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L ECTURAS BÁSICAS

FUNDAMENTO SOCIOECONÓMICO DEL DERECHO

L ECTURA 1

La siguiente lectura es tomada de la obra de OLASO, L. M. Curso de Introducción al


Derecho. Introducción Filosófica al Estudio del Derecho. t. I, Universidad Católica Andrés
Bello, Caracas. 2010, pág. 9 y ss.

“I.- NOCIÓN DE DERECHO

1). PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y DIFICULTADES


“Pudiera parecer que la noción de Derecho es una de las ideas más definitivamente
incorporadas al saber de todo jurista y sobre la cual no debieran caber vacilaciones ni
disentimientos, puesto que al Derecho han dedicado largos estudios no pocos talentos
extraordinarios. (…) Existe, realmente, una dificultad seria para llegar al concepto de
Derecho, dificultad que proviene, principalmente, de tres raíces:
A). De la riqueza de su contenido. La palabra Derecho expresa un concepto de
contenido riquísimo y variado que le permite tener muchas aplicaciones, admitir
divisiones y ser contemplado desde distintas perspectivas. Por eso, aunque es fácil y
claro definir aspectos parciales del Derecho, es difícil dar una definición que abarque
todos sus aspectos.
B). De que el Derecho en toda su complejidad está ubicado entre los objetos
„culturales‟. No es un objeto matemático ni natural que esté regido por leyes exactas ni
por el principio de causalidad física. Tampoco es un fenómeno psíquico del que se
pueda ocupar la ciencia psicológica; ni es un ser ideal (un ente de razón). Es un objeto
cultural cuyo estudio pertenece a las ciencias de la cultura. Estas no tienen la precisión
de las ciencias exactas ni de las naturales, lo cual ocasiona dificultades a la hora de
establecer definiciones.
C) De la conexión del Derecho con la Filosofía y la Sociología. El concepto de
Derecho depende en gran parte de las posturas filosóficas y sociológicas que se
admitan como punto de partida; de ahí que cada sistema filosófico tenga su propia
noción de Derecho. (…).
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2.) EL DERECHO COMO NORMA DELA VIDA SOCIAL
A). El hombre y las limitaciones de su libertad. El hombre, existencialmente, se
encuentra que no vive solo, sino relacionado con el cosmos, con los otros hombres y,
para los creyentes, también con Dios. Es libre, pero esta situación de „ser-relacionado‟
limita su libertad fundamentalmente de dos maneras: respecto del cosmos, su actividad
está sometida a reglas técnicas; respecto de los demás hombres y de Dios, son las
normas las que rigen su vida. Distingamos unas de otras:
Las reglas técnicas indica cuáles con „los medios idóneos para lograr un fin
determinado, pero no imponen un deber de modo absoluto‟; por ejemplo, el
arquitecto que quiera construir una casa empleará las reglas técnicas de las
edificaciones que le indicarán los materiales que se debe emplear, la altura del edificio,
etc. Como se ve las reglas técnicas solamente señalan el camino a seguir para el caso de
que el arquitecto se decida a construir. Las normas, por el contrario son „reglas de
conducta de observancia obligatoria‟. Por ejemplo, es obligatorio pagar los impuestos
al Estado, portarse dignamente, etc.

B). Clases de normas. Una vez hecha esta primera distinción, reflexionaremos sobre
las norma. En la vida del hombre en sociedad aparecen claramente cuatro clases de
normas que limitan su libertad:

a). Convencionalismos sociales. Llamados también normas de etiqueta o de


trato social, vgr. las que se refieren al modo de vestir, de saludar, de presentarse
dignamente en los actos, etc.

b). Normas morales. Son las que rigen las acciones humanas con miras al bien
individual de cada persona y que se cumplen espontáneamente, sin presión
exterior, vgr. hacer el bien a los demás, leer algunos libros de formación
personal, etc.

c) Normas religiosas. Son las que rigen las acciones humanas con miras al
bien sobrenatural, según la conciencia personal de cada uno.

d). Finalmente, las normas jurídicas. Son las que rigen la conducta humana en
la vida social con miras al bien común y pueden, por tanto, ser exigidas
exteriormente por medio de una coacción organizada por el Estado. Por
ejemplo la ley de tránsito, cuya observancia ocasiona el bien de que no haya
accidentes en la circulación de vehículos y que tiene su sistema de coacción por
medio de un cuerpo de fiscales autorizados para imponer multas.

Observamos que una misma conducta humana puede ser imperada por varias normas
de distintos órdenes, que, en algunos casos, se superponen y refuerza mutuamente,
vgr. el precepto de „no matar‟ en una moral, religiosa y también jurídica”.
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SOBRE EL TÉRMINO “DERECHO”
OLASO se refiere a la noción etimológica del término “Derecho”, en los siguientes
términos:
NOCIÓN ETIMOLÓGICA
“Por su etimología, o sea, significado de la palabra, derecho deriva del latin di-rectum,
participio pasivo del verbo dirigo, que significa dirigir con rectitud, palabra en l que
prefijo „di-‟ afianza la idea de estabilidad. Más remotamente, la palabra griega „orego‟ y
la raíz aria „r j‟ tienen idéntica significación. Esta raíz aria „r j‟, con las modificaciones
semánticas respectivas, se encuentra en la voz derecho de casi todas las lenguas: diritto,
en italiano; direito en portugués; dreptu, en rumano, droit, en francés; recht, en alemán;
right, en inglés; reght, en holandés, etc.
Sin embargo, en el Derecho Romano, base de nuestros sistemas jurídicos latinos,
„derecho‟ no tiene su palabra correspondiente, ya que allí se denominada ius. Muchos
términos jurídicos de nuestro lenguaje se derivan de ella, vgr. jurisprudencia, jurista,
etc. (…).

ACEPCIONES
OLASO señala cuatro acepciones de la palabra “derecho”, en los siguientes términos:
“a) DERECHO, COMO NORMA O SISTEMA DE NORMAS, que se
denomina Derecho Objetivo, vgr. el Derecho Venezolano.
b) DERECHO COMO FACULTAD o poder de hacer, poseer o exigir algo,
que constituye el derecho subjetivo, llamado así en atención a la persona o
sujeto que goza de él; por ejemplo el derecho de propiedad, de exigir el pago de
un crédito, de celebrar contratos, etc.
c) DERECHO COMO CIENCIA, vgr. la ciencia del Derecho; finalmente.
d) DERECHO COMO EXPRESIÓN DE PRINCIPIOS SUPERIORES,
o sea, como ideal ético o moral de justicia; así, se dice, por ejemplo: „no hay
derecho a tal injusticia‟.
A veces se usa la palabra derecho incluyendo dos o más sentidos: Así, la frase
„Derecho Natural‟, sin distinguir más, implica a la vez un sistema de normas, las
facultades o poderes derivados de ellas y el carácter ético o moral de justicia”.

DEFINICIÓN
OLASO señala al respecto:
“Derecho es la recta ordenación de las relaciones sociales, mediante un sistema
racional de normas de conducta declaradas obligatorias por la autoridad competente,
por considerarlas soluciones justas a los problemas surgidos de la realidad histórica”.
El autor lo analiza y señala:
“ „-recta ordenación de las relaciones sociales‟: es la idea fundamental del Derecho:
poner orden, poner „derechas‟ o „rectas‟ las relaciones humanas brotadas del hecho
social, para hacer prevalecer en ellas la justicia dentro de un bien común o social que
se ofrece a todos;
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„-sistema racional de normas‟: las normas jurídicas deben formar una estructura, una
organización perfecta, elaborada por la razón; no pueden estar en contradicción unas
con otras; cada una de ellas debe ocupar el lugar que le corresponde en el sistema
dentro de una jerarquía de normas de distinto rango y valor;
„-normas de conducta‟: estas palabras sirven para distinguir las normas jurídicas (que,
como todas las normas, imponen deberes) de las reglas técnicas (que solamente
indican los medios idóneos para conseguir un fin determinado). Observamos que,
frente a los deberes, aunque el hombre quede obligado, es físicamente y
psicológicamente libre de cumplirlos o no; puede someter su conducta a ellos puede
violarlos. Es decir, por su condición de „ser-inteligente-y-libre‟, los deberes que se
imponen al hombre descansan sobre el presupuesto de su libertad. De lo contrario se
conduciría fatalísticamente, como un ser irracional.
„-declaradas obligatorias por la autoridad‟: el poder público competente, que tiene por
misión velar por el orden y promover el desarrollo de la comunidad, es el encargado
de „promulgar‟ las normas necesarias para conseguir tales fines, o de „reconocer‟ –
expresa o tácitamente– aquellos usos o costumbres surgidos de un modo espontáneo
en la colectividad que juzgue indispensable o conveniente sancionar con su autoridad
en atención a aquellos fines;
„-por considerarlas soluciones justas‟: es verdad que la idea de justicia varía, de hecho,
de un tiempo a otro y de un lugar a otro. Pero es innegable que todo Estado considera
justos sus ordenamientos jurídicos y los defiende como tales ante sus súbditos, porque
en el momento en que desparece la pretensión de justicia en la conducta de un Estado
desaparece el orden jurídico y se inicia la tiranía. Y como todo poder público procura
evitar la apariencia de tiranía, se esfuerza a presentar a sus leyes como justas. (…).
„-a los problemas‟: el Derecho no es una ciencia meramente especulativa, sino práctica,
dirigida a la acción. Los motivos inspiradores y las declaraciones teóricas del Derecho
ayudan a uniformar y a dar sentido a las reglamentaciones concretas y aplicaciones del
mismo;
„-surgidos de la realidad histórica‟: son las diversas realidades de cada tiempo y de cada
sociedad (económicas, políticas, sociales, religiosas, etc.), las „fuentes materiales o
reales del Derecho‟, o sea, la „materia‟ que constituye un contenido de las normas y que
debe ser organizada de una manera racional y justa en orden al bien común. Es
importante observar que la realidad histórica de nuestros días., -„época de cambios
rápidos y profundos que ocasionan desequilibrios y violencias‟- exige una evolución
cónsona con el Derecho, que siempre debe estar adaptado a la realidad”.

ALGUNAS CLASIFICACIONES DEL DERECHO


1.- DERECHO NATURAL Y DERECHO POSITIVO
OLASO define al DERECHO NATURAL como “el conjunto de principios
normativos esenciales al orden social que se fundan en la naturaleza humana, se
conocen por luz de la razón natural y se imponen a los hombres por fuerza de las
misma naturaleza”
4
En cambio, el DERECHO POSITIVO es “el sistema de normas emanadas de la
autoridad competente y promulgadas de acuerdo con el procedimiento de creación del
Derecho imperante en una nación determinada”.

2.- DERECHO OBJETIVO Y SUBJETIVO


OLASO señala que el DERECHO OBJETIVO es “el conjunto de normas
imperativo-atributivas que rigen la conducta humana en la vida social” (se identifica
con el „Derecho-norma‟), mientras que el DERECHO SUBJETIVO es “el poder o
facultad concedido a una persona (individual o colectiva) porel Derecho Objetivo, de
hacer, poseer o exigir algo”.

3.- CLASIFICACIÓN DEL DERECHO OBJETIVO POSITIVO

a.- DERECHO VIGENTE, DEROGADO E HISTÓRICO


“ „Vigente significa „estar en vigor‟. El Derecho lo está cuando ha sido promulgado e
impuesto por el Poder Público competente. Se define como „el conjunto de normas
imperativo-atributivas que la autoridad competente declara obligatorias en un país
determinado y en una cierta época.
El Derecho „actualmente‟ vigente, ha sustituido a otro u otros que „estuvieron vigentes‟
en épocas anteriores; si están muy lejanos [en el tiempo], quedan como derechos
históricos, vgr. el Derecho Romano, el de la Colonia, etc. Si son de nuestra época se
llaman derogados, vgr. la Constitución venezolana de 1953 que fue derogada por la de
1961 ahora vigente.
La vigencia da al Derecho su validez formal y supone el cumplimiento de ciertos
requisitos de procedimiento y publicación que establecen otras normas del mismo
ordenamiento jurídico”.

b.- DERECHO EFICAZ Y INEFICAZ


“No todo el derecho actualmente vigente se aplica en realidad. De aquí nace la
distinción entre derecho vigente que efectivamente se aplica (eficaz) y el que, a pesar de
estar vigente, no se aplica (ineficaz). La no aplicación puede surgir en la sociedad por
desuso cuando, sencillamente, no se toma en cuenta en el mundo jurídico; y también
por la llamada costumbre abrogatoria o práctica contraria a la Ley introducida por la
comunidad, que deja a aquella como ineficaz (…).
La eficacia da al Derecho formalmente válido la nota de validez social (es
perfectamente observado por la comunidad y exigido por los órganos del poder
público). (…). Falta indicar que esta eficacia del Derecho se produce la mayor parte de
las veces por la aceptación espontánea y aún gustosa de la comunidad a la que va
dirigido, sin que sea apenas necesaria utilizar la coacción para exigir su cumplimiento;
en otras ocasiones, por el contrario, el Derecho se hace eficaz por la fuerza, por el
empleo coercitivo del Estado sobre una comunidad que resiste a la norma pero que no

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tiene fuerza suficiente derogarla y que acaba resignándose a ella. En ambos casos se
trata de un „Derecho eficaz‟ ”.

DERECHO Y SOCIEDAD
OLASO señala al respecto: “Es claro que el hombre para alcanzar la perfección a que
está llamado en el orden físico, individual y moral, debe vivir con otros hombres con
los que coexiste y colabora en una mutua ayuda y complementación. El hombre es un
ser llamado a vivir en sociedad. Y es claro también que la vida social requiere un
respeto mutuo entre sus miembros, una división de actividades según las cualidades de
cada uno, una colaboración hacia determinados objetivos , es decir, un orden. Para
conseguirlo se hacen necesarias las normas jurídicas, o sea el Derecho. De ahí la
célebre frase: donde existe la sociedad, allí hay Derecho (‘ubi societas, ibi ius’). Si el hombre
viviera solo, aislado, no estaría sometido sino a normas morales y religiosas en su vida;
pero, salvo casos muy especiales, el hombre siempre ha aparecido en sociedad. De ahí
que el Derecho sea tan antiguo como la historia y que todos los pueblos hayan tenido
–más o menos rudimentario- su ordenamiento jurídico, es decir, su Derecho.
Debemos señalar como idea final de este apartado, que el Derecho invade toda la vida
social: la aparición del hombre y su desaparición (nacimiento y muerte), la actividad
diaria, los viajes, los estudios, los negocios, todo está prescrito o permitido por el
Derecho. En nuestra época, de un modo especial, aumenta la injerencia del Estado en
la vida del hombre por medio del Derecho (vacunación obligatoria, educación,
identificación personal, seguros sociales obligatorios, impuestos indirectos, etc.)
llegando gasta invadir zonas que antes se consideraban reservadas a la libertar
personal.
En resumen: el Derecho parece como sistema de normas que, coexistiendo con otras
normas diferentes, limitan la libertad del hombre y ordenan su comportamiento en la
sociedad con miras a conseguir un orden social indispensable para su desarrollo y
perfeccionamiento. El Derecho es, pues, un „fenómeno social‟ ”.

