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L ECTURA 1
B). Clases de normas. Una vez hecha esta primera distinción, reflexionaremos sobre
las norma. En la vida del hombre en sociedad aparecen claramente cuatro clases de
normas que limitan su libertad:
b). Normas morales. Son las que rigen las acciones humanas con miras al bien
individual de cada persona y que se cumplen espontáneamente, sin presión
exterior, vgr. hacer el bien a los demás, leer algunos libros de formación
personal, etc.
c) Normas religiosas. Son las que rigen las acciones humanas con miras al
bien sobrenatural, según la conciencia personal de cada uno.
d). Finalmente, las normas jurídicas. Son las que rigen la conducta humana en
la vida social con miras al bien común y pueden, por tanto, ser exigidas
exteriormente por medio de una coacción organizada por el Estado. Por
ejemplo la ley de tránsito, cuya observancia ocasiona el bien de que no haya
accidentes en la circulación de vehículos y que tiene su sistema de coacción por
medio de un cuerpo de fiscales autorizados para imponer multas.
Observamos que una misma conducta humana puede ser imperada por varias normas
de distintos órdenes, que, en algunos casos, se superponen y refuerza mutuamente,
vgr. el precepto de „no matar‟ en una moral, religiosa y también jurídica”.
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SOBRE EL TÉRMINO “DERECHO”
OLASO se refiere a la noción etimológica del término “Derecho”, en los siguientes
términos:
NOCIÓN ETIMOLÓGICA
“Por su etimología, o sea, significado de la palabra, derecho deriva del latin di-rectum,
participio pasivo del verbo dirigo, que significa dirigir con rectitud, palabra en l que
prefijo „di-‟ afianza la idea de estabilidad. Más remotamente, la palabra griega „orego‟ y
la raíz aria „r j‟ tienen idéntica significación. Esta raíz aria „r j‟, con las modificaciones
semánticas respectivas, se encuentra en la voz derecho de casi todas las lenguas: diritto,
en italiano; direito en portugués; dreptu, en rumano, droit, en francés; recht, en alemán;
right, en inglés; reght, en holandés, etc.
Sin embargo, en el Derecho Romano, base de nuestros sistemas jurídicos latinos,
„derecho‟ no tiene su palabra correspondiente, ya que allí se denominada ius. Muchos
términos jurídicos de nuestro lenguaje se derivan de ella, vgr. jurisprudencia, jurista,
etc. (…).
ACEPCIONES
OLASO señala cuatro acepciones de la palabra “derecho”, en los siguientes términos:
“a) DERECHO, COMO NORMA O SISTEMA DE NORMAS, que se
denomina Derecho Objetivo, vgr. el Derecho Venezolano.
b) DERECHO COMO FACULTAD o poder de hacer, poseer o exigir algo,
que constituye el derecho subjetivo, llamado así en atención a la persona o
sujeto que goza de él; por ejemplo el derecho de propiedad, de exigir el pago de
un crédito, de celebrar contratos, etc.
c) DERECHO COMO CIENCIA, vgr. la ciencia del Derecho; finalmente.
d) DERECHO COMO EXPRESIÓN DE PRINCIPIOS SUPERIORES,
o sea, como ideal ético o moral de justicia; así, se dice, por ejemplo: „no hay
derecho a tal injusticia‟.
A veces se usa la palabra derecho incluyendo dos o más sentidos: Así, la frase
„Derecho Natural‟, sin distinguir más, implica a la vez un sistema de normas, las
facultades o poderes derivados de ellas y el carácter ético o moral de justicia”.
DEFINICIÓN
OLASO señala al respecto:
“Derecho es la recta ordenación de las relaciones sociales, mediante un sistema
racional de normas de conducta declaradas obligatorias por la autoridad competente,
por considerarlas soluciones justas a los problemas surgidos de la realidad histórica”.
El autor lo analiza y señala:
“ „-recta ordenación de las relaciones sociales‟: es la idea fundamental del Derecho:
poner orden, poner „derechas‟ o „rectas‟ las relaciones humanas brotadas del hecho
social, para hacer prevalecer en ellas la justicia dentro de un bien común o social que
se ofrece a todos;
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„-sistema racional de normas‟: las normas jurídicas deben formar una estructura, una
organización perfecta, elaborada por la razón; no pueden estar en contradicción unas
con otras; cada una de ellas debe ocupar el lugar que le corresponde en el sistema
dentro de una jerarquía de normas de distinto rango y valor;
„-normas de conducta‟: estas palabras sirven para distinguir las normas jurídicas (que,
como todas las normas, imponen deberes) de las reglas técnicas (que solamente
indican los medios idóneos para conseguir un fin determinado). Observamos que,
frente a los deberes, aunque el hombre quede obligado, es físicamente y
psicológicamente libre de cumplirlos o no; puede someter su conducta a ellos puede
violarlos. Es decir, por su condición de „ser-inteligente-y-libre‟, los deberes que se
imponen al hombre descansan sobre el presupuesto de su libertad. De lo contrario se
conduciría fatalísticamente, como un ser irracional.
„-declaradas obligatorias por la autoridad‟: el poder público competente, que tiene por
misión velar por el orden y promover el desarrollo de la comunidad, es el encargado
de „promulgar‟ las normas necesarias para conseguir tales fines, o de „reconocer‟ –
expresa o tácitamente– aquellos usos o costumbres surgidos de un modo espontáneo
en la colectividad que juzgue indispensable o conveniente sancionar con su autoridad
en atención a aquellos fines;
„-por considerarlas soluciones justas‟: es verdad que la idea de justicia varía, de hecho,
de un tiempo a otro y de un lugar a otro. Pero es innegable que todo Estado considera
justos sus ordenamientos jurídicos y los defiende como tales ante sus súbditos, porque
en el momento en que desparece la pretensión de justicia en la conducta de un Estado
desaparece el orden jurídico y se inicia la tiranía. Y como todo poder público procura
evitar la apariencia de tiranía, se esfuerza a presentar a sus leyes como justas. (…).
„-a los problemas‟: el Derecho no es una ciencia meramente especulativa, sino práctica,
dirigida a la acción. Los motivos inspiradores y las declaraciones teóricas del Derecho
ayudan a uniformar y a dar sentido a las reglamentaciones concretas y aplicaciones del
mismo;
„-surgidos de la realidad histórica‟: son las diversas realidades de cada tiempo y de cada
sociedad (económicas, políticas, sociales, religiosas, etc.), las „fuentes materiales o
reales del Derecho‟, o sea, la „materia‟ que constituye un contenido de las normas y que
debe ser organizada de una manera racional y justa en orden al bien común. Es
importante observar que la realidad histórica de nuestros días., -„época de cambios
rápidos y profundos que ocasionan desequilibrios y violencias‟- exige una evolución
cónsona con el Derecho, que siempre debe estar adaptado a la realidad”.
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tiene fuerza suficiente derogarla y que acaba resignándose a ella. En ambos casos se
trata de un „Derecho eficaz‟ ”.
DERECHO Y SOCIEDAD
OLASO señala al respecto: “Es claro que el hombre para alcanzar la perfección a que
está llamado en el orden físico, individual y moral, debe vivir con otros hombres con
los que coexiste y colabora en una mutua ayuda y complementación. El hombre es un
ser llamado a vivir en sociedad. Y es claro también que la vida social requiere un
respeto mutuo entre sus miembros, una división de actividades según las cualidades de
cada uno, una colaboración hacia determinados objetivos , es decir, un orden. Para
conseguirlo se hacen necesarias las normas jurídicas, o sea el Derecho. De ahí la
célebre frase: donde existe la sociedad, allí hay Derecho (‘ubi societas, ibi ius’). Si el hombre
viviera solo, aislado, no estaría sometido sino a normas morales y religiosas en su vida;
pero, salvo casos muy especiales, el hombre siempre ha aparecido en sociedad. De ahí
que el Derecho sea tan antiguo como la historia y que todos los pueblos hayan tenido
–más o menos rudimentario- su ordenamiento jurídico, es decir, su Derecho.
Debemos señalar como idea final de este apartado, que el Derecho invade toda la vida
social: la aparición del hombre y su desaparición (nacimiento y muerte), la actividad
diaria, los viajes, los estudios, los negocios, todo está prescrito o permitido por el
Derecho. En nuestra época, de un modo especial, aumenta la injerencia del Estado en
la vida del hombre por medio del Derecho (vacunación obligatoria, educación,
identificación personal, seguros sociales obligatorios, impuestos indirectos, etc.)
llegando gasta invadir zonas que antes se consideraban reservadas a la libertar
personal.
En resumen: el Derecho parece como sistema de normas que, coexistiendo con otras
normas diferentes, limitan la libertad del hombre y ordenan su comportamiento en la
sociedad con miras a conseguir un orden social indispensable para su desarrollo y
perfeccionamiento. El Derecho es, pues, un „fenómeno social‟ ”.
L ECTURA 2
COMPRENDIENDO EL DERECHO
El Profesor MAURICIO RODRÍGUEZ FERRARA publicó en 2006 el libro titulado
Comprendiendo el Derecho, del cual hemos tomado la lectura “En torno a la noción de
Derecho”, que se presenta a continuación:
1Irreductible: adjetivo: “Que no se puede reducir”. Real Academia Española. Diccionario de la lengua española.
Edición del Tricentenario. Actualización 2018.
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puede ser demostrado científicamente: El color de la pared es hermoso. A la discusión
sobre la altura de la pared podemos ponerle fin con los instrumentos científicos
adecuados. A la discusión sobre la belleza del color de la pared nunca le podremos
poner fin. De esta manera, los juicios de quien hace ciencia son fundamentalmente de
realidad. En cambio, los de quien hace filosofía son, en su mayoría, de valor.
