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E S T A D O E C O N O M I C O D E LA I N T E N D E N C I A

DE G U A D A L A J A R A A P R I N C I P I O S DEL S I G L O
X I X : LA « R E L A C I O N » D E J O S E F E R N A N D O
D E A B A S C A L Y S O U S A D E 18 03

Por R a m ó n M a r i a S e r r e r a Contreras

Las primeras noticias sobre la existencia del documento que va a


ser objeto de estudio en este breve trabajo las obtuvimos de Alejandro
de H u m b o l d t . Una y otra vez a lo largo de las páginas de su En-
sayo Político sobre el Reino de la Nueva España hace referencia a
una relación enviada por el intendente de Guadalajara a los consula-
dos de Veracruz y México en 1802 y 1803, en donde se daban valiosas
noticias estadísticas sobre la situación enconómica de esta Intenden-
cia. Por nuestra parte, teníamos la sospecha de que una copia similar
de la misma tuvo que ser enviada a las autoridades peninsulares. Y
nuestras esperanzas no se frustraron. Despues de un periodo de trabajo
en el Archivo General de Indias (A.G.L) sevillano, tuvimos la suerte
de encontrar en unos de los legajos de correspondencia del intendente
José Fernando de Abascal y Sousa (Guadalajara, 430) la ansiada
R e l a c i ó n . Sin duda este documento ofrece una importante nove-
dad con respecto a la versión que de él publicara Jesús S i l v a H e r -
zog en «Relaciones Estadísticas de Nueva España de principios del
siglo XIX» (Archivo Histórico de Hacienda, México 1944) que, des-
graciadamente, alcanzó poca difusión. La copia sevillana propor-
ciona los cálculos estadísticos del sector agrícola, sin duda el mejor
elaborado, inexistente en la versión de S i l v a H e r z o g , si bien
en esta última el documento se encuentra acompañado de otra valiosa
estadística de la región elaborada por Abascal en el mismo año. A
continuación de esta introducción se reproduce íntegramente la citada
R e l a c i ó n . El interés de su contenido, la rigurosidad del análisis,
la minuciosidad de sus datos y la amplitud de visión - tan ponde-
radas por Humboldt - , justifica el que la pongamos a disposición de
todos los que se dedican al estudio histórico de esta región mexicana.

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La Región

En líneas generales, cabe afirmar que el último cuarto del siglo


X V I I I y el primero del siglo X I X suponen para Guadalajara y su re-
gión un momento culminante en el proceso de su evolución demográ-
fica, social, política, administrativa, económica, territorial y cultural.
En el terreno demográfico, las cifras cantan con absoluta nitidez.
Tanto la Intendencia de Guadalajara, en particular, como la Nueva
Galicia, en general, experimentan un auge indudable en su población.
Según cálculos realizados sobre los datos demográficos obtenidos de
la relación de la visita a la Intendencia de Guadalajara practicada por
Méndez Valdés entre 1791-93, ésta debió contar con algo más de
400 000 habitantes^; cifra que, según H u m b o l d t , el virrey Re-
villagigedo estimó en una carta al Rey que ascendía en 1793 a 485 ООО
almas Para la primera década del siglo X I X , se cuenta asimismo
con datos de interés. José Fernando de Abascal calculó la población de
su Intendencia de Guadalajara en 522 317 para los años 1802-03 y el
mismo H u m b o l d t presenta las cifras de 630 500 habitantes para
Guadalajara y 153 300 para la de Zacatecas (783 800 habitantes en
toda lo Nueva Galicia) en cálculo para 1803 Por otra parte, los cóm-
putos totales de los padrones eclesiásticos tomados de la visita efec-
tuada a la diócesis de Nueva Galicia por su obispo Juan Cruz Caba-
ñas entre 1797 y 1802 ofrecen el resultado de 654 185 almas, cantidad
que debe incrementarse en algo más ante la ausencia de padrones para

1) Noticias varias de Nueva Galicia. Intendencia de Guadalajara. Guadalajara,


1878, pags. 3-110.
S) Alejandro de H u m b o l d t ; Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva
España. Estudio preliminar γ edición л cargo de Juan A. Ortega y Medina. México,
1966. Lib. II, cap. IV, pag. 38.
Se trata precisamente del documento que reproducimos en este artículo: la
Relación de la Intendencia de 1803. En el mismo legajo (A.G.I., Guadalajara, 430)
existe otra descripción similar para el año 1802. Varias razones aconsejaban publi-
car en primer lugar unicamente la de 1803: problemas de espacio, su indudable
mejoramiento con respecto a la de 1802, etc., pero, no obstante, en lo único en que
se diferencian es en la parte estadística. £1 resto, es decir, la descripción de la In-
tendencia de 1803 es copia literal de la de 1802, incluso en lo que respecta a cifras
de población, a las que hace referencia esta nota en el texto. A su ve2, ambas rela-
ciones fueron terminadas de componer en 1804: la del año 1802 esti firmada el
16 de febrero y la de 1803 el 18 de abril. Se explica, pues, que en los dos documen-
tos se volcara la misma estimación sobre el número de habitantes de la Intendencia.
4) Η urab o 1 d t : ob. cit., lib. III, cap. VIH, pag. 105.

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Estado económico de la Intendencia de Guadalajara 123

algunos curatos y Navarro Noriega para 1810 estima la población


de la Intendencia de Guadalajara en 517 674 habitantes y la de Zaca-
tecas en 140 723 (658 397 en total para la Nueva Galicia) Unos
años más tarde, en 1815, el cabildo secular de Guadalajara afirmaba
que la población total de todo el Reino de Nueva Galicia era de
700 000 almas En 1817 los cabildos secular y eclesiástico de la mis-
ma ciudad ya hacían ascender la cifra a 1 ООО ООО de habitantes y
en 1819 el cabildo secular de nuevo insistía en la estimación del mi-
llón Coincidimos con el profesor B e r t h e en considerar estos tres
últimos cálculos como excesivos, ya que los tres documentos en que
aparecen recogidos ofrecen la misma característica: la exaltación de la
Nueva Galicia con objeto de solicitar títulos o la creación de nuevas
instituciones Pero, por fortuna, poseemos otra valiosa referencia
de 1821. Se trata de los cálculos realizados por don Pedro Rongel
Laso de la Vega en el proyecto de creación de un nuevo virreinato de
las Provincias Internas, estudiado por el profesor N a v a r r o G a r -
c í a " : 623 500 habitantes la Intendencia de Guadalajara y 151749

6) A.G.I., Guadalajara, 543.


•β) Fernando N a v a r r o y N o r i e g a : Memoria sobre la población del Rei-
no de Nueva España. Reedición y estudio preliminar de Jaime Delgado. Lianes,
1954.
7) Cabildo de la ciudad de Guadalajara al Rey. Guadalajara, 10 octubre 1815.
A.G.I. Guadalajara, 326. En este escrito los regidores solicitaban para el Ayunta-
miento los honores y tratamiento de Grande de España, dispensa de asistencia a las
tomas de posesión de los ministros de la Real Audiencia, que no se colocara el
fiscal de dicho tribunal a la derecha del alferez real en las ceremonias públicas, y
que cuando asistieran a la catedral corporativamente fueran recibidos por dos
capellanes del coro. La petición va recomendada por un escrito de 2é-octubre-1815
del intendente don Jos¿ de la Cruz.
8) En el libro del P. Eucario L ó p e z : Centenario de la Archidiócesis de Gua-
dalajara. Guadalajara, 1964, pags. 25-37, aparece reproducido integramente el cita-
do documento fechado en Guadalajara, 16-enero-1817, al que J. P. B e r t h e men-
ciona con el nombre de Memorial Petitorio, dado su contenido. Mi agradecimiento
л este autor por haberme facilitado noticias sobre su existencia y enviarme una
reproducción del mismo.
9) Manuel de Ygartua, apoderado de la ciudad de Guadalajara, al Rey. Madrid,
20-octubre-1819. A.G.I., Guadalajara, 326. En este caso, la ciudad solicitaba del
Rey la concesión al cuerpo de regidores del título de Excelencia.
10) Jean-Pierre B e r t h e : Introduction a l'Histoire de Guadalajara et de sa
Région. Recherche Coopérative, nol47. «Villes et Régions en Amérique Latine».
Institut des Hautes Études de l'Amérique Latine. Paris, 1970, pags. 69-75.
11) Luis N a v a r r o G a r c i a : Las Provincias Internas en el siglo XIX. Es-
cuela de Estudios Hispano-Americanos. Sevilla, 1965. En este libro se reproduce.

