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Tesis central
Teoría de la convergencia
No fue sino hasta la postguerra, que Europa comenzó a mirar con detalle a los
Estados Unidos, no tanto como un país con mercados libres, sino como un país con
grandes empresas, con grandes monopolios y con un amplio desarrollo de la burocracia
moderna. En adelante, EEUU demostró ante el mundo su superioridad frente a las otras
formas de capitalismo, por lo que Europa desarrolló una modernización que se puede
identificar con el modelo que Estados Unidos proyectó seguir por el resto de los países.
Fue solo en el periodo revolucionario de fines de los 60’s y comienzo de los 70’s,
que la teoría de la convergencia comenzó a ser cuestionada por nuevos enfoques que
enfatizarían la diversidad e insistirían en la posibilidad, y de hecho, la deseabilidad de
caminos alternativos de desarrollo socioeconómico, dispuestos a integrar a sindicatos
poderosos en la hechura de la política publica a través de una participación
institucionalizada en el poder y las responsabilidades.
Ya durante los 80’s, esta teoría estaba desechada. Fue una época de grandes
cambios en el mundo, principalmente por el declive de la economía norteamericana como
la superpotencia mundial. Si las economías angloamericanas querían recuperarse de sus
crisis, necesitaban reformas sociales sustantivas que aumentaran la redistribución para
mitigar la desigualdad, incrementar la inversión pública, mejorar la protección social, etc.
Es decir, todo lo opuesto a la profundización del mercado y la desregulación competitiva
que pregonaba el incipiente movimiento neoliberal. En este caso tenemos dos ejemplos
de países que se posicionan como potencias en ese contexto en base a reformas con mayor
compromiso social: Japón y Alemania. El primero depositaba mayor confianza desde los
jefes a los empleados, una confianza mutua que llevó a una especialización flexible. Esto
derivó en que la economía japonesa saliera adelante en tiempos difíciles y emergiera
como potencia. El segundo caso era un sistema rígido de producción de calidad
diversificada, altamente competitivo. Sin embargo, era apoyado por sindicatos fuertes,
participaban trabajadores institucionalizados a nivel de planta. “Se está convencido de la
plausibilidad, sustentabilidad, e incluso superioridad de los modos de producción
capitalistas que prosperaban en compromisos sociales comunitarios de largo plazo”.