Dejando en claro que las acepciones del término Derecho son más de las aquí
enunciadas, podemos afirmar con toda seguridad que el Derecho es un instrumento.
E, incluso, antes de ser ciencia o filosofía o antes de ser sistema de normas, el Derecho
es primero y fundamentalmente un instrumento. Existen, sí –y es innegable–, una
Ciencia y una Filosofía del Derecho que tienen por objeto precisamente el Derecho,
pero el Derecho no es –estrictamente hablando–, ni ciencia ni filosofía. Es un tanto
como la Biología y las vacas, para tomar un ejemplo prestado. Podemos afirmar que
las vacas son animales, pero no podemos afirmar que las vacas son biología. Pero, a la
vez, existe una ciencia que tiene que ver con las vacas y es precisamente la Biología.
El Derecho, de esta forma, es un instrumento o mecanismo, creado por el ser humano
–en cuanto tiene el poder político–, para ordenar de alguna manera la vida de relación
entre los sujetos que viven en una comunidad determinada y en un territorio
determinado con unos fines determinados. Este mecanismo que llamamos Derecho
puede ser justo o injusto, puede ser un instrumento de dominación o puede ser una
instrumento de cooperación, puede estar al servicio de la democracia o de la tiranía,
puede generar bienestar o puede contribuir a los mayores estragos, pero no es más que
un instrumento, en última instancia. Normalmente, e incluso en muchísimos [E]stados
que se dicen democráticos, el Derecho es el mecanismo o instrumento más refinado
de que disponen las clases dominantes para el mejor logro de sus propios beneficios,
dando, a la vez y muy sutilmente, una relativa sensación de justicia, de equidad, de paz,
de tranquilidad y de bien común a las clases dominantes”.
L
EDUARDO GARCÍA MÁYNEZ es un tratadista clásico del Derecho, de su obra
ECTURA 3
Introducción al estudio del Derecho (31ª ed.), vamos a tomar unas líneas relativas a las
principales de la palabra derecho.
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DERECHO POSITIVO Y DERECHO NATURAL
Problema muy debatido por los juristas es el concerniente al llamado derecho natural.
Suele darse esta denominación a un orden intrínsecamente2 justo, que existe al lado o
por encima del positivo. De acuerdo con los defensores del positivismo jurídico sólo
existe el derecho que efectivamente se cumple en una determinada sociedad y una
cierta época. Los partidarios de la otra doctrina aceptan la existencia de dos sistemas
normativos diversos, que, por su misma diversidad, pueden entrar en conflicto. La
diferencia se hace consistir en distinto fundamento de su validez. El natural vale por sí
mismo, en cuanto, intrínsecamente justo; el positivo es caracterizado atendiendo a su
valor formal, sin tomar en consideración la justica o injusticia de su contenido. La
validez del segundo encuéntrase condicionada por la concurrencia de ciertos
requisitos, determinantes de su vigencia. Todo precepto vigente es formalmente
válido. Las expresiones vigencia y validez formal poseen en nuestra terminología igual
significado. Estos atributos pueden aplicarse, según dijimos antes, tanto a las
disposiciones establecidas legislativamente como a las reglas nacidas de la costumbre.
Frente a tales preceptos, los del derecho natural son normas cuyo valor no depende de
elementos extrínsecos. Por ello se dice que el natural es el único auténtico, y que el
vigente sólo podrá justificarse en la medida en que realice los dictados de aquél. Sobre
los preceptos en vigor –legislados o consuetudinarios– elévase el otro orden como un
modelo o paradigma (…).
La enorme variedad de concepciones del derecho natural que registra la historia
explícase en función del gran número de sentido en que los teóricos emplean la voz
naturaleza”.
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EDUARDO GARCÍA MÁYNEZ en su obra Introducción al estudio del Derecho (31ª ed.),
se refiere a las fuentes formales del orden jurídico, de la cual extraemos la siguiente
lectura:
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Intrínseco, ca: 1. adj. Íntimo, esencial. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la
lengua española. Edición del tricentenario, actualización 2018.
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El término fuente histórica, por último, aplícase a los documentos (inscripciones,
papiros, libros, etc.), que encierran el texto de una ley o conjunto de leyes. En este
poster sentido se dice, por ejemplo, que las instituciones, el Digesto, el Código y las
Novelas, son fuentes del derecho romano.
Hemos dicho que las formales son procesos de manifestación de normas jurídicas.
Ahora bien: la idea de proceso implica la de una sucesión de momentos. Cada fuente
formal está constituida por diversas etapas que se suceden en cierto orden y deben
realizar determinados supuestos.
De acuerdo con la opinión más generalizada, las fuentes formales del derecho son
la legislación,
la costumbre y
la jurisprudencia.
LA LEGISLACIÓN
En los países de derecho escrito, la legislación es la más rica e importante de las
fuentes formales. Podríamos definirla como el proceso por el cual uno o varios
órganos del Estado formulan y promulgan determinadas reglas jurídicas de
observancia general, a las que se da el nombre específico de leyes. Al referirse al
problema que analizamos, los autores mencionan, en primer término, la ley; pero al
hacerlo olidan que no es fuente del derecho, sino producto de la legislación.
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Valiéndonos de la metáfora a que alude DU PASQUIER, diremos que así como la
fuente de un río no es el agua que brota del manantial, sino el manantial mismo, la ley
no representa el origen, sino el resultado de la actividad legislativa.
Históricamente, las costumbres fueron anteriores a la obra del legislador. En los
estadios primitivos de la evolución social existía una costumbre indiferenciada, mezcla
de prescripciones éticas, religiosas, convencionales y jurídicas. Al independizarse el
derecho de la religión y la moral, conservó su naturaleza consuetudinaria, y no fue sino
en época relativamente reciente cuando el proceso legislativo se inició y aparecieron
los primeros códigos. (…)
¿En qué momento deja una costumbre de ser mero hábito, para convertirse en regla
de derecho? Algunos autores sostienen que la regla consuetudinaria no puede
transformarse en precepto jurídico mientras el poder público no le reconoce carácter
obligatorio.
El reconocimiento de la obligatoriedad de una costumbre por el poder público puede
exteriorizarse en dos formas distintas: expresa o tácita. El reconocimiento expreso
realízase por medio de la ley. El legislador establece, por ejemplo, que a falta de
precepto aplicable a una determinada controversia, deberá el juez recurrir a la
costumbre. El reconocimiento tácito consiste en la aplicación de una costumbre a la
solución de los casos concretos. (…)
AGREGADO
En Venezuela el Código Civil en su artículo 7 establece: “Las leyes no pueden
derogarse sino por otras Leyes; y no vale alegar contra su observancia el desuso,
ni la costumbre o práctica en contrario, por antiguos y universales que sean”.
L ECTURA 5
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seguida escapan de su control y producen resultados no deseados, pero no por ello
menos dañosos”.
L
La siguiente lectura es del autor CARLOS NARDI-GRECO en su obra Sociología
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huellas de reglas jurídicas halladas en las más sencillas sociedades humanas se refieren
a la garantía de la producción.
Pero la simple presencia de una actividad social no puede ser, por sí sola, suficiente a
determinar la formación de hechos jurídicos.
Para la consecución de tal resultado, es necesario un cierto desarrollo de las facultades
mentales superiores sobre las que obran las exigencias sociales. De la descripción del
proceso formal de las primeras manifestaciones jurídicas y de sus reglas
correspondientes, se puede deducir cómo a su producción son indispensables la
presencia y la acción de algunas facultades psíquicas poseídas sólo por el hombre,
especialmente el lenguaje y la reflexión sobre los efectos de las reacciones colectivas.
El que considere cómo se han producido las primeras manifestaciones jurídicas,
comprenderá fácilmente que el derecho no hubiera surgido si los individuos de las
sociedades humanas no hubieran sido capaces de experimentar que, reprimiendo
constantemente determinados actos o eliminando a sus autores, se operaba en el grupo
social una disminución de dichos actos, y si éstos no hubieran tenido a su disposición
para comunicarse sus experiencias, para formular reglas, para juzgar y para transmitir a
las generaciones sucesivas los hábitos y creencias jurídicas, ese maravilloso medio de
comunicación y de regulación social llamado lenguaje articulado. Ahora bien; un
grado de capacidad mental para realizar aquellas reflexiones y el lenguaje articulado en
un grado de desarrollo suficiente, son tres facultades psíquicas superiores, poseídas
sólo por la especie homo y, por consiguiente, este mismo hecho demuestra que sólo
en las sociedades humanas puede surgir el derecho.
Hay luego otro grupo de causas bio-psíquicas del derecho. Vimos que el efecto normal
del ejercicio constante de la represión jurídica es la inhibición psíquica individual, por
lo cual en la mente de todo asociado surge, como motivo determinante habitual de la
conducta, la representación de la pena que recae sobre ciertas acciones por las cuales el
orden jurídico es asegurado. Ahora bien; también este hecho supone suficiente
capacidad mental.
Hay que hacer una última observación. En todas las sociedades que conocemos y en
que existen hechos jurídicos, se presentan también hechos genésicos y familiares.
Hemos visto que hay algunas sociedades en que faltan aún los hechos jurídicos,
mientras existen ya hechos familiares y genésicos.
