OVINOS
RAZA IDEAL
EL IDEAL URUGUAYO EN LA ACTUALIDAD
Características de la Raza
de acuerdo al Standard
T OS planes de mejoramiento zootéc-
nico y ptogreso económico de
una raza, si bien deben basarse en
el conocimiento de sus atributos tra-
dicionales, deben tener como guía el
tipo ideal que conciban como meta ios
criadores.
Es necesario que exista acuerdo
general en cuanto a ía concepción de
dicho tipo, de sus caracteres básicos,
Campean da Raza IDEAL
264 *
unificando orientaciones, a fin de
aunar los esfuerzos particulares dirigi-
dos al perfeccionamiento de nuestra
raza.
Lo que se expone en los puntos
siguientes, tiende a aclarar el aspecto
mencionado, tratando de definir con
precisión las características del tipo
ideal concebido.
A) Aptitudes y temperamento
La raza Ideal tiene como fin primor-
dial la producción' de lana fina de gran
 calidad, contemplando también —en
segundo orden de importancia— el
renglón carne.
Dichos propósitos se persiguen den-
tro de un tipo de ovino muy rústico,
de máxima sobriedad en cuanto a ali-
mentación; de desarrollo precoz; que
se destaca, además: por su buena salud
aún en medios de pobreza forrajera;
por su longevidad; por su poder adap-
tativo a las condiciones más diversas
de explotación.
En estrecha relación con ese con-
junto de aptitudes, el Ideal manifiesta
un temperamento activo extraordina-
rio. Esta particularidad de la raza, debe
evidenciarse en todos sus ejemplares,
aún en los que estén sometidos a un
régimen de estabulación completa y
alimentación intensiva —caso áe los
animales destinados a exposición-—•. El
carácter abúlico, perezoso, que demues-
tran individuos de otras razas, es abso-
lutamente impropio del Ideal.
B) Conformación
Aspectos generales
El Ideal es un ovino de talla me-
diana. Su cuerpo debe ser-equilibrado,
compacto, de líneas relativamente
bajas; vigoroso, ¡levará con comodidad
una gran manta de lana.
La impresión genera! será la de un
animal muy armónico, ágil y vivaz.
Presentará urt buen esqueleto, con
hueso fuerte. Deberá buscarse la má-
xima perfección de aplomos.
De acuerdo a !o expuesto, en la
explotación de la raza Ideal, debemos
prestar especial atención a la confor-
mación; afirmación que obliga a una
aclaración, frente a la idea tan difun-
JtiUda de que los términos, "buena con-
formación" y "producción de lana
fina", son antagónicos, y de que sus
correspondientes características resultan
prácticamente excluyentes. Hay cierta
confusión en esa idea.
Lo que es indudable, es que la con-
formación de una oveja de carne, es
distinta de la de una especializada en
la producción de lana fina y también
de !a de una de doble propósito.
La confotmación está determinada
por el conjunto que forma el sistema
óseo y la masa muscular. En el animal
de carne, además de constituir la base
de sustentación de la producción, es,
directamente, su molde. En el animal
con otra especialización productiva
—lana en este caso—, la conformación
no es el molde directo de esa produc-
ción; pero es, tanto como en el an-
terior, su base de sustentación.
Es también indudable, que la con-
formación exigida a un ovino adaptado
a medios de abundancia forrajera,
capaz de transformar en carne, en el
menor tiempo, las mayores~ cantidades
de alimenta, debe ser diferente de la
que se exija a otro de reducidas necesi-
dades alimenticias, caminador, ágil, re-
sistente, capaz de vivir con salud en los
ambientes de pobreza forrajera.
El concepto "conformación" debe
considerarse en relación con la función
de la raza de que se trate. A la fina-
lidad mixta de la raza —doble propó-
sito con preponderancia lanera—, cum-
plida por una oveja extraordinaria-
mente rústica, responde la conforma-
ción que hemos determinado como
típica del Ideal.
Esa conformación se ajusta, también,
al temperamento activo de la raza, a
su notable condición de buscavidas, y
a su excelente constitución para pros-
perar aún en las condiciones más pre-
carias de crianza.