L ECTURA 2

COMPRENDIENDO EL DERECHO
El Profesor MAURICIO RODRÍGUEZ FERRARA publicó en 2006 el libro titulado
Comprendiendo el Derecho, del cual hemos tomado la lectura “En torno a la noción de
Derecho”, que se presenta a continuación:

En torno a la noción de derecho


“La pregunta que más atormenta a las personas relacionadas con el Derecho (a quienes
lo ejercen, a quienes lo estudian, a quienes lo aplican, a quienes lo enseñan, etc.) es
6
precisamente ésta: ¿Qué es el Derecho? Se dice que el Derecho persigue la justicia, el
bien común, el orden público, etc., conceptos que de alguna manera también intuimos
pero que igualmente nos cuesta muchísimo darlos a entender con pocas palabras.
Hablamos de nuestro derecho a transitar libremente, de nuestro derecho a trabajar, de
nuestro derecho a ser libres, de nuestro derecho a la educación, de nuestro derecho a
organizarnos políticamente, de nuestro derecho a la libertad, etc. También expresamos
que el Derecho nos protege en caso de que lesionen nuestros derechos particulares,
que el Derecho ampara a niñas, niños, adolescentes y demás personas que requieren
consideraciones especiales, que el Derecho protege nuestras relaciones particulares y
que podemos acudir a él en defensa de nuestros intereses. Por otra parte, el Derecho
puede hacer que una persona determinada sea condenada a muerte y ejecutada
legalmente (aunque tal vez con reservas morales). El Derecho puede hacer que la
autoridad judicial, auxiliada por la policía, tome a la fuerza determinados bienes de
quien tenga una deuda y los venda en subasta pública. El Derecho puede hacer que
una determinada persona se convierta en diputada o diputado, primera o primer
ministro o presidenta o presidente de un [E]stado cualquiera. En fin, el ámbito del
Derecho es casi infinito, pero la pregunta que nos ocupa es siempre la misma: ¿Qué
es el Derecho?
Por mucha claridad que se pueda dar a la explicación de la noción de Derecho, ésta no
se comprende en un instante ni tiene una sola faceta. Es simplemente una noción que
se va formando y comprendiendo a lo largo de nuestras vidas. A fuerza de
razonamientos y de experiencias ajenas y propias vamos creando nuestra propia
noción de Derecho, le damos nuestros propios matices, asumimos nuestras propias y
diversas perspectivas, creando nuestra propia comprensión. De esta manera, no es
menester angustiarnos ante nuestra relativa incapacidad de explicar lo que el Derecho
es. Esta inquietud no nos la quitará nadie ni nada: es permanente e infinita. Quienes
convivimos dentro del mundo del Derecho, esta inquietud la tendremos siempre:
desde el momento en que, como estudiantes de Derecho, damos nuestros primeros
pasos jurídicos hasta el último de nuestros días como profesionales del Derecho. La
noción de Derecho es uno de los problemas capitales de la Ciencia y de la Filosofía
Jurídica.
Afortunadamente, siempre algo se puede aclarar. Un primer paso en la aproximación a
la noción de lo que es el Derecho consiste en entender que puede ser visto desde
diversos ángulos, en comprender que la palabra Derecho puede asumir diversas
acepciones. El tener esto claro es el punto de partida de la comprensión de la noción
que nos ocupa. Desde un primer ángulo podemos ver el Derecho como el sistema
(„conjunto‟, se decía con anterioridad) de normas jurídicas que regulan la vida del ser
humano en sociedad. Ésta, con el transcurso del tiempo, se ha convertido en la
definición ya clásica del Derecho. Desde este ángulo, la noción de Derecho hace
alusión a todas las normas jurídicas que regulan las relaciones sociales de un grupo de
personas que vive en un territorio determinado ([E]stado). Así, y a título de ejemplo,
un Derecho (como sistema de normas) puede estar integrado por una Constitución
7
Nacional, un Código Civil, un Código Penal, una Ley de Tránsito y Transporte Terrestre, una Ley
Orgánica del Trabajo, y cuanta norma emanada del poder legislativo (sea nacional, estadal
o municipal), así como de los otros poderes (judicial, ejecutivo), regule las relaciones
de un grupo social en un territorio determinado. Esta acepción de la noción de
Derecho como sistema de normas es conocida como derecho objetivo.
A una segunda acepción de la palabra Derecho se puede llegar cuando se habla de la
posibilidad, facultad o poder que tiene un sujeto determinado en un espacio
determinado y en un momento determinado. Por ejemplo, dícese que Claudia tiene
derecho a transitar libremente; dícese que Manuel tiene derecho a trabajar, y dícese que
diana tiene derecho a disfrutar de su casa. Aquí ya no vemos el término Derecho como
sistema de normas jurídicas que regulan las relaciones de un grupo social, sino que lo
vemos como la posibilidad o facultad de un sujeto determinado de hacer o no hacer
algo en un momento específico: se habla de „mi derecho‟ a trabajar, de „mi derecho‟ a
que me paguen la cantidad que me adeudan, de „mi derecho‟ a que me paguen la
cantidad que me adeudan, de „mi derecho‟ a que me devuelvan el vehículo que di en
préstamo, etc. A esta acepción de la noción de Derecho se le conoce con el nombre de
derecho subjetivo. Podemos entonces decir que el derecho objetivo es „el Derecho‟ en
cuanto conjunto o sistema de normas jurídicas, en tanto que el derecho subjetivo hace
alusión a „mi derecho‟ particular y concreto.
Otra opción es ver el Derecho como ciencia. De esta manera, se habla de una Ciencia
del Derecho. Quien estudia la ciencia del Derecho se preocupa, en esencia, por los
siguientes problemas fundamentales: qué es el Derecho y cómo funciona el Derecho.
Con una metodología particular, con razonamiento lógico y con cierto rigor, científicas
y científicos del Derecho deben preocuparse por explicar lo que el Derecho es tanto
en su integridad como en sus elementos, así como analizar la dinámica que lo rige.
Cercanos al científico del Derecho tenemos a quienes estudian el aspecto filosófico del
Derecho, cuyos campos de acción se encuentran a tal punto entrelazados que no
resulta fácil establecer el lindero del uno con el otro. Podríamos afirmar que quienes
hacen Filosofía del Derecho, además de a estudiar el concepto de Derecho y su
funcionamiento, van un poco más allá y se internan en el mundo de los valores, se
adentran un tanto en el mundo de lo que debería ser. Quien se dedica a la Ciencia del
Derecho, razona, explica, demuestra y describe. La científica o el científico, más que
preocuparse por lo que debe ser, se preocupa por explicar lo que es.
La filósofa o el filósofo van en la búsqueda de lo esencial, de lo primero, de lo
irreductible1, de los valores que sustentan y que debe perseguir el Derecho. Y, al entrar
en el mundo de lo irreductible, de los valores, nos salimos del ámbito de la ciencia y
caemos en la filosofía. Para dar más claridad a la distinción –lo que no es fácil–
entendamos la diferencia entre lo que se denomina juicio de realidad y juicio de valor.
El juicio de realidad consiste en una afirmación que puede ser demostrada
científicamente: Esta pared tiene 2,80 m. de altura. El segundo, el juicio de valor, no

1Irreductible: adjetivo: “Que no se puede reducir”. Real Academia Española. Diccionario de la lengua española.
Edición del Tricentenario. Actualización 2018.
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puede ser demostrado científicamente: El color de la pared es hermoso. A la discusión
sobre la altura de la pared podemos ponerle fin con los instrumentos científicos
adecuados. A la discusión sobre la belleza del color de la pared nunca le podremos
poner fin. De esta manera, los juicios de quien hace ciencia son fundamentalmente de
realidad. En cambio, los de quien hace filosofía son, en su mayoría, de valor.
Dejando en claro que las acepciones del término Derecho son más de las aquí
enunciadas, podemos afirmar con toda seguridad que el Derecho es un instrumento.
E, incluso, antes de ser ciencia o filosofía o antes de ser sistema de normas, el Derecho
es primero y fundamentalmente un instrumento. Existen, sí –y es innegable–, una
Ciencia y una Filosofía del Derecho que tienen por objeto precisamente el Derecho,
pero el Derecho no es –estrictamente hablando–, ni ciencia ni filosofía. Es un tanto
como la Biología y las vacas, para tomar un ejemplo prestado. Podemos afirmar que
las vacas son animales, pero no podemos afirmar que las vacas son biología. Pero, a la
vez, existe una ciencia que tiene que ver con las vacas y es precisamente la Biología.
El Derecho, de esta forma, es un instrumento o mecanismo, creado por el ser humano
–en cuanto tiene el poder político–, para ordenar de alguna manera la vida de relación
entre los sujetos que viven en una comunidad determinada y en un territorio
determinado con unos fines determinados. Este mecanismo que llamamos Derecho
puede ser justo o injusto, puede ser un instrumento de dominación o puede ser una
instrumento de cooperación, puede estar al servicio de la democracia o de la tiranía,
puede generar bienestar o puede contribuir a los mayores estragos, pero no es más que
un instrumento, en última instancia. Normalmente, e incluso en muchísimos [E]stados
que se dicen democráticos, el Derecho es el mecanismo o instrumento más refinado
de que disponen las clases dominantes para el mejor logro de sus propios beneficios,
dando, a la vez y muy sutilmente, una relativa sensación de justicia, de equidad, de paz,
de tranquilidad y de bien común a las clases dominantes”.

L
EDUARDO GARCÍA MÁYNEZ es un tratadista clásico del Derecho, de su obra
ECTURA 3

Introducción al estudio del Derecho (31ª ed.), vamos a tomar unas líneas relativas a las
principales de la palabra derecho.

“DERECHO OBJETIVO Y DERECHO SUBJETIVO


El derecho, en su sentido objetivo, es un conjunto de normas. Trátase de preceptos
imperativos-atributivos, es decir, de reglas que, además de imponer deberes, concedes
facultades. (…). Frente al obligado por una norma jurídica descubrimos siempre a otra
persona facultada para exigirle el cumplimiento de lo prescrito. La autorización
concedida al pretensor por el precepto es el derecho en sentido subjetivo. El vocablo
9
se usa en la acepción que acabamos de indicar, cuándo se dice, por ejemplo, que todo
propietario tiene derecho a deslindar su propiedad y a hacer o exigir que se haga el
amojonamiento de la misma. En las frases: Pedro es estudiante de derecho, el derecho
romano es formalista, las ramas del derecho público, la palabra se emplea en sentido
objetivo.
El tecnicismo puede usarse para designar tanto un precepto aislado como un conjunto
de normas, o incluso todo un sistema jurídico. Decimos, verbigracia: derecho
sucesorio, derecho alemán, derecho italiano.
Entre las dos acepciones fundamentales del sustantivo derecho existe una correlación
perfecta. Éste es la norma que permite o prohíbe; aquél, el permiso derivado de la
norma. El derecho subjetivo no se concibe fuera del objetivo, pues siendo la
posibilidad de hacer (o de omitir) lícitamente algo, supone lógicamente la existencia de
la norma que imprime a la conducta facultada el sello positivo de la licitud.
El derecho subjetivo se apoya en el objetivo, pero sería erróneo creer que el primero
es sólo un aspecto, o faceta del segundo, como KELSEN lo afirma. Valiéndose de una
ingeniosa imagen, GEORGES GURVITCH ha comparado la relación que media
entre ambo a la existente entre las superficies convexa y cóncava de un cono hueco; la
última encuéntrase determinada por la otra, que le imprime su forma peculiar, más no
se confunde con ella. (…)
Los dos conceptos se implican recíprocamente; no hay derecho objetivo que no
conceda facultades, no derechos subjetivos que no dependan de una norma.

DERECHO VIGENTE Y DERECHO POSITIVO


“Llamamos orden jurídico vigente al conjunto de normas imperativo-atributivas que
en un cierta época y un país determinado la autoridad política declara obligatorias. El
derecho vigente está integrado tanto por reglas de origen consuetudinario que el poder
público reconoce, como por los preceptos que formula. La vigencia deriva siempre de
una serie de supuestos. Tales supuestos cambian con las diversas legislaciones. En lo
que toca al derecho legislado, su vigencia encuéntrase condicionada por la reunión de
ciertos requisitos que la ley enumera. De acuerdo con nuestra Constitución [de
México], por ejemplo, son preceptos jurídicos y, por ende, repútanse obligatorios, los
aprobados por ambas Cámaras, sancionados por el Ejecutivo y publicados en el Diario
Oficial, desde la fecha que en el acto de la publicación o en otra norma se indique. En
lo que concierne al derecho consuetudinario el problema no es tan sencillo. (…)
El orden vigente no sólo está integrado por las normas legales y las reglas
consuetudinarias que el poder público reconoce y aplica. A él pertenecen asimismo los
preceptos de carácter genérico que integran la jurisprudencia obligatoria y las normas
individualizadas (resoluciones judiciales y administrativas, contratos, testamentos, etc.).
La validez de todas estas normas –sean generales o individuales– depende siempre de
un conjunto de requisitos extrínsecos, establecidos por otras del mismo sistema. (…).

10
DERECHO POSITIVO Y DERECHO NATURAL
Problema muy debatido por los juristas es el concerniente al llamado derecho natural.
Suele darse esta denominación a un orden intrínsecamente2 justo, que existe al lado o
por encima del positivo. De acuerdo con los defensores del positivismo jurídico sólo
existe el derecho que efectivamente se cumple en una determinada sociedad y una
cierta época. Los partidarios de la otra doctrina aceptan la existencia de dos sistemas
normativos diversos, que, por su misma diversidad, pueden entrar en conflicto. La
diferencia se hace consistir en distinto fundamento de su validez. El natural vale por sí
mismo, en cuanto, intrínsecamente justo; el positivo es caracterizado atendiendo a su
valor formal, sin tomar en consideración la justica o injusticia de su contenido. La
validez del segundo encuéntrase condicionada por la concurrencia de ciertos
requisitos, determinantes de su vigencia. Todo precepto vigente es formalmente
válido. Las expresiones vigencia y validez formal poseen en nuestra terminología igual
significado. Estos atributos pueden aplicarse, según dijimos antes, tanto a las
disposiciones establecidas legislativamente como a las reglas nacidas de la costumbre.
Frente a tales preceptos, los del derecho natural son normas cuyo valor no depende de
elementos extrínsecos. Por ello se dice que el natural es el único auténtico, y que el
vigente sólo podrá justificarse en la medida en que realice los dictados de aquél. Sobre
los preceptos en vigor –legislados o consuetudinarios– elévase el otro orden como un
modelo o paradigma (…).
La enorme variedad de concepciones del derecho natural que registra la historia
explícase en función del gran número de sentido en que los teóricos emplean la voz
naturaleza”.

L ECTURA 4

EDUARDO GARCÍA MÁYNEZ en su obra Introducción al estudio del Derecho (31ª ed.),
se refiere a las fuentes formales del orden jurídico, de la cual extraemos la siguiente
lectura:

“NOCIÓN DE FUENTE DEL DERECHO


En la terminología jurídica tiene la palabra fuente tres acepciones que es necesario
distinguir con cuidado. Se habla, en efecto, de fuentes formales, reales e históricas.
Por fuente formal entendemos los procesos de creación de las normas jurídicas.
Llamamos fuentes reales a los factores y elementos que determinan el contenido de
tales normas.

2
Intrínseco, ca: 1. adj. Íntimo, esencial. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la
lengua española. Edición del tricentenario, actualización 2018.

11
El término fuente histórica, por último, aplícase a los documentos (inscripciones,
papiros, libros, etc.), que encierran el texto de una ley o conjunto de leyes. En este
poster sentido se dice, por ejemplo, que las instituciones, el Digesto, el Código y las
Novelas, son fuentes del derecho romano.
Hemos dicho que las formales son procesos de manifestación de normas jurídicas.
Ahora bien: la idea de proceso implica la de una sucesión de momentos. Cada fuente
formal está constituida por diversas etapas que se suceden en cierto orden y deben
realizar determinados supuestos.
De acuerdo con la opinión más generalizada, las fuentes formales del derecho son
la legislación,
la costumbre y
la jurisprudencia.

La reunión de los elementos que integran los procesos legislativo, consuetudinario y


jurisprudencial, condiciona la validez de las normas que los mismos procesos
engendran. De aquí que el examen de las fuentes formales implique el estudio de los
susodichos elementos.
La concurrencia de éstos es indispensable para la formación de los preceptos del
derecho. Se trata de requisitos de índole puramente extrínseca, lo que equivale a
declarar que nada tienen que ver con el contenido de las normas, es decir, con lo que
éstas, en cada caso, permiten o prescriben. Tal contenido deriva de factores
enteramente diversos. Así, por ejemplo, en el caso de la legislación, encuéntrase
determinado por las situaciones reales que el legislador debe regular, las necesidades
económicas o culturales de las personas a quienes la ley está destinada y, sobre todo, la
idea del derecho y las exigencias de la justicia, la seguridad y el bien común. Todos
estos factores, y muchos otros del mismo jaez, determinan la materia de los preceptos
jurídicos y, en tal sentido, asumen el carácter de fuentes reales. La relación entre éstas y
las formales podría explicarse diciendo que las segundas representan el cauce o canal
por donde corren y se manifiestan las primeras.
„El término fuente –explica CLAUDE DU PASQUIER– crea una metáfora bastante
feliz, pues remontarse a las fuentes de un río es llegar al lugar en que sus aguas brotan
de la tierra; de manera semejante, inquirir la fuente de una disposición jurídica es
buscar el sitio en que se ha salido de las profundidades de la vida social a la superficie
del derecho.

