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PRECLUSION
Es por ello precisamente que se pregona que -al igual que sucedía bajo el
imperio de la Ley 600/00- los recursos pueden ser interpuestos dentro del
término legal por quien tenga interés jurídico para ello, esto es, conforme se
dijo, que la providencia judicial proyecte efectos negativos a la pretensión de la
parte. Y para la Sala no llama a equívocos que frente a una abortada solicitud
de preclusión, porque a ella no accede el juez de conocimiento (en este caso el
tribunal superior), tanto al fiscal como al incriminado -y su defensor- y al
Ministerio Público se les abre el camino de la impugnación, en la medida en
que aquél ve frustrada su aspiración procesal (legítima en cuanto el bagaje de
información que posea así amerite proceder), el imputado debe cargar sobre sí
la continuación del ejercicio de la acción penal (con todas las consecuencias que
de allí se derivan, entre otras una eventual acusación), el apoderado es obligado
a seguir ejerciendo su labor de defensa y el Ministerio Público puede considerar
-entre otros- desatendido el orden jurídico, para citar solo un aspecto de los que
justifican su intervención en el trámite, conforme al artículo 109 de la Ley 906.
Dentro de ese mismo contexto, no surge -en cambio- interés jurídico alguno
para las víctimas como fruto de la malograda preclusión, si en cuenta se tiene
que -por el contrario- una decisión con ese alcance le está asegurando (por lo
menos hasta esa altura de la actuación) la continuación del ejercicio de la acción
y con ella la posibilidad de acceder a una reparación, al conocimiento de la
verdad o a la aplicación de una verdadera justicia, de acuerdo con la naturaleza
de la proyección de su pretensión. En síntesis, la víctima no está legitimada, por
carencia de interés jurídico, para impugnar una decisión judicial que niegue la
declaratoria de preclusión. En punto al interés jurídico para recurrir precisaba
esta Sala:
3.3. Ahora, respecto a la facultad reglada que la ley le confiere a la Fiscalía para
solicitar la preclusión de la investigación en vez de formular acusación, la Corte
Constitucional ha precisado que :
“Al legislador le está vedado romper las reglas propias de los elementos
esenciales del nuevo sistema acusatorio, acordarle adicionales facultades
judiciales a la Fiscalía General de la Nación, como es aquella de decretar con
efectos de cosa juzgada la ocurrencia del hecho generador de la extinción de la
acción penal y en consecuencia, ordenar el archivo de unas actuaciones, antes
de la formulación de la imputación, cuya constatación no es meramente objetiva
o automática, sino que, en todos los casos, requiere de una valoración
ponderada. La disposición acusada lesiona los derechos de las víctimas a
acceder ante un juez para efectos de que sea este último quien decida si
efectivamente se encuentran presentes o no los presupuestos para decretar la
extinción de la acción penal. En otros términos, el carácter litigioso de las
causales de extinción de la acción penal, al igual que la trascendencia que la
misma ofrece, por ejemplo, en los casos de leyes de amnistía, conducen a la
Corte a considerar que tales decisiones únicamente pueden ser adoptadas por el
juez de control de conocimiento, en el curso de una audiencia, durante la cual
las víctimas puedan exponer sus argumentos en contra de la extinción de la
acción penal.”
3.4. De otra parte, con acierto señala el demandante que al propiciar el nuevo
sistema procesal penal la igualdad de las partes que en él intervienen, a efecto
de garantizar de manera especial a quien es sujeto de la investigación el ejercicio
del derecho de defensa y de contradicción no se le puede limitar en él hasta el
punto de confundir (o peor, de suplantar) su interés con el de quien ejerce la
acción penal, vale señalar la Fiscalía General de la Nación, a la que si bien se le
confieren facultades especiales en torno a la persecución de las conductas
consideradas como contrarias al orden jurídico, en este caso, para solicitar la
preclusión de la investigación en vez de formular acusación, no por ello -como
erradamente lo entendió la Sala mayoritaria accionada- le corresponde de
manera exclusiva ejercer el derecho de contradicción mediante la interposición
de recursos, ya que en todo caso -y por el contrario, en su papel de investigador
y acusador- no representa los intereses del imputado ni del Ministerio Público,
pese a tener entre sus objetivos la búsqueda de la verdad y la realización de la
justicia.
R E S U E L V E :