Vous êtes sur la page 1sur 203

‰9w!

9z#ƒƒ(_Š

CAUSA Nº 4895, "Mariana BUCHNIV; Yanina


Graciela GOGONZA; Vanina Gisela DIAP; Noemí Elizabeth
NUÑEZ; Noelia Soledad GALLARDO s/ abandono de persona
agravado por el resultado, lesiones y amenazas"

///En la Ciudad de San Isidro, en el día 5 del mes de


Noviembre del año Dos Mil Dieciocho, reunidos en Acuerdo los Sres.
Jueces integrantes del Tribunal en lo Criminal Nº 4 Departamental, Dres.
Federico ECKE, Hernán SAN MARTÍN y María COELHO -Juez
integrante del Tribunal en lo Criminal nro. 7 Dptal., componiendo este
Organo en virtud del acuerdo operado por los Señores Jueces de los
Tribunales en lo Criminal Departamentales el día 28 de mayo de 2012, de
conformidad con lo que emerge de la Resolución de Presidencia de la
S.C.B.A. Nº 1644/12-, bajo la Presidencia del nombrado en primer
término, y actuando como Secretarios los Dres. Paola Soledad García
Ferrer y Matías Nicolás Aprile, para dictar los fundamentos del veredicto
condenatorio que fuera anticipado luego que se diera por cerrado el debate
oral y público el día 18 de Octubre del año en curso, conforme a lo
dispuesto por el artículo trescientos setenta y uno del Código de
Procedimiento Penal, en la causa N°4895, seguida a Mariana BUCHNIV;
Yanina Graciela GOGONZA; Vanina Gisela DIAP; Noemí Elizabeth
NUÑEZ y Noelia Soledad GALLARDO; y practicado el sorteo que rige
la ley, resultó que en la votación debía observarse el siguiente orden: Dres.
ECKE, SAN MARTIN y COELHO.-

CUESTIONES
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

PRIMERA: ¿Está probada la existencia de los hechos en


sus exteriorizaciones? (art. 371 inc. 1º del C.P.P.)
SEGUNDA: ¿Está probada la participación de las
procesadas en los hechos? (art. 371 inc. 2º del C.P.P.)
TERCERA: ¿Existen eximentes? (art. 371 inc. 3º del C.P.P.)
CUARTA: ¿Existen atenuantes? (art. 371 inc. 4º del C.P.P.)
QUINTA: ¿Concurren agravantes? (art. 371 inc. 5º del
C.P.P.)

A la PRIMERA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Federico


ECKE, dijo:
Concluida la audiencia de debate, oídas las partes y tras la
deliberación efectuada en sesión secreta por los Sres. Jueces de este
Tribunal, en los términos del art. 371, párrafo primero del Cód. de Pto.
Penal, en el marco legal revelador de la situación fáctica que recrea las
pruebas incorporadas por su lectura y exhibición, a saber: Informe médico
de fs. 29; Contratos de locación de fs. 187 y vta.; 188/189; 190/191;
192/193; 194/195; 196/197 y 198/199; Precontrato de sociedad de hecho
de fs. 203 y vta; Documentación de fs. 367 y 397/398; Informe psicológico
de fs. 483 y vta. (practicado a los padres de los niños F. J. y P. E. V., Sres.
N. J. V. y V. S. T.); Atención médica de C. F. de fs. 467; Acta de entrega de
fs. 862; Resumen de Historia clínica de fs. 960/961 de M. R. G.;
Documental de fs. 1028/1040 (carta de C. B.; normas de convivencia del
Jardín "Tribilín", nota periodística y facturas de emergencias médicas
SUME); Informe de la Municipalidad de San Isidro de fs. 343; Pericia
informática de fs. 751/760; Informe actuarial de fs. 761; Copias
autenticadas de certificados de nacimiento de fs. 11, 257, 333, 447/448,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

581/582, 584, 585, 587, 588, 590, 591, 593, 596, 599/600, 601, 606,
607/vta, 608, 609, 610, 611, 613, 614, 615, 626, 732, 763/766, 789 y 791;
Copia de certificado de nacimiento de fs. 399; Certificado de estudios de fs.
356/vta y 828; Copias autenticadas de documentación de fs. 455/458
(aportadas por el progenitor del niño C. B. F. M.); Certificados de
habilitación de fs. 204/206 y 304; Constancia de AFIP de fs. 209; Copias
autenticadas obrantes a fs. 1591/1675; Documental de fs. 39/40, 152/163,
258/260, 270/271, 299/300, 289, 720/730 (factura expedidas por el Jardín
"Tribilín"), 362/363 (informe de la Dirección de Gestión de Asuntos
Docentes de la Provincia de Buenos Aires), 151, 272, 288 (recibos), 467
(certificado médico de C. F.), 990/992 (constancias médicas de R. G.);
Documentación de fs. 400/420 (Registro de asistencia digital del Sanatorio
Trinidad de la niña M. R. G.) y 437 (constancia médica de F. J.); Boleta de
Jardín de fs. 612; Copias certificadas de Historias clínicas de fs. 466 y 865
(de C. F.) y 421/426 (de M. R. G.); Informe de Laboratorio de L. Z. de fs.
235/236; Plano del jardín de fs. 17; Psicodiagnósticos de fs. 957/958 y
963/964 (de F. J.); Informes psicológicos de fs. 515 y vta (de E. G. y S. S.,
progenitores de R. B. G.), 524/527 y vta (de L. G., progenitora de M. C.),
556/557 y vta (de A. S. y M. C. F., padres de I. S.), 798/801 -firmado por
Perito Oficial- y 877/879 -firmado por Perito y de Parte- (de la niña I. M.
C.), 811/812 (de M. Z. y C. G., padres del niño L. Z.), 813/815 (de la niña
C. G.), 816/818 (de la niña K. A.), 821/823 -Suscripto por la Lic. Paula
Castro- y 850/852 rubricado por la aludida profesional y por la perito de
parte, Lic. Ana María Brusco- (del niño A. M.), 824/826 -Suscripto por la
Lic. Paula Castro- y 847/849 -rubricado por la aludida profesional y por la
perito de parte, Lic. Ana María Brusco- (de la niña P. C. A.), 839/841 (del
niño P. E. V.), y 843/845 (del niño N. A. G.); Informe del Jardín "Nuestra
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Señora de Fátima" de 959; Informes Periciales de fs. 888/890 (de la niña M.


R. G.), 891/893 (de los niños I. y L. V.), Pericias psicológicas de las
acusadas de fs. 913/915 y vta (de M. B.), 919/921 (de N. G.), 922/924 y vta
(de Y. G.) y 928/930 (de G. D.); Informes de la Perito Psicóloga de parte,
Lic. Brusco, de fs. 933 (de M. R. G.), 934 (de I. y L. V.) y 935 (de M. C.);
Constancia de atención médica de fs. 866 (de C. F.); Informes médicos y de
laboratorio de fs. 421/425 (de M. R. G.); Informes médicos de fs. 234 y vta.
(de L. Z.) y 366 (de J. B.); Informes del Licenciado Pincardini de fs.
241/243 (de los Sres. C. I. y D. H., padres de M. H.), 441 (de A. R. B.,
madre de J. y A. A.), 442 (de D. M., madre de C. F. M.), 443 (de J. G. y M.
D., padres de C. G. D.), 444 (de A. M. y S. O., padres de G. M.), 482/491 y
vta. (de Sa. J. y A. A., padres de M. y G. J.), 496 y vta (S. S. y L. F., padres
de R. y F. F.), y 497 y vta (de G. M. A. y E. A., padres de F. P. A.);
Denuncia de fs. 1/2; Acta de entrega de fs. 60; acta de allanamiento de fs.
81/120; Placas fotográficas y/o imágenes digitalizadas o xerografoadas de
fs. 59, 84/120, 224, 225, 226, 247, 460/465 y 569/570; y las piezas
aportadas en el desarrollo del debate, obrantes en el anexo que corre por
cuerda: informes psicológicos de los niños L. V., M. B. C., B. N., L. M., M.
H.; informe del médico de policía Dr. Rodrigué; informes de Jardín Tribilin
de Joaquín Taberna e informes de la escuela especial a la que asiste B. N.;
certificado de nacimiento de N. A. G.; certificado médico de I. y L.V. y
certificado de discapacidad de B. N.; a lo que se adunan las declaraciones
testimoniales recreadas durante la Audiencia Oral y Pública prestadas, bajo
juramento de ley, por: D. H.; C. I.; C. B.; V. G.; S. M. G.; N. B.; S. F. R.; N.
G.; L. G.; M. D. M.; L. F.; S. E. S.; A. O.; S. G. C.; E. N.; I.M. M. J.; A. O.;
A. R. B.; J. M.; A. S. A. V..; A. A.; R. D. G.; N. J. V.; J. L.; C. B.; M. V.; M.
S. N.; M. Z.; R. D. L.; Dr. Marcelo Rodrigué; Fernando Humberto José
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Fernández; Maria Laura Diz; Leonardo Javier Bandera; Dolores Buitrago;


Paula Beatriz Castro; Albina Luz Nieto; Ana Maria Brusco; Elsa Inés
Vorro; Maria Agustina Arnaus; Laura Graciela Lollini y Valeria Carman; se
reedita en autos, con prueba legal incontrastable con el soporte valorativo
que reseñan los arts. 210 y 373 del Código de Rito:
"En el transcurso del año 2012 y en la colonia de vacaciones
del mes de enero de 2013 -que tuviera como punto de observación y
culminación por fuerza mayor el día de la grabación del audio-, en el Jardín
de Infantes "Tribilín", sito en la calle O´Higgins nro. 591 de la localidad y
partido de San Isidro, provincia de Buenos Aires, cinco femeninas a
quienes se les había confiado el cuidado de menores incapaces de valerse
por sí mismos (tres maestras tituladas –dos de las cuáles eran propietarias
de la Institución, ejercían cargos de docentes, y eran Directora, y
Vicedirectora-, y dos auxiliares), colocaron en riesgo la salud tanto física
como psíquica de los niños que asistían a dicha entidad, a saber: R. B. G.;
I. M. C. A., M. R. G.; I. V.; C. G. D.; I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. .;
F. J.; D. R. N.; A. R. N.; M. C.; L. M.; B. N.; G. J.; L. Z.; K. A.; A. M.; P. C.
A., J. y A. A. B.; al no cumplir debidamente con las funciones de cuidado y
protección propias del ámbito de sus competencias, necesarias para su
desarrollo, educación, manutención, preservación, e integridad de la salud.
Las obligadas de mención realizaron conductas distintas de las debidas,
ejerciendo violencia física y psíquica (traducida en destratos y
conminaciones verbales, golpes y martirios –al sumergir y rociar las
cabezas de los menores en el agua y con el agua respectivamente). Los
procederes descriptos dejaron en los niños improntas físicas y severas
secuelas psíquicas (fobias, enuresis, miedos, dificultades en el aprendizajes y
en las relaciones sociales que, en algunos casos, perduran a la actualidad)”.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Previo a imbuirme en el análisis de las probanzas que dan


crédito a la recreación de la materialidad fáctica, es dable sentar que tal
labor habrá de realizarse en concordancia con el principio de libertad
probatoria adoptado por nuestro Código de Procedimientos en su art. 209.
Ello, a través del sistema de valoración de las libres convicciones o sana
crítica racional, establecido en el art. 210 del mismo cuerpo legal, que
faculta a los Jueces a meritar libremente las probanzas de acuerdo a su
sincera convicción y a las reglas de la lógica, la experiencia, y el sentido
común.
Tiene dicho al respecto el Excmo. Tribunal de Casación
Penal de nuestra Provincia que: “…Las reglas de la sana crítica que guían al
juez en la valoración de las circunstancias fácticas son aquellas pautas del
correcto entendimiento humano, contingentes y variables con relación a la
experiencia del tiempo y lugar, pero estables y permanentes en cuanto a los
principios lógicos en que debe apoyarse la sentencia…” (TCPBA, Sala I, LP
69, RSD-109-99, 24/5/99).
Tal como sostienen los juristas Héctor Granillo Fernández
y Gustavo Herbel: “…las exigencias impuestas por el método de la “libre
convicción” aumentan el ámbito del control de racionalidad sobre el
decisorio judicial, pues las conclusiones de hecho no pueden ser efectuadas
en contravención con las exigencias de la sana crítica (principios lógicos,
adquisiciones de la ciencia y máximas de la experiencia) desde que ésta
representa reglas jurídicas sobre las cuales deben construirse las decisiones
para ser reputadas de racionales y, en consecuencia, legítimas desde el
punto de vista legal …” (Héctor Granillo Fernández y Gustavo Herbel,
“Código de Procedimiento Penal de la Provincia de Bs. As. Comentado y
Anotado”, Ed. La Ley, págs.469 y ssgts.).
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Adoctrina el jurisconsulto Julio B. Maier acerca de que libre


convicción significa, ante todo, ausencia de reglas abstractas y generales de
valoración probatoria, que transformen la decisión o el dictamen en una
operación jurídica consistente en verificar las condiciones establecidas por
la ley para afirmar o negar un hecho (Julio B. J. Maier, “Derecho Procesal
Penal”, T° I –Fundamentos-, Ed. Editores del Puerto, pág. 870).
Entonces, la apreciación del valor probatorio de los medios
expuestos en el “Sub Examine”, habrá de serlo de manera armónica,
teniendo en cuenta el valor convictivo de los elementos en su conjunto, con
el objeto de lograr un pronunciamiento que se autoabastezca
argumentalmente, otorgando así legitimidad, racionalidad y completitud, a
las afirmaciones realizadas en el decisorio.
En esta inteligencia, tiene dicho la Corte Suprema de
Justicia de la Nación que: “…las reglas de la sana crítica (…) exigen integrar
y armonizar debidamente las pruebas producidas, lo cual tiende a
resguardar la garantía de la defensa en juicio y el debido proceso, exigiendo
que las sentencias sean fundadas y que constituyan derivación razonada del
derecho vigente, con aplicación de las circunstancias comprobadas de la
causa” (T. 323:3937).
Superados estos requilorios, es menester puntualizar como
se anidan los distintos elementos conformativos del Facttum narrado.
En esta línea, mi convicción se conforma -como ya
señalara- a partir de la palabra de los testigos que prestaran declaración en el
juicio oral, trayendo a colación, en primer lugar, lo relatado por D. H.,
quien después de dársele a conocer las penalidades con que la ley castiga el
delito de falso testimonio y de haber prestado juramento en legal forma, a
preguntas que se le formularan, dijo ser el padre de M.. Recordó que el
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

martes 29 de enero de 2013, lo llamó por teléfono su mujer para informarle


que una docente le había comentado que en el Jardín al que asistía su hija
maltrataban a los niños. Su descendiente en ese entonces tenía un año y
medio de edad, su señora la notaba retraída, con poca estimulación, por ello
le buscó una actividad más lúdica por la tarde, de modo que permanecía
por la mañana en la institución maternal y por la tarde la llevaban con
Constanza Bonati, que era docente y la hacía jugar. Fue la mencionada
quien le preguntó a qué jardín asistía y cuando le dijo “Tribilín” refirió que
había trabajo allí pero cesó en sus labores por los maltratos que
dispensaban a los niños.
Para corroborar lo que sucedía decidieron colocar un Ipod
en la mochila, en el bolsillo exterior, grabando todo lo acontecido en la
jornada escolar. Ese día su esposa retiró a M., se comunicó con él y le dijo
que no había podido escuchar todo el audio (en uno de sus oídos perdió
capacidad) pero alcanzó a auditar cosas que no le gustaban. Al arribar al
hogar, lo escucharon juntos, pasaron la noche transcribiendo los datos que
consideraron relevantes, volcándolos en una planilla.
Destacó que eligieron ese jardín por la limpieza que
notaron, aclarando que el día que mantuvieron la entrevista inicial no había
niños. Fue la única oportunidad en la que ingresó, mientras había chicos
nunca le permitieron el acceso.
Cuando llevaba a la niña al jardín casi siempre se quedaba
llorando, pero cuando la dejaba su esposa no.
El período de adaptación demandó una o dos semanas,
cumplía el horario de 8 a 12 horas (12.30 o 13) casi siempre la retiraba su
mujer. Remarcó que era habitual que la nena egresara con la ropa limpia,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

impecable, como si no hubiera realizado ningún tipo de actividad. Ello, a


partir de la experiencia con su segundo hijo, le llamó la atención.
Nunca tuvo entrevista con las maestras, cuando entregaban
a la niña en la puerta éstas comentaban si había sucedido algo en el día y en
el cuaderno indicaban horario de comida, cambio de pañales y mamadera.
Lo que más le llamó la atención del audio era que se las
escuchaba siempre hablar cerca de la mochila, evidentemente dejaban a los
chicos solos, no se ocupaban de ellos, hablaban de cosas personales y
cuando un chiquito lloraba los maltrataban.
Al audio lo escuchó completo sólo en aquella ocasión.
Remarcó los tramos en que una docente le ordenó a su hija que se callara,
que siempre que la llevaba el padre ingresaba alterada, le anunció que si se
portaba mal algo le sucedería; otra maestra insultaba y amenazaba a los
chicos al momento de la comida, una de ellas preguntó a un nene si quería
que le mostrara la “cajeta”, que tenía el orto dado vuelta, les decían “Guay
que le cuentes a tu mamá todo esto”. La progenitora de una de las chiquitas
era de nacionalidad española y la denostaban en el dialecto de ése idioma.
En un segmento anuncian a uno de los pequeños que lo llevarían al agua,
tras lo cual éste vocifera “al agua no al agua no”. El momento más
traumático era el de la comida, por cómo se maltrataba a los chicos.
Terminó de escuchar la grabación con su esposa a las cuatro
de la madrugada, lo subió a Dropbox, era un miércoles, el jueves era
feriado. Comentó la situación a un amigo, abogado penalista, pero mucha
entidad no le dio porque no llegó a referirle las amenazas. El viernes
regresó al jardín con la mochila grabando de nuevo, con la intención de
dejarla dentro de la institución, lo atendió la Directora a quien requirió
mails y teléfonos de los progenitores de los compañeritos de su hija, bajo el
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

pretexto de organizar un evento al que invitaría a los mismos, pero aquélla,


aludiendo que no estaba autorizada a brindar tales datos, se negó a su
pretensión. Tampoco lo dejó ingresar al establecimiento, por lo que se
quedó en la vereda, tenía planillas impresas con el detalle de los agravios
que en ese entonces les resultaron más impactantes, en la que a su vez se
consignó el link para descargar el archivo íntegro, y se las entregó a cada
padre que pudo y le prestó atención, desde que, habida cuenta que no lo
conocían, no lo querían escuchar. Algunos progenitores leían la
transcripción y se ponían a llorar en la puerta.
Entabló comunicación con su primo que es abogado y
trabajaba en la Municipalidad, lo contactó con una persona del municipio
quien lo acompañó a la Fiscalía a radicar la denuncia. Al mediodía de esa
misma jornada su esposa fue a la Institución a realizar igual labor con las
familias de los niños que asistían al turno tarde.
Al tomar conocimiento del modo en que trataban a los
niños en el jardín, comenzó a unir cabos, reparó en que su hija lloraba
mucho en el momento del baño, cuando tenían que lavarle la cabeza, la que
tardó mucho tiempo en sumergir, como también se retrasó con el
comienzo del nado. Como ya dijera, estaba retraída, le costaba socializar. La
llevaron a un centro de diagnóstico para qué evaluaran si había quedado
alguna secuela, el informe lo tiene su mujer.
Destacó que trataron a M. con tres psicólogos distintos
porque al día de hoy, con 7 años de edad, sigue haciéndose pis en la cama.
La dificultad para lavarse la cabeza fue hasta los tres o cuatro años.
A requerimiento de la Fiscalía, al advertir una omisión, se le
dio lectura de la parte pertinente de la denuncia incorporada por lectura al
debate, en el tramo en el que afirmó que su hija tenía pesadillas, previo
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

reconocer como propia una de las rúbricas allí estampadas, enfatizó que
aún en la actualidad la niña sufre pesadillas y se sigue pasando a la cama
matrimonial por miedos, a pesar que a sus tres o cuatro años trataron la
cuestión en terapia.
Interpelado por la salud física de su descendiente dijo que al
año tuvo convulsiones febriles, que repitió a los dos años y pico, fueron los
únicos episodios. El hermanito nació a sus cuatro años.
En el marco del contrainterrogatorio mencionó que su
segundo hijo también evidenció la dificultad para lavarse la cabeza pero no
el miedo que tenía M..
No recordó que su hija llevara al jardín traje de baño, aún
en período de colonia, no sabía que había una pileta hasta que escuchó el
audio.
Explicó, al ser consultado, que el año pasado asistieron a
una psicóloga por los episodios de enuresis, remarcó que la mayoría de las
noches se hace pis, lo raro es que no se haga, como no vieron cambios con
el tratamiento, decidieron esperar a que remitiera sola los episodios. No
conocen el motivo de los mismos.
La Fiscalía solicitó autorización para reproducir el audio,
sólo en los tramos centrales conducentes a la hipótesis Fiscal, el colectivo
defensista nuevamente objetó la autenticidad del mismo, oponiéndose de
tal modo a su transmisión. Por los argumentos expuestos en el acta de
debate, el Tribunal, por unanimidad no hizo lugar a la exclusión probatoria,
por tratarse de evidencia ingresada por el denunciante formando parte de su
propio testimonio, siendo éste -a contramano de lo afirmado por la defensa
invocando "Benitez"- la prueba dirimente, y no el soporte de audio puesto
nuevamente en crisis. Se consideró que la única manera de su ingreso
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

legítimo al juicio era a través del testimonio del Sr. D. H., en sintonía con lo
resuelto con la Cámara Federal de Casación Penal en la causa "Skanska
S.A." -18579/2006/266 registro nro. 400/16.4. del 13/4/2017, que
determinó admisibles en el proceso penal las grabaciones ocultas realizadas
por particulares.
En base a lo expuesto, se procedió a la difusión del audio,
en los segmentos que la Fiscalía entendió pertinentes. Oportunamente se
consignarán las voces reconocidas por el testigo, en lo que concierne a éste
tópico. Es dable poner de resalto que al reproducirse los siguientes
segmentos afirmó que se correspondían a lo registrado en su Ipod (la
lectura de las citas que se harán del mismo deberá efectuarse en todo el
pronunciamiento bajo los siguientes parámetros: horas, minutos, segundos
conforme el nomenclado del archivo presentado como prueba desarrollada
durante el Debate):

“Dejá de babear querida”; “la garcha coman galletitas”;


“por lo menos le vomitó a la madre, porque nunca vomita dice la madre”;
“C. podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear”; “chicos no
tengo un buen día, me duele la cabeza, pueden bajar la voz, vengo del
médico” (1.01.22); “terminala porque te vas a ir a la pile”; "terminala
porque te vas a ir a la cuna" (00.02.29 y 00.02.45); 1.28.35 ante los gritos de
un niño la docente vocifera: “queres ir a la pileta, cállate, cállate, cortala J. a
vos no te dijeron nada, basta, basta basta, tranquilízate, calmate, J. terminala
nena” (1.28.35); “L. veni a limpiarte los mocos, no te los comas, porque no
me avisas que tenés mocos, todo el día estuviste con los mocos” (2.12.00);
“no juegues con los pañales, sacas los pañales y cobras M., no es chiste
(3.57.24); “en vez de estar saltando porque no te limpias la nariz, parate…
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

pone en tu mochila las ojotas … guardalas … esta es más viva de lo que


vos te pensas, (grita) guarda las ojotas (1.55.04 a 1.59.03); “C. te la llevas
siempre de arriba, cállate C. y Guay que vayas a decir cualquier huevada en
tu casa” (2.01.00 a 1.01.54); “decime por qué vomitaste pendejo de mierda,
por tu vieja hayas tragado ya M.” (2.42.25); “ponete a comer la concha de tu
hermana que no tenés, la concha de tu hermana, es lo mismo acá que en
España (otra adulta le dice que se dice la polla), y la fémina dice entonces la
polla de tu hermana” (2.48.39); “te estás clavando el tenedor en la garganta,
F. ponete a comer, que mierda te pasa F. odio cuando te hacer el tarado eh!
En vez de mirarme la cajeta F. ponete a comer” (2.50.02); “C. me tiene las
pelotas infladas que come lo que él quiere, si no come que hable con la
madre, toda la semana pasada y la de ahora me hizo la vida imposible...
Ponete a comer porque sos el único que siempre es el último en terminar
comer todos los putos días” (2.52.12); “no me hagas enojar porque vamos a
terminar mal M., abrí la boca … F. querés mirarme la cajeta te la muestro,
ponete a comer” (2.54.00); “me decís por qué está llorando si yo no le hice
nada, la podés terminar, pendeja de mierda, estás loca? cuando se te pase
segui comiendo la concha de tu hermana, terminala, cállate la boca, mirá lo
que hiciste, basta J., (le explica a otra adulta que no le hizo nada). Que vas a
hacer comer con N. este año boluda, ahora parece que se te da vuelta el
orto y te pones a hacer arcadas,… es una enferma, esta loca esta pendeja, es
una caprichosa de mierda, vas a seguir comiendo como que me llamo …
vas a querer agua o me la vas a escupir? Deja de hacer fuerza J. porque vas
a terminar mal, me hiciste calentar en serio, sos una manejadora, dale J.
basta, comé, basta J. me vas a vomitar todo de vuelta” (2.56.25); “F. sigue
en pausa, está en pausa (…) te llevo al agua eh, comé eso” (3.01.46); “que
se ponga el dedo en el ojete decile, en el culito decile” (1.25.23); “odio
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

cuando me dice “ay en la casa no lo hace”, harta me tenés con los


escándalos” (1.31.00); “vino una 1.20, 1.30 estamos dando vueltas N. acá,
N. se fue 2.15 y uds estuvieron viniendo a probarse ropa (en este tramo
entiende que la mochila la cambiaron de lugar porque se escucha a las
maestras hablar entre ellas y no se escucha a los niños). Que raro que el
timbre no suena hasta allá, probemos llevando el timbre allá a ver que pasa”
(1.36.34); “anda sacándote la ropa porque vas a terminar como la K., y
siempre termina mal alguien, como la k. que esta fresquita… k., sacá tus
ojotas, por la mochila de c.” (2.03.17); “pone a guardar (grita) I. ponete a
guardar” (2.32.10); “ponete a guardar enferma mental” (2.34.18); “M. venía
a comer, Guay que me vomites me entendiste” (2.37.11); “sentate acá
enferma, cállate, me tienen harta” (2.37.36); 2.40.06 “un nene llora, grita al
agua no (adultas se rien) uy le dice a otro niños viste… come vos” (2.40.06);
“F. ponete a comer, es mi último día pero te voy a terminar cagando a palos
-otra femenina le dice que no tiene fiebre, tiene 36, le responde-, entonces
por qué me escupió la comida, pensé que tenía fiebre” (3.08.26); “chicos a
ver si bajamos un cambio, mellizas, B.. K. queres ir a la pileta de vuelta, vos
c. querés ir de vuelta, querés comer con M... te lo dije bien, si se lo hubiera
dicho a los golpes bueno” (3.14.21); “ponete a comer o no te levantas de
ahí pendejo de mierda… mejor que coma todo F.. Sabes que me molesta
que se hace el pelotudo acá… vocifera M.… otra de atrás acota, que chica
enferma” (3.18.45); “en esta zona no da el aire… B. acostate bien y deja de
hacerte el boludo” (3.41.00).
Explico el deponente que conversando con otros papás del
jardín advirtieron que coincidían los niños en tener miedo al agua, uniendo
ello con lo emergente del audio dedujeron que las maestras les sumergían la
cabeza en el agua como reprimenda.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Mencionó que el Ipod estaba bloqueado con código, de


modo que aunque lo hubieran encontrado no lo habrían podido
desconectar.
Finalmente, interpelado sobre el extremo, respondió que el
archivo en Dropbox sólo está disponible para descargarse no para
modificarlo.
C. I. mamá de M. H., evocó que su hija ingresó a “Tribilín”
a los seis meses y medio de vida, cuando se verificaron los hechos tenía un
año. Destacó que la niña siempre entraba llorando al establecimiento, salía
bien pero en alguna oportunidad, si por algún motivo tenía que volver a
ingresar desesperada se agarraba de la puerta para impedirlo. Informó que a
su hija le costaba relacionarse con la gente, cuando veía a un desconocido
se ponía a llorar, ante cualquier llamado de atención se angustiaba, la notaba
muy sensible.
En aquél entonces, vivía en un complejo, en el que una
vecina tenía unos chicos que los hacía jugar, se acercó a ella, tenía una
hermana que se llamaba Constanza a quien le comento que su niña asistía a
“Tribilín”, tras lo cual le refirió que no enviaría a su hijo allí, aconsejándola
a que la cambiara de institución por cuanto fue maestra de ese lugar y se
retiró porque los maltrataban y no jugaban con los pequeños.
Coincidió con el relato de su esposo, al exponer que sólo
ingresó al jardín para la entrevista inicial, ocasión en la que no había niños,
luego, cuando llevaban a la nena a las distintas jornadas escolares, no la
dejaban pasar, pero tampoco ella lo requería.
En el audio había gritos, amenazas, se escuchaba cuando le
pegaban a algún chico, nunca hubo palabras lindas, un juego, una canción.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Tras tomar conocimiento del contenido de la grabación,


vincularon las experiencias del jardín con comportamientos de M. que les
llamaba la atención. Así, rememoró un día en el que estaban en una
reunión, a la distancia por señas le indicó a su descendiente “ojo”,
reaccionando esta con un llanto desmesurado.
También mencionó como extraña la circunstancia de que
egresara del establecimiento muy limpia, pensó después que ello obedecería
a que la tendrían todo el día en la cuna, sin gatear. Señaló que desde que
empezó a ingerir alimentos sólidos –lo que coincidió con el inicio del
jardín- siempre vomitaba. La llevaron al médico y no le encontraban nada,
al analizar el audio vincularon ello con lo traumático que era el momento
del almuerzo en la institución.
Solía tener muchas pesadillas, terrores nocturnos, y lloraba
cuando le mojaban la cabeza. La llevaron a aprender a nadar, pero les dio
mucho trabajo que se sumergiera en el agua. Ese temor en primer lugar lo
asociaron a la convulsión que tuvo al año de vida, en la que le sumergieron
la cabeza en agua fría, pero posteriormente, cuando todo salió a la luz, se
dieron cuenta que ese miedo lo tenían muchos chicos del jardín.
La llevaron a hacer un psicodiagnóstico, en el marco del
cual practicaron varios test, informándole, como resultado, que era una niña
retraída y tenía un retraso en el habla. Sin embargo, con el tiempo,
comenzó a hablar sin problemas. Aportó el dictámen.
Es dable poner de resalto que, tras declarar sobre el estado
psíquico de su hija, solicitó salir del recinto por sentirse mal, se hizo lugar a
su requerimiento y al llegar a la puerta de la Sala se desvaneció.
Rápidamente se le brindó asistencia, informando que había perdido la
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

audición de un oído y tal vez el esfuerzo que realizó en escuchar las


preguntas afectó su equilibrio.
Tras recuperarse, la testigo decidió continuar con su relato,
reingresó a la sala, la Sra. Fiscal se colocó frente a ella para impedir que
realizara esfuerzos, y seguidamente destacó que aún al día de hoy M. se
hace pis de noche en la cama, a los cuatro años de edad asistió a otra
psicóloga para tratar el tema, sólo a cuatro sesiones. Al nacer el hermano,
por el curso de seis meses no presentó episodios de enuresis, pero al cabo
de ese lapso, volvió a registrarlos. En el presente año hicieron otro
tratamiento con otra profesional pero aún no tiene diagnóstico, están
tratando de ayudarla.
En el nuevo jardín no evidenció problemas para ingresar,
no lloró más, no tuvo las reacciones de cuando iban a “Tribilín”.
En el año 2015, a los tres años y medio de edad, su hija le
dijo que cuando era chiquita iba un jardín donde las maestras eran malas,
decían malas palabras, le tiraban comida en la cabeza a los amigos. Al año
siguiente, en el horario del almuerzo, le contó a los compañeros lo mismo.
Al reproducirle la grabación aseguró que los distintos
tramos proyectados se correspondían con lo captado por el dispositivo
móvil colocado por su cónyuge, y reconoció en el mismo a distintas voces.
Interrogada al respecto, aseguró que le habían informado
que había una pileta tipo pelopincho, le enviaba una mochila los lunes con
traje de baño, protector y pañales de agua, la que regresaba al final de la
semana, pero de los cinco pañales que le enviaban sólo usaba uno.
Finalmente, enfatizó que de conversaciones mantenidas con
otras familias que asistían a la institución, muchos refirieron que en
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

jornadas en que retiraron a sus hijos antes del horario habitual, le


entregaron las grillas del cuaderno con los horarios completos.
M. iba con vianda, recién a partir del año podía contratar la
comida del comedor.
Por su parte, Constanza BONATI, inició su declaración
haciendo saber que hace tiempo (cuando tendría veinticinco años de edad,
contando en la actualidad con treinta y ocho) se desempeñó como docente
en el jardín “Tribilín”. Aproximadamente cinco años posteriores a su cese
de actividades en esa entidad, conoció a la mamá de M., desde que era
vecina de su hermana (vivía en el piso superior) y ella allí cuidaba de su
sobrina. De tal modo, en la conversación de alguna de las jornadas, C. le
comentó que M. asistía a “Tribilín”, que en ese momento no le convencía
mucho. La dicente le informó que ella había trabajado ahí, por lo que le
recomendaba otros jardines en el que las maestras le cantaban y jugaban
con los chicos, ya que en aquél establecimiento tenían por costumbre poner
a los chicos en penitencia en el rincón, aunque a ojos vista de la nombrada
pareciera hippie y que estaba exagerando, aunque decidiera finalmente
colocar el dispositivo en la mochila de la nena.
Consultada si fue impuesta del contenido de la grabación,
mencionó que sí, pero cuando se desempeñaba en el lugar, si bien había un
aire de poca vocación y amor hacia los niños, nunca vivió situaciones como
las emergentes en la grabación. En la época en la que prestaba funciones,
aún no estaba recibida, cursaba los estudios, ejerció en sala de tres años,
situada en la planta alta, por lo que nunca bajaba, y estuvo un tiempo a
cargo de la sala de bebes.
Consultada por las circunstancias en base a las cuáles
entendió que no había vocación ni amor hacia los niños, aludió a su primer
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

jornada laboral, en la que al ingresar vio a las maestras sentadas tomando


mate y a los niños en el suelo jugando con bloques. Ella, inmediatamente se
sentó con los chiquitos y le llamaron la atención, invitándola a reunirse con
ellas. También ha visto chicos sentaditos en penitencia y que no le hablaban
de más; una de las maestras, la más mal hablada y de mal humor, ha dicho
cosas como “este pendejo de mierda que se porta para el culo”; vio a bebés
en la cuna llorando y los dejaban allí, exponiendo que “ya se les pasaría”.
No permitían el ingreso de padres; en otros jardines en los que trabajó los
mismos ingresaban hasta las salas.
Encuestada sobre la propuesta pedagógica de “Tribilín”
aseguró que no había, no hacían actividades, no había un proyecto. En la
sala de bebes les ponían mantitas en el piso para que estuvieran fuera de las
cunas un rato. Acentuó: "no sabían que hacía yo en la sala, podría haber
hecho cualquier cosa que no se enteraban".
Enfatizó, cuando escuchó el audio no esperaba algo tan
fuerte. Aquélla fue su primer experiencia en un jardín aún no estaba
recibida, era joven, por lo que no estaba en condiciones –por inexperta- de
cuestionar las prácticas mencionadas.
V. G., mamá de F. J., informó que el mismo ingresó al
jardín maternal a los tres meses de vida, su hija mayor había concurrido con
anterioridad, por lo que había una confianza instalada. Con el transcurrir
del tiempo el nene empezó a manifestar ciertas conductas que uno las
puede confundir como propias de cualquier chiquito, pero cuando salió a la
luz el audio indefectiblemente las relacionó con el trato dispensado por sus
maestras, en ese entonces contaba con dos años de edad y no hablaba. Del
mismo fue anoticiada por C. y D. H. en la puerta del jardín.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Entre las aludidas actitudes del niño recapituló, a modo de


ejemplo, el llanto continuo al momento de bañarlo, físicamente no
presentaba nada, con excepciones volvía con golpes o raspaduras que bien
pueden acontecer en cualquier jardín de infantes. F. a los dos años usaba
pañales y un día en el medio de un glúteo presentó un moretón, situación
que le llamó la atención por cuanto, de haberse caído, el golpe hubiera sido
amortiguado por aquél elemento absorbente. Además, registró numerosos y
continuos episodios de broncoespasmo (al menos uno por mes o cada dos),
ha estado internado con neumonía. Inició un tratamiento preventivo y
comenzó a disminuir pero ello coincidió con la salida de “Tribilín”.
Asimismo enumeró sollozos a la hora de comer y eventos de otitis.
Reiteró, si bien en un principio interpretó todo aquéllos
como cuestiones propias de la edad, al tomar conocimiento del contenido
de la grabación de los síntomas similares que presentaban el resto de los
niños, halló la verdadera causal. Además, más allá que su hijo era serio,
todas las mañanas ingresaba angustiado, lagrimeando, y al egresar, también
estaba tieso, trasluciendo sed y hambre, así como pañales sin cambiar, al
margen de la baja temperatura corporal. Respecto de esto último, en más de
una ocasión, infructuosamente, ha llamado a la entidad maternal para que
colocaran el aire acondicionado a una temperatura propicia, que no afectara
en su salud.
Interrogada sobre el punto, dijo que, con su primer hija,
ingresó al establecimiento en dos o tres oportunidades, con el menor sólo
lo hizo en el trámite de inscripción, llamándole la atención, en esa ocasión,
el escaso tamaño de la sala de un año.
Apenas se impuso del contenido de audio retiró al niño de
la institución y a finales de ese mes de febrero la Provincia les consiguió una
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

vacante en “Santa Marta”. Calificó como “trabajo de hormiga” el lograr que


el pequeño confíe de nuevo en un establecimiento y aceptara quedarse.
Empezó retraído, no era participativo en los juegos, situación que no era de
su asombro cuando concientizó que en las cuatro horas que duraba la
grabación no hubo una canción de niños (sólo música de adultos), un
juego, nada inherente a un jardín de infantes. En la nueva entidad
vivenciaba todo lo contrario.
En “Tribilín” no permitían el ingreso de padres, ni aún en
los cumpleaños de sus hijos, sólo podían dejar sus dispositivos digitales
para que las docentes tomaran fotografías en el aula. Tampoco había
reuniones de padres.
Consultada por los cuadernos de comunicados dijo haberlos
entregado en su primer declaración en Fiscalía, a la Instructora Judicial Dra.
Ortola.
El pediatra los derivó a una interconsulta psicológica con la
profesional que aún en la actualidad conduce el tratamiento de F..
Físicamente encontró parámetros, pero había que ver si estaba afectada la
psiquis.
En el ámbito judicial, el Licenciado Pincardini les dijo que
su hijo era muy chiquito para peritarlo.
A raíz de la intervención psicológica, logró ser un poco más
participativo mediante el juego, no con el habla. Por las vivencias de
“Tribilín” -indicó la terapeuta- podría haber sufrido un shock
postraumático. Siempre resguardaron a su hijo para que no tuviera contacto
con los audios de la causa.
Rememoró la reacción que tuvo su hijo el día que pasaron
por la puerta del jardín, espontáneamente expresó “NO”, en otra jornada,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

cuando contaba con cuatro años de edad, confundió una pizzería


emplazada en la calle Primera Junta con la institución escolar y refirió
“mamá este es el jardín viejo donde venía pero yo ahí no quiero volver”. A
los 5 años de edad, estaban comiendo en un contexto alejado de la causa, y
reiteró “yo a ese jardín no quiero volver más porque ahí me metieron la
cabeza en el agua, en Santa Marta me tratan con amor porque ahí me
quieren”. Antes de mudarse, juntando las fotos anuales, al embalar, vio una
foto de “Tribilín”, si bien no dijo nada, se le desfiguró la cara totalmente,
tras lo cual expuso “no quiero verlo” y se fue.
Acentuó que cuando armaban la pileta en la casa el nene no
se quería meter, lo mismo sucedía cuando iban al mar. Aún al día de hoy, al
ingresar a la ducha, hace el gesto de taparse la cabeza, por ello aún la
psicóloga no le dio el alta. Tampoco se lava la cara.
La terapeuta tratante es la Licenciada Arnaus, a quien relevó
del secreto profesional, autorizando su declaración en el debate.
La única comunicación entre el jardín y la familia era por el
cuaderno de comunicados. Hubo jornadas en las que por algún motivo
retiraron antes a su hijo del jardín y la grilla del cuaderno ya estaba toda
completa. A otros papás les sucedió lo mismo.
Los vómitos en F. eran bastante frecuentes. Remarcó que
asistió a “Tribilín” desde los 3 meses de vida hasta los tres años. Es muy
sensible a los gritos, incluso cuando festejan un gol de un partido de fútbol.
En el entorno familiar no han vivido situaciones traumáticas, sólo las de
“Tribilín”.
Sabía que en la institución había una pileta, le habían
informado de su existencia, solicitándole enviara ropa de baño.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

