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Jesús Cobo. Pasión por la forma y la materia.

Jesús Cobo es uno de nuestros mejores escultores, gracias, entre otros méritos,

a la constancia con la que se ha dedicado a la profesión que le tentó desde

la adolescencia. Comenzó su formación en el colegio Daniel Reyes,

de San Antonio de Ibarra, y vino a Quito a co mienzos de los años 1970.

En un ambiente académico más propicio.

La piel se viste de tinta.

El tatuaje no ha dejado de evolucionar desde los orígenes del ser humano, que siempre ha manifestado su
inquietud por resaltar su identidad a través de la modificación corporal. La piel, el órgano más extenso del
cuer-po humano —ocupa aproximadamente dos metros cuadrados— se puede transformar en un lienzo, en una
hoja de papel, en un manuscrito e incluso en un álbum de fotos.

La galaxia de Ana Fernández.

Sus ojos negros parecen traspasar la pantalla de mi computador.

Esta artista, de mirada muy intensa, me concede una entrevista

a las ocho de la mañana, vía Skype. Al fondo puedo ver telas y

papeles de colores que forman parte del caos artístico de su estudio.

Del arte en el delirio.

“Me interrumpo para señalar que me siento extraordinariamente bien.

Quizá sea el delirio”.

Samuel Beckett

“Un delirio solo existe si despertamos de él…”

1El delirio es la herramienta de una psiquis “enferma” que busca defender­se de su entorno. Esta es la definición
psiquiátrica, aquella que diagnostica y etiqueta todo aquello que se sale de la norma social.
Crónica de la Bienal de Cuenca.

Es extraño que la Bienal de Cuenca haya sido curada bajo el concepto de im-permanencia, ya que todo se sostiene
gra-cias a este concepto, absolutamente todo. La naturaleza de las cosas y el movimiento de la vida están en un
cambio incesante. La impermanencia nos lleva de la mano. Es la fibra que nos define.

Retratos quiteños.

El tema de Quito en las artes mantiene su actualidad con la muestra Cuatro siglos de transitar por Quito / Aportes
para una historia del retrato, bajo curaduría de Ximena Carcelén e Iván Cruz, que se presenta en el Museo de Arte
Colonial, y que se focaliza de preferencia en la población quiteña de los siglos que van del XVI al XIX, y un poco
menos en la del XX.

Bacon: la vida es grito

“Hubo un tiempo en el que tenía la esperanza de hacer el mejor cuadro del grito humano”.

“El arte de Bacon es inusual tanto por sus formas como por su contenido. Complejo y contradictorio, al igual que
el artista que lo ejecutó, es también extraño, intenso y problemático. Admirable y simultáneamente preocupante,
ataca por sorpresa. Trabaja directamente sobre el sistema nervioso y abre las válvulas del sentir. Resulta tan
magnético como repulsivo. Es auténtico pero también inquietante. Se muestra profundo y frívolo a la vez. Atípico,
quimérico, polivalente. Extremadamente sugestivo. Salvajemente humano”.

La balada ilusa de Nan Goldin

Desde los quince años, la fotógrafa americana Nan Goldin (62 años) utilizó su cámara como una extensión de su
cuerpo. La utilizó como un puente para penetrar en la vida de sus amigos, para encapsular sus momentos más
íntimos y sagrados. La fotografía se convirtió en su forma de agarrarse a la vida; de asumir, desde las entrañas,
ese dolor y ese éxtasis que provoca el existir.

Apitatán, a grandes trazos

Usted y yo los hemos visto. Están recostados, de pie, cayendo al vacío o volando por los aires en calzoncillos.
Navegan, cabalgan, se columpian. A veces los acompaña una mula, un perro, un oso de peluche o un instrumento
musical. Tienen ojeras, curitas en la ceja, la dentadura incompleta o un diente de oro. No hay narices más
cuadradas que las suyas. El pelo y la barba les crecen verdes, celestes, violetas. La panza se les infla y la risa les
rebosa de gusto.

La leyenda de Modigliani

“Con un ojo busca en el mundo exterior, mientras con el otro busca en tu interior”.
Ya todo eso se ha acabado. La bohemia, digo. La bohème. Pero la hubo y fue deslumbrante y paupérrima a partes
iguales. Como la historia de este hombre llamado Amedeo, que empieza antes y en otro sitio. Verán.

Pablo Gamboa: como un perro callejero

A los quince años de edad ya escogió su destino. En línea recta, como una flecha, siempre supo hacia dónde ir.
Hijo de un ingeniero eléctrico y un ama de casa, el arte no era parte de su sangre, pero sí de su piel. Así lo decidió.
Su vida es el sueño de muchos artistas: se dedica exclusivamente al arte.

Las extravagancias de Art Basel

Sin duda, se trata del paraíso para los grandes poderes del mundo del arte. Es un paraíso orgiástico, de
proporciones romanas, donde una vez al año se juntan las mejores galerías del mundo para exhibir sus joyas más
preciadas a los mayores coleccionistas. No necesariamente está el mejor arte del momento actual, pero sí el más
caro.

El Bosco es dios

Lo que me interesa de El Bosco es cómo nos invita a mirar el lado monstruoso de la existencia, sus aspectos
marginales (excepciones, abismos, oscuridad) y más feroces, no sé si con un objetivo catequizador, como han
señalado casi todos sus estudiosos, pero sin duda sí con un ánimo perturbador.

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