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CONFLICTOS VS VIDA PERSONAL, EN BUSCA DE LA RESILIENCIA HUMANA

PRESENTADO POR:
JAVIER LEONARDO CAMARGO SANTAFE ID 509819

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
RESOLUCION DE CONFLICTOS
SAN JOSE DE CUCUTA
2019
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CONFLICTOS VS VIDA PERSONAL, EN BUSCA DE LA RESILIENCIA HUMANA

PRESENTADO POR:
JAVIER LEONARDO CAMARGO SANTAFE ID 509819

DOCENTE: GERARDO LEON VARGAS

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
RESOLUCION DE CONFLICTOS
SAN JOSE DE CUCUTA
2019
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Conflictos vs Vida Personal,

En busca de la Resiliencia humana
Por: Javier Leonardo Camargo Santafé
Estudiante de VII Semestre Administración de Empresas – UNIMINUTO - Cúcuta

El conflicto es parte consustancial a la
vida cotidiana ineludible, a la vez que
importante para hallar solución productiva a
los problemas que enfrentamos a diario. Su
impacto en la salud y el bienestar de las
personas, resulta determinante, pero más
eminente aún, es la forma en que se traten.
El aprendizaje de destrezas sociales para
conducirlos acontece entonces, en tema
mucho más importante que la presencia y
rigor del conflicto en sí mismo.
Phillip Zimbardo1 en su libro El Efecto
Lucifer, traza que los contextos del conflicto
viene dadas porque existe una pirámide de
personas e instituciones, en las cuales las
personas de arriba, intenta dominar a los de
abajo, coartando así sus derechos con el fin
de generar conflictos.
El condicionamiento de la maldad no
debe buscarse en las tipologías individuales
de las personas, sino en los particulares
contextos que lo rodean, situacionales e
integrales que constituyen el entorno en que
ellas se localizan.
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Zimbardo, Phillip. (2008). El efecto Lucifer. El
porqué de la maldad. Barcelona, España. Paidós.
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Existe una barrera muy quebrantable
entre el bien y el mal, que puede ser
traspasada. Se puede convertir el carácter de
acuerdo a la situación. El juicio humano es
de quien pueda llevarlo a operar o no el
conflicto tanteado, ya que este último,
siempre estará presente en un mundo de
codicia y maldad.
Si queremos un mundo mejor para toda la
humanidad, tenemos que reivindicar nuestro
protagonismo como ciudadano; como
ciudadanos implicados, debemos tener muy
presente que no podemos esperar que el
mundo cambie hacia quién sabe dónde, ni se
puede esperar a que se nos arrastre unas
innovaciones que no deseamos. Debemos
exigir el derecho a participar en el diseño de
una nueva cultura, reclamar el papel
protagonista en el cambio de los tiempos.
Si ambicionamos un mundo mejor,
también tenemos que reclamar el papel
protagonista y el cambio en el modo habitual
en que nos enfrentamos a los conflictos que
ocurren en nuestro medio. No podemos estar
serenos, porque tenemos mucho que decir
sobre si las diferencias y diversidad, se
tienen que tratar con la pelea, la violencia y
la guerra, o bien si se tiene que reemplazar