S. M. G., mamá de M. R. G., acentuó que su hija presentaba


muchos vómitos y ante cada pequeño llamado de atención que le hacían
vomitaba. Registró bronquiolitis, estuvo internada ocho días. Empezó el
jardín en un mes de febrero, en abril fue internada con la mencionada
patología, al darle el alta le indicaron medicación, volvió al jardín y repitió
episodios de broncoespasmos. En agosto repitió otro evento grande,
quedando hospitalizada nuevamente.
Solicitó a las maestras controlaran el aire acondicionado que
connotaba negativamente en su salud, le contestaron que el pediatra les
había dicho que en veinticuatro grados estaba bien.
Un día su marido retiró a M. del jardín, al mediodía, y salió
con la cara negra, le informaron que habían estado jugando con tempera,
pero cuando llegaron al hogar se dieron cuenta que era un moretón.
Hablaron al día siguiente en el jardín pero no tuvieron una respuesta
convincente. Aportó una fotografía que evidencia la equimosis mencionada,
correspondiendo al mes de agosto del año 2012.
Por la recurrencia de los vómitos fueron a la
gastroenteróloga, le hicieron un estudio, pero no tenía nada. En el mes de
noviembre consultaron a la dermatóloga por moluscos, indicando que los
mismos obedecían a causas de estrés, en ese momento pensaron que era
porque iba muy angustiada al jardín, apenas veía el delantal lloraba, la iban a
buscar y estaba siempre con sed y hambre. Por las noches tenía pesadillas
en el marco de las que expresaba “jardín no”. Decidieron cambiarla de
institución maternal.
Describió la serie de estudios invasivos que le practicaron a
la pequeña para determinar la etiología de los vómitos y las dificultades
respiratorias, pero no hallaron causa física alguna. Actualmente sigue con
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

medicación homeopática, es muy ansiosa, tiene problemas escolares, si bien


notaron cambios del jardín malo como lo llama la nena al jardín lindo.
En “Fátima” solicitó a las directoras y maestras, que
estuvieran a atentas a cualquier signo, a veinte días del inicio de clases la
profesora de música los colocó en ronda y les brindó una bolsa con “toc-
toc” para jugar, tanto su hija como Joaquín, un compañerito –que también
asistió a “Tribilín”-, se alejaron y comenzaron a llorar.
Estaban de vacaciones cuando recibieron la noticia de lo
acontecido en la aludida entidad maternal. A partir de allí significaron
juegos de la niña que les llamaba la atención, como el relativo a colocar a las
muñecas “Barby” de cabeza en la bañera, o tomar los bebotes del cuello,
contra la pared, refiriéndoles “te pido que te calles”.
Consultaron con una profesional psicóloga, quien les señaló
que a través del juego exteriorizaba las experiencias vividas, era su modo de
expresarlo por lo que aconsejó que se lo permitieran hacer. El temor al agua
al día de hoy continua, se niega a lavarse la cabeza, a que la peine, se ata sola
el pelo como puede. La llevaron a una escuela de natación, pese a la
resistencia, sigue concurriendo con la intención de que supere el miedo.
No volvió a padecer vómitos ni broncoespasmos desde que
dejó de asistir a “Tribilín”.
Actualmente detenta dificultades escolares, es ansiosa, ante
docentes con sistemas más rígidos se exalta. Explicó que el corriente ciclo
lectivo, en el turno mañana, cuenta con una maestra que parece de jardín, es
contenedora y afectuosa, con ella la niña tiene buen vínculo, pero la que
tiene por la tarde es más estricta, sintiendo la nena que la trata mal, tiene su
cuaderno desprolijo, incompleto, pinchado con la lapicera, rayado. La
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

psicóloga les informó que estaba afectada emocionalmente, a modo


ilustrativo aportó el informe nuevo de la psicopedagoga.
Su hija concurrió a aquella institución maternal desde los
ocho meses de vida, en el horario de 7.30 -8 horas hasta el mediodía, los
viernes se quedaba toda la jornada.
N. B., progenitor de J., la menor de sus hijas, ya que tiene
un varón mayor, en el inicio de su relato, fue invadido por un estado de
angustia que no le permitía expresarse, sin embargo, entre sentidas lágrimas
y voz crispada rememoró que un día, al arribar del trabajo, su madre, que
había retirado a la niña del jardín, le informó que D. H. le había entregado
una grilla en la que se detallaban los malos tratos que las maestras
dispensaban a los pequeños, su capacidad de asombro fue superada, desde
que dos de las docentes eran amigas suyas, al marido de una de ellas lo
conocía desde la infancia, por haber sido compañeros de escuela.
Se dirigió junto a su esposa a la institución, en donde se
reunieron con el resto de los padres. Ahí se conocieron, ya que en el colegio
no se hacían reuniones.
A partir de esto su hija no fue más a ese establecimiento, su
esposa dejó de trabajar y se quedó en el hogar al cuidado de la nena,
reingresando a otro jardín en sala de tres años.
Reparando en indicadores y señales, destacó que en
reiteradas ocasiones la niña egresaba con mucha sed, sucia (con el pañal sin
cambiar), muy fría en verano (incluso con campera), en una oportunidad
con un golpe debajo de un ojo –aludiendo las maestras que obedecía a un
choque con un bloque-; se oponía a asistir al jardín, lloraba, pero como las
docentes eran amigas suyas no sospechaba de la institución. Acentuó en la
misma línea que la pequeña se autolesionaba (nuevamente fue acometido
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

por la emoción), se tiraba del cabello, se pegaba chirlos en la cola, se llenaba


la boca con comida. La han retirado antes del horario habitual,
encontrándose con los horarios de comida y sueño ya completos en el
cuaderno (tal vez eran las 14 horas y se había consignado que a las 16 horas
había tomado la mamadera).
Tenía dificultades para conciliar el sueño, se despertaba
llorando, con hambre, con pesadillas. Asistió a la entidad desde los seis
meses hasta el año y tres meses. Ingresaba a las 8.30 horas. Recién a los
cuatro años de edad pudieron empezar a bañarla, antes no se dejaba, lloraba
todo el tiempo, le pegaba a la madre; también lograron que aceptara
sumergirse en la pileta. Hoy, con seis años, si escucha gritos se tapa los
oídos, evidenciando malestar.
A preguntas formuladas expuso que ha asistido en períodos
de colonia a “Tribilín”, pero no le requerían traje de baño por la corta edad
(un año y tres meses).
Justamente, por la escasa edad, el pediatra les sugirió que no
fueran al psicólogo porque, por ello decidieron contenerla con amor. Desde
que no fue más a “Tribilín” tuvo cambios notables en sentido positivo, al
nuevo jardín iba contenta.
Respondió, ante interrogantes formulados por la Dra.
Dolores Gómez, que el médico la había derivado a otro especialista para
realizar un estudio pero no la llevaron por dificultades con la obra social.
Finalmente, respondió que al jardín sólo ingresó el día de la
inscripción, poniendo de relieve que siempre se manejó en un marco de
confianza por la relación de amistad que lo unía con dos de las docentes.
S. F. R., mamá de A. M., explicó que decidió enviarlo a
“Tribilín”, ante las recomendaciones de una amiga, S. S., que la misma
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

persona que la anotició sobre lo acontecido. Esa misma jornada fue a retirar
al mediodía a su hijo, ocasión en la que C. H. le dio un papel con una
desgrabación para que leyera, no podía creer lo que se había consignado en
el mismo, por la noche se dirigió a la vivienda de la familia de mención a
buscar una copia del audio.
Lo escuchó completo para ver si reconocía el llanto de su
hijo, a las dos horas, cuarenta minutos, veinticuatro segundos (2.40.24) su
niño imploraba: “AL AGUA NO, AL AGUA NO”. Irrumpiendo en llanto
y angustia, la deponente remarcó los sentimientos que la invadieron en esa
oportunidad, horror, sufrimiento. A. aún al presente, con ocho años de
edad, sigue traumatizado con el agua, teme a la oscuridad y no duerme solo,
presenta inconvenientes con la comida, se niega a ingerir salsas, fideos, o
cosas que antes sí.
Evocó que el pequeño se negaba a ponerse el uniforme del
jardín, lloraba apenas lo veía. Explicó que vivían a una cuadra del
establecimiento, por lo que lo llevaba en cochecito, pero como hasta se
negaba a subir al mismo, contrataba un remis, para tratar de vencer la
resistencia del niño dando una vuelta diferente, pero de todos modos,
cuando llegaban a la puerta de la entidad maternal no quería siquiera bajar
del automóvil.
Ha salido del jardín con el cuerpo frío, con sed, con hambre
y golpeado (Rasguños en el cuello, chichones en la cabeza, moretones en la
espalda).
Luego que todo saliera a la luz, se fueron a descansar a la
playa, un día le entró arena en los ojos, le iba a colocar unas gotitas para
mermar la molestia, ubicó al nene en su regazo y en ese instante le pidió
“mamá no me des gotas para dormir”.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Cada noche que quería bañar a su hijo le pedía por favor


que no lo metiera al agua, que no le mojara la cabeza, expresaba entre
llantos “al agua no, al agua no”, incluso llegó a comentar con el marido que
con tantos gritos los vecinos pensarían que lo estaba matando.
No les permitían entrar al jardín, no los dejaban ver a los
chicos por la ventana alegando que se pondrían a llorar. Sabía que había
una pelopincho en el patio porque le pedían ropa de baño y en una ocasión
lo percibió por la hendija del portón.
Exhibió y entregó las fotografías de su hijo en “Tribilín” y
en el actual jardín, la diferencia del semblante es notoria, en la primera
denota tristeza, en la segunda alegría.
Asistió a aquella institución desde los tres meses hasta los
dos años. No realizaron período de adaptación. En sala de tres años ingresó
al jardín del Colegio Marín, la adaptación fue muy complicada, pero a partir
de allí su actitud cambió.
A raíz de todo lo acontecido, el niño somatizó levantando
fiebre, lo llevaron al pediatra semanalmente pero no encontraron patología
alguna. El médico de cabecera no les aconsejó tratamiento psicológico por
la corta edad.
Finalmente, al ser interpelada sobre el punto, anunció que
su hijo no se encuentra informado que se está celebrando el juicio oral.
N. G., esposa de N. B., madre de J., afirmó que su hija
comenzó a asistir al jardín a los seis meses de vida. Con el tiempo empezó a
evidenciar problemas con el agua, no la podía bañar, le costaba mucho, en
una ocasión se aferró con fuerza a la dicente. Además, en el momento de la
comida, se llenaba la boca de alimentos y vomitaba, se golpeaba sola, por
las noches se despertaba aterrada y se aferraba a ella.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Era lactante, salía del establecimiento con mucha sed,


cuando la retiraba la abrazaba angustiada, tomaba la leche y se dormía.
Lloraba mucho al ingresar a la entidad maternal, pero asoció todo ello al
deseo de la niña de permanecer con ella.
Destacó que cuando la nena estaba paspada, enviaba su
cremita en la mochila, pero se la devolvían con los pañales orinados y la
zona genital irritada, evidenciando que no le habían colocado el producto.
Recién a los dos años, cuando ya no asistía más a “Tribilín”,
comenzó a hablar. Cuando la llevó al pediatra la nena no se dejaba revisar.
Puntualizó que su hija tuvo episodios de ausencias, cuando había chicos
que gritaban o corrían mucho ella es como que se quedaba sin reaccionar.
Al día de hoy si está en una discusión o incluso ante el ruido de una
agujeradora se cubre los oídos, dice “basta” y se aleja. Ante los sucesos de
ausencias le indicaron estudios pero al quedarse sin trabajo no contaba con
obra social.
Actualmente, tiene seis años, casi siete, en el colegio le tocó
un curso en el que se grita, por lo que llegó a manifestarle que no quería ir
más porque no quería escuchar más gritos.
L. G., mamá de M. B. C., quien ingresó a “Tribilín” a los
ocho meses, y asistió hasta los dos años. Concurrió en el mes de enero de
2013, en febrero se iban de vacaciones y en marzo comenzaba en otro
establecimiento. Cumplía el horario de 8.30 a 17.45-17.50 horas.
Su hija tenía comportamientos raros, no comprendían la
razón de los mismos. Por ejemplo, se encerraba en el placar, a partir del año
y medio- dos años, cuando la llevaba al jardín, en la puerta vomitaba,
lloraba y se resistía a entrar.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Cuando le informaron que en breve la cambiarían de jardín


la nena manifestó que no quería ir más porque le pegaban y no quiso seguir
hablando.
Una noche de aquél mes de enero, su hijo mayor le contestó
al padre, este le llamó la atención y lo mando a la habitación, seguidamente
M. fue sola al baño, abrió el bidet y puso la cabeza abajo del agua.
En las vacaciones, accidentalmente se le cayó un vaso de la
mesa y empezó a gritar “al agua no, al agua no”
Cuando el audio salió a la luz le aseguraron a M. que no iría
mas a ese jardín, y le pidieron les contara qué le hacían ella, así,
representando ella como la maestra, tomó una muñeca y de cabeza la
sumergió en el agua. Consultaron con una psicóloga, la Licenciada Natalia
Poggi, a la que la nena le decía “mis muñecas comen, vomitan y después
van al agua”. Aportó el informe psicológico del mes de abril de 2013,
también entregó fotografías del Jardín “Tribilín” y el actual, graficando la
diferencia en el rostro de la niña, desasosiego en una, alegría en otra.
Al presente, al escuchar gritos o discusiones se tapa los
oídos y dice “basta”, como que no quiere enfrentar esa situación, se aísla.
La nena salía del jardín con mucha sed y hambre, y en
algunas circunstancias con el pelo mojado (aduciendo al respecto las
maestras que se había ensuciado jugando).
Encuestada respecto a si conocía a alguna familia del Jardín
dijo que sólo a la familia V., por ser compañera de trabajo de la mamá.
A M. le costó empezar natación.
El progenitor de la niña de mención, S. G. C., rememoró
que aquél mes de enero, cuando llevaba a su hija a la colonia le dijo que no
quería ir porque le pegaban, habló al respecto con la esposa, le pidió a la
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

niña que lo repitiera delante de la madre y no lo hizo. Al día siguiente, en


una discusión que mantuvo con su hijo mayor en la hora de la cena M. se
fue solita al baño y colocó la cabeza en el agua del bidet, automáticamente
la sacó de esa situación, refiriéndole la pequeña “papá, al agua no”. En otras
situaciones se ha escondido en el placar.
Intentó continuar su relato pero entró en llanto, a pesar del
desconsuelo, describió una situación acontecida en unas vacaciones, a la
niña se le cayó un vaso de agua y reaccionó con un llanto desgarrador,
implorando no la retara. Al regresar del receso le dijeron que no iría más a
ese colegio.
Ante cualquier discusión se pone mal y pide que no se
peleen.
Finalmente, remarcó que cuando asistía a “Tribilím”
padeció reiterados episodios de broncoespasmo y recordó, por otro lado,
que del establecimiento salía con mucha sed.
A. S. mamá de K. y B. A., mencionó que ambos asistieron
al maternal desde los seis meses de vida, el nene dejó de ir a los diez meses.
K. lloraba mucho antes de ingresar y salía con sed y el pelo mojado.
Cuando intentaba bañarla, colocándola debajo de la ducha,
gritaba “al agua no, al agua no”; tenía pesadillas por las noches.
Actualmente, con nueve años de edad, duerme con la luz prendida y
cuando se le llama la atención sale corriendo y se encierra en el baño.
Sobre el audio se enteró su padre en la puerta del jardín. En
el mismo reconoció a su hija exponiendo que no quería ir al agua, las
docentes le dicen que si abre la boca va a ir de nuevo al agua.
Al consultarle a la nena qué había sucedió, lo grafico
sumergiendo a las muñecas, de cabeza, en el agua.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En las reuniones siempre quedaba a un costado, le costaba


socializar con el resto. Las secuelas quedaron en el comportamiento de K.,
decía “lo que se hace en el jardín no se cuenta en casa”.
M. D. M., progenitora de C. G., indicó que en el año 2010,
con seis meses de vida, comenzó a llevar a su hija a “Tribilín”.
Destacó como llamativo que no le permitieran ingresar ni
mirar a través de la ventana. Cuando retiraba a la niña salía con mucha sed,
olor a vómito y enojada. Al consultarle cómo había sido su estadía en el
jardín contestaba “mal”, siempre decía que jugaba a los bloques, no sabía
ninguna canción. Un día feriado en su casa la pequeña señaló en el
programa de “Panam” situación que fue de su asombro ya que no
habituaban ver televisión, aparentemente en el maternal sí.
Una jornada del mes de enero de 2013, al dejar a su hija en
la institución, fue abordada por un padre, pero como no lo conocía no lo
escuchó, luego otras familias le informaron sobre los malos tratos
verificados, retirando inmediatamente a la niña, quien advirtió que algo
sucedía porque le dijo contenta “viniste enseguida”, ella le aseguró que no
iría más a ese lugar, que lo haría en otro más lindo, desde que ya contaba
con una vacante en otra entidad, desde que ya había decidido cambiarla,
porque no realizaban actividades y los chicos estaban todos juntos.
C. no dormía y siempre estaba enojada. Fue lactante hasta
sus dos años, cuando la retiraba desesperada se arrojaba hacia ella para
alimentarse, lo que le dio a entender que en el jardín no comía.
La llevó al pediatra quien le sugirió que no le preguntara
sobre lo acontecido, que sólo la escuchara y no le diera más información
que la que ella solicitara.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En el momento del baño, habituaba oponer resistencia al


lavado de cabeza, situación que consideró propia de la edad, pero jornadas
posteriores a que dejara de asistir a “Tribilín”, cuando la estaba
higienizando, le preguntó por qué se resistía a que le mojara la cara, tras lo
cual la nena tomó una muñeca y le contó “mamá mira así me hacían las
maestras malas” y la sumergió de cabeza al agua, seguidamente cerró el
puño y afirmó “me pegaban así cuando no quería comer y me dolía”.
Demoró dos años en superar el miedo al agua, entraba en
pánico. También golpeaba a los muñecos y los metía abajo del agua.
En el nuevo colegio le costó integrarse, en la hora del
almuerzo la llamaban porque no paraba de llorar. Siempre estaba como
muy temerosa, de a poquito empezó a interactuar con los amigos y confiar
en la maestra nueva.
Intelectualizó que, como mecanismo de defensa, su hija se
mostraba muy callada y tímida, tal vez manteniendo distancia para que no la
retaran. De hecho en el audio le refieren: “vos siempre te la llevas de
arriba” y hasta la amenazaron “Guay que vayas a decir algo en tu casa”, se
ve que la nena vio que si se quedaba quieta evitaría la reprimenda.
En el presente, aún no se sumerge en el agua por decisión
propia, cuando lo hace se la ve incómoda con esa situación. Cuando está en
un lugar con desconocidos se mantiene distante, observando, desconfiando.
No saludaba nunca a los adultos.
Informó que en “Tribilín” si bien le entregaban informes
sobre la evolución de la niña, su contenido no se condecía con las
características de personalidad, era como un “copy page”.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En una oportunidad, logró ver a través de la ventana


externa, observando a su hija sentada en un rincón, con nenes más grandes
y más chicos.
Finalmente, afirmó que C. ya tiene nueve años, y a pesar
que es un poco retraída, tímida y desconfiada de los adultos, pero se
encuentra bien.
L. F., mamá de los mellizos I. y L. V., indicó que los
pequeños concurrieron a “Tribilín” desde los once meses hasta los dos
años y nueve meses. Sus hijos nunca manifestaron nada raro salvo
berrinches al momento de ir al establecimiento maternal.
Expuso que cuando comenzaron a hablar, L. realizaba
manifestaciones que daban cuenta de su resistencia a ir al jardín, habló del
tema con la maestra quien redujo los episodios a meros berrinches que sólo
le hacía a la deponente. Pero, posteriormente, presentó una masturbación
excesiva. Como madre sentía que no estaba bien, que no era algo de la
edad, se masturbaba, se tiraba al piso, jadeaba, su psicóloga le decía que
tratara de sacarlo de la situación y no había forma, estaba como
obsesionado con la masturbación, no era una simple masturbación era
como un acto sexual, hasta transpiraba. Sabía que ello no era normal, por lo
que comenzó a conversar con su marido sobre la posibilidad de sacarlos del
jardín. Un día casi llorando le dijo a su marido que no los enviaría más,
quien aceptó, procediendo a readaptar a la familia, primero redujeron las
horas, pero en noviembre de 2012 decidieron no llevarlos más.
Los chicos salían con mucha sed, en aquél período
presentaron ambos problemas de alimentación y peso, indicándosele la
provisión de un complejo vitamínico para que aumentaran. Cuando no
fueron más a “Tribilín” el cambio fue radical, el primer verano estuvieron
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

bárbaro, hasta que el 30 de enero salió a la luz el audio. Los llevaron al


pediatra por temor a que hubiera pasado algo más. Consultó con
psicólogos, una psicóloga, respecto de L., dijo que era un método de su hijo
de darse satisfacción ante una situación hostil. Estuvo un tiempo en
tratamiento, aportando el informe de la psicóloga.
Aún en el presente, con ocho años de edad, L. ante
situaciones difíciles, tiene conductas masturbatorias.
Inmersa en un cuadro de angustia, relató que en la fecha L.
le preguntó si venia al juicio, respondiéndole afirmativamente, y
agradeciéndole, porque con tan sólo dos añitos pudo alertarla.
Expuso que no habituaban a dividir a los niños en sala.
Conocía a algunos padres de la puerta del jardín.
Exhibió retratos de I., tomados en “Tribilín” y en “M. y
O.”, poniendo de resalto el contraste de las expresiones, triste en la
primera, risueño en la segunda.
Cerró su testimonio afirmando que C. ha llegado a contarle
a la madre que a L. le pegaban con el puño.
S. E. S., mamá de R. B. G., la más pequeña de los alumnos
de la colonia de enero de 2013, por cuanto tenía un año recién cumplido,
ingresó al establecimiento a sus cuarenta y cinco días de vida, cumpliendo el
horario de 12 a 18 horas.
Con notable angustia, expresada en llanto, que motivó
suspender por unos instantes su relato, remarcó que R. era un bebé, no
sabe qué le hicieron, recién en la jornada anterior a su testimonio, con seis
años de edad, le mencionó que en ese jardín eran malos, les pegaban a
todos.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Cuando la iba a retirar, salía con mucha sed, con el cuerpo


muy frío, con hambre y se la han entregado con caca hasta la espalda. En
varias oportunidades la fue a buscar antes del horario acordado,
constatando que la grilla donde se volcaban los horarios de mamadera ya
estaban completos, alegando en defensa las docentes que completaban los
cuadernos de todos los niños en conjunto. Tenían excusas para todo,
cuando la nena presentaba rayones en las piernas o le decían que allí no se
había hecho o que se habría raspado en el cambio de pañales.
La tomó por sorpresa el contenido del audio, su bebé
gateaba, se tapaba los oídos y decía “shhh mamá”, hacía callar a todos.
Ha presentado episodios de broncoespasmos y le decían
que era normal.
Cuando la cambió de jardín la nena registró cambios
notables.
La progenitora de N. A. G., A. O., explicó que para el
tiempo de la denuncia su hijo ya no asistía a “Tribilín”, concurrió en los
años 2010 y 2011. Sin embargo, aquélla jornada, estaban en el hogar con la
televisión prendida, el niño (ya de cuatro años) se situaba de espaldas a la
pantalla, al proyectarse, en las noticias, fragmentos del audio, el nene
espontáneamente reconoció la voz de una de sus maestras.
Esa noche, se hizo pis en la cama cuando jamás había
tenido problemas de control de esfínteres. Reparó entonces la dicente en
que su hijo en el colegio en el que se encuentra matriculado, siempre trato
de llevarse bien con las docentes, para que no lo retaran. Cuando le
preguntaron si se acordaba del jardín dijo que las maestras eran buenas
porque cuando se portaban mal los encerraban en el baño pero no le
ponían llaves.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Puntualizó que nunca le brindó tranquilidad el jardín,


cuando fue a inscribirlo la atendió la Directora, al preguntarle por la
habilitación le mostró una autorización de la municipalidad y un libro de
actas, cuando le consultó por DIPREGEP le dijo que solo intervenía ante
los jardines con subvención estatal. La adaptación fue de media hora,
sentados en el piso jugando con juguetes. No permitían el ingreso de padres
al establecimiento, el nene salía sucio, con comida en la ropa distinta a la de
la vianda que desde el hogar preparaban. Cuando exigía entrega de informes
le comunicaban no hacían, en las ocasiones en las que lo retiraban
anticipadamente la grilla de rutinas ya estaba completa.
Su hijo por las noches se despertaba llorando. Cuando salía
de la entidad maternal con moretones alegaban que se había caído, cuando
egresaba llorando con angustia decían que era porque recién se levantaba.
Desde la concurrencia a otro jardín el niño cambió por
completo, reflejándose ello en su semblante risueño. A modo ilustrativo, tal
como lo hicieron otros padres, aportó las fotografías tomadas en una y otra
institución.
También presentó el cuaderno de comunicados de esa
época, del que emerge por ejemplo que las propias maestras les solicitaban
dinero para comprar regalos por sus cumpleaños.
En la actualidad, su pequeño, se deja pegar, no se defiende a
pesar de su contextura mayor. En la jornada anterior, recién se animó por
primera vez a ir de campamento. Todas las noches duerme con la luz
prendida, va al baño con la puerta abierta. No usaba auriculares no resiste
los ruidos fuertes, no le podía lavar las orejas, no le gusta que se las toquen.
E. N., padre de B., anotició que el niño concurrió al jardín
desde los cuarenta y cinco días (año 2011) hasta el año y diez meses.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Explicó cómo fue anoticiado del audio. Ese día había dejado al niño en el
jardín, cuando se estaba yendo fue abordado por D. H., quien le dio un
papel con un detalle del mismo, le explicó que había colocado un
dispositivo para grabar en la mochila de la nena. Se quedó helado, mientras
caminaba leía, llamó a su madre por teléfono y le pidió que por favor
retirara al nene. En un acentuado estado de congoja continuó evocando que
al llegar a una computadora descargó el archivo y comenzó a escucharlo,
informó a su esposa y juntos se dirigieron a establecimiento.
En la grabación auditó gritos, llantos, amenazas, golpes,
muchos insultos, descubrió que en 2.34.03 se nombró a su hijo por el
apellido para que guardara los bloques.
Puntualizó que un día lo fue a retirar su esposa (conforme
la rutina familiar él lo llevaba, su mujer lo buscaba), tocó el timbre,
demoraban en atenderla, por lo que se asomó por una ventana, logrando
ver al niño llorando, en un carrito, sin atención de ningún adulto. Cuando la
atendieron solicitó explicaciones, aludiendo que había estado diez minutos
llorando solo, pero le negaron el suceso.
En otra ocasión lo retiró más temprano y el cuaderno ya
tenía la grilla completa.
Mencionó que ha padecido mocos, sinusitis,
broncoespasmo, su cónyuge en un cuaderno consignó por fechas todas las
enfermedades: 3/7/11 bronquitis; 28/10/2011 sinusitis; mococidad el
11/5/2011; otitis el 28/5/11 -otitis perforada y 38 grados de fiebre-;
1/7/12 otitis y fiebre; sinusitis y conjuntivitis el 10/7/2012.
Cuando lo bañaban se ponía muy mal, se quedaba
acongojado, el llamado de atención tenía que ser muy fuerte para que
hiciera caso. Al día de la fecha está con tratamiento psicológico, hizo terapia
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

ocupacional (le enseñan a jugar), tiene un certificado de discapacidad por


trastorno en el desarrollo de las habilidades escolares, no especificado
perturbación de la actividad y de la atención, está escolarizado con una
maestra auxiliadora que lo contiene en el aula.
Los psicólogos le explicaron que aprendió que el reto o
llamado de atención era sólo gritándole. Hasta el día de hoy, con siete años,
responde a gritos.
A preguntas de la defensa dijo que al recibir el primer
diagnóstico siguió yendo a “Tribilín”.
La madre del pequeño de mención, I. M. J., aludió que no
se animó a escuchar el audio completo. Si bien B. es un nene que nunca va
a expresar lo que siente, le resultó llamativo que se enfermara
periódicamente, tuvo bronquitis, sinusitis, bronquiolitis.
Al momento del baño lloraba mucho, después del mismo
tenían que abrazarlo y contenerlo. En el año 2015 comenzó natación, lloró
todo ese año, recién logró sumergir la cabeza en el agua en febrero de 2017.
Al igual que su cónyuge, remarcó la jornada en la que vio a
su hijo en una sala del jardín llorando por más de diez minutos sin ser
atendido, acentuando que ante su reclamo las maestras le dijeron que sólo
habían dos segundos.
Enfatizó que su hijo nunca acataba las normas de ningún
juego, siempre le costó cumplirlas y tenía actitud desafiante, se le hizo una
evaluación en ese momento y la psicóloga les dijo que estaba bien pero que
necesitaba amor. Al anotarlo en otro jardín la adaptación le costó
notablemente. A sus dos años y seis meses nació su hermana. En ese
entonces, realizaron una consulta con neuróloga, le diagnosticaron déficit
de atención, indicando la realización de terapia ocupacional, la que cumplió
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

en los últimos cuatro años, contando además con psicóloga y


psicopedagoga.
El déficit de atención lo tiene de base, lo vivido en el jardín
pudo haber influido en lo que concierne a la actitud desafiante y de
oposición.
En el año 2012 en “Tribilín” le entregaron un informe de
desarrollo en el que indicaban que B. era muy dulce, que le gustaba dibujar
con crayones, cuando su hijo odiaba utilizar ese material.
Entregó la carpeta de trabajos que realizó a los nueve
meses, se le preguntó si tenía inconvenientes en aportarla al expediente y
respondió “dudo que con nueve meses hubiera realizado alguno de los
trabajos que están ahí”.
A. O.. Mamá de L. M., fue al jardín durante el año 2012,
cuando tenía un año y tres meses. Desde entonces se enfermó de modo
reiterado, con diversas patologías como resfríos y cuadros febriles, bajo
mucho de peso (a partir de abril, mayo o junio de 2012) y tuvo hepargina
(moluscos en las palmas, plantas de pies y boca).
Si bien no presentaba problemas para ingresar a la
institución, al salir presentaba arcadas, su cuerpo estaba frío (en verano) y
evidenciaba sed y hambre.
Al declarar en la Instrucción entregó los cuadernos de
comunicados, en uno de ellos se consignó que el 4 de mayo su marido lo
retiró y constató moradas a las dos orejas del pequeño. En la libreta no
había nota alguna, su cónyuge regresó la misma jornada al colegio a
averiguar, informándole que lo habían golpeado con un bloque, lo que le
pareció absurdo, ya que los hematomas estaban en las dos orejas. Eso ella
lo asentó en una nota que respondió una tal M., disculpándose. Era habitual
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

que egresara con rasguños en sus manos, pero suponía que era por golpes
entre los compañeritos.
Al establecimiento sólo ingresó para la inscripción y cuando
tuvo la reunión con una docente. No tenía listado de contacto de padres,
no sabía cuántos niños había en el aula. Le extrañaba que efectuaran
reuniones de padres, o festejos del día del abuelo. Una vez solicitó una
entrevista porque su hijo siempre salía con el pañal sucio, la directora le dijo
que ocuparía del tema pero el niño siempre tenía la cola irritada.
Luego de un tiempo, su hijo comenzó a decir “puta”,
“pelotudo”, esas fueron sus primeras palabras, se mostraba súper agresivo,
los mordía. Consultaron el tema con la pediatra quien refirió que estaba
comenzando a desarrollar su personalidad, aconsejándole que sean firmes.
No sabe cómo era en el colegio porque nunca recibió
informe alguno, por ello supuso que sólo era agresivo con ellos.
Cuando ingresó al otro jardín cambió un montón, dejó de
ser agresivo, de insultar y pegar. En prescolar le informaron que a L. lo
veían aislado, no participaba en el grupo, lo sentían incómodo,
recomendándole una consulta con psicopedagoga, en el año 2016. No
consiguió psicopedagoga pero el niño fue evolucionando, aunque es muy
introvertido, tiene vergüenza a equivocarse y que lo reten. En el curso del
primer grado la citaron por el mismo tema, asistió durante todo el año a
psicopedagoga, quien concluyó que era introvertido y le costaban mucho
los cambios. Desde sala de 5 no va a ningún campamento porque no
quiere.
Entregó, y a instancias de las partes se incorporó, una
fotografía de “Tribilín” cuando su hijo iba a sala Gatitos.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

El papá de L., J. M., se expidió, en consonancia con su


esposa, sobre el episodio de las orejas con hematomas. Agregó que el niño
concurría en el horario de 9 a 13.15 horas.
En aquél entonces el nene estaba un poco agresivo y le
costaba relacionarse con los niños. Al día de hoy es muy tímido y no le
gustan los gritos.
A. R. B., madre de las mellizas J. y A. A., mencionó que las
niñas asistieron a “Tribilín” en el año 2009, cuando tenían once meses,
cumpliendo jornada completa. Regresaron para la colonia de 2013, ya con
cuatro años de edad. Las nenas le decían que no querían ir más, porque el
horario de la comida era un desastre, insultaban mucho. K., su prima, era
complicada, lloraba mucho. A. le contó que ellas se portaban bien por eso
no les pasaba nada.
Actualmente, transitan todos los días por la puerta de jardín
entre las tres, sus mellizas y K., hablan sobre cómo le metían la cabeza
abajo del agua a K.. Escuchó una conversación que mantuvieron entre ellas,
en la que recordaban que la que se portaba mal iba a la pileta, le metían la
cabeza para que se calmara.
Interpeló a sus hijas por la razón en base a la cual no le
habían contado antes lo que vivían en el jardín, respondiéndole que las
maestras le decían que en casa no se hablaba de lo que sucedía en el jardín.
Las tres niñas le mencionaron que jugaban a cambiarse las
zapatillas, K. y C. también, se enojaban y se las tiraban arriba del ventilador.
El audio no lo pudo escuchar entero, más allá de lo que se vio en los
medios o le comentaron sus cuñados. Su marido sí lo analizó y detectó un
tramo en el que hablaban de las mellizas.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Sus hijas le contaron que el momento crisis era el de la


comida, allí había más gritos e insultos. K. le contó que el que se portaba
mal iba al agua, le ponían la cabeza abajo del agua o se la mojaban para que
se calmaran. A j. al día de hoy no le gustan los gritos ni la violencia verbal,
A. se defiende de otro modo, va al frente.
Las nenas desgraciadamente escucharon los audios en la
televisión y le dijeron que lo que emergía de allí era verdad, reconocieron
las voces de las maestras. Una de las niñas, al prenderle la tele a la abuela
percibió las noticias actuales del caso, con motivo del inicio del juicio, y le
dijo que no podía creer como estaban en libertad; le explicó la dicente que
la había citado a la audiencia, que las iba a ver y recordar cosas que no
querían.
A. S. A. V., mamá de I. M. C. A.. Anotició que su hija
concurrió casi dos años al jardín Tribilin, ingresó en 2011 y egresó en 2012.
En la entrevista de admisión la atendió la directora, le contó que realizaban
actividades de estimulación y pintura. Asistía de 8 a 16 horas, la adaptación
fue de dos o tres días.
Puntualizó que la nena nunca quería ir al jardín, lloraba en la
puerta, tenía la necesidad de llevar algo suyo, su osito, pero las maestras le
decían que no podía llevarlo. Salía mojada, transpirada, como empapada,
con mucha sed, los labios secos, hacía pis naranja por lo que la llevó al
pediatra quien le dijo que se debía a falta de hidratación. Ir al jardín era
como una agonía, llegar a la casa era como revivir.
Ello revirtió como completo al matricularla en otra entidad
escolar.
La pequeña tenía tres años de edad y no hablaba, era muy
retraída. En el último tiempo de jardín, en una oportunidad en la que la
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

peinaba, en su casa, la dicente levantó el peine y la niña enseguida se cubrió


como si la fueran a golpear, le llamó la atención la reacción por lo que le
preguntó quién le había pegado, pero no recibió respuesta.
Al regresar de vacaciones se enteraron por los medios de
comunicación del contenido del audio, comenzó a buscar pruebas que
dieran cuenta de la asistencia de I. al jardín, en ese contexto, teniendo a la
vista una fotografía su hija se acercó, señaló la foto y dijo: “Seño acá paf
(pegándose con la palma de la mano en el pómulo)”. Se tuvo que hacer una
pausa en su testimonio en razón de la angustia y llanto. Al recuperar aliento,
mencionó que a partir de entonces se dio cuenta que no tenía problemas de
adaptación sino que no quería ingresar al jardín por los maltratos que
recibía allí.
En el nuevo colegio tuvo mucha contención, no le podía
decir que iban al jardín porque inmediatamente se oponía, de modo que le
decía que iban a conocer juegos nuevos, que iban a jugar. En los primeros
informes del jardín remarcaba que se aislaba y no se integraba al juego y al
grupo. Al cabo de seis meses logró adaptarse y pudo disfrutar de su estadía
en el jardín.
Ahora es una niña completamente diferente, totalmente
sana, el cambio fue notable, se lo destacaron las maestras de la nueva
institución.
En el cumpleaños de I. le permitieron ingresar con el
marido para compartir la torta. La nena estaba aferrada a ella, no quería que
se fuera. No era una típica aula de niños, estaban todos sentaditos quietitos.
Dos jornadas previas a su declaración en el debate,
accidentalmente, en la casa de su suegra, la pequeña vio las noticias de este
juicio y dijo “En ese jardín me maltrataron”. A la fecha tiene ocho años.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

A. A., madre de G. y M. J.. La primera en asistir a “Tribilín”


fue M., la mayor, de 2008 a 2011. G., ingresó con siete meses de vida y
transitó los años 2011-2012, en el turno mañana.
Las nenas han salido del jardín con los pañales orinados y
con mucha sed.
Cuando M. tenía un año y meses, se tiraba de los pelos en
situaciones de reto o cuando uno le marcaba el límite. G. no se quería meter
a la pileta de su casa, no permitía que le mojaran la cara o le cayera agua en
la cabeza, cuando la bañaban tenía que tener mucho cuidado.
Escucho el audio una vez, no lo pudo volver a escuchar
hasta hace una semana, en la secuencia en la que dicen “te voy a meter al
agua” y un niño grita le recordó a los gritos G. cuando la incitaban a que se
metiera a la pileta. Un día la pequeña se hizo pis y M. le dijo “meona andá a
buscar la mochi para cambiarte”. Como la palabra meona no se usa en su
casa le preguntó a una docente, refiriéndole que podría haberlo escuchado
de otra nena del jardín.
Un día las fue a buscar su suegra y escuchó niños llorando,
le dijo a quien la atendió: “los chicos lloran ¿ustedes no los maltratarán?
¿Déjame pasar?”, pero la persuadieron para que no ingresara.
Cuando M. ingresó al jardín del Colegio Copello le dijeron
que era introvertida, le costaba adaptarse al entorno, se hizo pis hasta tercer
grado. Hacía dibujos como los de Jack, con la boca cocida, los llevó a una
grafóloga y le dijo que esos dibujos evidenciaban una situación de violencia.
En tercer grado le aconsejaron que consultara una psicóloga porque se
angustiaba mucho cuando le pedían que leyera o se parara frente al grupo.
En una sesión de terapia, en el juego libre, había elegido unos personajes
que colocaba en castigo, que no podían hacer nada en el juego, y gastaba
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

energía porque estaba siempre a la defensiva, lo que la agotaba, por ello no


podía sostener la atención en el aula.
G. tenía dos años, no consultó por su corta edad a un
psicólogo.
Actualmente, M. tuvo episodios de angustia, se chupaba el
dedo y mordía objetos, hizo una nueva consultar con la psicóloga iniciando
nuevamente el tratamiento. La profesional le refirió que las vivencias de los
primeros años dejan una huella que queda y ante algún episodio similar
pueden volver a dispararse. Aún al día de hoy, con diez años, se tapa los
oídos ante ruidos fuertes.
R. D. G., padre de J., expuso que concurrió a “Tribilín”
desde el año 2010 hasta fines de 2012. A mediado de este último año le
detectaron TGD -del espectro autista-, había conductas que le llamaban la
atención como sobresaltarse con los ruidos, no fijar la mirada, comenzaron
a tratarlo y fue diagnosticado.
Se enteraron del caso por los grupos de whatsapp de padres
y comenzaron a atar cabos sueltos, suponen que pudo haber pasado algo en
el jardín que desató en J. este diagnóstico. El neurólogo dijo que pudo
haber sido como no. En la actualidad tiene 9 años y está saliendo adelante.
Hasta los casi 3 años no hablaba, no se podía expresar con palabras, hasta
esa edad era un niño muy introvertido, muy callado, muy para adentro.
Cuando todo salió a la luz consultaron nuevamente al neurólogo quien
concluyó que los malos tratos repercutieron negativamente en su
diagnóstico.
En “Tribilin” jamás advirtieron nada de la patología de su
hijo, los informes que entregaban indicaban que era un chico tranquilo.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Cuando diagnosticaron a su hijo presentaron al jardín los certificados


correspondientes.
N. J. V., papá de F. J. V., quien asistió a “Tribilín” de 2011 a
enero de 2013.
Su hijo mayor, P. E., concurrió hasta el 2010, quien
llamativamente a partir del segundo año se negaba a vestirse con el
uniforme, en la institución le exigían fuera con la vestimenta reglamentaria,
porque era un capricho para no desprenderse de la madre
Ambos fueron al turno tarde. No almorzaban en el jardín
habitualmente. Al regresar a la casa estaba hambriento y sediento. Con su
hijo menor le llamaba la atención la necesidad de tomar o comer algo, por
lo que al retirarlo le llevaba una mamadera y la tomaba casi con
desesperación. En los cuadernos de comunicados se detallaban los horarios
de la siesta, merienda y cambios de pañales, extrañándole la forma
sistemática en que se consignaban los horarios. En más de una oportunidad
salía del jardín con la nariz cargada de mucosis, lo hablaron con las
autoridades, alegaron que eran detalles que tal vez se escapaban ante la
cantidad de niños. Ha egresado con el pañal sucio, hinchado de orina,
algunas veces con heces. F. no tomaba tanta leche sino que yogur por ello
le sorprendía que tomara tanta mamadera al salir del colegio. Cuando
retiraba a los niños del jardín estaban cansados y con sueño.
Se enteró de los hechos ante una reunión de padres que se
convocaba, en la que escuchó el audio. Desde el municipio lograron
conseguir una vacante en el jardín “20 de junio”, el cambio fue significativo.
En este jardín no tenía que llevarle mamadera cuando lo iba a buscar.
Su hijo mayor fue peritado, comenzó con pesadillas, se
levantaba como sonámbulo, se movía mucho en la cama, tuvo una ausencia
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

mientras cenaban, el pediatra le dijo que podría ser inicio de epilepsia. En el


periodo de ausencia lo trasladó a la guardia donde convulsionó. Logró
despertarse al día siguiente. Fue tratado por epilepsia y luego de tres años
de mediación le dieron el alta. Le dijo que nunca le había pasado nada
porque se portaba bien, pero sí había visto que a otros chicos los retaban y
como mecanismos de defensa se quedaba quietito y se portaba bien. Al día
de hoy, no quiere estar solo, no puede estar en la oscuridad, duerme con la
luz prendida y pide que el padre o la madre se acuesten con él. Los
síntomas de epilepsia el médico dijo que se desencadenaron por algo
emocional.
Actualmente sus hijos están bien. Tienen buen rendimiento
escolar y son deportistas.
J. L., padre de F. y M.. Remarcó que ingresó en varias
oportunidades al jardín y no vio nada raro, con los años fueron limitando la
entrada de los padres, lo que le pareció normal. M. era un nene travieso, no
quería entrar lloraba, iba al turno tarde. No era habitual que almorzaran.
Salía bien pero quería ir a la casa a jugar.
F. era más traviesa. Manifestó que la retaban mucho y un
día dijo que le tiraron del pelo, no les pareció grave hasta que tomaron
conocimiento del audio.
M. no quería ir a la colonia porque decía que era pequeño.
Cuando ingresaron al Cardenal Spinola no se repitieron
estas conductas.
C. B., mamá de I. A. V., alumna de “Tribilín” en los años
2012-213. Para ella las docentes eran excelentes hasta que escuchó el audio,
su marido la dejaba por la mañana y ella la retiraba a las 15 horas.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Un día, al retirar a la nena, fue abordada por un grupo de


madres que la imponían de la existencia de una grabación, hasta ese
entonces no quería creer nada porque las maestras le parecían amorosas. Le
entregaron a su hija, preguntó si estaba todo bien, respondieron que sí y le
cerraron la puerta.
La nena tenía un año y ocho meses. En los audios no
escuchó el nombre de su hija. No sabe que habrá vivido allí, no registró
secuela alguna.
Al reproducir segmentos de la grabación indicó el tramo en
el cual las maestras hablan sobre su esposo, que había ido a llevar a la nena
y no lo atendieron, comentaron se habían estado probado ropa, que habían
estado el sector trasero, que la próxima vez tendrían que llevarse el timbre.
En otro tramo finalmente detecto que se estaban dirigiendo
a su hija.
Si bien inició su relato restando entidad a las situaciones
padecidas en el jardín, terminó intelectualizando que la grabación se
correspondía con tan solo cuatro horas de un único día, no eran partes
tomadas en distintas jornadas, lo que da cuenta que “Un día en el jardín era
un infierno”.
El padre de I., M. V., en modo conteste con su esposa, se
expidió sobre la ocasión en la que fue al jardín, tocó el timbre, nadie lo
atendió y se tuvo que volver con su hija. Tocó timbre y toco la puerta en
forma insistente. Escuchó el audio, la mencionan a su hija, ese día fue y
tardaron en atenderlo.
M. S. N., mamá de los mellizos D. y A. R. N., ingresó a la
sala de audiencias angustiada, llorando, a pesar de ello, pudo relatar que sus
hijos comenzaron en marzo de 2012 y asistieron hasta los primeros días de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

enero de 2013, de 7.30 a 17.30 horas. Tenían un año y medio de vida, no


hablaban. La adaptación la hizo dentro del jardín, en el patio, nunca ingresó
a la sala, fue corta porque sus hijos no presentaron inconvenientes. Cada
niño tenía un cuaderno y en varias ocasiones no lo detallaban o los retiraba
antes y la grilla ya estaba completa.
Era su primera experiencia con un jardín maternal, los
nenes comenzaron a presentar patologías, con mucha frecuencia (fiebre y
erupciones). La que más se enfermó fue la nena, el varón no tanto, a los
seis meses de jardín comenzaron a caérsele las uñas de las manos y los pies,
consultó con el pediatra y dijo que era producto de una situación de estrés
vivida con seis meses de antelación aproximadamente. Nunca más se
repitió ese episodio. Sus hijos se tenían muchos berrinches o caprichos,
sobre todo el varón.
Actualmente el varón está haciendo tratamiento psicológico
pero por temas de conducta, es impulsivo.
Al llegar a la puerta del jardín la nena oponía resistencia
para ingresar, el varón no. No notó nada en la conducta de sus niños,
después que todo salió a la luz interpretó la resistencia de su hija a ingresar
como señal de que algo sucedía. Los llevó a psicólogos diferentes, dijeron
que no tenían ninguna secuela pero se podrían manifestar cuando fueran
más grandes.
En el caso de la nena cuando hay muchos gritos se tapa los
oídos y pide que no griten.
El audio no lo pudo escuchar completo, ese día sus hijos no
estaban en el jardín.
Los niños sufrieron convulsiones febriles, cuando alguno de
los dos tenía 37 de fiebre tenía que medicarlos porque hacían picos y
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

