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PARTE 26
La Biblioteca Negra del Caos (también conocida simplemente como la Biblioteca Negra) es el repositorio
Eldar de conocimientos prohibidos.
Antes de La Caída, como los Eldar lo llaman, viajaban de planeta en planeta, desarrollando la semilla de la
vida en los más inhóspitos lugares y esperando que transformase el planeta en un lugar habitable y próspero
en el que asentarse. De esta forma la raza Eldar se extendió por el Universo. Para los Eldar no había nada
que pudiese cambiar esto, alterar el curso natural de su evolución, puesto que los bárbaros humanos y los
salvajes Orkos no eran amenaza para la avanzada tecnología de su raza. Pero la amenaza que acabaría
destruyéndolos no venía de otras razas. Los Eldar habían avanzado hasta un nivel en el que el trabajo físico
ya no era necesario, si no que las máquinas y los psíquicos podían lograr hacer de todo sin esfuerzo.
Gradualmente fueron buscando más y más formas placenteras de pasar sus largos años de vida,
condensando todas las cosas en un torrente de sensaciones tan intensas que los humanos jamás lo
entenderíamos. Sin embargo los Eldar tienen un sentido comparable a la moralidad humana, y lentamente
fueron cayendo en la depravación. En esos días finales los Eldar se volvieron contra los Eldar, y las calles
comenzaron a llenarse de sangre. A medida que los Eldar morían y sus negras almas vagaban libremente por
la Disformidad, no volvían al mundo real para que sus dueños continuasen su vida consciente después de la
muerte (como siempre había ocurrido en el pasado), si no que comenzaron a agruparse todas en la
Disformidad. Poco a poco esta negra masa de almas corrompidas por los placeres y los pecados fueron
tomando forma, ya que como he mencionado, en la Disformidad los pensamientos o sentimientos pueden
tomar una forma física gracias a la energía bruta que recorre sus mareas. Después de mucho tiempo de
decadencia de la raza, esta masa oscura se transformó plenamente en un nuevo Poder del Caos, Slaanesh,
Señor del Placer.
El alarido que emitió el nuevo Dios al nacer sacudió al Universo, y no fue sentido sólo por los Eldar. Los
psíquicos humanos de toda la galaxia cayeron de rodillas chillando de dolor, y muchos murieron al ser
incapaces de soportarlo. Pero fueron los Eldar los que estaban en el centro del desgarrón en la Disformidad.
En el corazón de su imperio galáctico la Disformidad se abrió como un gigantesco remolino, absorbiendo todo
lo que encontraba en su camino. A medida que el nuevo Dios iba respirando, las almas de prácticamente
todos los Eldar eran succionadas de sus cuerpos para alimentar a Slaanesh. Alguno habían previsto este
desenlace de los acontecimientos y habían construido enormes "Mundos Astronave" en los que escapar de su
destino. Estos Arcas dejaron sus mundos poco antes de La Caída, pero sólo los que estaban en los límites
exteriores del Imperio Eldar pudieron sobrevivir. Otros, conocidos como los Exiliados, o Exoditas, habían
abandonado sus olanetas mucho antes de la Caída para establecerse e iniciar una nueva vida en mundos
jóvenes donde las dificultades y el trabajo duro logró calmar sus atormentados espíritus. El desgarrón en la
Disformidad creado por el nacimiento de Slaanesh aún existe, y es llamado El Ojo del Terror por los humanos,
un lugar donde este Universo y la Disformidad se superponen, donde los mundos cambian bajo la voluntad de
sus demoníacos señores, los ríos son de sangre y los cielos de fuego y ceniza.