LA LEGISLACIÓN
En los países de derecho escrito, la legislación es la más rica e importante de las
fuentes formales. Podríamos definirla como el proceso por el cual uno o varios
órganos del Estado formulan y promulgan determinadas reglas jurídicas de
observancia general, a las que se da el nombre específico de leyes. Al referirse al
problema que analizamos, los autores mencionan, en primer término, la ley; pero al
hacerlo olidan que no es fuente del derecho, sino producto de la legislación.
12
Valiéndonos de la metáfora a que alude DU PASQUIER, diremos que así como la
fuente de un río no es el agua que brota del manantial, sino el manantial mismo, la ley
no representa el origen, sino el resultado de la actividad legislativa.
Históricamente, las costumbres fueron anteriores a la obra del legislador. En los
estadios primitivos de la evolución social existía una costumbre indiferenciada, mezcla
de prescripciones éticas, religiosas, convencionales y jurídicas. Al independizarse el
derecho de la religión y la moral, conservó su naturaleza consuetudinaria, y no fue sino
en época relativamente reciente cuando el proceso legislativo se inició y aparecieron
los primeros códigos. (…)

LA COSTUMBRE COMO FUENTE DE DERECHO


„La costumbre es un uso implantado en una colectividad y considerado por ésta como
jurídicamente obligatorio; es el derecho nacido consuetudinariamente, el jus moribus
constitutum’ [DU PASQUIER].
FRANCOIS GÉNY la define como un „uso existente en un grupo social, que expresa
un sentimiento jurídico de los individuos que componen dicho grupo‟
Las definiciones precedentes revelan que el derecho consuetudinario posee dos
características:
1° Está integrado por un conjunto de reglas sociales derivadas de un uso más o
menos largo; y
2° Tales reglas transfórmense en derecho positivo cuando los individuos que
las practican les reconocen obligatoriedad, cual si se tratase de una ley. (…)

¿En qué momento deja una costumbre de ser mero hábito, para convertirse en regla
de derecho? Algunos autores sostienen que la regla consuetudinaria no puede
transformarse en precepto jurídico mientras el poder público no le reconoce carácter
obligatorio.
El reconocimiento de la obligatoriedad de una costumbre por el poder público puede
exteriorizarse en dos formas distintas: expresa o tácita. El reconocimiento expreso
realízase por medio de la ley. El legislador establece, por ejemplo, que a falta de
precepto aplicable a una determinada controversia, deberá el juez recurrir a la
costumbre. El reconocimiento tácito consiste en la aplicación de una costumbre a la
solución de los casos concretos. (…)

LA JURISPRUDENCIA COMO FUENTE DEL DERECHO


La palabra jurisprudencia posee dos acepciones distintas. En una de ellas equivale a
ciencia del derecho o teoría del orden jurídico positivo. En la otra, sirve para designar
el conjunto de principios y doctrinas contenidas en las decisiones de los tribunales
[CLEMENTE DE DIEGO].
Algunas veces, la ley otorga a las tesis expuestas en las resoluciones de ciertas
autoridades judiciales, carácter obligatorio, relativamente a otras autoridades de
inferior rango (…).
13
LA DOCTRINA
Se da el nombre de doctrina a los estudios de carácter científico que los juristas
realizan acerca del derecho, ya sea con el propósito puramente teórico de
sistematización de sus preceptos, ya con la finalidad de interpretar sus normas y
señalar las reglas de su aplicación. Como la doctrina representa el resultado de una
actividad especulativa de los particulares, sus conclusiones carece de fuerza obligatoria,
por grande que sea el prestigio de aquéllos o profunda la influencia que sus ideas
ejerzan sobre el autor de la ley o las autoridades encargadas de aplicarla.
La doctrina puede, sin embargo, transformarse en fuente formal del derecho en virtud
de una disposición legislativa que le otorgue tal carácter. Las opiniones de ciertos
jurisconsultos ilustres de la Roma imperial, por ejemplo, eran obligatorias para el juez,
por disposición expresa del emperador (…)”.

AGREGADO
En Venezuela el Código Civil en su artículo 7 establece: “Las leyes no pueden
derogarse sino por otras Leyes; y no vale alegar contra su observancia el desuso,
ni la costumbre o práctica en contrario, por antiguos y universales que sean”.

L ECTURA 5

El autor MANUEL ATIENZA escribió su obra Introducción al Derecho, 2ª ed, de la cual


tomaremos la lectura relativa a la sociología del Derecho, en los siguientes términos:

LA SOCIOLOGÍA DEL DERECHO


“[L]a sociología del Derecho tiene como objeto de estudio las relaciones existentes
entre el Derecho y la sociedad, pero, como hemos visto, la sociología no es la única
disciplina social, de manera que esta caracterización, sin ser desacertada, es quizás
excesivamente genérica. La antropología jurídica, el análisis económico del Derecho o
la Historia del Derecho estudiante también el Derecho en cuanto fenómeno social,
pero no constituyen exactamente parte de la sociología del Derecho, por más que
guarden con esta última relaciones muy estrechas.
…para diversos autores el objeto de la sociología jurídica consistía en el estudio del
Derecho en acción, el Derecho eficaz o el Derecho vivo, es decir, el Derecho
considerado como el conjunto de las normas que efectivamente cumple la sociedad o
que son aplicadas por los jueces y funcionarios. A partir de esta caracterización se
podría distinguir la sociología del Derecho de la ciencia del Derecho en sentido
estricto y de la filosofía del Derecho. El objeto de estudio de la ciencia jurídica –de la
dogmática jurídica– serían las normas formalmente vigentes, esto es, el Derecho válido,
14
y el de la filosofía del Derecho (o mejor dicho, de uno de sus sectores: la teoría de la
justicia), el Derecho justo, es decir, las normas que configuran el modelo de lo que
debería ser el Derecho. Otra manera equivalente de decir lo mismo consiste en
caracterizar a la ciencia jurídica en sentido estricto, a la sociología del Derecho y a la
filosofía del Derecho como disciplinas que se ocupan, relativamente, de las normas,
hechos y valores jurídicos. Esta forma de entender la sociología del Derecho también
es aceptable, pero corre el riesgo de ser demasiado estricta (y quizá, también, por la
mismas razones expuestas antes, amplia en exceso). La sociología del Derecho no
estudia sólo el Derecho en acción, el Derecho eficaz sino también el proceso de
formación del tal Derecho y eficaz, sino también el proceso de formación de tal
Derecho y los efectos que produce en la sociedad (la eficacia social del Derecho).
Además, objeto de interés para el sociólogo no son únicamente las normas o los
hechos en que consiste su producción y aplicación, sino también los valores que
representan, las ideologías jurídicas que las subyacen, las instituciones encargadas de
producir y aplicar el Derecho, etcétera.
En realidad, no parece posible trazar una caracterización muy precisa de la sociología
del Derecho que pueda ser compartida por todos los cultivadores de la disciplina
(TREVE, 1978 y 1984). Los temas, métodos e intereses de cada autor o escuela
difieren entre sí, a veces en forma notable. Esto es, en parte, una consecuencia del
carácter especialmente problemático de las ciencias sociales –o ciencias humanas–
(…), pero también del carácter híbrido o de cruce de la sociología del Derecho. En
efecto, esta disciplina puede –y suele– ser cultivada tanto por juristas como por
sociólogos, y de ello resultan dos enfoques característicamente diferentes. Los juristas
se interesan, sobre todo, por construir una sociología en el Derecho que pueda servir
como un instrumento útil en la tarea de elaborar y aplicar un sistema de Derecho
positivo; para muchos juristas actuales, la introducción del análisis sociológico en el
Derecho constituye, en esencia, un correctivo frente a la tendencia hacia el formalismo
del saber jurídico tradicional, de la dogmática jurídica. Los sociólogos, sin embargo,
propenden a la construcción de una sociología del Derecho en cuanto disciplina que
cumple una función eminentemente cognoscitiva3. La sociología del Derecho aparece
como una rama de la sociología general, que utiliza sus mismos métodos y que,
incluso, se extiende por todos los campos de las sociologías particulares (por algo el
Derecho está presente en todos los sectores sociales), por ejemplo, el de la sociología
de las profesiones, de la familia, de las relaciones laborales, de la política, del
conocimiento, etcétera. Esta última distinción no coincide con otra que suele trazarse
entre la sociología teórica y la sociología empírica, es decir, entre quienes tratan de
construir una teoría general de la sociedad -y, por lo tanto, una teoría del lugar en la
realización de investigaciones empíricas, utilizando métodos como la encuesta, el
muestreo o las estadísticas. [A propósito del problema de las funciones sociales del
Derecho, el autor señala que podría] abordarse desde estas dos perspectivas que, por
otro lado, no deben considerarse contrapuestas, sino más bien complementarias: la
3
Cognoscitivo: 1. adj. Que es capaz de conocer. Potencia cognoscitiva.
15
construcción de teorías –de mayor o menor grado de generalización– y la realización
de trabajos empíricos4 para recabar datos son, sencillamente, aspectos o fases distinta
de la investigación científica.
Más para comprender cuál es la situación actual de la sociología del Derecho y dar
cuenta de sus principales problemas y aportaciones conviene hacer algo de historia. La
reflexión sobre el carácter social del Derecho tiene, naturalmente, unos orígenes muy
remotos que pueden remontarse a las obras de algunos sofistas (como TRASÍMACO),
ARISTÓTELES, VIVO o MONTESQUIEU. Sin embargo, la sociología en cuanto
ciencia social tiene un origen más reciente que la filosofía social, y que suele situarse
hacia finales del XVIII o comienzos del XIX. [AUGUSTO] CONTE (1798-1857) fue
quien utilizó por primera vez la expresión «sociología». Pero, curiosamente, los
primeros «sociólogos» (los padres fundadores de la disciplina) manifestaron una
actitud bastante hostil hacia el Derecho. Tanto SAINT-SIMON, como COMTE y
MARX construyeron teorías de la evolución de la sociedad en la que los elementos
jurídico-políticos pasan a un segundo plano en relación con los factores económico-
sociales. Téngase en cuenta que el trasfondo histórico de la constitución de la
sociología como ciencia es el paso de una sociedad agraria a una sociedad industrial,
fenómeno que estaba ocurriendo entonces en diversos países europeos. Tanto en la
sociedad industrial de SAINT-SIMON, como en el estadio científico o positivo de la
sociedad de COMTE, como en la sociedad comunista de MARX, el Derecho, o bien
ha dejado de existir, o bien ha pasado a desempeñar un papel relativamente modesto.
Por parte de los juristas, el clima no era tampoco favorable para la constitución de una
sociología del Derecho. Prescindiendo de algunos precursores como SAVIGNY y
BENTHAM –que… sostuvieron concepciones contrapuestas acerca de las relaciones
entre el Derecho y la sociedad– los principales representantes de la ciencia jurídica del
XIX desarrollaron concepciones del Derecho que tendían a aislarlo de los fenómenos
sociales.
Hacia finales del XIX es cuando se franquean los obstáculos teóricos que bloqueaban
el camino para la constitución de una sociología del Derecho. Desde el campo de los
estudios jurídicos, la apertura hacia la sociología la encabezaron los juristas que
encuadramos en el movimiento de «revuelta contra el formalismo» de la ciencia jurídica
que se desarrolló tanto en Francia como en Centroeuropa y en Estados Unidos. Junto
a las de éstos cabe recoger las aportaciones de autores de inspiración socialista o
marxista, como LASALLE, MENGER y RENNER (el de GUMPLOWICZ puede
considerarse como un caso aparte). Como antes vimos, EHRLICH fue el autor de una
de las primeras obras en cuyo título aparece la expresión «sociología del Derecho» (sus
Gründegund der Soziologie des Rechts se publicaron en 1913). Desde el campo de la
sociología, tanto en la obra de E. DURKHEIM como en la de H. SPENCER –el
fundador de la sociología inglesa– y en la de F. TÖNNIES, el Derecho juega un papel
destacado; tanto, que en sus obras la sociología del Derecho no puede separarse de la
sociología general. Lo que caracteriza a la teoría de la evolución social de SPENCER
4
Empírico: 1. adj. Perteneciente o relativo a la experiencia. 2. adj. Fundado en la experiencia.
16
es el paso de las sociedades de tipo militar –con predominio del status– a las sociedades
industriales, que se basan en el contrato. Para DURKHEIM, el Derecho es lo que sirve
para diferenciar las dos formas de solidaridad posibles: la solidaridad mecánica, propia
de las sociedades primitivas, que caracteriza el predominio del Derecho represivo; y la
solidaridad orgánica, propia de las sociedades evolucionadas, que se caracteriza por el
predominio del Derecho cooperativo o Derecho dotado de sanción restitutiva.
Finalmente, esta última distinción es muy semejante a la que había trazado algunos
años antes TÖNNIES entre comunidad (Gemeninschaft) y la sociedad (Gesellschaft), entre
Derecho comunitario y Derecho societario.
Pero el verdadero fundador de la sociología del Derecho ha sido seguramente el
sociólogo alemán MAX WEBER (1864-1920), a quien debe considerarse, con toda
justicia, como uno de los más poderosos pensadores de los últimos siglos. A WEBER
se debe, entre otras aportaciones (TREVES, 1978), una concepción del Derecho que
une a la teoría jurídica de la coerción con la teoría política de la legitimación del poder.
Para él, el Derecho es un ordenamiento legítimo cuya validez está garantizada desde el
exterior mediante la posibilidad de coerción; la tesis de la progresiva racionalidad del
Derecho y de la conexión existente entre capitalismo, Estado moderno y Derecho
racional-formal; la tesis de la neutralidad de la ciencia y, por tanto, la diferenciación
entre la política y la ciencia (esta última se limitaría a señalar los medios adecuados para
cumplir ciertos fines, mientras que el cometido de la política es fijar tales fines); la
distinción y separación entre la ciencia jurídica y la sociología del Derecho: la primera
estudia los contenidos de las normas jurídicas, la segunda los comportamientos de los
miembros de un grupo en relación con las normas vigentes; la concepción funcional
de la sociedad (…), aunque algunos autores (MARSAL) consideren que en la extensa y
compleja obra de WEBER también hay base para extraer una concepción distinta de la
sociedad. En todo caso, el funcionalismo –que ya se anunciaba en las obras de
COMTE, SPENCER o DURKHEIM– es la concepción predominante en la
sociología contemporánea y también en la sociología del Derecho. Dentro de este
amplio movimiento cabe encuadrar a autores de los años treinta y cuarenta, como
HORVÁTH, TIMACHEFF y GEIGER, así como a otros sociólogos que desarrollan
su obra después de la segunda guerra mundial: en Estados Unidos, PARSONS,
BREDEMEIER, EVANS o L. M. FRIEDMANN; en Europa, MAIHOFER,
AUBER, SCHELSKY, GLASTRA VAN LOON, REHBINDER o LUHMANN.
(…) [El otro paradigma de la sociología contemporánea es la concepción de la
sociedad como conflicto].
Pero después de la segunda guerra mundial, lo que caracteriza a la sociología del
Derecho es la realización de numerosas investigaciones empíricas y el consiguiente
desarrollo de la disciplina sobre una sólida base empírica. La sociología del Derecho
aparece así como una ciencia social que utiliza sustancialmente los mismos métodos
que las otras ramas de la sociología: el muestreo, la entrevista, el cuestionario, el
experimento, las escalas, etcétera. En las últimas décadas se han efectuado numerosas
investigaciones sobre temas como la producción y aplicación de las normas jurídicas;
17
los efectos sociales de las normas; el Derecho y el cambio social; los valores jurídicos;
las opiniones de la gente sobre la justicia y la legalidad; las actitudes sobre las
instituciones jurídicas vigentes; investigaciones sobre jueces, abogados, notarios,
policías, etcétera, poniendo de manifiesto su origen social, los sistemas de
reclutamiento o las funciones que desempeñan en el sistema jurídico; los hechos de los
que dependen la interpretación y aplicación de las normas jurídica. Esto no quiere
decir, sin embargo, que la sociología del Derecho haya pasado de ser una disciplina
teórica a configurarse como una ciencia puramente empírica. Juntos a las
investigaciones empíricas no han dejado de elaborarse teorías –a veces de un nivel
máximo de abstracción, como en el caso de LUHMANN– y de estudiarse cuestiones
que presentan una vertiente acusadamente teórica, como el problema de la desviación
y del control social. Una concepción equilibrada de la sociología del Derecho que tiene
en cuenta ambas perspectivas es la de R. TREVES, quien no solo ha contribuido a
desarrollar la sociología del Derecho italiana en la postguerra , sino que ha sido
también uno de los principales animadores de la disciplina en el plano internacional,
Además de impulsar la realización de numerosas investigaciones empíricas en su país,
entre las que cabe destacar una amplísima sobre la administración de justicia en la
sociedad italiana en transformación. TREVES ha mostrado también una gran
sensibilidad hacia la teoría sociológica –no en vano su procedencia es la filosofía del
Derecho– y hacia los problemas políticos, ideológicos, etcétera, que plantea el trabajo
del sociólogo del Derecho. En fin, analizar tales problemas no ha tenido en cuando
únicamente la concepción funcionalista de la sociedad, sino también la concepción
conflictualista, aunque huyendo siempre de dogmatismos y de soluciones definitivas.
Una última cuestión a plantear aquí es la de cómo ha influido el desarrollo e la
sociología del Derecho en el saber jurídico tradicional, en la dogmática jurídica. (…)
Pero si del campo de la teoría pasamos al de la práctica efectiva, hay que reconocer
que, en general, la dogmática jurídica se sigue cultivando de espaldas a la sociología y a
las demás ciencias sociales, si bien debe hacerse notar la aparición de una «nueva
duplicación» de los saberes jurídicos que ahora tiene lugar al nivel de cada una de las
ramas de la ciencia jurídica: así, al lado del Derecho constitucional se ha desarrollado
una sociología política, al lado del Derecho administrativo una ciencia de la
administración, junto al Derecho internacional una ciencia de las relaciones
internacionales, junto al Derecho penal, aunque sus orígenes no sean en este caso tan
recientes, una ciencia criminológica, etcétera. LUHMANN, al defender la tesis de la
separación entre dogmática jurídica y sociología, ha dado también una serie de razones
que pueden servir de explicación al hecho de que el programa de desarrollar una
«dogmática sociológica» no haya tenido éxito en la práctica. Tales razones serían las
siguientes: 1) La dogmática jurídica tradicional opera según el siguiente esquema: si se
verifican ciertas condiciones (las estipuladas en las normas), entonces deben tomarse
ciertas decisiones, cualesquiera que sean sus consecuencias sociales. Ahora bien, una
dogmática sociológica tendría que orientarse no hacia las normas, hacia el pasado, sino
hacia las consecuencias, hacia el futuro. Pero si ocurriera esto, se pondría en peligro la
18
función de certeza jurídica que debe realizar la dogmática, actuando desde dentro del
sistema jurídico: se pueden prever las decisiones si se toman conforme a las normas, al
pasado, pero no si se atiende a las consecuencias, pues el futuro es, obviamente, más
incierto y complejo que el pasado. 2) Un problema adicional es la dificultad de
establecer qué consecuencias son relevantes: a diferencia de las condiciones establecidas
en las normas, las condiciones tienen a su vez consecuencias, de manera que se
necesitarían criterios adicionales para romper la cadena de causalidad. 3) Una
dogmática jurídica orientada sociológicamente vulneraría el principio de igualdad
(formal): si se tiende a conseguir ciertos efectos (por ejemplo, la readaptación del
delincuente, a la hora de aplicar las normas penales), entonces no cabe decidir de
forma igual casos (jurídicamente) iguales. 4) Como la dogmática jurídica, suministra, en
esencia, criterios de decisión a los jueces, una dogmática sociológica obligaría a
cambios organizativos importantes: debería modificarse el sistema de reclutamiento de
los jueces, el tipo de instrucción necesaria para desempeñar la función jurisdiccional,
etcétera. 5) Por la misma razón, el jurista dogmático necesitaría poseer una serie de
conocimientos y de técnicas –los métodos sociológicos– que suelen ser ajenos a su
formación.
Sin embargo, también es posible pensar que estas dificultades –que son reales– no
resultan del todo insuperables. La orientación hacia las consecuencias es una exigencia
irrenunciable para la dogmática, si ésta quiere adaptarse a las nuevas funciones que
desempeña el Derecho en la sociedad contemporánea (por lo menos en las sociedades
avanzadas) y que no es sólo la de producir certeza –es decir, funciones de garantía–
sino también la de distribuir recursos y promover condiciones de igualdad (real) entre
los individuos. Ciertamente, ello exige un cambio profundo en la formación de los
jueces –y, en general, de los juristas teóricos y prácticos– que consiste, esencialmente,
en capacitarse para desarrollar un trabajo de tipo interdisciplinar. Además, la labor del
jurista dogmático no puede dirigirse tan sólo hacia la aplicación del Derecho, sino que
cada vez debe orientarse en mayor medida hacia la legislación: (…) hoy no es
concebible una dogmática separada tajantemente de la política jurídica; y una política
jurídica eficaz no puede, quedarse al margen de la sociología. Pero si este cambio no se
produjera –si el jurista diera en perseverar en su «espléndido aislamiento»– es posible
que la dogmática jurídica dejara en gran medida de cumplir una función social útil y
fuera progresivamente desplazada por otras técnicas sociales, lo que no sería
necesariamente una ventaja. Cuando la producción y/o aplicación de las normas
jurídicas queda sobre todo en manos de técnicos no juristas, como economistas,
ingenieros, etcétera (lo cual, quizás esté ocurriendo ya en España en materias como el
derecho fiscal), los resultados no son precisamente esplendorosos: el profesional sin
formación jurídica suele tener unas ideas muy simplificadas acerca del proceso de
interpretación y aplicación del Derecho, y a menudo ignora cuál es el contexto
normativo en que se insertan las nuevas normas dictadas, comportándose, en
definitiva, como el aprendiz de brujo que pone en funcionamiento mecanismos que en

