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GLASS (2019)

Spoiler Alert: sobre el final de la película

"Es dura tarea descubrir al hacedor y padre de este universo, y, una vez descubierto, es imposible declararlo a todos los
hombres."

Platón;Timeo

Glass (2019) marca el cierre de la trilogía "unbrekable" del realizador M. Night Shyamalan.

A pesar de tener innegables virtudes, quizás sea la película menos lograda de las tres. No tiene la
precisión narrativa de El Protegido (2002), que combina la historia de origen de un superhéroe con
un tenso drama familiar, sin que estos aspectos sean separables; ni el virtuosismo “personajístico” de
Fragmentado (2016), marcado por la actuación, evidentemente, pero también por la puesta en
escena.

Está también ausente el tema central de las mejores películas de Shyamalan: los fantasmas que
cohabitan con nosotros. En Sexto Sentido (1999) estos fantasmas son la historia, siempre trágica; en
El Protegido la dimensión fantasmagórica la ocupa el “qué hubiese pasado sí…”, que satura de cierta
manera el presente del personaje; en Fragmentado el pasado es ese fantasma que se hace presente
(en ambos sentidos de la palabra) y del que nunca nos liberamos del todo: el acontecimiento
traumático de la niñez se adueña de la psiquis de ambos personajes y de la narrativa de la película (a
través de los flashback que muestran los abusos sufridos por los dos).

Porque, ¿qué es el cine sino está irrupción del pasado en el presente? ¿Esta presencia de cuerpos
muertos, es decir de fantasmas? “El cine es el único arte que filma la muerte” decía Jean Cocteau; “es
la práctica contemporánea que momifica los cuerpos muertos, conservándolos y protegiéndolos del
deterioro” escribía André Bazin; M. Night Shyamalan agregaría que los muertos siempre viven; que el
pasado nunca termina de pasar y que el cine es pasado en presente: es la permanencia y la irrupción
del pasado en el presente.

Este es el costado secreto de sus films. Estos supuestos relatos hollywoodenses de resolución de
conflictos y tensiones nada tienen de reconfortante, por eso el sabor amargo y de cosa real, esa
melancolía que nos queda luego de verlos. El pasado nunca es pasado, la historia siempre es
presente, las heridas nunca cierran, las grietas nunca se zanjan. Los fantasmas siempre nos
acompañan, ignorarlos sería puro escapismo, pura ilusión, puro engaño; nos toca saber cómo
convivir con ellos. El cine, arte de captar fantasmas.

En Glass este lugar está ausente y ese espacio negativo lo ocupa una organización (destinada a que
no se sepa que existen los superhéroes), que parece no ser más que un simple MacGuffin1 para que
avance la historia. De ahí, creo, la superficialidad de este film con respecto a los anteriores.

1
https://es.wikipedia.org/wiki/Macguffin
Glass intenta, además, conciliar, en principio, los irreconciliables y disimiles universos de El Protegido
y Fragmentado. Hasta qué punto lo logra es una pregunta que queda abierta.

Esto nos lleva al punto más interesante del film y del que quiero hablar en esta nota: el personaje de
Mr. Glass (Samuel L. Jackson) y su estatuto moral. ¿No sacrificó Mr. Glass a miles de personas para
llevar a cabo su plan? ¿Entonces, por qué se presenta su causa como noble? ¿Por qué la película lo
absuelve en el tramo final? ¿No son David Dunn (Bruce Willis) y Mr. Glass archi-enemigos? ¿Por qué
finalmente el legado de ambos parece ser positivo e inspirador? ¿Por qué los malos (y los
antagonistas) parecen ser los integrantes de la organización secreta y los buenos nuestros tres
protagonistas?

Esto es lo que muestra el tramo posterior a la muerte de los héroes, donde sus allegados están
juntos, con una misión en común: continuar, cuidar y expandir el legado de nuestros tres personajes.
Como si, finalmente, los tres personajes significaran y representaran los mismos valores positivos.

Una explicación, un tanto baladí, sería que la película humaniza al villano para mostrar que no todo
es blanco y negro, que hay grises, que los buenos no son tan buenos ni que los malos son tan malos.
Este giro no sería, en definitiva, nuevo, sería simplemente otra convención no convencional.

Otra explicación sería que en su intento de unir los universos de las dos películas anteriores en una
narrativa común, el film mezcla y confunde universos incompatibles y termina equiparando
personajes que en principio guardan una gran diferencia, para enfrentarlos a un enemigo en común,
manoseando en un mismo barro a los tres y mostrándolos finalmente como los buenos de la película
(por oposición a la organización secreta, los malos), convirtiendo así a un abusador infantil y a un
asesino en personajes loables.

Creo que hay una lectura más fértil, más rica y que, en definitiva, explica un poco mejor lo que la
película hace. Desde esta lectura Mr. Glass es definido en la película como un esteta: el valor para él
(y para el film) está en la creación de relatos, dejando en un segundo plano las consideraciones
morales (el bien y el mal importan en función del rol que cumplen narrativamente, importan como
elementos de la narrativa).