convulsionaban, recordó un episodio en el que desde el jardín trasladaron a


A. al Hospital de San Isidro, la llamaron del jardín y fue directo al
nosocomio en donde se encontró con la directora.
Consultada por la medicación en una ocasión la neuróloga
les indicó una pero era suministrada por ella o el padre, en el jardín no.
Interpelada por la causa de las convulsiones destacó que A.
tuvo la primera a los nueve meses cuando aún no iba al jardín, la neuróloga
les dijo que en esa edad eran normales. La nena registró episodios a partir
del año y medio, dos años. Tal vez somatizó lo que vivenciaba levantando
temperatura.
M. Z., padre de L. Z., explicó que al año de vida comenzó a
llevar a su hijo a “Tribilín”, en el horario de 8 a 17.15-17.30 horas.
Invadido por un notable estado de desasosiego, logró
relatar las razones por las que enviaron al niño al jardín maternal, explicó
que buscaron un establecimiento cercano, era muy difícil conseguir
vacantes y cómo éste tenía disponibilidad y el valor económico les
convenía, lo matricularon.
No notó cambios abruptos o específicos en su hijo desde
que comenzó el jardín. Al comienzo sintieron que estuvo un poquito más
violento en la relación con ellos. Después, analizando los cuadernos y
escuchando a otros padres destacó la existencia de dos notas en las que
comunicaban que L. se había golpeado la frente con un autito (nota del
5/9), en otra ocasión con la puerta del aula, le pusieron hielo y nada más
(nota del 4/12). En reiteradas ocasiones, le informaban que lo habían
cambiado por completo porque se había pasado la caca (vide nota del 26/7)
y salía paspado del jardín. Remarcó ello, porque fue lo que les dio la pauta
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

de que no había un cuidado correspondiente a esa situación, se paspó


porque no lo cambiaron en el momento, lo dejaron con el pañal sucio.
L. no tuvo situaciones de miedo al agua, iba a natación con
ellos desde sus cuatro meses de vida, el agua para él era una situación
normal, de modo que si le han sumergido la cabeza tal vez no la habría
vivido de modo tan traumático como otros chicos. En esa época tuvo otitis
pero no lo puede atribuir exclusivamente al jardín porque también iba a
natación.
En cuanto a su salud, le costaba subir de peso, cuando
hicieron las consultas el médico decía que si bien estaba dentro de los
percentiles, estaba bajo de peso, les indicaba que haya diferencias entre los
desayunos y almuerzos pero a él le costaba mucho comer, comía en el
comedor del jardín. No veía situaciones extrañas en L. al salir del jardín,
sólo que se mantenía callado. No vieron situaciones extremas que los
alertara de que algo sucedía.
Una tarde pasó por el colegio, vio mucha gente y patrulleros
en la puerta, paró y vio que la policía se llevaba a una docente, allí le
informaron los padres sobre el episodio de la grabación.
Su hijo tenía arranques fuertes a ciertas situaciones, ante un
capricho se mostraba más eufórico que antes de empezar el jardín. Ante
una omisión señalada por el Dr. Arenas, se le dio lectura a la parte
pertinente de la declaración oportunamente brindada (tercer renglón de la
foja 36), en la que expusiera “un ejemplo de ello es que les pega cachetadas
tanto al dicente como a su esposa”. Aclaró que si bien no lo recordaba, si lo
dijo en su momento fue porque así aconteció.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Anunció que su niño padeció episodios de diarrea, vómitos


y gastroenteritis, por uno de ellos estuvo tres días internado en el Hospital
de Niños de San Isidro.
Al detenerse en las fotografías de todos los años de jardín
(en este tramo le cuesta continuar su relato por la angustia) al comparar
unas y otras se advierte que el semblante es notablemente diferente, en los
otros establecimientos tenía cara de felicidad, en “Tribilín” la expresión era
de tristeza. No se dio cuenta de traer las fotos, pero en marcado tono de
conmoción destacó la gran diferencia en la carita de su hijo.
Fue al Centro Técnico Auxiliar con su mujer, en ese
momento quien los atendió hizo referencia a algún tratamiento psiquiátrico
o Cámara Gesell pero entendió que a la edad de L. no era bueno o
necesario. No realizaron ningún tratamiento.
Raúl Diego LUGO policía, licenciado en criminalística, fue
quien desgrabó el audio. Indicó que era extenso, duraba tres o cuatro horas,
el contenido daba cuenta de lo que transcurría dentro del jardín, se
escuchaban voces de niños y mujeres con maltratos que trascendieron,
amenazas, insultos. No escuchó en el audio canciones de niños típicas de
jardín. No advirtió que el CD tuviera alguna edición, era un audio continuo
con períodos de silencios, estaba en crudo. La transcripción fue de todo lo
que se llegaba a entender.
Reconoció su firma en la pieza de fs. 174, pieza que, pese a
la insistencia de la acusación en su incorporación, no se admitió como
evidencia tal desgrabación por contarse con la génesis de todo que es el
CD.
A preguntas de la defensa afirmó que entendía que lo que le
proveyeron para auditar era el audio original. Se grabó con un dispositivo
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

que fue descargado a un soporte para reproducirlo, a él le llegó el CD no el


dispositivo.
El médico de policía, Dr. Marcelo RODRIGUÉ, no pudo
actualizar en su memoria haberse constituido en el Jardín, alegó estar
cursando una enfermedad por estrés laboral, por ello no recuerda
absolutamente nada. Tomó lectura de una copia del informe de fs. 29,
reconoció como propia la firma allí inserta. De acuerdo a lo consignado allí,
revisó a unas nenas entre uno y tres años, que tenían algunas lesiones, una
se llamaba N. registró improntas mínimas por rascado en codo izquierdo,
de reciente data, y en piernas izquierda de unas 24 horas de evolución. K.
presentó un hematoma difuso en la frente derecha de unos 2 a 4 días de
evolución (color negro tornado al azul compatible a contusión con o contra
superficie dura o semidura., explicando que contusión es un golpe más
suave, banal, que un traumatismo). En F. J. constató signos en la piel
compatible con micosis (hongos) de unos 4 días de evolución (la madre
informó que era por alergia). V. registró escoriación superficial en rodilla
derecha compatible con golpe contra el piso, de días, horas de evolución,
con costra de modo que tenía entre 24 horas y dos días de evolución. Estas
lesiones fueron caracterizadas como leves, a excepción de la situación de J.
que era una enfermedad. Se consignó que todas las lesiones enumeradas no
eran indicativas de ningún tipo de maltrato físico y que el resto de los niños
no representaban ningún tipo de lesión, desde que de los once chicos que
revisó cuatro registraban lesiones.
Fernando Humberto José FERNANDEZ, médico de F. J.,
mencionó es su especialidad es la pediatría, atiende al pequeño desde que
nació, el hecho que motivó su presencia en el juicio fue tomar
conocimiento –vía telefónica-, en febrero de 2013, sobre un hecho
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

acontecido en un jardín maternal, a partir de ese momento, ante la angustia


de la madre recomendó la evaluación psicológica para analizar el impacto
emocional, no encontró nada en el examen físico.
Detalló que en el año 2011 tuvo tres episodios de
bronquiolitis, el tercero de ellos requirió internación. La bronquiolitis es
una enfermedad respiratoria aguda, viral, produce un cuadro de
insuficiencia respiratoria obstructiva, es habitual en niños hasta los dos años
de edad, habitualmente es presenta en los primeros años de vida, con más
frecuencia en épocas de inviernos, es altamente contagiosa, en épocas de
epidemia el cincuenta por ciento de la población lactante puede ser
infectada por el virus. Los factores predisponentes son la higiene ambiental,
el humo de cigarrillos, es más frecuente en niños que no son amamantados.
Cuando un chico tiene uno de estos episodios puede resolver la actividad
aguda y otros tienen una respuesta exagerada del músculo bronquial
predisponiendo episodios reiterados.
F. tuvo varios durante el primer año sin poder afirmarse
que todos los casos hayan sido virales. En 2013 lo atendió por una otitis
supurada y recién lo volvió a consultar en el año 2015.
Aclaró que aconsejó una evaluación psicológica ante el
relato de la madre. La psicóloga hablaba de llantos y quejas cada vez que el
chico se iba a bañar.
Exhibido el informe de fs. 963/964, reconoció su firma.
Agregó que en el segundo año tuvo patologías banales como vómitos,
obstrucción respiratoria de vías superiores y un ganglio submaxilar.
La Licenciada Dolores BUITRAGO, evaluó a los mellizos
V., a M. G. R. y M. C.. Es perito psicóloga, hace dieciocho años se
desempeña ante el Cuerpo Técnico Auxiliar, entre sus funciones se
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

encuentran la de analizar a jóvenes en conflicto con la ley penal y menores


víctimas de abuso y violencia. De los cuatro niños que examinó recordó
que eran de corta edad, en promedio dos años y medio.
En una pericia con niños primero se mantiene entrevista
con los padres o representantes para realiza una anamnesis sobre la historia
de vida. Al ser tan pequeños, no se instrumentaron gráficos ni pruebas
exploratorias mas allá que la hora de juego diagnóstica a raíz de lo cual
realizó el informe.
Con uno de los infantes tuvo la dificultad de separarse de la
madre, dado la dependencia afectiva normal de esa edad. En los otros pudo
realizar bien la hora de juego diagnóstica.
Percibió en las tres familias un alto grado de angustia ante el
comportamiento de la institución donde habían confiado el cuidado de sus
hijos. Coincidían con cuestiones digestivas y sintomatología (llantos
inmotivados, oposición a ingresar al jardín) que no encontraban razón.
Había comportamientos compulsivos en los niños que
daban cuenta que algo estaban pasado pero ninguna de las familias se
imaginó que esto sucedía en la institución maternal. Al ser consultados
sobre la base respecto de la cual seleccionaron la entidad educativa
coincidieron en indicar en que era buen lugar por ser pequeño y porque
habían confiado en que allí los cuidarían. Lo que sucedía en el jardín tenían
que ver con descuidos y maltratos, el sentimiento de culpa emergió en las
tres familias.
En las horas de juego diagnósticas, aclarando que esto es un
recorte a lo largo de la vida de los chicos (instrumentado en el curso de dos
entrevistas), lo que observó fue que en las situaciones de actividades
creativas había como una necesidad de mantener control sobre los juguetes
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

para contener situaciones ansiógenas, por la corta edad tuvo muy poco
relato de los chicos, las manifestaciones fueron a través del juego.
Evidenció que uno no se pudo separar de la mamá y la evaluación se
desarrolló en su presencia (ese es un signo inespecífico, de desconfianza
frente a lo desconocido), la intención de controlar el juego para mantener a
raya las situaciones ansiógenas, no observó algo disruptivo. El hogar
representa un lugar confiable para significar situaciones que están viviendo
por ello el relato de los padres es importante por la información que
pueden aportar.
Uno de los chiquitos presentaba masturbación en exceso,
conforme le informaran los padres, la masturbación en un chico de esa
edad, dos años y pico, es esperable, si esto se vuelve compulsivo, de forma
sistemática y a través del tiempo nos habla que hay algo más que trata de
decir a través del cuerpo, puede ser masturbación o alimentación
compulsiva, con ese comportamiento se intenta aplacar una situación
traumática.
El vivenciar la violencia y agresiones en la institución como
manifestaron los padres en jornadas de ocho a diez horas, deja huellas.
Explico que a menos edad el aparato psíquico tiene escasa defensas para
afrontar situaciones, son psiquismos más vulnerables porque no pueden
hablar lo que les pasa ni ponerle freno. Cuentan con menos capacidad de
instrumentar un mecanismo de defensa para el afuera peligroso, el estado
de fragilidad hace que puedan quedar improntas si la situación traumática
perdura en el tiempo, si frena se presentan secuelas pero hay más tiempo de
elaboración. Estas dan lugar a sintomatología inespecífica, generalmente lo
no dicho en palabras se procesa en el cuerpo (broncoespasmo, erupciones
en la piel, enuresis, etc), son numerosas las manifestaciones frente a
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

situaciones ansiógenas, justamente porque son chicos que por su corta edad
no lo pueden poner en palabras.
Si varios chicos presentan una sintomatología pueden dar
cuenta que una vivencia común pero cada niño tiene su particularidad. En
cuanto al mellizo que continúa utilizando el mecanismo de masturbación, es
muy difícil hablar de alguien que no se trató con ella, pero si el mecanismo
como forma de aplacar su ansiedad y angustia, perdura en el tiempo
evidencia que la sintomatología perduró.
Lo que evidenció en el juego es que había un desarrollo
saludable, no vio perturbación, lo que sí pudo observar es que todos
intentaban mantener un juego coordinado, controlado.
Que durante la evaluación pericial no emerjan situaciones
que den cuenta de la situación por la que son peritados no quiere decir que
a futuro no lo presenten, desde que a medida que va madurando su
psiquismo pueden elaborar situaciones y exteriorizarlas, a través de
ansiedad frente a extraños, ambientes nuevos, situaciones de cambio.
En relación al impacto que les produjo la situación de autos
fue conteste entre todos los padres: angustia, desconcierto, culpa.
Destacó que la violencia emocional en niños tan pequeños
les deja una sensación de vulnerabilidad y desvalimiento que le da al chico
la impresión que no puede defenderse frente a situaciones peligrosas, en un
futuro se manifestará a través de sintomatología en el cuerpo (temores,
hacerse pis, broncoespasmos, etc).
A preguntas de la Dra. Gómez expuso que el hecho que se
adapten sin problemas en una nueva institución es indicador que están
contenidos por los padres. Como psicóloga no puede medir el grado o
intensidad de un trauma puede dar cuenta de indicadores emocionales a
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

posteriori del hecho traumático, que pueden aparecer en diferentes lugares,


si el chico está contenido por los padres puede ser de no impacto para ese
pequeño, pero cada niño responde diferente, no puede hablar en la
generalidad.
Ilustró que si la violencia verbal la vivencia al año o dos
años de vida, el individuo no podrá poner en palabras lo que le sucedió,
porque no tiene memoria, lo que sí hay es un registro corporal, que es
significado a través del juego.
Los padres explicaban que había un plus en las actitudes de
los niños que no sabía de donde venía, luego de que los hechos salieron a la
luz resignificaron las conductas de sus hijos.
En lo que respecta al desarrollo de la hora de juego
diagnóstica, enseñó que se les presenta para jugar una caja que tiene
juguetes (autitos, muñecas, tacitas de te, osos, lápices, hojas) en cómo los
chicos se acercan a la caja, qué eligen, cómo acomodan los juguetes uno
evalúa cómo simbolizan el juego. No se les da una consigna para que sean
lo más espontáneos posibles para poder conocerlos a través del juego.
Estos niños coordinaban los juguetes, los dejaban ordenaditos cosa que a
esa edad suelen dejarlos desordenados.
Paula Beatriz CASTRO, Licenciada en psicóloga, perito del
CTA del fuero de responsabilidad penal juvenil, entrevistó a: M. C. A.; P. C.
A.; N. G. P. V. y A. M.. Trabajó con una perito de parte, Ana María Brusco.
Realizaron la anamnesis a través de entrevistas con los
progenitores y luego con los niños, al ser pequeños se trabajó de manera
libre, con hora de juego diagnóstica.A un solo niño se le aplicó una técnica
proyectiva.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En términos generales los padres evidenciaron un amplio


impacto ante el audio que escucharon y como denominador común
emergieron sentimientos de culpa por haber confiado en la institución y
mucha resignificación de síntomas que los niños presentaban y que se
mezclaban con cuestiones evolutivas como el desapego. No había
cuestiones llamativas en relación a situaciones familiares traumáticas.
En casos de niños en esa etapa, bebes y en fase
deambuladora, por lo general el establecimiento educativo es el depositario
de la protección que por cuestiones laborales o de otra índole los padres no
podían ejercer. Los progenitores confiaron en que el jardín sería un
apéndice de lo que sucedía en el hogar, por ello los sentimientos de culpa.
Sobre M. C. consignó que era una nena que vomitaba,
lloraba mucho y no quería ir al jardín, en la casa controlaba esfínteres pero
en el jardín no, los padres interpretaron esto como conductas de desapego
pero con el audio lo vincularon a las experiencias de maltrato, cuando la
cambiaron de jardín esta sintomatología revirtió.
P. C. A., era española. La mamá contaba que nunca se
mostró contenta con ir al jardín, vomitaba al ingresar, en el juego escenificó
claramente, armó dos espacios de juego, uno de protección y cuidado sin
roles específicos por la edad, y otro en donde de repente había golpes,
violencia, se revoleaban los juguetes había situaciones de desprotección y
daño, diferenciaba el jardín actual de Tribilín connotando negativamente a
este último exponiendo “jardín malo, N., Y.” y nada más.
Se logró adaptar positivamente al jardín nuevo. Esto se
relacionaba con que había vínculos familiares que lograron contenerla en
esta situación.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

A N. G., lo llevaba el abuelo, decía que salía muy


angustiado y lastimado, hacía tiempo (de los 6 meses a dos años, tenía 4 en
la evaluación) no iba al jardín, tenía un discurso confuso. No se pudo
vincular la traumatización porque era confuso el relato. Cuando se enteró
por los medios tuvo episodio de enuresis.
En P. V. no lograron vislumbrar gran cosa. Sí había visto la
situación por televisión, los papás decían que tuvo cierto impacto.
A. M., tenía dos años y diez meses, los padres decían que el
nene manifestaba agresión, dificultades para comer para bañarse para
cambiarse, hacía mucho berrinche para ir al jardín, en la pericia decía jardín
no, cambio de jardín pero no le podían mencionar la palabra jardín, le
decían colegio, tenía muy bajo nivel discursivo.
Coincidió con la Lic. Buitrago en precisar que,
habitualmente la sintomatología en niños de tan corta edad es bastante
inespecífica porque se asocian a situaciones evolutivas, cuando sobre pasa
con el tiempo, si no logra adaptarse y continúa la angustia y aparecen
ansiedad, agresión, vómitos, angustia, uno puede pensar alguna cuestión de
traumatización. Son niños muy pequeños tiene dependencia total al
sentimiento y vivencia del padre. Entiende veraz el relato de los padres
cuando indicaban que interpretaban los signos como cuestiones evolutivas
y se sorprendieron e impactaron el tomar conocimiento del audio.
Consultada por las situaciones de vómitos,
broncoespasmos, explicó que si no hay casusa física puede haber un
componente emocional diverso. La ambivalencia entre el mensaje de la casa
que lo van a cuidar, y el contraste de un lugar en el que los maltrataban, el
vivir algo de otro orden del mensaje de los padres es muy difícil para el
chico poder decodificarlo.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Destacó que se debe analizar caso por caso, y depende


mucho del contexto de crianza y familia, pero lo que sí sabemos es que la
constitución subjetiva de un niño, que se consolida cerca de los cinco años,
está influida por las experiencias infantiles, cuando vive una experiencia de
maltrato impacta en la estructuración psíquica, cómo dependerá de un
sinnúmero de factores relativos a la contención familiar e historia de vida,
hay niños más vulnerables y otros menos.
Las vivencias infantiles, las congénicas y lo que trae en los
genes, todo eso conforma el psiquismo de un niño que se consolida
cercano a los cinco años.
A los dos años el psiquismo del chico es casi como una
plastilina, donde uno marca la huella queda.
Reiteró, los síntomas son inespecíficos y se deben evaluar
caso por caso.
Sus informes fueron firmados en conformidad por la perito
de parte con derecho de ampliación.
Se desempeña en el CTA desde el año 2010 y antes trabajó
diez años en Policía Federal en el área de violencia infantil.
Cuando realizan la entrevista de anamnesis con los padres
se sondean situaciones familiares que pudieran generar impacto en los
niños, para, al observar indicadores de traumatización en la evaluación,
tratar de detecta la causas, en estos chicos no se advirtieron problemas de
disfuncionalidad en las familias de importancia. La angustia de los padres
frente al episodio también impacta en los niños.
Interpelada sobre el extremo dijo que lo esperable es que el
niño en un tiempo corto se adapte si la institución le da un marco de
contención y protección.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Aclaró que P. C. A. tenía un nivel discursivo superior a lo


esperable, no así A. M. que era más monosilábico.
La Licenciada Albina Luz NIETO, trabajaba en el CTA de
San Isidro, en el 2015 se jubiló. Estuvo desde el año 1997 en el CTA,
primero en los Juzgados de Menores. Tenía tres chicos para evaluar, pero a
uno de ellos no lo examinó, sólo hizo entrevista con los padres.
En el caso de L. Z., quien tenía un año y meses, los papás
no expresaron que tuviera sintomatología salvo otitis a repetición lo cual
por las características de un niño de un año el requerimiento de evaluación
pericial podría ser para él iatrogénico, y como no tenía sintomatología
psicológica indicó que lo viera un médico.
Respecto de C. G., tenía tres años y cinco meses, se mostró
un poco reticente para la evaluación solita, por ello la primer entrevista fue
con los padres, con hora de juego, y un test particular de interrelaciones
familiares. Los papás no refirieron sintomatología particular pero en la hora
de juego la nena mostraba cierto nivel de ansiedad, si bien no aparecía
como angustiante se incrementaba en el momento que se introducían
temáticas relativas al jardín, se mostraba evitativa y atemorizada no quería
hablar del establecimiento educacional, depositó su preocupación en que
extrañaba a los compañeritos, mostraba señales de temor, esto también
surgió en el juego en relación a la circunstancia familiar (próximo
nacimiento del hermano). No vio inhibición ni detención en el desarrollo,
los indicadores eran variables por su situación familiar y el no ver a sus
compañeritos, y las situaciones evitativas del jardín eran inespecíficas
porque no las podía verbalizar, hacía referencias espontáneas de desagrado
en relación a la institución. Había tres factores, el nacimiento de un
hermano, la pérdida de sus compañeros y posible (por desestructuración del
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

juego, evitación y desagrado) situaciones de vida desagradables para ella.


Con el tiempo, dependiendo de nuevas experiencias, cómo puede ser
significado lo vivido depende la contención que haya tenido y las
experiencias futuras.
Los papás describieron a su niña como feliz, activa,
mandona frente a sus amiguitos.
K. mostró una forma de juego particular, los padres
describieron algunas sintomatologías en la nena por ejemplo regresión en
cuanto control de esfínteres a partir del nacimiento de su hermano de diez
meses, berrinches, agresiones, conductas desafiantes. Llamó la atención la
sintomatología relativa a las autoagresiones y que tenía reticencia a ir al
jardín, sueño alterado, pesadillas. Mostraba una gráfica con agitación, con
signos de ansiedad, no aceptaba ser llamada por su nombre sino pedía ser
llamada hermana, mostraba cierta agresividad en el juego y un discurso a
veces obsceno (gritando malas palabras) y recurría a la proyección en los
muñecos en depositar figuras amorosas como lúgubres, su juego era
bastante siniestro, al punto que pidió ayuda, se acercó al escritorio y le
solicitó contención, una vez que la tuvo pudo continuar con el juego. Al
hacerle referencias al jardín no demostraba una ansiedad desestabilizante. Si
bien mostraba una ansiedad en el desarrollo, no era de carácter patológico,
depende mucho de las experiencias posteriores para que haga síntoma o no,
en ese momento, si bien era un recuerdo angustiante para ella no había una
alteración de su desarrollo. Cuando algo se instala como traumático puede
manifestarse a través del tiempo. El estrés postraumático puedo instalarse a
partir de los 6 meses dependiendo de algo que resuene y dispare
sintomatología.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Ilustró que estos niños (de 6 meses a 3 años) son


absolutamente dependientes de los padres e instituciones que representan la
continuidad de la enseñanza dentro de la familia, dependen mucho de esas
enseñanzas, esta nena particularmente decía groserías, las gritaban, pero
cedía rápidamente a las consignas, en el juego solía bañar a las muñecas y lo
hacía brutamente y frente a la consigna se detenía, se daba cuenta que no
estaba bien, se avergonzaba, pero era como un impulso sin reflexión propio
del proceso primario.
Los padres mostraban forma de crianza adecuada y
criteriosa en cuanto a la edad y se permitían entender que cierta
sintomatología que presentaba obedecían al nacimiento del hermano, pero
lo que llamó la atención fue la idea de autoagresión.
Indicó que memoria comienzan a tener a partir de los tres o
cuatro años. Las secuelas pueden ser diversas dependiendo de la forma de
estructuración subjetiva, en función de las experiencias futuras, las normas.
Puede ser pasivo y sumiso, somatizar, regresión, todas juntas o una sola, la
respuesta depende de cómo se fue construyendo la criatura.
No relevó disfunciones familiares en los evaluados. Destacó
que las experiencias infantiles desde el nacimiento, sostenía Freud, pueden
manifestarse patológicamente o no. Si hay una contención y respuesta
rápida los chicos responden a eso.
Las niñas tenían el recuerdo angustioso que las impactaba.
Las autolesiones consistían en lastimarse; juegos siniestros:
jugaba con muñecos y los nombraba como brujas y otros personajes que
terminaban dándole miedo, proyectó figuras a las que temía. Groserías:
gritaba culo, culo culo, entre otras palabras. A las muñecas las bañaba,
tenían un baño en el consultorio, a las muñecas las metía debajo del agua,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

llenaba el lavatorio y las sumergía. Cuando mostraba cierto nivel de


ansiedad en el juego ella trataba de bajarla, y enseguida sacaba a la muñeca
del agua y le decía que la tenía que secar.
Ana María BRUSCO, perito de parte propuesta por tres de
las acusadas, participó en varias pericias de los niños, en el marco de las
cuáles se mantuvo una primer entrevista con los progenitores, y las dos
siguientes con los pequeños, algunos ingresaron acompañados de los
padres, otros no.
Diametralmente en sentido contrario a lo expuesto por las
peritos oficiales (Lics. Buitrago, Castro y Luz Nieto), mencionó que se
presentaba la preocupación de los padres que todo había salido a la luz de
golpe y se había mediatizado, algunos no querían que sus descendientes
vieran televisión, otros los colocaban frente al mismo. Uno decía “no sé lo
que vio o lo imaginó, no creo que le haya pasado”, pero vio todo esto y se
preocupó un montón eso dijo un padre de un chico que hacía dos años que
iba al jardín, esos fueron los padres de N. G..
Otro de los pequeños, P. V., que en entonces no asistía al
jardín, pero sí lo hacía su hermanito decía que no quería que le pasara nada,
empero negó que le hubiera pasado algo. Decía Yanina antes era buena,
ahora es mala, sólo lo que vio por televisión.
En relación a M. R. G. aclaró que cuando la perito oficial
consignó que los padres estimaban confiable a la institución pero al tomar
conocimiento del audio entendieron que no lo era, ello era sólo una
observación de los papás, no de la examinadora.
De un jardín maternal se espera contención, los
progenitores se quejaban que no los dejaban ver por la ventana a los chicos,
en general no se los deja ver porque si los niños ven a los padres lloran.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Algunos resignificaron sintomatologías de los niños, otros los controlaron


con el pediatra o psicólogos y determinaron que la sintomatología estaba
presentes de antes o perduraron posteriormente.
P. C. A., era la más desenvuelta, la que más hablaba, colocó
a la muñeca en el baño y le preguntaron si le gustaba que le lavaran la
cabeza, respondiendo que sí y que prefería se la lavara el padre. Sin
embargo este dato no lo hizo consignar en el informe.
En el marco de una notable contradicción y total ausencia
de rigor científico precisó que en el juego P. delimitó dos espacios, uno de
los padres contenedores y otro de contenido traumático del que no
pudieron delimitar la etiología. Pero seguidamente la profesional señaló que
la pequeña connotó negativamente a Tribilín señalando conductas agresivas
verbales y físicas de Noe y Yani, expresando “pórtate bien sino te voy a
cagar a palos”, “Yani gritaba mucho pero a mí no”.
La simple lectura de esta discordancia evidencia la
irracionalidad de la primer conclusión de la perito, si de esta última
secuencia no emerge la etiología del espacio de contenido traumático,
cuando en la entrevista con la familia no advirtieron situación disruptiva
alguna, estamos ante serios conflictos de interpretación, o sencillamente,
ante una profesional que en lugar de centrar su ciencia al servicio de la
averiguación de la verdad, se ocupan de relativizar los resultados de las
experticias para favorecer a quienes contrataran sus servicios.
Actuar lamentable, si reparamos en el delicado contexto, es
decir, en el marco de un proceso penal en el que se analizan conductas
delictivas que comprenden como víctimas a sujetos especialmente
vulnerables como los son la cantidad de niños cursando la primer infancia.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En el marco de sus relativizaciones, mencionó sobre I. M.


c., que si bien manifestó miedo al agua, expresó temor a la figura masculina,
específicamente del padre.
Consultada sobre el punto, dijo haber escuchado el audio,
explicando que frente a una situación traumática pueden surgir síntomas
con posterioridad, que pueden relacionarse o no. Interpelada acerca del
motivo por el cual no consignaron en el informe que algunos padres hacían
escuchar a sus hijos la grabación dijo que lo tomaron como cuestiones
menores.
La Licenciada Elsa Inés VORRO, es una perito de parte,
junto con BUITRAGO evaluó a los mellizos V. y M. C.. Es cousseling,
psicóloga, consejera, mediadora y terapeuta familiar. Estuvo en
conformidad con la perito oficial. No surgió ningún síntoma a asociarse a la
problemática de autos, pero tampoco lo pueden descartar. Los niños de tan
corta edad, al no expresarse mediante el habla se expresan a través del
juego. No detectó situaciones traumáticas en las familias evaluadas.
Siendo más prudente que Brusco, dijo no recordar si a
través del audio las familiares resignificaron conductas de sus hijos.
Respecto de los mellizos V. no observó nada particular.
Uno tenía masturbaciones compulsivas. Interrogada al respecto, se
aventuró en afirmar, sin respaldo bibliográfico alguno que le brinde entidad
para apartarse holgadamente de las conclusiones del informe que
suscribiera en conformidad, que el exceso podía obedecer a muchos
factores, por ejemplo llamar la atención o ser más sexuado que otros.
Expuso que las actitudes de los niños convergían con los
relatos de los padres.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Afirmó que las negaciones a ingresar al jardín son


esperables de acuerdo a la edad evolutiva. Consultada por el tiempo que
insume la adaptación estimó lo esperable en no más de dos meses. Al ser
interpelada sobre si es esperable que un niño muerda, haga berrinches,
llore, adujo que son comportamientos esperables a la edad evolutiva. En
lugar de responder con cimiento en su ciencia lo hizo en base a experiencias
personales referentes a su rol de madre y abuela.
María Agustina ARNAUS, Licenciada en psicología, desde
el año 2005, pasando revista sobre su currículum, dijo que trabajó en un
hospital dedicada a niños, en consultorio particular, siempre dedicada a la
clínica, su especialidad es amplia. Tiene posgrados y pasantías en niños.
Es terapeuta de F. J., desde fines de 2013. En el inicio del
tratamiento tenía dos años y medio, se presentaba a todas las sesiones un
poco agresivo, le costaba el juego, el dibujo por edad no le interesaba.
Emergió la dificultad para la tolerancia a la frustración en el juego, en
alguna pruebas que le pudo administrar se notaba como que no adelantaba
acorde o esperable a la edad, utilizaba el juego y el diálogo infiriendo que no
tenía problemas de inteligencia sino que sus regresiones obedecían a
cuestiones emocionales, le costó el destete y el soltar los pañales, así como
la puesta de límites. A pesar de ser tan pequeño se imponía. Hubo una
interrupción en el tratamiento en 2015 porque la madre tuvo otro hijo en
donde hubo una recaída, pero le llamaba la atención que le costaba cada
etapa evolutiva.
Según los padres la situación de baño no era agradable y
mucho menos cuando llegaban a la zona de la cabeza, presentaba un llanto
tremendo. Trabajaron mucho en disociar agua igual castigo, sugirió a los
progenitores en hacerlo jugar con el agua, un día accedió a lavar el auto con
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

el padre algo que era imposible en el niño. Luego de la interrupción en 2015


retomaron por la dificultad de no poder superar el baño. Recién en el
segundo semestre de 2016 pudo disfrutar la pileta, le tenía temor al agua en
todos los ámbitos. No puede decir que haya visto el temor al agua lo que sí
puede afirmar es que cuando F. comenzó a hablar afloraron las ideas de
muerte, por las que iba muy angustiado, este año fue muy significativo el
miedo a la muerte, le preguntó sobre el baño, le preguntó con quien se
bañaba respondió con papá y mamá y al preguntarle si la pasaba bien
respondió con un no rotundo, al preguntarle el por qué le dijo “me da
fiaca”, y algo más le consultó, “no” dijo y cambió de tema.
Veía retrocesos y muchas dificultades, más de la esperables,
para la entrada al colegio, era un suplicio, igual que el baño. Le daba miedo
estar en la escuela y que le pasara algo a los padres.
En una sesión (hace uno o dos meses) en la que le
preguntaba por el cole al que iba dijo “nada que ver con el otro”, le
preguntó que le pasaba en el otro ye dijo “No nos daban de comer y
siempre nos mandaban a dormir”. Se lo dijo en tono de paz, como que si
estuviera soltando el shock postraumático.
Hoy es un niño que en breve le daría el alta porque lo único
que le quedó es el reflejo de cubrirse la cabeza en situación de baño. Es
muy fuerte para la edad que tiene.
Destacó como indicador de un posible maltrato la demora
en los distintos ciclos evolutivos, el retroceso que registró en cada etapa.
Vio en F. estrés postraumático, afirmó “si sufrió maltrato lo
tiene que duelar.
Preguntada, por la Dra. Gómez, sobre si a los siete años
tiene memoria para recordar lo que vivenciaba en el jardín, respondió que sí
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

podría retener, a los dos años y medio la memoria de los niños si bien
varia, algo pueden recordar, si hubiera tenido un discurso largo y complejo
daría a pensar pero en este caso fue espontáneo.
Consultada sobre el factor que puede influir en la escasa
tolerancia a la frustración, señaló una vivencia traumática que lo haya
trabado en su cuestión evolutiva, a esa edad es el juego el que se destaca.
Baño igual castigo fue una inferencia que realizó en el
marco profesional del tratamiento del niño.
El plexo probatorio se integra con los informes elaborados
por el Perito en Psicología Licenciado Martín Pincardini, glosados a fs.
482/491, en razón de las entrevistas que mantuviera con los progenitores
de M. y G. J. (4 y 2 años de edad); F. y P. V. (1 año y 7 meses y 5 años); R.
G. (3 años); T. I. (3 años); M. H. (1 año); S., M. y F. L. (7, 5 y 3 años); I. y
L. V. (2 años de edad); M. B. L. (3 años); J. B. (1 años y 3 meses); F. J. (2
años); fs. 443 C. G. D. (3 años); 444 de G. M. (2 años); 497 y vta de F. P. A.
(1 año); coincidiendo todos en que al resignificar las conductas de sus hijos,
luego de la denuncia, observaron caprichos, berrinches y pesadillas; algunos
–además- miedo a meterse al agua y la confección de dibujos “raros”.
Todos consultaron con los pediatras de los niños y no hallaron ningún
indicador alarmante.
El informe psicológico de fs. 813/815 de la niña C. G. (3
años y 5 meses), destacó que en el juego desplegó ansiedad que se reveló en
una hostil manipulación de los objetos y en gráficos que mostraban
agitación. El nivel de ansiedad observado se incrementó al incluirse
temáticas relacionadas con las actividades que desarrollaba en el jardín. Tal
requerimiento resultó movilizador de tensión y ansiedad para la niña,
obteniendo como respuesta la tentativa de evadir la temática,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

desorganización en su juego y el surgimiento de referencias espontáneas a


vivencias de desagrado y hostilidad. Que contrapuso a las experiencias
brindadas en el nuevo jardín.
En la pericia psicológica de fs. 816/818, de la niña K. A. ( 3
años y 4 meses), se consignó que mostró capacidad creativa y posibilidad de
asumir y adjudicar roles, dentro de los parámetros esperables, ostentando
sus logros evolutivos con gratificación, no obstante, la secuencia del juego
espontáneo se vio alterada por momentos de excitación y ansiedad, con
expresiones agresivas físicas y verbales. Ello se incrementó al Incorporarse
temáticas relacionadas con su actividad dentro de la guardería durante la
entrevista, registrando una actitud ambivalente y de temor, manifestadas en
inicial oposición a hablar del tema y expresión de emociones de angustia y
miedo, exteriorizadas con descarga motora, inclusión de personajes temidos
e inhibición de la conducta lúdica, lo que motivó el inmediato pedido de
ayuda y contención a la evaluadora, a la que apeló para protegerse de la
agresión externa, representada por las figuras imaginarias de características
hostiles, omnipotentes, que K. incluyó en el juego en respuesta a la
temática, como soporte para la dramatización de un conflicto que, según
infirió la perito, produjo un monto de ansiedad intolerable para ella. La
respuesta protectora propició que la niña reinicie su actividad lúdica con
acercamiento sereno y alegre, que rechazó abandonar, con dificultad para
alejarse del consultorio, espacio al que regresó en una posterior entrevista,
con expresión de sentimientos de seguridad y confianza, proponiendo un
juego tranquilo, cooperativo y sin carga ansiógena.
Emerge del informe de fs. 821/823 -Suscripto por la Lic.
Paula Castro- y el de fs. 850/852 rubricado por la aludida profesional y por
la perito de parte, Lic. Ana María Brusco- del niño A. M. (2 años y 10
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

meses), que al intentar introducir la problemática de autos, retrajo su nivel


discursivo y centró su expresión en la frase “jardín no”. Describió a las
maestras alternadamente como buenas y malas, negándose a hablar al
intentar profundizar.
En el informe de P. C. A., de fs. 824/826 -Suscripto por la
Lic. Paula Castro- y en el de fs. 847/849 -rubricado por la aludida
profesional y por la perito de parte, Lic. Ana María Brusco- se especificó
que, a través del juego escenificó dos espacios, uno vinculado a funciones
parentales de cuidado y protección y otro vinculado con contenidos de tipo
traumático, en el que predominaron aspectos de daño y hostilidad. En este
último ámbito la actitud fue de mayor ansiedad e inquietud, escenificando,
en cierto modo, situaciones de abandono y desatención. Respecto a sus
expresiones verbales diferenció al Jardín “Tribilin” con su colegio actual,
connotando negativamente al primero y positivamente al segundo.
Mencionó a “Yani” y “Noe” como referentes del primero, señalando por
momentos ciertas conductas agresivas tanto verbales como físicas (pega,
reta, grita), a tribuidas a tales referentes. La niña tomó frases de las docentes
para expresar su descontento, denotando ansiedad, retraimiento y enojo
frente al límite externo.
En el informe del Jardín "Nuestra Señora de Fátima" de fs.
959, elaborado por la maestra de música de M. R., se relató que en dos
clases de música se angustió cuando la consigna era tocar el toc-toc.
Se destacó en el informe Pericial de fs. 888/890 (de la niña
M. R. G.) que no resultaron claros los efectos de traumatización que
pudieran evidenciarse en el psiquismo de la niña, por la corta edad, su
inmadurez psicoemocional y su dependencia afectiva, lo que impide
deslindar sintomatología que pudiera reflejar situaciones disruptivas de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

aspectos evolutivos. En similar sentido se expidieron respecto de I. y L. V.


a fs. 891/893.
Los informes de la Perito Psicóloga de parte, Lic. Brusco,
de fs. 933 (de M. R. G.), 934 (de I. y L. V.) y 935 (de M. C.), aclaran que
coincidió con el informe oficial suscripto en conformidad pero que lo
relativo a los sentimiento que la institución dejo en los padres es sólo una
referencia de éstos, no algo deducible por la perito.
En el curso del debate, distintos padres acompañaron, y al
instancias de las partes acusadoras, con anuencia de las defensas se
incorporaron por su lectura, informes psicológicos de sus hijos. Los
mismos fueron glosados en el anexo que corre por cuerda.
Así, respecto de la familia V., al consultar por las conductas
hipersexualizadas de L., masturbándose frente a situaciones que le
provocan angustia, indicó el profesional que la masturbación estaría dando
cuenta de un gran monto de angustia que necesita ser tramitado de alguna
manera. ´
En la evaluación, realizada por la Lic. Natalia Pozzi, el 4 de
Marzo de 2013, respecto de M. B. C., se precisó que su juego era simbólico
y exploratorio. Durante las dos primeras sesiones expresó espontáneamente
su deseo de jugar a darle de comer a una familia de muñecos. De manera
que simbolizaron el momento en el que la familia se reunía en una mesa y
almorzaba: M. les daba de comer con una cuchara y contaba que luego de
comer, vomitaban, y que después iban al agua. Lo relatado aconteció
durante los dos primeros encuentros, de manera compulsiva, repetía varias
veces la misma escena. Se observó en dicha dramatización una tendencia
agresiva. Antes de comenzar la tercera sesión, su madre le comentó que al
día siguiente, irían a un Juzgado para que ella exprese lo vivido.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Evidentemente, esto generó que durante éste tercer encuentro M. se


mostrara apagada, sin ganas de jugar ni de hablar.
El último encuentro ocurrió después de varias semanas, con
feriados de por medio. El cambio observado en M. fue muy notorio. Ya no
encontraba atractivo jugar a darle de comer a los muñecos, ya que
probablemente el acontecimiento traumático que la habría inducido
a representarlo ya estaría tramitado. La madre informó que comenzó
a comer más tranquila, a disfrutar de la comida y que la ve
sumamente feliz.
Surge del informe de la Lic. María Belén LOPEZ, que
comprende a B. N., que presentó dificultades conductuales y en el manejo
de ansiedad. Le costaba organizarse en el espacio, dificultándose la
producción lúdica.
La Licenciada en psicopedagogía Stella Maris Bussicci,
evaluó a L. M., en el año 2017, por inquietud de sus padres en el área
pedagógica. Se destacó que era un niño introvertido, por tal motivo le
cuesta pedir ayuda.
La evaluación de M. H. data del 21 de noviembre de 2013,
cuando contaba con dos años y cuatro meses de edad. Se realizó una
interconsulta a pedido de sus padres. Se destacó que no controlaba
esfínteres pero sí era capaz de avisar luego, aunque los padres refirieron que
no quería saber nada de sentarse en el inodoro, como que le tenía miedo.
La situación traumática referida por los progenitores ha determinado
ciertos cambios en la esfera conductual y rutinas durante el tiempo
especialmente en que la pequeña estuvo expuesta a dicha situación. Cuando
fue retirada de dicho establecimiento dichos indicadores han cedido en su
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

mayoría. No obstante se sugirió un proceso de seguimiento y evolución de


la niña para estimar su perfil de desarrollo.
En cuanto a las situaciones de salud física, el resumen de
Historia clínica de fs. 960/961 de M. R. G., confeccionado por el Dr. Juan
E. BALINOTTI, neumonólogo infantil, que da cuenta que la niña registró
el 3/1/2013 un cuadro de laringitis y gastroenteritis. En el año 2011 tuvo
una internación por cuadro de dificultad respiratoria de tipo obstructivo a
partir del cual iniciaron tratamiento preventivo con fluticasona.
Lucen a fs. 990/992 constancias médicas de R. G. que
señalan que el día 27 de julio de 2012 realizó una consulta médica a la
pediatra Dra. Andrea Aguilar, por vómitos.
Los informes lucientes a fs. 400/420 se corresponden con
el registro de asistencia digital del Sanatorio Trinidad de la niña M. R. G.,
del que sure que el 8 de junio de 2012 realizó una consulta con
neumonología infantil por haber registrado dos episodios de bronquilitis; el
18 de agosto del mismo año evidenció una obstrucción pulmonar leve,
debiéndosele suministrar corticoides en dos ocasiones; el 23 del mismo mes
y año tuvo un cuadro febril y tos; el 6 de septiembre del igual año realizó
consulta por tos con fiebre pero sin obstrucción; el 19 de septiembre de
aquél año asistió a gastroenterología infantil por registrar tos y vómitos
desde lactante y finalmente, el 3 de enero de 2013 asistió a neumonología
infantil por padecer laringitis y gastroenteritis. A FS. 960/961 el
neumonólogo infantil realiza un resumen de historia clínica en idéntico
sentido.
Obra a fs. 437 una constancia médica de F. J. en la que, el
14/2/2013, su médico pediatra lo derivó a psicología infantil para su
evaluación.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

El informe de Laboratorio de L. Z. de fs. 235/236, de fecha


19/10/2012, indica que en el marco del control de progreso de peso, el
niño estaba anémico, por lo que se le indicó hierro, conforme emerge del
informe médico de fs. 234.
En el informe médico de fs. 366, elaborado por la Dra.
María Otero, respecto de J. B., al año y tres meses de la niña, esto es al mes
de enero de 2013, se consignó que manifestó cambios en la conducta en la
casa y trastornos del sueño y terrores con el agua, refirió episodios
compatibles con ausencias y trastornos alimentarios (bajó 200 grs con
respecto al control anterior). Se dispuso interconsulta con neurología (por
ausencias) y psicodiagnóstico.
Ilustra el certificado médico de los mellizos I. y L. V.,
aportado por su madre durante la declaración testimonial, que data del 16
de febrero de 2013, que siempre registraron inapetencia marcada con
dificultad para aumentar de peso, por lo que se les indicó vitaminas y
suplementos alimentarios. Los padres compartieron la inquietud que les
generaba la negativa de los niños en ir al jardín, por lo que al cabo de unos
meses decidieron que no concurrieran más, desde ese momento el apetito
mejoró mucho así como el aumento de peso. La madre relató que L.
presentaba conductas masturbatorias, destacando el galeno que tales
conductas como la inapetencia pueden o no tener relación con el hecho de
haber recibido maltrato.
Del certificado de discapacidad presentado por el
progenitor del menor B. N. emerge que el mismo padece un trastorno del
desarrollo de las habilidades escolares, no especificado perturbación de la
actividad de la atención.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Por otro lado, lucen a fs. 11, 257, 333, 447/448, 581/582,
584, 585, 587, 588, 590, 591, 593, 596, 599/600, 601, 606, 607/vta, 608,
609, 610, 611, 613, 614, 615, 626, 732, 763/766, 789 y 791, copias
autenticadas de certificados de nacimiento.
Finalmente, el informe de la Municipalidad de San Isidro de
fs. 343 da cuenta que el Jardín Maternal Tribilin, sito en O'Higgins 591 de
San Isidro, obtuvo lo que en la época de su expedición se denominaba
Decreto de Habilitación de la Infraestructura edilicia -No Docente-, con
fecha 7 de Abril de 1999. Dicho acto administrativo, conforme las
disposiciones reglarnentarias vigentes en ese momento, determinaba la
conformidad municipal con la faz constructiva y de zonificación del
Establecimiento, quedando a cargo de la autoridad de aplicación -en esa
instancia el Ministerio de Bienestar Social de la Provincia de Buenos Aires,
la totalidad del contralor del resto de las cuestiones que hacen al
funcionamiento del mismo, tanto en lo administrativo, como en lo
pedagógico y lo docente. Posteriormente, mediante Disposición 659/99 de
la Dirección de Educación de Gestión Privada fechada el 29 de Setiembre
de 1999, se dispuso pasar a la órbita de esa Dependencia todo lo relativo al
funcionamiento de este tipo de Instituciones, ya que a partir de la sanción
de la Ley 11612, los Jardines Maternales integran el sistema educativo
provincial. Por otra parte, la Ordenanza Municipal 8017 dictada en el Año
2005, estableció, a los fines de evitar confusiones terminológicas, el
Permiso de Localización Municipal, para aquellos casos, como el presente,
en que se requiera de la Municipalidad sólo el control edilicio y de
zonificación, y de otra autoridad, nacional o provincial, el del
funcionamiento interno.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

De tal modo, el análisis conglobado de todos los


antecedentes mencionados, conformando un sólido y extenso andamiaje
probatorio, valorados en forma integral y armónica, me llevan a sostener la
convicción que ha quedado suficientemente acreditado para este juicio la
existencia del hecho objeto de debate, del modo en que fuera narrado al
inicio del presente acápite.
Se ha corroborado que en el jardín maternal “Tribilín”,
entidad que, conforme ilustrara la Licenciada Paula Castro, era depositaria
de la protección que por cuestiones laborales o de otra índole los padres no
podían ejercer en determinado segmento temporal de cada jornada hábil,
los progenitores de los niños R. B. G.; I. M. C. A., M. R. G.; I. V.; C. G. D.;
I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. B.; F. J.; D. R. N.; A. R. N.; M. C.; L.
M.; B. N.; G. J.; L. Z.; K. A.; A. M.; P. C. A., J. y A. A. B.; todos ellos bebés
y en etapa deambuladora; han confiado la sagrada función del cuidado de
sus niños, incapaces de valerse por sí mismos en razón de su corta edad.
Las responsables de las labores de protección y cuidado
encomendadas, lejos de cumplir con la conducta debida, colocaron en
situación de desamparo a los niños bajo su protección y cuidado, los
maltrataron y los privaron de los menesteres imprescindibles para mantener
incólume la integridad de su salud, en circunstancias en que las víctimas,
por su corta edad, no podían auto suministrárselos. Tampoco era posible
que se los brindaran terceros, ya que la política restrictiva de ingreso de
adultos ajenos al establecimiento obturaba de plano tal posibilidad.
Así, no cumplieron con la primordial función de hidratar
correctamente a los pequeños, alimentarlos, lo que comprende también la
creación de un espacio confortable y saludable para que niños que
mantienen sus primeros contactos con alimentos sólidos, en un cálido
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

escenario de confianza y protección, adquieran el hábito de la alimentación.