19
seguida escapan de su control y producen resultados no deseados, pero no por ello
menos dañosos”.

L
La siguiente lectura es del autor CARLOS NARDI-GRECO en su obra Sociología
ECTURA 6

Jurídica, sobre las causas generales del Derecho:

CAUSAS GENERALES DEL DERECHO


* “¿Cuáles son, pues, las causas generales de los fenómenos jurídico? Es decir,
¿cuáles son los hechos necesarios y suficientes para el nacimiento y subsistencia del
derecho en todo tiempo y lugar en que ha existido o existe?
Al analizar la génesis del derecho, hemos visto cómo se ha desarrollado desde las
reacciones colectivas realizadas por el grupo social contra alguno de sus componentes
que con su conducta ha suscitado en todos los compañeros sentimientos de odio
(reacción, venganza) o de temor por el porvenir. Las causas de estas reacciones son
(…):
a) la tendencia generalísima de los seres vivos a reaccionar contra todo estímulo
doloroso, realizando movimientos que la experiencia (en los animales provistos de
cierto grado de complejidad estructural y funcional del sistema nervioso central) ha
demostrado aptos para producir la cesación del estado doloroso, alejando el estímulo;
b) los sentimientos que conducen al animal al desquite actual o diferido (venganza)
contra todo aquello que es percibido, como causa de dolor, y secundariamente, el
temor de un daño futuro;
c) los sentimientos de simpatía que impulsan a reaccionar contra quien ataca a un
compañero.
Estas actividades psíquicas y psico-sociales producen en las sociedades las reacciones
ya estudiadas. Pero no se transforman nunca en las sociedades subhumanas en hechos
jurídicos. El derecho no surge más que en la sociedad humana, porque sólo las
propiedades mentales del hombre, superiores en cantidad, si no en calidad a las de
cualquier otro animal, convierten las reacciones colectivas en reacciones jurídicas por
un proceso bien definido (…), deduciendo de las leyes que la psicología general,
aplicada a las circunstancias de la vida social humana y a las cualidades específicas del
hombre, confirmando el resultado de la deducción con los datos de la sociología
descriptiva.
Esto no sucede, sin embargo, en todos los grupos humanos.
Los pequeños grupos nómadas de cazadores primitivos no presentan ninguna huella
de fenómenos jurídicos. Para mantenerlos unidos, bastan las necesidades de la
cooperación económica; la necesidad de la satisfacción de ciertas exigencias genésicas
que unen al varón y a la hembra; la necesidad de protección que une a los hijos con
20
sus padres. La fuerza muscular permite al varón establecer su dominio en el grupo
familiar, y defender a sus mujeres, a sus hijos y sus cosas contras los ataques exteriores.
Toda cuestión entre grupos es decidida por la fuerza, y las inhibiciones
interindividuales permiten la coexistencia en una misma región de varias hordas. No
hay, pues, ninguna necesidad de reglas jurídicas, y, en efecto, no aparecen. Por razones
análogas no surgen hechos jurídicos en las familias compuestas, formadas por un
grupo de hermanos con sus mujeres e hijos, donde todos los varones adultos disponen
de un poder muscular casi semejante, y, por consiguiente, las inhibiciones recíprocas
son suficientes para mantener la coexistencia, el interés económico a mantener la
cooperación.
El derecho surgen solamente en los grupos que han llegado a una cierta extensión
numérica, y cuando hay actividades sociales constantes que exigen una tutela más
eficaz que la ejercida con las inconstantes, impetuosas y desordenadas reacciones
colectivas.
Hay, pues, hechos sociales humanos entre las causas esenciales del derecho. Ante
todo, la convivencia social de cierto número de personas se hace posible sólo por
ciertas condiciones de la producción humana. Esta es, pues, la causa condicional sine
qua non de todo hecho social humano; es el hecho fundamental, como la nutrición lo
es de la vida orgánica.
Las sociedades humanas propias se forman sólo cuando se verifica la presencia de
subsistencias tales que permiten convivir a varios hermanos con sus familias y después
a las familias de sus descendientes, y subsisten cuando es necesaria la cooperación para
aumentar las subsistencias, haciéndolas aptas a satisfacer las necesidades de la
población aumentada.
El aumento de la población y los diversos recursos del ambiente determinan el
nacimiento de la producción humana y las variaciones de estos dos factores
principales, y explican las primeras y más profundas variaciones de ella. De modo que
la producción no supone, como antecedente causal, ningún otro hecho social humano
mientras que representa la condición primera de todos ellos.
Hemos dicho que las reacciones colectivas sólo se transforman en hechos jurídicas
verdaderamente dichos, cuando se presente su necesidad. Esto sucede cuando hay que
garantir el ejercicio de ciertas actividades colectivas y el goce de ciertos bienes
colectivos, y cuando los motivos subhumanos individuales y sociales que hemos
indicado no bastan ya a asegurar aquel ejercicio y goce. La primera actividad social,
aún en el orden del tiempo, es la producción que lleva consigo necesariamente la
constitución de relaciones entre los que en ella participan. Cuando el desarrollo de la
actividad económica está sujeto a dificultades o menoscabos por obra de los asociados
particulares, es necesario que esto sea impedido mediante reglas (relativamente)
constantes, a fin de que la representación mental de la sanción obre sobre la psíquis de
todos los individuos de la sociedad como un motivo inhibitorio de la conducta,
impidiendo la repetición del acto dañoso. Y veremos, en efecto, que las primeras

21
huellas de reglas jurídicas halladas en las más sencillas sociedades humanas se refieren
a la garantía de la producción.
Pero la simple presencia de una actividad social no puede ser, por sí sola, suficiente a
determinar la formación de hechos jurídicos.
Para la consecución de tal resultado, es necesario un cierto desarrollo de las facultades
mentales superiores sobre las que obran las exigencias sociales. De la descripción del
proceso formal de las primeras manifestaciones jurídicas y de sus reglas
correspondientes, se puede deducir cómo a su producción son indispensables la
presencia y la acción de algunas facultades psíquicas poseídas sólo por el hombre,
especialmente el lenguaje y la reflexión sobre los efectos de las reacciones colectivas.
El que considere cómo se han producido las primeras manifestaciones jurídicas,
comprenderá fácilmente que el derecho no hubiera surgido si los individuos de las
sociedades humanas no hubieran sido capaces de experimentar que, reprimiendo
constantemente determinados actos o eliminando a sus autores, se operaba en el grupo
social una disminución de dichos actos, y si éstos no hubieran tenido a su disposición
para comunicarse sus experiencias, para formular reglas, para juzgar y para transmitir a
las generaciones sucesivas los hábitos y creencias jurídicas, ese maravilloso medio de
comunicación y de regulación social llamado lenguaje articulado. Ahora bien; un
grado de capacidad mental para realizar aquellas reflexiones y el lenguaje articulado en
un grado de desarrollo suficiente, son tres facultades psíquicas superiores, poseídas
sólo por la especie homo y, por consiguiente, este mismo hecho demuestra que sólo
en las sociedades humanas puede surgir el derecho.
Hay luego otro grupo de causas bio-psíquicas del derecho. Vimos que el efecto normal
del ejercicio constante de la represión jurídica es la inhibición psíquica individual, por
lo cual en la mente de todo asociado surge, como motivo determinante habitual de la
conducta, la representación de la pena que recae sobre ciertas acciones por las cuales el
orden jurídico es asegurado. Ahora bien; también este hecho supone suficiente
capacidad mental.
Hay que hacer una última observación. En todas las sociedades que conocemos y en
que existen hechos jurídicos, se presentan también hechos genésicos y familiares.
Hemos visto que hay algunas sociedades en que faltan aún los hechos jurídicos,
mientras existen ya hechos familiares y genésicos.
A priori debemos negar que el matrimonio, la familia y la parentela, sean condiciones
esenciales para el nacimiento del derecho. Podemos muy bien imaginar que en una
sociedad numerosa en la cual rija la más absoluta promiscuidad, se tutela jurídicamente
la producción y una determinada forma económica en ausencia de todo fenómeno
familiar. Esto no obstante, en los hechos que conocemos, la familia preexiste al
derecho forma una de sus primeras materias, y en sociedades muy primitivas vemos
ya que existen reglas jurídicas encaminadas a garantir las relaciones familiares. Esto
sucede porque en los grupos bastante extensos, en que se presentan los primeros
fenómenos jurídicos, se han operado ya, por las indicadas necesidades genésicas y
económicas más urgentes que el derecho, las primeras diferenciaciones familiares; la
22
hipótesis de una sociedad primitiva bastante numerosa y en el tiempo mismo
promiscua, privada de toda organización genésica en que el derecho existe, en una
mera abstracción.
Podemos, pues, concluir afirmando que las causas generales del nacimiento de los
hechos jurídicos son:
A) Causas condicionales a) producción;
b) actividades psíquicas individuales
determinadas por los sentimientos de odio,
venganza y de
c) temor;
B) Causas eficientes d) actividades psicosociales referentes a
reacciones colectivas;
e) facultades intelectuales del genus homo,
particularmente lenguajes y reflexión sobre los
efectos de las reacciones colectivas;
C) Causas teleológicas f) economía;
g) familia.