A priori debemos negar que el matrimonio, la familia y la parentela, sean condiciones
esenciales para el nacimiento del derecho. Podemos muy bien imaginar que en una
sociedad numerosa en la cual rija la más absoluta promiscuidad, se tutela jurídicamente
la producción y una determinada forma económica en ausencia de todo fenómeno
familiar. Esto no obstante, en los hechos que conocemos, la familia preexiste al
derecho forma una de sus primeras materias, y en sociedades muy primitivas vemos
ya que existen reglas jurídicas encaminadas a garantir las relaciones familiares. Esto
sucede porque en los grupos bastante extensos, en que se presentan los primeros
fenómenos jurídicos, se han operado ya, por las indicadas necesidades genésicas y
económicas más urgentes que el derecho, las primeras diferenciaciones familiares; la
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hipótesis de una sociedad primitiva bastante numerosa y en el tiempo mismo
promiscua, privada de toda organización genésica en que el derecho existe, en una
mera abstracción.
Podemos, pues, concluir afirmando que las causas generales del nacimiento de los
hechos jurídicos son:
A) Causas condicionales a) producción;
b) actividades psíquicas individuales
determinadas por los sentimientos de odio,
venganza y de
c) temor;
B) Causas eficientes d) actividades psicosociales referentes a
reacciones colectivas;
e) facultades intelectuales del genus homo,
particularmente lenguajes y reflexión sobre los
efectos de las reacciones colectivas;
C) Causas teleológicas f) economía;
g) familia.
Las causas a), c), d), e), f), son esenciales, porque sin ellos no se da hecho
alguno jurídico; suficientes, porque sin que intervenga cualquier otro hecho social
humano, pueden determinar la formación de hechos jurídicos bien definidos;
generales, porque en todo tiempo y lugar concurren a la producción del hecho
jurídico. La causa, b), pasional y no utilitaria, puede desaparecer con la ulterior
evolución del derecho. La causa g) es solamente teleológica, y aunque importantísima
para explicar las variaciones del derecho, no es, como vimos, una causa esencial, una
condición sine qua non del mismo.
* Con el aumento de la complejidad estructural y funcional de las formas sociales,
nuevo elementos entran a formar parte de la causalidad del derecho. Así, apenas surge
el poder político, ejerce una reacción grave e inmediata, tanto en la función y la
estructura judicial, como sobre el contenido del derecho; (…). La religión, el arte, la
ciencia, del mismo modo que la forma política y las actividades relativas a ésta, en un
cierto grado de desarrollo están garantizadas por reglas jurídicas particulares, y
representa, por consiguiente, otros tantos fines o causas teleológicas del derecho.
Además, en cierto punto de su desarrollo, el derecho está sujeto a una elaboración
científica, y en este caso, la ciencia reacciona sobre la función jurídica. Pero estas
causas no son primitivas ni necesarias, porque ya hemos visto producirse fenómenos
jurídicos en ausencia de todos estos hechos sociales superiores; ni son generales,
porque existen provistas de funciones y de estructura jurídica que no tiene
organización política, ni hechos científicos, artísticos ni religiosos. En cambio, todas
estas nuevas actividades sociales suponen la existencia del derecho en cuanto éste
garantiza los bienes fundamentales y las condiciones más importantes de la
convivencia social, y, por consiguiente, en su primera aparición son evidentemente
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efecto y no causas del derecho económico y genésico. Así, la estructura y la función
política sirven también al objeto de asegurar la realización de la función jurídica, ya
formulando con precisión la regla por medio de la legislación, ya empleándose en la
aplicación de la coacción, ya, por último, suministrando los órganos de la decisión
judicial. El arte reviste de sus formas poéticas las reglas consuetudinarias; la ciencia
presta sus instrumentos lógicos para la elaboración y sistematización del derecho; la
religión amenaza con sanciones ultraterrenas a quien infringe la regla jurídica, y con
ello completa la obra del derecho. Pero el hecho primero es siempre una acción directa
causal del derecho sobre las actividades sociales superiores; luego viene la reacción de
éstos sobre los fenómenos jurídicos, y su enlace análogo al de los tejidos, y de sus
funciones elementales en los organismos. (…).
Tenemos, pues, una doble razón para excluir los demás fenómenos sociales del
número de las causas primitivas genésicas, esenciales y universales del derecho: a)
relaciones causales entre el derecho y las actividades especiales distintas de la economía
y la familia, no existen en todas las sociedades; b) el derecho ejerce una acción causal
directa ascendente sobre estos fenómenos antes que reaccionen sobre él.
* Nuestras afirmaciones contradicen las de la gran mayoría de los filósofos del
derecho y de varios sociólogos. Esto depende del hecho de que unos y otros en
general han partido en su especulación de las observaciones de sociedades muy
complejas, como la greco-romana de la antigüedad y la Europa moderna y
contemporánea, en las cuales ya se han operado las reacciones sobre el derecho de los
fenómenos más elevados en la serie de los hechos sociales, y es sumamente difícil al
investigador establecer las distintas posiciones en la serie causal de los hechos que se
enlazan y forman un complejo aparentemente inexplicable. La investigación de la
causas generales del derecho debe hacerse, por el contrario, en general, partiendo de
los datos y de las leyes de la psicología, aplicadas a la circunstancias de la vida social
humana, y debe ser válida para todos los tipos de sociedades humanas, de modo que
sus resultados puedan verificarse en todo tiempo y lugar. En otros términos: el
método de la sociología general y de las ciencias sociales particulares, debe ser el que
ya varias veces hemos indicado (deducciones de las leyes de la biología y de la
psicología, aplicadas a las condiciones sociales humanas, comprobando los resultados
inductivamente, merced a los datos de la sociología descriptiva y de la historia), y no la
inducción incompleta o la generalización de algunos casos en que el hecho jurídico se
presenta.
Tomemos un ejemplo para demostrar cómo el disentimiento entre los resultados a que
hemos llegado y los resultados a que han llegado muchos de los filósofos del derecho,
depende de las razones expuestas. Casi unánimemente se afirma que el derecho no
puede nacer más que en el Estado, y que la causa primera del derecho es precisamente
al Estado. Esta afirmación ha sido obtenida inductivamente en las sociedades más
complejas, donde, efectivamente, el derecho aparece como una función del organismo
político. Nosotros en cambio, en muchos puntos de nuestro tratado, hemos
demostrado deductivamente que el derecho puede surgir independientemente antes y
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fuera de toda organización política, porque se funda en exigencias sociales más
profundas y generales, menos complejas, y es determinado por elementos más
sencillos que las exigencias y elementos constitutivos que forman la base de la
estructura política.
Podremos ahora rápidamente, con algunos ejemplos tomados de la observación de las
sociedades primitivas, comprobar el resultado de nuestras deducciones. Y de buen
grado insistimos en este punto, porque a él se refiere el error principal y más difundido
sobre la génesis y esencia del derecho.
El derecho de las más sencillas sociedades se compone de pocas reglas, según las
cuales ciertos actos determinados son constantemente castigados después del
reconocimiento de la culpabilidad de su autor.
En los grupos sociales más complejos, la asamblea decide también acerca de las
cuestiones nacidas entre los que componen la sociedad, remitiéndose a las antiguas
reglas y a las decisiones tomadas en casos análogos. Hay en los seres animales
superiores una tendencia psíquica generalísima, que conduce a la repetición en
determinadas circunstancias de los actos que en circunstancias semejantes han
producido un resultado útil para la gens. En general, esta repetición es causada por las
asociaciones mentales aun subconscientes de las representaciones del acto realizado
con la de sus resultados útiles para la gens. En el hombre, la obra de esta tendencia se
hace más extensa y eficaz por la reflexión consciente que es capaz de hacer sobre el
valor de utilidad de las varias formas de conducta. En la sociedad humana, por último,
a la acción de la experiencia directa se agrega la de la experiencia que podríamos llamar
indirecta, es decir, a la obra de la transición a las nuevas generaciones, por parte de los
adultos, de las experiencias realizadas por éstos, hecha por medio de la palabra y de la
educación. Por este proceso de herencia social se transmiten de generación en
generación un gran número de usos genésicos, económicos, militares; una importante
masa de costumbres de varios géneros a las cuales todos se hacen, convencidos de que
sólo obrando así podrán durar el grupo, aumentar, prosperar, procurarse las
subsistencias, defenderse de los enemigos y de las inclemencias naturales. Ahora bien;
las primeras reglas jurídicas que se diferencian de esta indistinta norma
consuetudinaria, se transmiten en el tiempo por un proceso semejante. Y la referencia
que las asambleas hacen en sus fallos a las decisiones dictadas en casos análogos por
las precedentes asambleas, está determinada por las asociaciones mentales descritas,
por la reflexión consciente sobre los resultados útiles para todo el grupo de
conformarse a ciertas reglas, por el conocimiento general de todos los asociados de
que es necesario obrar como los antepasados obraron.
La repetición de las decisiones de las asambleas judiciales precedentes es característica
de este segundo estudio de la evolución jurídica.
Las asambleas no toman providencias generales válidas para todos los casos posibles,
como sucede luego en las asambleas legislativas, sino que se limitan a decidir el caso
concreto, salvo luego el repetir el juicio cuando se presenta un hecho análogo. En
todos los pueblos de la América septentrional, los jueces, las asambleas, las reuniones
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de notables decidían siempre según lo que se había decidido en casos análogos; la
aplicación de las anteriores decisiones a casos análogos, pero no idénticos, acaba por
aumentar el patrimonio de las decisiones casuísticas, que, transmitidas de memoria,
forman sistemas jurídicos como los de los pueblos bastante adelantados, los daiachis
de Malesia, los calmucos, los árabes primitivos, los cafres, los kimbundas, los bogos,
los tuarengs, los cablas y los germanos. Donde la función arbitral se ha localizado en
personas sabias, más perspicaces, por obra de éstas el conjunto de las decisiones
casuísticas sufre cierta elaboración. Los juristas abstraen de las decisiones particulares
los principios generales para aplicarlos a los casos no previstos expresamente. Esta
elaboración de los juristas da lugar a la formación de sistemas adelantados del llamado
derecho consuetudinario, del cual son ejemplos notabilísimos el derecho malesio, el
derecho antiguo indio, el derecho de la península de Malaca, el derechos de los
pueblos árabes, camosemíticos y negro-mahometanos.