No cambiaban sus pañales en el momento necesario (irritándose
consecuentemente las zonas genitales), no atendían a los llantos de los
bebés (única posibilidad de comunicarse), en lugar de consolarlos los
dejaban librados a su suerte, muchas veces sólos, sin supervisión de adulto
alguno, y en contacto directo con niños de mayor edad. No realizaban
actividades de estimulación, mucho menos lúdicas.
Pero ello no fue todo, no sólo incumplieron del modo
señalado la norma de mandato, además, intencionadamente infligieron a
niños con una estructura psíquica en pleno desarrollo dolores, sufrimientos
graves -físicos y mentales-, aplicando castigos e intimidaciones, a través de
destratos, malos tratos y conductas compatibles con tormentos.
Así, ante la situación de abandono instrumentada,
colocaron en peligro la salud de personas, reitero, incapaces de valerse por
sí mismas, respecto de quienes tenían un deber de actuar y la posibilidad
objetiva de evitar el riesgo por medio de la conducta debida.
Se analizaran las mismas con detalle en la cuestión segunda,
desde que necesariamente remiten a la identidad de las activas. Adelanto de
todos modos que, al escuchar el audio completo, tal como imploraron las
Defensas, se advirtió que la primer media hora desde el arribo de M. H. al
jardín, tal como señalara Constanza Bonati, las docentes interactuaban entre
sí, no con los niños quienes quedaban de soslayo.
En la hora del desayuno se advirtieron insultos que se
dirigían a los infantes en un tono que denotaba molestia, fastidio. El “hola
mi amor” al que hizo referencia la Dra. Gómez en sus alegatos fue en ese
tono seguido de una manifestación que decía no la soporto más.
Seguidamente otra docente aludió que tenía hambre y sugirió que se
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

preparara mate, allí nuevamente se escucha a los niños solos, alrededor de


cinco minutos. Al regresar siguen menoscabando verbalmente a los
pequeños, tratándolos con tono que denotaba incordio
En un tramo del audio “Llora un niño, en lugar de
consolarlo le ordenaron que se callara, pero siguió llorando mientas las
docentes hablaban entre ellas”. Sobre este extremo fue clara Constanza
Bonati al informar que solía ver a bebes solitos en las cunitas llorando y en
lugar de ir a su consuelo referían “ya se le va a pasar” (1.22.08). En otro
fragmento una maestra dijo “chicos les voy a poner la tele y se callan la
boca” (1.28.30). Ante el llanto de una bebé se vocifera “¿querés ir a la
pileta? Cortala, basta, basta, tranquilízate, basta J. terminala nena, además
no le pasó nada, anda a mirar la tele con tus amigos, sino te vas, te aburrís,
no se, habla con tu mamá flaca”.
Los momentos de silencio y calma son cuando tienen a los
niños frente a la tele mirando “Panam” mientras ellas comentan mensajes
que reciben en sus dispositivos móviles (1.38.59). Esos son los únicos
momentos en los que se escucha música infantil. De hecho en un tramo
una de las maestras indica a un niño “ponete a mirar Panam, no hay nada
que te venga bien”.
En el fragmento situado en 1.50.23 hay un período
importante de tiempo en el que sólo se auditan las voces de niños
interactuando entre sí, siendo interrumpidos ante la indicación de que
continúen mirando la tele. Esta indicación se repite cada vez que los niños
intentan interactuar entre ellos.
Impactante es la secuencia registrada en 1.55.19, se escucha
un ruido compatible con el producido por el golpe de la palma de una
mano con una superficie corpórea, seguido el llanto de un niño y la
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

reprimenda de la docente “por qué te lo desatas, querés volver al baño? El


nene responde no, la docente grita “bueno cerrá la boca”.
Esto se relaciona con lo que N. A. G. (niño víctima que por
yerro de la acusación quedó por fuera de su rol de tal) le refiriera a su
madre, en cuanto a que "las maestras eran buenas porque al que se portaba
mal lo encerraban en el baño pero sin llaves". Pensamiento por demás
inocente, en sintonía con uno de los comportamientos adoptados por M. C.
-conforme lo informado por sus progenitores- frente a sucesos -a su
entender- susceptibles de castigo, encerrándose en el placar.
Estremecedor fue el relato de S. F. R., mamá de A. M.,
cuando recitó, como dato sellado en su psiquis “2.40.24”, ese es el
fragmento en el que su hijo vomita, una maestra lo reta, otra le pega un
chirlo, el niño comienza a implorar “al agua no, al agua no”, y en 2.43.20
esta docente le comenta a la otra “además no entiende le estoy tratando de
explicar y no entiende, le pongo fuerza de voluntad para explicar y no
entiende, lo voy a tener que llevar a bañar y la verdad no me causa gracia”.
En 3.34.20 se escucha niños que hablan con nitidez y bebes
balbuceando, dando cuenta ello que no estaban separados por edades,
incluso por tramos de minutos sólo se auditan ruidos de los pequeños,
como si no hubiera adultos presentes.
Además, se vislumbra que a las tres horas cuarenta del
audio compelieron a los niños a dormir la siesta, los ubicaron en las
respectivas colchonetas, parodiaron una situación con el aire acondicionado
(contínuo reclamo de los padres de los niños que salían helados del jardín y
desarrollaban patologías respiratorias) y sin verificar que los mismos
estuvieran dormidos se trasladaron a otro recinto, dejándolos sin cuidado,
incluso en ese segmento, mientras una maestra habla con el padre por
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

“radio” se escuchó de fondo el llanto de niños, sin embargo todas las


adultas presentes ese día en la institución, en lugar de atender a los
pequeños, estaban ocupadas en resolver el inconveniente que presentaba el
progenitor de una de ellas.
Es dable destacar sobre el tópico que en el Sistema
Interamericano, y tal como fue señalado en las discusiones de la
Convención sobre los Derechos del Niño , “los niños poseen los derechos
que corresponden a todos los seres humanos –menores y adultos– y tienen
además derechos especiales derivados de su condición, a los que
corresponden deberes específicos de la familia, la sociedad y el
Estado”, porque los niños, “[e]n razón de su inmadurez y vulnerabilidad,
requieren protección, que garantice el ejercicio de sus derechos” (Corte
IDH. Condición jurídica y derechos humanos del niño. Opinión Consultiva
OC-17/02 de 28 de agosto de 2002. Serie A No. 17).
Estos pequeños han sido desprovistos de la protección de
sus derechos fundamentales, ante el incumplimiento de los deberes
específicos de las personas en ese entonces responsables de su cuidado, lo
que se tradujo en no sólo improntas físicas en la corporeidad de los niños,
sino que ha dejado secuelas psíquicas de tal entidad que aún a más de cinco
años de develado el martirio en el que se hallaban, siguen padeciendo
episodios de enuresis diarios, dificultades en el aprendizaje, terrores
nocturnos, fobias al agua (situación que los condiciona en el normal
desarrollo, desde que hay pequeños que aún al presente no se lavan la cara,
como es el caso de F. J.).
Así, R. B. G. ante ruidos acentuados se tapa los oídos y
hace callar a todos, además tuvo broncoespasmos; I. M. C. A. evidenció
conductas de aislamiento y fobia al agua; M. R. G.: vómitos,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

broncoespasmos, moluscos, fobia al agua que al día de hoy continua, no


quiere lavarse la cabeza, se niega a que la peinen, se sujeta sola el pelo como
puede, tiene problemas escolares y es ansiosa; C.. G. D.: ansiedad, angustia,
fobia al agua; I. V.: bajo peso; L. V.: masturbación compulsiva, problemas
de bajo peso; M. H.: problemas de aprendizaje y enuresis diaria al día de
hoy; J. B.: cambios en la conducta, episodios de ausencias, bajo peso,
trastornos del sueño y terror al agua (es dable remarcar respecto de J. que a
la fecha del audio tenía un año y tres meses y es protagonista de uno de los
episodios más aberrantes de aquella jornada, en la hora de la comida le
gritaban e insultaban entre dos docentes y una de ellas llegó al parecer a
golpearla); F. J.: shock postraumático por el que aún a la actualidad se
encuentra bajo tratamiento, regresiones y dificultades para avanzar en cada
etapa evolutiva; D. R. N.: fiebre frecuente, erupciones, caída de uñas; A. R.
N.: problemas de conducta, impulsividad; M. C.: autolesiones –ante
llamados de atención sumergía la cabeza en el bidet y gritaba al agua no-,
autocastigos –se encerraba en el placard-, sensibilidad y angustia; L. M.:
hepargina, bajo peso; B. N.: acentuó su patología de base (trastorno en el
desarrollo de las habilidades escolares, no especificado perturbación de la
actividad y de la atención); L. Z.: problemas de peso, dificultades para
comer, vómitos y gastroenteritis; K. A.: autoagresiones, sueño alterado,
pesadillas, elaboración de juegos siniestros y agresivos; A. M.: fobia al agua;
P. C. A.: fobia al agua, vómitos.
Fue significativa la explicación brindada por la Licenciada
Dolores Buitrago, en cuanto a que las secuelas que deja la violencia
emocional en niños de corta edad produce una sensación de vulnerabilidad
y desvalimiento que le da al chico la sensación que no puede defenderse
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

frente a situaciones peligrosas, en un futuro puede manifestarse a través de


sintomatología en el cuerpo (temores, hacerse pis, broncoespasmos, etc).
La constitución subjetiva de un niño, que se consolida cerca
de los cinco años está influida por las experiencias infantiles, cuando vive
una experiencia de maltrato impacta en la estructuración psíquica.
Fue clara al respecto la Licenciada Paula Castro, afirmó que
a los dos años el psiquismo del chico es casi como una plastilina, donde
uno marca la huella queda, reitero.
Por su parte, la Licenciada Albina Luz Nieto, puso de
resalto que estos niños (de seis meses a tres años) son absolutamente
dependiente de los padres e instituciones que representan la continuidad de
la enseñanza dentro de la familia, dependen mucho de esas enseñanzas.
Se deriva de lo expuesto entonces, el importante perjuicio
que generó en la vida de estos pequeños la no instrumentación de la
conducta debida, de parte de quienes estaban legalmente obligadas.
Al respecto es dable destacar que: “…El ambiente en el que
los niños crecen es un elemento determinante de su desarrollo. La primera
infancia, es una fase decisiva. En estos primeros años el ser humano
establece vínculos y recibe estímulos que le permiten adquirir las
habilidades necesarias para relacionarse con su entorno y son la base de
todo su desarrollo futuro…” (UNICEF, “El derecho de vivir en familia”,
publicado en site: www.unicef.org, pág. 3).
Desconfiaba de los testimonios calcados, de las fotografías
armadas (graficando el contraste de los semblantes triste y sonriente), sin
embargo, al ser escuchados los expertos, psicólogos y médicos, robustecen
la declaración en sintonía de los progenitores de las víctimas, el contexto
desvanece la sospecha.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Remarcaron las peritos oficiales que si bien los padres


habían sido alarmados por los signos inespecíficos advertidos en sus hijos,
recién los vincularon a la entidad maternal al tomar conocimiento del
contenido del audio, circunstancia ésta que dotaban de mayor entidad
convictiva al relato.
Por lo demás, la falta de producción de prueba en lo que
concierne a los niños individualizados por la acusación como víctimas, me
refiero a G. M.; T. I.; M. B. L.; F. F.; F. P. A.; B. F. C. e I. S., conlleva a
dispensarlos de tal carácter.
Así entiendo, se debe de considerar. Por dichos
fundamentos y alineado en todo lo demás con lo que fuera expresado por
las partes en la audiencia de debate, durante la discusión final, tengo por
acreditada la existencia de las conductas en trato, las que por lo tanto
deberán darse ahora como ocurridas en las circunstancias de tiempo, modo
y lugar que abastecen su recreación material, conforme fueran previamente
efectuadas.
Entonces, por los fundamentos expuestos, respecto de la
interrogación que trae la Cuestión Primera, con dicho alcance, doy mi
VOTO POR LA AFIRMATIVA, por ser ello mi íntima, sincera y
razonada convicción (arts. 371 inc. 1º, 373 y 210 del CPP).-

A la misma cuestión, el Sr. Juez Dr. Hernán SAN


MARTIN, dijo: compartiendo los fundamentos, adhiero mi voto al de mi
colega preopinante, Dr. ECKE, por ser ello mi sincera convicción
razonada, dando así también mi VOTO POR LA AFIRMATIVA (arts. 371
inc. 1º, 373, y 210 del CPP).-
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

A la misma cuestión, la Sra. Juez Dra. María


COELHO, dijo: compartiendo los fundamentos, adhiero mi voto al de mi
colega preopinante, Dr. ECKE, por ser ello mi sincera convicción
razonada, dando así también mi VOTO POR LA AFIRMATIVA (arts. 371
inc. 1º, 373, y 210 del CPP).-

A la SEGUNDA CUESTIÓN, el Sr. Juez Dr. Federico


ECKE, dijo:
La tarea a desarrollar se circunscribe exclusivamente en
determinar, o no, la existencia de probanzas que vinculen a las prevenidas
con el pretérito injusto recreado y descripto y, en caso afirmativo, establecer
la forma o grado de intervención que les cupo en el mismo.
Debe destacarse que la materialidad infraccionaria ventilada
comprende una tipicidad omisiva impropia (delito de resultado que, por
ende, responde a una norma de prohibición), que impone, al sujeto que
revista la calidad especial exigida por la norma, un deber específico de
actuar con el propósito de evitar que se produzca el resultado.
Con este Norte, afirmo que ninguna hesitación anida en el
ánimo de este Juzgador en relación al protagonismo de las encartadas en el
disvalioso suceso; y para ello destaco, en primer lugar, el carácter de
docentes que revisten MARIANA BUCHNIV, NOEMÍ NUÑEZ Y
GISELA DIAP, y el de auxiliares que detentaban NOELIA GALLARDO
Y YANINA GOGONZA (conf. fs. 245/246, 356/vta y 828, así como los
testimonios de los padres de las víctimas y lo emergente del audio
elaborado por la familia H.), lo que determina sus deberes de actuar,
respecto de los sujetos pasivos.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

La presente pesquisa fue impulsada por la actividad


desarrollada por la familia H., quienes al ser advertidos de la potencial
existencia de malos tratos en el jardín al que asistía su hija, colocó en su
mochila un Ipod, para registrar el modo en que se desarrollaba una jornada
escolar en la vida de su hija. Así, D. H., al relatar cómo fue el proceso de
selección de Jardín, explicó que mantuvieron una entrevista con NOEMI,
quien entendió sería una de las dueñas, Directora o Vice directora. Les
mostró el establecimiento, aclarando que en ese entonces aún no se
dictaban clases, por lo que no había niños, el lugar era limpio, en
comparación con las otras instituciones que habían visitado. Se ingresaba
por un pasillo, al final había una sala, a la derecha el patio descubierto con
un portón que daba a la calle, cruzando ese sector estaba la dirección.
Cuando llevaba a su hija al jardín indistintamente la recibía
cualquiera de las cinco acusadas.
En el audio identificó algunas de las personas que hablaban,
escuchó a Noemí (que recibió a su hija ese día) cuando le decía a su hija que
cada vez que la llevaba él llegaba alterada y si se portaba mal o seguía
llorando así iba a hacer algo; también recordó la voz de Yanina insultando y
amenazando a los chicos al momento de la comida. Cuando hablaban entre
ellas distinguió la voz de Noelia. Yanina en un tramo le pregunta a uno de
los nenes si quería que le muestre la “cajeta”, que tenía el orto dado vuelta,
los amenazaban diciéndoles “Guay que le cuentes a tu mamá todo esto”. La
progenitora de una de las chiquitas era de nacionalidad española y la
insultaban en el dialecto de ése idioma.
Explicó que el viernes regresó al jardín, pero sin su hija, fue
atendido por Mariana BUCHNIV a quien solicitó la lista de mails y
teléfonos de todos los padres del jardín, quería ingresar la mochila que
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

había llevado grabando, pero no le permitió el ingreso, aquélla se negó a


brindarle la información requerida alegando que no estaba autorizada.
Al ser reproducido el audio, validado en la etapa instructoria
por el Juez Garante y la Alzada, así como en esta instancia tanto en la
oportunidad del dictado de pertinencias de pruebas como en el curso del
debate, sumado al posterior reconocimiento del mismo por parte de las
defensas, al instar su audición completa, el testigo determinó que en el
fragmento donde se auditan llantos de niños y una adulta indicando
“terminala”, NOEMÍ le hablaba a su hija, le decía “siempre que venís con
tu papá haces el mismo escandalete”, “cada que viene con el padre viene
hecha una loca” (las frases que se escuchan en 2.16 minutos y 2.31, son
expresada por Noemí).
En los siguientes tramos, si bien no puedo reconocer las
voces, en cuenta del transcurso del tiempo, si aseguró que se trataba de su
grabación: “Dejá de babear querida”; “la garcha coman galletitas”; “por lo
menos le vomitó a la madre, porque nunca vomita dice la madre”; “Caetano
podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear”.
Reconoció la voz de NOEMÍ en los siguientes tramos:
“terminala porque te vas a ir a la pile”; "terminala porque te vas a ir a la
cuna" (2.29 y 2.45); 1.28.35 ante los gritos de un niño la docente vocifera:
“queres ir a la pileta, cállate, cállate, cortala J. a vos no te dijeron nada,
basta, basta basta, tranquilízate, calmate, J. terminala nena” (1.28.35) –en
este segmento reconoce las voces de NOEMÍ Y YANINA-; en tomo
acometedor vocifera: “L. veni a limpiarte los mocos, no te los comas,
porque no me avisas que tenés mocos, todo el día estuviste con los mocos”
(2.12.00); “no juegues con los pañales, sacas los pañales y cobras M., no es
chiste (3.57.24).
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

A la hora, un minuto y 22 segundos (1.01.22) se escucha a


YANINA diciendo: “chicos no tengo un buen día, me duele la cabeza,
pueden bajar la voz, vengo del médico”. En los próximos pasajes también
reconoció la voz de la última de mención: “en vez de estar saltando porque
no te limpias la nariz, parate… pone en tu mochila las ojotas … guardalas
… esta es más viva de lo que vos te pensas, (grita) guarda las ojotas (1.55.04
a 1.59.03); “C. te la llevas siempre de arriba, cállate C. y Guay que vayas a
decir cualquier huevada en tu casa” (2.01.00 a 1.01.54); “decime por qué
vomitaste pendejo de mierda, por tu vieja hayas tragado ya M.” (2.42.25);
“ponete a comer la concha de tu hermana que no tenés, la concha de tu
hermana, es lo mismo acá que en España (otra adulta le dice que se dice la
polla), y la fémina dice entonces la polla de tu hermana” (2.48.39); “te estás
clavando el tenedor en la garganta, F. ponete a comer, que mierda te pasa F.
odio cuando te hacer el tarado eh! En vez de mirarme la cajeta F. ponete a
comer” (2.50.02); “C. me tiene las pelotas infladas que come lo que él
quiere, si no come que hable con la madre, toda la semana pasada y la de
ahora me hizo la vida imposible... Ponete a comer porque sos el único que
siempre es el último en terminar comer todos los putos días” (2.52.12) -
aclaró que la de la voz más aguda es Yanina la otra no la conoció-; “no me
hagas enojar porque vamos a terminar mal M., abrí la boca … F. querés
mirarme la cajeta te la muestro, ponete a comer” (2.54.00); “me decís por
qué está llorando si yo no le hice nada, la podés terminar, pendeja de
mierda, estás loca? cuando se te pase segui comiendo la concha de tu
hermana, terminala, cállate la boca, mirá lo que hiciste, basta J., (le explica a
otra adulta que no le hizo nada). Que vas a hacer comer con Noe este año
boluda, ahora parece que se te da vuelta el orto y te pones a hacer
arcadas,… es una enferma, esta loca esta pendeja, es una caprichosa de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

mierda, vas a seguir comiendo como que me llamo YANINA vas a querer
agua o me la vas a escupir? Deja de hacer fuerza J. porque vas a terminar
mal, me hiciste calentar en serio, sos una manejadora, dale J. basta, comé,
basta J. me vas a vomitar todo de vuelta” (2.56.25); “F. sigue en pausa, está
en pausa (…) te llevo al agua eh, comé eso” (3.01.46).
Remarcó que la primera vez que escuchó el audio reconoció
claramente las voces de YANINA y NOEMI en cada parte en particular. Al
día de hoy no recuerda todas las partes. El contacto que tenía con las
maestras se limitaba a los momentos en que su hija ingresaba al jardín, por
eso no les conocían la voz a todas, NOELIA fue mencionada en el audio.
En el pasaje situado a la hora, veinticinco minutos y veintitrés segundos
(1.25.23) en el que exponen “que se ponga el dedo en el ojete decile, en el
culito decile” de atrás se escucha otra femenina que la llama “NOE”.
Los intervalos posteriores fueron identificados por el
deponente como correspondientes al audio que registró en su dispositivo
móvil, pero no logró recordar las voces de quienes hablan: “odio cuando
me dice “ay en la casa no lo hace”, harta me tenés con los escándalos”
(1.31.00); “vino una 1.20, 1.30 estamos dando vueltas Noe acá, Nico se fue
2.15 y uds estuvieron viniendo a probarse ropa (en este tramo entiende que
la mochila la cambiaron de lugar porque se escucha a las maestras hablar
entre ellas y no se escucha a los niños). Que raro que el timbre no suena
hasta allá, probemos llevando el timbre allá a ver que pasa” (1.36.34); “anda
sacándote la ropa porque vas a terminar como la K., y siempre termina mal
alguien, como la k. que esta fresquita… k., sacá tus ojotas, por la mochila de
c.” (2.03.17); “pone a guardar (grita) I. ponete a guardar” (2.32.10); “ponete
a guardar enferma mental” (2.34.18); “M. venía a comer, Guay que me
vomites me entendiste” (2.37.11); “sentate acá enferma, cállate, me tienen
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

harta” (2.37.36); 2.40.06 “un nene llora, grita al agua no (adultas se rien) uy
le dice a otro niños viste… come vos” (2.40.06); “F. ponete a comer, es mi
último día pero te voy a terminar cagando a palos -otra femenina le dice
que no tiene fiebre, tiene 36, le responde-, entonces por qué me escupió la
comida, pensé que tenía fiebre” (3.08.26); “chicos a ver si bajamos un
cambio, mellizas, B. K. queres ir a la pileta de vuelta, vos c. querés ir de
vuelta, querés comer con M... te lo dije bien, si se lo hubiera dicho a los
golpes bueno” (3.14.21); “ponete a comer o no te levantas de ahí pendejo
de mierda… mejor que coma todo F.. Sabes que me molesta que se hace el
pelotudo acá… vocifera M.… otra de atrás acota, que chica enferma”
(3.18.45); “en esta zona no da el aire… B. acostate bien y deja de hacerte el
boludo” (3.41.00).
C. I., mamá de M. H., destacó que las chicas que recibían a
su hija eran amorosas con ella, las maestras de M. eran MARIANA Y
NOEMI. Incluso, a fin de año les escribió una carta agradeciéndoles por el
trabajo que hacían y la paciencia que tenían, porque eso era lo que
mostraban cuando la recibían.
En coincidencia con lo relatado por su esposo, mencionó
que, tras escuchar el audio aquél fue al jardín a solicitar un listado de
contactos de los padres, respondiéndole MARIANA BUCHNIV que no
estaba autorizada a ello.
Remarcó que en el audio reconoció a las voces de NOEMI,
YANINA y NOELIA.
Al reproducirle la Fiscalía la grabación, señaló a NOEMÍ
NUÑEZ hablando en los siguientes segmentos: “cada vez que viene con el
padre viene hecha una loca (2.16); “Se le ve todo el ojete.. cállate.. basta..
harta me tienen con los escádalos” (1.31.08); “esta.. dando vueltas… podes
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

levantar el tenedor y comer” (3.01.25); “F. te llevo al agua, comé eso”


(3.01.49); “no juegues con los pañales…” (3.57.21) –aquí le habla a su hija-.
A YANINA GOGONZA la sindicó en las alocuciones que
se detallan: “podes sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear…”
(51.55); “Guay con que le vayas a decir algo a tu padre” (2.37.17); “Cállate
C. cállate, me buscaste todo el mes C., todo el mes me buscaste” (2.37.37);
“ponete a comer” (2.56.48); Cállate, no te quiero escuchar más, vas a seguir
comiendo como que me llamo Yanina… dejá de hacer fuerza porque vas a
terminar mal… sos una manejadora” (2.57.48).
Mariana BUCHNIV y Noemí NÚÑEZ eran directoras y
maestras de la sala de bebes, el resto de las salas no sabe cómo estaban
divididas.
Constanza BONATI, dijo haber sido compañera de
trabajo de todas las acusadas.
Aclaró que en el lugar se evidenciaba poca vocación y amor
hacia los chicos, por cuanto en su primer día de trabajo, apenas ingresó se
sentó a jugar con los pequeños, a pesar que el resto de las docentes estaban
sentadas tomando mate, y Yanina Gogonza, asombrada, le preguntó qué
hacía, tras lo cual la incitó a que se uniera al grupo de las maestras. También
ha visto bebés en las cunas llorado sin que les prestaran atención y
contención. A la nombrada la recuerda como la más mal hablada y de mal
humor, en una ocasión la escuchó decir “este pendejo de mierda que se
porta para el culo”. Gisela Diap hacía carpetas; Mariana Buchniv era la
directora, y no pudo precisar si además era maestra de sala; Noelia estaba
en una de las salas de la planta baja. Mariana Buchniv y Noemí Núñez eran
las directoras. Yanina y Noelia eran maestras.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Exhibida la nota de fs. 1029, a instancias del Sr. Defensor


Particular, Dr. Mercau, reconoció como propia la letra y firma, pero no
recordó a quien estaba dirigida.
La misma reza: “Bueno amorosa… Antes que nada quiero desearte
un muy feliz cumple; y aprovechar esta oportunidad para darte las gracias por ser una
persona tan linda y brindarme tu buena onda. Me encantó conocerte y espero que la vida
nos mantenga en contacto. Te quiero mucho… CONI”.
V. G., mamá de F. J., con una mirada de decepción puso de
relieve, al ser consultada por las generales de la ley, que tanto Yanina
Gogonza como Noelia Gallardo llegaron a asistir al bautismo de su hijo. Sin
perjuicio de ello, prestó juramento de decir verdad, remarcando que lo
único que pretendía era que se hiciera justicia.
Mencionó que, el viernes 1° de febrero de 2013, cuando su
marido llevó al nene al jardín, Mariana Buchniv lo hizo pasar y le dijo que
había una denuncia, que se fijara porque de ahí comían ocho familias. Su
esposo le respondió que escucharía las dos versiones y se llevó a su hijo al
sanatorio San Lucas.
Cuando escucho el audio se negaba a creer que fuera real lo
que emergía del mismo, la primer reacción fue entablar comunicación con
Noelia Gallardo y Yanina Gogonza, las llamaba y cortaba porque no podía
hablar, al día siguiente ellas las bloquearon de todas las redes sociales.
En el registro digital reconoció, al inicio, la voz de NOEMI
NÚÑEZ, cuando apenas cerró la puerta reprendió a M.. A Yanina
Gogonza la detectó en varias ocasiones, también a Noelia y Graciela -mamá
de Yanina Gogonza y Gisela Diap-.
La única comunicación entre el jardín y la familia era por el
cuaderno de comunicados. Hubo jornadas que por algún motivo retiraban
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

antes a su hijo del jardín y la grilla del cuaderno ya estaba toda completa. A
otros papás les sucedió lo mismo.
Sólo conocía a los padres de B., porque bautizaron en la
misma Iglesia. En una ocasión, para festejar un cumpleaños del niño,
solicitó a Mariana BUCHNIV una lista de teléfonos de las familias,
refiriendo que debía solicitar autorización a los responsables de cada
alumno, con el tiempo reiteró su pretensión, pero nunca le dio una
respuesta.
Reproducidos distintos fragmentos del audio dijo que al
inicio es Noemí NÚÑEZ la que habló. Luego, sindicó a Yanina Gogonza
diciendo: “te estás clavando el tenedor en la garganta, ponete a comer, que
mierda te pasa F.…” (2.50.07); “sos el ultimo en terminar de comer todos
los putos días” (2.52.32). Explicó que su hijo siempre fue lento para comer,
en un tramo la nombrada le manifestó: “querés mirarme la cajeta (de atrás
se escucha a otra femenina decir abrí la boca)…”; “es mi último día…. los
voy a cagar a palos con unas ganas” (3.01.20); “llamo a tu papá ponete a
comer” (3.12.51).
Aclaró que “K.” es k. A., “P.” es P. C. A.. En el horario de
salida los niños de todas las edades estaban juntos.
S. M. G., mamá de M. R. G., señaló que para la entrevista
de admisión fueron atendidos por Mariana Buchniv.
El día que su marido retiró a la nena con un pronunciado
moretón en la cara, fue Gisela DIAP quien le dijo que sólo se trataba de
una mancha con témpera negra.
Destacó como evento llamativo uno protagonizado por
Yanina GOGONZA, era quien regularmente entregaba a su hija cuando su
marido la iba a retirar, en una ocasión, teniendo en brazos a M. le dijo “¿le
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

contamos a papá lo que le íbamos a decir?”, ante la respuesta afirmativa de


la niña manifestó “J. me dijo M. que vos le pegas”, éste, asombrado,
aseguró que no lo hacía.
El día de la grabación su descendiente no estaba en el
establecimiento.
Resaltó como curioso el hecho de que no les permitieran
ingresar al jardín, un día que llegó antes del horario, se asomó por una
ventana del jardín (situada a la izquierda de la puerta de acceso), llegando a
avistar a su hija sentadita en un rincón como asustada. Dialogó al respecto
con Mariana BUCHNIV, quien aseguró que como M. era buenita, solicita
se situaba en el rincón. Intentó hacer lo mismo en otra jornada, pero ya
habían colocado una cortina para que no pudieran ver desde el exterior.
A preguntas formuladas mencionó que la hija de Gisela
DIAP, y una de Mariana BUCHNIV, asistían al jardín. Un fin de semana
estaba en la puerta de su casa y se encontró con Gisela, así se enteró que se
domiciliaba en la cuadra siguiente, del frente, desde entonces, aquella daba
la vuelta manzana para evitar transitar por su residencia.
N. B., padre de J., inició su relato informando que lo unía
una relación de amistad con Yanina GOGONZA y Noelia GALLARDO.
Noemí NÚÑEZ era la maestra de su niña.
Describió el asombro que lo invadió al tomar conocimiento
de los tratos dispensados a los pequeños en la entidad maternal,
sobremanera por dos de las docentes eran amigas suyas, por ello había
inscripto allí a la nena. Fue de chico al colegio con el marido de una de
ellas.
Al escuchar el audio detectó a su hija llorando, la voz de
Yanina Gogonza cuando le pegó un cachetazo, obligándola a comer.;
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

también percibió a Noelia Gallardo. Reproducido el mismo, en el minuto


veintiocho minutos indicó las voces de Noemí NÚÑEZ y Yanina
GOGONZA. Señaló la voz de ésta última en los siguientes fragmentos:
“cállate J. porque a vos no te dijeron nada” (1.29.00); “basta J.” –y atrás el
llanto de su hija- (1.37.379); “cállate, no te quiero escuchar más, vas a seguir
comiendo como que me llamo Yanina –seguido del sollozo de la nena y un
sonido que da cuenta que la golpeó-“ (2.58.00), en este tramo el declarante
interrumpió por unos instantes su testimonio, al ser asediado por la
aflicción. Al proseguir, indicó la voz de la madre de la nombrada (2.58.11).
Vencido por un asentuado desconsuelo, detectó el llanto de su
descendiente en dos horas cincuenta y seis minutos (2.56.00), indicando que
quien hablaba detrás era Noelia GALLARDO. Ante el estado emocional
del testigo, la Fiscalía culminó con su interrogatorio. Empero, remarcó el
deponente que los llantos de su hija son de angustia, son los mismos que
tenía cuando querían bañarla.
Fue por demás elocuente fue el testimonio de S. F. R.,
mamá de A. M., en cuanto indicó que al escuchar el audio completo detectó
a su hijo rogando entre llantos desgarradores “AL AGUA NO, AL AGUA
NO”, “dos cuarenta veinticuatro (2.40.24)” recitó en su declaración como
si fuera un dato tatuado en su memoria, en esa secuencia de la grabación
describió que Yanina le gritó algo a su pequeño, aparentemente porque tiró
o escupió la comida, Noemí NÚÑEZ, fastidiada, le pegó un chirlo y se lo
llevó del aula mientras el nene gritaba “al agua no, al agua no”, al rato
regresaron y Noemí le dijo “a vos te parece que a mí me gusta hacer esto”.
Avasallada por la angustia, detalló las improntas psíquicas
que detectó en su descendiente, remarcando, en lo que concierne a la
comida, que la negativa a alimentarse era un dato conocido por las
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

maestras, a tal punto que Gisela DIAP le había propuesto que contratara el
menú del comedor porque la vianda que enviaban del hogar no la
consumía. Tras imponerse de lo que vivenciaba en el jardín a la hora del
almuerzo, comprendió la génesis de la conflictiva alimenticia que aún en la
actualidad padece su hijo.
La maestra era Gisela DIAP, y en la colonia la que estaba a
cargo era Yanina GOGONZA. Mariana BUCHNIV era la directora,
Noemí NÚÑEZ la vicedirectora y el resto sólo docentes.
Tras imponerse de la grabación, se presentó en el jardín
para hablar con la directora, pero Mariana BUCHNIV abrió la puerta, le
dijo que no la atendería, y la volvió a cerrar.
N. G., mamá de J. B., al igual que su cónyuge, puntualizó
que la unía una relación de amistad con Yanina GOGONZA y Noelia
GALLARDO. Explicó que por ese vínculo inscribió a su hija en “Tribilín”
a los seis meses de vida, luego de mantener una entrevista con Noemí
NÚÑEZ.
Al advertir las dificultades que tenía para bañar a la nena,
consultó el tema con Yanina GOGONZA y Noemí NÚÑEZ afirmándole
ambas que ello era normal, propio de la edad.
Quedó azorada cuando leyó la grilla entregada por la familia
H., en la que constaba que Yanina insultaba a su hija, se sintió culpable por
haber confiado ciegamente en sus amigas. Fue duro escuchar cómo la
nombrada le gritaba e insultaba. La zozobra, acompañada de llanto, impuso
una breve interrupción del relato. Al poder retomarlo, mencionó que
renunció a su trabajo para ocuparse de su hija. Costó mucho que lograra
comer y bañarse.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Sólo ingresó al jardín el día de la entrevista en la oficina de


Noemí NÚÑEZ. Yanina, Noelia o Noemí eran maestras, recibían o
entregaban a su hija.
Expuestos tramos de la grabación, reconoció a Yanina
hablando en primer lugar y a Noemí diciendo "¿querés ir a la pileta?,
entonces callate, callate" (1.28.00); nuevamente señaló a Yanina diciendo "J.
la queres terminar", "pendeja de mierda", aseverando que el llanto
corresponde a su hija J.. (2.56.00); “Que vas a hacer comé con Noe este año
estúpida, se escucha un sonido compatible con un cachetazo y Yanina
diciéndole a la bebé -que no dejaba de llorar- “dejá de hacer fuerza, ah!
ahora resulta que se te da vuelta el orto y te pones a hacer arcadas boluda,
esta loca esta pendeja” (2.57.20).
L. G., mamá de M. B. C., expuso que la entrevista inicial la
tuvo con Noemí NÚÑEZ, quien además fue la maestra de sala de bebés;
Yanina GOGONZA lo fue de la de sala de un año, a las restantes acusadas
dijo conocerlas de los actos de fin de año y cuando retiraba a la nena del
establecimiento.
Cuando se impusieron del contenido del audio, tras
asegurarle a su hija que no la llevarían más a ese lugar, le preguntaron qué le
habían hecho, y tomando una muñeca que colocó de cabeza en el agua le
dijo “mamá yo soy M.”.
En la grabación reconoció el llanto de su hija, la voz de
Yanina, de M. y cree que de Noelia también. Al activar determinados
tramos de la misma, en el marco del acentuado cuadro de angustia en el que
se hallaba, confundió el llanto de su hija con el de A. M., indicando que
quien imploraba “al agua no, al agua no” era su niña (2.40.24). A las dos
horas, cuarenta y dos minutos, quince segundos, Yanina GOGONZA
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

insulta a su hija (2.42.15); la nombrada también le dijo a su descendiente


“M. por qué te tengo que cargar a palos” (2.48.14); “dale M. no hagas que
te pegue porque te voy a pegar fuerte, es mi despedida…” (2.53.00).
Al ser interpelada dijo que en la jornada que se materializó
el registro auditivo la niña egresó normal del establecimiento, no estaba
mojada.
El padre de M., S. G. C., evocó que, luego que aseguraran a
su hija que no asistiría más a “Tribilín”, una tarde en la que estaba lavando
el auto, la nena invito a la madre a jugar en ese espacio, le dijo “Yo M., vos
M.” y tomó a las muñecas y las sumergió en un balde con agua.
Informó que “M.” era el sobrenombre de Noemí NUÑEZ.
A. S., mamá de K. y B. A.. Fueron desde los 6 meses, el
nene dejó de asistir a los diez meses. Aludió que al analizar la grabación
percibió la voz de su hija diciendo que no quería ir al agua y seguidamente
una docente dijo “si abre la boca va a ir de nuevo al agua”. Al auditar un
segmento de aquél, específicamente en la hora tres, minuto catorce
(3.14.00) remarcó el episodio en el que nombran a su hija, allí, Noelia
GALLARDO, le dice “K., ¿querés ir a la pileta de vuelta?”. Aclaró que a la
niña la llamaban “K.”, en tanto las “mellizas” son sus sobrinas, a. y j., que
sólo asistían en época de colonia.
M. D. M., madre de C. G., indicó que la entrevista de
admisión la tuvo con Noemí NÚÑEZ. Las maestras eran Yanina
GOGONZA y Noelia GALLARDO. Noemí la recibía, Mariana
BUCHNIV era la directora.
Al escuchar el audio advirtió la voz de Yanina GOGONZA
cuando dice “cállate C. cállate y Guay las huevabas que vayas a decir en tu
casa”. Noemí le refirió “vas a ir de nuevo al agua”.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Al reproducirse el tramo 1.57.00 de la grabación “C. te


queda grande eso, le quedan grandes las ojotas, esta es más viva de lo que
vos pensás…”, explicó que su hija y Ki. se habían cambiado las ojotas,
YANINA las retó, es ella la que más habla, NOELIA es la que luego le dice
algo a K..
Ante la secuencia 2.01.00, en la que dicen “C. te la llevas
siempre de arriba” tras lo cual la nena llora, “Guay que vayas a decir
cualquier huevada en tu casa. Cállate C. cállate, me buscaste todo el mes,
todo el mes me buscaste”, la deponente fue superada por la angustia, el
estado anímico suscitado al escuchar el sollozo de su niña le impidió
continuar hablando, al recuperarse, afirmó que las que hablan son Yanina
GOGONZA y Noelia GALLARDO.
L. F., madre de los mellizos I. y L. V., destacó que en el
proceso de selección del jardín, mantuvo una entrevista con Noemí
NÚÑEZ en una oficina, hicieron una adaptación corta, ingresando en una
única ocasión al patio.
Precisó que cuando los niños comenzaron a hablar, en el
año 2012, L. todas las mañanas le decía “mami, Yani no”, cree que sus
primeras palabras fueron “agua y Yani no”. I. también le decía “Yani no”,
“Gise no”, Jardín no”. Entabló comunicación con el colegio para ver qué
sucedía, Noemí le dijo que eran berrinches que le hacían a ella, porque en el
jardín estaba bárbaro. También conversó con Yanina sobre la compulsión
masturbatoria de L., quien negó que se comportara de tal modo en el jardín.
Finalmente, ante los malestares que evidenciaban sus hijos, en noviembre
de 2012 dejó de enviarlos, contactándose la última de mención para indagar
sobre los motivos.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