Las causas a), c), d), e), f), son esenciales, porque sin ellos no se da hecho
alguno jurídico; suficientes, porque sin que intervenga cualquier otro hecho social
humano, pueden determinar la formación de hechos jurídicos bien definidos;
generales, porque en todo tiempo y lugar concurren a la producción del hecho
jurídico. La causa, b), pasional y no utilitaria, puede desaparecer con la ulterior
evolución del derecho. La causa g) es solamente teleológica, y aunque importantísima
para explicar las variaciones del derecho, no es, como vimos, una causa esencial, una
condición sine qua non del mismo.
* Con el aumento de la complejidad estructural y funcional de las formas sociales,
nuevo elementos entran a formar parte de la causalidad del derecho. Así, apenas surge
el poder político, ejerce una reacción grave e inmediata, tanto en la función y la
estructura judicial, como sobre el contenido del derecho; (…). La religión, el arte, la
ciencia, del mismo modo que la forma política y las actividades relativas a ésta, en un
cierto grado de desarrollo están garantizadas por reglas jurídicas particulares, y
representa, por consiguiente, otros tantos fines o causas teleológicas del derecho.
Además, en cierto punto de su desarrollo, el derecho está sujeto a una elaboración
científica, y en este caso, la ciencia reacciona sobre la función jurídica. Pero estas
causas no son primitivas ni necesarias, porque ya hemos visto producirse fenómenos
jurídicos en ausencia de todos estos hechos sociales superiores; ni son generales,
porque existen provistas de funciones y de estructura jurídica que no tiene
organización política, ni hechos científicos, artísticos ni religiosos. En cambio, todas
estas nuevas actividades sociales suponen la existencia del derecho en cuanto éste
garantiza los bienes fundamentales y las condiciones más importantes de la
convivencia social, y, por consiguiente, en su primera aparición son evidentemente
23
efecto y no causas del derecho económico y genésico. Así, la estructura y la función
política sirven también al objeto de asegurar la realización de la función jurídica, ya
formulando con precisión la regla por medio de la legislación, ya empleándose en la
aplicación de la coacción, ya, por último, suministrando los órganos de la decisión
judicial. El arte reviste de sus formas poéticas las reglas consuetudinarias; la ciencia
presta sus instrumentos lógicos para la elaboración y sistematización del derecho; la
religión amenaza con sanciones ultraterrenas a quien infringe la regla jurídica, y con
ello completa la obra del derecho. Pero el hecho primero es siempre una acción directa
causal del derecho sobre las actividades sociales superiores; luego viene la reacción de
éstos sobre los fenómenos jurídicos, y su enlace análogo al de los tejidos, y de sus
funciones elementales en los organismos. (…).
Tenemos, pues, una doble razón para excluir los demás fenómenos sociales del
número de las causas primitivas genésicas, esenciales y universales del derecho: a)
relaciones causales entre el derecho y las actividades especiales distintas de la economía
y la familia, no existen en todas las sociedades; b) el derecho ejerce una acción causal
directa ascendente sobre estos fenómenos antes que reaccionen sobre él.
* Nuestras afirmaciones contradicen las de la gran mayoría de los filósofos del
derecho y de varios sociólogos. Esto depende del hecho de que unos y otros en
general han partido en su especulación de las observaciones de sociedades muy
complejas, como la greco-romana de la antigüedad y la Europa moderna y
contemporánea, en las cuales ya se han operado las reacciones sobre el derecho de los
fenómenos más elevados en la serie de los hechos sociales, y es sumamente difícil al
investigador establecer las distintas posiciones en la serie causal de los hechos que se
enlazan y forman un complejo aparentemente inexplicable. La investigación de la
causas generales del derecho debe hacerse, por el contrario, en general, partiendo de
los datos y de las leyes de la psicología, aplicadas a la circunstancias de la vida social
humana, y debe ser válida para todos los tipos de sociedades humanas, de modo que
sus resultados puedan verificarse en todo tiempo y lugar. En otros términos: el
método de la sociología general y de las ciencias sociales particulares, debe ser el que
ya varias veces hemos indicado (deducciones de las leyes de la biología y de la
psicología, aplicadas a las condiciones sociales humanas, comprobando los resultados
inductivamente, merced a los datos de la sociología descriptiva y de la historia), y no la
inducción incompleta o la generalización de algunos casos en que el hecho jurídico se
presenta.
Tomemos un ejemplo para demostrar cómo el disentimiento entre los resultados a que
hemos llegado y los resultados a que han llegado muchos de los filósofos del derecho,
depende de las razones expuestas. Casi unánimemente se afirma que el derecho no
puede nacer más que en el Estado, y que la causa primera del derecho es precisamente
al Estado. Esta afirmación ha sido obtenida inductivamente en las sociedades más
complejas, donde, efectivamente, el derecho aparece como una función del organismo
político. Nosotros en cambio, en muchos puntos de nuestro tratado, hemos
demostrado deductivamente que el derecho puede surgir independientemente antes y
24
fuera de toda organización política, porque se funda en exigencias sociales más
profundas y generales, menos complejas, y es determinado por elementos más
sencillos que las exigencias y elementos constitutivos que forman la base de la
estructura política.
Podremos ahora rápidamente, con algunos ejemplos tomados de la observación de las
sociedades primitivas, comprobar el resultado de nuestras deducciones. Y de buen
grado insistimos en este punto, porque a él se refiere el error principal y más difundido
sobre la génesis y esencia del derecho.
El derecho de las más sencillas sociedades se compone de pocas reglas, según las
cuales ciertos actos determinados son constantemente castigados después del
reconocimiento de la culpabilidad de su autor.
En los grupos sociales más complejos, la asamblea decide también acerca de las
cuestiones nacidas entre los que componen la sociedad, remitiéndose a las antiguas
reglas y a las decisiones tomadas en casos análogos. Hay en los seres animales
superiores una tendencia psíquica generalísima, que conduce a la repetición en
determinadas circunstancias de los actos que en circunstancias semejantes han
producido un resultado útil para la gens. En general, esta repetición es causada por las
asociaciones mentales aun subconscientes de las representaciones del acto realizado
con la de sus resultados útiles para la gens. En el hombre, la obra de esta tendencia se
hace más extensa y eficaz por la reflexión consciente que es capaz de hacer sobre el
valor de utilidad de las varias formas de conducta. En la sociedad humana, por último,
a la acción de la experiencia directa se agrega la de la experiencia que podríamos llamar
indirecta, es decir, a la obra de la transición a las nuevas generaciones, por parte de los
adultos, de las experiencias realizadas por éstos, hecha por medio de la palabra y de la
educación. Por este proceso de herencia social se transmiten de generación en
generación un gran número de usos genésicos, económicos, militares; una importante
masa de costumbres de varios géneros a las cuales todos se hacen, convencidos de que
sólo obrando así podrán durar el grupo, aumentar, prosperar, procurarse las
subsistencias, defenderse de los enemigos y de las inclemencias naturales. Ahora bien;
las primeras reglas jurídicas que se diferencian de esta indistinta norma
consuetudinaria, se transmiten en el tiempo por un proceso semejante. Y la referencia
que las asambleas hacen en sus fallos a las decisiones dictadas en casos análogos por
las precedentes asambleas, está determinada por las asociaciones mentales descritas,
por la reflexión consciente sobre los resultados útiles para todo el grupo de
conformarse a ciertas reglas, por el conocimiento general de todos los asociados de
que es necesario obrar como los antepasados obraron.
La repetición de las decisiones de las asambleas judiciales precedentes es característica
de este segundo estudio de la evolución jurídica.
Las asambleas no toman providencias generales válidas para todos los casos posibles,
como sucede luego en las asambleas legislativas, sino que se limitan a decidir el caso
concreto, salvo luego el repetir el juicio cuando se presenta un hecho análogo. En
todos los pueblos de la América septentrional, los jueces, las asambleas, las reuniones
25
de notables decidían siempre según lo que se había decidido en casos análogos; la
aplicación de las anteriores decisiones a casos análogos, pero no idénticos, acaba por
aumentar el patrimonio de las decisiones casuísticas, que, transmitidas de memoria,
forman sistemas jurídicos como los de los pueblos bastante adelantados, los daiachis
de Malesia, los calmucos, los árabes primitivos, los cafres, los kimbundas, los bogos,
los tuarengs, los cablas y los germanos. Donde la función arbitral se ha localizado en
personas sabias, más perspicaces, por obra de éstas el conjunto de las decisiones
casuísticas sufre cierta elaboración. Los juristas abstraen de las decisiones particulares
los principios generales para aplicarlos a los casos no previstos expresamente. Esta
elaboración de los juristas da lugar a la formación de sistemas adelantados del llamado
derecho consuetudinario, del cual son ejemplos notabilísimos el derecho malesio, el
derecho antiguo indio, el derecho de la península de Malaca, el derechos de los
pueblos árabes, camosemíticos y negro-mahometanos.
Hasta ahora no hay ninguna influencia de la constitución política sobre el derecho.
Aun cuando los jefes políticos asumen en parte la administración de la justicia, no
cambian en modo alguno las antiguas costumbres jurídicas que garantizan la
organización económica y genésica del pueblo por ellos dominado. Los irlandeses no
tenían autoridad que pudiera dictar leyes, y la función de sus reyes se limitaba
simplemente a vigilar, en su cualidad de jefes, las asambleas de las tribus, para que las
costumbres fueran observadas. Letourneau observa que en los pueblos de la Polinesia,
el sistema jurídico fundamental de los pueblos de constitución democrática no difiere
del sistema en vigor en los pueblos monárquicos. La única diferencia consiste en la
intervención del jefe en el sitio; intervención determinada por el solo fin de obtener un
beneficio de las decisiones de las controversias. Y después de una larga demostración
inductiva hecha sobre muchos pueblos, el eminente sociólogo concluye afirmando que
en las tribus y en los pueblos de dominio monárquico-militar, la influencia de los jefes
en la administración de la justicia se reduce a un influjo perturbador, y que “les vieilles
moeurs subsistent longtamps encore”, en el África negra, aun donde el rey dispone de
importantes poderes, continúa vigente el antiguo derecho. Así, a veces, como sucede
también en la Polinesia, el rey-juez no puede violar las antiguas costumbres.
Trollope refiere de los barolongs, que si el rey juzgase en contrario al antiguo derecho,
perdería el trono y la vida. Magyar refiere que el rey de los kimbundas no puede violar
en modo alguno las antiguas costumbres; si lo hiciera, sería muerto inmediatamente.
El rey de los asciantis, aunque pasa por un autócrata, no está libre de fiscalización.
Está sujeto a la obligación de observar las costumbres nacionales, transmitidas al
pueblo desde la más remota antigüedad. Una infracción de esta obligación costó el
trono a Osai Quamina. Este hecho, observa SPENCER, recuerda que en los
hotentotes de nuestros días, en los mejicanos, antes de la conquista, los jefes se
obligan, al heredar el poder, a no alterar el orden establecido. BURTON observa que
entre los africanos orientales, el único límite al poder del déspota es el Aada, el
precedente. Entre los javaneses, dice RAFFLES, el único freno a la voluntad es la
costumbre local. En Sumatra, el pueblo no reconoce a los jefes el derecho de instituir
26
las leyes que juzgan oportunas, ni de abolir ni alterar los antiguos usos, los cuales
observan con celosa fidelidad. „Entre los basutos, cuenta CASALIS, los jefes tienen la
facultad de dictar leyes y reglamentos que exigen las circunstancias; pero consideran
estas leyes, molaos, como de menos autoridad que los usos y las costumbres; mekhoas,
que constituyen el derecho propiamente dicho del país‟. Ya vimos cómo en todos los
Estados absolutos, por ejemplo, en las monarquías africanas, indias, en los Estados
árabes y malesios, en la monarquía hebraica, junto a la jurisdicción regia, subsisten las
antiguas jurisdicciones de los jefes de las gens, de las tribus, de los jueces de los
pueblos y de los tribunales de castas. Cuando la formulación del derecho toma la
forma de la legislación, no cesa la elaboración del derecho consuetudinario. En uno de
los sistemas más adelantados de derecho que recuerda la historia, en el derecho
romano, la costumbre, como fuente del derecho, tuvo gran importancia. Aun bajo
Adriano, el jurista Juliano escribía: „Inveterata consuetudo pro lege non inmerito custoditur. Nam
cum ipsae legis nulla alia ex causa nos teneat quam quod judicio populi receptae sunt, merito et ea,
quo sine ullo scripto populus probat, tenebunt omnes. Nam quid interest, suf fragis populus volutatem
suam declaret, an rebús ipsis et factis? qua re rectissime et illum receptum ets, ut leges non solo
suffragis legislatoris, sed etiam tacito consensu ómnium per desuetidine abrogentur‟.
La costumbre es, pues, considerada como capaz de abrogar la ley, esto es, de disponer
de una fuerza igual a ella. También en el sistema actual del derecho indio sucede algo
semejante. BORNELL observa que en la India, especialmente en el sur, fue siempre
considerada como muy superior a la ley escrita, y MAINE cita una importante
decisión de la Comisión judicial, en que se afirma expresamente que, „según el sistema
jurídico de los indios, la prueba de una costumbre tiene preferencia sobre el texto
escrito de la ley‟. Es notable que el texto de Juliano se haya reproducido en la
codificación justiniana, lo que demuestra que, aun en el siglo VI de Cristo, la
costumbre tuvo gran importancia en la formación jurídica. Y sólo en un estadio más
avanzado de la evolución social es cuando la multiplicación de las relaciones
interindividuales y su creciente complicación hacen necesaria la redacción de la regla
jurídica en modo cierto y absoluto, cuando la costumbre pierde su eficacia primera, y
la formación del derecho se realiza enteramente con la ley. En el derecho romano, el
primer momento de este proceso es señalado por la célebre constitución 2, C. 8, 52
(53) de Constantino, que establece que: „consuetudinis ususque longaevi non vilis auctoritas
Zest, verum non usque adeo sui valitura momento esta ut rationem vincat aut legem‟; constitución
que señala el paso a un estado de evolución jurídica más complejo, como demostraron
SCHUPPE y BONFANTE. En los modernísimos sistemas jurídicos continentales se
establece, por último, que la costumbre tenga valor jurídico sólo en las materias
indicadas explícitamente por la ley.
Se podría también notar que la legislación ejerce su obra dando sanción a antiguas
costumbres jurídicas. Para las sociedades arias, que luego llegaron al estado más
elevado de complejidad jurídica, la prueba de este hecho ha sido dada por SUMMER
MAINE. Pero esto no interesa a la actual investigación. Nos basta haber mostrado que
la voluntad estatual no es una causa universal esencial de los hechos jurídicos, porque
27
un gran número de los hechos del derecho se desarrollan antes y fuera de la influencia
actual. Lo que es esencial al derecho es el ser garantido por la fuerza social, que puede
también residir en el conjunto indiferenciado de los que componen la sociedad aún no
organizada políticamente.
Afirmamos, pues, que el Estado no es una causa universal del derecho. Y así tampoco
lo es la moral (…). El resultado de la investigación de las causas generales del derecho
coincide, pues, con el de la investigación de las causas generales de las variaciones del
derecho, como era de esperar, porque las variaciones, en un conjunto de hechos,
producen siempre variaciones correspondientes en los hechos de aquellos
dependientes causalmente”.

L ECTURA 7

El autor KURT NAGEL von JESS escribió su obra Lecciones de Sociología Jurídica, de la
cual tomamos la siguiente lectura:

EL PROBLEMA DE LA UNIDAD Y LA CONTINUIDAD. LA


ORGANIZACIÓN SOCIAL

CONCEPTO, ELEMENTOS Y DEFINICIÓN DE ORGANIZACIÓN


SOCIAL
Se analizó el elemento constitutivo de la sociedad, el elemento espiritual, o sea, la
conciencia social; vimos en qué consiste la vida social del hombre, que no es otra cosa
que un relacionarse, y llegamos a la conclusión de que esa vida de relación del hombre
determina una interrelación que coloca al hombre en diferentes posiciones, en
diferentes círculos, pudiendo encontrar dentro de esos círculos o grupos sociales dos
elementos fundamentales: una parte dinámica, determinada por la vida misma del
hombre, que se está haciendo continuamente, y una parte estática, constituida por
aquél conjunto de instituciones, normas, reglas de conducta, configuraciones y
estructuras que van quedando invariables, como residuos, a través del tiempo y del
espacio. Esta parte estática viene a constituir como una especie de andamiaje sobre el
cual se construye todo el aparato social dentro y alrededor del cual el hombre se
mueve de un grupo social a otro; y constituye el objeto de estudios de los DÜRKEIM
denominó la „morfología social‟, o sea, el estudio de las instituciones sociales.
La sociedad es un todo formado por una suma de individuos que se unen, se
interrelacionan; pero a su vez, adquiere características diferentes de todos y cada uno
de sus componentes, y es por eso, que en ella podemos distinguir esa parte estática
diferenciada de esa otra parte dinámica. La sociedad llega a tener así un puesto en el
cosmos social, un aspecto físico, un aspecto vital, un aspecto psíquico, un aspecto
28
social; pero también una estructura, una jerarquía, un orden, una consistencia y una
evolución social, lo cual implica la necesidad de una verdadera organización para su
mejor comprensión y funcionamiento. (…).
La organización social es el resultado del proceso de integración colectiva, pero no la
interacción en funcionamiento, sino la sociedad ya organizada, estructurada, ya
terminada. „…Es un concepto estructural sumamente complejo; es un conjunto de
cosas; es la expresión genérica de todo lo que hay fijo e inmóvil en la vida colectiva,
comprendiendo el conjunto de agrupamientos y de comportamientos sociales…‟
(RENE MAUNIER).
Podríamos definir la organización social como el objeto de estudio de la parte estática
de la sociedad, como el conjunto de los diferentes modos de coadaptación y
coordinación de las múltiples actividades individuales y sociales que forman unidades
estructuradas dentro de la sociedad, estas últimas determinadas por la igualdad de
funciones entre varios individuos o por la diferencia de ellas, todo lo cual nos
conducirá posteriormente al planteamiento del conocido problema de la división del
trabajo (…).
Toda organización social y su estudio presuponen una serie de elementos constitutivos
preexistentes en ella que se dan por ciertos y aceptados y que regulan su configuración.
Estos elementos constitutivos de toda organización social son:
a) una coordinación y una armonía de clases.
b) una permanencia y una durabilidad de los fenómenos sociales;
c) una idea de bien y de cambio continuo hacia la consecución del progreso
rigiendo continuamente los actos de los individuos (concepto relativo);
d) una interactividad constante;
e) un polifacetismo en el grupo, para el grupo y del grupo (no somos hechos en
forma standarizada como una máquina, ni actuamos como rebaños);
f) una sujeción a las leyes de la igualdad y de la desigualdad entre los hombres,
una igualdad de funciones dentro del grupo y una diversificación de
funciones dentro del mismo y en relación a otros;
g) la división del trabajo;
h) la existencia de instituciones, procesos, relaciones, estructuras, status y
funciones sociales;
i) una autoridad que las elige;
j) una jerarquía y un orden preestablecidos.

LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
Instituciones sociales
La organización social es un complejo de elementos coordinador que se caracterizan
por su permanencia. Esos elementos que la constituyen se denominan instituciones. El
conjunto armonioso de las instituciones de una sociedad forma su organización social.
Son como especie de órganos del cuerpo humano; tienen límites definidos, contornos

29
precisos y funciones propias. La institución, es así, el elemento típico y fundamental de
la estructura colectiva.
Puede agregarse que son las reglas de conducta obligatorias y duraderas que regulan la
actividad del hombre en su específica condición humana, producidas por el constante
devenir histórico y el interrelacionarse de los hombres, que al producirse van dejando
como una especie de huella o residuo en la sociedad y que existen de manera
apriorística cuando el hombre arriba a la sociedad.
Sus características las podríamos enumerar de la siguiente manera:
a) son por lo general normas de conducta;
b) son un sistema de control social;
c) son en sí mismas una organización social que adquiere personalidad propia y
particular;
d) son una pre-condición de las condiciones sociales;
e) no toda organización social es necesariamente una institución social, aun
cuando toda institución social forma parte de la organización social;
f) son duraderas y permanentes;
g) son producto de la interactividad del hombre a través del tiempo;
h) son obligatorias;
i) están ya preestablecidas;
j) están orientadas hacia la consecución de una finalidad colectiva establecida
por las autoridades competentes para ello;
k) tienen movilidad social, están sujetas a la relatividad y se dan en form
paralela a otras instituciones;
l) son un concepto, una idea que tiende hacia un interés o hacia una necesidad
que se aspira satisfacer;
m) tienen su propio código y un conjunto de individuos que las reconocen
como tales y las sirven, y
n) son susceptibles de clasificación.

Unas de las clasificaciones más prácticas y completas es la dada por HAURIOU, quien
habla de:
a) instituciones-personas; por ejemplo, las personas colectivas, las sociedades
de responsabilidad limitada o ilimitada, las sociedades anónimas o las
compañías de responsabilidad limitada, las sociedades en nombre colectivo o
en comadita simple o por acciones, las sociedades civiles y las mercantiles;
b) instituciones-cosas; por ejemplo, las fundaciones;
c) instituciones-reglas; por ejemplo, las normas de conducta sociales, religiosas,
morales, legales, las obligaciones de diversa índole, las reglas de conducta
colectiva;
d) instituciones-mecanismos, que son aquéllas que determinan la manera de
realizar determinados actos formales para que se dé la validez de los mismos;
por ejemplo, las reglas relativas al matrimonio, a la constitución de una
30
hipoteca, al otorgamiento de un testamento, a la celebración de un
determinado contrato solemne;
e) instituciones-organismos, que son aquéllas que se refieren al funcionamiento,
estructura, constitución y fines de un grupo determinado, donde cada
miembro tiene sus funciones bien determinadas en relación con los demás
miembros del grupo; por ejemplo, la familia, el Estado, etc.