por procesos más productivos, como la
negociación cooperativa, la intervención, la
democracia participativa y la acción no
violenta.
Si pretendemos un mundo mejor,
apostemos decididamente por promocionar
la convivencia humana, por recobrar el
reconocimiento del otro como genuino. En
las presentes líneas de nuestro universo
civilizado, no hay garantías suficientes para
montar un lugar donde las personas puedan
coexistir con dignidad, respeto y legitimidad.
Nos encontramos rondando en un mundo
que no hemos sabido convertir en nuestro
hogar, donde la tendencia deshumanizadora
del mundo, avanza hacia el debilitamiento de
los lazos sociales, hacia la ofensa de la
calidad de vida de los seres humanos.
Apostar por la armonía, presume apostar por
procederes pacíficos a afrontar nuestros
conflictos, pues estos procesos ayudan a
crear y restaurar las relaciones sociales, a la
recuperación del sentido de comunidad, de
relaciones humanas más auténticas y plenas.
Si aspiramos un mundo mejor,
abandonemos la visión dualista del mundo.
Los seres humanos, tendemos a manifestar
cualquier fenómeno como si sólo existieran
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dos extremos, bueno-malo, verdadero-falso,
blanco-negro..., sin aceptar la posibilidad de
valores ni términos medios. Acoger el
dualismo, supone favorecer la adopción de
juicios simples y superficiales.
Uno de los binomios vanos más irónicos
por los cuales nos manejamos los seres
humanos, es aquel que instituye yo tengo
razón, tú estás equivocado. La certeza de
tener razón absoluta, es el delator ideal para
urgir el fuego de salidas destructivas en
cualquier proceso conflictivo. Si yo tengo la
razón, cualquier decisión será legítima,
incluso el uso de la violencia y la coerción.
Del mismo modo, nuestra idea del conflicto
también es dualista. Partimos casi siempre
del hipotético de que todo contexto
conflictivo, presenta únicamente dos lados
afrontados. Siempre se piensa que ante un
conflicto únicamente hay dos posiciones
posibles: a favor o en contra. (Bayona, 2010)
Para erradicar los esquemas dualistas, es
esencial imaginar que todo puede ser de otra
manera. Es un ejercicio de mala fe defender
que en los contextos humanos no hay más
que una alternativa o una única solución.
Hay que poner en cuestión que sólo haya una
lógica posible de hacer las cosas. Tener
carácter de ser protagonista en nuestro siglo,

supone tener la voluntad de difundir el
dualismo, de trascender los binomios y
navegar con comodidad por el posibilismo
de las dificultades.
Trascender este dualismo en el ambiente
de los conflictos, significa no olvidar que
cualquier razón es una verdad parcial,
confusa, tentativa y mezclada de vivir la
realidad. También supone considerar que en
todo proceso conflictivo hay presentes más
de dos lados: ningún altercado acontece en el
vacío, siempre hay una comunidad -la
familia, la organización, las amistades, las
personas mediadoras, la sociedad
general...- que no se inclina por ninguno de
los opuestos y solicita a las partes a arriesgar
por las vías del diálogo y de la paz para
superar los conflictos cotidianos.
perseguimos un mundo mejor, debemos
recuperar la habilidad perdida de conversar,
de dialogar, de escuchar; de restaurar nuevas
reuniones donde la palabra sea posible como
herramienta pacífica de enfrentar
conflictos.
Referencias Bibliográficas
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Las personas verdaderamente
provocadoras del nuevo siglo que florecen,
serán las autoras de paz, aquellas personas
que arriesgan decisivamente por suprimir la
violencia, aquellas personas que están
dispuestas a cambiar pacíficamente las
estructuras injustas del mundo. Hay que
abandonar el sueño de la dominación del
universo porque la aspiración a convivir
pacíficamente en nuestro planeta es esencial
y urgente para la supervivencia de la
humanidad.
No se habla de esfuerzos superficiales,
en caprichosos o ficticios en pos de un mundo
mejor. Los autores de paz saben que en sus
manos no están las soluciones a todos los
problemas del mundo, pero también ellos
Si saben que ante los problemas del mundo
ellos aportan sus manos.
“Las personas tratan de mejorar una
situación negativa si se les brinda una
los oportunidad justa para hacerlo”. (Picard,
2014).
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Bayona, Marta. (2010). Mediación y sistemas alternativos de resolución de conflictos. Obtenido

de
http://www.casadellibro.com/libros-ebooks/marta-blanco-carrasco/142352

Picard Cheryl, A., (2000) Mediación en conflictos interpersonales y de pequeños grupos. La

Habana: Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela.

Zimbardo, Phillip. (2008). El efecto Lucifer. El porqué de la maldad. Barcelona, España. Paidós.