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la de Zacatecas (775 249 almas toda la Nueva Galicia). Personal-


mente nos inclinamos por esta última estimación frente a las tres an-
teriormente citadas. Pero no por ello deja de manifestarse esta reali-
dad: el fuerte incremento demográfico de toda la región, tanto en
Guadalajara como en Zacatecas, aunque en mayor grado en la prime-
ra. Las cifras que rondaban los 400 ООО a principios de la década de
los años noventa del siglo XVIII van apuntando con manifiesta insis-
tencia al nuevo umbral de los 600 ООО a fines del periodo colonial.
Auge éste que sitúa a nuestra Intendencia casi a la cabeza del resto de
las otras regiones mexicanas del Virreinato en lo que a índice de creci-
miento de población se refiere.
Y claro correlato a nivel local de la realidad expuesta es la evolu-
ción demográfica de Guadalajara capital por esas mismas fechas. Bien
expresivos son los datos recopilados por B e r t h e para esos años
Desde la estimación de 12 000 habitantes para 1738 hasta principios
del siglo XIX, la tendencia se delinea clara: 22 394 en 1770, 21 163
en 1777, 24 249 en 1792 y 34 697 en 1803. Y los documentos ante-
riormente citados del cabildo suponían una población de 60 ООО almas
para 1815 y 70 000 en 1817 y 1819 4 Sobre estas últimas cifras de
nuevo conviene repetir lo dicho en el apartado anterior, su indudable
exageración, mas no por ello dejan de manifestar una tendencia de
indudable progresión.
Pero todas estas apreciaciones demográficas pueden ser confirma-
das desde otro prisma, el fiscal. El hecho de la coincidencia casi total
entre los límites de la Intendencia a partir de 1786 y el territorio
comprendido dentro de la jurisdicción fiscal de la Caja Real de Gua-
dalajara, facilita en gran medida nuestro propósito. En el quinquenio
1760-64 los ingresos en concepto de tributos en la citada Caja fueron
de 167 152 pesos; diez años después, entre 1770—74, la cantidad era de
226 556 pesos; y 40 años más tarde, en el quinquenio 1800-04, la
cifra ya ascendía a 497190 por el mismo concepto". Sin duda debe-

ademÍ5, el mapa confeccionado por Rongel en donde se presenta el proyecto de


división territorial del virreinato planteado. Y en el mismo mapa también aparecen
los cálculos de población para las distimas intendencias y un cuadro de distancias
a la ciudad que se pensaba erigir en capital, Durango. A.G.I. (T. L. México 611).
12) B e r t h e : ob. cit. pag. 71.
IS) Vid. notas 7, 8 y 9.
l··) Cuentas de Real Hacienda de Guadalajara, años 1760-1804. A.G.I. Guada-
lajara, legajos 437 al 448.

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Estada económico de U intendencia de Guadalajara 125

ría descontarse de esta última cantidad los tributos correspondientes a


la subdelegación de Colima, incorporada en 1795 a la Real Caja de
Guadalajara, pero, por supuesto, no era precisamente esta jurisdicción
de las más pobladas de la Intendencia, y el cálculo no oscurece en ab-
soluto la realidad que al principio de estas líneas declarábamos in-
cuestionable: el claro auge demográfico de la región.
En lo concerniente a la evolución económica brevemente pueden
ofrecerse datos que cabe considerar de interés por su significación. En
primer lugar el sector agrícola y ganadero. Durante el quinquenio
1760-64 los reales novenos ingresados en la Real Hacienda ascendían
en la Real Caja de Guadalajara a 82 733 pesos; entre 1770 γ 1774 a
93 240; veinte años más tarde, en el quinquenio 1790-94, a 160 672;
y ya en el siglo X I X , entre 1800 y 1804, a la cifra de 222 222 pesos.
He aquí un hecho claro. Personalmente, siempre hemos puesto en tela
de juicio la significación de los reales novenos en orden a reflejar la
producción agrícola-ganadera «real» de una región en un momento
dado - en el último apartado de este estudio de nuevo insistimos en
esta idea - ; pero de lo que no cabe la menor duda es de que reflejan
diacronicamente una tendencia o línea evolutiva siempre que los da-
tos a comparar sean homogéneos por su procedencia y elaboración. Y
máxime cuando la subida de las cifras no responde en absoluto a un
mejoramiento en el sistema de recaudación de las rentas decimales,
puesto que los sucesivos intentos para organizar la Junta de Diezmos
en Guadalajara resultaron una y otra vez fallidas. Por otra parte, las
cifras anteriores van en línea con las de las gruesas decimales de los
decenios 1771-80 y 1781-90 en lo que a movimiento ascendente se
refiere, con un incremento del 37®/o del segundo periodo sobre el pri-
mero. Sobre este dato afirmaba H u m b o l d t que Guadalajara,
junto con Valladolid, México y Puebla mardiaban a la cabeza de
Nueva España en lo que a índice de crecimiento concierne mientras
que B e r t h e estima que la producción agrícola de la región acusa
síntomas evidentes de haber crecido a un ritmo más rapido que la pro-
ducción global de toda Nueva España Lo cual no dista mucho de

öl) H u m b o l d t : ob. cit. lib. IV, cap. Χ , pag. 316. También en esta ocasión
mi agradecimiento al profesor B e r t h e por haberme facilitado los componentes
anuales de las gruesas decimales de las dos décadas a las que hace alusión H u m -
b o l d t , conservadas en la Biblioteca Nacional de Paris.
ΐβ) В e г t h e : ob. cit. pag. 72.

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la realidad - aunque el cálculo estadístico que presentamos sea algo


pobre - , si consignamos que los ingresos por reales novenos de los
quinquenios extremos, 1760-64 y 1800-04, reflejan un incremento
entre ellos del 168,6®/o, y que la Relación de la Intendencia de Abas-
cal de 1803 valora en 3 051 215 pesos la producción agrícola de la re-
gión, sin contar, por supuesto, la ganadería, estimada en 1 340 558
pesos.
Y es precisamente el sector ganadero otro de los pilares básicos de
la economía de Guadalajara por esos años. Hemos logrado recompo-
ner a través de los ramos «impuesto de extracción de ganado» y «me-
dia anata» las cifras de exportación ganadera de la región de Guada-
lajara a Nueva España desde 1760 hasta 1800, tanto en el referente a
ganado vacuno como caballar y mular. Concretamente para el vacu-
no, en la década 1761-70 salieron 111 030 toros para Nueva España;
entre 1771-80, 142 269; en 1781-90, 100 084; y en el decenio 1791-
1800 la cifra de 152 177 cabezas^''. El total, pues, de toros exporta-
dos unicamente a Nueva España durante los cuarenta años ascendió
a la considerable cantidad de 505 560, la gran mayoría de ellos pro-
cedentes de las subdelegaciones de Acaponeta, Autlán y Tepic, las

17) Los datos expuestos han sido tomados de los ramos de Real Hacienda ya
citados. Desde 1760 hasta 1770 a través del ramo de «media anata> γ desde 1770
hasta 1800 a través de los de «vinos mescalcs γ extracción de ganado» y «extrac-
ción de ganado», ya que durante más de una década aparecieron ambos ramos
fundidos por dedicarse sus fondos a la construcción del Real Palacio y a la con-
ducción del agua a la capital. N o obstante, también desde 1770 hasta 1800 conti-
nuó registrándose igualmente en el de «media anata». Es decir, que pagaban por
dos conceptos distintos. El hecho de haber confrontado los resultados obtenidos a
través de los dos impuestos durante diez años nos ha brindado la posibilidad de
encontrar una coincidencia absoluta y total. Lo cual permite con todas las garantlas
acudir indistintamente a uno u otro ramo en caso de que falte alguno de ellos. Por
lo que respecta al impuesto de «extracción», se pagaba a razón de 20 reales el pri-
mer centenar de cabezas exportadas y 10 por los demás centenares. Pero con todo,
nuestros cálculos no se efectuaron por los ingresos, sino por suma real de cabezas
de ganado, ya que en las distintas partidas-tanto en «media anata» como en «extrac-
ción» - se consignan el número de bestias, indicando si son toros, caballos o muías,
nombre de la subdelegación o alcaldía de donde provenían, nombre del ganadero
propietario, y a veces — con gran frecuencia - el nombre concreto de la hacienda que
las produjo. Los resultados que proporciona el método seguido son asombrosos. Se
puede apreciar a lo largo del tiempo el ciclo ganadero de las distintas comarcas
dentro de la región, la diversidad y especialización de las procedencias y, sobre
todo, se pueden detectar las familias y dinastias ganaderas a través de los años,
con todas las posibilidades de análisis social que estos datos aportan.

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Estado económico de la intendencia de Guadalajara 127

costeras. Los caballos y muías, por el contrario, provenían de los dis-


tritos de Lagos y Aguascalientes en un gran porcentaje. Acerca del
destino de los mismos, en la actualidad se encuentra trabajando Horst
P i e t s c h m a n n sobre el tema dentro de la problemática general
del sistema de repartimiento en Nueva España pero en espera de
sus valiosas aportaciones más definitivas, cabe decir que la gran ma-
yoría eran expendidos en las ferias ganaderas del interior: Toluca,
Puebla y Tlaxcala, a través del sistema mayorista de venta del repar-
timiento por conducto de los alcaldes mayores, o sus delegados. Por
desgracia, se carecen de los mismos datos para la primera década com-
pleta del siglo XIX, pero la tendencia manifestada en los años finales
del siglo X V I I I indica claramente que la grave crisis exportadora -
no de producción - sufrida desde 1787 hasta 1796 a causa de la pro-
hibición de los repartimientos, fue rapidamente superada con la re-
anudación del antiguo régimen de ventas al por mayor ya mencio-
nado. Otros datos sueltos referentes a determinados ganaderos de
Compostela, Tepic y Lagos hace pensar que durante los diez primeros
años del siglo XIX las exportaciones cobraron un nuevo e inusitado
incremento, en comparación con cifras de años más remotos de la
centuria anterior.
Bien distinto es el panorama minero. El paulatino declive de la
producción argentífera y la vertiginosa caida del oro es un hecho que,
a nuestro parecer, merece ser destacado. En primer lugar, para des-
hacer el usual tópico de la «Guadalajara esencialmente minera»; y en
segundo lugar, porque viene a ratificar el hecho de que el auge demo-
gráfico y económico de la región no fue debido precisamente a la
prosperidad de la minería, sino al contrario, a un amplio desarrollo de
los sectores agrícola y ganadero, más encuadrados dentro del modelo
de una economía «natural». De la serie completa de los registros de la
Caja Real de Guadalajara pueden ofrecerse dos datos expresivos: en

18) Horst P i e t s c h m a n n : El comerico de repartimientos de los alcaldes


mayores y corregidores en la región Puebla-Tlaxcala en el siglo XVIII. Comunica-
ciones del «Proyecto Puebla-Tlaxcala», n® 7. Puebla, 1973. Espero sus conclusiones
sobre el comercio ganadero en el interior del Virreinato, especialmente con las ex-
portaciones de la Nueva Galicia, Estamos proyectando estudiar conjuntamente
el tema en un solo trabajo, intentando recomponer las rutas y el ciclo mercanti!
ganadero de Nueva España en el siglo XVIII, no sólo con los datos de la Nueva
Galicia, sino con el del resto de las regiones productoras. Sin duda, el proyecto es
ambicioso, pero no por ello irrealizable.