Hasta ahora no hay ninguna influencia de la constitución política sobre el derecho.
Aun cuando los jefes políticos asumen en parte la administración de la justicia, no
cambian en modo alguno las antiguas costumbres jurídicas que garantizan la
organización económica y genésica del pueblo por ellos dominado. Los irlandeses no
tenían autoridad que pudiera dictar leyes, y la función de sus reyes se limitaba
simplemente a vigilar, en su cualidad de jefes, las asambleas de las tribus, para que las
costumbres fueran observadas. Letourneau observa que en los pueblos de la Polinesia,
el sistema jurídico fundamental de los pueblos de constitución democrática no difiere
del sistema en vigor en los pueblos monárquicos. La única diferencia consiste en la
intervención del jefe en el sitio; intervención determinada por el solo fin de obtener un
beneficio de las decisiones de las controversias. Y después de una larga demostración
inductiva hecha sobre muchos pueblos, el eminente sociólogo concluye afirmando que
en las tribus y en los pueblos de dominio monárquico-militar, la influencia de los jefes
en la administración de la justicia se reduce a un influjo perturbador, y que “les vieilles
moeurs subsistent longtamps encore”, en el África negra, aun donde el rey dispone de
importantes poderes, continúa vigente el antiguo derecho. Así, a veces, como sucede
también en la Polinesia, el rey-juez no puede violar las antiguas costumbres.
Trollope refiere de los barolongs, que si el rey juzgase en contrario al antiguo derecho,
perdería el trono y la vida. Magyar refiere que el rey de los kimbundas no puede violar
en modo alguno las antiguas costumbres; si lo hiciera, sería muerto inmediatamente.
El rey de los asciantis, aunque pasa por un autócrata, no está libre de fiscalización.
Está sujeto a la obligación de observar las costumbres nacionales, transmitidas al
pueblo desde la más remota antigüedad. Una infracción de esta obligación costó el
trono a Osai Quamina. Este hecho, observa SPENCER, recuerda que en los
hotentotes de nuestros días, en los mejicanos, antes de la conquista, los jefes se
obligan, al heredar el poder, a no alterar el orden establecido. BURTON observa que
entre los africanos orientales, el único límite al poder del déspota es el Aada, el
precedente. Entre los javaneses, dice RAFFLES, el único freno a la voluntad es la
costumbre local. En Sumatra, el pueblo no reconoce a los jefes el derecho de instituir
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las leyes que juzgan oportunas, ni de abolir ni alterar los antiguos usos, los cuales
observan con celosa fidelidad. „Entre los basutos, cuenta CASALIS, los jefes tienen la
facultad de dictar leyes y reglamentos que exigen las circunstancias; pero consideran
estas leyes, molaos, como de menos autoridad que los usos y las costumbres; mekhoas,
que constituyen el derecho propiamente dicho del país‟. Ya vimos cómo en todos los
Estados absolutos, por ejemplo, en las monarquías africanas, indias, en los Estados
árabes y malesios, en la monarquía hebraica, junto a la jurisdicción regia, subsisten las
antiguas jurisdicciones de los jefes de las gens, de las tribus, de los jueces de los
pueblos y de los tribunales de castas. Cuando la formulación del derecho toma la
forma de la legislación, no cesa la elaboración del derecho consuetudinario. En uno de
los sistemas más adelantados de derecho que recuerda la historia, en el derecho
romano, la costumbre, como fuente del derecho, tuvo gran importancia. Aun bajo
Adriano, el jurista Juliano escribía: „Inveterata consuetudo pro lege non inmerito custoditur. Nam
cum ipsae legis nulla alia ex causa nos teneat quam quod judicio populi receptae sunt, merito et ea,
quo sine ullo scripto populus probat, tenebunt omnes. Nam quid interest, suf fragis populus volutatem
suam declaret, an rebús ipsis et factis? qua re rectissime et illum receptum ets, ut leges non solo
suffragis legislatoris, sed etiam tacito consensu ómnium per desuetidine abrogentur‟.
La costumbre es, pues, considerada como capaz de abrogar la ley, esto es, de disponer
de una fuerza igual a ella. También en el sistema actual del derecho indio sucede algo
semejante. BORNELL observa que en la India, especialmente en el sur, fue siempre
considerada como muy superior a la ley escrita, y MAINE cita una importante
decisión de la Comisión judicial, en que se afirma expresamente que, „según el sistema
jurídico de los indios, la prueba de una costumbre tiene preferencia sobre el texto
escrito de la ley‟. Es notable que el texto de Juliano se haya reproducido en la
codificación justiniana, lo que demuestra que, aun en el siglo VI de Cristo, la
costumbre tuvo gran importancia en la formación jurídica. Y sólo en un estadio más
avanzado de la evolución social es cuando la multiplicación de las relaciones
interindividuales y su creciente complicación hacen necesaria la redacción de la regla
jurídica en modo cierto y absoluto, cuando la costumbre pierde su eficacia primera, y
la formación del derecho se realiza enteramente con la ley. En el derecho romano, el
primer momento de este proceso es señalado por la célebre constitución 2, C. 8, 52
(53) de Constantino, que establece que: „consuetudinis ususque longaevi non vilis auctoritas
Zest, verum non usque adeo sui valitura momento esta ut rationem vincat aut legem‟; constitución
que señala el paso a un estado de evolución jurídica más complejo, como demostraron
SCHUPPE y BONFANTE. En los modernísimos sistemas jurídicos continentales se
establece, por último, que la costumbre tenga valor jurídico sólo en las materias
indicadas explícitamente por la ley.
Se podría también notar que la legislación ejerce su obra dando sanción a antiguas
costumbres jurídicas. Para las sociedades arias, que luego llegaron al estado más
elevado de complejidad jurídica, la prueba de este hecho ha sido dada por SUMMER
MAINE. Pero esto no interesa a la actual investigación. Nos basta haber mostrado que
la voluntad estatual no es una causa universal esencial de los hechos jurídicos, porque
27
un gran número de los hechos del derecho se desarrollan antes y fuera de la influencia
actual. Lo que es esencial al derecho es el ser garantido por la fuerza social, que puede
también residir en el conjunto indiferenciado de los que componen la sociedad aún no
organizada políticamente.
Afirmamos, pues, que el Estado no es una causa universal del derecho. Y así tampoco
lo es la moral (…). El resultado de la investigación de las causas generales del derecho
coincide, pues, con el de la investigación de las causas generales de las variaciones del
derecho, como era de esperar, porque las variaciones, en un conjunto de hechos,
producen siempre variaciones correspondientes en los hechos de aquellos
dependientes causalmente”.
L ECTURA 7
El autor KURT NAGEL von JESS escribió su obra Lecciones de Sociología Jurídica, de la
cual tomamos la siguiente lectura:
LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
Instituciones sociales
La organización social es un complejo de elementos coordinador que se caracterizan
por su permanencia. Esos elementos que la constituyen se denominan instituciones. El
conjunto armonioso de las instituciones de una sociedad forma su organización social.
Son como especie de órganos del cuerpo humano; tienen límites definidos, contornos
29
precisos y funciones propias. La institución, es así, el elemento típico y fundamental de
la estructura colectiva.
Puede agregarse que son las reglas de conducta obligatorias y duraderas que regulan la
actividad del hombre en su específica condición humana, producidas por el constante
devenir histórico y el interrelacionarse de los hombres, que al producirse van dejando
como una especie de huella o residuo en la sociedad y que existen de manera
apriorística cuando el hombre arriba a la sociedad.
Sus características las podríamos enumerar de la siguiente manera:
a) son por lo general normas de conducta;
b) son un sistema de control social;
c) son en sí mismas una organización social que adquiere personalidad propia y
particular;
d) son una pre-condición de las condiciones sociales;
e) no toda organización social es necesariamente una institución social, aun
cuando toda institución social forma parte de la organización social;
f) son duraderas y permanentes;
g) son producto de la interactividad del hombre a través del tiempo;
h) son obligatorias;
i) están ya preestablecidas;
j) están orientadas hacia la consecución de una finalidad colectiva establecida
por las autoridades competentes para ello;
k) tienen movilidad social, están sujetas a la relatividad y se dan en form
paralela a otras instituciones;
l) son un concepto, una idea que tiende hacia un interés o hacia una necesidad
que se aspira satisfacer;
m) tienen su propio código y un conjunto de individuos que las reconocen
como tales y las sirven, y
n) son susceptibles de clasificación.
Unas de las clasificaciones más prácticas y completas es la dada por HAURIOU, quien
habla de:
a) instituciones-personas; por ejemplo, las personas colectivas, las sociedades
de responsabilidad limitada o ilimitada, las sociedades anónimas o las
compañías de responsabilidad limitada, las sociedades en nombre colectivo o
en comadita simple o por acciones, las sociedades civiles y las mercantiles;
b) instituciones-cosas; por ejemplo, las fundaciones;
c) instituciones-reglas; por ejemplo, las normas de conducta sociales, religiosas,
morales, legales, las obligaciones de diversa índole, las reglas de conducta
colectiva;
d) instituciones-mecanismos, que son aquéllas que determinan la manera de
realizar determinados actos formales para que se dé la validez de los mismos;
por ejemplo, las reglas relativas al matrimonio, a la constitución de una
30
hipoteca, al otorgamiento de un testamento, a la celebración de un
determinado contrato solemne;
e) instituciones-organismos, que son aquéllas que se refieren al funcionamiento,
estructura, constitución y fines de un grupo determinado, donde cada
miembro tiene sus funciones bien determinadas en relación con los demás
miembros del grupo; por ejemplo, la familia, el Estado, etc.