El Sendero Eldar
Aquellos que sobrevivieron se dieron cuenta de que era necesario controlar todas sus emociones, por lo que
crearon el Sendero Eldar. Cada Eldar elige un camino que seguir y no se sale de él hasta que ha conseguido
dominarlo completamente. Cada Sendero ofrece una forma de vida a quien lo sigue y los iniciados son
enseñados por ancianos maestros que han llegado a convertirse en verdaderos prisioneros de su propio
destino, incapaces de abandonar su estricto modo de vida. Hay muchos Senderos distintos y los Eldar pueden
llegar a completar varios a lo largo de sus extensas vidas. Cubren todos los aspectos de sus existencias; el
Sendero del Guerrero, el Sendero del Brujo y el Sendero del Peligro son tres ejemplos de los más
militarizados de estos estilos de vida.
Vaul era el Herrero de los Dioses. Fue engañado por Khaine y encadenado a su yunque.
Khaine es el Dios de la guerra, destrucción y muerte. Su nombre completo, Kaela Mensha Khaine, significa
"Khaine de la Mano Ensangrentada", y a menudo se le invoca como "El Dios de la Mano Ensangrentada".
Isha era la Diosa de las cosechas, y es la madre de todos los Eldar.
Todos los Dioses murieron excepto dos, Khaine fue despedazado, y sus restos se guardan en diversos
lugares sagrados para los Eldar en forma de Avatares. El único otro superviviente fue el Dios Risueño de los
Arlequines, del que apenas se sabe nada.
La raza Eldar nació como la descendencia mortal de Isha y Kurnous. Lileath soñó que Khaine sería destruido
y dispersados sus pedazos por toda la Galaxia por un enemigo mortal. Khaine se enteró de este sueño y
furioso, juró destruir a los Eldar. Descendió hacia los mundos habitados por ellos y comenzó a matarlos a
miles. Cuando Asuryan oyó llorar a Isha por sus hijos muertos y se dio cuenta de lo que estaba haciendo
Khaine, levantó una barrera entre el hogar de los Dioses y los mundos Eldar, prohibiendo todo contacto
directo entre los mortales y los Dioses.
Isha lloró mucho más por sus hijos cuando se enteró de que no podría volver a estar con ellos, y suplicó a
Asuryan que le concediese una forma de comunicarse con ellos. Vaul, el Herrero, se apiadó de ella y
sabiendo que Asuryan no daría su brazo a torcer prometió ayudar a Isha de la forma que pudiese. De las
lágrimas de la Diosa Vaul construyó piedras rúnicas a través de las cuales la Diosa podría hablar con sus
hijos. Les enseñó a cultivar la tierra, y Kurnous los entrenó en el arte de la caza.
Cuando Khaine se enteró de que Isha se comunicaba con los Eldar fue rápidamente a ver a Asuryan. Furioso
porque sus órdenes habían sido desobedecidas, Asuryan le dijo a Khaine que podría imponer el castigo que
desease a Isha y Kurnous. No siendo lo suficientemente poderoso para destruirlos, Khaine los encerró lejos
del contacto de los mortales y los Dioses. Sólo Vaul pidió su liberación, y llegó a hacer un trato con Khaine.
Vaul era un excelente forjador, siendo una de sus espadas más valiosa que mil mundos. El Dios de la Guerra
accedió a liberar a sus prisioneros a cambio de 100 espadas forjadas por Vaul, que debían ser entregadas un
año después. Cuando llegó la hora de entregarlas Vaul sólo había terminado 99, por lo que cogió una espada
de los mortales y la mezcló entre las demás. Khaine estaba tan contento con las armas que no se dio cuenta
de que una era falsa hasta que Isha y Kurnous ya habían sido liberados. Cuando se dio cuenta gritó de rabia y
llamó a Vaul, desafiándolo. Vaul cogió la espada inacabada que debía haber entregado con las demás y la
forjó de nuevo, construyendo la mayor y mejor espada jamás forjada. Entonces aceptó el desafío de Khaine.
La Espada de Vaul, Anaris, era rápida y afilada, e hirió numerosas veces a Khaine, pero el Dios de la Guerra
logró vencer el combate. Malherido, Vaul fue encadenado a su yunque para toda la eternidad, y su espada
Anaris fue reclamada por Khaine como trofeo.