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concepto del 1®/о y diezmo de la plata de azogue γ fundición del dece-


nio 1765-1774 ingresaron 1 435 150 pesos, mientras que en la década
1795-1804 la cifra era de 826 642 pesos; lo cual supone una diferen-
cia de producción de un 42,4®/o sobre el primer periodo. Y ello, sin
contar la producción de Bolaños, pues en ese caso el indice subiría a
más del doble a causa del cierre de sus principales minas a fines del
siglo XVIII19.
El caso del oro es aán más manifiesto. Los ingresos en concepto del
l,5Vo de los años sesenta oscilaban entre 12 ООО y 25 ООО pesos, mien-
tras que a fines del siglo XVIII, habiendo aumentado la tasa de con-
tribución a un 3Vo, las cifras oscilaban entre los 400 γ los 1200 pesos.
Paralelo a estos fenómenos apuntados, la Intendencia de Guadala-
jara logra en este mismo periodo una mayor diversificación de sus
actividades industriales y artesanales. En la Relación de Abascal que-
dan expuestas con gran precisión. La interrupción del normal tráfico
marítimo en las rutas atlánticas obliga a la región a una mayor autar-
quía en su propia producción interna. Mientras, el auge comercial
queda reflejado en la creación en Guadalajara de un Consulado en
1795, con jurisdicción sobre toda la Audiencia, por esa misma
oligarquía minero-ganadera (los García de Diego, los Hormaza, los
Cea, los Cañedo, los Vizcarra, los Camberò, los Sánchez Leñero,
Arrióla, Arochi y Llera etc.) que unos años antes, en 1791, habían lo-
grado con sus insistentes peticiones el establecimiento de una Univer-
sidad.
Guadalajara, en suma, participa a principios del siglo X I X de to-
das las características propias de una región en un momento maduro
de su proceso integrador. En su capital se ubican las instituciones que
manifiestan esta realidad: Ayuntamiento, Audiencia, Caja Real,
Aduana, Universidad, Consulado, Sede Episcopal y, unos años más
tarde, también Casa de Moneda. Por su parte, el primer mandatario
de la región también personaliza en sus cargos este sistema integrador:
Presidente de Audiencia, Gobernador y Comandante General de la
Nueva Galicia, Intendente de Real Hacienda de Guadalajara, Vice-
Patrono e t c . . . De Guadalajara у su región se puede decir - y con ello

19) D. A. в r a d i η g : La minería de la plata en el siglo XVIII: el caso Bola-


ños. «Historia Mexicana», η® 71. El Colegio de México. México, 1969, pags. 329 y
330.

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ratificamos la afirmación de Hélène R i v i e r e d'Arc^® — que casi


todas las manifestaciones políticas, administrativas, culturales y eco-
nómicas van manifestando su propio «ajuste» de unidad γ coherencia
regional. Se abren caminos, se construyen puentes, aparece la primera
imprenta, se crean escuelas publicas, casas de caridad y hospitales, se
fundan nuevas cátedras, se inaugura una academia de artes, se reciben
periódicos y tratados mercantiles, se ensayan nuevos cultivos y técni-
c a s . . , se crea, en suma, una fuerte conciencia de propia personalidad
que muchas veces desemboca en el campo político en deseos de autén-
tica autonomía. La rivalidad existente entre las universidades y con-
sulados de Guadalajara y México es fiel reflejo de la situación®'.
Pero también, y sobre todo, ocurre en lo administrativo. Las conti-
nuas discrepancias entre el intendente Ugarte y el virrey Branciforte
- por no citar sino el caso más significativo - llegaron a ser prover-
biales. El más mínimo roce o deslinde en las atribuciones administra-
tivas de mayor o menor importancia, como tramites de corresponden-
cia, nombramiento de subdelegados, jurisdicción del Tribunal de la
Acordada etc., provoca situaciones violentas entre el intendente y el
virrey, y, a veces, conflictos de verdadera tensión en que se llegó al
insulto personal. Ocasiones hubo, como en 1796, en que Ugarte soli-
citó formalmente la independencia administrativa de la Nueva Gali-
cia con respecto a la capital virreinal. En la polémica tuvo que mediar
personalmente Godoy y fue desestimada la petición Pero el mis-

20) Hélène R i v i e r e d ' A r c : Guadalajara et sa région. Influences et diffi-


cultés d'une métropole mexicaine. Institute des Hautes Études de l'Amérique Latine.
Paris, 1970, pags. 27-43.
21) Con mis intensidad, por supuesto, se manifestó esta realidad en el terreno
comercia], es decir, con los consulados. Piénsese que con la creación del de Guada-
lajara, el de la capital virreinal dejaba de percibir el derecho de avería de todo el
territorio comprendido en los límites de la Audiencia de Nueva Galicia. Por lo de-
más, los miembros del Consulado de México se vieron respaldados en sus deseos de
hacer desaparecer los de Guadalajara y Veracruz por el apoyo del virrey Branci-
forte. Y , como se afirma en el texto, no era precisamente el más inclinado a favo-
recer los intereses comerciales de una capital en la que estaba de intendente el
«poco disciplinado» Ugarte. Sobre estos asuntos de rivalidad entre gobernantes y
consulados, vid. Luis N a v a r r o G a r c í a : El Marqués de Branciforte, Virrey
de Nueva España, tomo I de la serie Los Vierreyes de Nueva España en el Reinado
de Carlos IV. Dirección y estudio preliminar de José Antonio C a l d e r ó n Q u i -
j a η o. Sevilla, 1972, pags. 522, 523 y 601 ; y varios expedientes en A.G.I., Guadala-
jara. 527.
Щ El Príncipe de la Paz, al que tantos lazos le unían con Branciforte, como ha
dejado perfectamente demostrado N a v a r r o G a r c í a , llegó a recoger la suge-

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mo deseo de autonomía volvió a brotar repetidas veces hasta los mis-


mos años de la emancipación, en que se propuso incluso la formación
de un virreinato independiente ^^ Y también en la esfera eclesiástica
hicieron su aparición estos deseos. El Memorial Petitorio de 1817 soli-
citaba al Rey no sólo la creación de una Capitanía General indepen-
diente, sino también la erección del Arzobispado de Guadalajara, que
comprendiera los límites de la Audiencia de Nueva Galicia.
Todas estas características apuntadas son las que definen el mo-
mento histórico de nuestra región por los años en que fue redactada
la Relación que nos ocupa. Auge demográfico, agrícola, ganadero, in-

rencia del virrey proponiendo «lo mudio que convendría al Real Servicio la trasla-
ción del Teniente General don Jacobo Ugarte y Loyola, Presidente de U Real
Audiencia de Guadalajara, a otro destino, y que suspendiéndose, como lo estuvo
mudios años, este empleo, se diera mejor forma a aquel tribunal y se estableciera
con separación y más sencillez la Intendencia en aquella provincia». La actitud
prudente de los miembros del Consejo de Indias retardó el trámite del expediente
en espera de nuevas noticias y Ugarte murió en su cargo de Presidente; pero el
hecho, lo que nos interesa consignar, es que lo que había comenzado en roces de
atribuciones administrativas terminó dilucidándose en el plano personal a nivel de
las altas esferas. A.G.I., Guadalajara, 363.
28) La Nueva Galicia había solicitado nuevamente su autonomía con respecto al
Virreinato en 1817, y también en esta ocasión la pretensión fue denegada en el
Consejo de Indias el 12 de junio de 1816 en base, entre otras razones, a que «al
considerar que todos los recursos reunidos del Virreinato apenas bastan para soste-
ner la guerra, y que es necesario continuamente el recurrir unas provincias a otras,
es imposible dejar de conocer que todas serían aniquiladas en el momento que se
constituyan en independencia y hubiesen de proceder con separación y sin contar
con otra cosa que con sus propias fuerzas. La población de aquellas regiones no es,
ni con mucho, proporcional a su extensión, y sólo considerándola en masa común
puede producir un número de hombres razonable para el ejército; pero si una pro-
vincia tiene que formar su defensa con sus naturales solos, se verá reducida a una
fuerza armada diminuta y expuesta a los insultos del enemigo. La Nueva Galicia
no ha debido tanto su tranquilidad a sus propios esfuerzos, cuanto a los auxilios
indirectos que le han proporcionado las demás p r o v i n c i a s . . . Semejantes pretensio-
nes, dice Apodaca que no son hijas del deseo del mejor servicio, sino del de obrar
sin sujeción a la autoridad del Virreinato, anhelada cuando se formaron con la
mayor vehemencia, porque justamente residía el mando en la persona de don Felix
Calleja, con quien el Comandante General de la Nueva Galicia y el Gobernador de
Veracruz tenían resentimiento particular.» Y por último, se daba otra nueva razón:
«si estando las Provincias Internas a mucha mayor distancia ha estimado V . M .
muy conveniente a su mejor servicio que se reúnan con el Virreinato aquellas co-
mandancias generales, se ve claramente que no puede convenir se separen de la sub-
ordinación de aquel las que se hallan muchísimo más próximas a la capital y casi
en contacto con esta provincia, ni que se haga en el gobierno de aquel Reino la
más leve alteración». A.G.I., Guadalajara, 430.