Estructuras sociales
Son el conjunto de elementos solidarios entre sí que forman todo el andamiaje social,
base de las actividades de interrelación, y que solamente se pueden separar en forma
abstracta con fines exclusivos de estudio y análisis, no yuxtapuestos, sino
interrelacionados y previos al individuo mismo, que determinan el límite y el ámbito de
las funciones que puede desarrollar el individuo dentro de cada grupo al cual
pertenezca. En la especie de marco o revestimiento que delimita la acción social del
hombre y que le da forma a ese actuar del individuo, delimitando cual es el respectivo
campo de libertad y de acción.
Procesos sociales
No son otra cosa que los diferentes modos de interacción humana; es el conjunto de
interactividades que el individuo realiza dentro de cada estructura o grupo social al
cual pertenece, pudiéndose englobar cada uno de los tipos de procesos sociales en tres
categorías diferentes:
a) procesos sociales de unión;
b) procesos sociales de separación, y
c) procesos sociales mixtos, o sea, de unión y separación simultáneos.
Relaciones sociales
Vienen a constituir los lazos de unión que se producen entre todos y cada uno de los
individuos que integran una capa social, determinados por el proceso de acción social,
o los vínculos que se dan entre los diferentes grupos sociales a los cuales pertenece un
mismo individuo que circula entre ellos. Es el proceso mismo de la estratificación; es
el producto y resultado de los procesos sociales determinados por la estructura y que
van apareciendo en la medida en que se van entrecruzando los diferentes círculos o
grupos sociales por la acción de la movilización bien horizontal o bien vertical de
todos y cada uno de los individuos. Las relaciones sociales se pueden reducir a dos
grandes categorías:
31
a) relaciones sociales de dominación; por ejemplo, aquéllas donde los seres son
superiores a otros, y por lo tanto dominan a aquellos, y
b) relaciones sociales de compañerismos; por ejemplo, aquéllas relaciones
donde no hay una jerarquía de superior a inferior.
Status Social
Es la posición que cada uno de los individuos viene a ocupar dentro de cada grupo o
círculo social en virtud de los procesos, las relaciones y las estructuras sociales en las
cuales se mueve. Es el „ego‟ frente a su grupo, y la posición que dentro o fuera de ésta
tiene. Implica necesariamente una relación de igualdad o de desigualdad, pudiéndose
estar en consecuencia, „in‟ o „out‟; implica rango, comportamiento, jerarquía, posición,
etc. Se puede tener un status múltiple o uno sencillo; implica un concepto de
relatividad, por cuanto, para el „ego‟, puede ser alto, medio o bajo, bueno o malo,
valioso o no valioso. El status de una persona está encerrado en todos aquellos datos
de su estado civil que generalmente se le exigen a un individuo como reseña o
identificación, como puede estarlo también en el trato que le den en un grupo social o
el que él exija que se le dé o se hace dar.
Función Social
Constituye el aspecto dinámico del status, por cuanto es el conjunto de actividades, no
ya de relación únicamente, porque se confundiría entonces con proceso social, sino de
actividades, que se realizan en virtud del status que el individuo tiene dentro o fuera de
un grupo o círculo social determinado, y al cual puede o no puede pertenecer. Este
concepto está referido a la manera de comportarse el individuo dentro o frente a cada
grupo y de acuerdo con las exigencias requeridas por el grupo al cual se pertenezca o
no se pertenezca. Un caletero de puerto no se comporta de igual manera que un
profesional de la medicina; no nos comportamos de igual manera en la iglesia que en la
playa; un hombre no reacciona igual que una mujer; un casado no tiene los mismos
intereses que un soltero.
Los sociólogos conciben la realidad social como la acción misma dentro de esas
mismas dimensiones sociales; es decir, dentro de las estructuras sociales. Estas
realidades son a la vez económicas, políticas, jurídicas, culturales, etc. La condición
humana, cualquiera que él la sea, está siempre caracterizada por una serie de cambios
continuos que el hombre mismo ha construido. Y así nacen los valores sociales. Así
como hay diversidad de sujetos, habrá también diversidad de categorías de grupos
sociales, en los cuales jugará papel importante el fenómeno psicológico, especialmente
el instinto, porque como dice JEAN PIAGET, „…los hechos sociales, que no son otra
cosa que conducta humana, son a la vez psicológicos y sociológicos…‟. Todo acto
social es a la vez la expresión del „yo‟ y la expresión del „nosotros‟. Ya BERGSON lo
dijo „…que un hombre aislado no se comporta de la misma manera que un hombre en
sociedad, y que la civilización influye de tal manera en el individuo que lo configura a
su manera…‟. La Sociología se ocupa de la acción humana en su dimensión colectiva;
los sentimientos, las ideas, la tecnología, la práctica, están siempre unidas entre sí. Esas
actividades no pueden ser separadas jamás, y juntas, forman un conjunto armonioso
que constituye la realidad de la acción social presente en tres diferentes escalas:
a) en relación con el „yo‟ mismo;
b) en relación del „yo‟ con el grupo, y
c) en relación del grupo con otros grupos.
Los grupos sociales se pueden estudiar sólo a través e hipótesis que presentan
variantes en el tiempo y en el espacio. Son susceptibles de ser encerrados en una
definición que contenga todas las características de cada tipo, es decir, de describir esas
estructuras, a menos que se haga Sociología Especial reducida a un campo específico.
Esta forma de estudiar los grupos sociales encierra el peligro para el estudioso de la
materia de que llegue un momento en que sepa mucho y sepa nada, o de que llegue a
saber nada y lance entonces una serie de conjeturas con conocimientos muy limitados.
Es muy peligroso jugar con las hipótesis que nos da la observación.
Y por eso los autores e investigadores recomiendan usar de las leyes sociales con
mucho cuidado y prudencia.
Ahora bien, los grupos sociales, una vez hechas las observaciones anteriores, pueden
ser clasificados de la siguiente manera:
a) según su origen: en psicológicos (espontáneos y voluntarios), biológicos
(edad, sexo), geográficos (por lugares o regiones), o sociológicos (formados
natural o artificialmente);
b) según el criterio de FERDINAND TÖNNNIES: en asociaciones y
comunidades;
c) según el criterio de GIDDINGS: en compuestos y constituidos;
d) según el criterio de COOLEY: en primarios y secundarios;
e) según su durabilidad: en permanentes o temporales, de costumbre o de
moda;
f) según la fuerza que los determine: en militares, religiosos o industriales,
metafísicos o positivos;
g) según los instintos que los determinen: en económicos, políticos,
demográficos, biológicos, jurídicos o culturales;
h) según sus aspectos históricos: en castas, hordas, tribus, clanes, estamentos,
naciones, estados, clases, etc.
Según PITIRIM SOROKIN, para quien la clase social no es sino una especie de grupo
o categoría particular de grupo, es necesario partir de una distinción que nos ha
parecido bastante interesante:
„…hay que saber la diferenciar los hechos inorgánicos propios de la materia, los
hechos orgánicos propios de la vida y los hechos superogánicos, que no son
otros que los socio-culturales, producidos por la aplicación de la conciencia
desarrollada sobre todo lo que nos rodea, que no es otra cosa que la capacidad
psicológica o aptitud de percepción de las cosas que tienen los individuos‟.
34
El mundo socio-cultural es un mundo sumamente complejo tal como lo es el hombre,
y no encierra solamente el estudio de los instintos, sino también el de los sentimientos
dirigidos por la conciencia y la reflexión; y asimismo, la interacción significativa que
establece la relación entre los individuos e influye en el comportamiento de cada uno.
Este mundo socio-cultural necesita de los individuos, de un vehículo material (la
escritura, los gestos, etc.), de una significación (representaciones codificadas con un
mismo sentido para todo el mundo), y de una interacción que puede ser unilateral o
multilateral, directa o indirecta, una cultura o producto de esa interacción, que puede a
su vez ser material o inmaterial, y de una sociedad difícil de definir.
Para SOROKIN, los grupos se pueden caracterizar de tres maneras:
a) grupo de interacción inorganizada (efímeros);
b) grupos de interacción organizada, y
c) grupos estables o instituciones; pero todos regidos por leyes cuya
particularidad reside en su no codificación o imposibilidad de codificación.
El habla de dos grandes tipos de grupos: grupos alineados en forma única y grupos
alineados en forma múltiple. Los grupos de alienación única son aquellos cuya
actividad está dirigida hacia un solo centro de actividad o valor, a un solo aspecto de la
existencia; por ejemplo, una asociación cultural, un partido político o una asamblea de
accionistas, un club de billar, una asamblea de fieles de una determinada religión, etc.
Mientras que los grupos alineados en forma múltiple son aquellos cuyos miembros
están unidos por diferentes intereses, sin que ello quiera decir que un tipo tenga mayor
o menor importancia que el otro.
Hay, sin embargo, una serie de grupos que poseen la característica de ambos y que a la
vez se confunden a menudo con el concepto de clase social. Estos son:
a) los grupos profesionales (sin embargo, las clases sociales son grupos de
alienación múltiple que no deben confundirse con los grupos profesionales
que son grupos de alienación única);
b) los grupos económicos (por ejemplo: ricos, pobres, clase media, etc., que
toman en consideración los ingresos y que son igualmente confundidos con
el concepto de clase social, pero en verdad son grupos de alienación única,
mientras que, como ya señalamos, el término clase es múltiple), que a su vez
pueden ser divididos en virtud de sus funciones: en capitalistas y proletarios,
productores y consumidores, vendedores y compradores, propietarios y no
propietarios, etc.;
c) los grupos políticos, que al igual que los económicos también tienen esa
misma particularidad y no deben ser confundidos con el concepto de clase
social (dirigentes y dirigidos, gobernantes y gobernados, etc.), y
d) los grupos biológicos, según sus determinaciones cronológicas o sexuales,
etc.