La mamá de R. B. G., S. E. S., resaltó que Noemí NÚÑEZ


siempre tenía una excusa frente a cualquier reclamo. El día del hecho fue a
buscar a su hija al jardín, encontrándose en el lugar el Fiscal Servidio, una
de las maestras le dijo que todo estaba bien, que no era cierto lo que decían
algunos papas.
Al tomar conocimiento de la grabación comprendió por
qué su hija solía taparse los oídos y callar a todos. En el mismo reconoció
las voces de Yanina GOGONZA y Noemí NÚÑEZ.
La progenitora de N. A. G., A. O., explicó que nunca la
terminó del convencer el jardín, en la entrevista inicial, le pidió a Mariana
BUCHNIV las constancias de habilitación, exhibiéndole sólo la municipal,
alegando que DIPREGEP sólo intervenía ante entidades subvencionadas
por el Estado.
Cuando circuló en los medios de comunicación el audio, un
día, estando su hijo de espaldas al televisor en el que se transmitía el mismo,
automáticamente dijo “esa es la voz de Yani”. Posteriormente, al
consultarle si se acordaba del jardín, respondió que las maestras eran
buenas porque si te portabas mal te encerraban en el baño sin llave.
La noche del día que escuchó nuevamente la voz de quien
fuera su maestra, no pudo controlar esfínteres.
A la mañana las docentes eran Noelia NÚÑEZ y Mariana
BUCHNIV, a la tarde Yanina con Noelia.
El progenitor de B., E. N., señaló que en el audio escuchó
gritos, llantos, amenazas, golpes, muchos insultos, en un tramo a su hijo lo
nombran por el apellido para que juntara los bloques (2.34.03). Reconoció
las voces de NOEMI NÚÑEZ, YANINA GOGONZA, NOELIA
GALLARDO y la señora que cocinaba. Reseñó un episodio en
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

que al retirar al niño, Noemí Núñez informaba que se había portado mal,
como no la miraba B. la nombrada tomó su cabeza y se la giró con énfasis
de modo que la tuviera en el campo visual, entendiendo que se había
sobrepasado.
La mamá de B., I. M. J., coincidiendo con su esposo, evocó
la situación en la que Noemí NÚÑEZ tomó la cabeza del nene, se la giró e
hizo que la mirara para luego compelerlo a que le contara lo que había
hecho.
Cree que la maestra de su hijo era Yanina GOGONZA,
pero el lugar era tan pequeño que todas estaban con todos los niños. Las
maestras de sala de bebés era Noemí, en la sala “Gatitos”, en el 2012,
estuvieron Mariana BUCHNIV, Noelia GALLARDO y la mencionada en
primer lugar.
A. O., mamá de L. M., quien asistió al jardín durante el año
2012, dijo haber mantenido trato con Noemí NÚÑEZ, Noelia
GALLARDO y Mariana BUCHNIV.
La entrevista de admisión la tuvo con Noemí, le mostró el
lugar donde jugaban los chicos, en ese momento no había niños, no
conocieron el sector del comedor porque dijeron que había pequeños
comiendo.
Destaco que en un día que Noemí Núñez le entregó a su
hijo comenzó a tener arcadas. Mariana Buchniv le dijo que se ocuparía de
revisar el cambio de pañales pero el nene siempre estaba paspado.
El día que se instaló el dispositivo grabando L. no estaba en
el jardín, reanudó al mismo en la jornada que D. H. repartió la grilla. En el
mismo reconoció, en varios tramos, las voces de Noelia y Yanina.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

J. M., papá de L., expuso que al salir su hijo con ambas


orejas moradas, lo llevó a su casa y regresó sólo a la entidad escolar a
averiguar qué le había sucedido, en la ocasión lo atendió Noemí NÚÑEZ
quien sólo le dijo que se había golpeado con un bloque.
A. R. B. madre de las mellizas J. y A., puso de relieve que
se domicilia en la esquina del jardín y que las maestras han asistido a
cumpleaños de sus hijas.
Con cuatro años de edad, las envió en la colonia de verano
de 2013. Le decían que no querían ir más porque en el horario de la comida
insultaban mucho. En una ocasión le preguntó a Mariana BUCHNIV qué
había pasado en una ocasión que las nenas le contaron que les habían
gritado y le dijo que como tardaron mucho en el baño y las fueron a buscar.
A. le comentó que ellas se portaban bien por eso no les pasaba
nada pero que Yanina era la que más gritaba e insultaba y a K. le decía que
era una pelotuda, le preguntó por qué no se lo había contado antes y
respondió que eso no se podía decir.
A. S. A. V., mamá de I. M. C. A., al ser consultada por las
docentes de su hija detalló que como auxiliar se desempeñaba Noelia
Gallardo (la señala en la sala como la de azul) y una señorita rubia que no la
ve en la sala (Yanina Gogonza actualmente está con el pelo oscuro), la
directora era Noemí Núñez.
A. A., mamá de G. y M. J., recordó que ante los llantos de
M. a la hora de ingresar a la entidad maternal, converso con Noemí
NÚÑEZ, quien le dijo que había chicos que les costaba más entrar al jardín
que se quedara tranquila.
Como la palabra meona no se usa en su casa le preguntó a
Yanina quien le dijo que habría escuchado la palabra de otra nena del jardín.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Un día las fue a buscar su suegra y escuchó niños llorando y le dijo los
chicos lloran uds no los maltratarán? Déjame pasar? Y la persuadieron para
que no ingresara.
Las maestras de M. fueron Mariana BUCHNIV, Yanina
GOGONZA, Gisela DIAP, Noemí NÚÑEZ y Noelia GALLARDO. En
el audio detectó las voces de Yanina, Noelia y Noemí.
N. J. V., padre de F. J. V., informó que sus maestras eran
Yanina GOGONZA y Noelia GALLARDO.
J. L., papá F. y M., señaló a Gisela DIAP como docente de
F., respecto de quien la nena dijo que le tiró de los pelos y la retaba mucho.
C. B., mamá de I. A. V., relató que en una jornada que fue
a buscar su hija al jardín la abordaron un grupo de mamás, quienes le
informaron sobre la existencia del audio, seguía pensando que era mentira
porque hasta ese entonces para ella las maestras eran amorosas. La atendió
Noemí NÚÑEZ, le entregó a la nena, le preguntó si todo estaba bien, le
respondió sí, y cerró la puerta. Al arribar a su hogar las llamó por teléfono
pero nunca la atendieron. Cuando escuchó el audio reconoció la voz de la
nombrada, incluso hay una situación en la que tardaron en atender a su
marido porque se estaban probando ropa.
Siempre mantuvo trato con la directora, Mariana
BUCHNIV.
Al activar el audio, en el fragmento situado en 1.36.00, en
que NUÑEZ, GOGONZA y GALLARDO comentan que M., el papá de
I., fue a las 1.30 horas a llevar a la nena y no lo atendieron, mencionando
que habían estado probándose ropa, que les parecía raro que el timbre lo
llegará a sonar en el fondo, que la próxima vez tendrían que llevar el timbre
a ese sector.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En el segmento ubicado en 2.32.00 se escucha “AY I. te


estás babeando toda, no sos un bebé querida para babear de esta forma, ni
un bebé babea así”, cree que la que le habla a su hija es Noemí NÚÑEZ.
M. S. N., mamá de los mellizos D. y A. R. N. dijo haber
tenido contacto con todas las acusadas. Las docentes de sus hijos eran
Noelia GALLARDO y Yanina GOGONZA. Mariana BUCHNIV y Noemí
NUÑEZ eran las directoras.
Evocó una situación en la que desde el jardín trasladaron a
A. al Hospital de San Isidro porque convulsionó, la llamaron y fue directo
al nosocomio en donde fue recibida por Mariana BUCHNIV.
Ante una omisión señalada por la Fiscalía, con anuencia de
las Defensas, se dio lectura a la parte pertinente de la declaración prestada
en la instrucción. Liminarmente reconoció su firma, luego la Representante
del Ministerio Público Fiscal leyó: “D. no quería ir al jardín, lloraba, decía
Yanina pega, mala, Jardín malo, que la fiebre de su hija a su entender
somatizaba de esta forma” (vide fs. 494/vta). Tras la lectura entró en llanto
visceral, afirmó recordarlo, aclaró que muchas cosas no recordaba, como el
episodio del traslado al Hospital. D. era la que más manifestaba.
M. Z., padre de L. Z.. Explicó que indistintamente cada
una de las acusadas recibía a su hijo en la puerta de la institución.
Reconoció con seguridad como docentes de su hijo, en la sala de
audiencias, a Yanina GOGONZA y a quien se sentaba junto a la Dra.
Gómez respecto de quien no recordaba el nombre (Noelia GALLARDO).
Las directoras eran Noemí NÚÑEZ y Mariana BUCHNIV. Había otra
docente de nombre Mariana que no vio en el recinto. A Gisela DIAP la
indicó como una de las maestras que recibía al nene.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En la grabación escuchó lo que decía Yanina, en los


siguientes tramos: “en vez de estar saltando por qué no te limpias la nariz,
parate…” (1.57.00); “L. vení que tenés fiebre L.” (3.07.00).
Si bien en la época de los hechos tenía familiarizadas las
voces, al presente no las recuerda tanto, en la secuencia 3.08.38 “F. te
sentás, F. ponete a comer, es mi último día pero voy a terminar cagando a
palos a todos con unas ganas … tiene 36… está lleno de mocos pero tiene
36, entonces por qué me escupió la comida pensé que tenía fiebre…” cree
reconocer las voces de Yanina GOGONZA Y Noelia GALLARDO,
cuando dicen que tiene 36-37 están hablando de L. porque esos días estaba
en una situación que podía llegar a tener fiebre, decía la maestra que pensó
que no comía o vomitó la comida porque tenía fiebre. El audio se grabó
unos días antes que se enterara de la situación, no puede recordar la fecha
exacta, cree que fue un viernes que se enteró.
Concluido el bloque de progenitores, pasaré a analizar las
declaraciones prestadas por los profesionales en psicología.
La Licenciada Paula Castro, al referirse a la pericia
practicada a P. C. A., destacó que la niña diferenciaba el jardín actual de
Tribilín connotando negativamente a este último exponiendo “jardín malo,
Noe, Yani”.
Entre los testigos de descargos, fue auditada María Laura
DIZ, quien expuso que llegó al “Tribilin” por recomendaciones y buenas
referencias. Su hija mayor fue asistió desde el año 2009, y el menor, J. de
2010 a diciembre de 2012. Destacó que nunca tuvo ningún inconveniente,
las docentes siempre fueron atentas a cosas que podrían sucederle a sus
hijos, si alguno levantaba temperatura la llamaban, nunca tuvo indicios de
descuidos, sus hijos no han manifestado descontento alguno, Joaquín en el
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

jardín siempre se quedó espléndido, tenía inconvenientes para quedarse con


otras personas.
Asimismo, aseguró haber ingresado en varias ocasiones a la
institución, nunca le han negado el acceso. En una de las fiestas de fin de
año proyectaron video con fotos de actividades con papeles de colores, en
las fotos se los veía saltando y bailando. Su hija fue hasta los cuatro años y
le contaba las cosas que hacía en el jardín, en sala de dos o de tres habían
pedido un libro para reconocer letras y tenía actividades lúdicas y
recreativas.
Ha asistido al cumpleaños de la hija de Mariana Buchniv en
el domicilio particular.
A pedido de las defensas, regresó en la jornada posterior a
su declaración y presentó un video de sala de un año del 2011, que contiene
diferentes fotos de las actividades que hacían los chicos, incluso en una de
ellas está su hijo haciendo una actividad que está en la carpeta. Exhibió el
mismo en un DVD portátil personal, observándose los retratos indicados,
reparando en que la música de fondo, en lugar de ser infantil era de “Bon
Jovi”.
Además encontró un informe de 2012 de la primer mitad
del año de su hijo J. que a su entender lo describía tal cual era y presentó
fotografías que certificaban que el día del cumpleaños de su hijo la dicente
estuvo en el jardín.
L. G. L., mencionó que sus niños concurrieron a “Tribilín”
en el segmento comprendido entre 1998/2002, desde allí siempre colaboró
con las maestras para el acto de fin de curso, ocupándose de la
escenografía, por ello los últimos quince días de noviembre siempre estaba
trabajando en el establecimiento, en la sala de la planta alta o en el patio. El
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

día del ensayo general en el teatro las acompañaba y la misma jornada del
evento se abocaba a las tareas de iluminación y sonido.
Generalmente asistía por la mañana un rato y luego otro
lapso por la tarde. Nunca advirtió actividad alguna compatible con malos
tratos, tampoco cuando sus hijos asistían. Mientras estuvo dentro del jardín
advirtió que realizaban actividades propias del rubro.
V. C., informó que las cinco acusadas fueron maestras de
sus hijos. Reside en O´ Higgins 583, medianera de por medio del jardín
“Tribilín”, sus tres hijos fueron a la entidad, entre el 2000-2010.
Actualmente tienen 19, 16 y 10 años. Su experiencia como madre fue
excelente sus hijas le tenían mucho cariño, no tuvo inconvenientes de
adaptación. Escuchó el audio lo escuchó y descreyó totalmente de su
contenido.
Afirmó desde su casa eventualmente se escuchaba alguna
actividad que pudieran realizar en el patio, pero seguidamente se contradijo
al informar que sus hijas tenían una carga horaria escolar que se extendía de
7.30 a 16.30-17 horas porque ella trabajaba, de modo que no estaba en gran
parte de la actividad del jardín, mucho menos en el almuerzo.
Interpelada sobre el punto, dijo no estar en condiciones de
reconocer voces del audio.
Más allá que las tres últimas declarantes, no advirtieran en
sus hijos ningún signo que diera cuenta de alguna situación de maltrato, y
destacaron el buen concepto que tenían de las maestras, es dable remarcar
que C. I. –mamá de M. H.-, A. R. B.-madre de las mellizas J. y A. A.- y C.
B. -mamá de I. A. V.- pusieron de resalto que tenían la misma calificación
hasta imponerse del contenido de la grabación. V. G., mamá de F. J.
coincidió en la reacción, se negaba en creer que fuera cierto, a tal punto que
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

intentó, infructuosamente, entablar comunicación con las docentes; los


padres de J. B. eran amigos de antaño de Gogonza y Gallardo, y por ése
vínculo matricularon a la nena en la entidad.
Más aún, la mencionada B. destacó que para ella las
docentes eran excelentes, cuando escuchó el audio le costaba creer acerca
de su veracidad, su hija no registró secuela alguna, empero, distinto a la
tenaz postura de CARMAN, concluyó, luego de reparar que el contenido
de la grabación no se correspondía al registro de distintas jornadas, sino a
una única de cuatro horas y media, “un día en el jardín era un infierno”.
El trato que las acusadas dispensaban a los niños colocados
bajo su cuidado emerge primordialmente de la palabra de quienes sufrieran
las materialidades en estudio. Sobre tópico toma relevancia lo expuesto por
los padres de B. N., relativo al episodio en que Noemí NÚÑEZ,
airadamente y en presencia de la progenitora del menor invocó la atención
del mismo poniendo manos en su cabeza, girándola bruscamente para
compelerlo a que le prestara atención. Si de tal modo procedía la docente
en presencia de los padres, se refleja la gravedad de los tratos brindado en
su ausencia, siendo este un dato más que desvirtúa, sana crítica mediante, su
versión de descargo. Eran pequeños que cursaban la primer infancia, sin
embargo, muchos pudieron expresar lo vivenciado a través de los señalados
signos y síntomas inespecíficos (R. G. con episodios de vómitos, I. y L. V.
con problemas de peso, acentuado en el caso de L. con las conductas de
masturbación compulsiva, M. R., B. N. y L. Z., con diversas patologías –
laringitis, gastroenteritis, vómitos-), otros lograron emplear la palabra (F. L.
dijo que Gisela DIAP le tiraba de los pelos, I. y L. V. imploraban a su
madre “jardín no”, “Yani no, Gise no”, I. C. oponía resistencia a ingresar,
más acentuada era en el caso de J. B., P. C. A., al ser peritada dijo “Yani y
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Noe, pega, reta, grita; D. R. N. también se negaba a asistir alegando “jardín


no, Yani pega, mala”); otros emplearon el juego simbólico para exteriorizar
las adversidades a las que fueron expuestos como en el caso de F. J., C. G.,
K. A., A. M. y P. C. A. (vide fs. 957/958, 813/815, 816/818, 821/823, 824).
Además se encuentra ilustrado en la grabación
instrumentada por la familia H., en cuanto emergen las siguientes
circunstancias: apenas ingresa M. al jardín, ante su llanto Noemí NÚÑEZ,
le dijo en tono despectivo: “Siempre que venis con tu papá hacés el mismo
escandalete, terminala porque te vas a ir a la cuna”. A los 12.21 minutos se
escucha el timbre, los niños hablando y no se advierte la presencia de
ningún adulto. Desde el ingreso de M., hasta los once minutos cuarenta
segundos, es decir pasados más de diez minutos, NÚÑEZ, GOGONZA y
GALLARDO hablan entre ellas, de cuestiones particulares, ajenas a su
función, la única interacción con los niños es con M., llamándole la
atención porque lloraba. Desde 11.40 hasta 15.30 minutos se vuelven a
advertir las voces de las maestras y de la cocinera, conversando entre ellas.
En 19m.18s NÚÑEZ dijo “sacudila a la T.”. Recién a los 33m.07s, la
nombrada les indicó que se pusieran a ordenar para tomar la merienda,
percibiéndose ruidos de juguetes y una niña que manifestó a la docente
“que lindos son tus aritos y que lindos son tus zapatos”, Nuñez agradeció y
respondió “los tuyos también”, luego una pequeña refiere “a guardar y
ordenar”, la docente vocifera “ponete a juntar bloques N.”. La misma
maestra, en 36m.53s, bramó “Ey, ey, ey, dije que se sentaran que ahora
traigo la merienda, bajando un cambio chicas”, “K. te queres sentar en
penitencia desde las 8 o 9 de la mañana? Avísame, vengan a buscar una
galletita y se sientan en silencio”.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Luego se audita a los niños, y muy de lejos a las docentes


conversando entre ellas, como si estuvieran en recintos separados. En
42m.52s suena el timbre y recién allí una maestra ordena nuevamente que
se sentaran.
Tal como indicara Constanza Bonati, la primer media hora
desde el arribo de M., las docentes interactuaban entre sí, como si los niños
no estuvieran allí presentes bajo sus cuidados.
Durante el desayuno, instancia de primer “vínculo” de la
jornada escolar que suscita entre adultos responsables y menores, los
insultan y denostan en un tono que evidenciaba molestia, fastidio, incordio.
Noelia GALLARDO le dijo a un niño: “C. podes sacar el
cuaderno en vez de ponerte a boludear”, agrega al rato “odio trabajar en el
mismo lugar boluda” (57.15).
Yanina GOGONZA le llama la atención a F. porque
todavía estaba con la masita, le dice a Noelia y a su madre –G.- “Tarda para
todo, para ponerla también vas a tardar?” (1.04.38). En tono de burla, una
docente refirió “K. se está poniendo la remera así mirá”, otra respondió
“Tienen menos sensualidad entre las tres que no hacen una” (1.09.25).
En el segmento 1.13.52 sonó el teléfono, siendo atendido
por una adulta que exponiendo: “jardín… no ella está en una entrevista, de
parte, bueno dale, yo le aviso, dale dale un besote chau chau”, este tramo da
cuenta de la entrevista que NÚÑEZ indicó al deponer en la audiencia había
desarrollado esa jornada, se advierte en este tiempo que el tono es bajo, si
bien hay insultos y destratos, no hay gritos.
En 1.14.15, una de las maestras grita: “salí de ahí F.”,
“Chicas por favor, basta las dos, A., J. y K., basta”. Luego, en 1.22.08,
encienden la televisión y les ordenan que se concentren en la misma y se
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

callaran. En 1.28.30 nuevamente Noemí NÚÑEZ, ante el llanto de una


niña gritó “querés ir a la pileta? Cortala, basta basta tranquilízate, basta J.
terminala nena, además no le pasó nada… Harta me tienen con los
escándalos”.
En la secuencia 1.36.07 se refieren al episodio del padre de
M. que fue al colegio, tocó timbre y no lo atendieron, comentaron que
estaban dando vueltas por ahí, que habían ido a otro sector a probarse ropa,
asombrándose porque el sonido del timbre no llegaba a ese sitio, la solución
que hallaron fue llevarse el timbre a aquél lugar.
Los momentos de silencio y calma únicamente se advierten
cuando tienen a los niños frente a la televisión mirando “Panam” mientras
ellas comentan mensajes que reciben en sus dispositivos móviles (1.38.59).
Esos son los únicos tramos en los que se escucha música infantil.
En 1.50.23 hay un período importante de tiempo en el que
sólo se auditan las voces de niños interactuando entre sí, siendo
interrumpidos por la maestra esporádicamente, ante la indicación de que
continúen mirando la tele.
En 1.55.19 se escucha un ruido compatible con el
producido por el golpe de la palma de una mano con una superficie
corpórea, seguido el llanto de un niño y la reprimenda de Yanina Gogonza
“ por qué te lo desatas, querés volver al baño? El nene responde no, la
docente vocifera “bueno cerrá la boca”.
En un segmento NÚÑEZ habla en tono cortes con otra
docente y en la misma frecuencia se dirige a una niña diciéndole “¿de qué te
reis estúpida?”.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En el horario del almuerzo, donde se desarrollan los


episodios más críticos, Yanina GOGONZA dijo “F. está en pausa”
(2.58.40).
En un intervalo de la grabación, hay niños que hablan con
nitidez y bebes balbuceando, dando cuenta ello que no estaban separados
por edades, incluso por tramos de minutos sólo se auditan ruidos de los
pequeños, como si no hubiera adultos presentes (3.34.20), no olvidemos
que en la colonia la segmentación era más flexible.
Los padres auditados, en el marco de cuyas declaraciones se
reprodujeron segmentos del audio reconocieron a Noemí NÚÑEZ en las
siguientes secuencias: al inicio del audio, apenas recibe a M. H. la increpa
“terminala, porque las veces que viniste con tu papá hacés el mismo
escandale, terminala porque vas a ir a la cuna” (2.16); “terminala porque te
vas a ir a la pile” (2.29 y 2.45); “(ante el llanto de un niño) no te entiendo
cuál es el problema, te limpio la nariz y te vas a ir al agua, aunque no tenga
ganas” (1.29.59); “vení acá vos con esos mocos (…) L. vení a limpiarte los
mocos, no te los comas, pero avisa que tenés mocos, todo el día estuviste
con los mocos, no te los comas” (2.12.00); “no juegues con los pañales,
sacas los pañales y cobras M., no es chiste” (3.57.24); “Se le ve todo el
ojete.. cállate... basta... harta me tienen con los escándalos” (1.31.08);
“podés levantar el tenedor y comer” (3.01.25); “F. te llevo al agua, comé
eso” (3.01.49); “no juegues con los pañales, vos sacas los pañales y cobras
M. y no es chiste” (3.57.21); “¿querés ir a la pileta? Cortala” (1.28.00).
A Yanina GOGONZA la sindicaron en los segmentos que
se indican a continuación: “podes sacar el cuaderno en vez de ponete a
boludear…” (51.55); “chicos no tengo un buen día, me duele la cabeza,
pueden bajar la voz, vengo del médico” (1.01.22); “basta J., basta” (1.37.37);
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

“en vez de estar saltando porque no te limpias la nariz, parate… pone en tu


mochila las ojotas … guardalas … esta es más viva de lo que vos te pensas,
grita guarda las ojotas” (1.55.04 a 1.59.03); “Guay con que le vayas a decir
algo a tu padre” (2.37.17); “Cállate c. cállate, me buscaste todo el mes c.
todo el mes me buscaste” (2.37.37); “c. te la llevas siempre de arriba, cállate
c. y Guay que vayas a decir cualquier huevada en tu casa es” (2.01.00 a
2.01.54); “por qué vomitaste? Pendejo de mierda, por tu bien que hayas
tragado” (2.42.15); “la concha de tu hermana, es lo mismo acá que en
España, otra adulta le dice que se dice la polla, y la fémina dice entonces la
polla de tu hermana” (2.48.39); “M. ¿por qué te tengo que terminar cagando
a palos?” (2.48.40); “te estás clavando el tenedor en la garganta, F. ponete a
comer, que mierda te pasa F. odio cuando te hacer el tarado eh. En vez de
mirarme la cajeta F. ponete a comer” (2.50.02); “toda la semana pasada y la
de ahora me hizo la vida imposible. Me tiene las pelotas infladas que come
lo que él quiere, si no come que hable con la madre. Ponete a comer, sos el
único que siempre es el último en comer todos los putos días” (2.52.12);
“Dale M., no hagas que te pegue porque te voy a pegar fuerte, es mi
despedida y te voy a terminar recagando a palos” (2.53.00); “no me hagas
enojar porque vamos a terminar mal,… abrí la boca… queres mirarme la
cajeta te la muestro, ponete a comer (2.54.00); “J. la podés terminar”
(2.56.00); 2.56.25 está llorando y yo no le hic nada, llora un nene, la podés
terminar, pendeja de mierda, cuando se te pase seguir comiendo la concha
de tu hermana, termanala, cállate la boca, mirá lo que hiciste, basta J., le
explica a la otra no le hice nada. La próxima anda a comer con Noe, ahora
parece que se te da vuelta el orto y te pones a hacer arcadas,… es una
caprichosa de mierda, vas a seguir comiendo como que me llamo YANINA
vas a querer agua o me la vas a escupir… vas a terminar mal, me hiciste
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

calentar en serio, sos una manejadora, dale J. basta, comé, basta J. me vas a
vomitar todo de vuelta” (2.56.25); “que vas a hacer, comé con Noe este
año, es una enferma, está loca esta pendeja, cállate, no te quiero escuchar
más, vas a seguir comiendo como que me llamo Yanina” (2.57.20); “Cállate
la boca, mirá lo que está haciendo” NOELIA GALLARDO dijo: “no sigue
escupiendo” (2.56.00); “F. te llevo al agua comé” (3.01.46); “llamo a tu papá
ponete a comer” (3.12.51); “De buena onda le arranque la colita por
desubicada LO DICE DELANTE DE NOEMI Y SU MADRE, esta le
pregunta ¿por qué?, Yanina responde porque le hablo bien y se hace la
valiente. Noemi acota “ lo dijiste bien, si se lo hubieras dicho a los golpes
bueno” (3.12.57).
A Noelia GALLARDO la señalaron en los siguientes: “k.
queres ir a la pileta de vuelta, vos c. queres ir de vuelta” (3.14.00); “cállate
C., Guay que vayas a decir cualquier huevada en tu casa”(2.01.00); “F. te
sentás, F. ponete a comer, es mi último día pero voy a terminar cagando a
palos con unas ganas a todos… tiene 36… está leno de mocos pero tiene
36, entonces por qué me escupió la comida pensé que tenía fiebre…
(3.08.38 se escuchan las voces de Yanina y Nolia); “que se ponga el dedo en
el ojete decile, en el culito decile” (1.25.23).
Gisela DIAP y Mariana BUCHNIV, si bien no estuvieron
presentes en la Institución el día de la grabación, fueron señaladas tanto por
los niños como por los padres. Así, I. V. le ha implorado a la madre “Gise
no”, además Diap era la maestra de A. M., uno de los niños con acentuada
resistencia a asistir al jardín, no quería siquiera colocarse el guardapolvo,
viviendo a una cuadra del establecimiento la madre contrataba un remis
para que el pequeño acepte salir de la vivienda, empero cuando llegaban a la
puerta de la institución se ponía llorar. F. L. le ha expresado al padre su
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

oposición en asistir al maternal porque Gisela la retaba y le tiraba de los


pelos.
Mariana Buchniv, no sólo tenía conocimiento de lo que
acontecía dentro del recinto de escasas dimensiones, por el alcance auditivo
que se percibió en el audio, sino que ha llegado a minimizar la situación por
la que se quejara la mamá de B. N. en la jornada que tardaron en atenderla,
por la ventana vio a su bebé en el cochecito llorando por diez minutos sin
que nadie lo asistiera. Respondió en la ocasión Buchniv, “fueron sólo dos
minutos”.
Además, conforme emerge de la fotografía glosada a fs. 59,
y en función de lo expuesto por los padres, junto con Noemí Núñez era
docente de la “Sala Patitos”.
Era claro que el patrón conductual adoptado en el Jardín
“Tribilín” consistía en brindar con un mínimo esfuerzo según sus
emociones, por fuera de toda ética profesional (aquel sentimiento de
rectitud que gobierna la conducta), -de manera irresponsable, colérica,
irreflexiva, pero conscientes de su accionar- dejando de lado a los menores
incapaces de valerse, de las atenciones mínimas necesarias (hidratación,
alimentación, supervisión, contención), colocando de tal modo en riesgo la
salud e integridad corporal de los mismos, además del maltrato físico y
psicológico deliberado y continuado destinado a los niños indefensos cuyo
cuidado y protección habían depositado los padres, consistentes en
acciones de sometimiento, de destrato y maltrato (burlas, agresiones físicas,
asilamientos –bajo la modalidad llamada por Bonati como “penitencia”-),
infundiendo temor a sufrir un mal en ocasiones, y en otras materializándolo
sumergiéndoles las cabezas en el agua, con el objetivo de que el infante
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

permanezca inerte (sin generar molestias a las docentes) o bien


simplemente para satisfacer la insidia de las adultas.
Explican los especialistas en psicología que: “La salud
mental de una persona puede potenciarse positivamente o perturbarse en
cualquier punto del desarrollo vital. Pero la primera infancia constituye un
período de importancia privilegiada, un período sensible en términos
etológicos, en el que ciertas experiencias imprimen una cualidad perdurable
al resto del desarrollo. El desarrollo emocional se construye a partir de los
cimientos establecidos en la infancia. La salud mental en los primeros tres
años de vida se puede definir en relación con las tres tareas fundamentales
de este período (Lieberman, 2004): • Construir un vínculo de apego con
una figura discriminada del entorno. • Regular las emociones. • Explorar el
medio y aprender. Estas tres tareas están íntimamente relacionadas, y
dependen una de la otra. El apego ocupa un lugar central por su influencia
sobre las otras tareas”.
La importancia del apego radica en que: “Se trata (…) de un
sistema de conductas y representaciones mentales que se activan en una
situación de estrés y que tienen como objetivo reducirlo y reinstalar una
sensación de seguridad…”. “En la primera infancia, un niño carece de la
capacidad para regular sus estados emocionales y queda a merced de
reacciones emocionales intensas y estresantes, que precisan de la
intervención de su cuidador primario para regularse. El contacto y ciertas
acciones específicas del cuidador primario –acunarlo, abrazarlo,
tranquilizarlo, etc.– permiten al niño restablecer la calma y regular las
emociones. Cuando el cerebro está en desarrollo, evolutivamente es incapaz
de autorregularse y la regulación sólo puede tener lugar en el contexto de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

una relación con otra persona, con otro cerebro. El cuidador primario
actúa como un regulador psicobiológico (Nelson y Bosquet, 2000)”.
Lo más importante, es que: “A través de la relación con la
figura de apego, de sus respuestas sintonizadas con su estado interior, el
bebé logra la regulación de sus emociones. La regulación de las
emociones tiene una importancia fundamental cuando se evalúan los
efectos negativos del estrés para el desarrollo cerebral temprano. En
primer lugar, las hormonas del estrés, especialmente el cortisol, tienen
efectos tóxicos para el cerebro y pueden dañar las estructuras cerebrales
en formación. En segundo lugar, las experiencias tempranas
estresantes que no se regulan adecuadamente a través del cuidador
primario antes de que el infante sea capaz de hacerlo por sí mismo
pueden influenciar la reactividad del eje hipotálamo-pituitario-
adrenal (HPA). La investigación reciente en neurociencias sugiere que el
sistema de respuesta ante el estrés mediado por el eje HPA es un sistema de
regulación bioconductual abierto en el momento del nacimiento, que en
parte toma su organización del entorno cuidador”.
Notable importancia reviste si reparamos en que: “A partir
de las respuestas recibidas de las figuras de apego en los momentos
de estrés, se establecen parámetros de funcionamiento perdurables a
lo largo de todo el ciclo vital. La (…) la exposición repetida a
experiencias negativas afecta en forma adversa, por ejemplo, al número de
receptores del cortisol presentes en el cerebro para toda la vida. El exceso
de receptores vuelve al organismo hiperreactivo a cantidades menores de
cortisol y afecta la habilidad para regular las respuestas al estrés. Por lo
tanto, el sistema de apego también puede ser fundamental en un nivel
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

fisiológico en el establecimiento de niveles de receptividad del eje HPA al


estrés o a la amenaza (Glaser, 2000)”.
Entonces: “La respuesta para modular el estrés, que en
un principio provino del ambiente, pasa a formar parte de las
estructuras mentales de un niño, guiando su conducta. Así, según sus
experiencias, cada niño arma un patrón o estilo específico para enfrentar las
situaciones de estrés”.
“La gran mayoría de los niños que padecieron maltrato en la
infancia presenta un patrón de apego desorganizado (…) Estos niños no
parecen poder organizar una estrategia para enfrentar el estrés. El contacto
con la figura de apego, en lugar de restablecer la calma, genera reacciones
extrañas e incomprensibles. Frente a las situaciones de estrés, estos niños
quedan completamente inermes, ya que carecen de estrategias internas y
conductuales para regularlo. Esta situación comporta un gran riesgo
para la salud mental, debido a la evidencia de que las fallas en la
modulación temprana de las emociones negativas pueden llevar a
alteraciones en los procesos neurofisiológicos de regulación afectiva,
traducidos en una vulnerabilidad al estrés. Esta vulnerabilidad consiste, por
ejemplo, en una respuesta exagerada a estímulos estresantes, que da lugar a
reacciones de ansiedad patológica, o a un estado de alerta permanente que
compromete los otros sistemas motivacionales”.
“El desarrollo sano depende de una serie de experiencias
específicas, que en la primera infancia dependen de la relación con los
cuidadores primarios(...) Ciertas experiencias tempranas tienen efectos
duraderos en los distintos niveles de la estructuración individual”.
En función de ello: “Integrar este conocimiento científico
implica generar la legislación y la acción social que impidan que los niños
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

pequeños sean criados sin las experiencias que necesitan. En la primera


infancia, un niño necesita contar con el contacto cálido de una persona
específica y discriminada, que tenga la disponibilidad suficiente para atender
sus necesidades y la sensibilidad necesaria para comprenderlas (…) Las
políticas públicas orientadas a preservar la salud mental y emocional de los
niños deben subordinarse a este principio básico del desarrollo” (Lic. Inés
Di Bártolo, “Apego y Maltrato Infantil”, Derechos vulnerados en la
infancia: abandono, maltrato y pobreza, coordinado por Ianina Tuñón - 1a
ed. - Buenos Aires: Educa; Córdoba: Fundación Arcor, 2009).
En esta inteligencia, en el caso de autos, NÚÑEZ,
GOGONZA, GALLARDO, BUCHNIV y DIAP, constituían figuras de
apego de aquéllos infantes que desde su temprana edad permanecían gran
parte del día en la entidad maternal, bajo sus cuidados, reemplazando de tal
modo, la actividad parental. Nótese al respecto que “el vínculo que se
establece entre los responsables del alumno y la institución educativa
comprende: 1. la obligación de cuidado, por parte de la Institución y su
personal, durante la realización de actos educativos en la que participen los
alumnos; no excluye el ejercicio de los derechos y deberes emergentes de la
patria potestad, de la tutela, la curatela y/o la guarda en tanto son
concurrentes y complementarios de la obligación de cuidado integral” (art.
13 del Decreto Nro. 2299, del 22/11/11, “Reglamento General de las
Instituciones Educativas de la Provincia de Buenos Aires”). Les
comprendía la obligación de generar un espacio contenedor propicio para el
sano desarrollo de niños con una estructura psíquica en formación, sin
embargo, contando con plena capacidad para tal menester, siendo garantes
de la evitación del resultado, lejos de cumplir con la conducta debida,
privaron a los infantes de las experiencias necesarias para un desarrollo
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

sano, ocasionando de tal modo las distintas secuelas precedentemente


detalladas, las que en muchos casos, perduran en la actualidad
(transcurridos más de cinco años). Son responsables, entonces, de los
procesos causales por la vinculación de éstos con su ámbito de
organización.
Es que en el marco de sus funciones, les competía la
salvaguarda de los derechos de los niños y adolescentes establecidos en las
Leyes Nacionales 23.849 y 26.061 y las Leyes Provinciales 13.298 y 13.634
(conf. art. 16 de Ley 13688); dentro de sus obligaciones estaban las de:
respetar y hacer respetar los principios constitucionales, la libertad de
conciencia, la dignidad, la integridad e intimidad, entre otros; enseñar
saberes y promover valores que aseguren la totalidad de los derechos
educativos de los niños; ejercer su trabajo de manera idónea y responsable;
proteger, promover y reconocer el conocimiento y ejercicio de los derechos
de los niños que se encuentren bajo su responsabilidad, en concordancia
con lo dispuesto en las leyes vigentes en la materia (art. 94, ley de cita).
Además, la institución no contaba con la correspondiente
habilitación para funcionar, sobre el punto resultan ilustrativos lo
informado a fs,. 80 por la Subsecretaría de Gestión Educativa de la
Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires,
y lo expuesto en su declaración por la mamá de N. A. G., A. O., en cuanto
a que, al solicitarle a Mariana BUCHNIV la exhibición de la respectiva
autorización, se limitó en mostrar una constancia de habilitación municipal,
alegando que DIPREGEP sólo intervenía respecto de escuelas con
subvención estatal. De tal modo, al no encontrarse debidamente autorizada
para funcionar como entidad educativa, se valieron de la carencia de las
inspecciones de rigor. Por ello, conforme destacaron la mayoría de los
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

progenitores de los matriculados, uno de los motivos que incidieron en la


elección de la institución fue la disponibilidad de vacantes. Justamente, la
misma obedecía a la falta de control de las autoridades pertinentes.
También les permitía designar en la función docente a personas sin título
habilitante, como aconteció en las situaciones de GOGONZA y
GALLARDO que sin ser maestras diplomadas se hallaban a cargo de una
de las salas. Evidenció la declaración de Constanza Bonati que, en los
albores de sus estudios, fue designada a cargo de la sala de bebés.
Justamente, lo que exige la normativa vigente para obtener
el reconocimiento de la creación y la autorización de los Establecimientos
educativos de Gestión Privada, es la acreditación de personal idóneo (con
títulos reconocidos para ser titulares en cargos docentes); un Proyecto
Institucional Educativo y responsabilidad ética, social y pedagógica (art..130
de Ley 13.688).
Más allá de la existencia de informes evolutivos y carpetas
de actividades (conforme dieran cuenta los testimonio de María Laura Diz,
Laura Graciela Lollini y Valeria Carman) fue clara Constanza Bonati al
afirmar que la institución no contaba con proyecto pedagógico alguno.
Además, resulta emblemático el caso de B. N., quien fue diagnosticado por
“trastorno en el desarrollo de las habilidades escolares, no especificado
perturbación de la actividad y de la atención”, patología que en momento
alguno detectaron en la institución. Incluso su madre, I. M. J., destacó que
en el año 2012 recibió un informe de desarrollo de B. que indicaban que era
muy dulce y le gustaba dibujar con crayones, cuando el pequeño respondía
de modo agresivo, explosivo, y detestaba trabajar con aquél material, lo
vuelvo a remarcar.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Es dable poner de resalto que la maestra de este niño,


durante el año 2012 era MARIANA BUCHNIV.
Además la mamá de mención, aportó una carpeta de
actividades que, conforme indicaran las docentes, había efectuado su hijo, a
los nueve meses de vida, no oponiendo reparo alguno en su
desprendimiento, afirmando “dudo que con nueve meses hubiera hecho
alguno de los trabajos que estaban allí”.
Resulta evidente que aplicando, cada una de las nombradas,
la conducta debida, las situaciones que derivaron en un peligro cierto para
la salud y vida de los incapaces de valerse por sí mismos no hubieran
acontecido.
Da cuenta de ello la notable mejoría en la salud de los
pequeños, referidas por sus padres, a partir de que dejaran de asistir a
“Tribilín”, más allá de las secuelas que han quedado y las que en un futuro
se podrán manifestar.
Digo en un futuro, porque justamente en los pequeños de
mayor edad, me refiero a P. V. (concurrió hasta el año 2010), N. G. (asistió
en el año 2011), quienes por yerro de las acusaciones (pública y privada)
desde los albores la pesquisa quedaron fuera del tramo de imputación; y J.
G., quien si bien lo comprende uno de los ciclos lectivos (fue de 2010 hasta
fines de 2012) también desacertadamente quedó al margen de la intimación,
fueron los que presentaron los síntomas más acentuados.
Así, P. V. llegó a desarrollar epilepsia, patología por la que
estuvo en tratamiento por tres años hasta obtener el alta. M. J. presentó
dificultades en el aprendizaje por las que estuvo bajo terapia, debiendo
retomar la misma en la actualidad con diez años de edad, destacando la
madre haber sido anoticiada por la profesional de la salud mental que las
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

vivencias de los primeros años dejan una huella. J. G., diagnosticado por
trastorno generalizado del desarrollo, hizo saber el progenitor que el
neurólogo tratante afirmó que los malos tratos repercutieron negativamente
en su diagnóstico.
Sentado ello, es dable destacar que las acusadas contaron
con la efectiva posibilidad de actuar conforme a su deber, en reiteradas
ocasiones fueron alertadas por los padres acerca de las bajas temperatura
con la que salían los pequeños, lo que conduciría a generar patologías
respiratorias, lejos de oponer reparo en ello, llegaron a ironizar el reclamo.
Así, emerge del audio que Noemí NÚÑEZ bramó a un niño: “a vos te
estoy llamando hace una hora, me debes lo del aire”, seguidamente,
conversando con Yanina GOGONZA satirizaron: “acá no da el aire, nooo
en esta zona no da…” (3.40.40). Además, no puede poner de soslayo la
manifestación que Yanina Gogonza efectuara en la grabación, referente al
modo en que sufría el calor, afirmando que ante las altas temperaturas no
sentía su cuerpo y cuando estaba en movimiento le arruinaba la cabeza
(conf. Fragmento del audio situado en 4.18.55).
La mamá de B. N. advirtió a BUCHNIV que habían dejado
a su bebe más de diez minutos llorando, solito en una de las salas. Esta lejos
de ocuparse del tema, lo negó.
La presencia de vómitos en los pequeños eran recurrentes,
en lugar de atenderlos, los castigaban sumergiendo sus cabezas en el agua o
pegándole cachetazos. En ninguno de los tramos del audio en el que se
advierte una situación de vómitos, se audita preocupación por hidratar al
pequeño en cuestión, sólo se escuchan represalias.
Sobre las dificultades de alimentación también fueron
alertadas por los padres, pero ninguna preocupación demostraron, lo que
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

quedó en evidencia de la conversación emergente del audio (3.17.15), en el


que una docente preguntó de quién era un yogur, otra respondió que era de
N., Núñez decidió dárselo a quien ella nombra como “la gorda bachicha”.
Otra maestra afirmó que K. había llevado gelatina, pero G. –mamá de G.-
dijo que ya le había dado yogur, termina afirmando la nombrada: “bueno
que coma lo que quiera”.
También han sido consultadas por algunos padres sobre la
reticencia de sus hijos a quedarse en el jardín, minimizando la
preocupación, afirmando que se trataba de situaciones habituales, llegando
a afirmar Núñez que algunos chicos tardaban más que otros en adaptarse.
Todo lo analizado precedentemente confirma la
responsabilidad que le cupo a cada una de las acusadas en el disvalioso
actuar, materia de reproche.
Como extensamente ya se analizara, las conductas, distintas
de las debidas, instrumentadas por una y otra justiciable, han sido
ampliamente manifestadas por las propias víctimas, a través de los signos
inespecíficos señalados por las perito en psicología intervinientes (vómitos,
broncoespasmos, problemas de peso, anemia, alergias, irritaciones en la
piel, moluscos, enuresis, terrores nocturnos, pesadillas, fobias al agua,
ausencias, conductas regresivas, retrasos de etapas evolutivas, problemas del
aprendizaje, autolesiones, masturbación excesiva), a través de la palabra de
alguno de ellos, y otros a través del juego.
En tal sentido, entiendo importante, a esta altura, reparar en
los significantes que el niño pone en evidencia a a través del juego
Ilustra sobre el extremo Winnicott que: "Implica confianza
y pertenece al espacio potencial existente entre el bebe y la figura materna...
(Esto significa que) el infans no posee un aparato psíquico al nacer, y es la
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