Las instituciones sociales son el elemento permanente dentro de la sociedad; el


hombre, el individuo pasa, cambia, se transforma, deja de ser, la institución, por el
contrario, queda, resta a través del tiempo, en tanto que los hombres, a medida que se
van incorporando a la sociedad, tienen necesidad de irse adaptando a esas instituciones
preexistentes.

Estructuras sociales
Son el conjunto de elementos solidarios entre sí que forman todo el andamiaje social,
base de las actividades de interrelación, y que solamente se pueden separar en forma
abstracta con fines exclusivos de estudio y análisis, no yuxtapuestos, sino
interrelacionados y previos al individuo mismo, que determinan el límite y el ámbito de
las funciones que puede desarrollar el individuo dentro de cada grupo al cual
pertenezca. En la especie de marco o revestimiento que delimita la acción social del
hombre y que le da forma a ese actuar del individuo, delimitando cual es el respectivo
campo de libertad y de acción.

Procesos sociales
No son otra cosa que los diferentes modos de interacción humana; es el conjunto de
interactividades que el individuo realiza dentro de cada estructura o grupo social al
cual pertenece, pudiéndose englobar cada uno de los tipos de procesos sociales en tres
categorías diferentes:
a) procesos sociales de unión;
b) procesos sociales de separación, y
c) procesos sociales mixtos, o sea, de unión y separación simultáneos.

Relaciones sociales
Vienen a constituir los lazos de unión que se producen entre todos y cada uno de los
individuos que integran una capa social, determinados por el proceso de acción social,
o los vínculos que se dan entre los diferentes grupos sociales a los cuales pertenece un
mismo individuo que circula entre ellos. Es el proceso mismo de la estratificación; es
el producto y resultado de los procesos sociales determinados por la estructura y que
van apareciendo en la medida en que se van entrecruzando los diferentes círculos o
grupos sociales por la acción de la movilización bien horizontal o bien vertical de
todos y cada uno de los individuos. Las relaciones sociales se pueden reducir a dos
grandes categorías:
31
a) relaciones sociales de dominación; por ejemplo, aquéllas donde los seres son
superiores a otros, y por lo tanto dominan a aquellos, y
b) relaciones sociales de compañerismos; por ejemplo, aquéllas relaciones
donde no hay una jerarquía de superior a inferior.

Status Social
Es la posición que cada uno de los individuos viene a ocupar dentro de cada grupo o
círculo social en virtud de los procesos, las relaciones y las estructuras sociales en las
cuales se mueve. Es el „ego‟ frente a su grupo, y la posición que dentro o fuera de ésta
tiene. Implica necesariamente una relación de igualdad o de desigualdad, pudiéndose
estar en consecuencia, „in‟ o „out‟; implica rango, comportamiento, jerarquía, posición,
etc. Se puede tener un status múltiple o uno sencillo; implica un concepto de
relatividad, por cuanto, para el „ego‟, puede ser alto, medio o bajo, bueno o malo,
valioso o no valioso. El status de una persona está encerrado en todos aquellos datos
de su estado civil que generalmente se le exigen a un individuo como reseña o
identificación, como puede estarlo también en el trato que le den en un grupo social o
el que él exija que se le dé o se hace dar.

Función Social
Constituye el aspecto dinámico del status, por cuanto es el conjunto de actividades, no
ya de relación únicamente, porque se confundiría entonces con proceso social, sino de
actividades, que se realizan en virtud del status que el individuo tiene dentro o fuera de
un grupo o círculo social determinado, y al cual puede o no puede pertenecer. Este
concepto está referido a la manera de comportarse el individuo dentro o frente a cada
grupo y de acuerdo con las exigencias requeridas por el grupo al cual se pertenezca o
no se pertenezca. Un caletero de puerto no se comporta de igual manera que un
profesional de la medicina; no nos comportamos de igual manera en la iglesia que en la
playa; un hombre no reacciona igual que una mujer; un casado no tiene los mismos
intereses que un soltero.

Clasificación de los grupos sociales


Múltiples y variadas han sido las clasificaciones que se han dado de los grupos sociales,
y su concepto, sus elementos, su definición y su clasificación de por sí solo constituyen
materia suficiente para dictar todo un curso durante un año completo. Nosotros sólo
nos limitaremos a señalar las que hemos creído son las más importantes.
En la clasificación de los diferentes grupos sociales hay que tener en cuenta tres
elementos fundamentales:
a) la intención que se tenga de hacer aflorar la interdependencia de diferentes
planos de la realidad social; por ejemplo, la totalidad o sólo una parte de la
interdependencia.
b) la extracción de los caracteres generales de los elementos constitutivos de esa
realidad social (generalidad), y
32
c) poner en evidencia los caracteres de la organización social de los diferentes
tipos de sociedad (estructuras).

Los sociólogos conciben la realidad social como la acción misma dentro de esas
mismas dimensiones sociales; es decir, dentro de las estructuras sociales. Estas
realidades son a la vez económicas, políticas, jurídicas, culturales, etc. La condición
humana, cualquiera que él la sea, está siempre caracterizada por una serie de cambios
continuos que el hombre mismo ha construido. Y así nacen los valores sociales. Así
como hay diversidad de sujetos, habrá también diversidad de categorías de grupos
sociales, en los cuales jugará papel importante el fenómeno psicológico, especialmente
el instinto, porque como dice JEAN PIAGET, „…los hechos sociales, que no son otra
cosa que conducta humana, son a la vez psicológicos y sociológicos…‟. Todo acto
social es a la vez la expresión del „yo‟ y la expresión del „nosotros‟. Ya BERGSON lo
dijo „…que un hombre aislado no se comporta de la misma manera que un hombre en
sociedad, y que la civilización influye de tal manera en el individuo que lo configura a
su manera…‟. La Sociología se ocupa de la acción humana en su dimensión colectiva;
los sentimientos, las ideas, la tecnología, la práctica, están siempre unidas entre sí. Esas
actividades no pueden ser separadas jamás, y juntas, forman un conjunto armonioso
que constituye la realidad de la acción social presente en tres diferentes escalas:
a) en relación con el „yo‟ mismo;
b) en relación del „yo‟ con el grupo, y
c) en relación del grupo con otros grupos.

Llegamos así a la conclusión que en materia de estructuración, lo más importante,


elemental y primordial es la noción que se tenga de grupo para poder desarrollar los
demás conceptos.
El grupo es el fenómeno más pequeño dentro del mundo de lo social.
Es como la parte atónica y dinámica de toda una sociedad; atónica, por cuanto „grupo‟
es un término genérico, y dinámica, por cuanto basta la unión de dos o más individuos
para que en conjunto produzcan un cambo de las estructuras sociales preexistentes.(...)
Pero hay que advertir que estos grupos, cualesquiera que ellos sean, presentan
características más o menos similares y comunes entre sí, y en esas características
comunes podríamos encontrar los fundamentos de unas leyes básicas igualmente
comunes a todos los grupos. La Historia estudia cada fenómeno de una manera
particular. La Sociología en cambio, ya lo dijimos, tiene tendencia a generalizar, y más
cuando está tratando de referirse a un elemento constitutivo del fenómeno social en
general, como lo es el grupo; tiene necesidad de buscar esa generalidad para reducirlo
todo a leyes sociales de indiscutible verdad.
De esta manera, se podría enunciar esas características o leyes de la manera siguiente:
a) no hay grupo social sin un mínimo de socialización;
b) no hay grupo social sin una interdependencia;
c) no hay grupo social sin una estratificación;
33
d) no hay cultura universal, sino un conjunto de diferentes culturas;
e) no hay un determinismo riguroso, porque existe la libertad que es relativa;
f) no está sujeto el grupo a leyes rígidas como en el caso de las ciencias físicas;
por lo tanto, no hay estructuras rígidas dentro de ellos, sino tipos sociales
que encierran toda una serie de grupos o de elementos sociales.

Los grupos sociales se pueden estudiar sólo a través e hipótesis que presentan
variantes en el tiempo y en el espacio. Son susceptibles de ser encerrados en una
definición que contenga todas las características de cada tipo, es decir, de describir esas
estructuras, a menos que se haga Sociología Especial reducida a un campo específico.
Esta forma de estudiar los grupos sociales encierra el peligro para el estudioso de la
materia de que llegue un momento en que sepa mucho y sepa nada, o de que llegue a
saber nada y lance entonces una serie de conjeturas con conocimientos muy limitados.
Es muy peligroso jugar con las hipótesis que nos da la observación.
Y por eso los autores e investigadores recomiendan usar de las leyes sociales con
mucho cuidado y prudencia.
Ahora bien, los grupos sociales, una vez hechas las observaciones anteriores, pueden
ser clasificados de la siguiente manera:
a) según su origen: en psicológicos (espontáneos y voluntarios), biológicos
(edad, sexo), geográficos (por lugares o regiones), o sociológicos (formados
natural o artificialmente);
b) según el criterio de FERDINAND TÖNNNIES: en asociaciones y
comunidades;
c) según el criterio de GIDDINGS: en compuestos y constituidos;
d) según el criterio de COOLEY: en primarios y secundarios;
e) según su durabilidad: en permanentes o temporales, de costumbre o de
moda;
f) según la fuerza que los determine: en militares, religiosos o industriales,
metafísicos o positivos;
g) según los instintos que los determinen: en económicos, políticos,
demográficos, biológicos, jurídicos o culturales;
h) según sus aspectos históricos: en castas, hordas, tribus, clanes, estamentos,
naciones, estados, clases, etc.

Según PITIRIM SOROKIN, para quien la clase social no es sino una especie de grupo
o categoría particular de grupo, es necesario partir de una distinción que nos ha
parecido bastante interesante:
„…hay que saber la diferenciar los hechos inorgánicos propios de la materia, los
hechos orgánicos propios de la vida y los hechos superogánicos, que no son
otros que los socio-culturales, producidos por la aplicación de la conciencia
desarrollada sobre todo lo que nos rodea, que no es otra cosa que la capacidad
psicológica o aptitud de percepción de las cosas que tienen los individuos‟.
34
El mundo socio-cultural es un mundo sumamente complejo tal como lo es el hombre,
y no encierra solamente el estudio de los instintos, sino también el de los sentimientos
dirigidos por la conciencia y la reflexión; y asimismo, la interacción significativa que
establece la relación entre los individuos e influye en el comportamiento de cada uno.
Este mundo socio-cultural necesita de los individuos, de un vehículo material (la
escritura, los gestos, etc.), de una significación (representaciones codificadas con un
mismo sentido para todo el mundo), y de una interacción que puede ser unilateral o
multilateral, directa o indirecta, una cultura o producto de esa interacción, que puede a
su vez ser material o inmaterial, y de una sociedad difícil de definir.
Para SOROKIN, los grupos se pueden caracterizar de tres maneras:
a) grupo de interacción inorganizada (efímeros);
b) grupos de interacción organizada, y
c) grupos estables o instituciones; pero todos regidos por leyes cuya
particularidad reside en su no codificación o imposibilidad de codificación.

El habla de dos grandes tipos de grupos: grupos alineados en forma única y grupos
alineados en forma múltiple. Los grupos de alienación única son aquellos cuya
actividad está dirigida hacia un solo centro de actividad o valor, a un solo aspecto de la
existencia; por ejemplo, una asociación cultural, un partido político o una asamblea de
accionistas, un club de billar, una asamblea de fieles de una determinada religión, etc.
Mientras que los grupos alineados en forma múltiple son aquellos cuyos miembros
están unidos por diferentes intereses, sin que ello quiera decir que un tipo tenga mayor
o menor importancia que el otro.
Hay, sin embargo, una serie de grupos que poseen la característica de ambos y que a la
vez se confunden a menudo con el concepto de clase social. Estos son:
a) los grupos profesionales (sin embargo, las clases sociales son grupos de
alienación múltiple que no deben confundirse con los grupos profesionales
que son grupos de alienación única);
b) los grupos económicos (por ejemplo: ricos, pobres, clase media, etc., que
toman en consideración los ingresos y que son igualmente confundidos con
el concepto de clase social, pero en verdad son grupos de alienación única,
mientras que, como ya señalamos, el término clase es múltiple), que a su vez
pueden ser divididos en virtud de sus funciones: en capitalistas y proletarios,
productores y consumidores, vendedores y compradores, propietarios y no
propietarios, etc.;
c) los grupos políticos, que al igual que los económicos también tienen esa
misma particularidad y no deben ser confundidos con el concepto de clase
social (dirigentes y dirigidos, gobernantes y gobernados, etc.), y
d) los grupos biológicos, según sus determinaciones cronológicas o sexuales,
etc.

35
Veamos ahora a continuación un cuadro que nos enseñe fácilmente otra posible
clasificación de los grupos sociales.

Clasificación de los grupos sociales según RENE MAUNIER y ALFREDO


POVIÑA

Según su forma de agruparse a) biológicas -edad.


-sexo.

b) geográficas -tribu.
-pueblo.
-ciudad.
-nación.

c) sociológicas -clase.
-casta.
-estamento.
-corporación.
-sindicato.
-gremio.
.partido político.

Según su forma de comportamiento a) por sus fines -intelectuales.


-económicos.
-políticos.
-morales.
-religiosos.

b) por sus normas -Jurídicas.


-morales.
-sociales.
-religiosas.

ESTUDIOS DE SUS PRINCIPALES FORMAS

LA HORDA
Es una agrupación de individuos en su forma más primitiva y salvaje, errante y
nómada, cerrada y aislada, cuyas relaciones sexuales son por lo general endógamas y
promiscuas, presentando un predominio del instinto de la reproducción y de la
alimentación, viviendo por lo general, de la caza y de la pesca.

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En el Diccionario de la Real Academia Española el término “horda” significa:
“Comunidad de salvajes nómadas”5.

EL CLAN
Es una agrupación más o menos estable, cuya primordial relación se encuentra
sustentada en el vínculo de parentesco, determinado casi siempre por la mujer, es
decir, por la línea matriarcal; grupo que posee una fuerte unión espiritual entre sus
miembros, basada por lo general en la creencia de una descendencia de unos
antepasados o tótem, y cuya organización está basada en un sistema más o menos
democrático y comunitario.

En el Diccionario de la Real Academia Española el término “clan” resalta el vínculo


familiar, señala:
Del inglés clan, éste del gaélico clann „hijos, descendencia‟, y este
del latín planta „planta, brote‟.
1. m. En Escocia, conjunto de personas unidas por un vínculo familiar.
2. m. Grupo, predominantemente familiar, unido por fuertes vínculos y con
tendencia exclusivista.

LA TRIBU
Es una agrupación mucho más avanzada, formada por la unión de clanes y de
hordas más o menos sedentarizados, unidos entre sí por un lenguaje, una historia y
una tradición comunes, con una unidad política, social y económica compleja y
organizada. Jerárquicamente, en la cual hay un predominio de un jefe seleccionado
y de un consejo de ancianos que sirven a los intereses de la tribu.

En el Diccionario de la Real Academia Española el término “tribu” se señalan los


siguientes significados:
1. f. Cada uno de los grupos de origen familiar que existían en algunos
pueblos antiguos. Las doce tribus de Israel.
2. f. Grupo social primitivo de un mismo origen, real o supuesto, cuyos
miembros suelen tener en común usos y costumbres.
3. f. coloq. Grupo de individuos con alguna característica común,
especialmente las pandillas juveniles violentas. Las tribus urbanas.

LA SECTA
Más que un grupo, es un subgrupo social limitado, con poca unidad social, formado
por individuos ligados entre sí por unas mismas creencias, que por lo general, tienen
propósitos recónditos, casi siempre contrarios a las leyes existentes, al interés público
o a la ideología predominante. Existen tres tipos de sectas: las sectas religiosas, que

5
Un segundo significado es el de “Grupo de gente que obra sin disciplina y con violencia”.
37
después se convierten en iglesias; las sectas políticas, que luego darán paso a los partidos
políticos, y las sectas filosóficas, que posteriormente darán lugar a las grandes escuelas
filosóficas.
En el Diccionario de la Real Academia Española el término “secta” tiene los siguientes
significados:
1. f. Doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera orto
doxo. Rechazan que unasecta se equipare a una religión.
2. f. Conjunto de seguidores de una secta. La secta de los esenios.
3. f. Comunidad cerrada, que promueve o aparenta promover fines de caráct
er espiritual, en la que losmaestros ejercen un poder absoluto sobre los adept
os.