35
Veamos ahora a continuación un cuadro que nos enseñe fácilmente otra posible
clasificación de los grupos sociales.
b) geográficas -tribu.
-pueblo.
-ciudad.
-nación.
c) sociológicas -clase.
-casta.
-estamento.
-corporación.
-sindicato.
-gremio.
.partido político.
LA HORDA
Es una agrupación de individuos en su forma más primitiva y salvaje, errante y
nómada, cerrada y aislada, cuyas relaciones sexuales son por lo general endógamas y
promiscuas, presentando un predominio del instinto de la reproducción y de la
alimentación, viviendo por lo general, de la caza y de la pesca.
36
En el Diccionario de la Real Academia Española el término “horda” significa:
“Comunidad de salvajes nómadas”5.
EL CLAN
Es una agrupación más o menos estable, cuya primordial relación se encuentra
sustentada en el vínculo de parentesco, determinado casi siempre por la mujer, es
decir, por la línea matriarcal; grupo que posee una fuerte unión espiritual entre sus
miembros, basada por lo general en la creencia de una descendencia de unos
antepasados o tótem, y cuya organización está basada en un sistema más o menos
democrático y comunitario.
LA TRIBU
Es una agrupación mucho más avanzada, formada por la unión de clanes y de
hordas más o menos sedentarizados, unidos entre sí por un lenguaje, una historia y
una tradición comunes, con una unidad política, social y económica compleja y
organizada. Jerárquicamente, en la cual hay un predominio de un jefe seleccionado
y de un consejo de ancianos que sirven a los intereses de la tribu.
LA SECTA
Más que un grupo, es un subgrupo social limitado, con poca unidad social, formado
por individuos ligados entre sí por unas mismas creencias, que por lo general, tienen
propósitos recónditos, casi siempre contrarios a las leyes existentes, al interés público
o a la ideología predominante. Existen tres tipos de sectas: las sectas religiosas, que
5
Un segundo significado es el de “Grupo de gente que obra sin disciplina y con violencia”.
37
después se convierten en iglesias; las sectas políticas, que luego darán paso a los partidos
políticos, y las sectas filosóficas, que posteriormente darán lugar a las grandes escuelas
filosóficas.
En el Diccionario de la Real Academia Española el término “secta” tiene los siguientes
significados:
1. f. Doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera orto
doxo. Rechazan que unasecta se equipare a una religión.
2. f. Conjunto de seguidores de una secta. La secta de los esenios.
3. f. Comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de caráct
er espiritual, en la que losmaestros ejercen un poder absoluto sobre los adept
os.
LOS SINDICADOS
Son agrupaciones sociales cuyo objeto primordial está dirigido a determinar de una
manera precisa las relaciones obrero-patronales, para tratar así de velar por los
intereses de cada uno de los grupos que intervienen directamente en el hecho
económico, considerado el uno con relación al otro en una situación de desnivel social
o de dependencia, de inferioridad o de superioridad. En este sentido puede
distinguirse tres tipos de sindicatos: sindicatos gremiales o de obreros, sindicatos
patronales o trust o kartels, y sindicatos mixtos u obrero-patronales, fórmula moderna
que se ha tratado de implementar para conciliar y darle solución al urgente problema
obrero-patronal que se había agudizado a fines del siglo pasado, y adoptada por los
grandes países capitalistas e industrializados, donde la socialización se ha dejado sentir
en forma por demás importante y sui generis.
LA CASTA
Es una agrupación más elevada, pero esencialmente endógena, compacta, cerrada,
exclusivista e impermeable, formada por individuos que tienen ideas, profesiones,
gustos, educación, maneras y sentimientos comunes; producto generalmente de una
mismo origen racial, o del nacimiento o por la yuxtaposición de civilizaciones venidas
con cada una de las conquistas, o por el carácter religioso, donde los individuos desde
el instante mismo de su nacimiento y por ordenarlo así la costumbre o el
ordenamiento jurídico producto de esa misma costumbre, se encuentran sujetos y
unidos por normas definidas y rituales comunes a los de su propia agrupación y de por
vida, agrupaciones de las cuales no pueden salir. En una casta se nace y muere dentro
de ella.
En el Diccionario de la Real Academia Española el término “casta” tiene los siguientes
significados:
1. f. Ascendencia o linaje. U. también referido a los irracionales.
2. f. En la India, grupo social al que se pertenece por nacimiento, y que, dent
ro de una etnia, sediferencia por su rango e impone la endogamia.
3. f. En algunas sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a
permanecer separado de los demás por su raza, religión, etc.
4. f. Especie o calidad de algo.
EL ESTAMENTO
Es una agrupación o más bien un estrato social relativamente rígido, no tanto como la
casta, determinado no por el nacimiento, sino por la ley, o reconocido por la
costumbre, normas que determinan las relaciones y condiciones de sus miembros
cuando éstos hayan cumplido con una serie de ciertos requisitos pautados por las
mismas disposiciones legales que lo rigen. Los estamentos se diferencian de las castas
por cuanto en éstas no se trata de otorgar o negar privilegios de alguna clase.
En las castas, a cada una y a sus respectivos miembros, le corresponde el desempeño
de determinadas tareas sociales necesarias para el grupo, mientras que en el estamento,
cada uno de sus miembros, puede desempeñar las mismas o iguales tareas, pero su
misma condición estamentaria le da privilegios a quien se encuentre en estructuras
jerárquicamente superiores. Puede decirse que en la época colonial americana, lo que
existía en las colonias españolas era un sistema de verdaderos estamentos,
determinados por el nacimiento, pero que con las leyes y disposiciones jurídicas de „las
gracias al sacar‟, permitía una cierta permeabilidad más o menos aguda imposible en el
39
caso de una casta. Igualmente, así deben concebirse los estamentos existentes,
anteriores a la Revolución francesa (nobleza, clero y estado llano).
En el Diccionario de la Real Academia Española el término “estamento” tiene, entre
otros significados, el siguiente:
1. m. Estrato de una sociedad, definido por un común estilo de vida o
análoga función social. Estamento nobiliario, militar, intelectual.
LA CLASE SOCIAL
Será quizás éste el concepto más difícil de definir, dado lo complejo y escurridizo de
sus elementos constitutivos, es hoy uno de los temas cuya conceptualización es la más
discutida, la más difícil de aclarar y el punto, más fascinante que presenta para su
estudio la moderna Sociología y todas las demás ciencias conexas. Se ha llegado
inclusive a considerar que, en virtud de las características propias que ella reviste, el
concepto de clase social sea algo que ha dejado de existir, y que ya hoy, por su carácter
complejo y por esas mismas dificultades que se encuentran para reunir sus elementos,
sea muy posible que su concepto vaya desapareciendo para dejar así paso a nuevos
tipos de estratos sociales.
Para SOROKIN, por ejemplo, partiendo del análisis de su naturaleza, la clase social es
un grupo de alienación múltiple que no debe confundirse de ninguna manera con dos
de las categorías especiales ya descritas: la casta y el estamento.
Para él, la clase social es un conjunto de derechos por medio del cual se puede entrar o
salir de un grupo social; base en la cual se fundamenta el concepto. La clase social, de
difícil definición, es, más que un concepto, una situación de desigualdad determinada
especialmente por la necesidad de la división del trabajo.
Para él, la clase social es un concepto menos general que el de estrato, y que
corresponde a los diferentes puntos de vista de una jerarquización necesaria a todos
los grupos sociales. Por otra parte, el concepto de pertenecer a „una misma clase‟
implica una igualdad de funciones diferentes a las funciones de las otras clases. Él
concibe como errado, por ejemplo, determinar las clases sociales en base al salario que
gane una persona, lo cual sirve únicamente para ayudar la estadística. Por otra parte,
los grupos de alienación única reales, como por ejemplo, las asociaciones gremiales o
profesionales, las élites políticas, económicas, militares, etc., no son verdaderas clases
sociales.
El concepto de clase parte de diferentes puntos de vista, es susceptible de determinar
varios criterios, cambia con el tiempo y el lugar y su conjunto no permite una buena y
única definición. De esta manera, SOROKIN se opone al concepto que MARX dio de
40
clase social, para quien la base que la sustentaba era solamente y en forma
determinante lo económico, considerando a la clase como un conjunto de individuos
que a una misma situación económica acompaña una misma ideología, una misma
orientación política y una identidad cultural. Esto hoy en día, ni es verdadero ni está
suficientemente claro. (…).
La división de clases parte de la división del trabajo, pero también de otros múltiples
elementos. Hay un „lumpen proletariado‟, pero los campesinos, entre ellos mismos
forman clases polivalentes; hay patronos y obreros, pero tanto entre los mismos
patronos como entre los mismos obreros hay diferencias inmensas. Podemos hablar
de artistas, industriales, comerciantes, agricultores, criadores, artesanos, y sin embargo,
dentro de cada grupo social nos encontramos con múltiples subdivisiones que, entre
sí, nada tienen de común. En este sentido, SOROKIN tiene un criterio más amplio y
más exacto de clase social al contrario del marxismo, que con una visión apriorística
exagera la mentalidad de la clase obrera, puesto que hoy día hay obreros que no
pertenecen a la clase baja o podre desde el punto de vista económico; y asimismo,
podemos constatar que entre los obreros no hay una mentalidad homogénea. En
Francia, los líderes sindicales tienen enormes diferencias entre ellos; en Inglaterra,
todos los sindicatos están divididos. Para MARX no hubo diferencias entre orden y
clase social. Para él, el conservadurismo, la burguesía, la nobleza y los patronos eran
una misma cosa.
