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Wolfgang Streeck

Sociólogo alemán, miembro del Partido Socialdemócrata Alemán, especialista en


el análisis crítico de la economía capitalista. Profundizó en las variedades del capitalismo
contemporáneo, develando las fallas y los límites que este sistema presenta.
Su texto, “E pluribus unum? Variedades y generalidades del capitalismo”, fue
publicado en Octubre del 2010. Por lo tanto, dentro del contexto en el que se desarrolla
este paper, están el antecedente de la primera gran crisis financiera del siglo XXI: la crisis
del 2008. Por lo tanto, el contenido de este texto intenta mostrar y explicar las diferentes
formas en cómo el capitalismo se ha ido construyendo y variando en los diferentes
contextos de las diferentes potencias del siglo XIX, XX y XXI.

Tesis central

En base a la definición de Polanyi sobre la economía como un “proceso


instituido”, la economía capitalista se basa en un orden social que difiere en el
espacio y el tiempo. La propiedad privada, los mercados libres, el trabajo remunerado,
las sociedades anónimas y las finanzas modernas emergieron o se difundieron hacia
diferentes contextos históricos y tradiciones locales, diferentes estructuras
institucionales y de poder que no pudieron sino impregnar las formas en las que el
capitalismo fue “instituido” en las diferentes sociedades.
Marx señala que la historia de la acumulación primitiva (la expropiación que
despoja de la tierra al trabajador) que para él era “el fundamento de todo proceso”, adopta
diversas tonalidades en distintos países y recorre en una sucesión diferente las diversas
fases. En base a esta idea y la tesis de Polanyi sobre la economía como un “proceso
instituido”, elabora una explicación de cómo a lo largo del tiempo el capitalismo ha
sentado sus cimientos en las diferentes potencias del globo, describiendo los diferentes
procesos y condiciones que han permitido que, por ejemplo, Alemania se sitúe como el
modelo alternativo al capitalismo estándar, que sigue representado por Inglaterra, y
crecientemente, EEUU, independiente de las muchas diferencias entre ambos. Japón fue
incluido tardíamente en los 80’s, cuando la competitividad de la industria manufacturera
japonesa se hizo sentir especialmente en los mercados angloamericanos, y que, por la
razón que sea, fue asignada al polo “alemán” del continuo entre los capitalismos más o
menos “normales”.

Teoría de la convergencia
No fue sino hasta la postguerra, que Europa comenzó a mirar con detalle a los
Estados Unidos, no tanto como un país con mercados libres, sino como un país con
grandes empresas, con grandes monopolios y con un amplio desarrollo de la burocracia
moderna. En adelante, EEUU demostró ante el mundo su superioridad frente a las otras
formas de capitalismo, por lo que Europa desarrolló una modernización que se puede
identificar con el modelo que Estados Unidos proyectó seguir por el resto de los países.
Fue solo en el periodo revolucionario de fines de los 60’s y comienzo de los 70’s,
que la teoría de la convergencia comenzó a ser cuestionada por nuevos enfoques que
enfatizarían la diversidad e insistirían en la posibilidad, y de hecho, la deseabilidad de
caminos alternativos de desarrollo socioeconómico, dispuestos a integrar a sindicatos
poderosos en la hechura de la política publica a través de una participación
institucionalizada en el poder y las responsabilidades.
Ya durante los 80’s, esta teoría estaba desechada. Fue una época de grandes
cambios en el mundo, principalmente por el declive de la economía norteamericana como
la superpotencia mundial. Si las economías angloamericanas querían recuperarse de sus
crisis, necesitaban reformas sociales sustantivas que aumentaran la redistribución para
mitigar la desigualdad, incrementar la inversión pública, mejorar la protección social, etc.
Es decir, todo lo opuesto a la profundización del mercado y la desregulación competitiva
que pregonaba el incipiente movimiento neoliberal. En este caso tenemos dos ejemplos
de países que se posicionan como potencias en ese contexto en base a reformas con mayor
compromiso social: Japón y Alemania. El primero depositaba mayor confianza desde los
jefes a los empleados, una confianza mutua que llevó a una especialización flexible. Esto
derivó en que la economía japonesa saliera adelante en tiempos difíciles y emergiera
como potencia. El segundo caso era un sistema rígido de producción de calidad
diversificada, altamente competitivo. Sin embargo, era apoyado por sindicatos fuertes,
participaban trabajadores institucionalizados a nivel de planta. “Se está convencido de la
plausibilidad, sustentabilidad, e incluso superioridad de los modos de producción
capitalistas que prosperaban en compromisos sociales comunitarios de largo plazo”.

Diversidad capitalista y giro neoliberal


Una vez caído el comunismo soviético, el interés por estudiar las diversas formas
de capitalismo incrementa de manera notable. Las alternativas en ese contexto eran el
modelo norteamericano (angloamérica) y el europeo/japonés (área del Rin). Michael
Albert plantea que la mayor atracción cultural de los países estaba dirigido hacia el
modelo americano o “neoamericano”, lo que desplazaba al modelo más solidario y más
eficiente.