* 265
• Sería inconveniente, por lo tanto,
pretender forzar al Ideal hacía las pro-
porciones típicas, por ejemplo, de la
raza Southdown. Seria inconveniente,
aún, si se lograra mantener —acepté-
moslo a los efectos del razonamiento—
et veilón Ideal con todas sus caracterís-
ticas. Un cuerpo rechoncho, miembros
excesivamente cortos, no son caracteres
adecuados para una vida inquieta, de
intensa actividad, en un medio natural
que, a cada paso, opone obstáculos para
el fácil cumplimiento de las necesida-
des vitales. Por ello, esa evolución,
desviaría a la raza de la función que le
hemos asignado. Y, paralelamente,
con esa transformación corporal, deter-
minaríamos otros cambios sustanciales:
perderíamos, seguramente, lo más pre-
ciado de su temperamento y de sus
aptitudes constitucionales.
Hemos convenido en determinar
para la raza Ideal, la conformación que
consideramos más adecuada a su fun-
ción específica. Debemos mantener el
tamaño mediano, cuidando que e!
cuerpo sea equilibrado, compacto, de
líneas bajas —-sin exageración—; carac-
teres que exigen como fundamento:
fortaleza del esqueleto y de la muscula-
tura, en un conjunto de proporciones
armónicas; aplomos perfectos.
La raza Idea! ha alcanzado altos
niveles productivos en el país. No obs-
tante, es necesario encarar una intensa
acción de mejoramiento en el aspecto
comentado. Las perspectivas son pro-
misorias. Sabemos que contamos con
excelente material. Existen en el país
ejemplares Ideal, que, bajo un sobre-
saliente vellón típicamente racial, pre-
sentan una notable conformación, de
acuerdo a las exigencias del Standard.
Esos ejemplares, actualmente excepcio-
nales, nos prueban que la meta que nos
266 *
hemos impuesto es prácticamente
alcanzable. Debemos esforzarnos por
extender al máximo su herencia me-
joradora, en planteles y majadas
generales.
Para cuidar debidamente el aspecto
aludido, es necesario exigir a nuestros
reproductores, una vez aceptada su
estampa con lana, que resistan, esqui-
lados, un examen prolijo de conforma-
ción. Sólo así lograremos reunir los
elementos de juicio completos, para
orientar nuestro trabajo de selección.
Cabeza
De tamaño mediano, ancha y fuerte;
erguida, dando al animal un aspecto
vigoroso. La falta de cualquiera de estas
condiciones -—cabezas angostas, débi-
les, gachas— constituye defectos de
conformación.
La cabeza, en conjunto, y en sus ras-
gos expresivos particulares, será bien
demostrativa del temperamento de !a
raza, y ofrecerá características netas de
una marcada diferenciación sexual.
No presentará cuernos ni tocos fijos,
admitiéndose ú n i c a m e n t e pequeños
tocos movibles.
Estará bien cubierta de lana. Será
deseable un amplío copete, así como
una buena población en las quijadas,
conservando siempre la vista libre.
Deben desecharse los animales de
cabeza escasamente poblada, y, asi-
mismo, los que presenten exceso de
lana en la cara, determinante de
ceguera.
Las orejas, de tamaño mediano, esta-
rán colocadas con una buena separa-
ción entre sí, permitiendo una nuca
amplia. Deberán descartarse los ejem-
plares de orejas juntas —nuca angos-
ta—. Las orejas no serán pigmentadas,
tolerándose solamente pequeñas man-
chas marrones o negras.
La cara debe ser ancha, más bien
corta, rechazándose las largas y angos-
tas. Se presentará libre de lana, cubierta
de pelo blanco, fino y suave, algo tras-
lúcido. No se admitirá el pelo grueso,
de un blanco sin brillo, típico del
Lincoln. Su presencia indicará falta de
pureza racial, y, casi seguramente, ia
proximidad de ascendientes cruzas.
Los ojos, medianos, vivaces, refleja-
rán en su expresión un temperamento
activo. Será preferibíe que los párpados
y adyacencias estén libres de pigmento;
pero se tolerarán pequeñas manchas
negras o marrones..
E! hocico debe ser fuerte, ancho, con
ollares ampüos. Será de color rosado,
igual que los labios, tolerándose sólo
pequeñas manchas negras o marrones.
Las manchitas que se toleran, en ore-
jas, hocico, labios y párpados, estarán
limitadas en su número y tamaño, de
manera que el animal no pierda la apa-
riencia típica dada por su piel y, espe-
cialmente, mucosas, de coíor rosado.