SOROKIN, parte de una crítica indirecta hecha sobre ese principio para determinar y
afincar su punto de vista sobre la tesis de MARX, diciendo que éste no reconoce la
subdivisión de las clases sociales y que es extremista y determinista, en el sentido de
que habla únicamente de la existencia de dos clases extremas y opuestas: la burguesía y
el proletariado, lo cual es totalmente falso. SOROKIN terminará por preguntarse si
será necesario formular una definición y un concepto de clase social; si es verdad que
ese concepto de clase juega hoy en día algún papel en la vida social, y si es que acaso
hoy en día existe la clase social.
Hay una realidad que nosotros llamamos clase social y que influye en la manera de
comportarse el individuo pero veremos lo difícil que será conceptuarla por los
heterogéneo de sus elementos. SOROKIN parte de un principio para determinar la
existencia de las clases sociales: él dice que hay sociedades dominadas por un solo
grupo y sociedades dominadas por varios grupos. La primera sería la sociedad
soviética donde existía una fortísima y preponderante clase dominante, o la „la nueva
clase‟ como la llamada MILOVAN DJILAS, la „nomenklatura’; y la segunda sería la de
los países industrializados del mundo occidental.
Dentro de las sociedades dominadas por varios grupos nos encontramos:
(…) La sociedad estática o nacionalista es aquella donde la estructura del [E]stado se apoya
en la concepción de nación, y es ésta la preocupación fundamental del [E]stado, quien
funda todas su funciones sobre el culto y la exaltación del espíritu de la nación. Las
artes, la economía, el derecho, el pensamiento, la cultura y la política tienen como
valor supremo el „alma del pueblo‟ (Volksgeist), considerado desde el punto de vista
nacional, como por ejemplo el [E]stado alemán nacionalsocialista. Puede decirse que el
[E]stado soviético era estático puesto que el grupo dominante bastaba todas sus
funciones únicamente sobre la ideología del partido que es dogmática; pero no sin
embargo, decir que fuera una sociedad nacionalista. La sociedad teocrática por su parte, es
aquélla donde el grupo dominante es una iglesia, y los valores fundamentales son
teocráticos, como por ejemplo, el antiguo Tibet, los Estados Pontificios y el Sacro
Imperio Romano Germánico. Por último la sociedad urbana y rural, que por presentar
características propias y a la vez disímiles en todas y cada una de las regiones donde se
asienta, implica a su vez, al igual que el análisis de las clases sociales, un estudio aparte,
y en Venezuela formarán dos sociedades perfectamente bien delineadas.
La clase social es un concepto contemporáneo sumamente amplio referido a todo tipo
de organización que determina en nuestro mundo el comportamiento que determina
en nuestro mundo el comportamiento del individuo en relación a un grupo, o puede
referirse en sentido estricto al carácter económico de dicho individuo (tesis marxista).
La clase social es una muchedumbre homogénea, pero extendida en forma universal
(porque hasta en los países soviéticos, socialistas o comunista existieron las clases
sociales), cada vez más esparcida en la medida en que la comunicación social se ha ido
haciendo más rápida y más amplia, que se establece sin privilegios, pero con un
sentido de solidaridad, modo de vida, educación, comportamiento y clima histórico
que determina una especial actitud del individuo frente al grupo. Es aquel conjunto de
individuos que guardan entre sí relaciones de igualdad, pero que se separan y
distinguen de otros grupos sociales por ciertos cánones que reconocen como válidos.
Para SOROKIN es un grupo social más bien determinado por la existencia de una
repartición desproporcional de los bienes, que da ventajas y desventajas, que implica
42
una superioridad o una inferioridad, o sea una desigualdad por la existencia de rentas
dispares, una profesión distinta, una situación de dominio, y que encierra un
problemática de prestigio dentro de cada una, susceptible de una subdivisión.
Para GURVITCH es un elemento estructural de la sociedad que no desapece nunca.
Puede desaparecer determinada clase dominante, pero el sistema de clases es algo que
existe necesariamente dentro la sociedad global, puesto que es la que determina la
estructura de esa sociedad. La vida social tiene su base en la libertad, y esa libertad
misma determinará siempre una libertad de asociación. La clase social es en el fondo
un sujeto colectivo portador de una visión del mundo, determinada por sus individuos,
y que tiende a imponer esa manera de vida a toda la sociedad global, por lo cual el
contenido de la clase social puede variar según varíe el concepto de sociedad global.
Una clase social es un fenómeno social en tanto ella pueda ser capaz de realizar un
acto general que afecte a la toda la sociedad.
Es un sujeto social colectivo por cuanto ella constituye una totalidad y una fuente de
fenómenos sociales; pero es latente, por cuanto ella no está presente sino en
determinados momentos cuando sus intereses se vean afectados. GURVITCH nos
habla con el ejemplo del volcán.
El problema así analizado, nos presenta una serie de preguntas que deberían ser
contestadas, entre las cuales debemos destacar las siguientes:
A ¿Cuál es el elemento característico que determina que un individuo
pertenezca a una o a otra clase social?
B ¿Qué elementos caracterizan una clase social?
C ¿Cuántas clases sociales hay?
Pero estas tres preguntas no pueden ser contestadas de una manera concreta y
determinante, porque el concepto de clase social es un concepto, como ya se ha visto,
que no está sujeto a cánones estrictos y se diluye en el mundo de las disquisiciones; en
fin, escurridizo. Sin embargo, para tratar de aclarar las ideas, podríamos resumir sus
elementos, los más importantes, obtenidos a través de este breve análisis y que puedan
facilitar la obtención de un mejor y más claro concepto de clase social, de esta manera:
a) es un sentimiento de igualdad;
b) implica un sentimiento relativo y muy subjetivo de inferioridad o de
superioridad con relación a otros individuos o a otros grupos, lo que muchas
veces hace resaltar personalidades con graves resentimientos sociales;
c) es un grupo con estructuras amplísimas y abiertas, lo que permite el
„arribismo‟, los „parvenúes‟ y los „declassés‟;
d) están estructuradas en forma vertical y su movilidad se proyecta en este
sentido;
e) no son actuales, sino siempre potenciales (como ejemplo, está lo dicho sobre
el volcán o el dique);
f) son grupos sociales sin una función específica;
g) son cuasi-grupos, o sea grupos sociales latentes;
43
h) sus individuos, dentro y fuera de ellas, no tienen un status determinado;
i) no tienen una existencia legal reconocida;
j por lo general, son estructuras y agrupaciones democráticas y sus líderes y
funcionarios representativos son elegidos en formas por demás popular;
k) son grupos sociales sumamente flexibles;
l) son estructuras anorgánicas y funcionales;
m) están jerárquicamente estructuradas;
n) es un concepto complementario a nuestras relaciones sociales diarias;
o) da a sus miembros una especie de „conciencia social‟;
p) determina ante los miembros de ella una igualdad de funciones;
q) es una comunidad de acciones y de ocupaciones
r) en fin, no es sino una manera de comportamiento.
(…)
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Esquemas doctrinarios
Muchos autores han tratado de representarse ese cambio, esa serie de
transformaciones que se producen en la sociedad y a la vez en el individuo,
reduciéndolo todo a figuras de diferentes formas, con el fin de mostrarnos de una
manera plástica la evolución que la sociedad sufre en su búsqueda del fin común y en
su lucha por conquistar el progreso. (….).
-social -interna.
-externa.
Leyes de la evolución
En materia de cambio, el problema estriba tanto doctrinaria como prácticamente en
tratar de determinar si el cambio en la sociedad se produce de acuerdo con leyes
indefectibles, de si efectivamente existen esas leyes y si éstas son aplicables en todo
momento y lugar. Muchos han sido los autores que han pretendido encontrar esas
leyes, y entre las más importantes citaremos en primer lugar a mismo COMTE, quien,
partiendo de la premisa de que la dinámica social está regida por una ley, creyó
encontrarla en el paso que todo grupo da de una etapa teleológica inicial, en la cual
Dios rige todos los aspectos de la vida social, a una etapa metafísica, donde sólo rige la
razón, y luego, a una etapa positiva donde sólo cree en lo que se puede experimentar.
También citaremos a SPENCER, para quien el paso va dado por una ley igual, pero
con etapas diferentes. Para él, la transformación fundamental es el paso de una etapa
militar a una etapa industrial, o sea, el paso de la época de la fuerza a la época del
trabajo. Para MARX, el asunto es aún más complicado y más profundo, y es un
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problema de carácter filosófico, todo lo cual es explicado por él a través de su tesis
contenida en el materialismo dialéctico (…).
Ese cambio normal está caracterizado por una serie de elementos comunes.
Puede decirse que los artífices de las modernas teorías sobre la planificación y su
puesta en práctica fueron los alemanes, los primeros en comenzar a desarrollar las tesis
doctrinarias y llevarlas a la realidad. Precisa y lastimosamente, la realidad
latinoamericana nos ha demostrado que el gran problema que hemos tenido para
alcanzar metas superiores ha sido la falta de planificación o una planificación mal
entendida y mal desarrollada.