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Estado económico de la intendencia de Guadalajara 131

dustrial y comercial. Aparición de formas «naturales» en la econo-


mía regional. Ajuste integrador entre la capital y su región. Creci-
miento de la conciencia colectiva y cultural de sus habitantes. Afian-
zamiento de la personalidad regional. Coherencia espacial del territo-
rio en sus sistemas de comunicación. O, para decirlo con otras pala-
bras, identificación de sus hombres con las posibilidades naturales del
medio y del momento histórico que se avecinaba.

El a u t o r

Suele ser frecuente en el campo de la Historia encontrar personajes


cuya decidida vocación hacia las tareas de gobierno está respaldada
por el legado que dejó a la posteridad de una abundante documenta-
ción personal sobre la problemática y el momento histórico en que le
tocó vivir. José Fernando de Abascal y Sousa es uno de ellos. Innece-
sario es alabar en este lugar su monumental Memoria de Gobierno
redacta al final de la década en que estuvo al frente del Virreinato
del Perú. Historiadores de reconocido relieve ya la dieron a la luz
pública y estudiaron valorativamente su contenido Por nuestra
parte, sólo queremos consignar que los periódicos informes remitidos
por Abascal a la Península constituyen una muestra clara de lo que es
una correspondencia oficial de altura. Pero Abascal no es sólo eso. El
es de los que trabaja y hace trabajar. Desde el año 1790, cuando toda-
vía se encontraba Villaurrutia de intendente, se venían pidiendo in-
formes completos sobre la producción agrícola, ganadera, industrial y
minera de la Intendencia. Pero en vano. No sería hasta la fecha de
1803, con el documento que presentamos, cuando por fin un hombre
de carácter firme hace suyo el deseo real e impone su autoridad a los
distintos subdelegados de la provincia para lograr obtener, con gran
disciplina informativa, los materiales deseados. El resultado, a conti-
nuación de este breve estudio introductorio lo podremos ver.

Memoria de Gobierno de José Fernando de Abascal y Sousa, Virrey del


Perú, Edición de Vicente R o d r i g u e z C a s a d o y José Antonio C a l d e r ó n
Q υ i j a η o. Estudio preliminar de Vicente R o d r i g u e z C a s a d o . Escuda de
Estudios Hispano-Americanos. Sevilla, 1944. 2 vols., y Fernando D i a z Ven-
t e o : Las campañas militares del Virrey Abascal. E.E.H.A., Sevilla, 1948.

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132 Ramón María Serrera Contreras

Desde 1743, año de su nacimiento en Oviedo, hasta 1800, en que


toma posesión de su cargo de intendente de Guadalajara, la trayecto-
ria biográfica de Abascal se encuentra jalonada de continuos hechos
militares al servicio de la Corona. En 1762 participa en la guerra con-
tra Inglaterra y Portugal; en 1767 embarca para la difícil guarnición
de Puerto Rico; en 1775 toma parte en la compaña de Argel; un año
más tarde sirve a las órdenes de don Pedro de Cevallos en el Río de
la Plata, y en 1777 actuó en la ocupación de la Colonia del Sacramen-
to. Vuelve a América por tercera vez en 1781, y a su vuelta manda
durante varios años el famoso tercer batallón del Regimiento «Tole-
do», con el cual, maniobrando al frente de sus tropas en presencia de
Carlos IV, obtuvo el grado de coronel en el mismo campo de opera-
ciones. Nuevas campañas en los Pirineos, en donde Abascal asciende a
brigadier, y en 1797 es enviado a la isla de Cuba en calidad de Te-
niente del Rey para ayudar al Gobernador, conde de Santa Clara, a
fortificar La Habana. Lo que viene, ya lo conocemos. En 1799 es
nombrado Intendente de Guadalajara y Presidente, Gobernador y
Comandante General de la Nueva Galicia
Difícil es, en verdad, resumir en pocas líneas las actividades que
llevó a cabo Abascal durante la época en que estuvo al frente de la
Intendencia: continuó la labor emprendida por su antecesor en el car-
go, Jacobo Ugarte, en la represión del bandolerismo y bandidaje; pro-
hibió el uso de armas y cuchillos a toda la población civil del territo-
rio bajo severas penas; pacificó, sin apenas derramamiento de sangre,
las sublevaciones de indios de Tepic y subdelegaciones adyacentes en
1801; persiguió la costumbre del juego; empedró 98 ООО varas cuadra-
das de Guadalajara capital en menos de dos años, solucionando el
problema del polvo nocivo que tantas enfermedades había originado
en la población; mandó urbanizar un amplio sector de la ciudad, desde
los puentes de San Juan de Dios hasta el de Medrano, haciendo desa-
parecer desagües y vertederos, y dirigió personalmente las obras de
construcción en el mismo lugar de un amplio paseo o alameda con
cuadro hileras de árboles, jardines, bancos de cantería, pilastras y es-
tanques «para desahogo inocente de la población»; estableció baños
públicos «cómodos, sanos, decentes» para difundir hábitos de salubri-

Manuel de M e n d i b u r u : Diccionario histórico-biogrifico del Perú. Li-


ma, 1931, tomo I, pags. 58 γ 59.

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Estado económico de la intendencia de Guadalajara 133

dad e higiene entre los habitantes^®; concluyó de cerrar la galería


cubierta de la plaza de San Agustín con los fondos de propios de la
ciudad; trabajó incansablemente para finalizar la antigua obra de la
conducción del agua a la capital; actualizó expedientes, solucionó pro-
blemas antiguos todavía sin resolver; puso la administración de la In-
tendencia al día, en suma; renovó las matrículas de tributarios; ins-
peccionó personalmente el sistema de recaudación de alcabalas; fo-
mentó las siembras de algodón, lino y cáñamo en lugares idóneos; in-
tensificó las ya existentes del añil y tabaco en la provincia; alentó las
exportaciones ganaderas a Nueva España; fundó escuelas públicas de
primeras letras en diversos pueblos; comenzó las obras de construc-
ción de los puentes de Lagos y Zapotlanejo y aceleró las de Laja y
Calderón; trabajó incansablemente para construir caminos y comuni-
caciones con pueblos alejados y zonas de difícil acceso y mejoró los ya
existentes; alentó las medidas de fomento de cultura, obras públicas y
mejoramiento de técnicas agrícolas promovidas por el Consulado
e t c . 27
El balance de las gestiones de Abascal al frente de la Intendencia
fue, sin duda, altamente positivo. Y de esa misma opinión fueron
también las autoridades peninsulares. En 1804 se le nombra Virrey de
las Provincias Unidas del Río de la Plata. Y más aún. Todavía no
había tomado posesión de su cargo, cuando se le destina al puesto de
más responsabilidad para un gobernante español por esos años: el Vi-
rreinato del Perú. Desde 1806 hasta 1816, una década justa, encabe-
zará desde Lima la resistencia realista frente a los movimientos in-
surgentes del Plata, Alto Perú, Chile y Ecuador. Cinco fronteras si-
multaneamente, y Abascal en el centro, cumpliendo a ultranza las
consignas peninsulares. Pero esa es ya otra historia. Su Memoria de

2β) Sobre estos aspectos, tan ignorados en nuestra actual historiografía, de la


difusión en América de los hábitos europeos de salubridad e higiene pública, tan
presentes en la mentalidad ilustrada de mudios gobernantes del siglo X V I I I , existe
un curioso e interesante artículo de Francisco M o r a l e s P a d r ó n : Baños ter-
males en México. «Anuario de Estudios Americanos», vol. VI. Sevilla, 1949, pags.
697-713. En ¿1 se dan noticias sobre su uso en el México de antes de la conquista,
se estudian algunos, como el famoso del Peñón, y se cita bibliografía al respecto,
tanto en lo referente a los higiénicos como a los medicinales.
87) José Fernando de Abascal y Sousa a José Antonio Caballero. Guadalajara,
30 septiembre 1802. A.G.I. Guadalajara, 306; y Luis P é r e z V e r d í a ; Historia
particular del Estado de Jalisco. Guadalajara, 1910, tomo I, pags. 425—430.

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J34 Ramón Maria Serrera Contreras

Gobierno es fiel reflejo de sus acciones e ideales por aquellos años. De


nuestra parte, y en lo que concierne a Guadalajara, cabe decir que nos
dejó para la posteridad una espléndida correspondencia oficial y, so-
bre todo, una Relación económica de la Intendencia con méritos y
cualidades suficientes como para constituirla en modelo de documen-
tación en el campo del análisis estadístico de la economía en épocas
pasadas.

