Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Sirve para detectar los problemas de capacitación de los empleados. Algunos de ellos por el
puesto que ocupan deberían desempeñar las funciones de una manera eficiente, pero en
muchos casos no lo son.
Mediante la matriz podemos demostrar qué habilidades y competencias faltan o están mal
distribuidas, y, por lo tanto, también ayudará a ver las necesidades de formación y
entrenamiento necesarios para cubrir la falta de éstos. Una más amplia distribución de
habilidades incrementa la flexibilidad de la empresa y si es necesario contratar a nuevo
personal la matriz ayudará a definir el perfil que se necesita
Por ejemplo, muchas compañías recurren a una matriz de este tipo tan pronto como contratan
a determinado personal. La idea es facilitar la distribución de funciones y, más que nada,
tener presentes las características, habilidades y destrezas que deben reunir los trabajadores
para ejercer determinado cargo.
En ese sentido, la matriz de competencias es una herramienta que nos permite alinear las
cualidades de los colaboradores con los objetivos generales de la empresa, sobre todo si
hablamos de puestos que supongan altas responsabilidades.
Otras compañías la utilizan para los trabajadores que ya forman parte de su plantilla. En este
caso, el fin es evaluar las competencias actuales de los trabajadores e identificar cuáles de
ellas es necesario reforzar, actualizar o mejorar.
La idea no es que la empresa imponga las competencias requeridas y el colaborador las acepte
sin más. Todo lo contrario, se trata de una especie de consenso gracias al cual se establecen
las condiciones para un buen desempeño.
Por último, vale la pena señalar que, tras dicho consenso, algunas competencias quedan a
cargo de la empresa y otras son exclusividad de cada colaborador.
El diseño de una matriz de competencias depende de las necesidades de cada caso, tanto si
se aplica a procesos concretos como a estructuras o esquemas corporativos. A grandes rasgos,
las 12 más empleadas son:
Trabajo en equipo.
Productividad.
Madurez.
Capacidad de respuesta.
Liderazgo.
Innovación.
No obstante, conviene aclarar que cada competencia no es absoluta. De hecho, puede tener
desgloses o niveles de exigencia si la empresa así lo requiere. Incluso, si se trata de procesos
demasiado complejos, es casi seguro que a cada una de ellas se asigne un valor de 1-5 para
determinar su nivel de cumplimiento.
Ahora bien, vayamos a la parte práctica del proceso. Sin olvidar la especificidad de cada
caso, los pasos básicos para implementar una matriz de competencias se resumen así:
1. Identificación de competencias:
La primera medida consiste en elaborar una lista con todas las competencias necesarias para
el cumplimiento de los objetivos de la organización. Una forma eficaz de hacerlo es tomando
como referencia las funciones del personal de la empresa, tanto a nivel de áreas como de cada
cargo.
Una vez tengamos dicha lista en la mano, es necesario analizar una por una las funciones
halladas en el paso anterior. La idea ahora es determinar niveles de importancia de las mismas
y su grado de impacto e incidencia en el conjunto de los procesos, es decir, jerarquizarlas en
función de los objetivos que determine cada organización. Este es un paso que requiere
rigurosidad máxima para no dejar por fuera ninguna función.
3. Clasificación de competencias:
Tecnología.
Atención al cliente.
Dirección.
Procesos de fabricación.
Diseño.
Gestión de calidad.
En cada una de las categorías se evaluaría las capacidades que permiten que se realice la
ejecución del proceso. Podemos asignar las categorías a los procesos de la organización.
El lograr que dichos procesos resulten de manera eficiente, es decir, que eleve la
productividad recursos humanos basada en competencias y de una correcta evaluación del
desempeño de los Empleados que las poseen.
Tente para todas las tareas y no está igualmente interesada en todas las clases de tareas. Por
tal Motivo, la motivación que se le proporcione a cada persona influirá en el óptimo
desarrollo de Sus competencias.
Que cumple sus actividades, y las personas que tienen a su cargo la dirección de otros
empleados deben evaluar el desempeño individual para decidir las acciones que deben
tomar.Las evaluaciones informales realizadas mediante la observación en el trabajo diario,
son necesarias pero insuficientes. Contando con un sistema formal de retroalimentación, el
Departamento de personal puede identificar a los empleados que cumplen o exceden lo
esperado y a los que no lo hacen e identificar así, las necesidades de los mismos.
¿Cómo se evalúa?
Una vez que se han identificado las diferentes categorías, y éstas tienen asignadas unas
capacitaciones concretas.
Cada trabajador lleva a cabo su propia evaluación puntuándose de 1 a 3 cada una de las
capacitaciones descritas, en la que:
La puntuación es 3 significa que tiene muy buena capacidad, puede enseñar a los
demás trabajadores.
Si la puntuación es 2 se llevan a cabo las actividades de forma independiente.
La puntuación es 1 si actualmente está aprendiendo.
Se puede establecer cualquier baremo de puntuación, mientras sea coherente, y cada
puntuación tenga algún significado concreto. De una forma gráfica existen muchas formas
de plasmar la matriz. Algunos prefieren en lugar de puntuar con números, asignar a los
números o puntuaciones colores y que la evaluación de la matriz sea aún mucho más visual.
Lo podéis hacer cómo queráis.
Una vez realizada la evaluación por parte del trabajador, se debe hacer una revisión conjunta
entre el trabajador y la empresa para analizar y poder realizar posibles correcciones.
El resultado final deberá ser coherente con el registro de capacitaciones de los trabajadores.
En el artículo de capacitaciones de los trabajadores, podéis observar que se realiza un registro
de cada una de las capacitaciones de cada empleado. Se deberá evaluar mediante un
supervisor y dejando constancia documental de cada tarea que desempeña el trabajador. Lo
descrito en la matriz de competencias, debe ser coherente con las capacitaciones registradas
de cada trabajador.
Hecha esta clasificación, el siguiente paso consiste en asignar a cada uno de los cargos del
mapa corporativo las habilidades y competencia necesarias para su desempeño. Dichas
competencias deben guardar estrecha relación unas con otras e incluso en algunos casos
pueden repetirse, pues para eso se ha realizado previamente el proceso de clasificación en
categorías.
El resultado que obtengamos de este proceso debe arrojar coherencia entre el nivel de
capacitación de los trabajadores y las funciones para las que han sido delegados. Entre las
principales ventajas de emplear la matriz de competencias se destacan:
Señala la distribución ineficaz de funciones o incluso la duplicidad de las mismas dentro del
mismo esquema.