Es necesario destacar la importancia
que debe darse a la cabeza en la apre-
ciación de reproductores machos y
hembras. En la cabeza van impresos
los caracteres raciales más típicos, que
nos informan de la pureza del ejem-
plar, y, por lo tanto, dan un índice de
la fijeza de sus cualidades productivas
y su posible impresión en la descen-
dencia. Además, Ja cabeza, ligada estre-
chamente en sus caracteres a !a con-
formación general del animal, es un
complemento valioso para juzgar ese
aspecto en forma más completa. Y por
último, es también k cabeza, un índice
cettero de otras condiciones sustancia-
les, cuya apreciación resultaría, sin
dicho índice, mucho más turbia y com-
pleja: nos referimos a los rasgos tem-
peramentales y constitucionales. El
temperamento activo o la apatía de un
reproductor, su salud y vigor, o su
debilidad, su definición sexual, todo
esto, lo veremos reflejado notable-
mente en su cabeza.
De acuerdo a lo expuesto, podemos
concretar en resumen, respecto a la
cabeza los siguientes defectos funda-
mentales:
—Cabeza estrecha, nuca angosta,
orejas juntas;
—Cara larga y angosta;
—Hocico pobre, fino;
—Hocico, labios, párpados y orejas
pigmentados •—con la tolerancia
de las manchitas referidas—;
—Pelo de la cara grueso y opaco;
—Cabeza escasamente poblada de
lana, sin copete, o de copete
pobre;
—Exceso de ¡ana en !a cara y alre-
dedor de los ojos —ceguera—.
Pescuezo
El pescuezo será más bien corto y
lleno; fuerte, de acuerdo al aspecto
vigoroso de la raza. Estará bien unido
a ia cabeza y a las paletas, sin estrecha-
mientos. Deberá estar cubierto de p:el
lisa, libre de collares-
Podrán presentarse los siguientes
defectos de conformación:
—Pescuezo largo;
—Pescuezo fino, o con un estrecha-
miento excesivo en su unión con
la cabeza;
—Pescuezo cóncavo o hundido;
—Pescuezo hundido en su unión
con eí ttonco, determinando una
depresión delante de las cruces;
—Pescuezo angosto o aplanado.
* 267
 Al manifestarse alguno de estos de-
fectos, lo probable es que se encuentren
juntas varias de las formas enumera-
das. Cualquiera de eilas constituye una
deficiencia demostrativa de mala con-
formación y debilidad ósea.
Pecho
Ei pecho debe ser ancho, prominente
y de buena profundidad. La piel que
lo cubre será suelta, pero se preferirá
sin pliegues, tolerándose un delantal.
N o se admitirá el pecho angosto,
!o que denota una conformación defi-
ciente, cor respondiéndole una estrecha
caja torácica y malos aplomos delan-
teros. Tampoco deberá aceptarse el
pecho de escasa profundidad, falla
fundamental, ésta también, ligada a!
resto de la conformación del individuo.
Es conveniente destacar la impor-
tancia que tiene en todo ejemplar, la
presencia de un buen pecho, en forma
y dimensiones. Porque constituye, junto
con otras partes que deben armonizar
con ésta, uno de los índices más signi-
ficativos de fortaleza. Y muy especial-
mente en el macho, el pecho, en armo-
nía con el resto de ía delantera, debe
dar esa impresión en vigor físico y de
porte masculino, notable en los buenos
carneros Ideal.
Paletas
Las paletas estarán colocadas en
línea con el costillar y unidas en una
cruz ancha. En armonía con el pecho,
el pescuezo y los aplomos delanteros,
conformarán un tren anterior de las
características expuestas.
La cruz estrecha constituye un de-
fecto de importancia. Denota una
separación escasa entre las paletas, o
268 *
sea una estrechez del tórax, caracteres
evidentes de mala conformación ósea
y debilidad orgánica. Asimismo, la
cruz alta o saliente —prominente—-,
característica que generalmente va
unida a la anterior, es una deficiencia
importante, demostrativa de debilidad
del esqueleto, o falta de armonía entre
sus partes.
Tronco
El tronco será ancho, de buena pro-
fundidad y de mediana longitud. Pre-
sentará un aspecto macizo, en armonía
con la delantera.
El dorso y el lomo deben ser pare-
jos, rectos y anchos en toda su exten-
sión. No se admitirá el lomo arqueado
en ningún sentido. El "sillón" o el
"cacunda", son formas de mala orga-
nización y debilidad del esqueleto.
El costillar debe ser profundo y de
buen arqueo; unido a las paletas sin
estrechamientos. Este defecto —anima-
les fajados— es también una falla de
conformación. Asimismo, se castigará
el costillar sin arqueo —animales apia-
nados— lo que casi seguramente estará
ligado a una estrechez general del
armazón óseo.