(figura de apego) con sus cuidados, con su sostén (…) la que posibilita el
movimiento entre estados de no integración (estados de desorientación, de
relajación, de falta de certezas) y estados de integración (en los que se
recobra la atención, la vigilia, la certeza de sí mismo). Este movimiento
luego se interioriza, posibilitando el funcionamiento de lo psíquico. Es decir
que el aparato psíquico se construye a partir de un soporte de confianza,
que permite la exploración, la expansión... y en ese estado no integrado,
puede aparecer lo creativo” (Donald D. Winnicott, Editorial Trieb, Buenos
Aires, 1978).
El juego aparece, entonces, como actividad propia de la
infancia que procesa afectos, deseos y objetos. De acuerdo a los postulados
de Winnicot, el jugar es la demostración misma de la subjetividad.
También alertaba Freud, que el juego es la elaboración
activa de un sufrimiento vivido pasivamente (“Fort”), de modo que: “aún
bajo el imperio del principio de placer existen suficientes medios y vías para
convertir el objeto de recuerdo y elaboración anímica lo que es en sí mismo
displacentero (…) esto atestigua tendencias que serían más originarias que
el principio de placer e independientes de él” (Freud, 1919: 17).
En esta intelección, conforme emerge del análisis integral
del audio, las situaciones de juego en “Tribilin” eran nulas, tan nulas que las
mellizas A., su prima K. y C., jugaban entre ellas a cambiarse las zapatillas.
Parece este un juego nimio, sin mayor entidad, pero si reparamos en el
juego simbólico del que nos hablaba Jean Piaget, conceptualizado como la
actividad que permite a los niños vivir otros mundos, poner en marcha su
creatividad y su imaginación, superar miedos y ganar confianza, podría
pensarse, tal vez, que C. y K. (dos de las más denostadas por las docentes)
jugaban a poner las zapatillas de las mellizas que, tal como las mismas le
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

refirieran a su madre, como eran buenas y se portaban bien no les pasaba


nada. Sin lugar a dudas, buscaban en esas “zapatillas” protección, sin
embargo, ello fue motivo de reprimenda por las maestras, llegando a arrojar
el elemento de resguardo arriba del ventilador (tal como lo hicieron saber
A. y J. A., coincidiendo ello con la escenificación que en la hora de juego
diagnóstica efectuara P. C. A., ante la Lic. Paula Castro, informando en su
testimonio la profesional que recreo que “revoleo de juguetes”).
Realmente lo vivido por esas nenas fue un calvario, no sólo
eran sometidas a destratos, malos tratos y conductas compatibles con
tormentos, sino que, en el intento de buscar precaria protección en unas
zapatillas (en el hogar no la podían buscar por expresa prohibición de las
maestras, no sólo los niños exponían que lo que sucedía en el jardín no
podía contarse en casa, sino que, en números pasajes del audio,
indistintamente las maestras compelían a los niños “Guay que vayas a decir
pelotudeces en tu casa”) fueron de todos modos martirizadas.
Por suerte, la inocencia de Constanza Bonati (al sugerir a C.
I. llevara a su hija a un jardín en el que la hicieran jugar) y la lucidez y
pronta acción de la familia H., permitió poner fin a ese calvario.
Haciendo hincapié en el juego simbólico, emerge del audio
aportado por la familia H. que unos niños entre ellos intentaban
instrumentar un juego, uno expuso que quería hacer un avión (tal vez para
volar de ese calvario) y la niña respondió que quería hacer una pistola (conf.
Secuencia ubicada en las dos horas -2.00.00-).
I. M. C. A. también buscaba protección en el osito que,
según dichos de su madre, necesitaba llevar para poder ingresar, pese a su
oposición, necesidad que era vedada por el conjunto de maestras.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Fue por demás gráfica su madre, al mencionar que “ir al


jardín era como una agonía, llegar a la casa era como revivir”.
Fueron de tal entidad sus “vivencias” en “Tribilín” que no
le podía decir que iban al jardín porque inmediatamente se oponía, de
modo que le decía que iban a conocer juegos nuevos, que iban a jugar. En
los primeros informes del jardín remarcaba que se aislaba y no se integraba
al juego y al grupo.
Tales suplicios aparecen, a modo ilustrativo, en las dos
secuencias más críticas acontecidas aquél 29 de enero de 2013. Así, a parir
de las dos horas, cincuenta y seis minutos, cuarenta segundos (2.56.40),
Yanina GOGONZA, denostando a J. le dijo: “¿estás loca?, cuando se te
pase seguís comiendo, la concha de tu herma (se audita el llanto
desgarrador de la bebé), mirá lo que hiciste”, intercedió Noemí NÚÑEZ:
“basta, basta J.”, GOGONZA le explica a NÚÑEZ: “no le hice nada
boluda, porque si me decís que yo la estaba obligando!, ¿qué vas a hacer?
comé con Noe este año estúpida”. Específicamente en 2.57.20 se escucha
un sonido compatible con una bofetada, seguido de los gritos de
GOGONZA dirigidos a la bebé que no dejaba de llorar: “dejá de hacer
fuerza!, ah! ahora resulta que se te da vuelta el orto y te pones a hacer
arcadas boluda, está loca esta pendeja, es una caprichosa de mierda, callete
no te quiero ni escuchar, vas a seguir comiendo como que me llamo
Yanina”. En 2.58.10 se percibe nuevamente un sonido de cachetazo,
contemporáneamente se acentúa el llanto de la pequeña, vociferando
GOGONZA: “dejá de hacer fuerza porque vas a terminar mal, ahora me
hiciste calentar en serio, tragate lo que tenés en la boca, ya me cansaste”. A
su lado habla la madre, Graciela. GOGONZA bramó: “Eso j. que vos no
me viste caliente”, la niña sigue llorando, G. gritó: “para un poquito nena,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

no ves que estoy ocupada”. GOGONZA se vuelve a dirigir a J.: “estás loca,
yo no te fumo flaca, cállate J., callete”.
En medio de todo este drama, en el que se suman gritos a
F., una nena dice “seño te queremos tanto”.
Este escenario, en el que la situación de maltrato transcurre
no sólo en presencia de Noemí NÚÑEZ sino con su personal intervención,
desecha “per se” la defensa ensayada por la misma al declarar en la
audiencia de debate.
Reconoció la nombrada su voz en algunos pasajes del
audio. Luego de hacer una pormenorizada reseña de todo lo que a su
entender “había perdido” con motivo de este proceso judicial, y todas las
“penurias” por las que debió atravesar, reparando únicamente en su
situación, a instancias de la defensa, y teniendo a su vista el plano de fs. 17,
señalando la ubicación de las salas y la cercanía de la de bebés y la de un
año con respecto a la oficina en la que se desarrollaban las entrevistas.
Aclaró que había cuatro aulas, en 2012, en la de bebés se desempeñaba ella,
en la sala de un año Mariana Hess, en la de dos años Gisela y Mariana
Buchniv y en la de tres años Mariana Buchniv.
Con respecto a la grabación se señaló en el momento en el
cual recibió a M. H., expresando que cuando iba con el papá hacía
escándalos o se portaba mal, era algo que siempre pasaba, porque M.
cuando iba con la madre llegaba tranquila. Lo dijo sin intención de
ofenderlos o que se sintieran mal.
También se sindicó refiriéndole a M. lo que calificó de
“frase hecha” al mencionarle, cuando ésta jugaba con los pañales “deja de
sacar los pañales o vas a cobrar”, destacó que obviamente no la forma
adecuada de hablarle a un niño, pero era una frase nada más.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Negó haber estado presente en el momento en que se llevó


a un niño a la pileta. Aclaró que fue convocada por Yanina porque un niño
había vomitado, siendo su función higienizarlo, de modo que únicamente
con tal finalidad lo ausentó de la sala.
Aseguró que nunca dejaron solos a los chicos en el jardín.
En la sala de bebés había una puerta corrediza que dividía el sector de
cunas del de juego (vide fs. 88).
El día de la grabación, en el jardín estaban Yanina, Noelia,
Graciela y ella. Sindicó nuevamente su intervención en la secuencia 3.29.20,
en la que arman el tren para ir a almorzar, y en 3.41.00, diciendo: “pipi te
vas a sentar en la puerta, V. (…) B. a. bien y déjate de hacerte el boludo”;
“B. c., .. no jueguen con los pañales, vos sacas pañales y cobras M.”
(3.57.00).
Aseguró, tras auditar los malos tratos, que de percibirlos no
los hubiera permitido, sin embargo, además de la secuencia ya descripta, en
el fragmento en que GOGONZA denostaba a J., que lloraba
desconsoladamente, se advierte su voz refiriendo: “ponele una mamadera
en la boca”, respondiéndole GOGONZA, a los gritos, “M. está con el orto
dado vuelta, llora por todo”.
En la porción situada en 1.28.35 una niña llora,
GOGONZA le dice en tono agresivo “cállate”, y NÚÑEZ replicó: “cállate!
Queres ir a la pileta?”. Por si ello fuera poco, en la sección en la que
GOGONZA vociferó: “decime por qué vomitaste pendejo de mierda, por
tu vieja hayas tragado ya M.” (2.42.25) estaba presente NÚÑEZ, la propia
GOGONZA se refiere a ella como M.; también se la escucha diciendo
“ponete las zapatillas o te vas al agua”.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Superando la capacidad de asombro, en la primer situación


de inusitada violencia, desplegada respecto de la pequeña J. B. (recordemos
que la segunda fue la registrada desde 2.56.40 en adelante), ante el llanto de
la niña GOGONZA bramó: “Basta J. terminala nena”, NÚÑEZ agregó:
“además no le pasó nada, explicame ¿qué le pasa?, (sigue llorando), no te
entiendo cual es el problema, ¿qué es lo que le pasa?”. GALLARDO dijo:
“a ella es la que le tiré yo los pelos” (la infante sigue llorando),
seguidamente GOGONZA vociferó: “mirame a Noe y a mí –y dijo algo
que no llega auditarse porque el sonido de un golpe seguido del llanto de la
bebé trascendió al de la voz-“, finalmente le refirió “Si no te vas te aburris,
no se, te vas con tu mama flaca” (1.29.29 en adelante).
De tal modo, cae de Perogrullo la versión intentada por
NÚÑEZ.
El holgado plexo probatorio, también destierra sin mayor
esfuerzo de análisis, los irracionales descargos que por escrito
oportunamente presentaran Mariana Buchniv (fs.1024/1027 y vta); Yanina
Gogonza (fs. 1046/1047 y vta); Noelia Gallardo (fs.1071/1073 y vta) y
Gisela Diap (fs.1079/1081 y vta).
Reparando en los informes psicológicos practicados
respecto de cada una de las acusadas, en lo que concierne a Noemí
NÚÑEZ, declaró en la audiencia de debate la perito de parte, Licenciada
Ana María BRUSCO. Explicó que la estructura del yo estaba bien
integrada, que tenía capacidad para controlar los impulsos. Consultada si
estaba haciendo terapia dijo que ella estaba bien con ella, sólo este episodio
había concluido su proyecto de vida. No exteriorizó signos de angustia o
ansiedad, luego se consignó que evidenció angustia en dos oportunidades
cuando perdió todo es más que perder su trabajo es perder sus alumnos y
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

perder la ilusión y proyecto no sólo de trabajo sino de vida y cuando se


refirió a la situación mediática y social. Usaba el pensamiento como
moderador de la descarga.
Acentuó, a preguntas del Dr. Diego Ferrari, que la evaluada
contralaba sus impulsos, de modo que si ejecutaba un acto violento,
desmesurado en relación al ambiente o sujetos, ello implicaba que actúa
libremente.
En la situación de Yanina Gogonza, durante el proceso de
evaluación (fs. 922/924 y vta), mantuvo una posición defensiva de cautela,
mostrando un estilo de presentación de características pueriles. Tras esta
semblanza, se objetivaron indicadores de un alto monto de agresividad
encubierta –a nivel latente- e inestabilidad en el control de la impulsividad
en una persona con rasgos de inmadurez. Es decir, su modalidad
conductual podría fluctuar entre el control excesivo regulado
defensivamente y respuestas emocionales poco elaboradas. Se
observaron componentes de rivalidad y competencia en los vínculos,
componentes disociados, es decir no reconocidos como propios. Es
factible que en situaciones de tensión psíquica no logre integrar
armoniosamente sus impulsos, advirtiéndose un significativo monto de
tensión agresiva, de manera tal que la misma podría ser actuada, esto es,
irrumpir en la conducta manifiesta en forma disociada del resto de la
personalidad, sin la adecuada elaboración de los procesos del pensamiento.
Es decir, contaría con escasos recursos psíquicos que le posibiliten
amortiguar de manera eficaz los afectos intensos o bien integrarlos a la
estructura cognitiva.
Se observó una organización yoica vulnerable, en la que se
advirtieron indicadores de componentes regresivos y tendencia hacia lo
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

concreto. Se registraron indicadores de fuerzas externas adversas, lo cual


podría tratarse de la proyección de los impulsos más arcaicos de la
personalidad que no son reconocidos como propios. Su capacidad de
introspección es limitada. La modalidad defensiva está exacerbada y se
asienta en el uso estereotipado de la formación reactiva, como así
también de la disociación, idealización, negación y proyección como
mecanismos de defensa prevalentes del aparato psíquico; de bajo nivel
adaptativo, siendo factible que resulten ineficaces para la resolución de
situaciones complejas.
En lo concerniente a Noelia Gallardo (fs. 919/921), se
destacó que, a nivel afectivo, se observó nomotimia sin manifestaciones de
angustia o ansiedad durante la evaluación. Evidenció una personalidad de
estructuración neurótica. Por sus características de personalidad: inmadurez
emocional, escasa capacidad de tolerancia a la frustración, tendencias
dependientes y utilización de mecanismos defensivos con bajo nivel de
flexibilidad, se detecta impulsividad y escasos recursos psíquicos que le
permitan armonizar y modular plásticamente impulsos y emociones,
pudiendo tener en situaciones complejas efectivamente o vividas como tal,
conductas impulsivas, sin poder manejar adaptativamente la tensión o
angustia presentes en el aparato psíquico.
Sobre Mariana Buchniv (fs. 913/915 y vta), se consignó que
presentaba una estructura de personalidad de tipo neurótica, con rasgos
narcisistas, cuya organización yoica está constituida con un alto grado de
inmadurez. Se trataría de una persona egocéntrica, cuya modalidad de
presentación es defensiva, con una actitud de reserva y prudencia con la
intención de causar una impresión favorable. Su expresión emocional es de
tipo histriónica, expansiva a inmadura observándose la presencia de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

indicadores de tensión intrapsíquica y bajo umbral de tolerancia a la


frustración. Se observaron trastornos a nivel de la lógica formal del
pensamiento en cuanto a la integración de partes en un todo con tendencia
a sacar conclusiones a partir de elementos aislados. En base a tales
parámetros, se concluyó que contaba con una estructura de personalidad de
tipo neurótica, con rasgos de narcisismo e histrionismo sostenida en una
organización yoica inmadura.
En cuanto a Gisela Diap (fs.925/930), se destacaron como
rasgos de personalidad la inmadurez psicoafectiva con bajo umbral de
tolerancia a la frustración, rasgos de tipo dependiente y tendencia a la
idealización. Tiende a entablar vínculos dependientes con bajo grado de
discriminación del otro significativo. Evidenció el empleo de mecanismos
defensivos de tipo neurótico (represión, desplazamiento, proyección,
negación) para enfrentar conflictos intrapsíquicos.
Coincidieron los señalados informes psicológicos en que no
se advirtió, en las evaluadas, productividad patológica que deteriore la
función judicativa-.
Tenían plena capacidad de comprensión.
En la materialidad objeto de reproche penal, el dolo del
sujeto activo comprende el conocimiento de la situación generadora del
deber de actuar, de la ausencia de la conducta mandada, de las
circunstancias que fundamentan la posibilidad de actuar, el peligro que
genera, y las relativas a la posición de garante. Tanto NÚÑEZ, como
BUCHNIV, DIAP, GOGONZA y GALLARDO tenían cabal
conocimiento del deber que les incumbían en razón de la función que
cumplían –docentes y auxiliares de un jardín maternal-, fueron
constantemente alertadas por los progenitores de los niños víctimas acerca
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

del riesgo en el que los colocaban con sus conductas -distintas de las
debidas-. Eran conscientes del maltrato que dispensaban a los pequeños,
por ello BUCHNIV negaba ante los padres las situaciones objeto de queja
(bebé sólo en una sala llorando, cambio de pañales); DIAP en igual sentido,
aseguró al padre de M. R. G., que la mancha en el cachete con la que un día
la retiró del jardín se trataba de marcas de témperas negras, cuando en
realidad era un importante hematoma. GOGONZA, en un segmento del
audio (situado en 2.55.22) le dijo a un niño “te das cuenta que no puedo
tratarte bien a vos”, dando cuenta con ello de la intelección de la acusada
respecto del trato dispensado a los pequeños a su cargo. Fue categórica, en
lo que atañe a NÚÑEZ, la Licenciada Brusco, en cuanto, tras destacar que
la nombrada contaba con pleno control de sus impulsos, reconoció que
justamente por ello, un acto violento o desmesurado de su parte, daba
cuenta de su actuación libre, esto es, con discernimiento, intención y
voluntad.
Explica Jakobs que el omitir típico no es la falta de un
suceso, sino también la responsabilidad por un curso causal en el cual es
posible intervenir. En el caso, cada una de las acusadas, pese a la efectiva
capacidad de actuar, no sólo no interfirieron, voluntariamente, la causalidad,
sino que además, a través del maltrato, afectaron de modo concreto la
integridad psicofísica de los niños.
Desde el punto de vista de la ley, quien no impide un
resultado estando jurídicamente obligado a impedirlo pone una condición
negativa como garante responsable, es decir, causa el resultado en el sentido
de la ley, y sobre ello me expediré en la calificación legal.
Ausente, entonces, cualquier elemento que pueda llegar a
generar en mi intelecto alguna mínima vacilación acerca de la respuesta que
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

en este momento habrá de concederse al interrogante que nos plantea la


presente cuestión en trato, del modo en que quedara trabada, por la postura
de las partes, entonces, ella habrá de ser indisputablemente por la
afirmativa, por cuanto considero que los elementos habidos para la
elucidación del caso, demuestran acabadamente que no a otras que a
Mariana BUCHNIV; Yanina Graciela GOGONZA; Vanina Gisela DIAP;
Noemí Elizabeth NUÑEZ; Noelia Soledad GALLARDO; corresponderá
atribuir el rol de activas respecto de la materialidad omisiva que de tal modo
les habrá de ser en este momento reprochada.
Así, los presentes elementos de juicio, meritados
armoniosamente, permiten estructurar la certera convicción razonada sobre
la autoría que les cupo a cada una en el evento, sin que otra cosa pueda
válidamente predicarse al respecto.
VOTO POR LA AFIRMATIVA (arts. 371 inc. 2º y 210 del
CPP).-

A la misma cuestión, el Sr. Juez Dr. Hernán SAN


MARTIN, dijo: compartiendo en un todo los fundamentos, adhiero mi
voto al de mi colega preopinante, Dr. ECKE, por ser ello mi sincera, íntima
y razonada convicción, dando así mi VOTO POR LA AFIRMATIVA (arts.
371 inc. 2º, 373 y 210 del CPP).-

A la misma cuestión, la Sra. Juez Dra. María


COELHO, dijo: compartiendo en un todo los fundamentos, adhiero mi
voto al de mi colega preopinante, Dr. ECKE, por ser ello mi sincera, íntima
y razonada convicción, dando así mi VOTO POR LA AFIRMATIVA (arts.
371 inc. 2º, 373 y 210 del CPP).-
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

A la TERCERA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Federico


G. ECKE, dijo:
Entre los elementos aportados al juicio durante la
realización de la audiencia de debate, y los que fueran incorporados por su
lectura, no advierto la existencia de circunstancias que pudieren operar
como eximentes en favor de las acusadas.
En el marco legal, he de decir que las partes no han
invocado causales de exculpación ni de inimputabilidad, ni a su vez
tampoco las advierte el suscripto.
Debe decirse pues que pueden y deberán personalmente
responder penalmente por la materialidad objeto de reproche.
Descarto igualmente la existencia de excusas absolutorias o
causas de inculpabilidad que puedan exceptuar de pena a las acusadas.
Por ello, respecto de esta cuestión tercera, VOTO POR LA
NEGATIVA, por ser ello mi sincera y razonada convicción (Arts. 34 inc.
1ero. -a contrario sensu- del C. Penal; 210, 371 inc. 3ero. y 373 del CPP).

A la misma cuestión, el Sr. Juez Dr. Hernán SAN


MARTIN, dijo: compartiendo en un todo los fundamentos, adhiero mi
voto al de mi colega preopinante, Dr. ECKE, por ser ello mi sincera, íntima
y razonada convicción, dando así mi VOTO POR LA NEGATIVA. (arts.
371 inc. 3º, 373, y 210 del CPP).

A la misma cuestión, la Sra. Juez, Dra. María


COELHO, dijo: compartiendo en un todo los fundamentos, adhiero mi
voto al de mi colega preopinante, Dr. ECKE, por ser ello mi sincera, íntima
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

y razonada convicción, dando así mi VOTO POR LA NEGATIVA. (arts.


371 inc. 3º, 373, y 210 del CPP).

A la CUARTA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Federico


ECKE, dijo:
Si bien en sus conclusiones finales, las partes acusadoras no
valoraron pauta atemperante alguna, sin perjuicio que tampoco fueron
invocadas por las defensas, tal como me ciñe la normativa de fondo,
pondero “ex officio” la ausencia de condenas anteriores que emerge de los
informes de fs. 631, 779, 633, 775, 636, 1118, 781, 1124, 776, 1122 y 1187.
Por lo vertido a esta cuestión, VOTO por la
AFIRMATIVA, siendo ella mi sincera y razonada convicción (arts. 371 inc.
4º, 373 y 210 del C.P.P.).-
A la misma cuestión, el Sr. Juez Dr. Hernán SAN
MARTIN, dijo: compartiendo los fundamentos, adhiero mi voto al de mi
colega preopinante, Dr. ECKE, por ser ello mi sincera, íntima y razonada
convicción, dando así también mi VOTO POR LA AFIRMATIVA (arts.
371 inc. 3º, 373, y 210 del CPP).
A la misma cuestión, la Sra. Juez, Dra. María
COELHO, dijo: adhiero mi voto al de mi colega preopinante, Dr. ECKE,
por ser ello mi sincera, íntima y razonada convicción, dando así también mi
VOTO POR LA AFIRMATIVA (arts. 371 inc. 3º, 373, y 210 del C.P.P.).-
A la QUINTA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Federico
ECKE, dijo:
Los Sres. Fiscales, con adhesión de los particulares
damnificados, invocaron como agravantes la pluralidad de víctimas, un total
de treinta, cuyas edades oscilaban entre los 45 días y tres años, la modalidad
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

comisiva, el maltrato infantil, la intensidad de dicha modalidad, la extensión


en el tiempo, la indefensión de los damnificados, su acentuada
vulnerabilidad, la extensión del daño no sólo en las psiquis de los menores
sino también de todos los miembros de las familias.
Por su parte, la Sra. Defensora Oficial, Dra. María Dolores
Gómez sostuvo que la modalidad comisiva en un delito de omisión no se
aplica. Respecto de la intensidad, con un solo día de escuchas no se puede
saber si es tal. En cuanto a la extensión en el tiempo no está probado y el
estado de indefensión está contemplado en el tipo penal.
En este nivel, entiendo que entre las razones que fueran
expuestas en sentido aumentativo por la Acusación, debería acogerse
solamente la relativa a la modalidad comisiva desde que, sin desconocer la
estructura de la tipicidad omisiva, la no realización de la conducta debida
por parte de las activas implicaron situaciones de “maltrato infantil”,
colocando de tal modo en peligro la salud de los infantes.
Explica Donna, siguiendo a Gössel, que "el bien jurídico
protegido por la figura [es] la vida e integridad corporal del sujeto pasivo,
exigiéndose que exista un peligro real para la víctima del delito" (Donna,
Edgardo, "Derecho Penal. Parte Especial", T° I, Ed. Rubinzal-Culzoni,
2003, pág. 370).
Cada una de las justiciables, faltando a las obligaciones
propias de sus funciones, en virtud de sus calidades de garantes, además de
no hidratarlos y alimentarlos adecuadamente, no higienizarlos, y dejarlos
por períodos sin supervisión, llegando a padecer golpes evitables ante la
presencia y cuidado de un adulto responsable, los sometieron a distintas
situaciones de maltrato por demás referidas en la cuestión primera del
veredicto. La magnitud de éstas últimas, es decir, las dosis innecesarias para
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

llevar adelante el emprendimiento delictivo, traspasando las exigencias del


tipo penal aplicable, por ende ese excedente que configura una
intensificación de la afectación de los bienes jurídicos tutelados, es
revelador de una mayor peligrosidad, concepto abarcado por el art. 41 del
Código Penal, implicando un mayor desvalor del acto.
Es que, conforme la prohibición estatuida en el art. 41 del
Decreto Nro. 2299, del 22/11/11, “Reglamento General de las
Instituciones Educativas de la Provincia de Buenos Aires”, en su
desempeño los docentes no deberán: “inc. 15. hacer demostraciones que
impliquen un afecto o desafecto inapropiados a los alumnos, en el contexto
de los usos sociales admitidos; 16. agredir física, psicológicamente y/o
mediante calumnias o injurias a los alumnos u otros miembros de la
Institución…”. El art. 42 del mismo cuerpo normativo, establece que “Los
principios y prescripciones contenidas en las disposiciones del presente
capítulo, serán aplicables al personal administrativo y/o auxiliar de la
educación”.
La Organización Mundial de la Salud ha definido al
“maltrato infantil” como los abusos y la desatención de que son objeto los
menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o
psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial
o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o
dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de
una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la
violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato
infantil.
En la integralidad de esta concepción pudo haberse
cimentado la confusión que condujo a la defensa rechazar esta modalidad
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

comisiva en el marco de una tipicidad omisiva. El punto central o el de


conflictividad radica en que los niños aún no han encontrado protección en
el Código Penal Argentino, como sí lo han logrado los animales (con las
figuras penales creadas por Ley 14.346, B.O 5/11/54), las mujeres (con las
modificaciones instrumentadas por Ley 26.791 (B.O. 14/12/2012), en
consonancia con la normativa de género), las minorías religiosas y sexuales
(en la última ley de mención).
Resulta llamativo ello, cuando corresponde a los niños
mayores protecciones. En el Sistema Interamericano, y tal como fue
señalado en las discusiones de la Convención sobre los Derechos del Niño,
“los niños poseen los derechos que corresponden a todos los seres
humanos –menores y adultos– y tienen además derechos especiales
derivados de su condición, a los que corresponden deberes específicos de la
familia, la sociedad y el Estado”, porque los niños, “[e]n razón de su
inmadurez y vulnerabilidad , requieren protección que garantice el ejercicio
de sus derechos” (Corte IDH. Condición jurídica y derechos humanos del
niño. Opinión Consultiva OC-17/02, del 28 de agosto de 2002. Serie A No.
17, § 134, considerando 57).
Por ende, los derechos a las garantías judiciales deben
“interpretarse a la luz del corpus juris internacional de protección de los
niños”. En particular, “es a la luz de la Convención sobre los Derechos del
Niño, las Reglas de Beijing , las Reglas de Tokio y las Directrices de Riad,
que la Corte interpreta los derechos aplicables a los niños sometidos a
procesos judiciales y otros procesos que siga el Estado” (OC de cita,
considerandos 60 y 61).
Ha establecido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos que “los Estados Partes garantizarán en la máxima medida
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

posible la supervivencia y el desarrollo del niño”, “….velarán por que: a)


Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes…” (CIDH, “El Derecho a la Información sobre
la Asistencia Consular en el marco de las Garantías del Debido Proceso
Legal”, Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999. Serie A
No. 16 párr. 113; cfr. Corte IDH. Caso de los “Niños de la Calle”
(Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 19 de
noviembre de 1999. Serie C No. 63, párr. 192).
“Las normas (contenidas en la Convención de los Derechos
del Niños) permiten precisar, en variadas direcciones, los alcances de las
“medidas de protección” a que alude el artículo 19 de la Convención
Americana. Entre ellas, merecen ser destacadas las referentes a la no
discriminación, a la prohibición de la tortura y a las condiciones que deben
observarse en casos de privación de la libertad de niños /CIDH, Caso de
los Hermanos Gómez Paquiyauiri Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 8 de julio de 2004). Y destaco, cuanto más de niños libres,
cursando la primer infancia.
Ha puesto de resalto la Organización Mundial de la Salud
que “El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las
familias, y puede tener consecuencias a largo plazo. El maltrato causa estrés
y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos
extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e
inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la
infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y
mentales…”(vide:http://www.who.int/es/news-room/fact-
sheets/detail/child-maltreatment ).
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En el caso de autos, se corroboró en el actuar de las


docentes y auxiliares, la causación de sufrimientos graves -físicos y
mentales-, aplicando castigos e intimidaciones a los pequeños, a través de
destratos, malos tratos y conductas compatibles con tormentos.
El audio que diera génesis a la pesquisa registró la rutina del
turno mañana de una única jornada al azar, de la colonia de vacaciones. Dio
cuenta que las adultas responsables, insultaban, denigraban, denostaban,
burlaban, amenazaban, aislaban y agredían físicamente a los niños bajo su
cuidado, llegando a sumergir sus cabezas bajo el agua si no cumplían sus
exigencias o simplemente si realizaban algún actuar que ameritara trabajo a
las mismas.
Así, las amenazas de ir a la pileta o al baño se escucharon
ante el llanto de un niño, o cuando uno se desató algo, siendo esto último
precedido de un cachetazo seguida de la amenaza “¿querés ir al baño?”.
Esta amenaza fue materializada sobre el pequeño A. M., quien en la hora de
la comida vomitó, ante esta conducta Gogonza lo maltrató verbalmente y
Núñez -se deduce de la grabación- lo llevó a sumergirle la cabeza bajo el
agua mientras el nene imploraba “al agua no, al agua no”.
Las constantes amenazas efectuadas de manera indistinta
por cada docente en el curso de aquélla jornada, relativas a llevarlos al agua
o al baño, dan cuenta de la habitualidad de tal tormento. Si bien esto
comprendería, en principio, sólo a quienes estuvieran presentes ése día
(NÚÑEZ, GOGONZA y GALLARDO), si se repara en las fobias al agua
evidenciadas, también, por los alumnos de BUCHNIV y DIAP, sumada a la
señalada frecuencia (al naturalizar la práctica), se advierte sin hesitación
alguna quedan abarcadas la totalidad de las maestras y auxiliares, no sólo las
comprendidas en este pronunciamiento, sino el restante personal que
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

tuviera actuación y contacto con los niños, incluso, la llamativamente


sobreseída Graciela Di Pascuale.
La intensidad de los malos tratos descriptos, condujo, a
determinados niños, a generar, como mecanismo de defensa, episodios de
ausencia. N. G., mamá de J. B. expuso que su descendiente registró tales
eventos, al describirlos evocó una situación compatible con el actuar de F.
J., relatada en la grabación por la propia Yanina GOGONZA, quien en la
secuencia situada a las dos horas, cincuenta y ocho minutos, cuarenta
segundos (2.58.40), tras la experiencia traumática que vivenciara la pequeña
J. (en la que la denostan, insultan y hasta golpean en la hora de la comida),
mencionó “F. está en pausa”. Tras ello, le anunció “F. te llevo al agua,
comé eso”.
Otro dato revelador lo introdujo L. G., mamá de M. B. C.,
en cuanto precisó que su hija, ente ruidos fuertes se aísla. Las conductas de
aislamiento también fueron acentuadas por los progenitores de L. M. e I.
M. C. A.. Además, la menor mencionada en primer lugar, ante los
profesionales actuantes graficó “mis muñecas comen, vomitan, van al
agua”. Situación ésta que efectivamente padeciera, aquél 29 de enero de
2013, A. M..
La nombrada M., puso de relieve la aludida intensidad con
el comportamiento que adoptara ante cualquier situación –a su entender-
susceptible de llamado de atención, ante las mismas se encerraba en el baño
–o placard- o colocaba la cabeza bajo el agua del bidet. Reflejó de tal modo,
que había internalizado en su intelecto que encierro, baño y agua eran igual
a castigo, o, en palabras de Constanza Bonati, penitencia.
Entonces, si bien, como se destacara, la intensidad de los
malos tratos, actos crueles y castigos aplicados en niños no tienen recepción
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

en un tipo penal específico, sin lugar a dudas implican un mayor desvalor


del acto, merecedor de un acentuado reproche. Sobremanera, si
consideramos que: “El maltrato infantil es un problema que impregna a
toda la sociedad, que a menudo ejerce un impacto negativo devastador en
los niños, no solamente durante la infancia, sino que durante toda la vida”
(Cicchetti D, Toth SL. Developmental psychopathology perspective on
child abuse and neglect. Journal of the American Academy of Child and
Adolescent Psychiatry 1995;34(5):541-565 //Manly JT, Kim JE, Rogosch
FA, Cicchetti D. Dimensions of child maltreatment and children's
adjustment: Contributions of developmental timing and
subtype. Development and Psychopathology 2001;13(4):759-782
//Malinosky-Rummell R, Hansen DJ. Long-term consequences of
childhood physical abuse. Psychological Bulletin 1993;114(1):68-79//
Trickett PK, McBride-Chang C. The developmental impact of different
forms of child abuse and neglect.Developmental Review 1995;15(3):311-
337).
En consonancia con la postura expuesta se ha dicho: “La
violación del art. 41 ocurre cuando se consideran elementos de la figura
delictiva en aplicación como circunstancias agravantes, pero no si el modo
de comisión es considerado como revelador de mayor grado de injusto o de
culpa, tal como específicamente lo prevé dicha figura legal”. (Trib Casac.,
Sala I, c. “N.,C. s/ Recurso de Casación” RSD-88-99, rta. 22-4-1999).
También habrá de receptarse como severizante la pluralidad
de víctimas, al ascender a un total de veinticinco, sólo comprendidas en este
pronunciamiento.
Sin embargo, la extensión en el tiempo, la extensión del
daño y el estado de vulnerabilidad de las víctimas, son circunstancias
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

abarcadas en la tipicidad penal aplicable, por lo que no corresponde su


ponderación en este tópico.
Si bien comulgo con la opinión que vertiera mi distinguida
colega, Dra. Coelho en la extensa deliberación, relativa a la forma
institucional de comisión y la directa revictimización de los menores
víctimas, lo cierto, es que no lo ponderaré para no causar sorpresa a las
defensas, toda vez que no fueron circunstancias invocadas por la Acusación
ni discutidas en el debate.
Por lo dicho, a esta cuestión, VOTO por la AFIRMATIVA,
siendo ello mi sincera y razonada convicción (arts. 371 inc. 5º, 373 y 210 del
CPP).
A la misma cuestión, el Sr. Juez Dr. Hernán SAN
MARTIN, dijo: Comparto la pauta severizante postulada por el
distinguido colega preopinante, Dr. ECKE, siendo ello mi sincera, íntima y
razonada convicción, doy así también mi VOTO POR LA AFIRMATIVA
(arts. 371 inc. 3º, 373, y 210 del CPP).-
A la misma cuestión, la Sra. Juez, Dra. María
COELHO, dijo: Compartiendo la postura de los colegas y en
consonancia con la misma agrego que al maltrato infantil descripto
brillantemente por el Dr. Ecke como factor severizante y excesivo al tipo
penal, lo abarca y lo acentúa la forma institucional de comisión.
Sostengo que las conductas maltratadoras de los menores
no fueron cometidas en forma aislada e independiente por las
coencartadas, sino en un marco institucional y de mayor exigibilidad legal
como garantes de los derechos de los niños acorde a las previsiones de la
leyes nacionales 23.849; 26,061 y provinciales 13.298 y 13,634, lo que en mi
opinión justifica un severo aumento de las necesidades preventivas.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Ello sin contar la directa revictimización que ha


provocado en los menores víctimas este proceso penal, donde debieron
ser sometidos a pericias y estudios en contextos altamente traumáticos, sin
poder afrontar y tramitar por si solos los efectos del delito, en largas y
tediosas esperas en ámbitos de los Juzgados de Responsabilidad Juvenil
donde se mezclan menores en conflicto con la ley penal y menores
víctimas, de lo que dieron cuenta con intenso dramatismo algunos de los
padres en la audiencia.
En sintonía con los parámetros analizados en el fallo
"Gallo Lopez" por la Corte Nacional, al referirse a la vulnerabilidad de los
menores de edad cuando son víctimas de delitos, en línea con una
verdadera perspectiva convencional y constitucional de la infancia .
Con tales alcances, doy así también mi VOTO POR LA
AFIRMATIVA (arts. 371 inc. 3º, 373, y 210 del C.P.P.).-

VEREDICTO

Atento al resultado de las cuestiones planteadas


anteriormente y decididas, el Tribunal, POR UNANIMIDAD,
RESUELVE:
DICTAR VEREDICTO CONDENATORIO respecto
Mariana BUCHNIV; Yanina Graciela GOGONZA; Vanina Gisela
DIAP; Noemí Elizabeth NUÑEZ y Noelia Soledad GALLARDO, de
las demás circunstancias personales obrantes en autos, en relación a los
hechos por las que vienen juzgadas, situados en el curso año 2012 y el mes
de enero de 2013, en el Jardín maternal “Tribilín”, que funcionara en
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

O´Higgins nro, 591, de la localidad y partido de San Isidro, provincia de


Buenos Aires.-
Con lo que se dio por terminado el acto, firmando los Sres.
Jueces por ante mí, de lo que doy fe.-

CAUSA Nº 4895, "Mariana BUCHNIV; Yanina


Graciela GOGONZA; Vanina Gisela DIAP; Noemí Elizabeth
NUÑEZ; Noelia Soledad GALLARDO s/ abandono de persona
agravado por el resultado, lesiones y amenazas"

///En la Ciudad de San Isidro, el día 5 del mes de


Noviembre del año Dos Mil Dieciocho, reunidos en Acuerdo los Sres.
Jueces integrantes del Tribunal en lo Criminal Nº 4 Departamental, Dres.
Federico ECKE, Hernán SAN MARTÍN y María COELHO -Juez
integrante del Tribunal en lo Criminal nro. 7 Dptal., componiendo este
Organo en virtud del acuerdo operado por los Señores Jueces de los
Tribunales en lo Criminal Departamentales el día 28 de mayo de 2012, de
conformidad con lo que emerge de la Resolución de Presidencia de la
S.C.B.A. Nº 1644/12-, bajo la Presidencia del nombrado en primer
término, y actuando como Secretarios los Dres. Paola Soledad García
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Ferrer y Matías Nicolás Aprile, para dictar sentencia, conforme a lo


dispuesto por el artículo trescientos setenta y cinco del Código de
Procedimiento Penal, en la causa N°4895, seguida a Mariana BUCHNIV;
Yanina Graciela GOGONZA; Vanina Gisela DIAP; Noemí Elizabeth
NUÑEZ y Noelia Soledad GALLARDO; y practicado el sorteo que rige
la ley, resultó que en la votación debía observarse el siguiente orden: Dres.
ECKE, SAN MARTIN y COELHO.-

CUESTIONES

PRIMERA: Con relación al hecho que ha sido probado en


el veredicto que antecede ¿Cuál es la calificación legal del mismo? (art. 375
inc. 1º del C.P.P.). ¿Es nulo el alegato del Dr. Ferrari?
SEGUNDA: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar
respecto de las encausadas? (art. 375 inc. 2º del C.P.P.).
A la PRIMERA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Federico
G. ECKE, dijo:
En lo medular, tanto la acusación pública como privada,
reprocharon a las imputadas haber colocado en peligro la salud tanto física
como psíquica de los niños cuyo cuidado tenían a cargo frente a las
obligaciones legales que les competían al no prestarles la ayuda, vigilancia
cuidados, auxilio y contención necesarios para su desarrollo, educación,
manutención, preservación, e integridad de la salud.
Como primera observación se impone destacar que la
línea que asumió la acusación (pública y privada) durante todo el transcurso
del proceso frente a las conductas de las enjuiciadas; a saber: instrucción,
lineamientos de apertura y luego en los alegatos de clausura del debate,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

versaron sobre reproches de conductas omisivas, aunque con una


interpretación más extensiva en el caso de los particulares damnificados
buscando una condena aún mayor endilgándole a tres de las incusas
(GALLARDO, GOGONZA Y NUÑEZ) el delito de amenazas coactivas
previstas por el art. 149 bis segundo párrafo del C.P.
Respetando este enfoque, adelanto que la interpretación
legal será igual a la alegada por las partes acusadoras en la discusión final,
que vale recalcar absorberá aquel delito contra la libertad achacado por los
acusadores privados.
Así en el estricto sentido de ordenar el análisis de esta
cuestión, la calificación que se adecua a las conductas probadas en cabezas
de las encartadas en el debate resultan configurativas del delito de
abandono de persona agravado por haber causado grave daño en la salud
de las víctimas; en perjuicio de los niños: R. B. G.; I. M. C. A., M. R. G.; I.
V.; C. G. D.; I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. B.; F. J.; D. R. N.; A. R.
N.; M. C.; L. M.; B. N.; G. J.; L. Z.; K. A.; A. M.; P. C. A., J. y A. A. B.,
conforme lo dispuesto por la manda del art. 106 párrafos primero y
segundo del Código Penal, en función del art. 54 del C.P.
Y en el transcurso del debate, conforme la prueba
producida, quedó debidamente acreditado que las encausadas obraron con
pleno conocimiento de su reprochable accionar y libertad de poder hacer lo
contrario, es decir, de la situación típica que comprende la norma, llámese
Dolo.
Cabe destacar: "...que el derecho de defensa se concibe
como un derecho de rango fundamental, atribuido a las partes de todo
proceso, que consiste básicamente en la necesidad de que éstas puedan ser
oídas, en el sentido de que puedan alegar y probar para conformar la
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

resolución judicial, y de que conozcan y puedan rebatir todos los materiales


de hecho y de derecho que puedan influir en la misma. La variación relativa
a la subsunción legal que aquéllos merecen, excede el amparo de aquélla
garantía en la medida que su cambio no implicó una variación de una
entidad tal que conlleve sorpresa y por ende indefensión, toda vez que el
objeto del proceso que es el que viene fijado en la requisitoria fiscal no es
un delito determinado sino un acontecimiento histórico que, eventualmente
constituirá uno de los tipos penales previstos legalmente...".( TCPBA, Sala
III, LP 63749 1374, " P. ,M. E. H. s/ Recurso de Casación, sentencia del
01/12/2015).
Y en el caso todas y cada una de las conductas
disvaliosas asignadas a las encartadas por la acusación -conglobadas en el
Abandono de persona agravado-, han sido materia del contradictorio con
una amplia y laboriosa intervención de las Defensas en resguardo de los
intereses de sus asistidas; como ha quedado de manifiesto durante las
jornadas que integraron el extenso y tenso debate.
Ello desde su alocución inicial en los lineamientos de
apertura, como el alegato de cierre y finalmente las réplicas que supieron
articular en el ejercicio del pleno derecho de defensa de sus representadas
contra los términos de la imputación que el bloque acusador sostuvo,
reitero.
De modo tal que ninguna sorpresa ni cuestión
novedosa se le presenta a las imputadas con este encuadre legal, cuyos
extremos han sido debidamente acreditados en los alcances del hecho
descripto en la materialidad ilícita conforme la prueba producida y discutida
a lo largo del plenario.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Párrafo aparte, se tratará la nulidad del alegato del Dr.