LOS SINDICADOS
Son agrupaciones sociales cuyo objeto primordial está dirigido a determinar de una
manera precisa las relaciones obrero-patronales, para tratar así de velar por los
intereses de cada uno de los grupos que intervienen directamente en el hecho
económico, considerado el uno con relación al otro en una situación de desnivel social
o de dependencia, de inferioridad o de superioridad. En este sentido puede
distinguirse tres tipos de sindicatos: sindicatos gremiales o de obreros, sindicatos
patronales o trust o kartels, y sindicatos mixtos u obrero-patronales, fórmula moderna
que se ha tratado de implementar para conciliar y darle solución al urgente problema
obrero-patronal que se había agudizado a fines del siglo pasado, y adoptada por los
grandes países capitalistas e industrializados, donde la socialización se ha dejado sentir
en forma por demás importante y sui generis.

LAS ASOCIACIONES, FUNDACIONES O CORPORACIONES


Son agrupaciones sociales de diversa índole …[creadas con fines diversos], un fin de
lucro, mediante el ejercicio de alguna actividad estrictamente mercantil (sociedades
mercantiles), o un fin de lucro no derivado de la actividad mercantil (sociedades
civiles), o la realización de fines ideológicos sin ningún interés lucrativo, bien de
carácter cultural (centro de bellas artes), bien de carácter educacional (universidades),
bien de servicio a la comunidad (centros comunales), bien de servicios públicos de
carácter político (municipalidades), de carácter científico (asociaciones o corporaciones
científicas o de investigación), de carácter religioso (acción católica), de carácter
benéfico (sociedades de mutuo auxilio o montepíos) y de carácter general para el bien
común (fundaciones).

LAS ASOCIACIONES GREMIALES


Son agrupaciones cuyo objeto fundamental, al igual que en las anteriores, está dirigido
a velar por los intereses de sus asociados en el desempeño de sus labores u oficios que
le son propios, pero distinguiéndose de aquellas porque al velar por esos intereses y
trata de obtener reivindicaciones para sus miembros, no tienen en cuenta una posición
38
de dependencia, de subordinación o de desigualdad, dado que los miembros que
agrupan ejercen por lo general una profesión de las denominadas liberales, que no los
coloca en dicha situación de inferioridad o de dependencia ni les produce ningún tipo
de resentimiento social (colegios de abogados, de médicos, de ingenieros, gremios de
artesanos, etc.).

LA CASTA
Es una agrupación más elevada, pero esencialmente endógena, compacta, cerrada,
exclusivista e impermeable, formada por individuos que tienen ideas, profesiones,
gustos, educación, maneras y sentimientos comunes; producto generalmente de una
mismo origen racial, o del nacimiento o por la yuxtaposición de civilizaciones venidas
con cada una de las conquistas, o por el carácter religioso, donde los individuos desde
el instante mismo de su nacimiento y por ordenarlo así la costumbre o el
ordenamiento jurídico producto de esa misma costumbre, se encuentran sujetos y
unidos por normas definidas y rituales comunes a los de su propia agrupación y de por
vida, agrupaciones de las cuales no pueden salir. En una casta se nace y muere dentro
de ella.
En el Diccionario de la Real Academia Española el término “casta” tiene los siguientes
significados:
1. f. Ascendencia o linaje. U. también referido a los irracionales.
2. f. En la India, grupo social al que se pertenece por nacimiento, y que, dent
ro de una etnia, sediferencia por su rango e impone la endogamia.
3. f. En algunas sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a
permanecer separado de los demás por su raza, religión, etc.
4. f. Especie o calidad de algo.

EL ESTAMENTO
Es una agrupación o más bien un estrato social relativamente rígido, no tanto como la
casta, determinado no por el nacimiento, sino por la ley, o reconocido por la
costumbre, normas que determinan las relaciones y condiciones de sus miembros
cuando éstos hayan cumplido con una serie de ciertos requisitos pautados por las
mismas disposiciones legales que lo rigen. Los estamentos se diferencian de las castas
por cuanto en éstas no se trata de otorgar o negar privilegios de alguna clase.
En las castas, a cada una y a sus respectivos miembros, le corresponde el desempeño
de determinadas tareas sociales necesarias para el grupo, mientras que en el estamento,
cada uno de sus miembros, puede desempeñar las mismas o iguales tareas, pero su
misma condición estamentaria le da privilegios a quien se encuentre en estructuras
jerárquicamente superiores. Puede decirse que en la época colonial americana, lo que
existía en las colonias españolas era un sistema de verdaderos estamentos,
determinados por el nacimiento, pero que con las leyes y disposiciones jurídicas de „las
gracias al sacar‟, permitía una cierta permeabilidad más o menos aguda imposible en el

39
caso de una casta. Igualmente, así deben concebirse los estamentos existentes,
anteriores a la Revolución francesa (nobleza, clero y estado llano).
En el Diccionario de la Real Academia Española el término “estamento” tiene, entre
otros significados, el siguiente:
1. m. Estrato de una sociedad, definido por un común estilo de vida o
análoga función social. Estamento nobiliario, militar, intelectual.

LOS PARTIDOS POLÍTICOS


Son grupos sociales cuyo fin fundamental y primordial es el de la toma del poder por
algún medio idóneo, para poder así implantar un ideal político previamente adoptado,
y dentro de las estructuras gubernamentales, necesidad de implantación que conlleva
aparejada un cambio socio-económico-cultural.

LA CLASE SOCIAL
Será quizás éste el concepto más difícil de definir, dado lo complejo y escurridizo de
sus elementos constitutivos, es hoy uno de los temas cuya conceptualización es la más
discutida, la más difícil de aclarar y el punto, más fascinante que presenta para su
estudio la moderna Sociología y todas las demás ciencias conexas. Se ha llegado
inclusive a considerar que, en virtud de las características propias que ella reviste, el
concepto de clase social sea algo que ha dejado de existir, y que ya hoy, por su carácter
complejo y por esas mismas dificultades que se encuentran para reunir sus elementos,
sea muy posible que su concepto vaya desapareciendo para dejar así paso a nuevos
tipos de estratos sociales.
Para SOROKIN, por ejemplo, partiendo del análisis de su naturaleza, la clase social es
un grupo de alienación múltiple que no debe confundirse de ninguna manera con dos
de las categorías especiales ya descritas: la casta y el estamento.
Para él, la clase social es un conjunto de derechos por medio del cual se puede entrar o
salir de un grupo social; base en la cual se fundamenta el concepto. La clase social, de
difícil definición, es, más que un concepto, una situación de desigualdad determinada
especialmente por la necesidad de la división del trabajo.
Para él, la clase social es un concepto menos general que el de estrato, y que
corresponde a los diferentes puntos de vista de una jerarquización necesaria a todos
los grupos sociales. Por otra parte, el concepto de pertenecer a „una misma clase‟
implica una igualdad de funciones diferentes a las funciones de las otras clases. Él
concibe como errado, por ejemplo, determinar las clases sociales en base al salario que
gane una persona, lo cual sirve únicamente para ayudar la estadística. Por otra parte,
los grupos de alienación única reales, como por ejemplo, las asociaciones gremiales o
profesionales, las élites políticas, económicas, militares, etc., no son verdaderas clases
sociales.
El concepto de clase parte de diferentes puntos de vista, es susceptible de determinar
varios criterios, cambia con el tiempo y el lugar y su conjunto no permite una buena y
única definición. De esta manera, SOROKIN se opone al concepto que MARX dio de
40
clase social, para quien la base que la sustentaba era solamente y en forma
determinante lo económico, considerando a la clase como un conjunto de individuos
que a una misma situación económica acompaña una misma ideología, una misma
orientación política y una identidad cultural. Esto hoy en día, ni es verdadero ni está
suficientemente claro. (…).
La división de clases parte de la división del trabajo, pero también de otros múltiples
elementos. Hay un „lumpen proletariado‟, pero los campesinos, entre ellos mismos
forman clases polivalentes; hay patronos y obreros, pero tanto entre los mismos
patronos como entre los mismos obreros hay diferencias inmensas. Podemos hablar
de artistas, industriales, comerciantes, agricultores, criadores, artesanos, y sin embargo,
dentro de cada grupo social nos encontramos con múltiples subdivisiones que, entre
sí, nada tienen de común. En este sentido, SOROKIN tiene un criterio más amplio y
más exacto de clase social al contrario del marxismo, que con una visión apriorística
exagera la mentalidad de la clase obrera, puesto que hoy día hay obreros que no
pertenecen a la clase baja o podre desde el punto de vista económico; y asimismo,
podemos constatar que entre los obreros no hay una mentalidad homogénea. En
Francia, los líderes sindicales tienen enormes diferencias entre ellos; en Inglaterra,
todos los sindicatos están divididos. Para MARX no hubo diferencias entre orden y
clase social. Para él, el conservadurismo, la burguesía, la nobleza y los patronos eran
una misma cosa.
SOROKIN, parte de una crítica indirecta hecha sobre ese principio para determinar y
afincar su punto de vista sobre la tesis de MARX, diciendo que éste no reconoce la
subdivisión de las clases sociales y que es extremista y determinista, en el sentido de
que habla únicamente de la existencia de dos clases extremas y opuestas: la burguesía y
el proletariado, lo cual es totalmente falso. SOROKIN terminará por preguntarse si
será necesario formular una definición y un concepto de clase social; si es verdad que
ese concepto de clase juega hoy en día algún papel en la vida social, y si es que acaso
hoy en día existe la clase social.
Hay una realidad que nosotros llamamos clase social y que influye en la manera de
comportarse el individuo pero veremos lo difícil que será conceptuarla por los
heterogéneo de sus elementos. SOROKIN parte de un principio para determinar la
existencia de las clases sociales: él dice que hay sociedades dominadas por un solo
grupo y sociedades dominadas por varios grupos. La primera sería la sociedad
soviética donde existía una fortísima y preponderante clase dominante, o la „la nueva
clase‟ como la llamada MILOVAN DJILAS, la „nomenklatura’; y la segunda sería la de
los países industrializados del mundo occidental.
Dentro de las sociedades dominadas por varios grupos nos encontramos:

A. la sociedad familiar, sociedad global en la cual la familia es el grupo


dominante (social patriarcal)
B. la sociedad tribal o sociedad de castas, aquélla donde cada tribu se va
estructurando al lado de la otra, y ellas son las que fijan las normas de
41
comportamiento de los individuos que nacen dentro de cada una; por ejemplo.
Roma en su primera época, y la India colonial;
C. la sociedad en base a órdenes, donde en vez de existir castas o tribus, lo que
existen son estamentos determinados por las disposiciones legales, como por
ejemplo en la Europa feudal, el „ancien regime‟, Grecia y la Roma en su etapa
más desarrollada, la Venezuela colonial;
D. la sociedad global, que es aquella donde todos los aspectos de la vida social
se integran bajo una misma sociedad pudiéndose dividir:
a.- sociedades de clases,
b.- sociedad estática o nacionalista,
c.- sociedad teocrática y
d.- sociedad urbanal y rural

(…) La sociedad estática o nacionalista es aquella donde la estructura del [E]stado se apoya
en la concepción de nación, y es ésta la preocupación fundamental del [E]stado, quien
funda todas su funciones sobre el culto y la exaltación del espíritu de la nación. Las
artes, la economía, el derecho, el pensamiento, la cultura y la política tienen como
valor supremo el „alma del pueblo‟ (Volksgeist), considerado desde el punto de vista
nacional, como por ejemplo el [E]stado alemán nacionalsocialista. Puede decirse que el
[E]stado soviético era estático puesto que el grupo dominante bastaba todas sus
funciones únicamente sobre la ideología del partido que es dogmática; pero no sin
embargo, decir que fuera una sociedad nacionalista. La sociedad teocrática por su parte, es
aquélla donde el grupo dominante es una iglesia, y los valores fundamentales son
teocráticos, como por ejemplo, el antiguo Tibet, los Estados Pontificios y el Sacro
Imperio Romano Germánico. Por último la sociedad urbana y rural, que por presentar
características propias y a la vez disímiles en todas y cada una de las regiones donde se
asienta, implica a su vez, al igual que el análisis de las clases sociales, un estudio aparte,
y en Venezuela formarán dos sociedades perfectamente bien delineadas.
La clase social es un concepto contemporáneo sumamente amplio referido a todo tipo
de organización que determina en nuestro mundo el comportamiento que determina
en nuestro mundo el comportamiento del individuo en relación a un grupo, o puede
referirse en sentido estricto al carácter económico de dicho individuo (tesis marxista).
La clase social es una muchedumbre homogénea, pero extendida en forma universal
(porque hasta en los países soviéticos, socialistas o comunista existieron las clases
sociales), cada vez más esparcida en la medida en que la comunicación social se ha ido
haciendo más rápida y más amplia, que se establece sin privilegios, pero con un
sentido de solidaridad, modo de vida, educación, comportamiento y clima histórico
que determina una especial actitud del individuo frente al grupo. Es aquel conjunto de
individuos que guardan entre sí relaciones de igualdad, pero que se separan y
distinguen de otros grupos sociales por ciertos cánones que reconocen como válidos.
Para SOROKIN es un grupo social más bien determinado por la existencia de una
repartición desproporcional de los bienes, que da ventajas y desventajas, que implica
42
una superioridad o una inferioridad, o sea una desigualdad por la existencia de rentas
dispares, una profesión distinta, una situación de dominio, y que encierra un
problemática de prestigio dentro de cada una, susceptible de una subdivisión.
Para GURVITCH es un elemento estructural de la sociedad que no desapece nunca.
Puede desaparecer determinada clase dominante, pero el sistema de clases es algo que
existe necesariamente dentro la sociedad global, puesto que es la que determina la
estructura de esa sociedad. La vida social tiene su base en la libertad, y esa libertad
misma determinará siempre una libertad de asociación. La clase social es en el fondo
un sujeto colectivo portador de una visión del mundo, determinada por sus individuos,
y que tiende a imponer esa manera de vida a toda la sociedad global, por lo cual el
contenido de la clase social puede variar según varíe el concepto de sociedad global.
Una clase social es un fenómeno social en tanto ella pueda ser capaz de realizar un
acto general que afecte a la toda la sociedad.
Es un sujeto social colectivo por cuanto ella constituye una totalidad y una fuente de
fenómenos sociales; pero es latente, por cuanto ella no está presente sino en
determinados momentos cuando sus intereses se vean afectados. GURVITCH nos
habla con el ejemplo del volcán.
El problema así analizado, nos presenta una serie de preguntas que deberían ser
contestadas, entre las cuales debemos destacar las siguientes:
A ¿Cuál es el elemento característico que determina que un individuo
pertenezca a una o a otra clase social?
B ¿Qué elementos caracterizan una clase social?
C ¿Cuántas clases sociales hay?

Pero estas tres preguntas no pueden ser contestadas de una manera concreta y
determinante, porque el concepto de clase social es un concepto, como ya se ha visto,
que no está sujeto a cánones estrictos y se diluye en el mundo de las disquisiciones; en
fin, escurridizo. Sin embargo, para tratar de aclarar las ideas, podríamos resumir sus
elementos, los más importantes, obtenidos a través de este breve análisis y que puedan
facilitar la obtención de un mejor y más claro concepto de clase social, de esta manera:
a) es un sentimiento de igualdad;
b) implica un sentimiento relativo y muy subjetivo de inferioridad o de
superioridad con relación a otros individuos o a otros grupos, lo que muchas
veces hace resaltar personalidades con graves resentimientos sociales;
c) es un grupo con estructuras amplísimas y abiertas, lo que permite el
„arribismo‟, los „parvenúes‟ y los „declassés‟;
d) están estructuradas en forma vertical y su movilidad se proyecta en este
sentido;
e) no son actuales, sino siempre potenciales (como ejemplo, está lo dicho sobre
el volcán o el dique);
f) son grupos sociales sin una función específica;
g) son cuasi-grupos, o sea grupos sociales latentes;
43
h) sus individuos, dentro y fuera de ellas, no tienen un status determinado;
i) no tienen una existencia legal reconocida;
j por lo general, son estructuras y agrupaciones democráticas y sus líderes y
funcionarios representativos son elegidos en formas por demás popular;
k) son grupos sociales sumamente flexibles;
l) son estructuras anorgánicas y funcionales;
m) están jerárquicamente estructuradas;
n) es un concepto complementario a nuestras relaciones sociales diarias;
o) da a sus miembros una especie de „conciencia social‟;
p) determina ante los miembros de ella una igualdad de funciones;
q) es una comunidad de acciones y de ocupaciones
r) en fin, no es sino una manera de comportamiento.
(…)

EL PROBLEMA DE LAS TRANSFORMACIONES

Concepto, elementos y definición de evolución o cambio social


Hemos venido insistiendo en que la sociedad presenta dos aspectos perfectamente
bien definidos y que de esto se dio cuenta el mismo COMTE, cuando dijo que en todo
grupo social se podrían distinguir perfectamente dos partes: una que no cambia, que
permanece estática y que puede ser objeto de disección, y otro, que estaba siempre en
constante transformación; y que así como el ser humano todos lo días varía, tanto en
su aspecto material y corporal como en su aspecto intelectual o espiritual, asimismo, la
sociedad va sintiendo estas transformaciones y ella misma va cambiando con el
tiempo. Así como en la naturaleza nada se pierde y todo se transforma, en la sociedad
sucede otro tanto, pudiendo entonces distinguirse una parte estática y una parte
dinámica (…). Y casualmente, lo que viene a determinar las transformaciones en la
sociedad es el hecho de que ella, en una u otra forma, participe tanto de un elemento o
aspecto espiritual como de uno material o natural que irán imprimiéndolo ese cambio.
¿Y cómo podríamos definir el cambio? Poco importa la manera como él se presente o
se fije en nuestra mente. Sabemos que la sociedad se transforma a diario y que el diario
acontecer determina las variaciones de la vida social; sabemos que la sociedad sufre
momentos de regresión y de atraso, pero que avanza siempre, buscando lo mejor para
sus miembros. ¿Pero qué es el cambio en sí? ¿Cómo lo podríamos definir? En
términos generales, es toda transformación fatal y necesaria, normal o anormal que se
da en los seres, que produce en ellos nuevas características, nueva constitución y nueva
consistencia, siendo normal cuando se produce y se suscita de acuerdo con las normas
y formas preestablecidas y generales, y anormal cuando se produce en forma
inesperada, violenta y distinta a la forma normal (v POVIÑA, ALFREDO, op. cit.,
pág. 441).