Hemos sufrido una especie de fiebre o snobismo 6 planificador, tratando de copiar
todo; pero al llevarlo a la práctica nos ha fallado el elemento humano y el simple
sentido común. Nos hemos acostumbrado a la improvisación y a la aplicación de
planes que no se ajustan a nuestra realidad social, habiéndonos dejado deslumbrar por
los éxitos que esos mismos planes hubieron podido tener en otros países, olvidando
que la realidad social es totalmente diferente. En materia de planificación podríamos
citar también el problema que plantean los diferentes sistemas políticos en cuanto a la
influencia que ellos pudieran tener, como sería el caso de los países socialistas, en
donde se podría señalar que el gran fracaso de los planes agrícolas-pecuarios
reconocidos por los mismos jerarcas en sus discursos fueron el producto de esa
destrucción sistemática del incentivo humano y de una falla en la planificación que se
hizo mal fundamentada. Sus resultados desastrosos los hemos podido palpar, y sobre
eso ya nadie se atreve a discutir; están allí a la luz pública. Todo ello lo señalamos para
llamar la atención sobre la importancia que tiene en nuestro mundo moderno el
problema de una buena planificación y que para obtener esta perfecta planificación se
hace necesario conocer perfectamente la realidad social partiendo del conocimiento
del elemento humano, y por lo que se hace imperioso el estudio de la Sociología.
LA MODA
De manera breve y concreta podríamos decir que es un cambio normal que se produce
en el individuo y que consiste en una especie de costumbre nueva que pretende
imponerse sustituyendo a la antigua que le es compatible. Es un fenómeno constante
de la vida social que afecta al individuo, sin tener extensión universal en cuanto a cada
fenómeno, pues es sólo propio de un círculo social específico, quedándose única y
exclusivamente en el aspecto exterior del „yo‟. Es una forma de imitación, pero con
génesis individual, que tiene las características de pasar por diferentes momentos:
6 Sobre el origen de la palabra snob, ORTEGA y GASSET, señala: “En Inglaterra las listas de vecinos indicaban junto a
cada nombre el oficio y rango de la persona. Por eso, junto al nombre de los simples burgueses aparecía la abreviatura:
s.nob., es decir, sin nobleza. ORTEGA y GASSET, J.: La rebelión de las masas, Perro y la rana, Caracas, pág. 17.
En el Diccionario de la Real Academia Española se señala al término “esnobismo”, como cualidad se “esnob”. Y sobre el
término esnob, que proviene del inglés “snob”, señala: “Persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de
aquellos a quienes considera distinguidos.
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a) un comienzo individual (a alguien se le ocurre ponerse una prenda de vestir,
adoptar una postura, lanzar una idea, usar un determinado color para cualquier
objeto, tararear una melodía, comer algún plato exótico, etc.);
b) una difusión;
c) una difusión que adquiere alcances generales y un clímax; y
d) una declinación.
TEORÍA DE LA MOVILIDAD
Constituye esto el estudio del cambio que afecta al grupo en su manera de agregarse, lo
que para algunos es el análisis del problema de la agregación que no es otra cosa que la
maneta como se unen unos individuos con otros; mientras que para otros, la
agregación es un problema referido a las relaciones de los círculos sociales, por cuanto
parte de la idea de que por necesidad y como algo imperioso, todo individuo debe
estar unido a un grupo, bien sea en forma espontánea o en forma voluntaria. Por lo
tanto, este problema puede ser bien el estudio de las formas de agregación de los
individuos, o bien, el estudio de las formas de cómo se entrecruzan los círculos
sociales. En este sentido, sin embargo, citaremos a SOROKIN citado a su vez por
POVIÑA, para quien el problema de la movilidad implica tanto la agregación como el
entrecruce de los círculos sociales; y en este sentido, él diferencia la existencia de una
movilidad horizontal de la existencia de una vertical.
Movilidad horizontal se produce cuando uno o varios individuos cambian de grupo sin
cambiar de status o subir o bajar en la escala jerárquica de valores de los grupos
sociales; mientras que la movilidad vertical se produce cuando se cambio de grupo
jerárquicamente diferente. Un ejemplo de movilidad horizontal sería un grupo
migratorio. Un ejemplo de movilidad vertical podría ser cualquier aumento o
disminución de los índices de mortalidad o natalidad o los entrecruces de los círculos
sociales jerárquicamente superiores o inferiores, el enriquecimiento de un individuo,
etc. (v. POVIÑA, ALFREDO, op.cit., pág. 446).
EL PROGRESO
Es toda forma de cambio o evolución hacia lo mejor, todo lo cual determina que esta
idea sea un concepto eminentemente científico, pero a la vez profundamente
filosófico, de difícil explicación. El término „lo mejor‟ ya nos da la pauta de que se trata
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de algo claramente relativo y subjetivo, susceptible de valoración personal o colectiva,
en cuya discusión se han enfrascado los tratadistas alemanes y anglosajones, los
primeros partidarios de diferenciar en todo momento el progreso material del
progreso espiritual, o sea, civilización de cultura, de los cual dicen ellos adolecen los
norteamericanos, quienes por su parte aducen que el progreso debe ser considerado
como algo único y que esa pretendida diferencia entre civilización y no civilización no
es sino la presentación de dos aspectos de una misma cosa. Para nos cultural es el
progreso espiritual mientras que civilización es el progreso material. Es un elemento
netamente humano que determina una vez más un aspecto diferencial entre él y el
animal. Debemos añadir que en este sentido no se deben adoptar posiciones ni
pesimistas ni optimista, en el sentido de que „nada se puede hacer mejor‟, o de que „no
hay que hacer nada‟, sino seguir la tesis del meliorismo de LESTAR WARD, en el
sentido de que „hay algo que hacer, mucho que hacer y se puede hacer‟. Es el problema
de la fe en el hombre, en sí mismo, en su destino y en el futuro de la humanidad (v.
POVIÑA, ALFREDO, op. cit., pág. 448).
SOCIOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN
El estudio de las revoluciones no es otra cosa que el estudio del cambio anormal que
se produce en la sociedad. Pero, ¿por qué es anormal? A esto responderemos de la
siguiente manera:
1) Porque se cumple siempre y cuando existan circunstancias particulares;
2) Porque para que se produzca es necesario el derroche de fuerzas sociales
extraordinarias;
3) Porque no sigue la pauta dada por las normas de evolución preestablecidas;
4) Porque es brusca, explosiva y violenta;
5) Porque pasa tres momentos diferentes y determinados.
¿Y cuáles vendrían a ser esos momentos o fases por las cuales pasaría una revolución y
que la distingue de los demás fenómenos?
MOMENTO DE LA REVOLUCIÓN
La primera fase denominada pre-revolucionaria está caracterizada por la existencia de
continuas crisis económicas, políticas y sociales o por las tres conjuntamente; por la
existencia de descomposición de todos los órdenes, por el florecimiento de „leaders‟
intelectuales que se constituyen en las „eminencias grises‟ que van sembrando sus ideas
en ciertas capas elitescas de la sociedad. Al contrario de lo que esos mismos líderes
postulan, el pueblo, la masa, es completamente indiferente a este movimiento y a lo
que está verdaderamente pasando. Lo que se encuentra verdaderamente afectado es la
conciencia social; hay inquietud y una zozobra que se posesiona de los espíritus
siempre lo más cultivados y los que tienen mejor visión social; es una etapa de utopías
donde se postulan ideas esperanzadoras de un futuro mejor; es la época del fermento
revolucionario.
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La segunda fase o momento revolucionario propiamente dicho se produce en el
instante en que algún movimiento cualquiera produce una especie de chispa que
enciende los ánimos colectivamente hablando. Esta acción inicial sirve como
comienzo de la violencia, de la ofuscación de las pasiones que llevan a la pérdida
máxima del „self control‟, produce el desbordamiento del odio, y la guerra va seguida
de la anarquía total, tanto en el mundo material como en el espiritual. La masa popular
deja de pensar, se constituye en algo incontrolable y es fácil presa de cualquier
agitador, demagogo o líder popular que las sepa arengar; este pueblo así exaltado sale a
la calle y se desborda.
La tercera fase o momento post-revolucionario es el que sigue al anterior. A la
anarquía total se impone una dictadura férrea y sangrienta mediante el terror y el orden
impuesto por la fuerza bruta. Se acaba con las instituciones del régimen anterior en
cuando que éstas estén opuestas al movimiento triunfante, y sólo se obtendrá el
triunfo total de la revolución mediante el apoderamiento de los órganos del poder
público y la consolidación de ese mismo poder.
Estas revoluciones pueden ser de dos clases: revoluciones políticas, que tienen por
objeto el apoderamiento de las estructuras internas del [E]stado, bien para cambiar un
gobierno por otro, o bien para cambiar un régimen o sistema por otro; mientras que
las revoluciones sociales conllevan una transformación más profunda, radical y vertical
que tienen como fin inmediato apoderarse del gobierno para imponer los cambios a
todos los órdenes de la vida social institucionalizada.
Resta ahora explicar qué es lo que determina el nacimiento de una revolución, qué es
lo que encontramos en todo movimiento anormal. Para unos autores, teoría bastante
incipiente e infantil por cierto, lo que origina la revolución es el hombre, pues ¿quién
sino el hombre es el origen de todos los cambios en la sociedad?
Podemos resumir las explicaciones del origen de la revoluciones en dos grandes
grupos de teorías: las teorías psicológicas, cuyos partidarios postulan que las
revoluciones las hacen los intelectuales (HIPÓLITE TAINE, ORTEGA Y GASSET)
o que son producto del desbordamiento de las pasiones y de los instintos del hombre
(SOROKIN); y las teorías sociales cuyos partidarios pretenden que el móvil de las
revoluciones es político (apoderamiento del poder de VIERKANDT) (la lucha de
clases de MARX) (la lucha de las élites por dominar unas a otras de PARETO Y
MOSCA).
Por último, podemos añadir que para otros autores, la revolución no es más que un
proceso necesario que se produce dentro del las conciencias individuales y sociales que
ven la necesidad de cambiar de una o de otra manera las estructuras que sirven de base
a la vida social para un mejoramiento de los grupos más desposeídos o en situación de
inferioridad (v. POVIÑA, ALFREDO, op.cit., pág. 446).
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