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Salud laboral en el escenario productivo actual: la

creciente incidencia de los riesgos psicosociales


Este enfoque permite comprender la dimensión colectiva que subyace a los riesgos laborales: los
problemas y patologías afectan a los grupos en función de su inserción histórica y en los procesos
productivos. Al respecto, Noriega (1993) utiliza el concepto de perfil patológico para referirse a las
condiciones de enfermedad y muerte que afectan a un grupo de trabajadores (definido por sus
características sociales comunes) en determinado momento. Por su parte, Laurell (1993) explica que
las formas concretas que tiene el capital para consumir la fuerza de trabajo se expresan en patrones
específicos de desgaste que pueden detectarse a través de la frecuencia e incidencia que tienen
ciertas patologías entre los trabajadores en un momento histórico dado.

De esta forma, en el ámbito colectivo se puede relevar un conjunto de indicadores que,


interpretados de forma holística y relacional, permiten conocer cómo es utilizada la fuerza de
trabajo en un determinado momento de la acumulación capitalista. Algunos posibles indicadores
son, por ejemplo, molestias o síntomas frecuentes, enfermedades y tipos de accidentes prevalentes,
la esperanza de vida o las causas frecuentes de muerte. En todos los casos, y retomando la
proposición inicial, las claves explicativas de estos fenómenos deben buscarse en el proceso de
trabajo y en la forma en que este se halla organizado.

“Se vuelve evidente que esta concepción sobre la relación trabajo-salud que propone el materialismo
histórico cuestiona fuertemente el enfoque tradicional que hoy predomina sobre los riesgos
laborales, basado en los postulados de la medicina clásica y de la ingeniería. El principal problema
del enfoque dominante es que ofrece un entendimiento restringido que considera que el trabajo es
un ambiente (como cualquier otro) que expone a las personas a factores de riesgo causantes de
enfermedad. En este análisis nada se dice de las relaciones de explotación existentes en la relación
laboral o de los procesos cambiantes de extracción del plusvalor.

Asimismo, el enfoque tradicional tiende al individualismo metodológico y a un énfasis excesivo en el


nivel micro, porque el objeto de su interés son los individuos aislados o, en el mejor de los casos,
pequeños grupos sin alusión alguna a la relación social productiva de la cual participan. De igual
forma, es un análisis que tiende a la fragmentación analítica, porque toma los factores de riesgo (los
visibles, pero no aquellos más intangibles) de forma aislada y no alcanza a verlos como expresión o
“síntomas” de procesos más generales. Con ello se invisibilizan los vínculos existentes entre los
procesos que ocurren a nivel micro y a nivel macro (condicionantes estructurales) derivados de la
lógica capitalista y que definen la configuración que adopta la organización del trabajo en cada fase
de acumulación y, por lo tanto, los riesgos asociados”

Modelo de relaciones entre los riesgos que afectan a la


implantación de la producción en forma
Las dificultades que las empresas enfrentan en la IPE se derivan, en parte: (a) de su propia naturaleza
de la PE, que es contingencial, o sea, no hay una manera de aplicación que sea efectiva para
cualquier empresa, pues el proceso será siempre único y, contexto - dependiente ( Hines et al . ,
2004 ; Papadopoulou y Ozbayrak, 2005 ); (B) el hecho de que la EP es un sistema en el que un
conjunto de prácticas y principios que constituyen que están conectados íntimamente a través de
la dependencia mutua ( Cua et al . , 2001 ; Shah y Ward, 2007 ); (C) factores que afectan IPE para
interactuar con cada otra manera no completamente predecible y controlable ( Lewis, 2000 ).

La baja tasa de éxito y los complejos cambios estructurales y organizativas requeridas por IPE indican
la necesidad de enfoque apropiado a utilizar para tal propósito, tales como la gestión de riesgos
(GR) ( Scherer y Ribeiro 2013 ). De hecho, el uso de GR perspectiva al proceso IPE implica el uso de
un robusto conceptos y herramientas que contribuyen tanto para identificar las dificultades de IPE
y a su gestión de acuerdo con la lógica PDCA básicos ( Marodin et al., 2014 ) . Esta posibilidad surge
del tema de GR de madurez en otros tipos de proyectos tales como el desarrollo e implementación
de software (por ejemplo. Boehm, 1991 ; . Aloini et al, 2012 ) y la gestión de la cadena de suministro
(ex.Ritchie y Brindley, 2007 ). Scherer y Ribeiro (2013) , Marodin y Saurin (2014) y Marodin et al.
(2014) son los pocos estudios que utilizan el método de GR en el IPE.

