Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Al llegar, nos encontramos con dos “payamédicas” en la puerta de la guardia que nos estaban
esperando tal como lo habíamos acordado con anterioridad.
Nos dirigimos al salón donde dejan sus cosas y se preparan, este queda en un subsuelo, por un
pasillo oscuro, muy angosto, sucio y con mucha humedad.
Lo primero que realizan es ir a las salas de intervención, en este caso fueron las de nutrición y
clínico-medica para llevar a cabo lo que designan como “el pase”, es decir informarse acerca de
cada paciente, que se encuentra en la allí (su nombre, edad, diagnostico, estado anímico) en
algunas ocasiones hay enfermeras que dictan el pase, y en otras se encargan ellas de ir cama por
cama apuntando la ficha, o anotando desde la cartelera de residentes, depende de la sala.
Tuvimos la oportunidad de ingresar a todas las salas, ver a los chicos que estaban en ellas, en su
mayoría estaban despiertos y jugando en sus camas con algunos muñecos, lápices, o viendo una
película de Disney que se reproducía en la televisión de la sala.
Una vez realizado esto, que nos llevó recorrer la mayoría del hospital, regresamos al salón y ellas
comenzaron a cambiarse con su atuendo de “payamedicas” utilizan polleras de colores bien
fuertes, remeras coloridas de manga larga, chaquetas de médicos pero intervenidas con distintas
cosas como flecos, botones, apliques todos de colores, utilizan además peluca y la “nariz de
payaso” que evita tener el color rojo y en su lugar es naranja, explican que esto se debe al
reglamento de vestuario por el cual no pueden utilizar ciertas cosas o colores que hagan alusión a
la sangre, lesiones o malformaciones. Además cada una contaba con un maletín con distintos
objetos y juegos, como maracas, burbujeros, lápices. Se desinfectaron las manos con alcohol en
gel y sus zapatillas con lisoform.
Implicaciones personales.
Con mi compañera nos quedamos luego de la observación un rato charlando sobre la experiencia,
ambas nos encontramos muy emocionadas. Fue un poco fuerte encontrarse en las salas de
internación y ver a tantos chicos ahí, y a la vez fue muy emotivo ver las respuestas que tenían al
ver a las payamédicas, la alegría que se notaba en sus caras.
Mismo nosotras nos vimos muy entretenidas y divertidas, a lo largo de las intervenciones.
Nos sentimos muy bien recibidas por ambas chicas, que desde el primer momento no tuvieron
problema en respondernos algunas preguntas, explicar otras tantas y dejarnos ser parte de su día
de actividad.