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Nosotros somos la patria. Mensaje a los Soldados de Honduras


enero 7, 2018 Redacción 7 comentarios
Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
A Ud. General, a Ud. Coronel
Traté de hablar con el Jefe, pero no hizo caso. Así que me dirijo a todos los demás,
milicianos. Conste que ese título incluye a los policías militares, que están obligados al mismo
código de honor de todo soldado, al tiempo que a la elevada misión de la policía, que debe
proteger a los civiles, a resguardar el derecho. Escuchen.
La primera cosa que quiero explicar es que estos que estamos aquí, en la calle somos los
ciudadanos Honduras. No somos los propietarios de los grandes medios de comunicación que
le hacen comparsa al gobierno, a cambio de grandes cantidades de dinero, dueños de las
maquilas y bancos ni magnates, dueños de centros y cadenas de comercio. Esos son otros. Pero
quienes fuimos a votar contra JOH, los que antes marchamos y hoy otra vez, los que vamos a
ir a las tomas. Somos los ciudadanos, somos la patria.
Ojalá haya un Dios. La segunda cosa que debo recordarles, como historiador, es que Uds.
pueden estar seguros de pocas cosas. De que van a contribuir. Por supuesto de que van a morir,
de que sus actos tendrán infinitas consecuencias sobre sus propias vidas y las vidas y
condiciones de sus seres queridos. De todo eso. Y también de que los gobiernos cambian. De
que este gobierno va a cambiar. De que la masa de ciudadanos que exigimos democracia vamos
a llegar, pronto o tarde al poder y vamos a hacer gobierno. Aun hoy la justicia es mundial y el
delito de lesa humanidad no prescribe.
Una palabra vale por quien la dice, y no por donde se declama o con que micrófono. A Uds. no
los engañan los call centers. Uds. saben quien soy yo. Tienen los aparatos de inteligencia que
llevan registro. Saben de donde vengo y donde estoy y como vivo y cuales han sido mis
ejecutorias. Algunos tienen conocimiento personal. Otros me conocen por mis escritos de una
vida y actuaciones. Es fácil calibrarme. Estoy por cumplir 70 años y aunque solo he estado en
servicio siete, llevo casi 30 de vida pública, de participar en el foro cívico. Desde hace muchas
décadas no tengo queja de Uds. Algunos viejos militares fueron mis amigos y corresponden.
(Pueden dar testimonio Walter López, El Coronel Maldonado. El Coronel Hernández.) Todos
aquellos con que he tenido roce desde los 90s me han tratado con impecable caballerosidad,
cortesía y respeto. Unos pocos de Uds. incluso con cariño. A cambio, repito yo respeto a la
milicia.
No generalizo y no culpo a todos por las torpezas de algunos miembros. Como historiador,
entiendo su función. Respeto las armas públicas que tienen un lugar en la ley y en una sociedad
que las requiere para defender recursos e intereses colectivos. Eso es lo que justifica su
existencia como cuerpo y el juramento de garantizar la Constitución de la Republica. Que les
da otras funciones específicas. Por circunstancia particular, la milicia puede tener en un
momento funciones policiales de emergencia. Aunque ese no es su propósito permanente. Las
FFAA tienen que garantizar el orden legal contra extraños, organizaciones criminales o bandas
armadas, que agreden el legítimo orden público, que es un bien de todos. Pero el orden solo es
tal, cuando es legal. No puede derivarse el orden de un fraude o usurpación.
Como bien saben y constatan fácilmente leyéndola, la Constitución de la Republica de
Honduras establece que el pueblo tiene el derecho y aun el deber de acudir a la insurrección
para derrocar a un gobierno usurpador. A saber, uno que no tiene la venia de una elección
libre y limpia, transparente y certificada, de los ciudadanos. No la tiene el gobierno de JOH.
No hay ninguna cláusula en cambio en esa ley máxima que autorice al gobierno para recurrir a
las armas de la nación con el fin de salvaguardar su empecinamiento en gobernar contra la
voluntad mayoritaria.
No todos tenemos la valentía de asistir a las tomas con bloqueo, y a las acciones insurrectas del
día, ni la capacidad de ser útiles ahí pero todos los ciudadanos de Honduras bien nacidos
deberíamos estar en esas calles y tomas. En cambio a Uds. no los están mandando a defender
ninguna ley ni orden legal. Porque la ley es la que esta escrita y no la que manda a cambiar a
su antojo su violador, están defendiendo a quienes han subvertido la ley desde el poder. Y
porque no hay un orden legitimo cuando los encargados de resguardar violan la ley de la que
tendría que derivarse el orden. Cuando los poderosos extorsionan a los débiles, cuando se
impone el hurto y capricho, lo que hay es una dictadura. No los han mandado a defender la
propiedad privada porque la gente más bien esta perdiendo sus negocios y sus bienes, a manos
de la extorsión de un régimen confiscatorio. No están defendiendo el derecho de circular de las
personas, si no que a los peajes con que se viola justamente ese derecho.
Las tomas con obstaculización del trafico por destacamentos de ciudadanos, aun con las piedras
y los palos que se ocupan para hacer respetar a mucho díscolo, que cree que lo suyo personal
debe privar sobre el bien común, son legítimas en la insurrección. Uds. pueden asistir. Ser
referentes. En determinado momento pueden auxiliar a alguien que entra –ahí- en conflicto. No
deben permitir linchamientos ni sustancial destrucción de bienes públicos o privados. (Pintar
Fuera JOH no es un daño sustancial) No pueden agredir ala gente en la toma si no tienen otra
causa. Nadie puede legítimamente dar la orden de agredirla. Y menos pueden disparar armas
de fuego, ni siquiera lanzar gas sobre una manifestación que no los agrede, si no tiene que
defenderse.
El gobernante que les pide que maten ciudadanos desarmados para mantenerse él en el poder
y proteger a sus amigos no es un patriota, no es un demócrata, no es hombre de ley y derecho.
Y sobre todo no es un Presidente. Es un tirano pando. Quien les ordena disparar contra el
desarmado es un criminal, les esta ordenando traicionar a quien realmente tienen que proteger.
No los envía a reprimirnos un presidente si no un usurpador, un fraudulento, un conspirador
perpetuo contra el bien publico, contra la democracia, un beneficiario de la cleptocracia. Los
mandan a defender el abuso del poder, la opresión. Les ordenan defender un fraude, una
mentira. Obedecer es traicionar a la patria que es el pueblo y para otro no, ni para Juan, pero
para el soldado que traiciona, hay pena capital que tampoco prescribe.

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