Grupa
La grupa debe ser amplia, bien pro-
porcionada con el tronco. Observando
al animal de perfil, continuará armó-
nicamente la línea del lomo, descen-
diendo suavemente hasta el nacimiento
de la cola. Mirándolo de arriba, seguirá
las líneas laterales del tronco, sin estre-
chamientos bruscos.
No se admitirá la grupa caída, ni
angosta, deformaciones importantes de
la silueta típica deJ Ideal.
Cuartos
Los cuartos serán anchos y llenos,
armonizando con la conformación del
tronco y la grupa; demostrarán buena
profundidad en la entrepierna.
No deben admitirse los cuartos an-
gostos, largos, descarnados —cuartos
"secos", "chupados"—, defectos direc-
tamente relacionados con la calidad de
la res para carnicería, y muy especial-
mente, con el tipo de cordero para eí
mismo fin. Tampoco se admitirá, por
la misma causa, una entrepierna alta,
a poca distancia de la cola; ¡o que irá
unido, muy probablemente, a una falta
de profundidad general.
Miembros
Los miembros, fuertes, más bien cor-
tos, de apoyo firme y aplomado, esta-
rán colocados —tanto los anteriores
como los posteriores— con buena sepa-
ración entre sí. Deberán armonizar: los
delanteros, con la anchura del pecho;
y los traseros, con la amplitud de la
grupa y el ancho y la profundidad
de la entrepierna.
Se considerará defecto importante el
largo exagerado de los miembros, gene-
ralmente correlacionado con excesiva
finura de hueso. Un Ideal no deberá
dar la impresión de animal alto, de
cualquier lado que se le mire.
Se exigirán buenos aplomos; los
defectos que a continuación se des-
criben, constituyen fallas de con-
formación.
Aplomos delanteros:
—Manos juntas; carácter que se en-
cuentra unido al de estrechez del
pecho y de la delantera en
general;
•—Manos en forma de "pata de
catre"; se juntan en las rodillas,
separándose hada abajo; indica
pobreza ósea, articulaciones dé-
biles;
—Manos chuecas; separadas arriba
y en las rodillas, se juntan abajo;
aunque no es indicio tan evidente
de debilidad ósea como el anterior,
determina el apoyo imperfecto
de los miembros, reduciendo su
resistencia.
Aplomos traseros:
—Patas juntas; condición sintomá-
tica de pobreza general de con-
formación, de estrechez de la
armazón ósea;
—Garrones juntos —"cerrado de
garrones"—; las patas se juntan
en los garrones, separándose hacia
abajo; además de mala conforma-
ción, demuestra pobreza de hueso
y debilidad en las articulaciones;
—Patas chuecas; puede decirse lo
mismo que para el defecto similar
de las manos;
—Patas de sable; mirada de costado,
la pata se presenta como si siem-
pre estuviera encogida, formando
en el garrón un ángulo dema-
siado cerrado; sobre su gravedad,
cabe igual observación que para
el caso de garrones juntos;
—Débil de pichicos; el animal, al
pisar, tiende a apoyar los pichi-
cos; al articular demasiado la
cuartilla, baja el nudo; indicio de
hueso débil, aunque podría darse
en animales de buen hueso, por
largo excesivo de la cuartilla;
cualquiera sea la causa, debe evi-
tarse, por determinar un apoyo
desaplomado de los miembros
posteriores.
* 269
 Las anormalidades de aplomos que
se han detallado, no son específicas de
la taza Idea!. Son comunes a todas las
razas ovinas —menos frecuentes en
las especiales de carnicería— presen-
tándose solamente en ejemplares de
mala conformación ósea.
Otros defectos posibles en los aplo-
mos, no se han incluido, por no apare-
cer en la raza Ideal.
Para juzgar las condiciones que
reúnen los miembros, es indispensable
observar al ovino en marcha. Viéndolo
caminar, podremos analizar manos y
patas en la forma más completa: fun-
donalmente; lo que nos permitirá de-
terminar con mayor precisión, la cali-
dad de los aplomos. Un Ideal debe
caminar con facilidad, con soltura de
movimientos, demostrando que sus
miembros son suficientemente fuertes,
para accionar con agilidad, soportando
con holgura el peso del cuerpo y el del
voluminoso vellón que le corresponde.
Debemos considerar como defecto, aún
en animales preparados para exposi-
ción, cualquier dificultad o torpeza que
se manifieste en la marcha.
La manera cómo camina el animal,
es fundamental, además, por los ele-
mentos de juicio que aporta sobre
aspectos importantísimos: fortaleza or-
gánica, armonía de movimientos y
formas, agilidad, temperamento.
