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Como rama o división principal del derecho comercial, la “Ley General de Sociedades” Ley N°
26887, desde su entrada en vigencia en 1998, marca un rumbo precursor del derecho
societario en el Perú, no obstante que anteriormente se contaba con normas que regulaban la
materia.
1. EN LA EPOCA DE LA CONQUISTA.
Durante la Colonia en el Perú rigieron las Ordenanzas de Bilbao y las leyes contenidas en el
Libro IX de la Novísima Recopilación. Las Cortes de Cádiz de 1810 acordaron la preparación de
Código de Comercio, para lo cual se nombró una Comisión, que fue detenida por los
movimientos de la independencia americana.
Las Ordenanzas de Bilbao tuvieron vigencia hasta los primeros años de la República, hasta la
dación del Código de Comercio de 1853 que fue copiada literalmente del Código Español de
1829, luego ante la necesidad de reemplazo y se dio el nuevo código de comercio de 1902
Como se ha señalado, el siglo XIX fue el siglo de los códigos. La codificación del código de
comercio de 1902, fue una copia del código español de 1885 y con una incipiente regulación
en materia societaria, tan es así, que regulaba a las compañías mercantiles, en tanto que el
Código Civil regulaba las sociedades civiles, sin embargo, en comparación al código de 1853,
se adopto la tendencia italiana en lo referente al sistema cambiario; la tendencia del Código
Argentino en lo que respecta a los rematadores y martilleros.
Debe rescatarse que el Código de Comercio de 1902, tiene como base fundamental, la
independencia del derecho mercantil frente al derecho civil y el sistema objetivo para la
acotación de la materia mercantil (la calidad de comerciantes no determina la materia
mercantil, sino, los actos y operaciones que se realizan cualquiera sea la calidad de personas
que la realizan)
La necesidad de reformar el Código de Comercio de 1902, se generó desde 1929, sin embargo
el poco interés puesto en el derecho mercantil por los gobiernos de turno, hizo que recién en
el año 1966, y después de cinco años de trabajo de una comisión de reforma, se promulgara
la ley 16123, conocida como la ley de Sociedades Mercantiles..
La ley 16123, a pesar de ser una norma copia de la ley de sociedades anónimas Española de
1951, resulta innovadora con relación al código de comercio de 1902, ya que regula con
preferencia las sociedades anónimas por la urgencia de modificar este tipo de sociedades; no
obstante, lo innovadora de la norma, en 1984, y luego de una serie de modificatorias y
reformas se promulgó el Decreto legislativo N° 311 conocida como la Ley General de
Sociedades y años más tarde en el Decreto Supremo N° 003-85-JUS, TUO de la Ley General de
Sociedades, cuya principal proeza fue retirar del código civil, a las sociedades civiles,
agrupando en una sola norma, las diferentes formas de organización comercial. La normativa
fue compilada en el TUO de la Ley General de Sociedades, aprobado por Decreto Supremo
N°03-85-TR
En el capitulo económica, esta constitución estableció en su art. 110 “El régimen económico
el de la república se fundamenta en los principios de justicia social orientados a la
dignificación del trabajo como fuente principal de riqueza y como medio de la realización de
la persona humana. El estado promueve el desarrollo económico y social mediante el
incremento la producción”. De cuyo tenor puede apreciarse que en sus base y fundamentos
el desarrollo económico y social, la coexistencia de diversas formas de propiedad y
empresa.
El connotado jurista Marcial Rubio Correa, señala que la constitución de 1979 contenía un
estado prestador de servicios que podía tener intervención directa extensiva en la vida
económica a través de empresa y otros organismos púbicos, al mismo tiempo que
establecía ciertas diferencias en tratamiento de la inversión privada nacional y extranjera
Nuestra actual Carta Magna, prescribe “La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una
economía social de mercado. Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo de país y
actúa principalmente en las áreas de promoción del empleo, salud, educación, seguridad,
servicios públicos é infraestructura”. Se afianza como modelo económico nacional a la
denominada economía social de mercado, que a decir de Alfred Muller, consiste en
combinar el principio de libertad en el mercado con el de compensación social.
Por tanto, en el derecho peruano, la existencia de las sociedades mercantiles y civiles, así
como su marco legal están sin duda, sujetos a los preceptos constitucionales y a la
abundante jurisprudencia que dicta el tribunal constitucional.
Enrique Elias Laroza, sobre la actual ley de sociedades comento: “Nuestra ley se ha inspirado
en muchas fuentes, sin descartar la influencia tradicional española y europea continental.
Incluye numerosas disposiciones é instituciones nuevas en el derecho societario peruano, que
tiene su origen en la doctrina europea y en el derecho anglosajon, en la propia evolución del
derecho latino, especialmente en Argentina y Perú y en las experiencias acumuladas en la
práctica en nuestro país y otras naciones latinoamericanas. Muchas son innovadoras en su
concepción, orientación y reglamentación, pero de una ú otra manera provienen de alguna de
esas fuentes. En suma es una ley moderna que se basa en mayor medida que la anterior, el a
autonomía de la voluntad privada, sin desdeñar en lo absoluta las instituciones esenciales
para fiscalización de los administradores y la salvaguarda de los derechos de los minoritarios y
de terceros”
6. LEYES COMPLEMENTARIAS.