La «Relación»

El documento se encuentra fechado el día 18 de abril de 1804, y


responde a dos reales órdenes, una del 25 de agosto de 1802 y otra del
31 de agosto de 1803, dirigidas al Consulado de la capital y al inten-
dente. De este organismo se solicitaba informes sobre «la entidad y
clase de las producciones del territorio de esta Provincia; el coste y
gastos que respectivamente tienen hasta su embarco», y de Abascal
todo tipo de auxilios materiales y administrativos para que el obje-
tivo pudiera ser cumplido. Así se hizo. El mismo intendente en per-
sona confeccionó el cuadrante «formando un modelo de estado com-
prensivo de cuantas noticias me parecieron conducentes, para que lle-
nando sus casillas los subdelegados de esta Provincia, se extienda uno
general que las abrace todas y se pueda calcular con aproximación la
más cabal idea de los productos de la agricultura, industria y comer-
cio que hubieren producido las jurisdicciones de esta provincia»
Como se puede apreciar observando la distribución del cuadrante, la
Relación no responde, pues, a uno de los puntos sobre los que se le
pedía información, el del coste y gastos de los productos hasta su em-
barque. Pero al menos ofrece los precios medios de los distintos pro-
ductos según la cotización existente en la Intendencia por esos años;
los cuales, por cierto, no discrepan excesivamente de la tónica general
manifestada en la última década del siglo XVIII, de acuerdo con las
noticias semestrales que sobre temporales y precios remitieron los in-

28) Abascal y Sousa a Soler. Guadalajara, 20 de enero de 1804. A.G.I., Gua-


dalajara, 430. - Hay edición mimeografiada incompleta de la relación en: Archivo
Histórico de Hacienda, Colección de docmnentos publicados bajo la dirección
de Jesús S i l v a H e r z o g , vol. III: Relaciones estadísticas de Nueva España
de principios del siglo XIX. México, 1944, pags. 99-122.

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Estado económico de la intendencia de Guadalajara 135

tendentes de Guadalajara al virrey de México. Con todo, salvo erro-


res comunes en documentos de este tipo por aquella época - como el
de alinear el ramo de comercio, en este caso altamente pasivo, al lado
de las producciones del sector agrícola, ganadero, minero e industrial;
o como algunos incongruencias que aparecen en los datos expuestos,
p. e. las cifras de exportación de cambayas sobre las de producción - ,
el trabajo de Abascal puede considerarse bastante minucioso, ordena-
do y, sobre todo, claro. Eso por lo que respecta a la parte estadísti-
ca. En lo referente a la descripción de la Intendencia, redactada tam-
bién personalmente por él, cabe decir que nos encontramos ante una
mente sutil, certera, inteligente, con capacidad para el análisis y la
síntesis, y con una inquietud viva de fondo que queda reflejada en
todos sus párrafos. A veces sus palabras cobran una gran belleza, in-
cluso cuando describe las subdelegaciones, los ríos, los climas, las pro-
ducciones o los problemas agrícolas e industriales de la región. Pero
no por eso el texto pierde profundidad de visión. De gran interés son
sus apreciaciones sobre la deforestación de los bosques de la Intenden-
cia, sobre las graves consecuencias del estanco del tabaco en algunas
zonas concretas de la región, sobre los capitales mineros, sobre el con-
sumo del pulque por sus habitantes etc., pero creemos sinceramente
que los más logrado de la Relación son los apartados sobre «industria»
y «comercio». Se descubren las rudimentarias actividades fabriles de
la población, sus progresos, sus esperanzas, su diversificación dentro
de la Intendencia, las relaciones comerciales con el resto de las regiones
del Virreinato, el sistema de ventas por mercancías a crédito de los
pequeños comerciantes, la dependencia y subordinación hacia los
intereses comerciales de México y Veracruz etc.
Pocos cabos, en verdad, quedan sueltos en la descripción de Abas-
cal. Y es él también el que nos previene sobre sus posibles errores e
imperfecciones: «así por la vasta extensión de la Provincia, como por
las dificultades que han ocurrido a los más de los subdelegados y ad-
ministradores de alcabalas, no ha sido posible acabar de perfeccionar-
lo, sin embargo de las más estrechas y eficaces prevenciones tomadas».
Abascal confiaba que en años sucesivos el sistema se fuera perfeccio-
nando hasta lograr una información exacta de la realidad. Pero, des-
graciadamente, no nos han llegado documentos similares para fechas
más tardías. Quizás se guarden los informes previos de los subdelega-
dos en los archivos de Guadalajara, o quizás esta práctica fue abando-

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136 Ramón María Serrera Contreras

nada con la marcha de Abascal al Virreinato peruano. Pero al menos,


hay que darse por satisfecho con los datos disponibles en la actuali-
dad.
Mas queda por lanzar al aire la pregunta clave de este estudio in-
troductorio: i hasta qué punto la Relación merece nuestro crédito y
confianza en el manejo de sus datos? Contestaremos con suma pru-
dencia y parcialmente, pero, por fortuna, de modo positivo. El proce-
dimiento empleado es el de cotejar algunas cifras de la Relación con
las suministradas con otras fuentes coetineas, concretamente las fis-
cales. El ejemplo más claro está en la producción minera. Según nues-
tro documento, la producción de oro en 1803 tuvo un valor de 11 275
pesos; es decir, que de acuerdo con esta cifra tenían que haber ingresa-
do en la Caja Real de Guadalajara en concepto del 3®/o impuesto so-
bre el oro en pasta 338 pesos, 1 real. Pues bien, en las cuentas de Real
Hacienda de ese año la cantidad ingresada por ese concepto fue de
338 pesos, 3 reales. Y el mismo cálculo hemos realizado sobre el im-
puesto de l'/o y diezmo de plata de azogue y fuego. De acuerdo con
las cifras de la Relación tenían que haber ingresado 88 303 pesos por
la de azogue y 14 901 por la de fuego, y en la cuenta fiscal de ese año
aparecen consignadas las cifras de 87 120 pesos para la primera y
14 563 para la segunda. En ambos casos, pues, las diferencias son de
poca consideración.
E igualmente satisfactoria es la confrontación de las cifras de ex-
portación ganadera a Nueva España de la Relación con los datos ob-
tenidos pra la década 1 7 9 1 - 1 8 0 0 por medio del impuesto citado an-
teriormente. La tónica general de las exportaciones, sobre todo a par-
tir de 1796, año en que se reanudó el antiguo sistema de ventas en el
interior del Virreinato, es similar a la de 1803. Según nuestros cálcu-
los referentes a 1800, sólo para Nueva España se condujeron desde la
Intendencia de Guadalajara 23 493 toros. Tres años más tarde, en
1803, las exportaciones según la Relación ascendían a 4 7 0 1 5 cabezas
de vacuno. La diferencia es apreciable, ciertamente, pero queda expli-
cada si se tiene en cuenta que esos años eran años de auge - 36 902 en
1802 - , y que no todas las exportaciones se dirigían a Nueva España,
pues los centros mineros del norte, algunos importantes como Zacate-
cas, recurrían a veces al consumo de ganado de nuestra región para
completar sus necesidades, sin quedar registrado este movimiento en
ningún dato fiscal.

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Estado económico de la intendencia de G u a d a l a j a r a 137

Y preferimos terminar estas líneas sin más análisis crítico sobre la


exactitud o inexactitud de su contenido. Continuar la confrontación
con otro tipo de datos nos parece imprudente, por no decir casi impo-
sible. En lo referente a las gruesas decimales y reales novenos, porque
ni todos los habitantes ni todas las instituciones los pagaban — caso
del sector agrícola indígena - , y porque al no ajustarse el sistema de
recaudación anual a la producción agrícola y ganadera «real» de la
región, nos llevaría a barajar cifras no homogéneas en su base, tales
como igualas, tasas de arrendamiento, administración directa etc., se-
gán curatos, y, por tanto, a especular sobre la posible producción de la
región en un momento determinado. El hecho de la no coincidencia de
los límites de la diócesis con los de la Intendencia, no hace más que
alejar definitivamente nuestro propósito. Y por lo que respecta a las
cuentas del Consulado de Guadalajara, tampoco hemos encontrado,
por ahora, el método para confrontar con base segura los datos sobre
comercio. Los registros del medio por ciento del derecho de avería
cobrado por los diputados y recaudadores del Consulado en las distin-
tas aduanas de la Intendencia son bien imprecisos para lograr recom-
poner con exactitud en cifras el movimiento comercial de la región en
un año determinado. A ello se suma, también en este caso, la no coin-
cidencia entre el año natural y el consular en la contabilidad; la exen-
ción de este derecho a determinados productos gravados directamente
por la Real Hacienda; la libertad de arbitrios concedida a algunas
manifestaciones comerciales - la importante feria anual de San Juan
de Lagos, por ejemplo y, por supuesto, el continuo fraude en la va-
loración de las mercancías y la evasión de pagos, tan insistentemente
aireados por los agentes del Consulado.
Pero este es quizás un riesgo continuo al que los historiadores tene-
mos forzosamente que estar habituados. Por las pocas referencias ex-
puestas, la Relación merece toda nuestra prudente garantía. Es posible
que actuales y futuras investigaciones logren valorar en su justa medi-
da la exactidud o inexactitud del documento que a continuación se
reproduce, sin duda uno de los más completos para ese periodo novo-
hispano de vísperas de la emancipación. Con esa llave se podrían
abrir muchos caminos para el estudio de la estructura económica de
una de las regiones de más profunda personalidad en el acontecer
histórico mexicano.