C) Lana
La producción de lana, como ya se
dijo al referirse a las aptitudes de la
raza, es su fin primordial.
Aclarado el punto de la relación
entre los términos "buena conforma-
don" y "producción de lana fina"
—ver Aspectos Generales del título B)
Conformación— puede decirse, sin
270 *
lugar a confusiones, que, para juzgar
un ejemplar Ideal, los caracteres de su
vellón son de importancia principal, y
que los defectos capitales que éste ma-
nifieste, deben considerarse de carácter
elimínatorio.
De acuerdo a las exigencias del
Standard, la lana debe ser de notable
calidad, formando un vellón volumi-
noso, denso en toda su extensión. Pre-
sentará gran uniformidad en cuanto a
finura, longitud de mecha y demás
caracteres.
La finura establecida para 3a lana
Ideal esrá comprendida dentro de los
límites de 58's y óO's, tolerándose en
las hembras hasta 60/(54's. Expresán-
dolo de acuerdo a la escala inglesa y
a la rioplatense, los ovinos Ideal pue-
den presentar las siguientes finuras;
—60/64's o Prima merina
—60's o Prima cru2a (también
Prima A )
—58's o B.
La longitud mínima de la mecha
será de 10 centímetros para un vellón
de un año de crecimiento.
La lana debe ser de color blanco,
marfil o crema, suave al tacto, de buen
rizo y carácter.
La suarda, que será traslúcida y
fluida, estará bien distribuida.
E! aspecto exterior de! vellón, rela-
tivamente parejo, estará dado por la
terminación de mechas compactas y
erguidas.
La lana de barriga estará circuns-
cripta a su región, asemejándose lo
más posible a la de vellón.
Se buscará un buen garreo.
Se consideran defectos:
—Densidad muy escasa, que debe
 cuidarse especialmente en la parte
superior del vellón —cruz, lomo,
grupa— donde pueden presentarse
zonas de mechas ralas y abiertas.
Además de ser índice de un ve-
llón demasiado liviano, es una
deficiencia que atenta contra las
propiedades de la ¡ana —efectos
de ios agentes climáticos— en
animales que deben vivir en la
intemperie.
-Falta exagerada de uniformidad
en la finura. Si bien es natural
una variación en la finura de la
lana que cubre las distintas partes
del cuerpo, no deben existir gran-
des diferencias. Este defecto será
más grave, cuando esa destmifor-
midad aparezca entre las hebras
de una misma mecha: vellones
que cuesta "abrir", cuyas mechas
se presentan entrelazadas por he-
bras, más ásperas que el resto,
que no acompañan el rizo domi-
nante de k mecha; y asimismo,
vellones que aparecen como cu-
biertos por una peí asa áspera,
constituida por las puntas de las
hebras de mayor diámetro, más
largas que el resto.
-Presencia de fibras meduladas en
cualquier parte del vellón; prin-
cipalmente, "lana de perro" en los
cuartos.
-Mecha corta; por debajo del li-
mite fijado, en animales que se
encuentren en condiciones de
(Reproducido de la publicación "Raía Ideal", de la Saciedad de Criadoies de Ideal dal Uruguay!.
No deje interrumpir su seguro: ¡Renuévelo HOY!
normalidad —tener en cuenta:
salud, alimentación, edad—.
—Color amarillo subido; caracterís-
tica de algunas lanas merinas y
cruzas, determinada por condicio-
nes de la suarda, impropias del
Ideal.
—Suarda aglomerada, formando
coágulos amarillentos, producidos
por falta de fluidez. La suarda, en
el Ideal, debe ser fluida, uniforme,
casi incolora.
—-Falta exagerada de rizo o de bri-
llo, caracteres de lanas de escasa
calidad.
—Lana de barriga demasiado exten-
dida; defecto muy grave, cuando
la lana de esta clase se presenta
en el costillar, aunque sólo sea en
"manchas" limitadas.
—Lana demasiado rala o muy corta
en la barriga; puede presentarse
en ejemplares de buena mecha en
el vellón, observándose, en estos
casos, un límite muy marcado
enrre una y otra clase de lana.
—Patas y manos peladas. El esfuerzo
por conseguir un buen garreo,
consignado en el Srandard, va
unido al interés de lograr una
mayor población de lana en par-
tes valiosas: pecho, pescuezo,
cuartos. Los ejemplares con vello-
nes que "bajan bien", producen,
generaimente, los mayores volú-
menes de iana. -