Ferrari reclamada por la Dra. Gomez y el Dr. Murcho, al verse
sorprendidos por la pretensión de condena de sus defendidas por el delito
de amenazas calificadas en términos del art. 149 bis segundo párrafo del
C.P, en virtud de no haber cumplido con la manda del art. 359 del Rito.
Continuando con el razonamiento sobre el que se apoya
la subsunción legal en cuestión, entiendo que la omisión por parte de
quienes tenían la obligación en función de sus calidades de garantes, es
decir, GALLARDO, GOGONZA, NUÑEZ, BUCHNIV Y DIAP, de
realizar la conducta debida -es decir no haber velado por la protección,
cuidado, desarrollo y fortalecimiento de la formación integral que debe
brindar la educación, al no hidratarlos y alimentarlos adecuadamente, no
higienizarlos, y dejarlos por períodos sin supervisión, llegando a padecer
golpes evitables ante la presencia y cuidado de un adulto responsable-, está
comprendida además por el sometimiento de los niños a su cuidado a
distintas situaciones de “maltrato infantil”, colocando de tal modo en
peligro la salud de los infantes, ocasionando graves afectaciones físicas y
psíquicas (ausencias, comportamientos compulsivos, enuresis, problemas de
aprendizaje, fobias al agua, pérdida de peso, broncoespasmos, temores,
entre otros tantos); tal como fuera explicitado al tratarse la materialidad
ilícita del Hecho, a la que por honor a la brevedad me remito.
Cito como referencia el caso “Antognazza” donde la
Cámara Primera en lo Criminal de Trelew condenó ante la privación de la
progenitora a la hija de la necesaria alimentación e hidratación, a raíz de lo
cual la niña presentó un cuadro de aguda desnutrición y deshidratación,
calificando los hechos en base a los preceptos del abandono de persona
agravado, en equivalencia a la subsunción legal inculpada; resuelto el
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

11/12/07 por la CSJN desestimado la queja intentada contra dicho


pronunciamiento, encaja como anillo al dedo, debido al intento fallido de
las defensas por garantizar la congruencia al estimar que debió el Ministerio
Público Fiscal redefinir o precisar la adecuación típica de los hechos y que
el supuesto agravado debía desecharse por cuanto sólo resultaba aplicable
en los casos de lesiones graves o gravísimas, omitiendo referirse a los
hechos que constituyeron la materia del juicio.
Nótese que la Ley 13.688 en el Art. 4 prevé: “La
educación debe brindar las oportunidades para el desarrollo y
fortalecimiento de la formación integral de las personas a lo largo de toda la
vida y la promoción de la capacidad de cada alumno de definir su proyecto
de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad, igualdad, respeto
a la diversidad natural y cultural, justicia, responsabilidad y bien común”, y
en el Art. 5: “La Provincia, a través de la Dirección General de Cultura y
Educación, tiene la responsabilidad principal e indelegable de proveer,
garantizar y supervisar una educación integral, inclusiva, permanente y de
calidad para todos sus habitantes, garantizando la igualdad, gratuidad y la
justicia social en el ejercicio de este derecho, con la participación del
conjunto de la comunidad educativa”. Finalmente en el Art. 16 establece:
“Los fines y objetivos de la política educativa provincial son: (…) h.
Garantizar, en el ámbito educativo, la salvaguarda de los derechos de los
niños y adolescentes establecidos en las Leyes Nacionales 23.849 y 26.061 y
las Leyes Provinciales 13.298 y 13.634.
El art. 106 del C.P. en su primer párrafo prevé el tipo
básico de abandono de personas, bajo dos modalidades de ejecución y
luego en el segundo y tercer párrafo, se establecen agravantes para el
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

abandono cuando además se produzca un resultado de lesión o muerte a la


víctima.
El tipo, tal como está relatado, no impide que la
conducta omisiva resulte equiparada con el hacer activo que encuentra
sentido en la especial situación o posición de garante que le imponía el
deber jurídico de impedir el resultado. Estamos frente a una omisión
impropia receptada por un tipo penal. Esta obligación puede provenir de
las fuentes tradicionales -ley, negocio jurídico o actuar precedente-
(FONTAN BALESTRA, C. Tratado de derecho penal. Parte especial, Bs.
As, Abeledo Perrot, 1969, p. 354, cit por Buompadre, J, Derecho penal.
Parte especial, 2da. Edición. Bs. As. Mario A Viera, 2003, p. 265).
El verbo típico contenido en el art. 106 del Código
Penal es “poner”, lo que significa que incurre en ese delito quien “coloca” a
otro en situación de peligro (actitud que implica una actividad del sujeto
activo tendiente a crear mediante un acto positivo esa situación de
desamparo) o quien “abandona” a su suerte (actitud que implica una
actividad del sujeto activo tendiente a crear mediante un acto no positivo
esa situación de desamparo.
La diferencia fundamental entre estas dos formas
comisivas del delito radica en que en el primer caso el sujeto activo crea una
situación de peligro para la víctima colocándola ex profeso en ella, tanto que
en el segundo esa situación de peligro es provocada por el agente en cuanto
simplemente deja de asistirla.
La pregunta es en relación a los verbos que emplea la
ley, ¿tienen un sentido puramente descriptivo o tienen más bien un carácter
adscriptivo o atributivo? (Asi fue puesto de manifiesto por SILVA
SANCHEZ, El nuevo Código Penal…, ps. 60-62. De modo similar
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

COBO/VIVES, Derecho Penal, PG, 3ra. Ed., Valencia, 1991, p. 303,


señalan que los verbos típicos no remiten como sustrato a una realidad
puramente naturalística, sino a una realidad dotada de significación social).
Al respecto, conviene tener consideración que para el lenguaje ordinario o
cotidiano, los verbos típicos suponen algo más que describir el proceso
causal y es el de atribuir responsabilidad por un determinado resultado.
La interpretación de los verbos típicos no debe implicar
necesariamente la descripción de procesos físicos de casación; pues este
modo limitado de inteligencia interpretativa atenta contra una correcta
hermenéutica de los tipos penales, habida cuenta que las conductas típicas
alcanzan real dimensión y sentido siendo interpretadas en el marco de la
descripción en la que se encuentran inscriptas, contenedora del sentido
social y jurídico que le es propio.
Como vengo sosteniendo, el tipo legal es complejo y
comprende varias hipótesis diferentes de comisión, “poner en peligro la
vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de desamparo, sea
abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que deba
mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado”.
Esto significa que el abandono o el desamparo tienen
que haber puesto en peligro la vida o la salud de la víctima; ellos son modos
de comisión del delito, y lo que la norma prohíbe es justamente, esa puesta
en peligro para el cuerpo, la salud o la vida.
Existe Jurisprudencia que ha interpretado este delito
como de pura actividad y de peligro abstracto, motivo por el cual se
configuraría aún cuando la víctima no haya sufrido ningún peligro real, por
ejemplo, si es auxiliada por un tercero (SCBA, 30/11/1984 “T.,A s/
abandono de persona”).
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En el caso de autos, desde el punto de vista objetivo, al


momento de quedar los niños víctimas sometidos a “maltrato”, el riesgo
existente era aún "abierto", o "general", en el que los cursos que en
definitiva afectaron a los párvulos -si bien resultaban previsibles- eran
diversos e indeterminados en su configuración concreta. De lo contrario,
estaríamos en presencia de un delito de resultado directo de lesión. De allí,
que las amenazas coactivas se insertan en el contexto de las conductas
disvaliosas que forman parte del tipo penal enrostrado. Más allá que no
resulta una variación del encuadre legal, aclaro que es respetuoso del
principio de congruencia y de la garantía constitucional de la defensa en
juicio.
Todas las imputadas se encontraban en posición de
garantes, tuvieron capacidad de acción y por consiguiente, estaban
obligadas a actuar para impedir el resultado, en distintos roles pero en el
ámbito de sus actividades.
No evitar un resultado que se estaban obligadas a evitar
es equivalente a la realización activa del tipo penal que prohíbe la
producción del mismo resultado (conf. Raúl Eugenio Zaffaroni, "Código
Penal Comentado", Ed. Hammurabi, Tomo IV, pág. 168).
Si recurrimos al “punto neurálgico de la
reprochabilidad”, la omisión a la cual se hace referencia en este ítem, es de
mayor peso, porque cumple todos los presupuestos del delito, cuyas
consecuencias causadas sobre los menores víctimas, fueron rayanas en
algunas oportunidades a los tipos penales de lesiones graves o incluso
gravísimas, hasta se podría hablar de “tormentos” o “torturas”, que para no
apartarme de la plataforma fáctica, honrando la congruencia, es que formo
la convicción que conlleva a la punibilidad.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

No huelga soslayar que muchas veces se equipara la


realización de una conducta determinada con la no realización,
manteniendo idéntica consecuencia punitiva, y consecuentemente, a una
norma que prohíbe actuar de un determinado modo se le hace decir que
impone una determinada conducta incrementando el ámbito de aplicación
del poder punitivo de un modo irracional y se recalca la función limitadora
que debe cumplir el derecho penal.
Debe prevalecer la limitación de la realidad a la par de la
restricción que impone la Constitución Nacional porque la interpretación
dogmática de la ley no puede ir más allá de los hechos.
Es evidente que existen comportamientos humanos
relevado en tipos penales como conductas relativas a un “hacer” o un “no
hacer debido”, que nunca dejan de ser prohibitivos. Lo distinguido para el
legislador es el valor axiológico de lo esperado por la norma, donde la
tipicidad surge cuando se la describe en el ordenamiento jurídico, en el
supuesto de haberse podido demostrar la capacidad de aquel sujeto de
realizar la acción determinada.
En punto a la relación que debe existir entre la omisión
del garante y el resultado, no se soluciona en el marco de la causalidad. La
cuestión debe ser planteada como un problema de imputación objetiva.
Nos encontramos con un reparto de roles dentro del
(Jardín Maternal), donde el rango de jerarquía se encuentra entre personas
de distinta autoridad (Directora, Vicedirectora, Maestras y Auxiliares), lo
cual nos da la idea de que siempre habrá una persona que debe vigilar y
supervisar actividades de sus subordinados en función a sus competencias,
como también, agentes con igualdad de rango a efectos de brindar una
determinada prestación a un tercero que reclama de los servicios,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

constituyéndose en ambas oportunidades como “garantes”, que a cabalidad


quedó demostrado que no respetaron, en ninguno de los casos, la “lex
artis” vulnerando el deber de cuidado y protección que les era propio por la
labor que desempeñaban. Asimismo, quien ocupaba la posición superior, o
mejor dicho, quien debía dar las instrucciones a los inferiores, ejercía su
profesión de docente de una manera indigna e irrespetuosa éticamente,
cuanto menos así quedó demostrado en el audio, que en la horizontalidad
de la división de trabajo, era reproducida autónomamente por las restantes,
lo cual se observa con la lectura del veredicto, al que remito, siendo un
absurdo considerar que las imputadas deben ser amparadas por el
“principio de confianza”, lo que a contrasentido sí, pasaría con los padres
de las criaturas, porque preveían que en la institución sus responsables no
se apartarían de los deberes, posibilitando que los niños se inicien en el
conocimiento, la comprensión y la organización del mundo en el que viven,
en el desarrollo de actitudes que favorezcan la responsabilidad en las tareas,
en comprender la realidad y expresión de su mundo interno a partir del
enriquecimiento de su capacidad creadora en el juego, en el desarrollo de
una buena convivencia basada en el respeto mutuo, en el mundo de los
valores individuales, sociales, culturales, entiéndase, en el marco de una
“Educación Inicial” que constituye una oportunidad y un derecho para
todos los niños, sin perjuicio, reitero, que la desconfianza que me generó
relatos cuasi calcados de los padres, y en casos la presentación dual de
fotografías de los hijos, se disipó con el vasto material probatorio que
conjeturalmente acreditó el hecho tal como viene siendo juzgado.
Continúo.
Lo que se infringe es un mandato al que están obligados
ciertos sujetos en cuanto a impedir determinados resultados.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En este sentido, la estructuración de este tipo penal


coincide con aquellos de comisión activa tanto en el plano estructural como
material, en cuanto son mecanismos que permiten realizar un control para
la evitación de determinados peligros de relevancia jurídico penal.
Quien vulnera su compromiso de evitación del riesgo
típico, está creando ese riesgo al no constituirse en salvaguarda del bien
jurídico ajeno.
“Queda claro que nos hallamos ante un delito de puesta
en peligro, toda vez que sólo se requiere un riesgo de lesión respecto de los
bienes jurídicos en juego; desde luego que la producción del resultado
constituye un elemento del tipo y ha de acreditarse caso por caso”.
(LEVENE, Ricardo, Manual de derecho penal. Parte especia, Zavalía,
Buenos Aires, 1976, ps. 131 y 132).
No escapa que la Defensa alegó la postura de
Buompadre, a la que también adhiere D´Alessio en cuanto a la aclaración
que hace la figura cuando se refiere a grave daño, deben entenderse las
lesiones graves y gravísimas contempladas en los arts. 90 y 91 del Cód.
Penal, mientras que las lesiones leves se encuentran subsumidas por la
figura básica.
No comparto tal postulado, y comulgo, por su parte,
con Nuñez que cuando la norma se refiere a “grave daño en el cuerpo o en
la salud”, se la debe entender de una manera más amplia y puede ser
configurativa o no de estas lesiones, bastando que el cuerpo o la salud
hayan sufrido un importante perjuicio, aun cuando éste no encuadre en los
supuestos de los arts. 90 y 91 del Cód. Penal.
En igual sentido, Estrella entiende que esta última
opinión es la que más se ajusta a una interpretación sistemáticas del Código,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

que cuando quiso referirse exclusivamente a las lesiones graves o gravísimas


lo hizo expresamente (véase arts. 97 inc. 2º, 99 inc. 2º, 166 inc. 1º), mientras
que cuando le quiso dar mayor amplitud a la agravante, lo hizo de este
modo (ESTRELLA Oscar A. –GODOY LEMOS Roberto, Código Penal.
Parte Especial. De los delitos en particular, Hammurabi, Buenos Aires,
1995/2007, p. 230).
Jurisprudencialmente, en “Causa nº 20.101 (Reg. De
Presidencia nº 69.482) caratulada “Vera Oscar Nahuel s/ recurso de
casación”, y sus acumuladas nº 20.110 (Re. De Presidencia nº 69.488)
“Schonfeld Carlos Alberto s/ recurso de casación y nº 20.109 (Registro de
Presidencia nº 69.484) “Fernandez Leandro Eduardo o Fernandez
Leonardo Eduardo s/ recurso de casación”, con fecha 3 de marzo de 2016,
la Sala IIIra. Del Tribunal de Casación Penal, sostuvo “Sin duda el referido
daño, tiene la entidad que requiere la agravante, pues entiendo que debe
efectuarse una interpretación amplia del término “grave daño en el cuerpo
o en la salud”, desde que el referido artículo 106, 2º párrafo del Código
Penal, no remite necesariamente a la definición precisada en los artículos 90
y 91 de ese texto legal, para su configuración. Es dable precisar que cuando
el legislador ha pretendido referirse exclusivamente a este tipo de lesiones,
lo ha hecho expresamente”(…) “Y en esa inteligencia, estimo suficiente que
el perjuicio ocasionado resulte importante –tal el caso-, aunque no alcance a
llenar los tipos de las lesiones graves o gravísimas” (Del voto del Dr.
Violini).
En el mismo sentido, se ha dicho “El grave daño en el
cuerpo o en la salud a que se refiere la agravante del art. 106, párr 2°,
comprende todo perjuicio importante y no se limita solamente a las lesiones
graves o gravísimas, habiendo incurrido en esta causal la cúpula de un
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

instituto psiquiátrico que sometió a los internos a condiciones


infrahumanas, provocando un severo deterioro en su salud (CNCC, Sala
IV, 12/6/00, “Kreimberg, Celia”; ídem, 26/11/01. “Geriátrico Un Sentier).
El debate sobre el grado del daño no lo suprime, sino
más bien lo confirma, pues no se pone en tela de juicio su existencia sino su
amplitud. Como extensamente se desarrollara en las cuestiones primera y
segunda del veredicto que antecede, la intensidad del "maltrato infantil" del
que fueran víctima niños menores de tres años de edad, que no tenían aún
desarrollada su estructura psíquica, dejaron improntas, huellas -en palabras
empleadas por las peritos actuantes- disparadoras de distintas patologías
que aún en la actualidad, afectan gravemente su salud.
Liminarmente, en la figura agravada se equipara la
guarda a la patria potestad y a la tutela, ello a los efectos típicos de la falta
de cumplimiento de las funciones de custodia personal de un menor o
incapaz. Sobre el punto, me remito a lo analizado en el veredicto, en lo que
respecta a la figura de apego y su importancia en la primer infancia.
La puesta en peligro en concreto es ejecución
imperfecta del injusto típico correspondiente.
El tipo penal garantiza las expectativas jurídicas de una
correcta crianza y educación del menor o incapaz, que derivan de la
aceptación de confianza del cumplimiento de tales cometidos por parte de
quien luego no cumple tal encargo, y como adelanté en el veredicto, quien
no impide un resultado estando jurídicamente obligado a impedirlo pone
una condición negativa como garante responsable, es decir, causa el
resultado en el sentido de la ley, vuelvo a recalcar.
La posición de garante se encuentra fundamentada por
el deber de vigilancia que les competía a las imputadas sobre los niños, por
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

la injerencia y la causación del peligro “objetivamente contraria al deber”


con comportamientos antijurídicos, derivándose una posición de garante
“de protección”, encargadas de custodia de los intereses de los niños
confiada por los progenitores por su calidad de educadoras de un Jardín
Maternal habiendo asumido tales menesteres voluntariamente a través de
una relación contractual.
Debe ser el grado de peligro (representado por el autor)
el que decida la cuestión, y no un elemento emocional anidado en el dolo.
La representación del autor debe inferirse del contexto de la situación
externa, de su capacidad personal e instrucción general para percibir
situaciones de riesgo y de las demás circunstancias del caso particular.
De realizarse el resultado (lesiones) con previsión de
dichas consecuencias deberían aplicarse la figura dolosa. Es decir si el
agente se propuso llegar a esta, otro hubiera sido el delito, naturalmente.
“Puede afirmarse que la norma prohíbe la actuación
positiva que genere riesgo para la víctima y por el otro que manda realizar
las acciones necesarias como para que ello no ocurra” (Marco Antonio
TERRAGNI, Delitos de omisión y posición de garante en derecho Penal,
Rubinzal- Culzoni Editores, 2011 p. 133/138)
Ilustra el particular la jurisprudencia, en cuanto sostuvo
que “el abandono de persona supone la existencia de un dolo en el autor
referido al desamparo de la víctima y el peligro corrido en la situación en
concreto, lo que significa que a nivel intelectual debe incluirse la
representación de la posibilidad de que se produzca un peligro de lesión al
bien jurídico…” (C. Nac. Crim. Y Corr. Sala 5°, de fecha 17/9/2002, autos
“Dottori Soria, Albino Luis”, LNO nro. 70000834- y “…el dolo
específicio que impone la figura demanda del autor que se desentienda del
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

incapaz y lo prive de una protección en sentido amplio…” - C. Nac. Crim.


Y Corr., sala 7°, de fecha 35/5/1994, autos “Gómez, Daniel M.”.-)
Cabe hacer alusión a lo sostenido por reconocida
doctrina, en tanto “como los tipos omisivos que son indispensables para
que cobre vigencia el mandato de actuar…el dolo comprende el
conocimiento de la situación en la que estaba la víctima y en la que queda, y
el peligro que correrá su vida o su salud. El autor debe tener dolo directo de
abstenerse de ayudar y conocer la posición de garante que ocupa y las
características exigidas respecto del sujeto pasivo (D’Alessio Andrés J.,
Director en “Código Penal Comentado y Anotado”, La Ley, pag. 136/137,
con cita de otros autores de la materia: Zaffaroni, Alagia y Slokar, Molinario
y Donna), coincide con la exigencia de un obrar doloso en la figura en trato
Mirta L. López González (artículo “Abandono de Persona” en Revista de
Derecho Penal, Ed. Rubinzal Culzoni, “Delitos contra las personas”, tomo
II, pag. 272).
Tal es la causa que conlleva a que las reglas de
imputación del conocimiento respondan a una estructura según la cual,
dada una base objetiva se entiende que un sujeto es conocedor de
determinadas circunstancias, y sobre ello ampliaré más adelante.
Solo me detendré para anticipar que quien conoce las
circunstancias que generan su deber y su propia capacidad de acción para
evitar el resultado, ha omitido dolosamente,
A la luz de la imputación objetiva, claro está, que los
comportamientos peligrosos endosados a la enjuiciadas son objetivamente
imputables, porque el derecho nacional y convencional NO los permite en
lo más mínimo, reseñando las consecuencias que acarrearon detrimento en
la salud de las víctimas catalogadas típicamente el Código represivo, el que
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

no descartaron que se pueda producir (sobremanera al haber sido alertadas


por los padres en reiteradas ocasiones) y, aun así, siguieron adelante.
No cabe duda que las imputadas conocían la posición
de garantes que poseían respecto de los niños incapaces de valerse por sí
mismos.
En el delito omisivo el acento recae en lo valorativo; ya
no es la acción efectivamente realizada la que interesa sino aquella que
el/los agentes activos dejaron de realizar estando obligado a hacerlo y
tampoco es el resultado ontológico de la conducta desarrollada lo que
importa, sino la consecuencia que se habría podido derivar del
comportamiento no desplegado pese a estar obligado a ello (Jurisprudencia
de Casación Penal. Análisis de Fallos Tomo 4.Ed. Hammurabi. José Luis
Depalma, editor, Patricia S Ziffer, Dirección, 2011, p.146).
Una visión material asociando al mandato a una
cooperación obligada y a la prohibición con una injerencia lesiva es la mejor
manera de definir la cuestión.
En este ámbito, lo importante es que existió un
comportamiento corporal, del cual la valoración jurídica determina que no
era el exigido por el mandato.
Lo cierto es que mediando una situación de
vulnerabilidad, las encartadas crearon aquel riesgo especial, el cual las
obligaba a velar por la salud y bienestar de sus pequeños pupilos.
Lo hicieron de manera continuada cuanto menos en el
curso del año 2012 hasta el 29 de enero de 2013, y si bien un delito de tales
características es una ficción jurídica creada por razones prácticas a fin de
resolver los sinnúmeros de problemas que acarrearía aceptar que se trate de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

una pluralidad de hechos de larga data que da lugar a un concurso real de


delitos, conflicto que se presentaría en autos con multiplicidad de víctimas.
Es decir, estamos en presencia de un delito prolongado,
toda vez que se extiende la lesión jurídica más allá de la consumación, o
mejor dicho, de una múltiple lesión a bienes jurídicos de distintos titulares.
Me explico en mis ideas, no se han realizado diversos tipos penales en
distintas oportunidades, sino una unidad de acción continua contra diversos
niños que se coronó al azar el último día de la colonia de vacaciones.
En los delitos impropios de omisión, no todo el que
puede evitar el resultado responde, sino solo aquel que estaba
especialmente obligado a neutralizar un peligro que no conjuró cuando
podía hacerlo. En tal sentido: (Schüneman, Bernd, citado por Donna,
"Derecho Penal. Parte General", ed. Rubinzal Culzoni, Tomo VI, pg. 296).
A mayor abundamiento, en los tipos penales omisivos
debe verificarse, no un nexo de causación, sino de evitación.
Finalmente, y en respuesta al planteo defensista de
ausencia de nexo causal, considero que el mismo debe ser rechazado, por
cuanto utilizando la fórmula de la teoría de la equivalencia de las
condiciones (conditio sine qua non) al suprimirse la acción reprochada a las
imputadas, el resultado de graves daño a la salud de los niños tal como se
demostrara en la primera cuestión del veredicto, no se habría producido –
discúlpeseme el simplismo, pero para que se entienda-.
En mi parecer, no corresponde abordar esta cuestión
desde un punto de vista estrictamente naturalístico “para atrás”, valorando
patologías anteriores al hecho, desentendiéndose de aquellas posteriores
que devinieron “más adelante”, por lo que habré de limitarme a las
impresiones traumáticas que tanto los progenitores como profesionales de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

la salud supieron exponer durante el debate (casi seis años después)


plasmadas en el veredicto, sin irme más allá, para no hacer “futurología”,
que necesariamente deben evaluarse para establecer un nexo de imputación,
cuanto más cuando de ello depende, en gran medida, el resultado final de
la causa.
Refuerza la expuesto, la circunstancia expuesta en el
debate, relativa a que, más allá de las secuelas, cada niño, al dejar de asistir al
Jardín "Tribilín", remitió considerablemente los signos inespecìficos
evidenciados.
En síntesis, el nexo de evitación se determinó
comprobando que con la hipotética interposición de la conducta debida
(ausencia de los malos tratos, de los descuidos alimentarios y de aseo, más
una acorde graduación/utilización del aire acondicionado), hubiera
desaparecido el resultado, teniendo especialmente en cuenta los dictámenes
periciales que no detectaron situaciones familiares disruptivas en ninguno
de los niños víctima. De esta manera, funciona en la tipicidad omisiva como
el equivalente típico del nexo de causación, siendo ambas formas típicas de
revelar la causalidad a efectos de individualizar la conducta prohibida.
Recordemos en el particular que se trataba de un Jardín
con funciones maternantes, conforme art. 24 a) de la Ley 13.688, donde los
objetivos y funciones, están contemplados en el art. 26, resaltando en lo
singular el inc. D que determina: “Asegurar el respeto de los derechos de
todos los niños en el periodo del Nivel…”.
Repárese además, que los docentes de todo el sistema
educativo tienen las siguientes obligaciones, sin perjuicio de las establecidas
en la Ley provincial 10579 (T.O):
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

a. A respetar y hacer respetar los principios constitucionales, la libertad


de conciencia, la dignidad, la integridad e intimidad, entre otros; los de la
presente ley, la normativa institucional y la que regula la tarea docente.
b. A enseñar saberes y promover valores que aseguren la totalidad de
los derechos educativos de los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y
adultos mayores reafirmando los preceptos constitucionales.
c. A cumplir con los lineamientos de la política educativa provincial.
d. A capacitarse y actualizarse en forma permanente.
e. A ejercer su trabajo de manera idónea y responsable.
f. A proteger, promover y reconocer el conocimiento y ejercicio de los
derechos de los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores
que se encuentren bajo su responsabilidad, en concordancia con lo
dispuesto en las leyes vigentes en la materia.
He aquí que el Jardin Maternal debe ser una escuela, un
espacio saludable que cumpla con la función de brindar educación a los
niños junto a las familias, según “Previsiones Curriculares en los Jardines
Maternales en el período de inicio. Documento nº 3/2013. Subsecretaria de
Educación. Dirección Provincial de Educación Inicial”.
La Ordenanza nº 7017 sancionada por el Honorable
Concejo Deliberante de San Isidro, el 20 de mayo de 1992 (Promulgada por
Dto. Nº 1439 el 5 de junio de 1992) ha denominado Jardín Maternal
(Guardería Infantil) al “establecimiento destinado al alojamiento transitorio
de niños sanos de ambos sexos, favoreciéndose el completo desarrollo
físico, intelectual, afectivo y social de los mismos a través de actividades
formativas y recreativas” (art. 1).
En lo que al tema atañe, la nueva Ley de Educación
Nacional nº 26.206 expresa en su Art. 18 “La Educación Inicial constituye
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

una unidad pedagógica y comprende a los/as niños/as desde los 45 días


hasta los 5 años de edad inclusive.
Contener, acompañar, acoger, enseñar dentro de un
marco institucional cálido, confiable, organizado, participativo,
democrático, abierto, atento a las contingencias, la posibilidad de preparar
un espacio físico, y un ambiente agradable, y seguro, que contenga a los
niños y a las familias procurando las mejores condiciones de cuidado y
seguridad para que crezcan en un ámbito de respeto y sensibilidad, son
aquellas pautas que DE NINGUNA MANERA FUERON ATENDIDAS,
por las imputadas, cuando así debieron haberlas cumplimentado (art. 2 de la
Ordenanza ob. Cit.).
No interpretaban las diversas manifestaciones de cada
niño (llantos, palabras –en su minoría aquellos que verbalizaban-, pasividad,
berrinches, etc). Ante el llanto de un bebé no indagaban cual era la fuente
de su incomodidad o malestar, sino lo naturalizaban a determinadas
tensiones en el ambiente.
En otras palabras, no les brindaban a los niños un
contexto que le trasmitiera seguridad y confianza, entendiendo que la
disponibilidad, el afecto y la contención eran manera de enseñar a los bebés
y niños, sino todo lo contrario, los maltrataban físicamente, y los
intimidaban para complacer sus requerimientos, cuando sus principales
obligaciones eran mantenerlos y cuidarlos, y no acogerlos como un
depósito de personitas. Ello revela que el comportamiento de las
encausadas estaba más alineado a un fin comercial que, como debería haber
sido, a un proyecto de educación inicial.
El deber de actuar viene dado por lo que la doctrina
denomina "posición de garante", que, si bien no vino cuestionada (y hace a
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

la tipicidad objetiva que sí se cuestiona) se configura con claridad desde el


punto de vista personal por la calidad de docentes y responsables de un
establecimiento educativo que revestían las imputadas. En tal sentido: “la
posición de la omisión en el suceso que condujo al resultado debe ser
comparable a la posición del autor que realiza la conducta comisiva y estar
al mismo nivel. Desarrollada sobre la base de la teoría final de la acción, el
puente decisivo tendría que haberlo construido el concepto de dominio del
hecho, porque este concepto no se basa en la mera causalidad, sino en el
dominio proporcionado por el hacer activo de la totalidad del suceso que
conduce a la lesión del bien jurídico” (Schüneman, Bernd, citado por
Donna, "Derecho Penal. Parte General", ed. Rubinzal Culzoni, Tomo VI,
pg. 296).
Lo expuesto hasta aquí, me conduce a interpretar que,
las encausadas actuaron con dolo directo en el primer tramo de la figura
típica, más no así, en el segundo que agrava la calificación por los daños en
la salud que hubo de comprobarse sobre los niños en el transcurso del
debate, haciéndolo en esta oportunidad con dolo eventual, respetando la
participación de cada una en base a la teoría de coautoría que sirve como
directriz para sustentar el fallo.
Y como no pensar de esa forma, si al escuchar el audio
en su totalidad como exigió la Defensa se advierten locuciones de las
encausadas NUÑEZ, GOGONZA Y GALLARDO (oportunamente
individualizadas en la autoría) tales como “te das cuenta que no te puedo
tratar bien”, “ya se les va a pasar” –respondiendo a los llantos-, parodias
que hacen eco a la queja de los padres por la temperatura fría con la cual
recibían a sus hijos, carencia de interacción en las primeras horas de la
mañana (niños por un lado, maestras tomando mate por otro), niños
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

encerrados mientras almorzaban, disponer obligadamente del sueño –


mandarlos a dormir- sin siquiera cantarles una canción de cuna, y hasta se
cerciora la audición de un golpe con la palma de la mano contra una
superficie corpórea seguida del llanto de un niño. Vale retrotraerse a los
fundamentos del veredicto para reverberar el entorno hostil en que
acontecieron (y ello sucedió solo en un día –una gota en un océano-
permítaseme la expresión), que no tuvieron su génesis en un “día de furia”.
Dice Claus Roxin: “...hay que afirmar el dolo eventual
cuando el sujeto cuenta seriamente con la posibilidad de realización del
tipo, pero a pesar de ello sigue actuando para alcanzar el fin perseguido, y
se resigna así sea de buena o de mala gana-, a la eventual realización de un
delito, se conforma con ella. En cambio, actúa con imprudencia consciente,
quien advierte la producción de un resultado pero no se la toma en serio y,
en consecuencia, tampoco se resigna a ella en caso necesario, sino que
negligentemente confía en la no realización del tipo”. (Derecho Penal, Parte
General, T. I, Civitas. 2da. Edición, pág. 427).
El doctrinario Ramón Ragués i Vallés explica que:
"...En el caso de los delitos de resultado la doctrina y jurisprudencia
mayoritarias entienden que, para poder hablarse de una realización dolosa,
es necesario que el acusado se haya representado el riesgo concreto de
producción del resultado típico que creaba con su conducta. En la práctica
es bastante frecuente encontrar casos en que puede atribuirse al acusado el
conocimiento en abstracto del riesgo que generaba su comportamiento, así
como un conocimiento correcto de las circunstancias fácticas que lo
rodearon, pese a lo cual su defensa alega que su cliente no integró estos dos
conocimientos en el juicio de apreciación del concreto riesgo que exige el
dolo de los delitos de resultado...".
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Para dar responde a tal planteo, entiende el jurista de


cita que: "...es necesario acudir a las reglas sociales de experiencia que rigen
en materia de atribución del conocimiento ajeno..." (Ramón Ragués i Vallés,
"Consideraciones sobre la Prueba del Dolo", REJ – Revista de Estudios de
la Justicia – Nº 4 – Año 2004).
No puede haber ningún dogma que le de mayor
gravedad al ilícito del dolo directo (en el sentido de “intención”) frente al
dolo eventual, pues el dolo eventual que crea más probabilidad de lesión del
bien jurídico debería ser más grave que una intención que se reconoce a sí
misma con escasas chances de éxito, sobretodo si parte de “garantes de
protección” como sucedió en el caso concreto.
No se visora estrechamiento en sus conciencias que no
impidan el dominio del hecho, por tanto, los graves daños ocasionados en
la salud de los infantes, que desencadenó el maltrato que implicara el
desamparo que debieron procurar que no aconteciera, no es otra cosa que
una posibilidad aceptada, y no una mera incorporación a la voluntad de un
curso defectuoso de causalidad, extendiéndose la malicia inicial durante el
iter criminis.
Lo que configuró la tipicidad objetiva es haber realizado
una conducta –por demás detestable- distinta a la debida.
Es verdad que el Ministerio Público Fiscal en su faz
instructiva no se esmeró para relatar el hecho que se imputó desde el inició
a las acusadas, lo que sí enderezó durante el Juicio, que luego motivó, una
delineación más precisa, que se purgó en el factum narrado, sin conculcar el
derecho de defensa, ni la congruencia en sí misma, porque nadie fue
sorprendido en cuanto a cuál fue la conducta endilgada y de qué modo
afectó a los niños contra los que se dirigía, que tampoco los padres,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

mayormente primerizos, supieron así advertirlo a tiempo, en la creencia que


demandaban las respuestas a las inquietudes de parte de las encausadas en
el marco de una sombría cordialidad.
La reproducción parcial de la grabación de audio en el
debate, congenia con el relato de los padres, con lo que aprecian los peritos
que vieron a los niños, con el contenido total de la grabación, que resulta
verosímil, en cuanto al día que las imputadas se probaban ropa, la fiebre de
uno de los niños a la que se hace alusión, (sin perjuicio del reconocimiento
parcial del contenido, por la imputada NUÑEZ al declarar durante el Juicio
en su porción auditiva referente a su voz, no así de lo residual), y la
concurrencia de relatos que convergen en la metodología de inmersión en
el agua que las imputadas utilizaban para maltratar a los niños (tanto al que
se lo hacían como a los que entendían la amenaza).
Es correcto que el médico de policía que intervino
concluyó que las lesiones que constató no eran indicativas de ningún tipo
de maltrato físico (vide informé glosado a fs. 29, y su correspondiente
legible que se incorporó por lectura) pero no es óbice para considerar que
los dichos de los padres, oportunamente desmenuzados en el veredicto, no
hayan sido corroborados por los peritos, toda vez que los daños
piscológicos se encuentran aseverados mediante las pericias obrantes a fs.
811/812, 813/815, 816/818, 821/823, 824/826, 888/890, 891/893vta,
894/896, 932, 933, 934, 935, resumen de historia clínica de fs. 421/426,
960/961, psicodiagnósticos de fs. 957/958 y 963/964, así como por los
testimonios de las peritos Dolores BUITRAGO, Paula Beatriz CASTRO,
Albina Luz NIETO, Ana María BRUSCO, Elsa Ines VORRO, y la
psicóloga María Agustina ARNAUS, contestes con las declaraciones de los
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

progenitores que fueron escuchados durante el debate, remitiéndome en


honor a la brevedad a lo relatado en el veredicto.
No es un dato menor que la O.M.S. definió ya en el año
1946 que “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y
social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Por otra parte, en el año 1985, la Asamblea General de
las Naciones Unidas (citada en Garrrido Genovés y Redondo Illescas, 2013)
define la palabra víctima de la siguiente manera: “… se refiere a las
personas que, ya sea de forma individual o colectiva, han sufrido algún
daño, incluyendo las lesiones físicas o mentales, el sufrimiento emocional, la
pérdida económica o una violación de sus derechos fundamentales, a través
de actos u omisiones que conculcan las leyes penales (p.859).
Y en ese sentido, es que los padres de los niños
expusieron bajo juramento las secuelas que observaron en sus hijos que les
eran devueltos en contadas oportunidades con hambre, sed, con la
temperatura corporal fría por demás, sucios, orinados y defecados; y sobre
estas declaraciones el bloque acusador ha sostenido la imputación.
Meros indicios demostrativos de la falta de atención o
cuidado que las imputadas estaban llamadas a procurar, son las
declaraciones de los vecinos Jorge Enrique Maccari (fs. 133/134) y
Florencia Castagli (fs. 170/171), cuyos testimonios se incorporaron por
lectura –con aquiescencia de las partes- durante del debate, debido a que
ambos, explicaron en el escritural que era desgarrador el llanto de los niños
escuchado desde la calle que hacía sospechar que eran dejados a sus suerte.
Y así lo valoro a fin de no contrariar los lineamientos
del sistema adversarial (en avenencia con el precedente “Benitez” de la
CSJN), contando con prueba directa que no diverge, resultando ciertos,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

precisos y concordantes, para llegar a la convicción judicial mediante el


razonamiento lógico, coherente y racional, y por tanto no arbitrario ni
subjetivo, para inferir de ellos la culpabilidad de las acusadas.
No obstante, acentúo que dicho proceder (consensuado
por las defensas) aparece en la legislación como una legítima excepción a la
oralidad o a la inmediación que debe tener la prueba (art. 366 del C.P.P), y
el fundamento de este mecanismo radica, en el principio de “búsqueda de la
verdad real o histórica”.
En el ámbito internacional existen precedentes del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que han reconocido
que toda la evidencia debe producirse en presencia del acusado en un juicio
público regido por el principio adversarial. Sin embargo, ello no significa
que esté proscripta la utilización de prueba recogida en el procedimiento de
investigación preparatoria; mas eso es lícito bajo la condición de que hayan
sido respetados los derechos de defensa. Como regla, estos derechos
requieren que al acusado deba dársele una oportunidad apropiada para
desafiar y cuestionar “al testigo de cargo”, en el momento en que este
estaba haciendo su declaración o en alguna fase posterior (doctrina del caso
“Kostovski”, con cita de los casos “Unterpertinger” y “Barberá y otros”).
Las carpetas (viajeras) y de (actividades) junto con las
fotografías que fueron incorporadas en el debate a pedido del Dr. Murcho y
también de los otros defensores, no cambian en absoluto el “factum”
narrado que aconteció, y quedó comprobado.
Lo que se pretendió es sembrar una duda en un campo
infértil, a la luz de las prueba producida en el debate, posibilitando otra
semblanza.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

No habré de olvidarme las palabras de la incusa


NUÑEZ que en su presentación espontánea (vide fs. 1049/1065), y bien
podría (como se esbozó), referirme a “tormentos” o “torturas”, si acudimos
a la doctrina y al derecho internacional de los derechos humanos, ya que
existe una evidente correlación entre dichos términos y las conductas
reprochadas en autos, habida cuenta que esos malos tratos normalmente
se definen por oposición o por defecto respecto al concepto de tortura, ya
que representan niveles de violación al derecho a la integridad física y
psíquica de personas. Asi pues, el art. 144 ter del C.P. (según ley 23.097)
conceptualiza “…Por tortura se entenderá no solamente los tormentos
físicos, sino también la imposición de sufrimientos psíquicos, cuando éstos
tengan gravedad suficiente” (inc. 3). Empero, por respeto al principio de
legalidad haré oídos sordos.
Me permito hacer unas breves consideraciones al estar
en presencia de criaturas que son incapaces de valerse por sí mismos, con
voluntad débil, lo que elevó considerablemente la vulnerabilidad e
indefensión, por lo que las penas de cárcel, deben ser más ejemplificadoras
en dichos casos.
No es posible concebir un derecho penal moderno sin
contemplar los derechos de las víctimas y, en particular, frente a la
minoridad de los damnificados, la ponderación del material probatorio debe
efectuarse con especial cautela, y con el mayor rigor crítico posible, sin
desatender el principio rector del interés superior del niño, que representa
una insoslayable pauta axiológica con jerarquía constitucional, de
inexcusable acatamiento y operatividad, a partir de la incorporación de la
Convención sobre los Derechos del Niño por vía del art. 75, inc. 22 de
nuestra Carta Magna, entendido como el debido reconocimiento de sus
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

derechos fundamentales, que le confiere la Convención sobre los Derechos


del Niño, adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas, el
20.11.89 en Nueva York, sancionada en Argentina, y publicada en el
Boletín Oficial, mediante la ley 23.849 el 26.10.90., incorporada al bloque
federal por vía del art. 75, inc. 22 de nuestra Carta Magna; que por lo demás
coincide con las garantías que la Ley Suprema prescribe para todos los
ciudadanos; y también con lo que más tarde resolviera la Opinión
Consultiva Nº 17, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre
el tema, en 22 de agosto de 2002 en San José de Costa Rica, cuando
sostuvo que “el interés superior del niño implica que el desarrollo de este y
el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios
rectores para la elaboración de normas y la aplicación de estas en todos los
órdenes relativos a la vida del niño.
Se refiere al derecho que tiene todo niño a que se
contemplen prioritariamente sus intereses fundamentales, como la
protección y la oportunidad de desarrollarse en un ambiente en armonía y
adecuado para un desarrollo holístico e integral que contemple todas las
dimensiones: física, psíquica, espiritual, moral y social.
A ser protegido de todo tipo de dificultades,
explotación y prejuicios, como también situaciones de violencia, abuso,
negligencia, ya sea de naturaleza física, emocional, psicológica y mental.
En la esfera afectiva, los sentimientos y emociones de
las víctimas fueron aprovechados por las imputadas, que utilizaban el miedo
a través de gritos, amenazas, insultos de modo selectivo para “tranquilizar”
y que “obedecieran” sus órdenes los menos sumisos, lo cual impedía la
posibilidad de defenderse, que no tenían tampoco por su corta edad,
excepto “gritar en silencio” a través de sus reacciones frente a sus padres,
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

que bien pudo advertir el denunciante para poner en evidencia el “maltrato


infantil” al que eran sometidos, definido por el Observatorio de la Infancia
-en sintonía con el concepto dado por la O.M.S. al que hiciera referencia en
el veredicto- como la “acción, omisión o trato negligente, no accidental, que
priva al niño o la niña de sus derechos y bienestar, que amenaza o interfiere
su ordenado desarrollo físico, psíquico o social y cuyos autores pueden ser
personas, instituciones o la propia sociedad”.
En respuesta a la posición asumida de los letrados
representantes de los Particulares Damnificados, Jean Marie Domenach
definió a la violencia como “el uso de la fuerza, abierta u oculta, con el fin
de obtener de un individuo o grupo de individuos algo que no quiere
consentir libremente”. Esta definición hace hincapié en el elemento
subjetivo ya que describe a la violencia a partir del agresor y de su
motivación, y por este motivo es que las amenazas coactivas, entiendo,
quedan subsumidas en la figura de abandono de persona agravado, y por
ello, la insistencia en las peticiones de nulidad del alegato del Dr. Ferrari, a
la que hiciera referencia de manera anticipada, devienen abstractas, por
ende, torna carente de virtualidad al planteo nulificante (arts. 201, 205, 211,
359 y cctes. del C.P.P.), lo que así propongo.
Por lo tanto, no hubo ni hay un agravio constitucional
porque no se ha provocado un desbaratamiento de la estrategia defensista,
imposibilitándole formular sus descargos al haber sido responsabilizadas
por las conductas respecto de la que se formuló acusación, aquí ameritada.
Retomando. Por su parte el investigador noruego Johan
Galtung la define como “algo evitable que obstaculiza la autorrealización
humana”. (Carranza Casares, Carlos A: “Aportes teóricos para la
comprensión del maltrato infantil y familiar” en Revista de Derecho de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Familia, Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia. Nro. 17.