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138 Ramón María Serrerà Contreras

Estado чис demuestra los frutos y efectos de agricultura, industria y comercio que Han producido
los veinte y nueve partidos que comprende esta provincia en el año de 1803, con expresián de
los que se han excraido para otros y de los que se haa introducido para el consumo del mismo
web. -

Introduc- Extrac-
Ramos de agricultura Cosecha Valor ciones Valor ciones Valor

Fanegas de maíz a 1 p. 1 860 300 1 860 300 _ 444 700 444 700
Idem, de frijol a 1 p. 4r. 92 150 138 225 - - 15 627 23 440,4
Cargas de trigo a 6 p. 54 287 325 722 - - 20 890 125 340
Idem, de cebada a 1 p. 6 877 6 877 - — 2 120 2120
Tercios de garbanzo a 3 p. 2 593 7 779 - - 876 2 628

Idem, de lenteja a 6 p. 57 342 410 2 460 _ _


Arrobas de arroz a 1 p. 127 127 3 756 3 756 380 380
Idem, de Chile a 2 p. 51 317 102 634 1540 3 080 31850 63 700
Libras de cacao a 5 r. 75 46,7 19 600 12 250 - —

Arr. aceite de Oliva a 11 p. - - 920 10 120 - -

Idem, aceite de coquito a 2 p. 4 r 5 356 13 390 — 3127 7 817,4


Idem, accitc de manilas a 6 r. 63 47,2 93 68,4 - -

Idem, de azúcar a 3 p. 26 956 80 86S - - 5 780 17 240


Tercios de panocha a 5 p, 22 098 110 490 7 222 36 110 11 594 57 970
Idem, de piloncillo a 5 p. 3 380 16 900 6 260 31300 1 720 8 600

Barriles vino de uva a 40 p. 160 6 400 479 19160 143 5 720


Idem, aguardiente mescal a 20 p. 5 162 103 240 - - 1 097 21 940
Idem, de vino mezcal a 15 p. 1 940 29 100 - - 587 8 805
Libras de grana a 3 r. 20 002 7 500,6 4S8 171,6 3 750 1 406,2
Idem, de añil flor a 1 p. 4 r. 4 052 6 078 1 582 2 373 3 610 5 415

Idem, de añil de la tierra a 1 p. 220 220 _ _ _


Idem, azafrán para tintes a 4 r. 237 118,4 420 210 - -

Arrobas de cascalote a 2 r. 255 63,6 1433 358,2 - -

Idem, de cera ordinaria a 6 p. 11 570 69 420 873 5 238 9 394 56 364


Idem, de palo de Campeche a 5 P· - 436 2180 - -

Tercios de algodón a 5 p. 23 054 115 270 - — 4 750 23 750


Madera de construcción a 2 p. — — — -

Vigas de ídem, fina - - - - - -

para muebles a 1 p. 4 r. 129 193,4 - - - -

Cargas de plátano pasado a 3 p. 1 361 4 083 701 2 103 - -

Idem, de plátano fresco a 2 p. 20 618 41 236 - - 13 260 26 520

Libras de jenjibre a 5 r. — 225 140,5 - —

Cargas de harina a 9 p. - - 2 200 19 800 - -

Vigas de pino a 4 r. 6120 3 060 - — - —

Tablas de idem. a i r . 8 204 1025 — —

Aírobas de miel a 6 r. 612 459 - - - -

TOTALES: Brought to you by | Universidad


3 051 215,5 de Guadalajara 903 856,2
150 879,1
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Escudo económico de la intendencia de Guadalajara 139

Produc- Introduc- Extrac-


Crías ción Valor ciones Valor ciones Valor

Cabezas de ganado vacuno a 2 p. 4 г. 360 456 720 912 - - 47015 117 537,4
Idem, de ganado mular s 5 p. 30 238 151190 - - 7 932 39 660
[dem. de ganado caballar a 2 p. 104 175 208 350 - - 9 760 19 520
Idem, de carneros a l p . 119 848 119 848 - - 36 565 36 565
ídem, de ganado de cerda a l p . 128 536 128 536 - - 40 655 40 655
Burros a 1 p. 4 r. 7 120 10 260 - - 4 500 6 750
Cabrío a 3 r. 3 900 1 462 — - —

TOTALES: 1 340 558 260 687,4

Produc- Introduc- Extrac-


Ramos de Industria ción Valor ciones Valor ciones Valor

Arrobas de lana a 2 p. 4 r. 15 620 39 050 _ _ 10100 25 250


Tercios de sai a 2 p. 4 r. 200 540 501 350 _ — 120 ООО 300 ООО
Idem, de pescado róbalo a 5 p. 1 620 8 100 - - 800 4 000
Idem, de pescado lisa a 4 p. 2 437 8 548 - - 780 3120
Idem, de pescado mero a 6 p. 32 192 - - 11 66

Idem, de pescado camarjo a 8 p. 325 2 600 _ 215 1 720


Barriles de aguardiente de uva
/a 50 p. 27 1Î50 - - - -

Idem, de aguardiente de
« ñ a / a 25 p. 670 16 750 - - - -

Cargas de tcquesquite a 1 p. 4 r. 13 162 19 743 - - 8 004 12 006


Arrobas de queso a 2 p. 4 г. 28 121 70 302.4 - - 15 930 39 825

Tercios de sebo a 12 p. 24 055 288 660 3 200 38 400 8 147 16 294


Idem, de jabón a 15 ρ. 18 372 275 580 - - 13 020 195 300
Libras de carey a 1 ρ. 6 г. 117 204,6 - - - -

Tercios de carne salada a 6 p. 5 103 30 618 - -

Cueros al pelo a 1 p. 23 029 23 029 1 300 1 300 - -

Onzas de perla a 60 p. 8 480 1 300 _ _ _


Fustes de sillas a 4 r. 1 930 965 - - 700 350
Docenas de frenos a 12 p. 510 6120 120 1440 - -

Cajones de búcaros a 6 p. 92 552 - - 92 552


Cargas de loza ordinaria a 3 p. 8 139 24 417 - - 5 229 15 687

Idem, de salitre a 1Û p. 1S4 1 840 « _ 1S4 1 840


Tercios de jarcia a 5 p. 6 r. - - 1627 9 355,2 - -

Idem, de costales a 10 p. - - 1 742 17 420 - -

Barriles de aceituna a 25 p. - — 31 775 - -

Idem, de tornadiiles a 22 p. - - 17 374 - -

Libras de caf¿ a 1 p. - - 260 260 - -


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324,2 624 014
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140 Ramón María Serrera Contreras

Produc- Introduc- Extrac-


Curtidos ción Vaîor Clones Valor ciones Valor

Gamuzas de venado a l p . 20 833 20 833 1586 1586 9 270 9 270


Vaquetas a 3 p. 13 121 39 363 - - 5418 16 254
Docenas de xalcas a 4 p. 8 448 33 792 312 1248 3 49J 13 972
Idem, cueros de chivo a 2 p. 4 r. 981 2 452,4 120 300 221 552,4
Idem, cueros de puerco a 2 p. 2 r. 450 I 012,4 46 103,4 -

Idem, de cordobanes a 16 p. 5 827 93 232 5 300 84 800 3 100 49 600


Idem, de bidaiias a 12 p. 4 750 57 000 2 110 25 320 1 835 22O20
Idem, de zapatos a 3 p. 6 г. 12 500 46 875 - - 5 202 19 507,4
Sillas de montar vaqueras л 10 p. 8 942 89 420 189 1 890 6 200 62 ООО
Cueras de gamuza a 20 p. 185 3 700 304 6 080 150 3 000

Pares de botas de gamuza a 2 p. 4 r., 7 559 18 897,4 2 862 7 155 1 631 3 077.4

TOTALES: 406 577,4 128 482,4 199 253,4

Produc- Introduc- Extrac-


Tejidos ción Valor ciones Valor ciones Valor

P i e ï i s de cinta de reata a 3 r. 21 160 7 935 _ _ 8 614 3 230,2


Idem, de sabanilla a 2 p. 4 r. 5 200 13 000 — — 2 820 7 050
Varas de sayal a 3 r, 9511 3 566,5 - - 2116 793,4
Cortes de mangas a 6 p. 6102 36 612 - - 3 283 19 693
Piezas de maetas de aIgod<5n a
5 p. 4 r. 240 125 1 320 687,4 - - 37 062 203 841

Idem, de cimbayas i 8 p. 401 3 208 1 605 12 840 1 140 9120


Idem, de jcrguetillas a 10 p. 329 3 290 - - - -

Idem, de jerga 394 3 152 - - 150 1200


Docenas de frezadas a 12 p. 8 214 98 568 - 581 6 972
Idem, de sarapes a 15 p. 1 612 24 ISO 243 i 645 319 4 785

Idem, de sombreros a 8 p. 8 058 64 464 311 2 488 2 570 20 560


Colchas de algodón a 3 p. 4 r. 1 306 5 877 165 577,4 349 1 221,4
Docenas de rebozos de algodón 29 268
a9p. 3 987 35 883 12 910 116 190 3 252

TOTALES: 1 620 423,1 135 740,4 307 739,2

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Estado económico de la intendencia de Guadalajara 141

In trod uc- E x trac-


llamos de Comercio Total Valor dones Valor ciones Valor

Tercies de géneros de Europa a 337 p. - 3 856 1 299 472 -

Idem, de Asia a 720 p. - 401 28 S 720 -

Idem del Reino a 9S p. - 4 722 462 756 -

Tercios de hierro a 15 p. - 754 11 310 -

Idem, de acero a 38 p. - 291 11 058 -

Arrobas de ccra de 1я Habana


β 23 p. - 268 6 164 -

Idem, de Castilla a 28 ρ. - 84 2 352 -

Docenas de loza de Puebla a


(,4ì г. - 108 040 87 782,4 _ _
Cajones de Idem. Idem, a 16 p. - 22 352 -

Arrobis de alquitrin a 12 p. - 15 180 -

Idem, de brea a 10 p. - 32 320 _ _


Barriles de vino у aguardiente
de Castilla a 4 0 p. - 1 762 70 480 -

TOTALES: - 2 240 946,4 -

Produc- Introduc- Ex crac-


Metales ción Valor ciones Valor cioncs Valor

Marcos de oro a 128 p. 1 r, 88 U275 88 11275


Marcos de pUta de azogue a
8 p . 5 r. 10 gr. 91 898 802 761,6 - - 91 898 802 761,6
Idem de plata de fuego a Idem. 15 520 135 476,5 - - 15 520 135 476,5
Arrobas de cobre a 4 p. 9 310 37 210 390 1 560 7 710 30 840
3dem. de plomo a 3 p. 14 42 827 2 481 -