El momento clave para comprender esta lectura -porque es el momento clave del film- es la vuelta
de tuerca en la que nos enteramos, finalmente, del plan real de Mr. Glass: que la pelea final suceda
en frente del hospital y no en la torre de Filadelfia y que esta pelea quede grabada por las cámaras
de seguridad para ser difundida después.

Aquí la narrativa creada por Mr. Glass y la narrativa creada por M. Night Shyamalan se funden.

La película nos engañó como Mr. Glass nos engañó, ocultándonos la misma información e
induciéndonos a creer lo mismo: que, en realidad, querían que suceda lo que efectivamente sucedió.

Ahí Mr. Glass se iguala con M. Night Shyamalan: como metteur en scene, crea los acontecimientos o
acciones, los personajes, la narrativa y decide cómo filmarlos (las cámaras de seguridad son imágenes
creadas por M. Night Shyamalan, pero también por Mr.Glass). Todo en virtud de obtener cierto efecto
(deseado) en el espectador (el cinematográfico, que está viendo la película, pero también el
espectador del universo representado, que recibirá los videos de las cámaras de seguridad).
Glass (el personaje) creó, como un guionista, dos personajes (un héroe y un antagonista), una
rivalidad entre ellos dos y una escena en lo que estos se enfrentan pensando en un espectador, como
un director. Hizo, entonces, una película, que se confunde con “Glass” (la película).

Parecería que lo que importa a M. Night Shyamalan y a Mr. Glass es que hayan historias, cueste lo
que cueste. Ambos dramaturgos crean un universo, trazando sus inexorables narrativas, aunque esto
signifique sacrificar a quien tengan que sacrificar, como el Dios del Antiguo Testamento, lo que no
significa, evidentemente, que no puedan tener cariño y compasión por sus personajes.

Glass llega incluso a sacrificarse a sí mismo, quedando para la historia justamente como el
“antagonista”, como “el malo”.Es un auto-sacrificio similar al que realiza una de las versiones de
Judas que Borges imagina (o que Borges imagina que Nils Runeberg imaginó): Judas traiciona a Jesús,
ganándose el infierno en ese mismo momento para que la naturaleza divina de este se revele
finalmente.

Retomando la pregunta inicial, a la película no le importa si Mr. Glass es bueno o malo (en definitiva
es el malo), lo que importa es que es un creador, como M. Night Shyamalan. En este sentido ambos
son verdaderos estetas: ponen el arte por encima del bien. Ética de creador: “nuestro derecho
soberano de artista podría exaltar la idea de haber creado un mundo”, como diría Nietzsche, “la
existencia y el universo no están realmente justificados más que como fenómenos estéticos”. El
artista crea y es en su obra donde está el valor, más allá del bien y el mal. “Hay un abismo entre la
interpretación y la justificación puramente estética del mundo y la enseñanza cristina que no quiere
ser más que moral”.

Lo importante entonces es crear estos relatos, estos finales y estos comienzos, que inspirarán a su
vez (al espectador) a crear sus propios relatos, de la misma manera que M. Night Shyamalan y Mr.
Glass se inspiraron en los relatos previos (historietas); de la misma manera que otros narradores se
inspirarán en M. Night Shyamalan para crear sus films; y de la misma manera que los espectadores
del universo fílmico se inspirarán en la historia creada por Mr. Glass para crear nuevas historias.

Lo que busca Glass, la película y el personaje, no es que surjan simplemente nuevos héroes, sino que
surjan nuevas narrativas (y para esto se precisa, también, nuevos villanos por ejemplo). Por eso las
constantes menciones por parte de Glass de los elementos narratológicos de las historietas. No son
simples guiños ni simples referencias "meta" sino algo mucho más interesante: Glass crea la narrativa
medida que la nombra ("Y Glass dijo: haya un primer giro en la historia y lo hubo. Dijo Glass haya un
antagonista y lo hubo. Dijo Glass haya una vuelta de tuerca y la hubo"). Esto recién lo comprendemos
en el momento que Glass quiere que lo comprendamos, es decir en el momento en que revela su
plan.

Como los dioses de la Odisea, Mr. Glass y M. Night Shyamalan “tejen desventuras para los hombres
para que las generaciones venideras tengan algo que cantar”. “Todo el mundo existe para un libro”
decía Mallarme, todo en el mundo existe para una historia de origen, podrían decir Mr. Glass y
Shyamalan. Por eso la película se llama “Glass”, aunque haya tres protagonistas, este personaje es su
centro.

No queremos hacer un elogio del esteticismo ni discutir sus límites o virtudes (quizás la moral sí
importe y, evidentemente, no todo artista es un esteta). Sin embargo, cuando una película expresa
una idea cinematográfica de tal modo que forma y contenido ya no se pueden diferenciar, potente y
matizada al mismo tiempo, esto sí es elogiable.

¿Será esta una interpretación adecuada o verdadera? A fin de cuentas, quizás no importe (seamos
estetas por últimas vez), lo que importa es que sea una lectura estimulante y fértil para el lector.
Quizás lo importante es crear una lectura, una interpretación, un nuevo texto. Porque, si no hay más
que relatos, intentemos, por lo menos, que estos relatos sean buenos e interesantes.

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