunta, afirma que, al limitar la curiosidad del
alumno, el profesor autoritario está limitando también la suya. Muchas veces, por otro
lado., la pregunta que el alumno hace sobre el tema — cuando es libre para hacerla—,
puede brindarle al profesor un ángulo distinto, el cual le será posible profundizar más
tarde en una reflexión más crítica.2 El mismo autor, declara que para un educador no
deben existir preguntas bobas ni respuestas definitivas. Un educador que no castra la
2
Freire, P. (s.f). Hacia una pedagogía de la pregunta. Recuperado de:
file:///C:/Users/Jhina%20Gómez/Downloads/paulo_freire_-_pedagogia_de_la_pregunta%20(1).pdf
curiosidad del educando, que se inserta en el acto de conocer, jamás es irrespetuoso con
pregunta alguna. Porque, asimismo cuando la pregunta para él pueda parecer ingenua,
mal formulada, no siempre lo es para quien la hace. En tal caso, el papel del educador,
lejos de ser el que ironiza al educando, es de ayudarlo a rehacer la pregunta con lo que el
educando aprende, en la práctica, corno preguntar mejor.
En la medida en que los maestros pierdan el temor a mostrarse ante sus estudiantes
como seres con falencias cognoscitivas, podrán formar estudiantes más comprometidos
con el conocimiento, pues de esta forma se saben protagonistas del saber y no simples
recipientes que reciben lo que el maestro informa.
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Zuleta A. (2005). La pedagogía de la pregunta. Una contribución para el aprendizaje. Educere, vol. 9,
núm. 28, enero-marzo, pp. 115-119 Universidad de los Andes - Mérida, Venezuela.
La pedagogía de la pregunta es la oportunidad para construir personalidades más
fuertes y conciencias menos corruptibles, pues permite aprender a reconocernos como
seres imperfectos, pero en búsqueda de la excelencia, donde las preguntas más
importantes son de auto cuestionamiento, para luego poder cuestionar la actuación ajena.
Un maestro comprometido con este cambio en su pedagogía puede ayudar a construir
mentes más sanas e interesadas por la transformación de los vicios sociales en virtudes
que propendan por una sociedad equitativa y con posibilidades para el desarrollo del
conocimiento, la ciencia, la cultura, la biodiversidad y la libertad de expresión
responsable y digna; es decir, el camino para una sociedad en paz se encuentra en la
educación y el desarrollo de una buena pedagogía, y en este sentido, la pedagogía de la
pregunta llena expectativas que la sociedad debería implementar a fondo.