Variedades del capitalismo, variedades de enfoques


En la literatura existente, se puede distinguir cuatro tipos de enfoques de la
variedad capitalista: un enfoque de 1) enraizamiento social, 2) un enfoque de recursos de
poder, 3) un enfoque institucionalista histórico y ,4) un enfoque racionalista –
funcionalista.
1) El enfoque de enraizamiento social está basado en códigos de comportamiento
y modos de control social precapitalistas, los cuales continúan persiguiendo y
modelando los intereses económicos de una sociedad. Los valores dominantes
en lo social y en lo económico son, la reciprocidad, la solidaridad grupal, la
disciplina, el respeto por el estatus tradicional, la identificación grupal, la
aceptación de responsabilidades paternalistas a cambio de deferencia por la
autoridad, entre otros. Las tradiciones importan más que los beneficios
materiales. El país modelo para el capitalismo socialmente enraizado es
Japón. Las relaciones de largo plazo, presentes en su tradición, permiten
relaciones económicas de largo plazo. La competitividad emerge como una
externalidad de la adherencia a normas comunitarias.
2) El enfoque de recursos de poder, está estructurado por lo político más que por
lo cultural o social. El caso modelo es Suecia. Las instituciones tradicionales
que se debilitan en el curso de la expansión del mercado capitalista, son
reemplazadas por política sociales socialdemócratas. Por lo tanto, este orden
es construido por medio de la acción política colectiva y por políticas
redistributivas. Un partido socialista unificado y una confederación sindical
trabajando en coalición para mantener el control del Estado como recurso de
poder.
3) El enfoque institucionalista histórico enfatiza el rol de las instituciones
heredadas como restricciones. Las instituciones no se entienden como guías
normativas, sino como fundamentos formales colectivamente resguardados
del orden social y económico. Es decir, las instituciones son vistas como
legados que no son fáciles de cambiar, o cambian dentro de un patrón
establecido. Son relevantes las instituciones, ya que dan cabida a intereses y
organizaciones colectivas en un nivel intermedio de la sociedad, entre el
mercado y el Estado. La variedad del capitalismo se relaciona con la manera
en que se incluyen los intereses de los grupos sociales y las organizaciones
que los representan en las decisiones económicas. Las instituciones
intermediadoras deben incluir a los trabajadores, permitiendo que intereses no
capitalistas se inserten en la gobernanza de la economía política. El ejemplo
de esto es Alemania. Importante: existe cooperación productiva entre
empresarios y trabajadores, la cual toma diferentes formas y produce distintos
resultados dependiendo de cómo están organizados y son incluidos los
trabajadores. La competitividad se deriva de la capacidad de los
empresarios de aprender a vivir y sacar lo mejor de una restricción
sindical firmemente institucionalizada.
4) El enfoque racional-funcionalista explica las variedades de capitalismo como
resultado de la búsqueda por ventajas económicas. Sugiere que, en una
economía mundial integrada, las diferencias institucionales no solo no están
obsoletas, sino que son deseables toda vez que permiten que economías
nacionales o locales se especialicen en productos y procesos particulares, y
establezcan de este modo ventajas comparativas. De esta manera, lejos de
generar instituciones idénticas, la competencia da lugar a una diversidad
institucional en la medida que genera presiones a la especialización. La
competitividad es el objetivo intencionado de una comunidad economizadora
cooperativa de actores conscientes de los costos de transacción, quienes
buscan de manera consensuada la manera más eficiente de organizar sus
relaciones mutuas. La capacidad de las instituciones y políticas públicas de
un país de potenciar el desempeño económico es asegurada por los actores
político-económicos hegemónicos, que son concebidos como
economizadores racionales preocupados de minimizar costos de
transacción.

Complementariedad institucional y ventaja comparativa


Propuestas principales de Michel Albert:
1) Los sistemas capitalistas nacionales se conciben como de dos tipos: economías de
mercado liberales (UK y EEUU) y coordinadas (Alemania) (EML y EMC).
2) EML y EMC difieren en cómo las empresas operan para asegurar la cooperación
para hacer eficientes su producción. EML organizada en función de contratos
formales y mercados competitivos; EMC organizada en función de interacciones
estratégicas y coordinación, es más relacional.
3) Ambos modelos son controlados por empresas en búsqueda de relaciones de
producción eficientes.
4) Mientras que EMC se especializa en patrones de innovación incrementales que
resultan en producción de calidad diversificada, se afirma que EML son mejores
en patrones de innovación radical, estando estos patrones de innovación ligados a
los patrones de coordinación de los actores económicos.
5) Las economías políticas nacionales se componen de 5 ámbitos institucionales que
funcionan mejor cuanto más se complementan: relaciones industriales, educación
y formación de competencias, gobierno corporativo, relaciones interempresas, y
la relación entre los trabajadores y la gerencia.
6) La igual competitividad entre EML y EMC, y los beneficios económicos de
la complementariedad, se ponen en el camino de la convergencia a una única
“mejor práctica” de capitalismos nacionales.
En vez de la convergencia, la tendencia es a la polarización: los países con
combinaciones impuras de instituciones se moverían de su posición intermedio
entre los dos tipos “ideales”, alguno de los dos polos donde los arreglos
institucionales son homogéneos, y por tanto, más eficiente.

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