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Esquemas doctrinarios
Muchos autores han tratado de representarse ese cambio, esa serie de
transformaciones que se producen en la sociedad y a la vez en el individuo,
reduciéndolo todo a figuras de diferentes formas, con el fin de mostrarnos de una
manera plástica la evolución que la sociedad sufre en su búsqueda del fin común y en
su lucha por conquistar el progreso. (….).

Esquemas de los diferentes cambios

normal -que afectan al individuo-moda

-que afectan al grupo -en su agregación - movilidad social.


-en su conciencia social-valores sociales
(justicia).
-en su organización social-instituciones
Sociales (pena de muerte).

anormal -según el sentido -contra el poder.


-contra el uso irracional del poder.
-contra el trato inhumano.

-según la clase -política -cambio de gobierno.


-cambio de régimen.

-social -interna.
-externa.

Leyes de la evolución
En materia de cambio, el problema estriba tanto doctrinaria como prácticamente en
tratar de determinar si el cambio en la sociedad se produce de acuerdo con leyes
indefectibles, de si efectivamente existen esas leyes y si éstas son aplicables en todo
momento y lugar. Muchos han sido los autores que han pretendido encontrar esas
leyes, y entre las más importantes citaremos en primer lugar a mismo COMTE, quien,
partiendo de la premisa de que la dinámica social está regida por una ley, creyó
encontrarla en el paso que todo grupo da de una etapa teleológica inicial, en la cual
Dios rige todos los aspectos de la vida social, a una etapa metafísica, donde sólo rige la
razón, y luego, a una etapa positiva donde sólo cree en lo que se puede experimentar.
También citaremos a SPENCER, para quien el paso va dado por una ley igual, pero
con etapas diferentes. Para él, la transformación fundamental es el paso de una etapa
militar a una etapa industrial, o sea, el paso de la época de la fuerza a la época del
trabajo. Para MARX, el asunto es aún más complicado y más profundo, y es un

45
problema de carácter filosófico, todo lo cual es explicado por él a través de su tesis
contenida en el materialismo dialéctico (…).

Los problemas de la evolución social normal


Dijimos que el cambio puede ser de dos clases: normal, cuando se suscita de una
manera preestablecida y general; y anormal, cuando se produce en forma violenta y
distinta a la manera normal y preestablecida, aclarando aquí que debe entenderse por
anormalidad no algo defectuoso, sino algo fuera de los normal y corriente. El cambio
anormal implica el estudio de la revolución, mientras que el cambio normal puede
referirse a los cambios que afectan unas veces directamente al individuo y luego a
través de éste a la sociedad, o a los que afectan directamente a la sociedad y repercuten
en el individuo. El cambio normal que afecta al individuo típico es la moda; mientras
que el cambio que afecta al grupo, puede afectarlo de diferentes formas:

a) en su agregación, que nos llevará al estudio de la movilidad social, que no es


otra cosa que el estudio de la manera como el hombre se une a sus semejantes;

b) en su conciencia social, que no es otra que el estudio de las transformaciones


que se producen en los valores sociales (por ejemplo, los diferentes conceptos
que se van teniendo en el mundo en épocas diferentes de la justicia social); y por
último,

c) en su organización o estructuras sociales, o sea el cambio que se produce en


las instituciones, como cuando estudiamos las transformaciones que se
producen en las formas de castigar (abolición o imposición de la pena de
muerte).

Ese cambio normal está caracterizado por una serie de elementos comunes.

No lo vemos, no lo sentimos diariamente, pero lo amos percibiendo a medida que el


tiempo pasa, de una manera sutil. Sin embargo, es susceptibles de estudio y de un
análisis minucioso después que haya transcurrido ese tiempo; es susceptible de una
previsión y de una planificación, por todo lo cual el hombre puede fácilmente desviar
el curso del devenir histórico, y es por eso que se puede agregar, que el cambio normal
es reflexivo, mientras que el anormal es totalmente irreflexivo.
En cuanto a que el cambio sea susceptible de planificación, podemos agregar que ésta
consiste en un conjunto de actos tendientes al ordenamiento y la previsión que hay
que efectuar y las normas que hay que seguir para poder llegar a ello, para conseguir
mediante la fijación de objetivos y mediante una acción racional la utilización óptima
de los recursos que una sociedad tiene en una época determinada.
Esta acción de planificación tiene tres momentos fundamentales por los cuale
necesariamente tiene que pasar.
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a) la formación del plan y los proyectos de modificación;
b) el conocimiento de las causas y la posibilidad de previsión de los resultados, y
c) la realización práctica de todo lo pensado por medio de métodos adecuados
para cada caso.

Puede decirse que los artífices de las modernas teorías sobre la planificación y su
puesta en práctica fueron los alemanes, los primeros en comenzar a desarrollar las tesis
doctrinarias y llevarlas a la realidad. Precisa y lastimosamente, la realidad
latinoamericana nos ha demostrado que el gran problema que hemos tenido para
alcanzar metas superiores ha sido la falta de planificación o una planificación mal
entendida y mal desarrollada.
Hemos sufrido una especie de fiebre o snobismo 6 planificador, tratando de copiar
todo; pero al llevarlo a la práctica nos ha fallado el elemento humano y el simple
sentido común. Nos hemos acostumbrado a la improvisación y a la aplicación de
planes que no se ajustan a nuestra realidad social, habiéndonos dejado deslumbrar por
los éxitos que esos mismos planes hubieron podido tener en otros países, olvidando
que la realidad social es totalmente diferente. En materia de planificación podríamos
citar también el problema que plantean los diferentes sistemas políticos en cuanto a la
influencia que ellos pudieran tener, como sería el caso de los países socialistas, en
donde se podría señalar que el gran fracaso de los planes agrícolas-pecuarios
reconocidos por los mismos jerarcas en sus discursos fueron el producto de esa
destrucción sistemática del incentivo humano y de una falla en la planificación que se
hizo mal fundamentada. Sus resultados desastrosos los hemos podido palpar, y sobre
eso ya nadie se atreve a discutir; están allí a la luz pública. Todo ello lo señalamos para
llamar la atención sobre la importancia que tiene en nuestro mundo moderno el
problema de una buena planificación y que para obtener esta perfecta planificación se
hace necesario conocer perfectamente la realidad social partiendo del conocimiento
del elemento humano, y por lo que se hace imperioso el estudio de la Sociología.

LA MODA
De manera breve y concreta podríamos decir que es un cambio normal que se produce
en el individuo y que consiste en una especie de costumbre nueva que pretende
imponerse sustituyendo a la antigua que le es compatible. Es un fenómeno constante
de la vida social que afecta al individuo, sin tener extensión universal en cuanto a cada
fenómeno, pues es sólo propio de un círculo social específico, quedándose única y
exclusivamente en el aspecto exterior del „yo‟. Es una forma de imitación, pero con
génesis individual, que tiene las características de pasar por diferentes momentos:

6 Sobre el origen de la palabra snob, ORTEGA y GASSET, señala: “En Inglaterra las listas de vecinos indicaban junto a
cada nombre el oficio y rango de la persona. Por eso, junto al nombre de los simples burgueses aparecía la abreviatura:
s.nob., es decir, sin nobleza. ORTEGA y GASSET, J.: La rebelión de las masas, Perro y la rana, Caracas, pág. 17.
En el Diccionario de la Real Academia Española se señala al término “esnobismo”, como cualidad se “esnob”. Y sobre el
término esnob, que proviene del inglés “snob”, señala: “Persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de
aquellos a quienes considera distinguidos.
47
a) un comienzo individual (a alguien se le ocurre ponerse una prenda de vestir,
adoptar una postura, lanzar una idea, usar un determinado color para cualquier
objeto, tararear una melodía, comer algún plato exótico, etc.);
b) una difusión;
c) una difusión que adquiere alcances generales y un clímax; y
d) una declinación.

En esta fase de la declinación se presenta un fenómeno interesante de estudiar o una


especie de eventual alternativa o bifurcación: si lo que venimos denominando moda se
queda en el grupo sin desaparecer totalmente, ésta deja entonces de ser simple moda
para convertirse de ahora en adelante en una costumbre, forma normal que deberá seguir
toda corriente que esté de moda; o por el contrario, ella desaparece, presentándose
entonces el caso de que las persona que sigan haciendo uso de ella estarán calificadas
con una palabra muy usada por los autores franceses: „demode‟, es decir, estar pasado,
fuera de moda (ver POVIÑA, ALFREDO, ob. cit., pág. 445).

TEORÍA DE LA MOVILIDAD
Constituye esto el estudio del cambio que afecta al grupo en su manera de agregarse, lo
que para algunos es el análisis del problema de la agregación que no es otra cosa que la
maneta como se unen unos individuos con otros; mientras que para otros, la
agregación es un problema referido a las relaciones de los círculos sociales, por cuanto
parte de la idea de que por necesidad y como algo imperioso, todo individuo debe
estar unido a un grupo, bien sea en forma espontánea o en forma voluntaria. Por lo
tanto, este problema puede ser bien el estudio de las formas de agregación de los
individuos, o bien, el estudio de las formas de cómo se entrecruzan los círculos
sociales. En este sentido, sin embargo, citaremos a SOROKIN citado a su vez por
POVIÑA, para quien el problema de la movilidad implica tanto la agregación como el
entrecruce de los círculos sociales; y en este sentido, él diferencia la existencia de una
movilidad horizontal de la existencia de una vertical.
Movilidad horizontal se produce cuando uno o varios individuos cambian de grupo sin
cambiar de status o subir o bajar en la escala jerárquica de valores de los grupos
sociales; mientras que la movilidad vertical se produce cuando se cambio de grupo
jerárquicamente diferente. Un ejemplo de movilidad horizontal sería un grupo
migratorio. Un ejemplo de movilidad vertical podría ser cualquier aumento o
disminución de los índices de mortalidad o natalidad o los entrecruces de los círculos
sociales jerárquicamente superiores o inferiores, el enriquecimiento de un individuo,
etc. (v. POVIÑA, ALFREDO, op.cit., pág. 446).

EL PROGRESO
Es toda forma de cambio o evolución hacia lo mejor, todo lo cual determina que esta
idea sea un concepto eminentemente científico, pero a la vez profundamente
filosófico, de difícil explicación. El término „lo mejor‟ ya nos da la pauta de que se trata
48
de algo claramente relativo y subjetivo, susceptible de valoración personal o colectiva,
en cuya discusión se han enfrascado los tratadistas alemanes y anglosajones, los
primeros partidarios de diferenciar en todo momento el progreso material del
progreso espiritual, o sea, civilización de cultura, de los cual dicen ellos adolecen los
norteamericanos, quienes por su parte aducen que el progreso debe ser considerado
como algo único y que esa pretendida diferencia entre civilización y no civilización no
es sino la presentación de dos aspectos de una misma cosa. Para nos cultural es el
progreso espiritual mientras que civilización es el progreso material. Es un elemento
netamente humano que determina una vez más un aspecto diferencial entre él y el
animal. Debemos añadir que en este sentido no se deben adoptar posiciones ni
pesimistas ni optimista, en el sentido de que „nada se puede hacer mejor‟, o de que „no
hay que hacer nada‟, sino seguir la tesis del meliorismo de LESTAR WARD, en el
sentido de que „hay algo que hacer, mucho que hacer y se puede hacer‟. Es el problema
de la fe en el hombre, en sí mismo, en su destino y en el futuro de la humanidad (v.
POVIÑA, ALFREDO, op. cit., pág. 448).

SOCIOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN
El estudio de las revoluciones no es otra cosa que el estudio del cambio anormal que
se produce en la sociedad. Pero, ¿por qué es anormal? A esto responderemos de la
siguiente manera:
1) Porque se cumple siempre y cuando existan circunstancias particulares;
2) Porque para que se produzca es necesario el derroche de fuerzas sociales
extraordinarias;
3) Porque no sigue la pauta dada por las normas de evolución preestablecidas;
4) Porque es brusca, explosiva y violenta;
5) Porque pasa tres momentos diferentes y determinados.

¿Y cuáles vendrían a ser esos momentos o fases por las cuales pasaría una revolución y
que la distingue de los demás fenómenos?

MOMENTO DE LA REVOLUCIÓN
La primera fase denominada pre-revolucionaria está caracterizada por la existencia de
continuas crisis económicas, políticas y sociales o por las tres conjuntamente; por la
existencia de descomposición de todos los órdenes, por el florecimiento de „leaders‟
intelectuales que se constituyen en las „eminencias grises‟ que van sembrando sus ideas
en ciertas capas elitescas de la sociedad. Al contrario de lo que esos mismos líderes
postulan, el pueblo, la masa, es completamente indiferente a este movimiento y a lo
que está verdaderamente pasando. Lo que se encuentra verdaderamente afectado es la
conciencia social; hay inquietud y una zozobra que se posesiona de los espíritus
siempre lo más cultivados y los que tienen mejor visión social; es una etapa de utopías
donde se postulan ideas esperanzadoras de un futuro mejor; es la época del fermento
revolucionario.
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La segunda fase o momento revolucionario propiamente dicho se produce en el
instante en que algún movimiento cualquiera produce una especie de chispa que
enciende los ánimos colectivamente hablando. Esta acción inicial sirve como
comienzo de la violencia, de la ofuscación de las pasiones que llevan a la pérdida
máxima del „self control‟, produce el desbordamiento del odio, y la guerra va seguida
de la anarquía total, tanto en el mundo material como en el espiritual. La masa popular
deja de pensar, se constituye en algo incontrolable y es fácil presa de cualquier
agitador, demagogo o líder popular que las sepa arengar; este pueblo así exaltado sale a
la calle y se desborda.
La tercera fase o momento post-revolucionario es el que sigue al anterior. A la
anarquía total se impone una dictadura férrea y sangrienta mediante el terror y el orden
impuesto por la fuerza bruta. Se acaba con las instituciones del régimen anterior en
cuando que éstas estén opuestas al movimiento triunfante, y sólo se obtendrá el
triunfo total de la revolución mediante el apoderamiento de los órganos del poder
público y la consolidación de ese mismo poder.
Estas revoluciones pueden ser de dos clases: revoluciones políticas, que tienen por
objeto el apoderamiento de las estructuras internas del [E]stado, bien para cambiar un
gobierno por otro, o bien para cambiar un régimen o sistema por otro; mientras que
las revoluciones sociales conllevan una transformación más profunda, radical y vertical
que tienen como fin inmediato apoderarse del gobierno para imponer los cambios a
todos los órdenes de la vida social institucionalizada.
Resta ahora explicar qué es lo que determina el nacimiento de una revolución, qué es
lo que encontramos en todo movimiento anormal. Para unos autores, teoría bastante
incipiente e infantil por cierto, lo que origina la revolución es el hombre, pues ¿quién
sino el hombre es el origen de todos los cambios en la sociedad?
Podemos resumir las explicaciones del origen de la revoluciones en dos grandes
grupos de teorías: las teorías psicológicas, cuyos partidarios postulan que las
revoluciones las hacen los intelectuales (HIPÓLITE TAINE, ORTEGA Y GASSET)
o que son producto del desbordamiento de las pasiones y de los instintos del hombre
(SOROKIN); y las teorías sociales cuyos partidarios pretenden que el móvil de las
revoluciones es político (apoderamiento del poder de VIERKANDT) (la lucha de
clases de MARX) (la lucha de las élites por dominar unas a otras de PARETO Y
MOSCA).
Por último, podemos añadir que para otros autores, la revolución no es más que un
proceso necesario que se produce dentro del las conciencias individuales y sociales que
ven la necesidad de cambiar de una o de otra manera las estructuras que sirven de base
a la vida social para un mejoramiento de los grupos más desposeídos o en situación de
inferioridad (v. POVIÑA, ALFREDO, op.cit., pág. 446).

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