Idem de estaño a 5 p. 440 2 200 284 1 420 w


Cargas de creta a 10 p. 140 1400 675 6 750 414 4 140

tOTALES; 990 395,3 12 211 884 493,3

31е$шпеп General Valor de Producciones Idem, de Introducciones Idem, de Extracciones

Ramos de agricultura 3 051 215,5 150 879,1 903 856,2


Crías 1 340 558 - 260 687,4
Ramos de industria 1 320 451 69 324,2 624 014
Curtidos 406 577,4 128 482,4 199 253,4
ïejidos 1 620 423,1 135 740,4 307 739.2

Ramos de comercio 2 240 946,4 _


Metales 990 395,3 12 211 884 493,3
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| 4/9/19 3 180 043,7
142 Ramón María Serrera Contreras

I Geografía y agricultura

Esta provincia confina por el Norte y Noroeste con las de Sonora,


Durango y Zacatecas; por el Este y Sudeste con las de San Luis Poto-
sí, Guanaxuato y Valladolid; y por el Sur la baña la Mar de este nom-
bre. Está comprendida entre los grados 18°, 35' y 24°, 5' de la latitud
Norte y los 268°, 20' y 273° de longitud de Tenerife, tomada en su
mayor extensión. Esta situación en el Globo debería hacerla extra-
ordinariamente cálida, lo que no sucede en todas sus partes a causa de
su localidad. El centro de la Nueva España está considerablemente
más elevado que sus costas del Sur y Norte, cuya circunstancia y la
de los muchos montes y serranías que contiene forma variedad de
temperamentos; y así los hay en esta Intendencia a propósito para
todo género de producciones análogas al frío, cálido y medio, como
se manifiesta en las que comprende el antecedente plan.
De las veinte y nueve diversas jurisdicciones en que está dividida
para su buen gobierno, conocidas por los nombres de sus pueblos ca-
beceras, las de Lagos, Aguascalientes, Tepactitlán, Barca, Cuquío, Ju-
chipila, Zapotlán el Grande y San Sebastián de Jolapa son frías sin
caer en el extremo. La ciudad capital, Sayula, Tuxcacuesco, Tequila,
Etzatlán, Hostotipaquillo, Ahuacatlán, Tala, Tonalá, Tlaxomulco y
San Cristóbal son templadas por lo general; y cálidas las de Purifica-
ción, Guachinango, Santa M® del Oro, Colima, Autlán, Compostela,
Tepic, Sentispac, Acaponeta y Bolaños.
Comprende dos ciudades, seis villas, trescientos veinte y dos pue-
blos de indios y otras castas, veinte y siete reales de minas, poblados,
cuatro congregaciones y 522 317 almas. Contiene ocho lagunas, cinco
de ellas de mucha extensión, especialmente la de Chapala, a diez le-
guas de la capital, abundante de pescado. Un río considerable, en que
se crían peces de varias y buenas calidades, que nace en las inmedia-
ciones de México, y despues, corriendo por otras provincias, atraviesa
ésta hasta entrar en el Mar del Sur por el Puerto de San Blas y sus
esteros. Tiene además otros ochenta y dos que sólo merecen este nom-
bre en tiempo de lluvias, y en el restante de arroyos o riachuelos. Está
provista de cantidad considerable de manantiales, y entre ellos los
hay templados y calientes, que por tradición y alguna u otra expe-
riencia, se tienen por saludables para diversas enfermedades; pero sin

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Estado económico de la intendencia de G u a d a l a j a r a 143

haber hecho de ellas el análisis correspondiente por falta de faculta-


tivos capaces de distinguir su composición.
Llueve desde últimos de mayo hasta mediados de octubre, y el resto
del año sólo en diciembre y enero suele caer tal cual llovizna de poca
consideración, lo que hace que el temperamento sea muy reseco. Mien-
tras duran las aguas, y un mes despues, se manifiestan alegres los cam-
pos, pero pasada dicha estación se representan con una aridez extra-
ordinaria. Cuando la Conquista, estaba el pais cubierto de árboles,
pero por la infinita madera que ha sido necesario cortar para descueje
de los terrenos, además de minas, fábricas de habitaciones y muebles,
junto con la ninguna economía con que se ha practicado todo esto, y
no haberse pensado en ia repoblación de montes, escasea bastante a
excepción de la parte del Sur que, por hallarse menos cultivada y po-
blada, es aún considerablemente abundante la que queda, y entre ella
muchas de diversas y exquisitas calidades.
Los partidos de San Sebastián, Guachinango y Hostotipaquillo
abundan de minerales de plata de los beneficios de azogue y fuego,
aunque por lo común de cortas leyes. En los de Acaponeta, Tepic,
Zapotlán el Grande, Juchipila, Aguascalientes, Santa M®^ del Oro,
Ahuacatlán y Etzatlán se encuentran asimismo algunas minas de di-
cho metal y tal cual oro de baja ley. En el de Autlán las hay de cobre
que, como todas las referidas, se trabajan cortamente con anticipa-
ciones que hace el comercio en dinero y efectos, a causa de ser muy
raro o ninguno el que en dicha negociación se maneja con caudal pro-
pio. En el de Colima se halla la congregación de Tecalitán, y en ellas
abundantes minas de hierro beneficiadas durante la última guerra por
la necesidad absoluta en que se han visto estos países de este preciso
artículo para la elaboración de las minas, agricultura y artefactos.
En las costas del Mar del Sur se suele armar alguna canoa para bus-
car perla, aunque en corta cantidad y calidad inferior; y en las mis-
mas se coge pescado de muy buenas especies, y de ellas surten a la Pro-
vincia de róbalo, camarón y ostiones salados. Toda ella es a propósito
para la cría de ganado vacuno, mular y caballar. La de cerda, lanar y
cabrío, como propia de los climas fríos y templados, abunda más en
los partidos que disfrutan este temperamento. En todos lo sería en
mucha más abundancia a no impedirlo la suma sequedad de los cam-
pos y escasez de abrevaderos; por cuya causa es infinita la mortandad
que se experimenta en los dos meses últimos de los ocho que no llueve.

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144 Ramón María Serrera Contreras

El maíz y frijol son los frutos de primera necesidad de toda la Pro-


vincia, y por consiguiente los que llevan la mayor atención a sus habi-
tantes, porque de él depende su subsistencia; y como precisamente se
producen en el tiempo de las aguas, que son copiosísimas, es tan a pro-
pósito el terreno para la cosecha de estos granos, que no es extraordi-
nario rendir trescientas fanegas por una, y el paraje que sólo da ciento
se regula por de inferior calidad; de que resulta que cuando en otras
provincias del Virreinato padecen escasez, jamás se experimenta en
ésta más que alguna alteración de precio por la mucha extracción que
se hace para socorrer las necesitadas. El trigo es de buena calidad, y se
coge el suficiente para la manutención de la poca gente que come de
este pan, y aún para extraer alguno a las provincias inmediatas. Como
se cría en tiempo de total seca, se buscan los terrenos húmedos por na-
turaleza o que tienen proporción de riego, para cuya operación em-
plean los manantiales, arroyos o presas artificiales que construyen con
este objeto y la subsistencia del ganado, recogiendo las aguas en su
oportunidad. Por el mismo medio se consigue una suficiente cosecha
de cebada y legumbres, entre las cuales merece mucha consideración el
pimiento colorado, de que se hace extraordinario consumo por ser el
agente más preciso para todo condimento, extrayéndose al mismo
tiempo alguno para fuera de la Provincia, como asimismo varias espe-
cies de otras verduras del partido de Aguascalientes, cuyo beneficio y
ocupación le rinde más que regular producto.
En algunos partidos se hace tal cual uso del pulque, pero la bebida
mas común, y a que son entregados con exceso los naturales, es el
chinguirito, que destilan de la melaza de caña, aplicándole otros in-
gredientes para darle mas fortaleza, consiguiendo de este modo hacer-
la mas nociva a la salud. N o lo es menos el aguardiente y vino que
llaman mezcal, extraído por infusión y destilación de una planta pa-
recida a la pita llamada maguey, de que hacen un uso extraordinario,
resultando de él sofocaciones y muertes repentinas. Los partidos de
Autlán, Etzatlán, Ahuacatlán, Tepic, Sentispac y Acaponeta son tan
a propósito para la siembra de tabaco que antes de estancarse este
ramo y haberse concedido privilegio exclusivo para su cultivo a los de
Córdoba y Orizaba, de la Intendencia de Veracruz, era uno de los
mas lucrosos de esta Provincia, porque su excelente calidad lo hacía
más apreciable que otro alguno del Reino. Actualmente se encuentran
muchas plantas en los montes y vegas cuyo terreno las produce por sí