Editorial Abeledo-Perrot. Buenos Aires 2000).
En definitiva, el término violencia es una traducción del
vocablo latino “violentia”, derivado de la raíz “violo”, que quiere decir
atentar o violar, aludiendo en este sentido a una fuerza vital presente en el
origen mismo de la vida.
En 1996, la 49ª Asamblea Mundial de la Salud declaró
que la violencia es una prioridad de la salud pública.
Los niños víctimas no sólo recibieron malos tratos, sino
que además “se les obligó a adoptar la ideología que los justificaba,
implicando un proceso altamente traumático, pero además un proceso de
“lavado de cerebro” a través del cual, el adulto, manipulando la
dependencia del niño, le impone un conjunto de valores y representaciones
del mundo que banalizan sus gestos maltratantes o abusivos” (Barudy,
Jorge: “El dolor invisible de la infancia.” Ed. Paidós. España. 1998. P.
125/127)
Meter la cabeza de las muñecas en agua, acorralar
muñecos contra la pared y gritarle que se callen, intercambiando roles
víctima y victimario, autocastigarse metiendo la cabeza en el bidet, son
ejemplos diferenciados en un marco de agresión irritativos que alertan al
sentido común.
Harto sabido es que “Las lecciones emocionales que
aprendemos de niños en casa, y en la escuela dan forma a los circuitos
emocionales haciéndonos más expertos –o ineptos- en la base de la
inteligencia emocional (...) la infancia y la adolescencia son ventanas críticas
de oportunidad para fijar hábitos esenciales que gobernarán nuestra vida”
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

(Goleman, Daniel: “La inteligencia emocional. Por qué es más importante


que el coeficiente intelectual.” Ed. Vergara. Buenos Airess.1995. pág. 18.)
En otras palabras, un niño víctima de violencia, se
encuentra en situación de peligro grave, tanto respecto de su vida e
integridad física como respecto de sus posibilidades plenas de inserción
social. La violencia altera el normal crecimiento del niño, produce daño
físico y también psíquico (por los mensajes profundamente destructores
para su psique), y a la vez incorpora pautas de conducta y hábitos de
comportamiento que implican una socialización destructiva, erigiéndose
como diamante en bruto cincelado en sus primeros años de vida con
hostilidades, malos tratos, desafecto, improperios angustias y amenazas.
Cuando la relación humana se aparta del amor en pro
de una dedicación al poder por el poder mismo, y a la crueldad, esto es
perversión.
Nos encontramos en presencia del “síndrome del niño
maltratado” (Machado Oscar A.:”Síntesis forense 89”. año 2000. Colegio de
Abogados de San isidro. Pp 38 (“La pediatría ante el maltrato infantil.
Síndrome del niño maltratado”), pero en el caso como expresión de la
disfunción maternal a la cual estaban obligadas las imputadas que alteraron
el normal crecimiento de niños, impidiendo su inserción social.
Ahora bien, el maltrato activo consiste en el uso de la
fuerza física, y/o psicológica, que por su intensidad y frecuencia
provocaron daños, mientras que el maltrato pasivo, está constituido por la
omisión de lo necesario para asegurar el bienestar del niño (Barudy, Jorge
:”El dolor invisible de la infancia.” Ed. Paidós. España. 1998. P. 35/40), y
en el caso particular, los dos tipos de maltrato quedaron comprobados.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En todos los casos debe considerarse “intencional”


(Grosman, Cecilia Paulina y Mesterman, Silvia: “Violencia Familiar” en
Enciclopedia de Derecho de Familia. TºIII. Editorial Universidad, Buenos
Aires, 1994. P 41/42).
El maltrato psicológico, corresponde a otro tipo de
maltrato activo. La Convención Internacional de los Derechos del Niño,
considera como maltrato psicológico “la violencia verbal, comportamientos
sádicos y despreciativos, repulsa afectiva, exigencias excesivas o
desproporcionadas en relación con la edad del niño, las consignas e
inyecciones educativas contradictorias o imposibles” (Hirigoyen, Marie
France: “El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana”,
Ed..Paidos. Buenos Aires. 1999. Pp 37).
El niño es agredido “a través de palabras que lo
humillan, lo denigran o lo rechazan, o por un ambiente relacional
caracterizado por gestos insistentes que comunican confusión, aislamiento,
fusión y/o corrupción” (Barudy, Jorge :”El dolor invisible de la infancia.”
Ed. Paidós. España. 1998. P. 37).
Recordemos algunas de las frases más resonantes y por
sobre todo el tono agresivo y amenazante con las que se profirieron:
- "Se puso en la nariz el dedo!, "que se ponga el dedo en el ojete decile, en
el culito".
- “Deja de gritar, callate, deja de gritar!!! Querés ir a la pileta, bueno callate,
callate!!! Callate".
- "Preparen que ahora vamos a la pileta; porque la otra se la lleva siempre
de arriba y me revienta".
- "Callate C., callate, callate, C. guay que vayas a decir cualquier huevada a
tu casa, escuchaste".
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

- "Ponete a guardar enferma mental (...) guardá, andá a guardar (...) J. a


guardar"; "guay que me vomites, ¿me entendiste? ¿Me entendiste?
¿Entendiste?"; "Sentate acá enferma. Sentate acá. Callate!!!".
- "Se escucha a un niño diciendo "no, al agua no, al agua no, al agua no".
- "Abrí la boquita, guay que vomites";
- "Por tu bien que hayas tragado ya M., eh..."; "ponete a comer la concha de
tu hermana, que no tenés..."; "ay M. porque te tengo que terminar de cagar
a palos M.",
- "Te estas clavando el tenedor en la garganta, estúpido F.!!!; ponete a
comer, que mierda te pasa F.?"; "Odio cuando te haces el tarado, eh"; "en
vez de mirarme la Cajeta ponete a comer,
"Dale M., no me hagas que te pegue, porque te voy a pegar fuerte, porque
ya.."; "pendeja de mierda...".
- “Ahora resulta que se te da vuelta el orto y te pones a hacer arcadas
boluda, y porque es una caprichosa de mierda…"; "callate, no te quiero ni
escuchar más, eh".
- "Vas a seguir comiendo como que me llamo Yanina te aviso, sí". "Vas a
querer agua o me la vas a escupir".
- "Agarra primero el tenedor, dale F., F. te llevo al agua eh, come eso...".
Mira F., ponete a comer porque yo ya no tengo..."; "es mi último día pero
los voy a terminar cagando a palos con unas ganas a todos..."
- “Tarda para todo, para ponerla, ¿también vas a tardar? (frase dirigida a
F.).
Esta forma de abandono a los “niños mal amados” de
parte de quienes asumieron la responsabilidad de protegerlos y brindarles
cuidados básicos, constituyen un “profundo y grave atentado a la integridad
física y/o psicológica de las víctimas, y los podemos comparar con una
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

“tentativa de asesinato moral” de los niños. No sólo es una cuestión ética o


de lenguaje como pretendieron esbozar los defensores, incluso las
imputadas al concederle la última palabra al final del Juicio.
No hicieron nada para evitarles los sufrimientos, o al
menos lo necesario para satisfacer una o varias de las necesidades esenciales
de los niños para el desarrollo físico, intelectual o emotivo como ser
humano, siendo ésta su principal obligación, al reemplazar a los padres en la
crianza, defraudando la confianza depositada para el cuidado del ser
humano más preciado que supieron poner de resalto en los testimonios
auditados, siendo completamente irrelevante si se hace por acción u
omisión.
Aquí debe hacerse un paralelismo con la “patria
potestad” que es concebida como la institución protectora de la minoridad,
natural y legalmente puesta a cargo de los progenitores a los fines de lograr
el pleno desarrollo y la formación integral de los hijos. (D’Antonio, Daniel
H.: “Derecho de Menores.” 4ª edición actualizada y ampliada. Capítulo VI.
Buenos Aires. 1994. Pág. 201)
Las características específicas del maltrato -dentro de la
obligación asumida por el Estado Nacional en diversos Tratados
Internacionales, que gozan hoy de rango constitucional atento lo normado
por el art 75 inc. 22, primer párrafo, de nuestra Carta Magna que impone
adoptar las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas
apropiadas para proteger los derechos consagrados internacionalmente-
demuestran la necesidad de crear una figura específica dentro del ámbito
penal, como lo han hecho muchas legislaciones latinoamericanas (República
Oriental del Uruguay art 321 bis del Cód. Penal introducido por la Ley de
“Seguridad Ciudadana”; la ley de violencia doméstica de Puerto Rico
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

sancionada en 1989 combina entre sus preceptos elementos de penalización


y la sanción civil), ya que el objetivo de la norma en estos casos no sólo
debe ser evitar la continuación de la violencia, sino resguardar la vida que
en innumerables situaciones se halla en serio riesgo.
Esta es la significación jurídica que el suceso merece y, por
ello, ASI LO VOTO (art. 375 inc. 1º del C.P.P.).
A la misma cuestión, el Sr. Juez, Dr. Hernán SAN
MARTIN, dijo: compartiendo en un todo la opinión de mi colega
preopinante, Dr. ECKE, voto en igual sentido y con idénticos alcances (art.
375 inc. 1º del C.P.P.).
A la misma cuestión, la Sra. Juez Dra. María
COELHO, dijo: Respetuosamente me aparto del colega preopinante en
relación al carácter continuado del delito. En este caso hay plurales hechos
de abandono y múltiples violaciones a bienes jurídicos de distintos titulares
por parte de las docentes que integraban el jardín de infantes donde los
menores bajo su indiferenciado cuidado y protección eran sometidos a
maltratos incompatibles con la dignidad humana y los Derechos del Niño.
Sin que obste a ello los criterios de imputación unitarios
que se derivan de la existencia de un deber común, perfectamente
compatible con la coautoria por omisión como ha quedado establecido al
tratar la cuestión segunda del veredicto ( conf. Roxin Claus, Autoria y
Participación en la Omisiones , Capítulo X, pg 496).
Conforme la doctrina dominante que sostiene que la tutela
de los bienes jurídicos altamente personales impone autonomía de cada uno
de los actos lesivos que satisfagan los tipos y respondan a ocasiones
separables y diferenciables, cometidas por el mismo autor y en perjuicio de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

la víctima (conf. T.C.B.A Sala III c. 21397 del /1 /9/2016 y C.NCyC. Sala
IV 12/6/2000 "Kreimberg, Celia" inédito).
Por lo que no corresponde la estimación de los hechos
como únicos y constitutivos de un solo delito. En consecuencia, una vez
agotada la ejecución inicial y las posteriores, cada una es punible conforme
la figura en que son independientemente subsumibles. Es decir, el ultraje y
la vejación, se reproducen materialmente en el concurso previsto en el art.
55 del código penal.
Con lo cual estimo que la calificación que se adecúa
típicamente a los hechos es la de abandono de persona agravado por haber
causado grave daño a la salud de las victimas cometido en forma reiterada.
De conformidad con las previsiones del primer y segundo párrafo del art.
106 en función del art. 55 del C.P.
ASI LO VOTO. (art. 375 inc. 1º del C.P.P.).
A la SEGUNDA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Federico
ECKE, dijo:
Conforme fuera resuelta la cuestión anterior y en
atención a lo expuesto en los items. pertinentes del desarrollo del veredicto,
es turno de ponderar las penas, por resultar las encausadas coautoras
penalmente responsables del suceso descripto en el acápite primero del
veredicto y calificado legalmente en el item anterior.
Es que la medida de la sanción penal debe ser la
magnitud de la culpabilidad por el hecho, ya que esta última señala el límite
máximo de reproche posible. La culpabilidad, en tanto reprochabilidad del
evento antijurídico, hace referencia a los presupuestos sin los cuales no es
posible responder al ilícito con una pena. Pero aquélla también expresa la
mayor o menor posibilidad de motivación conforme a la norma, y en este
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

sentido, es un concepto graduable; a la par que conlleva un carácter


constitutivo al determinar si se aplica o no una pena, en tanto para
regularla, resulta decisiva la medida de esa culpabilidad.
Esto significa que la medida de la pena es reflejo de la
dimensión de la culpabilidad.
Así lo tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de
Nación, al sostener que: “…la medida de la pena no puede exceder la del
reproche que se le formule a la persona por haber escogido el ilícito cuando
tuvo la posibilidad de comportarse conforme a la norma, o sea, que la pena
debe ser proporcional a la culpabilidad de autor, y esta culpabilidad se
determina según el ámbito de autodeterminación que éste haya tenido para
ejercer su conciencia moral en la constelación situacional en que hubiese
actuado y en relación a sus personales capacidades en esa circunstancia. De
este modo, nuestra Constitución impuso desde siempre un derecho penal
de acto, es decir, un reproche del acto ilícito en razón de la concreta
posibilidad y ámbito de reproche, y rechaza toda forma de reproche a la
personalidad del agente. No se pena por lo que se es, sino por lo que se
hace, y sólo en la estricta medida en que esto se le pueda reprochar al autor
(CSJN, M. 1022. XXXIX, “Maldonado, Daniel Enrique y otro s/ robo
agravado por el uso de armas en concurso real con homicidio calificado”,
causa N° 1174C, 7/12/05).
En tal inteligencia, habiendo considerado que la Fiscalía
requirió pena de prisión, y conllevó a ponderar el máximo de 10 años por el
delito reprochado, en semejanza al postulado por los letrados de los
particulares damnificados, al entender, a diferencia de éstos, que las
amenazas coactivas quedaron inmersas en la calificación legal atribuida, y
que no debe partirse de una graduación ecuánime para la totalidad de las
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

encausadas, sobre la base de los parámetros objeto de análisis y valoración,


en atención a la fórmula general de determinación de la pena, que
establecen los arts. 40 y 41 del Digesto Sustantivo, y 531 del rito, teniendo
en cuenta la naturaleza del delito con multiplicidad de víctimas, la ausencia
de antecedentes penales condenatorios y las aumentativas valoradas, habrán
de tabularse las penas, en el entendimiento de que no existe obligación de
partir siempre del mínimo legal de la escala penal, (cfr. P. 56.481, sent. del
2741-1996 y P. 38.661, sent. del 6-11-1990), como también de que no existe
punto de ingreso a la escala penal (cfr. P.79.708, sent. del 18-VI-03); ello en
consonancia con la doctrina legal vigente en nuestro ámbito provincial
fijada por la Suprema Corte de Justicia en los precedentes de mención.
La bravura con la que trataron a personas incapaces de
valerse por sí mismas en razón de su corta edad, y a la que tienen la misión
de cuidar y educar, defraudando la confianza de los progenitores, aunado a
las severas secuelas psicofísicas causadas por tal accionar, obra en demérito
de cualquier atisbo beneficiante, aun cuando sus planillas de antecedentes
no tengan mácula alguna, y hayan observado sin solución de continuidad el
compromiso impuesto de presentarse ante el Tribunal.
Reparando en la naturaleza, se trató de un delito
permanente por lo que el disvalor realizado aumentó con la duración del
acontecer delictivo.
La mensura, la calculabilidad y la cuantificación llevan a
comprender a la pena como el resultado de la adecuación de la ofensa
provocada por el delito en una cantidad de poder punitivo definido en
privación de libertad durante cierto tiempo lineal, considerándolo como
aquel "necesario" y "adecuado", haciendo de la cantidad de la pena una
determinación de su calidad.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

La medida de pena supone para el derecho penal, el


respeto de una simetría que otorgue legitimidad al castigo a través de la idea
de "proporcionalidad", lo que permitiera resolver el problema de la certeza
a través del proyecto de cálculo que pudieran hacer todos los jueces antes
de imponer la pena (Beccaria, C, De los delitos y las penas, 1º reimpresión,
Alizanza Madrid, 2000 (1764), p. 79).
Si la pérdida de libertad, tiene el mismo precio para
todos, al igual que la moneda, la prisión se convierte en el "castigo
igualitario", de modo tal que la precisión viene también a garantizar la
calidad de castigo, y las penas como respuesta vienen ahora a justificar las
distintas teorías de la prevención que tienden a disuadir a los que no
delinquieron y a propugnar a todas las ideologías re, re-personalización, re-
inserción, re-educación, re-socialización.
En este orden de ideas, cabe considerar la Convención
Americana de Derechos Humanos (art. 5 inc. 6), y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (art. 10 inc. 3) que consagra entre diversas
reglas para este tipo de pena que el régimen penitenciario consistirá en un
tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la readaptación social
de los penados.
El distingo del justo alcance entre cada una de las
imputadas obedecerá sin duda en su incremento, al superlativo grado de
violencia ejercido contra las criaturas, como así también el rol que
ocupaban, grado de responsabilidad, y la presencia de solo tres de las
justiciables en el tramo final del iter criminis (colonia de vacaciones).
Dada la adecuación que se hiciera de los hechos en
juzgamiento, los roles de cada una de las encausadas que en colonia de
vacaciones se trasmutaban unas con otras, como así el mérito que se tuviera
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

de las circunstancias atenuantes y agravantes, y lo hasta aquí dicho, me


llevan a propiciar se imponga a:
NOEMI ELISABETH NUÑEZ (maestra especializada en
Educación inicial del “Jardín Tribilin”, conf. fs. 246) una de las
protagonistas que ejerciera mayor intensidad en lo que se conglobó como
"maltrato infantil", subsumido en la figura merituada en la calificación legal
-abandono de persona por causar grave daño en la salud-, materializando
uno de los procederes más aberrantes registrados en el audio de aquella
fatídica jornada del 29 de enero de 2013, (sumergir las cabezas en agua -o
rociarlos-), acentuado ello, por el rol que le incumbía al ser una de las
propietarias de la Institución ejerciendo el cargo de Vicedirectora; la pena
de 7 (SIETE) AÑO y 6 (SEIS) MESES DE PRISION,
ACCESORIAS LEGALES Y COSTAS DEL JUICIO.
Respecto a YANINA GRACIELA GOGONZA (Auxiliar),
coprotagonista junto con Nuñez, de las mayores hostilidades compatibles
con tormentos y amenazas comprobados no solo por los relatos de los
padres y los profesionales de la salud, sino también por los registros que
surgieron del audio génesis de la pesquisa, en función de la menor jerarquía
dentro del establecimiento; aparece justo y adecuado disponer la pena de 7
(SIETE) AÑOS DE PRISION, ACCESORIAS LEGALES Y
COSTAS DEL JUICIO.
Concerniente a NOELIA SOLEDAD GALLARDO
(Auxiliar), otra de las presentes el día funesto captado por el Ipod, en razón
de su menor vehemencia en relación a las anteriores, y el cargo que
desempeñaba, corresponde se la condene a la pena de 6 (SEIS) AÑOS y
3 (TRES) MESES DE PRISION, ACCESORIAS LEGALES Y
COSTAS DEL JUICIO.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

En punto a MARIANA BUCHNIV (maestra especializada en


Educación inicial del “Jardín Tribilín”, conf. fs. 356 y vta), su cargo
directivo, calidad de copropietaria, al haber sido acreditada su coautoría a
través de prueba indiciaria, al no haber estado presente la jornada grabada,
con justo alcance postulo se la condene a la pena de 5 (CINCO) AÑOS y
6 (SEIS) MESES DE PRISION, ACCESORIAS LEGALES Y
COSTAS DEL JUICIO.
En igual sentido y tesitura que ésta última, considerando que
no conformaba el plantel directivo limitándose su función al de maestra
diplomada (Profesora de Educación inicial del "Jardín Tribilín", conf. fs.
828 y vta), propongo se le aplique a VANINA GISELA DIAP la pena de
4 (CUATRO) AÑOS y 6 (SEIS) MESES DE PRISION,
ACCESORIAS LEGALES Y COSTAS DEL JUICIO.
Cabe destacar que corresponde la pena de inhabilitación
especial prevista en art. 20 bis inc. 3º del Código Penal en su máxima
expresión -conforme lo fuera solicitado por el bloque acusador- en tanto la
ineptitud, incompetencia, falta de vocación, desprecio, incultura, groserías,
la desmesura en su accionar, la indefensión de los niños víctimas, el
“maltrato infantil” que han demostrado las imputadas al llevar a cabo las
funciones que a cada una le imponía el cargo que ocupaban al momento de
ocurrir los hechos; circunstancias debidamente acreditadas en el desarrollo
de las cuestiones que integran el fallo al tratarse la reglamentación que
regulaba la función que cada uno debía cumplir dentro de la estructura del
“Jardín Maternal” y las conductas que se les imputa, a las que me remito en
honor a la brevedad.
Finalmente a tenor de las facultades que acuerda el art.
371 del C.P.P., y en orden a lo solicitado por la Fiscalía y los Letrados de
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

los Particulares Damnificados, en proporción al aumento verificado de


peligro cierto de frustración del proceso en atención al monto de las penas
impuestas y siendo que las encartadas registran un escaso encierro cautelar
en detención (desde el 18 de octubre del corriente año cuando se adelantó
el veredicto al concluir el plenario) que no incidirá significativamente en el
cómputo de cumplimiento de la pena a cumplir, es que habrá de
mantenerse la prisión preventiva, por la magnitud de la pena en expectativa
-como resultado de este pronunciamiento-, siendo, la detención (reflejada),
el único medio que garantiza el adecuado cumplimiento de la Ley
Sustantiva.
En este sentido, ante la magnitud de la pena de efectivo
cumplimiento que entiendo corresponde imponer a las encausadas, debo
referirme a la medida de coerción personal vigente en autos a su respecto,
dispuesta en el marco de la audiencia de debate, ante el veredicto
condenatorio que fuera anticipado a instancias de las partes acusadoras.
Así, el inciso segundo del artículo 148 del Código de
Procederes establece, como una de las circunstancias a tener en cuenta para
meritar el peligro de fuga, la pena que se espera como resultado del
procedimiento y las circunstancias del hecho endilgado al activo.
Por otro lado, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, en el informe 12/1996 dijo: "la gravedad del delito imputado y la
seriedad de la pena con que se conmina la infracción es un parámetro
razonable y válido para establecer, en principio, que el imputado podría
intentar eludir la acción de la justicia; y ello es así por cuanto la posibilidad
de ser sometido a una pena de una magnitud importante, sin lugar a dudas
puede significar en el ánimo del justiciable un motivo suficiente (...) para
sustraerse del accionar jurisdiccional".
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

La misma Comisión, en el informe 2/1997, dijo "la


seriedad del delito y la eventual severidad de la pena son dos factores que
deben tenerse en cuenta para evaluar la posibilidad de que el procesado
intente fugarse para eludir la acción de la Justicia".
Sobre el mismo aspecto se expidió la Cámara Nacional
de Casación Penal, en el fallo Plenario Nº13 "Díaz Bessone, Ramón
Genaro s/ recurso de inaplicabilidad de ley", del 30 de octubre de 2008. En
el mismo, se resalta que también lo ha sostenido la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, afirmando en la conclusión 8º "b",
"La naturaleza de las infracciones", de la Resolución Nº 17/89 -informe
caso 10.037, Argentina, del 13 de abril de 1989- que "la Comisión estima
que las características de los hechos (punibles) que forman la cabeza de esos
procesos y las penas que podrían corresponder al acusado hacen
presunción fundada de que es necesario cautelar que la justicia no sea
evadida siendo, por tanto la excarcelación improcedente".
Si se tomó partida por el encarcelamiento, con las
valoraciones que por unanimidad tras una extensa deliberación conllevó a
revocar el estado libertario que por aquella promesa juramentada
detentaban cuatro imputadas, con la excepción de DIAP, puede soslayarse
en la exclusiva revisión "in totum" con la sentencia de ponerse en crisis por
las Defensas ante el Tribunal de Casación (art. 20 inc. 1º, 371 "in fine", del
C.P.P, doctrina de los arts. 448 y sgtes.).
En tal sentido, la modalidad de cumplimiento de la
sentencia queda enmarcada dentro del ámbito jurisdiccional soberano de
éste órgano.
En los precedentes reseñados se entiende como indicio
de fuga la pena en expectativa, ahora bien, en el caso bajo análisis no
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

estamos ya ante la eventual aplicación de una determinada penalidad, sino


que nos encontramos ante el caso de cinco imputadas que fueron juzgadas,
por tres Magistrados que resultaron hábiles para entender, y luego de la
deliberación de todas las cuestiones sometidas a consideración, se tuvo por
acreditada la materialidad ilícita y la participación criminal de las acusadas
en los hechos enrostrados, considerando en consecuencia, quien esto
escribe, justo imponer la penas tabuladas. Las mismas son de una magnitud
tal que hacen menester tomar el recaudo de mantener el encierro
preventivo de las procesadas por existir peligro cierto de fuga por las
razones invocadas, habida cuenta el peligro procesal que se impone al
reparar en aquella penalidad.
Además, en el citado precedente, la Cámara Nacional de
Casación Penal, en pleno, ha dicho que: "...No basta en materia de
excarcelación o eximición de prisión para su denegación la imposibilidad de
futura condena de ejecución condicional, o que pudiere corresponderle al
imputado una pena privativa de la libertad superior a ocho años (...), sino
que deben valorarse en forma conjunta con otros parámetros tales como
los establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual a los fines de
determinar la existencia de riesgo procesal...." (CNCP, Díaz Bessone
Ramón, 30/10/2008).
En el mismo, el Dr. Pedro R. David, en su voto,
sostuvo que no resulta posible ponderar como peligro de fuga la pena en
expectativa sin tener en cuenta la naturaleza del hecho incriminado.
En este razonamiento, el análisis objetivo de esta
cuestión aduna un fundamento válido para inferir la eventual existencia de
riesgo procesal.
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

No se puede dejar de mencionar tampoco el


prolongado tiempo desde la comisión del delito enrostrado hasta el dictado
de un pronunciamiento que cimentó la cuestión.
Como corolario de lo hasta aquí expuesto, se concluye
en que la rémora por un espacio de tiempo más allá del razonable, no puede
construir un obstáculo infranqueable que ate de manos al Tribunal para dar
una respuesta coligada a la tutela de la seguridad jurídica, para decretar que
en el caso en estudio, la prisión estimularía la auto superación y una gran
ayuda para el cumplimiento de la finalidad de la pena, y así evitaría la
involución en tendencias de "comportamiento social" de acuerdo con las
normas jurídicas, dándose en el caso de las acusadas la existencia de los
peligros procesales mencionados que cimentaron la actual situación de
encierro, siendo además que no se han acompañado al legajo constancias
que permitan predicar que los aludidos riesgos puedan verse
razonablemente neutralizados.
Lo paradójico fue que, quienes se agraviaron por la
detención solicitada, se inclinaron por suponer que la presión mediática era
la razón de tal proceder, pero discrepo totalmente, pues la decisión tuvo
génesis en evitar el escarnio público ante la ausencia de la prensa lo que no
ocurriría el día de la lectura de la sentencia, y sobretodo anular la
posibilidad de fuga, frustración del proceso y cumplimiento de la ley.
Corresponde regular los honorarios profesionales de los
Abogados a) Co-Defensores, Dres. Dres. José M. de Estrada (TºIX, Fº274,
CASI) y Héctor Mercau (TºXVIII, Fº99, CASI) en la suma de 60 JUS, en
forma promiscua, con más los aditamentos correspondientes; b) Dr. Adrián
Murcho (T° XVIII, F°166, CASI) en la suma de 60 JUS, con más los
aditamentos correspondientes; y a c) los letrados de los Particulares
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

Damnificados; Dres. Diego Ferrari (TºXXIV, Fº353, CASI) Martín


Alejandro SANCHEZ (TºXXXIII Fº 97 del CASI), y Sergio Samuel Arenas
(Tº XXXIII, Fº 25, CASI) en la suma de 75 JUS, en forma promiscua, con
más los aditamentos correspondientes (art. 9.I.3 n. y u. LEY 14.967, cfr.
Acuerdo N° 003869 del 18/10/2017 de la SCBA).
Deberá consultarse a los progenitores de los niños
perjudicados acerca del interés en ser informados y expresar su opinión, en
lo que se refiera a futuros beneficios que se articulen en favor de las
imputadas y lo concerniente a la ejecución de la pena, de conformidad con
lo estatuido en los artículos 12 de Ley 27.372 y 11 bis de Ley 24.660 (según
modificatoria del artículo 7 de la Ley 27.375).
Corresponde extraer testimonios del pronunciamiento y
remitirlos al Ministerio Público Fiscal, para que se acentúe la investigación
respecto del restante personal (maestras y/o auxiliares) que se hubieren
desempeñado en la Institución Jardín Maternal “Tribilin”, sito en la calle O
Higgins 591 de la localidad y partido de San Isidro, Provincia de Bs. As,
especialmente en relación a Mariana HESS, ante la posible comisión de un
delito de acción pública, quedando por fuera la llamativamente sobreseída
Graciela Di Pascuale.
De igual manera, se deberá intensificar la pesquisa
respecto de menores que no formaron parte por inactividad del entonces
Fiscal, al no ser incluidos como víctimas, en particular: M. J., J. G., y P. E.
V..
Asimismo, en razón de la desaparición de los cuadernos
de comunicados que progenitores aludieron entregar al Acusador Público al
momento de prestar declaración en la etapa instructoria, deberá procurarse
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

por intermedio de la Fiscalía General se investigue la preservación irregular


de tales efectos.
Por último, una vez firme este decisorio, procédase a la
devolución del material probatorio glosado durante el transcurso del debate
a sus presentantes.
ASI LO VOTO (art. 375 inc. 2º del C.P.P.)
A la misma cuestión, el Sr. Juez Dr. Hernán SAN
MARTIN, dijo: compartiendo en un todo la opinión de su colega Dr.
ECKE, votó en igual sentido y con idénticos alcances. ASI LO VOTO
(art. 375 inc. 2º del C.P.P.).
A la misma cuestión, la Sra. Juez, Dra. María
COELHO, dijo: Adhiero a la tabulación de las penas propuestas respecto
de Mariana BUCHNIV y Gisela DIAP, por los mismos motivos y
fundamentos. Empero, aún en minoría, he de disentir, en la que concierne a
Noemi NUÑEZ, Yanina GOGONZA y Noelia GALLARDO, debiendo
condenarse a las penas de 10 (DIEZ) AÑOS de PRISION, a las primeras
dos de mención, y a 9 (NUEVE) AÑOS de PRISION, a la última,
considerando que esta respuesta punitiva resulta proporcional a la
intensidad antijurídica del hecho acreditado y a la responsabilidad del auto.
Lógica consecuencia de los principios de ofensividad, proporcionalidad, y
culpabilidad que se encuentran en la base misma del derecho penal
(Conforme TCBA, Sala II, Causa 465.461 del 15/11/2011).
ASI LO VOTO (art. 375 inc. 2º del C.P.P.).

A esta altura, de conformidad con el resultado de la


decisión obtenida, se dicta el siguiente:
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

FALLO:
POR UNANIMIDAD:
I) DECLARAR ABSTRACTO el tratamiento de la
NULIDAD DEL ALEGATO del Letrado de los Particulares
Damnificados, Dr. Diego Ferrari, por los fundamentos dados en el
pronunciamiento (arts. 201, 205, 211, 359 y cctes. del C.P.P.).
POR MAYORÍA:
II) CONDENANDO a NOEMI ELISABETH
NUÑEZ titular del DNI Ejemplar A nro 23.665.730, sin apodos ni
sobrenombres, estado civil soltera, ocupación o profesión docente,
nacionalidad argentina, nacida el 26 de marzo de 1974 en San Fernando,
hija de J. C. y de M. E. C., domiciliada en calle Luis Beltran nro. … de la
localidad y partido de San Fernando, con prontuario de la policía de la
provincia de Buenos Aires nro. 1.373.894 de la sección AP; a la pena de 7
(SIETE) AÑOS y 6 (SEIS) MESES DE PRISION, ACCESORIAS
LEGALES y las COSTAS del JUICIO, MAS LA INHABILITACIÓN
ESPECIAL de 10 (DIEZ) AÑOS PARA DESEMPEÑARSE EN
CUALQUIER PROFESION O ACTIVIDAD RELACIONADA
CON NIÑOS, por ser hallada coautora penalmente responsable del delito
de abandono de persona agravado por haber causado grave daño en la
salud de las víctimas, ocurrido en el transcurso del año 2012 y en la colonia
de vacaciones del mes de enero de 2013 en las instalaciones del Jardín
Maternal “Tribilin”, sito en la calle O Higgins 591 de la localidad y partido
de San Isidro, Provincia de Bs. As., en perjuicio de los menores: R. B. G.;
I. M. C. A., M. R. G.; I. V.; C. G. D.; I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. B.;
F. J.; D. R. N.; A. R. N.; M. C.; L. M.; B. N.; G. J.; L. Z.; K. A.; A. M.; P. C.
A.; J. y A. A. B..
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

III) CONDENANDO a YANINA GRACIELA


GOGONZA, titular del DNI Ejemplar A nro. 31.562.881, sin apodos ni
sobrenombres, estado civil casada, ocupación o profesión desocupada,
secundario completo, nacionalidad argentina, nacida el 24 de abril de 1985
en San Isidro, hija de O. E. y de G. N. D. P., domiciliada en la calle Padre
Luis Brady nro. … de Suipacha, Provincia de Bs. As, con prontuario de la
policía de la provincia de Buenos Aires nro. 1.374.883 de la sección AP; a
la pena de 7 (SIETE) AÑOS DE PRISION, ACCESORIAS
LEGALES y las COSTAS del JUICIO, MAS LA INHABILITACIÓN
ESPECIAL de 10 (DIEZ) AÑOS PARA DESEMPEÑARSE EN
CUALQUIER PROFESION O ACTIVIDAD RELACIONADA
CON NIÑOS, por ser hallada coautora penalmente responsable del delito
de abandono de persona agravado por haber causado grave daño en la
salud de las víctimas, ocurrido en el transcurso del año 2012 y en la colonia
de vacaciones del mes de enero de 2013 en las instalaciones del Jardín
Maternal “Tribilin”, sito en la calle O Higgins 591 de la localidad y partido
de San Isidro, Provincia de Bs. As., en perjuicio de los menores: R. B. G.;
I. M. C. A., M. R. G.; I. V.; C. G. D.; I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. B.;
F. J.; D. R. N.; A. R.o N.; M. C.; L. M.; B. N.; G. J.; L. Z.; K. A.; A. M.; P.
C. A.; J. y A. A. B..
IV) CONDENANDO a NOELIA SOLEDAD
GALLARDO, titular del D.N.I. Ejemplar A nro. 33.409.103, sin apodos ni
sobrenombres, estado civil soltera, ocupación o profesión desempleada,
nacionalidad argentina, nacida el 9 de noviembre de 1987 en Capital
Federal, hija de A. H. H. y E. E. M., domiciliada en la calle Uruguay nro. …
de la localidad de Victoria, Partido de San Fernando, con prontuario de la
policía de la provincia de Buenos Aires nro. 1.373.897 de la sección AP; a
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

la pena 6 (SEIS) AÑOS y 3 (TRES) MESES DE PRISION,


ACCESORIAS LEGALES Y COSTAS DEL JUICIO, MAS LA
INHABILITACIÓN ESPECIAL de 10 (DIEZ) AÑOS PARA
DESEMPEÑARSE EN CUALQUIER PROFESION O
ACTIVIDAD RELACIONADA CON NIÑOS, por ser hallada
coautora penalmente responsable del delito de abandono de persona
agravado por haber causado grave daño en la salud de las víctimas; ocurrido
en el transcurso del año 2012 y en la colonia de vacaciones del mes de
enero de 2013 en las instalaciones del Jardín Maternal “Tribilin”, sito en la
calle O Higgins 591 de la localidad y partido de San Isidro, Provincia de Bs.
As., en perjuicio de los menores: R. B. G.; I. M. C. A., M. R. G.; I. V.; C. G.
D.; I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. B.; F. J.; D. R. N.; A. R. N.; M. C.; L.
M.; B. N.; G. J.; L. Z.. K. A.; A. M.; P. C. A.; J. y A. A. B..
POR UNANIMIDAD:
V) CONDENANDO a MARIANA BUCHNIV,
titular del DNI Ejemplar A nro. 23.694.785, sin apodos ni sobrenombres,
estado civil casada en segundas nupcias, ocupación o profesión docente,
nacionalidad argentina, nacida el 1° de febrero de 1974 en San Isidro, hija
M. J. y de M. B. R., domiciliada en la calle Nobel nro. … de la localidad de
Del Viso, Partido de Pilar, con prontuario de la policía de la provincia de
Buenos Aires nro. 1.374.050 de la sección AP; a la pena de 5 (CINCO)
AÑOS y 6 (SEIS) MESES DE PRISION, ACCESORIAS LEGALES
Y COSTAS DEL JUICIO, MAS LA INHABILITACIÓN ESPECIAL
de 10 (DIEZ) AÑOS PARA DESEMPEÑARSE EN CUALQUIER
PROFESION O ACTIVIDAD RELACIONADA CON NIÑOS, por
ser hallada coautora penalmente responsable del delito de abandono de
persona agravado por haber causado grave daño en la salud de las víctimas;
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

ocurrido en el transcurso del año 2012 y en la colonia de vacaciones del


mes de enero de 2013 en las instalaciones del Jardín Maternal “Tribilin”,
sito en la calle O Higgins 591 de la localidad y partido de San Isidro,
Provincia de Bs. As., en perjuicio de los menores: R. B. G.; I. M. C. A.,
M. R. G..; I. V.; C. G. De.; I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. B.; F. J.; D.
R. N.; A. R. N.; M. C.; L. M.; B. N.; G. J.; L. Z.; K. A.; A. M.; P. C. A.; J. y
A. A. B..
VI) CONDENANDO a VANINA GISELA DIAP,
titular del DNI Ejemplar A nro.28.028.261, sin apodos ni sobrenombres,
estado civil soltera, ocupación o profesión desocupada, nacionalidad
argentina, nacida el 7 de octubre de 1980 en San Antonio de Padua, Pcia de
Buenos Aires, hija de A. R. y de G. N. D. P., domiciliada en la calle San
Martín nro. … de la localidad de Benavidez, Partido de Tigre, con
prontuario de la policía de la provincia de Buenos Aires nro. 1.395.150 de la
sección AP; a la pena de 4 (CUATRO) AÑOS y 6 (SEIS) MESES DE
PRISION, ACCESORIAS LEGALES Y COSTAS DEL JUICIO,
MAS LA INHABILITACIÓN ESPECIAL de 10 (DIEZ) AÑOS
PARA DESEMPEÑARSE EN CUALQUIER PROFESION O
ACTIVIDAD RELACIONADA CON NIÑOS, por ser hallada
coautora penalmente responsable del delito de abandono de persona
agravado por haber causado grave daño en la salud de las víctimas;
ocurrido en el transcurso del año 2012 y en la colonia de vacaciones del
mes de enero de 2013 en las instalaciones del Jardín Maternal “Tribilin”,
sito en la calle O Higgins 591 de la localidad y partido de San Isidro,
Provincia de Bs. As., en perjuicio de los menores: R. B. G.; I. M. C. A., M.
R. G.; I. V.; C. G. D.; I. V.; L. V.; F. L.; F. J. V.; M. H.; J. B.; F. J.; D. R. N.;
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

A. R. N.; M. C.; L. M.; B. N.; G. J.; L. Z., K. A.; A. M.; P. C. A.; J. y A. A.


B..
Rigen los artículos 18, 75, inc. 22 de nuestra Carta
Magna; 5.6, 7.5, 8.1, 19 y 25 de la CADH, 3 y 19 de la Convención
internacional sobre los Derechos del Niño y la Familia; 10.3 y apartado C
del inc. 3º del art. 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos; 15, 168 y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires;
5, 12, 20 bis inc. 3º, 29 inc. 3º, 41, 45, 54, y 106 párrafos primero y
segundo del C.P; 106, 210, 367, 375, 530, 531 y Ccdts. del Cód. de Pto.
Penal; Ley 13.688, Ley 26.206, Dec. 2299/11, Ley Provincial 10.579, Dec.
Provincial 3/2013, Ordenanza de San Isidro 70/17.
VII) MANTENER la MEDIDA DE COERCIÓN
PERSONAL, y disponer el inmediato alojamiento de Mariana
BUCHNIV; Yanina Graciela GOGONZA; Vanina Gisela DIAP;
Noemí Elizabeth NUÑEZ y Noelia Soledad GALLARDO bajo la
órbita del Servicio Penitenciario Bonaerense (art. 371 "in fine" del C.P.P.)
VIII) REGULAR los honorarios profesionales de los
Abogados Co-Defensores, Dres. Dres. José M. de Estrada (TºIX, Fº274,
CASI) y Héctor Mercau (TºXVIII, Fº99, CASI) en la suma de … JUS, en
forma promiscua, con más los aditamentos correspondientes; del Letrado
Defensor Dr. Adrián Murcho (T° XVIII, F°166, CASI) en la suma de …
JUS, con más los aditamentos correspondientes; y de los Asistentes
Técnicos de los Particulares Damnificados; Dres. Diego Ferrari (TºXXIV,
Fº353, CASI) Martín Alejandro SANCHEZ (TºXXXIII Fº 97 del CASI), y
Sergio Samuel Arenas (Tº XXXIII, Fº 25, CASI) en la suma de … JUS, en
forma promiscua, con más los aditamentos correspondientes (art. 9.I.3 n. y
u. LEY 14.967, cfr. Acuerdo N° 003869 del 18/10/2017 de la SCBA).
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

IX) EXTRAER TESTIMONIOS DEL


PRONUNCIAMIENTO Y REMITIRLOS AL MINISTERIO
PÚBLICO FISCAL, para que se acentúe la investigación respecto del
restante personal (maestras y/o auxiliares) que se hubieren desempeñado en
la Institución Jardín Maternal “Tribilin”, sito en la calle O Higgins 591 de
la localidad y partido de San Isidro, Provincia de Bs. As, especialmente en
relación a Mariana HESS, ante la posible comisión de un delito de acción
pública, quedando por fuera la llamativamente sobreseída Graciela Di
Pascuale. De igual manera, se deberá intensificar la pesquisa
respecto de menores que no formaron parte por inactividad del entonces
Fiscal, al no ser incluidos como víctimas, en particular: M. J., J. G., y P. E.
V..
X) DEBERA PROCURARSE por intermedio de la
Fiscalía General se investigue la preservación irregular de los cuadernos
de comunicados que progenitores entregaron al Acusador Público al
momento de prestar declaración en etapa instructoria.
XI) EXHORTAR al ESTADO NACIONAL a adoptar
las medidas legislativas, ante la necesidad de crear una figura específica
dentro del ámbito penal, relacionado con el "maltrato infantil" en su
diferentes ámbitos (art 75 inc. 22, primer párrafo, de nuestra Carta Magna).
XII) Regístrese, notifíquese, actualícese el R.U.D.,
consúltese a los progenitores de los niños perjudicados acerca del interés en
ser informados y expresar su opinión, en lo que se refiera a futuros
beneficios que se articulen en favor de las imputadas y lo concerniente a la
ejecución de la pena, de conformidad con lo estatuido en los artículos 12 de
Ley 27.372 y 11 bis de Ley 24.660 (según modificatoria del artículo 7 de la
Ley 27.375). Firme, practíquese cómputo de pena, procédase a la
‰9w!9z#ƒƒ(_Š

devolución del material probatorio glosado durante el transcurso del debate


a sus presentantes, comuníquese a donde corresponda y remítase al Juzgado
de Ejecución Penal de San Isidro para su debida intervención, anotando a
las detenidas a su exclusiva disposición.

Vous aimerez peut-être aussi