El método de investigación fue realizado en cuatro etapas, siendo ellas: a) definición de la unidad de
análisis y caracterización de la empresa; b) recogida de datos sobre los riesgos y la jornada de IPE;
c) las relaciones entre los riesgos a través de la ISM; d) fuentes de evidencia para las relaciones del
modelo; d) la reunión de retroalimentación y un plan de acción. La estrategia de investigación sobre
la base de caso fue elegido por la capacidad de generar conocimiento en los procesos sociales
complejos como el IPE. La investigación sobre la base de caso es ampliamente utilizado para la
construcción y la teoría de refinamiento en el campo de la gestión de operaciones como el tema de
IPElo que apunta a la adecuación de esta estrategia para este artículo. Además, los estudios
empíricos nos permiten investigar un gran número de variables para identificar nuevas relaciones
entre ellos , ya que el objetivo de este estudio.

Una singularidad desencarnada: el problema de la


enseñanza en la era digital
Cuando Zaratustra tenía treinta años abandonó su patria y el lago de su patria y marchó a las
montañas. Allí gozó de su espíritu y de su soledad y durante diez años no se cansó de hacerlo. Pero
al fin su corazón se transformó, y una mañana, levantándose con la aurora, se colocó delante del sol
y le habló así: "¡Tú gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas!
Durante diez años has venido subiendo hasta mi caverna: sin mí, mi águila y mi serpiente te habrías
hartado de tu luz y de este camino. Pero nosotros te aguardábamos cada mañana, te liberábamos
de tu sobreabundancia y te bendecíamos por ello. ¡Mira! Estoy hastiado de mi sabiduría como la
abeja que ha recogido demasiada miel, tengo necesidad de manos que se extiendan. Me gustaría
regalar y repartir hasta que los sabios entre los hombres hayan vuelto a regocijarse con su locura, y
los pobres, con su riqueza. Para ello tengo que bajar a la profundidad: como haces tú al atardecer,
cuando traspones el mar llevando luz incluso al submundo, ¡astro inmensamente rico! Yo, lo mismo
que tú, tengo que hundirme en mi ocaso, como dicen los hombres a quienes quiero bajar.
¡Bendíceme, pues, ojo tranquilo, capaz de mirar sin envidia incluso una felicidad demasiado grande!
¡Bendice la copa que quiere desbordarse para que de ella fluya el agua de oro llevando a todas
partes el resplandor de tus delicias! ¡Mira! Esta copa quiere vaciarse de nuevo, y Zaratustra quiere
volver a hacerse hombre. (Nietzsche, 1997, p. 19).
Hoy enseñar es un problema, por cuanto ha desaparecido. Ha desaparecido en la medida en que hoy
solo hay un proceso de aprendizaje. Hoy la enseñanza ha sido sustituida por la apropiación
autónoma de contenidos digitales. Lentamente ha ido desapareciendo como proceso formativo,
para dar lugar a unos procesos instruccionales de aprehensión de contenidos interactivos, virtuales
y mediáticos. La educación como proceso de enseñanza ha muerto. La razón: el mundo teórico del
educador no puede competir con el de las imágenes superfluas del dispositivo móvil que se
transmiten por WhatsApp o You Tube. Su verdugo, aquel con quien establecía, históricamente, su
relación: el educando; un mundo en ebullición con quien entablaba un lazo afectivo de apego, de
odio, de amor, de desamor, las más enconadas batallas. Es el mismo educando quien ha hecho
perecer el sentido de la acción de enseñar, en la medida en que esta aparece siempre trivial: ¿qué
educador puede competir hoy contra You Tube? por ejemplo. El discurso del educador es trivial en la
medida en que es unidireccional, monotemático y simple y llanamente oral. El de YouTube, por el
contrario, es plural, multitemático, interactivo, dinámico y no necesariamente oral. Esto sin
mencionar el uso indiscriminado de las redes que permiten que emerja un multiuniverso: el del
mundo de la singularidad desencarnada, en un espacio y momento concreto. Acción que ni un titán
del libre pensamiento puede hacer emerger.

Noriega, M. (1993). Organización laboral, exigencias y enfermedad. En: C. A. Laurell


(coord.). Para la investigación sobre la salud de los trabajadores. Washington:
Organización Panamericana de la Salud (OPS) , pp.167-187.

Blanco Gil, J. (1989). La necesaria rearticulación del conocimiento epidemiológico; el


problema de la práctica-teórica y la práctica-práctica. Investigación y Educación en
Enfermería, 7(2), pp. 61-71.

Hines, P., Holweg, M., y Rich, N. (2004). Aprender a evolucionar: La revisión de la


comprensión de la mente contemporánea. Revista Internacional de Operaciones y
Gestión de Producción , 24 (10) 994-1011.

Kumar, N., Kumar, S., Haleem, A., y Gahlot, P. (2013). Implementing lean
manufacturing system: ISM approach. Diario de Ingeniería Industrial y Gestión , 6 (4),
996-1012. http://dx.doi.org/10.3926/jiem.508.

Lewis, MA (2000). Lean production and sostenible competitivo. Revista Internacional


de Operaciones y Gestión de Producción , 20 (8), 959-978.

Nietzsche, F. (1997). Así habló Zaratustra. Barcelona: Gedisa.

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