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Estado económico de la intendencia de Guadalajara 145

mismo. El restablecimiento de este ramo de agricultura produciría al


Erario grandes ventajas, porque estando las jurisdicciones privilegia-
das a más de doscientas leguas de distancia, suben mucho los trans-
portes y mermas que tiene que sufrir la Renta, y aquellas jurisdiccio-
nes casi desiertas por haberles faltado esta ocupación tan propia de su
suelo se repoblarían en términos que asegurasen la Costa del Mar del
Sur contra cualquier imprevisto suceso sin que se tratase de proveer
de dicho género otras provincias del Reino que ésta, la de Sonora y
Sinaloa, para que es preciso tránsito, y la de Durango.
En los mismos partidos y en los de Tuxcacuesco y Autlán se pro-
duce añil silvestre que aprovechan los pobres en tintes ordinarios sin
otro arte que el de pudrirlo en ollas. En las dos últimas de dichas ju-
risdicciones se cultiva alguno de calidad suprema, media e ínfima. En
ambas, y aún en la de Compostela, se hizo en algún tiempo formal
cosecha de cacao, para cuya planta se encuentran muchos y buenos
terrenos. El pueblo de Autlán tenía el apelativo de la grana porque en
él se producía muy fina, y aún en el día se cultiva y cosecha alguna, y
no debe dudarse de que el café es una planta muy análoga a aquellos
temperamentos; pero hasta ahora no ha habido quien se haya tomado
el trabajo de hacer la experiencia. Todos estos renglones, si se fomen-
tasen podrían llegar a tranformar los partidos del Sur de esta Provin-
cia de lo más miserable que son en el día, a la mayor opulencia, pues
son los únicos que en tal caso llegarían a tener parte en el comercio de
la Metrópoli, conducidos por tierra a Veracruz, respecto de su mucho
valor en razón de su peso y volúmen. La ilustración del Consulado
establecido en esta ciudad es quien unicamente puede y debe, según
sus institutos, emprender estas especulaciones, como lo ha ejecutado
con la siembra del cacao, ofreciendo premios a los que den nacidas
mayor número de plantas, habiendo dado para ello una Instrucción
del cultivo que requieren.
En todas la jurisdicciones de temperamento cálido se produce el al-
godón, y de superior calidad en las de Colima, Tuxcacuesco y Autlán.
Este ramo va tomando incremento de día en día por el considerable
consumo que de él se hace en la Provincia y sus comarcanas por los
motivos que se dicen tratando de comercio e industria. Se elabora to-
da la azúcar necesaria para el consumo de la Provincia y para proveer
en parte de este género alguna de las comarcanas.

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146 R a m ó n María Serrera Contreras

II Industria

Hace treinta y cinco años que no se conocían en la Nueva Galicia


las manufacturas de que usan los pobres, y era preciso proveerse de
Querétaro, San Miguel el Grande, México y Puebla, a donde llevaban
las primeras materias, como sucede hoy con las sobrantes; pero de
resultas de una fábrica que se estableció en esta capital y hace algunos
años que no existe, y la grande escasez de géneros de Europa en la
última guerra, que ocasionó una desorbitante subida de precios y puso
en necesidad de surtirse de ellos de algún modo, se encuentran en to-
dos los pueblos numerosos fabricantes de lienzos de algodón de todas
clases y anchos, cocos imitando los de China, cambayas, xerguetillas,
colchas, rebozos ordinarios y otros géneros, de suerte que no sólo hay
para el consumo interior, sino que sobran algunos y se extraen para
otras provincias, en donde los prefieren a los de Puebla por su mejor
hilado y tejido, con la particularidad de que el ingenio suple del modo
posible la falta de conocimiento de los instrumentos y máquinas más
propias para estos artefactos, sirviéndose de malísimos tornos, peores
telares, raros moldes para estampados, y obligados a despepitar los
capullos con los dedos. Lo mismo sucede con el sayal, mangas o pon-
chos, xerga, frezadas o mantas, sarapes, sombreros y pañetes de lona,
siendo estos otros tantos ramos de industria que, ocupando mucha
gente, proporcionan con ventajas la provisión de estos vasallos. No
hay un obraje o fábrica formal en toda la Provincia, y por su falta
vienen aun de México, Querétaro y otros pueblos todos los paños y
bayetas ordinarias que se consumen. En cada jurisdicción se conoce
una industria particular, pues además de la siembra y cría, que es co-
mún a todas, en unas Ies son privativas las manufacturas de lana; en
otras el beneficio de sales y pesca; en otras caza de venados para
aprovechar las pieles que tienen pronto y ventajoso expendio; en
otras la cría y engorde del ganado de cerda; en otras la fábrica de ja-
bón; en otras el ejercicio de la arriería; en otras la fábrica de loza,
estimada en todos estos dominios, y conocida en España con el nom-
bre de búcaros; y en otras el curtido de pieles y construcción de sillas
vaqueras lisas y bordadas.
Sin embargo de estas ocupaciones, con dificultad se encontrará un
pais de mas gente ocisosa, especialmente en los pueblos grandes, entre
cuyo mayor número de habitantes reinan proporcionalmente los vi-

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Estado económico de la intendencia de Guadalajara 147

cios que se heredan de padres a hijos, resultando de ellos una pobreza


inmensa y continuos sucesos, los más horrorosos y lamentables. Como
esto procede principalmente de defecto de la educación, he procurado
establecer las escuelas públicas que me ha sido posible en donde, ade-
más de las primeras letras, se les enseñe las obligaciones de cristiano y
buen ciudadano. Pero faltan aún muchas por escasez de medios. El
que ha resuelto este dignísimo Prelado de construir y dotar en esta
capital una Casa de Caridad para recoger y educar niños expósitos,
huérfanos y otros desvalidos de ambos sexos, cuyo laudable pensa-
miento se extiende hasta plantificar otros iguales en Colima, Xérez y
Aguascalientes, contribuirá mucho sin duda al remedio de tan graves
males. Y si el Consulado determinase una subscripción entre sus indi-
viduos y otras personas pudientes para establecer una fábrica de géne-
ros de lana y algodón, haciendo venir de Europa los telares y máqui-
nas propias para abreviar los trabajos, al mismo tiempo que estos
salen más vistosos y consistentes, sin duda alguna que, sobre producir
cuando menos un rédito correspondiente al capital impuesto, ocupa-
rían muchos brazos, y por consiguiente disminuiría el ocio y los males
que de él resultan. En caso de que este pensamiento se llevase a efecto,
para que no tuviese las trabas y disgustos que le destruyeron cuando
estuvo planteado con conocidas ventajas públicas, debería ser priva-
tivo del mismo cuerpo su manejo, sin facultad de que la Real Audien-
cia, ni otro juez alguno, pueda introducirse en él, ni destinar al esta-
blecimiento gente alguna para corrección o castigo, pues es visto que
no sólo no trabajan por voluntad propia, sino que interrumpen y
vician a los demás.

III Comercio

El comercio lo hacen entre sí los partidos con los frutos y efectos


que sobran en unos y faltan a otros, sucediendo lo mismo con el todo
de la Provincia respecto de las demás del Reino. El de Europa y Asia
se ejecuta comprando los géneros de la primera en Veracruz, y los de
la segunda en México, a excepción de una u otra vez que se hace la
feria en Acapulco, y entonces acuden allí a proveerse de primera ma-
no, cuya práctica convendrá se siguiese constantemente para dismi-
nuir este y otros suelos de los perjuicios de dobles transportes y exce-
sivo recargo en las compras por el estanco que se hace de ellos en

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148 Ramón María Serrera Contreras

dicha capital, obligando a las provincias a recibir la ley que quieren


imponerles. Todo el cálculo mercantil se reduce a comprar !o más
barato posible y vender, si puede ser, con las ganancias que cada uno
se propone. Sin embargo, no deja de necesitarse alguna previsión para
ejecutarlo con el menor riesgo posible, pues como los comerciantes de
mayores fondos de esta ciudad, Aguascalientes, Sayula, Tepic, y otros
pueblos de consideración, venden gran parte al fiado a los de menos
caudal, distribuidos dentro y fuera de la Provincia, deben tomar bue-
nas medidas para evitar el atraso en el cumplimiento de los plazos y
vivir con vigilancia para no ser cogidos en alguna bancarrota que los
comprometa con los de Veracruz, de quienes también reciben a cré-
dito mucha parte de las facturas. Convendría que hubiese quien se
animase a hacer algunas especulaciones de comercio entre el puerto de
San Blas y Península de Californias, como asimismo entre dicho
puerto y los de toda la costa del Sur hasta Chile. Si esto llegase a te-
ner efecto, son bien obvias las ventajas que resultarían al mismo co-
mercio, agricultura, industria y navegación. El Consulado es quien
unicamente podría emprender esta tentativa, en ningún tiempo mejor
que en actual reinado de S. M., por la protección que a larga mano
dispensa a todos estos ramos, y a cuantos conducen al bien de sus
amados vasallos.
IV
La compensación de los efectos de industria y agricultura de Euro-
pa y Asia que se consumen en la Provincia se hace con plata en pasta
y acuñada, aquella producto de las minas, y ésta atraida con la circu-
lación de la que se amoneda en México, y resultiva ventaja de lo que
dá sobre lo que recibe ésta en su comercio recíproco con las demás
provincias. Sólo dicho renglón, y algún oro en tejos, es el que de estas
producciones tiene parte en el comercio de fuera del Reino.

No van comprendidas en este Estado las introducciones de tabaco,


papel, azogue, ni otro efecto alguno de Real Hacienda, ni menos los
productos de sus rentas.
Guadalajara, capital del Reino de la Nueva Galicia,
18 de abril de 1804.
José Fernando de Abascal y Sousa

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